Miércoles 20 de mayo de 2020

De actores, pandemias , finanzas, industria y sectores populares.

Que la realidad es compleja no significa que sea difícil para la comprensión humana, en la medida que el uso de la razón inteligente nos permite interpretar los datos y la información de diversas y variadas fuentes, entendiendo que esa complejidad es el resultado de las relaciones que se establecen entre personas, grupos, instituciones y colectivos humanos que toman decisiones cuyos efectos impactan de alguna manera en otros.



TIEMPOS DE PANDEMIA …

El nuevo coronavirus puede haber llegado para quedarse, advirtió esta semana la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El SARS-CoV-2, causante de la enfermedad covid-19, ya ha sido diagnosticado en más de 4,2 millones de personas en todo el mundo y hasta este jueves había dejado 300.000 muertos.

Los expertos no tienen claro cuándo se podrá frenar su expansión y ahora advierten que puede que el virus no desaparezca nunca.
"Es importante poner este asunto encima de la mesa: podría convertirse en otro virus endémico en nuestras comunidades, y estos virus pueden no irse nunca", dijo Michael Ryan, el director de Emergencias Sanitarias de la OMS el pasado miércoles.

"Creo que es importante que seamos realistas y no me parece que nadie pueda predecir cuándo desaparecerá la enfermedad", añadió.
Pero ¿qué es exactamente un virus endémico?
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recogen la definición de este y otros términos del ámbito de la epidemiología en su página web.

Endémico "se refiere a la constante presencia y/o habitual prevalencia de una enfermedad o un agente infeccioso en una población de una área geográfica", explican los CDC.

También incluyen el término "hiperendémico", que se refiere a altos y persistentes niveles de ocurrencia de una enfermedad.

En palabras de Rosalind Eggo, académica especialista en enfermedades infecciosas de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, "la infección endémica está presente en una zona de manera permanente, durante todo el año, todo el tiempo, año tras año".

La existencia de un virus endémico no se debe confundir con la de una epidemia o una pandemia, tal como se lo aclaró la experta a la BBC para otro artículo.
  • Epidemia: un aumento de casos seguido de un punto máximo y, luego, una disminución.
  • Pandemia: una epidemia que ocurre en todo el mundo más o menos al mismo tiempo.
Pese a que el SARS-CoV-2 tenga el potencial de convertirse en un virus endémico, eso no significa que sea incontrolable, expuso Ryan, de la OMS.

Y mencionó el caso del VIH, el virus que puede causar el sida, en su alocución.
"El VIH no ha desaparecido, pero hemos encontrado la forma de convivir con el virus. Encontramos tratamientos y métodos de prevención y las personas no se sienten asustadas como se sentían en un principio y podemos garantizar la vida de quienes conviven con el virus", explicó.
El VIH se conoce desde hace cuatro décadas y aún no existe una vacuna para combatirlo.

Según datos de la OMS, hasta 2018 la enfermedad se había cobrado la vida de más de 32 millones de personas y unos 40 millones convivían con el virus.

A pesar de que "continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial", dice la OMS, "la infección de VIH se ha convertido en un problema de salud crónico llevadero que permite a las personas que viven con el virus llevar una vida larga y saludable".
Ello debido a que la medicina ha logrado desarrollar diagnósticos tempranos y tratamientos paliativos. Sin embargo, no se tiene una cura.
Aquí recogemos otros ejemplos de infecciones endémicas mencionados por la experta de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

La varicela

Una enfermedad producto de un virus endémico existente desde hace siglos es la varicela, la cual se disemina en la población a través del altamento contagioso virus varicela-zóster (VVZ).

"La varicela puede ser grave, especialmente en los bebés, los adolescentes, los adultos y las personas con el sistema inmunitario debilitado", explican los CDC.

Las personas que nunca han tenido la enfermedad, o que no se han vacunado para prevenirla, son los receptores del virus y suelen contraerlo al tocar o inhalar partículas provenientes de las ampollas de la varicela.

