Miércoles 20 de mayo de 2020
De actores, pandemias , finanzas,
industria y sectores populares.
TIEMPOS DE PANDEMIA …
El nuevo coronavirus puede haber
llegado para quedarse, advirtió esta semana la Organización Mundial
de la Salud (OMS).
El SARS-CoV-2, causante de la
enfermedad covid-19, ya ha sido diagnosticado en más de 4,2 millones
de personas en todo el mundo y hasta este jueves había dejado
300.000 muertos.
Los expertos no tienen claro cuándo
se podrá frenar su expansión y ahora advierten que puede que el
virus no desaparezca nunca.
"Es
importante poner este asunto encima de la mesa: podría convertirse
en otro virus
endémico
en nuestras comunidades, y estos
virus pueden no irse nunca",
dijo Michael Ryan, el director de Emergencias Sanitarias de la OMS el
pasado miércoles.
"Creo que es importante que
seamos realistas y no me parece que nadie pueda predecir cuándo
desaparecerá la enfermedad", añadió.
Pero
¿qué
es exactamente un virus endémico?
Los Centros de Control y Prevención
de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recogen la definición de
este y otros términos del ámbito de la epidemiología en su página
web.
Endémico
"se refiere a la constante
presencia y/o habitual prevalencia
de una enfermedad o un agente infeccioso en una población de una
área geográfica", explican los CDC.
También
incluyen el término "hiperendémico",
que se refiere a altos y persistentes niveles de ocurrencia de una
enfermedad.
En palabras de Rosalind Eggo,
académica especialista en enfermedades infecciosas de la Escuela de
Higiene y Medicina Tropical de Londres, "la infección endémica
está presente en una zona de manera permanente, durante todo el año,
todo el tiempo, año tras año".
La existencia de un virus endémico no
se debe confundir con la de una epidemia o una pandemia, tal como se
lo aclaró la experta a la BBC para otro artículo.
- Epidemia: un aumento de casos seguido de un punto máximo y, luego, una disminución.
- Pandemia: una epidemia que ocurre en todo el mundo más o menos al mismo tiempo.
Pese
a que el SARS-CoV-2 tenga el potencial de convertirse en un virus
endémico, eso no
significa que sea incontrolable,
expuso Ryan, de la OMS.
Y mencionó el caso del VIH, el virus
que puede causar el sida, en su alocución.
"El VIH no ha desaparecido, pero
hemos encontrado la forma de convivir con el virus. Encontramos
tratamientos y métodos de prevención y las personas no se sienten
asustadas como se sentían en un principio y podemos garantizar la
vida de quienes conviven con el virus", explicó.
El VIH se conoce desde hace cuatro
décadas y aún no existe una vacuna para combatirlo.
Según datos de la OMS, hasta 2018 la
enfermedad se había cobrado la vida de más de 32 millones de
personas y unos 40 millones convivían con el virus.
A
pesar de que "continúa siendo uno de los mayores problemas para
la salud pública mundial", dice la OMS, "la infección de
VIH se ha convertido en un problema
de salud crónico llevadero que
permite a las personas que viven con el virus llevar
una vida larga y saludable".
Ello debido a que la medicina ha
logrado desarrollar diagnósticos tempranos y tratamientos
paliativos. Sin embargo, no se tiene una cura.
Aquí
recogemos otros ejemplos de infecciones
endémicas
mencionados por la experta de la Escuela de Higiene y Medicina
Tropical de Londres.
La varicela
Una enfermedad producto de un virus
endémico existente desde hace siglos es la varicela, la cual se
disemina en la población a través del altamento contagioso virus
varicela-zóster (VVZ).
"La varicela puede ser grave,
especialmente en los bebés, los adolescentes, los adultos y las
personas con el sistema inmunitario debilitado", explican los
CDC.
Las
personas que nunca han tenido la enfermedad, o que no se han vacunado
para prevenirla, son los receptores del virus y suelen contraerlo al
tocar o inhalar partículas
provenientes de las ampollas de la varicela.
Y
es que la persona contagiada desarrolla de
250 a 500 ampollas
que causan mucha picazón. Al ser frotadas, liberan las partículas.
Países con falta de recursos, en
donde no se ha aplicado un esquema de vacunación general, son los
más afectados por los brotes endémicos del virus.
La malaria (paludismo)
El paludismo -conocido comúnmente
como malaria- es otra enfermedad endémica desde hace décadas y para
el cual se ha desarrollado la vacuna recientemente.
Su
transmisión se da por parásitos del género Plasmodium
que
son contagiados a través de la picadura del mosquito hembra
Anopheles
infectado.