Y es que la persona contagiada desarrolla de 250 a 500 ampollas que causan mucha picazón. Al ser frotadas, liberan las partículas.
Países con falta de recursos, en donde no se ha aplicado un esquema de vacunación general, son los más afectados por los brotes endémicos del virus.

La malaria (paludismo)

El paludismo -conocido comúnmente como malaria- es otra enfermedad endémica desde hace décadas y para el cual se ha desarrollado la vacuna recientemente. 
Su transmisión se da por parásitos del género Plasmodium que son contagiados a través de la picadura del mosquito hembra Anopheles infectado.

En 2018 se registraron 228 millones de casos de malaria en el mundo, de los cuales más de 400.000 derivaron en la muerte de la persona contagiada, según la OMS.

El 67% de las víctimas fatales fueron niños menores de cinco años.
El principal método de prevención ha sido la fumigación contra los mosquitos, particularmente en África, donde se concentra la mayor parte de los casos.
También se emplean antipalúdicos, uno de ellos la cloroquina (y su derivado, hidroxicloroquina), fármacos que se están investigando para el covid-19 y cuyo uso ha sido controvertido.

No fue hasta 2015 que se desarrolló la primera vacuna para combatir esta enfermedad, pero ofrece una protección parcial a los niños.
La primera distribución de la vacuna a gran escala tuvo lugar en 2019, según la OMS.

Los habitantes de los asentamientos informales enfrentan amenazas de salud generadas por el COVID-19 similares a las del resto de la sociedad, pero las vulnerabilidades sistémicas que presentan los ponen en una situación de mayor riesgo frente a la emergencia sanitaria y sus impactos. Es por ello que es necesario pensar en un abordaje multidisciplinario, multisectorial y multinivel para la atención de las problemáticas en los barrios populares. Este documento expone medidas y recomendaciones que se pueden utilizar para intervenir efectivamente en gestionar la emergencia y la recuperación de estas zonas de las ciudades.” destaca un informe del Banco Interamericano de Desarrollo publicado hace unos pocos días ( https://publications.iadb.org/es/publications/spanish/document/Que-podemos-hacer-para-responder-al-COVID-19-en-la-ciudad-informal.pdf
 

La pandemia no afecta a todos por igual pero esa desigualdad no es su resultado. Por el contrario. La pandemia solo pone de manifiesto la tremenda desigualdad que persiste en el mundo, y frente a una aparente reducción de los niveles de pobreza que habría que discutir en tanto si disminuye el porcentaje de pobres respecto a un territorio pero sin tener en cuenta el dato de crecimiento poblacional, la reducción porcentual aparente significa un mayor número de personas en condiciones de pobreza. De modo inverso, lo que hoy se considera pobreza incluye algunos servicios que modifican hacia mejores condiciones la idea de que sin esos servicios, que antes no eran considerados como parte de la condición de bienestar mínima de la vida de personas y grupos familiares. El cambio en los modelos de relevar la medición de condición de pobreza resultan de estas y otras variables que ofrecen los datos a interpretaciones diferentes y hasta opuestas respecto a si se ha mejorado o no la situación de la pobreza en el mundo. Lo que no se puede negar que una buena parte de la población del planeta esta alejada de condiciones mínimas de bienestar y calidad de vida digna y acceso a alimentos, salud, vivienda, condiciones básicas para cualquier desarrollo individual o social.

En Argentina esto se ve reflejado de diversas maneras …

Conteniendo la bronca, superando el miedo y con la firmeza de estar expresando un consenso el Comité de Crisis de la Villa 31 ofreció este mediodía una conferencia de prensa que consistió primero en la lectura colectiva del texto elaborado por todas las organizaciones sociales que lo integran –comedores comunitarios, merenderos, asociaciones civiles y políticas, referentes y las iglesias- que resumió un pedido concreto: declarar la emergencia sanitaria, habitacional y alimentaria de la villa y conformar una mesa de trabajo entre el gobierno nacional, el porteño y el barrio para dar respuestas concretas al azote de la pandemia, que no es producto de un virus, sino consecuencia de largos años de olvido, desigualdad y sordera estatal. El hacinamiento, la mal llamada “urbanización” y la falta de provisiones mínimas e imprescindibles son los principales responsables de que hoy esa villa tenga que estar de luto por cuatro muertes y aterrorizada por alcanzar ya casi 900 infectados, sintetizaron.