En
2018 se registraron 228
millones de casos de malaria en
el mundo, de los cuales más de 400.000 derivaron en la muerte de la
persona contagiada, según la OMS.
El 67% de las víctimas fatales fueron
niños menores de cinco años.
El principal método de prevención ha
sido la fumigación contra los mosquitos, particularmente en África,
donde se concentra la mayor parte de los casos.
También se emplean antipalúdicos,
uno de ellos la cloroquina (y su derivado, hidroxicloroquina),
fármacos que se están investigando para el covid-19 y cuyo uso ha
sido controvertido.
No fue hasta 2015 que se desarrolló
la primera vacuna para combatir esta enfermedad, pero ofrece una
protección parcial a los niños.
La primera distribución de la vacuna
a gran escala tuvo lugar en 2019, según la OMS.
“
Los
habitantes de los asentamientos informales enfrentan amenazas de
salud generadas por el COVID-19 similares a las del resto de la
sociedad, pero las vulnerabilidades sistémicas que presentan los
ponen en una situación de mayor riesgo frente a la emergencia
sanitaria y sus impactos. Es por ello que es necesario pensar en un
abordaje multidisciplinario, multisectorial y multinivel para la
atención de las problemáticas en los barrios populares. Este
documento expone medidas y recomendaciones que se pueden utilizar
para intervenir efectivamente en gestionar la emergencia y la
recuperación de estas zonas de las ciudades.” destaca un informe
del Banco Interamericano de Desarrollo publicado hace unos pocos días
(
https://publications.iadb.org/es/publications/spanish/document/Que-podemos-hacer-para-responder-al-COVID-19-en-la-ciudad-informal.pdf)
La pandemia no afecta a todos por
igual pero esa desigualdad no es su resultado. Por el contrario. La
pandemia solo pone de manifiesto la tremenda desigualdad que persiste
en el mundo, y frente a una aparente reducción de los niveles de
pobreza que habría que discutir en tanto si disminuye el porcentaje
de pobres respecto a un territorio pero sin tener en cuenta el dato
de crecimiento poblacional, la reducción porcentual aparente
significa un mayor número de personas en condiciones de pobreza. De
modo inverso, lo que hoy se considera pobreza incluye algunos
servicios que modifican hacia mejores condiciones la idea de que sin
esos servicios, que antes no eran considerados como parte de la
condición de bienestar mínima de la vida de personas y grupos
familiares. El cambio en los modelos de relevar la medición de
condición de pobreza resultan de estas y otras variables que ofrecen
los datos a interpretaciones diferentes y hasta opuestas respecto a
si se ha mejorado o no la situación de la pobreza en el mundo. Lo
que no se puede negar que una buena parte de la población del
planeta esta alejada de condiciones mínimas de bienestar y calidad
de vida digna y acceso a alimentos, salud, vivienda, condiciones
básicas para cualquier desarrollo individual o social.
En Argentina esto se ve reflejado de
diversas maneras …
Conteniendo la bronca, superando el
miedo y con la firmeza de estar expresando un consenso el Comité de
Crisis de la Villa 31 ofreció este mediodía una conferencia de
prensa que consistió primero en la lectura colectiva del texto
elaborado por todas las organizaciones sociales que lo integran
–comedores comunitarios, merenderos, asociaciones civiles y
políticas, referentes y las iglesias- que resumió un pedido
concreto: declarar la emergencia sanitaria, habitacional y
alimentaria de la villa y conformar una mesa de trabajo entre el
gobierno nacional, el porteño y el barrio para dar respuestas
concretas al azote de la pandemia, que no es producto de un virus,
sino consecuencia de largos años de olvido, desigualdad y sordera
estatal. El hacinamiento, la mal llamada “urbanización” y la
falta de provisiones mínimas e imprescindibles son los principales
responsables de que hoy esa villa tenga que estar de luto por cuatro
muertes y aterrorizada por alcanzar ya casi 900 infectados,
sintetizaron.