Son quienes ponen el pecho a estas balas”, resumió el cura Guillermo Torres para definir quienes fueron la voz de estos reclamos. Las primeras en hablar fueron las promotoras sanitarias, sobre quienes recaen las tareas de detección de posibles infectados y quienes mayores riesgos corrieron este mediodía por hablar en voz alta, ya que sus puestos de trabajo –disfrazados de becas- son como todo en esa villa, precarios y dependientes del disciplinador del Estado porteño. Mostraron así, públicamente, que sólo hay 16 mujeres -que cobran 14 mil pesos mensuales- para responder a esta pandemia en un barrio poblado por 60 mil personas. Hablaron también las responsables de comedores y merenderos comunitarios, que narraron la falta de provisiones en un barrio azotado por el hambre. Y hablaron los referentes de las diferentes zonas en las que se divide esa villa, contando cómo advirtieron a las autoridades las necesidades cuando todavía esta pesadilla que viven hoy era posible de prevenirse y evitarse. “Si sigue el ritmo que tiene hoy la tendencia actual de contagios, en dos semana estamos todos infectados”, resumió Julián, fundador de El Campito, el mítico club de rugby de la villa. Fue él quien al turno de las preguntas de los medios presentes –muchos y variados- cuándo le preguntaron quién era el responsable de la falta de suministro que tuvo esa villa respondió: “Nosotros no estamos acá para señalar responsables, sino para exigir respuestas. Todos sabemos quiénes son los que nos llevaron a esta situación, pero ahora es momento de producir una salida ya, porque la situación es crítica y urgente”.


Los puntos concretos de esta exigencia son los siguientes:
· Espacios acondicionados u hoteles para el aislamiento a personas en contacto estrecho que no puedan realizar el aislamiento en sus viviendas.
· Unidades móviles las 24 horas para el traslado de vecinos que necesiten ser atendidos de urgencia o fuera del horario de atención del Operativo Detectar.
· Asistencia alimentaria, de elementos de higiene personal y atención psicológica para las personas internadas o aisladas en hoteles afectadas por el virus y a las personas en contacto estrecho.
· Asistencia urgente a todos los comedores y merenderos con elementos de limpieza, higiene, bioseguridad y raciones de comida.
· Que se dé respuesta a la situación habitacional, y prohibición de los desalojos.
· Acondicionamiento de los pisos superiores de la escuela Walsh (donde funciona el operativo Detectar) para realizar la espera de los resultados del test.
Queremos que se presenten las autoridades del gobierno nacional y de la ciudad y se tomen las medidas necesarias y no a venir a decir mentiras como que están asistiendo, porque si lo están haciendo está claro que es insuficiente. Entonces, háganse cargo los que se tienen que hacer cargo: la secretaría de Salud, la de Integración, y el gobierno de la ciudad, a cargo de Larreta”, finalizó, con voz firme y acongojada una vecina de Ramona, una de las cuatro muertes que esta semana sembró en esa villa el letal virus de la desigualdad social.

El gobierno Argentino pone el acento en la contención social y el sostenimiento del mercado de trabajo, consumo y producción … pero la crisis por la deuda externa heredada del Macrismo y el financierismo globalizado a punto de explotar en el mundo por la “Deglobalización” forzada que esta imponiendo la pandemia en las dinámicas económicas del planeta, juegan su juego también en el territorio nacional.


Argentina impuso una dura cuarentena a lo largo de todo el país el 20 de marzo, tan restrictiva como las impuestas en Italia o España, cerrando sus fronteras completamente con sólo 128 casos.
Esta respuesta decidida de parte del gobierno de Alberto Fernández le otorgó reconocimiento local e internacional, con una tasa de aprobación del 53% a principios de mayo. A 14 de mayo, Argentina tenía 6 879 casos confirmados y 329 muertes de COVID-19, que contrastan con los cerca de 190 000 casos (13 240 muertes) que tenía Brasil o los 34 000 casos (aunque sólo 346 muertes) de Chile. Con estos resultados, las restricciones comenzaron a relajarse, con excepción del área metropolitana de Buenos Aires.

¿Una victoria pírrica?

Pero este éxito puede ser una victoria pírrica, dado que las opciones que tiene Fernández para lidiar con los costos económicos y las presiones sociales emergentes de la crisis son tan limitadas como complejas.

En diciembre del 2019, Fernández asumió la presidencia de un país en recesión, con inflación de dos dígitos y acelerándose, reservas monetarias en caída, y una amenazante crisis de deuda en el horizonte.
En febrero, el FMI declaró públicamente que los niveles de deuda externa de Argentina eran insostenibles. A mediados de abril, el ministro de Economía Martín Guzmán presentó un plan para reestructurar 70 mil millones de dólares de deuda, incluyendo una moratoria de tres años en el pago a los acreedores.

Mientras otros países discuten cómo bajar o demorar el pago de los impuestos para aliviar la economía y a sus ciudadanos sin acceso a crédito, Argentina persigue una salida fiscal. Pero implementar impuestos de emergencia no es una tarea sencilla.

Los impuestos como salida a la crisis

El politólogo argentino Guillermo O’Donnell denominó “el juego imposible” al dilema que enfrentaron los gobiernos argentinos durante 1950 y 1960, tratando de balancear las presiones de los sectores militares conservadores, por un lado, y de los gremios peronistas por el otro. Desde entonces, consideramos que Argentina enfrenta otro juego imposible: ¿Cómo financiar un estado con déficits crónicos sin sucumbir en una crisis de deuda, o a la animosidad de los contribuyentes?

Comparado con otros países en vías de desarrollo, Argentina tiene una alta carga impositiva. A su vez, es un país con un amplio sector informal, y una economía semi-industrializada con una dependencia importante de la exportación de commodities agropecuarios. Esto implica que las fuentes para extraer rentas fiscales extraordinarias se limitan, a grandes rasgos, a las clases medias y altas y al sector agroexportador.

A través de impuestos a estos sectores fue cómo Argentina se recuperó de la crisis del default del 2001. Por aquel entonces, los gobiernos de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner implementaron gravámenes de emergencia a las exportaciones de soja, trigo y otros cultivos, conocidos como “retenciones”. Esto fue en un momento ventajoso, cuando los precios globales de los commodities agropecuarios estaban a niveles récord, lo que ayudó a los productores locales a compensar la subida.

Combinado con un default que fue aplaudido en el Congreso nacional y a una crisis del sistema político, esto le permitió a la administración kirchnerista encontrar una salida fiscal a la crisis y al mismo tiempo consolidar una base electoral que sustentaría su proyecto político por más de una década.

El proceso no fue sencillo. En 2008, frente a otra suba de las retenciones, “el campo” se rebeló, con una protesta de cuatro meses que terminó con la derrota en el Congreso del proyecto de ley oficialista. A partir de ese momento, la política fiscal se volvió un tema cada vez más conflictivo, oponiendo al gobierno peronista, con sus gremios aliados y apoyo popular, contra sectores rurales y empresariales, y las clases medias y altas de las grandes ciudades: un conflicto histórico e ideológico sobre el contrato social y la estructura del estado entre sectores que se consideran “pagadores de impuestos”, y otros vistos como beneficiarios.


Cuando el gobierno conservador de Mauricio Macri llegó al poder en 2015, sus primeras medidas incluyeron una baja de las retenciones agropecuarias y la suspensión de cuotas de exportación, disminuyendo el gasto público y diversos subsidios –financiándose a través de deuda.