“Son quienes ponen el pecho a estas
balas”, resumió el cura Guillermo Torres para definir quienes
fueron la voz de estos reclamos. Las primeras en hablar fueron las
promotoras sanitarias, sobre quienes recaen las tareas de detección
de posibles infectados y quienes mayores riesgos corrieron este
mediodía por hablar en voz alta, ya que sus puestos de trabajo
–disfrazados de becas- son como todo en esa villa, precarios y
dependientes del disciplinador del Estado porteño. Mostraron así,
públicamente, que sólo hay 16 mujeres -que cobran 14 mil pesos
mensuales- para responder a esta pandemia en un barrio poblado por 60
mil personas. Hablaron también las responsables de comedores y
merenderos comunitarios, que narraron la falta de provisiones en un
barrio azotado por el hambre. Y hablaron los referentes de las
diferentes zonas en las que se divide esa villa, contando cómo
advirtieron a las autoridades las necesidades cuando todavía esta
pesadilla que viven hoy era posible de prevenirse y evitarse. “Si
sigue el ritmo que tiene hoy la tendencia actual de contagios, en dos
semana estamos todos infectados”, resumió Julián, fundador de El
Campito, el mítico club de rugby de la villa. Fue él quien al turno
de las preguntas de los medios presentes –muchos y variados- cuándo
le preguntaron quién era el responsable de la falta de suministro
que tuvo esa villa respondió: “Nosotros no estamos acá para
señalar responsables, sino para exigir respuestas. Todos sabemos
quiénes son los que nos llevaron a esta situación, pero ahora es
momento de producir una salida ya, porque la situación es crítica y
urgente”.
Los puntos concretos de esta exigencia
son los siguientes:
· Espacios acondicionados u hoteles
para el aislamiento a personas en contacto estrecho que no puedan
realizar el aislamiento en sus viviendas.
· Unidades móviles las 24 horas para
el traslado de vecinos que necesiten ser atendidos de urgencia o
fuera del horario de atención del Operativo Detectar.
· Asistencia alimentaria, de
elementos de higiene personal y atención psicológica para las
personas internadas o aisladas en hoteles afectadas por el virus y a
las personas en contacto estrecho.
· Asistencia urgente a todos los
comedores y merenderos con elementos de limpieza, higiene,
bioseguridad y raciones de comida.
· Que se dé respuesta a la situación
habitacional, y prohibición de los desalojos.
· Acondicionamiento de los pisos
superiores de la escuela Walsh (donde funciona el operativo Detectar)
para realizar la espera de los resultados del test.
“Queremos que se presenten las
autoridades del gobierno nacional y de la ciudad y se tomen las
medidas necesarias y no a venir a decir mentiras como que están
asistiendo, porque si lo están haciendo está claro que es
insuficiente. Entonces, háganse cargo los que se tienen que hacer
cargo: la secretaría de Salud, la de Integración, y el gobierno de
la ciudad, a cargo de Larreta”, finalizó, con voz firme y
acongojada una vecina de Ramona, una de las cuatro muertes que esta
semana sembró en esa villa el letal virus de la desigualdad social.
El gobierno Argentino pone el acento
en la contención social y el sostenimiento del mercado de trabajo,
consumo y producción … pero la crisis por la deuda externa
heredada del Macrismo y el financierismo globalizado a punto de
explotar en el mundo por la “Deglobalización” forzada que esta
imponiendo la pandemia en las dinámicas económicas del planeta,
juegan su juego también en el territorio nacional.
Argentina impuso una dura cuarentena a
lo largo de todo el país el 20 de marzo, tan restrictiva como las
impuestas en Italia o España, cerrando sus fronteras completamente
con sólo 128 casos.
Esta respuesta decidida de parte del
gobierno de Alberto Fernández le otorgó reconocimiento local e
internacional, con una tasa de aprobación del 53% a principios de
mayo. A 14 de mayo, Argentina tenía 6 879 casos confirmados y
329 muertes de COVID-19, que contrastan con los cerca de 190 000
casos (13 240 muertes) que tenía Brasil o los 34 000 casos
(aunque sólo 346 muertes) de Chile. Con estos resultados, las
restricciones comenzaron a relajarse, con excepción del área
metropolitana de Buenos Aires.
¿Una victoria pírrica?
Pero este éxito puede ser una
victoria pírrica, dado que las opciones que tiene Fernández para
lidiar con los costos económicos y las presiones sociales emergentes
de la crisis son tan limitadas como complejas.
En diciembre del 2019, Fernández
asumió la presidencia de un país en recesión, con inflación de
dos dígitos y acelerándose, reservas monetarias en caída, y una
amenazante crisis de deuda en el horizonte.
En febrero, el FMI declaró
públicamente que los niveles de deuda externa de Argentina eran
insostenibles. A mediados de abril, el ministro de Economía Martín
Guzmán presentó un plan para reestructurar 70 mil millones de
dólares de deuda, incluyendo una moratoria de tres años en el pago
a los acreedores.
Mientras otros países discuten cómo
bajar o demorar el pago de los impuestos para aliviar la economía y
a sus ciudadanos sin acceso a crédito, Argentina persigue una salida
fiscal. Pero implementar impuestos de emergencia no es una tarea
sencilla.
Los impuestos como salida a la crisis
El politólogo argentino Guillermo
O’Donnell denominó “el juego imposible” al dilema que
enfrentaron los gobiernos argentinos durante 1950 y 1960, tratando de
balancear las presiones de los sectores militares conservadores, por
un lado, y de los gremios peronistas por el otro. Desde entonces,
consideramos que Argentina enfrenta otro juego imposible: ¿Cómo
financiar un estado con déficits crónicos sin sucumbir en una
crisis de deuda, o a la animosidad de los contribuyentes?
Comparado
con otros países en vías de desarrollo, Argentina tiene una alta
carga impositiva. A su vez, es un país con un amplio sector
informal, y una economía semi-industrializada con una dependencia
importante de la exportación de commodities
agropecuarios. Esto implica que las fuentes para extraer rentas
fiscales extraordinarias se limitan, a grandes rasgos, a las clases
medias y altas y al sector agroexportador.
A
través de impuestos a estos sectores fue cómo Argentina se recuperó
de la crisis del default
del 2001. Por aquel entonces, los gobiernos de Eduardo Duhalde y de
Néstor Kirchner implementaron gravámenes de emergencia a las
exportaciones de soja, trigo y otros cultivos, conocidos como
“retenciones”. Esto fue en un momento ventajoso, cuando los
precios globales de los commodities
agropecuarios estaban a niveles récord, lo que ayudó a los
productores locales a compensar la subida.
Combinado
con un default
que fue aplaudido en el Congreso nacional y a una crisis del sistema
político, esto le permitió a la administración kirchnerista
encontrar una salida fiscal a la crisis y al mismo tiempo consolidar
una base electoral que sustentaría su proyecto político por más de
una década.
El proceso no fue sencillo. En 2008,
frente a otra suba de las retenciones, “el campo” se rebeló, con
una protesta de cuatro meses que terminó con la derrota en el
Congreso del proyecto de ley oficialista. A partir de ese momento, la
política fiscal se volvió un tema cada vez más conflictivo,
oponiendo al gobierno peronista, con sus gremios aliados y apoyo
popular, contra sectores rurales y empresariales, y las clases medias
y altas de las grandes ciudades: un conflicto histórico e ideológico
sobre el contrato social y la estructura del estado entre sectores
que se consideran “pagadores de impuestos”, y otros vistos como
beneficiarios.
Cuando el gobierno conservador de
Mauricio Macri llegó al poder en 2015, sus primeras medidas
incluyeron una baja de las retenciones agropecuarias y la suspensión
de cuotas de exportación, disminuyendo el gasto público y diversos
subsidios –financiándose a través de deuda.
Más impuestos
La
crisis del COVID-19 ha reactivado el conflicto entre contribuyentes y
beneficiarios, con la administración Fernández apuntando otra vez
al sector agrario en busca de ingresos fiscales. Al llegar a la Casa
Rosada, el gobierno elevó las retenciones a la soja del 24.7% al
30%, y otro 3% en marzo. El campo respondió rápidamente con una
huelga de cuatro días. El contexto ya no es el mismo y la paciencia
es menor: los precios internacionales de los productos agropecuarios
son bajos y los productores tienen mucho menos margen para compensar
la suba.
A principios de 2020, el gobierno
sancionó un recargo del 30% a todas las operaciones que impliquen
adquisición de moneda extranjera, apuntando a los sectores más
altos. Conocido como “impuesto solidario”, el recargo se volvió
una carga para aquellos varados en el exterior con la pandemia. Un
proyecto para gravar por única vez los grandes patrimonios (conocido
como “impuesto Patria”) está siendo promovido por el ala dura
kirchnerista de la coalición gobernante.
Y a todo esto, inflación
El este contexto, los típicos
cacerolazos de Buenos Aires pasaron rápidamente de apoyar a los
trabajadores de la salud a promover una campaña para que los
políticos se bajen los sueldos. A su vez, un grupo de empresarios
hizo circular por las redes sociales una campaña pidiendo una
“rebelión fiscal” de 90 días.
El gobierno entiende los riesgos de
esta estrategia, pero necesita fondos. Con un clima social que se
enrarece y un conflicto político incipiente, el gobierno se financia
con una de las pocas herramientas a su disposición: la emisión
monetaria, con la base circulante expandiéndose un 30% de febrero a
marzo. Si la recaudación fiscal cae, cómo todo parece indicar, es
esperable que esta tendencia continúe o se acelere.
Pero la teoría monetaria dice que
este es el camino hacia la inflación, y en un país con una
inflación del casi 50% anual, los economistas ortodoxos advierten
del riesgo de una espiral inflacionaria.