Más impuestos

La crisis del COVID-19 ha reactivado el conflicto entre contribuyentes y beneficiarios, con la administración Fernández apuntando otra vez al sector agrario en busca de ingresos fiscales. Al llegar a la Casa Rosada, el gobierno elevó las retenciones a la soja del 24.7% al 30%, y otro 3% en marzo. El campo respondió rápidamente con una huelga de cuatro días. El contexto ya no es el mismo y la paciencia es menor: los precios internacionales de los productos agropecuarios son bajos y los productores tienen mucho menos margen para compensar la suba.

A principios de 2020, el gobierno sancionó un recargo del 30% a todas las operaciones que impliquen adquisición de moneda extranjera, apuntando a los sectores más altos. Conocido como “impuesto solidario”, el recargo se volvió una carga para aquellos varados en el exterior con la pandemia. Un proyecto para gravar por única vez los grandes patrimonios (conocido como “impuesto Patria”) está siendo promovido por el ala dura kirchnerista de la coalición gobernante.

Y a todo esto, inflación

El este contexto, los típicos cacerolazos de Buenos Aires pasaron rápidamente de apoyar a los trabajadores de la salud a promover una campaña para que los políticos se bajen los sueldos. A su vez, un grupo de empresarios hizo circular por las redes sociales una campaña pidiendo una “rebelión fiscal” de 90 días.

El gobierno entiende los riesgos de esta estrategia, pero necesita fondos. Con un clima social que se enrarece y un conflicto político incipiente, el gobierno se financia con una de las pocas herramientas a su disposición: la emisión monetaria, con la base circulante expandiéndose un 30% de febrero a marzo. Si la recaudación fiscal cae, cómo todo parece indicar, es esperable que esta tendencia continúe o se acelere.

Pero la teoría monetaria dice que este es el camino hacia la inflación, y en un país con una inflación del casi 50% anual, los economistas ortodoxos advierten del riesgo de una espiral inflacionaria.
 

No hay opciones fáciles para el Presidente Fernández: seguir tasando a sectores ya descontentos, y cementar su oposición, o alimentar presiones inflacionarias, arriesgándose al descontento popular. En este juego imposible, elegir el mal menor y demorar las consecuencias parece ser todo lo que Fernández puede hacer.

El articulo compartido fue escrito por Alejandro Milcíades Peña Senior Lecturer in International Politics, University of York y Matt Barlow PhD Candidate, University of York , en el portal “The Conversation” y publicado en el sitio del Foro Economico Mundial … refleja esa mirada globalizadora sobre nuestra realidad interpretada desde esos centros del poder financiarizado.

La actividad económica global signada por la pandemia de COVID-19 Desde principios de este año la economía mundial enfrenta la pandemia generada por el SARS- COV -2 que produce COVID-19, el mayor desafío humanitario desde la segunda guerra mundial. S e trata de un virus que se propaga muy rápidamente y que llevó a gobiernos de todo el mundo a implementar políticas sanitarias tendientes a reducir el contacto entre las personas, para disminuir la velocidad de infección y evitar que se produzca un colapso del sistema de salud.

Las medidas de distanciamiento social, aplicadas en gran parte del mundo con mayor o menor intensidad , permitieron que se produjera un amesetamiento de la cantidad de nuevos casos confirma-dos y fallecimientos a nivel mundial. Esto fue particularmente notorio en aquellos países que hasta el mo-mento se han visto más afectados por la enfermedad, como EE.UU., Italia, España, Francia y Reino Unido, que acumulaban alrededor de 70% del total de fallecidos por COVID-19 a mediados de mayo.

Estas políticas necesarias para “aplanar la curva epidemiológica” tienen un fuerte impacto negativo en la actividad económica, al limitar el movimiento de las personas, impidiendo a los trabajadores asistir con normalidad a sus trabajos, reduciendo la producción y el consumo de bienes y servicios.

El impacto inicial del COVID- 19 se pod ría caracterizar como un shock de oferta. Tuvo como epicentro Wuhan , una de las ciudades industriales más importantes de China y uno de los más importantes hubs de las cadenas globales de valor. Rápidamente las medidas de aislamiento social se trasladaron a casi todo el resto de China , afectando la producción en otras regiones, mientras que el COVID- 19 se transformaba en una pandemia global. De es ta manera, la pandemia llevó a que las regiones que sumaban en el peor momento de la crisis más del 50% del PIB mundial implementaran fuertes medidas de restricción social.