No hay opciones fáciles para el
Presidente Fernández: seguir tasando a sectores ya descontentos, y
cementar su oposición, o alimentar presiones inflacionarias,
arriesgándose al descontento popular. En este juego imposible,
elegir el mal menor y demorar las consecuencias parece ser todo lo
que Fernández puede hacer.
El
articulo compartido fue escrito por Alejandro Milcíades Peña
Senior Lecturer in International Politics, University of York y
Matt Barlow PhD Candidate, University of York , en el portal “The
Conversation” y publicado en el sitio del Foro Economico Mundial …
refleja esa mirada globalizadora sobre nuestra realidad interpretada
desde esos centros del poder financiarizado.
La actividad económica global signada
por la pandemia de COVID-19 Desde principios de este año la economía
mundial enfrenta la pandemia generada por el SARS- COV -2 que produce
COVID-19, el mayor desafío humanitario desde la segunda guerra
mundial. S e trata de un virus que se propaga muy rápidamente y que
llevó a gobiernos de todo el mundo a implementar políticas
sanitarias tendientes a reducir el contacto entre las personas, para
disminuir la velocidad de infección y evitar que se produzca un
colapso del sistema de salud.
Las medidas de distanciamiento social,
aplicadas en gran parte del mundo con mayor o menor intensidad ,
permitieron que se produjera un amesetamiento de la cantidad de
nuevos casos confirma-dos y fallecimientos a nivel mundial. Esto fue
particularmente notorio en aquellos países que hasta el mo-mento se
han visto más afectados por la enfermedad, como EE.UU., Italia,
España, Francia y Reino Unido, que acumulaban alrededor de 70% del
total de fallecidos por COVID-19 a mediados de mayo.
Estas políticas necesarias para
“aplanar la curva epidemiológica” tienen un fuerte impacto
negativo en la actividad económica, al limitar el movimiento de las
personas, impidiendo a los trabajadores asistir con normalidad a sus
trabajos, reduciendo la producción y el consumo de bienes y
servicios.
El impacto inicial del COVID- 19 se
pod ría caracterizar como un shock de oferta. Tuvo como epicentro
Wuhan , una de las ciudades industriales más importantes de China y
uno de los más importantes hubs de las cadenas globales de valor.
Rápidamente las medidas de aislamiento social se trasladaron a casi
todo el resto de China , afectando la producción en otras regiones,
mientras que el COVID- 19 se transformaba en una pandemia global. De
es ta manera, la pandemia llevó a que las regiones que sumaban en el
peor momento de la crisis más del 50% del PIB mundial implementaran
fuertes medidas de restricción social.
En muy poco tiempo, ante el avance
territorial del brote y su transformación en pandemia, se produjo un
shock de demanda. En primer lugar, esto sucedió por el
comportamiento precautorio de los consumidores ante el temor a
contagiarse. Esto afectó principalmente a salidas recreativas,
turismo y a consumo no esencial, entre otras categorías. Pero a esto
se le sumó muy rápidamente el impacto de crecientes despi-dos o
pérdidas de ingresos y restricciones de liquidez para empresas y
trabajadores que llevaron a una retracción muy significativa del
consumo y la inversión privada. El impacto económico de la pandemia
en parte va a depender de cuán efectivas sean las respuestas de
política para hacer frente a esta retracción sin precedente de la
absorción privada.
mpacto en los mercados financierosLos
mercados financieros globales reflejaron el efecto de la elevadísima
incertidumbre respecto del deve-nir de la economía real, con caídas
en el precio de la mayoría de los activos y una “huida hacia la
calidad”, hacia aquellos activos considerados más seguros. Esto
puede verse tanto en las salidas de fondos desde países emergentes,
como en la baja de la tasa del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años
(ver gráfico 2.8), que llegó a valores mínimos de 0,54% anual a
mediados de marzo. La contracara de esto fue lo que ocurrió con la
aversión al riesgo. El índice VIX, que mide la volatilidad
implícita de las opciones llegó a un máximo de 82,69 superando el
valor alcanzado en medio de la CFG.Una de las características
distintivas de esta crisis en los mercados financieros fue la rapidez
con la que se produjo la corrección. E l índice S&P 500 de los
EE.UU., pasó del máximo del día 19 de febrero al mínimo del 23 de
marzo, acumulando una caída de 33,9% en tan sólo 33 días (y las
bolsas de los demás países tuvieron comportamientos similares).
Durante la CFG se alcanzó una caída de magnitud similar en un
pe-ríodo de 365 días (desde el 9 de octubre de 2007 al 8 de octubre
de 2008).
La recuperación posterior de los
mercados se dio con fuerte volatilidad, en la que se sucedieron días
en los que se registraron o bien la mayor caída o la mayor alza en
años, mientras el mercado incorporaba información tanto sobre la
gravedad de la pandemia como de las importantes medidas monetarias y
fis-cales que se adoptaban. Esta recuperación acumula un 28% de
aumento hasta el 15 de mayo, para haber recortado la caída a solo un
15% respecto del máximo. No obstante, podría no ser realista
suponer que no habrá nuevas correcciones en medio de una crisis
económica sin precedentes en la cual las compañías van a sufrir
grandes pérdidas, por lo que hay temores de que esta recuperación
vaya a ser bastante ines-table , y no muy perdurable.
También se produjo una fuerte caída
en los precios del petróleo, y se registró una volatilidad muy alta
como resultado de que a los efectos de la pandemia de COVID-19 sobre
la demanda global, se le sumó una guerra de precios entre Arabia
Saudita y Rusia (ver Apartado 3 / Caída del precio del petróleo).
Como consecuen-cia, el precio del crudo sufrió el 9 de marzo su
mayor caída en un día desde 1991, -24 % respecto del día anterior,
llegando a US$34 por barril en la variante Brent.
Las respuestas de política frente a
este escenario, los gobiernos y los bancos centrales tomaron una
serie de medidas de política económica para proteger los ingresos
de los hogares más afectados, para evitar que situaciones de
liqui-dez temporales por la falta de ingresos se transformen en
problemas de solvencia con quiebras masivasde empresas, y para evitar
que aumente el estrés en el sistema financiero. Las medidas tomadas
hasta el momento no son tanto de estímulo anticíclicas, sino que
buscan evitar un grave daño masivo y permanente del entramado
económico, facilitando la recuperación. Todo el conjunto de medidas
anunciado fue muy amplio, superando holgadamente la magnitud de las
medidas tomadas en respuesta a la CFG de 2008-09 . El foco de las
medidas más relevantes de los bancos centrales estuvo en evitar
disrupciones en los diferentes mercados: el interbancario de corto
plazo; el de títulos públicos; el de deuda corporativa y el de l
iquidez global de dólares americanos. Además, los bancos centrales
tomaron medidas para brindar fondos a ciertos sec-tores del sector
privado, pero también al sector público y relajaron algunas
regulaciones macroprudenciales. Las medidas más importantes de los
principales bancos centrales de países avanzados fueron las
siguien-tes (ver Gráfico 2.9): •Reserva Federal de EE.UU.:
expandió la oferta de dinero en más de 10 puntos del PIB en lo que
va de2020, a través diferentes programas incluyendo: 1) compras sin
límite de títulos del tesoro(Quantitative Easing, QE); 2) Money
Market Mutual Fund Liquidity Facility; 3) Foreign and
internationalmonetary authorities repo facility para dar liquid ez a
otras autoridades monetarias; 4) CommercialPaper Funding Facility que
se estima podría llegar a US$1 trillón (5% del PIB), 5) diversas
medidaspara las PyMEs; y 6) una línea se swaps con otros bancos
centrales para brindar liquidez en dólares(ver Apartado 2 / La
necesidad de un abordaje internacional coordinado frente a la
crisis).•Banco de Inglaterra: programa de compra de activos por el
equivalente a 30% del PIB. Además,relanzó la facilidad HMT
overdraft por la que financiará directamente al Tesoro
transitoriamente,sin pasar por el mercado de bonos, y sin límite
alguno.•Banco Central Europeo: implementó un programa de compra de
activos por más de €750 mil mi-llones , entre otras líneas.•Banco
de Japón: programa de compra de títulos del tesoro ilimitado.Las
medidas fiscales consistieron en el aumento del gasto (especialmente
en el sector salud) y en reduc-ciones o diferimientos de imp uestos,
préstamos y transferencias a las familias y empresas especialmente
afectad as por la crisis y el otorgamiento de garantías a préstamos
al sector privado. De las medidas de apoyo fiscal, las tomadas por
los países del G20 representan 5 puntos del PIB mundial (ver
Apartado 2 / La necesidad de un abordaje internacional coordinado
frente a la crisis y Gráfico 2.10 ). Los paquetes de estímulo
fiscal son tan importantes en los países avanzados que el FMI prevé
que estas economías terminarán 2020 con un déficit de 11% del PIB.
Por su parte, los paquetes de estímulo fiscal en los mercados
emergentes han sido menores, dado el menor espacio fiscal con el que
cuentan.