En muy poco tiempo, ante el avance territorial del brote y su transformación en pandemia, se produjo un shock de demanda. En primer lugar, esto sucedió por el comportamiento precautorio de los consumidores ante el temor a contagiarse. Esto afectó principalmente a salidas recreativas, turismo y a consumo no esencial, entre otras categorías. Pero a esto se le sumó muy rápidamente el impacto de crecientes despi-dos o pérdidas de ingresos y restricciones de liquidez para empresas y trabajadores que llevaron a una retracción muy significativa del consumo y la inversión privada. El impacto económico de la pandemia en parte va a depender de cuán efectivas sean las respuestas de política para hacer frente a esta retracción sin precedente de la absorción privada.

mpacto en los mercados financierosLos mercados financieros globales reflejaron el efecto de la elevadísima incertidumbre respecto del deve-nir de la economía real, con caídas en el precio de la mayoría de los activos y una “huida hacia la calidad”, hacia aquellos activos considerados más seguros. Esto puede verse tanto en las salidas de fondos desde países emergentes, como en la baja de la tasa del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años (ver gráfico 2.8), que llegó a valores mínimos de 0,54% anual a mediados de marzo. La contracara de esto fue lo que ocurrió con la aversión al riesgo. El índice VIX, que mide la volatilidad implícita de las opciones llegó a un máximo de 82,69 superando el valor alcanzado en medio de la CFG.Una de las características distintivas de esta crisis en los mercados financieros fue la rapidez con la que se produjo la corrección. E l índice S&P 500 de los EE.UU., pasó del máximo del día 19 de febrero al mínimo del 23 de marzo, acumulando una caída de 33,9% en tan sólo 33 días (y las bolsas de los demás países tuvieron comportamientos similares). Durante la CFG se alcanzó una caída de magnitud similar en un pe-ríodo de 365 días (desde el 9 de octubre de 2007 al 8 de octubre de 2008).

La recuperación posterior de los mercados se dio con fuerte volatilidad, en la que se sucedieron días en los que se registraron o bien la mayor caída o la mayor alza en años, mientras el mercado incorporaba información tanto sobre la gravedad de la pandemia como de las importantes medidas monetarias y fis-cales que se adoptaban. Esta recuperación acumula un 28% de aumento hasta el 15 de mayo, para haber recortado la caída a solo un 15% respecto del máximo. No obstante, podría no ser realista suponer que no habrá nuevas correcciones en medio de una crisis económica sin precedentes en la cual las compañías van a sufrir grandes pérdidas, por lo que hay temores de que esta recuperación vaya a ser bastante ines-table , y no muy perdurable.

También se produjo una fuerte caída en los precios del petróleo, y se registró una volatilidad muy alta como resultado de que a los efectos de la pandemia de COVID-19 sobre la demanda global, se le sumó una guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia (ver Apartado 3 / Caída del precio del petróleo). Como consecuen-cia, el precio del crudo sufrió el 9 de marzo su mayor caída en un día desde 1991, -24 % respecto del día anterior, llegando a US$34 por barril en la variante Brent.

Las respuestas de política frente a este escenario, los gobiernos y los bancos centrales tomaron una serie de medidas de política económica para proteger los ingresos de los hogares más afectados, para evitar que situaciones de liqui-dez temporales por la falta de ingresos se transformen en problemas de solvencia con quiebras masivasde empresas, y para evitar que aumente el estrés en el sistema financiero. Las medidas tomadas hasta el momento no son tanto de estímulo anticíclicas, sino que buscan evitar un grave daño masivo y permanente del entramado económico, facilitando la recuperación. Todo el conjunto de medidas anunciado fue muy amplio, superando holgadamente la magnitud de las medidas tomadas en respuesta a la CFG de 2008-09 . El foco de las medidas más relevantes de los bancos centrales estuvo en evitar disrupciones en los diferentes mercados: el interbancario de corto plazo; el de títulos públicos; el de deuda corporativa y el de l iquidez global de dólares americanos. Además, los bancos centrales tomaron medidas para brindar fondos a ciertos sec-tores del sector privado, pero también al sector público y relajaron algunas regulaciones macroprudenciales. Las medidas más importantes de los principales bancos centrales de países avanzados fueron las siguien-tes (ver Gráfico 2.9): •Reserva Federal de EE.UU.: expandió la oferta de dinero en más de 10 puntos del PIB en lo que va de2020, a través diferentes programas incluyendo: 1) compras sin límite de títulos del tesoro(Quantitative Easing, QE); 2) Money Market Mutual Fund Liquidity Facility; 3) Foreign and internationalmonetary authorities repo facility para dar liquid ez a otras autoridades monetarias; 4) CommercialPaper Funding Facility que se estima podría llegar a US$1 trillón (5% del PIB), 5) diversas medidaspara las PyMEs; y 6) una línea se swaps con otros bancos centrales para brindar liquidez en dólares(ver Apartado 2 / La necesidad de un abordaje internacional coordinado frente a la crisis).•Banco de Inglaterra: programa de compra de activos por el equivalente a 30% del PIB. Además,relanzó la facilidad HMT overdraft por la que financiará directamente al Tesoro transitoriamente,sin pasar por el mercado de bonos, y sin límite alguno.•Banco Central Europeo: implementó un programa de compra de activos por más de €750 mil mi-llones , entre otras líneas.•Banco de Japón: programa de compra de títulos del tesoro ilimitado.Las medidas fiscales consistieron en el aumento del gasto (especialmente en el sector salud) y en reduc-ciones o diferimientos de imp uestos, préstamos y transferencias a las familias y empresas especialmente afectad as por la crisis y el otorgamiento de garantías a préstamos al sector privado. De las medidas de apoyo fiscal, las tomadas por los países del G20 representan 5 puntos del PIB mundial (ver Apartado 2 / La necesidad de un abordaje internacional coordinado frente a la crisis y Gráfico 2.10 ). Los paquetes de estímulo fiscal son tan importantes en los países avanzados que el FMI prevé que estas economías terminarán 2020 con un déficit de 11% del PIB. Por su parte, los paquetes de estímulo fiscal en los mercados emergentes han sido menores, dado el menor espacio fiscal con el que cuentan.

El comercio exterior reflejará tanto la caída de la actividad local como la inédita reducción de la demanda externa y los precios internacionales de las materias primasLos flujos comerciales de bienes de la Argentina vienen reduciéndose en términos reales desde mayo de 2018, principalmente por un derrumbe de las importaciones ante una crisis de balance de pagos. Reciente-mente, a ello se sumó una marcada caída de las exportaciones. Las cantidades exportadas de bienes cayeron 13% s.e. en el primer trimestre de 2020. Aproximadamente la mitad de esta caída se debe a los menores envíos de productos primarios, los que habían alcanzado un máximo histórico en el último trimestre de 2019. Las cantidades importadas volvieron a caer en el primer trimestre (3% s.e.) y ya acumulan nueve trimestres consecutivos en baja. De esta manera, la contribución del sector externo en el PIB del primer trimestre sería fuertemente negativa. En marzo, esta trayectoria declinante se acentuó como consecuencia de las medidas internacionales y locales de contención frente al COVID-19. Los valores exportados se desplomaron 11,6% s.e. respecto afebrero y los valores importados volvieron a retroceder 8,5% s.e., ubicándose en niveles del último trimestre de 2009. Hasta marzo esta caída de los flujos comerciales respondió exclusivamente a una baja de las cantidades (ver Gráfico 3.10).

Se espera que los efectos de la pandemia sobre el comercio exterior se intensifiquen durante el segundo trimestre. Sobre las exportaciones de bienes incidirán factores externos, que operan sobre los precios (en particular de las materias primas) y las cantidades (sobre todo en el caso de las manufacturas); y también factores internos que limitarán transitoriamente la oferta de productos transables.