El comercio exterior reflejará tanto
la caída de la actividad local como la inédita reducción de la
demanda externa y los precios internacionales de las materias
primasLos flujos comerciales de bienes de la Argentina vienen
reduciéndose en términos reales desde mayo de 2018, principalmente
por un derrumbe de las importaciones ante una crisis de balance de
pagos. Reciente-mente, a ello se sumó una marcada caída de las
exportaciones. Las cantidades exportadas de bienes cayeron 13% s.e.
en el primer trimestre de 2020. Aproximadamente la mitad de esta
caída se debe a los menores envíos de productos primarios, los que
habían alcanzado un máximo histórico en el último trimestre de
2019. Las cantidades importadas volvieron a caer en el primer
trimestre (3% s.e.) y ya acumulan nueve trimestres consecutivos en
baja. De esta manera, la contribución del sector externo en el PIB
del primer trimestre sería fuertemente negativa. En marzo, esta
trayectoria declinante se acentuó como consecuencia de las medidas
internacionales y locales de contención frente al COVID-19. Los
valores exportados se desplomaron 11,6% s.e. respecto afebrero y los
valores importados volvieron a retroceder 8,5% s.e., ubicándose en
niveles del último trimestre de 2009. Hasta marzo esta caída de los
flujos comerciales respondió exclusivamente a una baja de las
cantidades (ver Gráfico 3.10).
Se espera que los efectos de la
pandemia sobre el comercio exterior se intensifiquen durante el
segundo trimestre. Sobre las exportaciones de bienes incidirán
factores externos, que operan sobre los precios (en particular de las
materias primas) y las cantidades (sobre todo en el caso de las
manufacturas); y también factores internos que limitarán
transitoriamente la oferta de productos transables.
La baja del dólar “blue” de ayer
trajo cierto alivio, sobre todo por el crecimiento exponencial de la
semana anterior. Una noticia más que bienvenida, que se combinó con
bajas del MEP y el CCL, pero que no deben pasar por alto que la
brecha ya se mide con tres dígitos. Un informe de GMA Capital
explica los drivers detrás de la brecha.
1.
Monetización del déficit.
Con el BCRA como único prestamista, en lo que va del año envió
$805.000 M al Tesoro. “En paralelo, los agregados monetarios viajan
a velocidades no vistas en casi 30 años. El
M2 privado (que incluye el circulante, cuentas corrientes y cajas de ahorro del sector privado) trepa a un impresionante 90% interanual, el doble que la inflación”, dicen.
M2 privado (que incluye el circulante, cuentas corrientes y cajas de ahorro del sector privado) trepa a un impresionante 90% interanual, el doble que la inflación”, dicen.
2.
Tasas negativas.
Antes de las regulaciones que el BCRA estipuló para esta semana
(piso de tasas pasivas de 26,6% TNA), los plazos fijos rendían 13%
por debajo de la inflación esperada.
3.
Incertidumbre por deuda. Ayer,
la expectativa de un acuerdo ayudó a calmar la fiebre verde, pero no
hay nada dicho y se deberán esperar los números del viernes 22
4.
El cepo y reservas.
Incluso sin pagos de deuda, el BCRA no puede detener la sangría de
dólares, en particular en los depósitos. “Apareció una bandera
roja en las reservas netas: se ubican por debajo de los US$ 10.000
M”, dicen GMA.
5. Menos competitividad. “De acuerdo con el ITCRM, el dólar comercial de Argentina tiene el mismo nivel de competitividad que antes de las PASO. Es decir, un dólar de $ 68 es similar a un dólar de $ 45 de aquel entonces. Pero las devaluaciones de emergentes complicaron la dinámica particular con ciertos países (…) La menor competitividad es un factor de presión sobre las expectativas de devaluación del dólar oficial. Es una razón para que la brecha se reduzca ‘desde abajo’”, agregan y dicen que la expectativa hoy es que el oficial termine 2020 más arriba de lo pensado poco tiempo atrás.
6.
Posición técnica en bonos en pesos.
Según estimaciones de 1816, de la tenencia privada total de bonos en
pesos (US$ 14.000 millones), la mitad estaría explicada por
inversores no residentes. Estos bonistas compraron deuda en moneda
local para hacer carry trade, confiando en la ‘historia argentina’.
En la actualidad, cada recuperación de la ‘curva pesos’, dice
GMA y “cada retroceso del CCL es una oportunidad de salida de
Argentina”.
7.
Sin brújula.
“Es innegable que la ausencia de un plan macro contribuye a hacer
el horizonte financiero más nebuloso”, dicen en GMA. Hay quienes
esperan una corrección y un reequilibrio cuando pase la pandemia y
quienes, con más pesimismo, temen que los desequilibrios ya serán
difíciles de revertir.
Los sectores financieros insisten con
la ausencia de un plan y con ciertos indicadores a los contribuyen a
inestabilizar …
La reacción ante el actual panoramaha
suscitado una falsa dicotomía “Economía o Salud”. Decimos que
este dilema no existe por una la simple razón:si no se hubiesen
llevado a cabo las medidas de contención, las distintas sociedades
habrían registrado una cantidad de muertos sin precedentes y los
Estados que no las han adoptado no están a salvo de la crisis, ni
mucho menos. La clave radica en tomar medidas que eviten la
propagación del virus y, al mismo tiempo, mediante el accionar del
Estado ejecutar políticas económicas que reduzcan al mínimo el
daño provocado por el paso de la pandemia.
Este contexto inevitablemente se
resentirá en la actividad mundial. De hecho,el informe del FMI del
mes de abril proyecta una caída del 3% del PBI mundial para este
año. En ese contexto, la Argentina pese al arrastre recesivo y su
contexto de renegociación de la deuda aparece por sobre las
principales potencias de Europa y la región, en materia de
crecimiento económico para el próximo bienio.
De este modo, si se logra evitar
fallecidos a mansalva y colapso del sistema sanitaria y además, se
cumple lo proyectado, el escenario de cara a los años venideros será
promisorio.
El gobierno argentino fue de los
pioneros en tomar la decisión de un confinamiento total obligatorio,
que paulatinamente en base a los datos de cada geografía se
flexibiliza en mayor o menor medida. Su contracara es el Brasil de
Bolsonaro. Los resultados están a la vista: Argentina al 8 de mayo
tiene 5.300 contagiados confirmados, mientras Brasil ya tiene más de
135 mil. La cantidad de muertes totales al 8 de mayo en nuestro país
alcanza los 293casos, mientras que en el país vecino supera los
10.000. Cabe aclarar que, al 17 de marzo, ambos países tenían dos
muertos por Covid-19. La comparación con Brasil no es caprichosa,
sino que muestra un contraste grande entre las políticas sanitarias
que se decidieron implementar en ambos países y sus consecuencias.
Uno de los desafíos será sostener el
empleo: no solo para no agrandar el universo de desocupados a los que
asiste de diversas formas, sino porque funciona como un organizador
social y será clave para los meses venideros. En este punto, la
protección laboral local, pone a la argentina en un lugar, al menos
en términos relativos, en el que pueden esperarse buenos resultados.
El gobierno nacional, además, está
lanzando diferentes medidas expansivas, incrementando fuertemente el
gasto público. A pesar de estar en default virtual y sumergido en
una crisis económica desde hace dos años, el esfuerzo monetario de
la administración actual es considerable.
Una de las medidas troncales de ayuda
económica para las familias es el Ingreso Familiar de Emergencia
(IFE), una ayuda monetaria para los meses de abril y mayo de $10 mil
mensuales destinada a trabajadores informales, trabajadoras de casas
particulares, monotributistas sociales y de las categorías A y B que
llega actualmente a casi 8 millones de personas (además, se viene
evaluando su ampliación a trabajadores monotributistas clases C y
D), pretendiendo llegar al universo más amplio posible, pese a la
amplia informalidad de la economía doméstica.
En estos tres meses la administración
calcula destinar a paquetes fiscales de políticas de emergencia,
inyecciones de facilidades financieras y políticas de ingresos, un
total de 2,33billones de pesos, el equivalente a 7,7% del PBI.
Dentro de ello, se incluye al Programa
de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción(ATP), en el
que el Estado se hace cargo del 50% de los salarios de los
trabajadores cuyas empresas se hayan visto afectadas. De esta forma,
y contando los empleos públicos, el Estado pagará (total o
parcialmente) el salario de 5,3 millones de trabajadores
registrados.•En este informe se analizarán las mismas, de modo de
otorgar una perspectiva de lo que hubiera pasado de no adoptarlas.
Para eso se mostrarán los otros casos extremos, como por ejemplo
Brasil en lo sanitario o los Estados Unidos que, con un mercado de
trabajo desprotegido ha tenido enorme problemas para la contención
de los empleos incluso sin aislamiento obligatorio.
Las interpretaciones sectoriales,
parciales e interesadas no pueden imponerse frente a una realidad que
evidencia las desigualdades mas allá de cualquier lectura que se
haga sobre la pobreza en el mundo. Lo aberrante mas que la pobreza,
es que un reducido grupo de personas en el mundo concentren varias
veces las posibilidades de vida digna y accesos elementales a muchos
otros, solo explicables por un sistema global de reparto que intenta
justificar lo injustificable y deshumanizante.
Daniel Roberto Távora Mac Cormack
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