La baja del dólar “blue” de ayer trajo cierto alivio, sobre todo por el crecimiento exponencial de la semana anterior. Una noticia más que bienvenida, que se combinó con bajas del MEP y el CCL, pero que no deben pasar por alto que la brecha ya se mide con tres dígitos. Un informe de GMA Capital explica los drivers detrás de la brecha.


1. Monetización del déficit. Con el BCRA como único prestamista, en lo que va del año envió $805.000 M al Tesoro. “En paralelo, los agregados monetarios viajan a velocidades no vistas en casi 30 años. El
M2 privado (que incluye el circulante, cuentas corrientes y cajas de ahorro del sector privado) trepa a un impresionante 90% interanual, el doble que la inflación”, dicen.
 
2. Tasas negativas. Antes de las regulaciones que el BCRA estipuló para esta semana (piso de tasas pasivas de 26,6% TNA), los plazos fijos rendían 13% por debajo de la inflación esperada.
3. Incertidumbre por deuda. Ayer, la expectativa de un acuerdo ayudó a calmar la fiebre verde, pero no hay nada dicho y se deberán esperar los números del viernes 22
 
4. El cepo y reservas. Incluso sin pagos de deuda, el BCRA no puede detener la sangría de dólares, en particular en los depósitos. “Apareció una bandera roja en las reservas netas: se ubican por debajo de los US$ 10.000 M”, dicen GMA.

5. Menos competitividad. “De acuerdo con el ITCRM, el dólar comercial de Argentina tiene el mismo nivel de competitividad que antes de las PASO. Es decir, un dólar de $ 68 es similar a un dólar de $ 45 de aquel entonces. Pero las devaluaciones de emergentes complicaron la dinámica particular con ciertos países (…) La menor competitividad es un factor de presión sobre las expectativas de devaluación del dólar oficial. Es una razón para que la brecha se reduzca ‘desde abajo’”, agregan y dicen que la expectativa hoy es que el oficial termine 2020 más arriba de lo pensado poco tiempo atrás.

6. Posición técnica en bonos en pesos. Según estimaciones de 1816, de la tenencia privada total de bonos en pesos (US$ 14.000 millones), la mitad estaría explicada por inversores no residentes. Estos bonistas compraron deuda en moneda local para hacer carry trade, confiando en la ‘historia argentina’. En la actualidad, cada recuperación de la ‘curva pesos’, dice GMA y “cada retroceso del CCL es una oportunidad de salida de Argentina”.
 
7. Sin brújula. “Es innegable que la ausencia de un plan macro contribuye a hacer el horizonte financiero más nebuloso”, dicen en GMA. Hay quienes esperan una corrección y un reequilibrio cuando pase la pandemia y quienes, con más pesimismo, temen que los desequilibrios ya serán difíciles de revertir.

Los sectores financieros insisten con la ausencia de un plan y con ciertos indicadores a los contribuyen a inestabilizar …

La reacción ante el actual panoramaha suscitado una falsa dicotomía “Economía o Salud”. Decimos que este dilema no existe por una la simple razón:si no se hubiesen llevado a cabo las medidas de contención, las distintas sociedades habrían registrado una cantidad de muertos sin precedentes y los Estados que no las han adoptado no están a salvo de la crisis, ni mucho menos. La clave radica en tomar medidas que eviten la propagación del virus y, al mismo tiempo, mediante el accionar del Estado ejecutar políticas económicas que reduzcan al mínimo el daño provocado por el paso de la pandemia.

Este contexto inevitablemente se resentirá en la actividad mundial. De hecho,el informe del FMI del mes de abril proyecta una caída del 3% del PBI mundial para este año. En ese contexto, la Argentina pese al arrastre recesivo y su contexto de renegociación de la deuda aparece por sobre las principales potencias de Europa y la región, en materia de crecimiento económico para el próximo bienio.

De este modo, si se logra evitar fallecidos a mansalva y colapso del sistema sanitaria y además, se cumple lo proyectado, el escenario de cara a los años venideros será promisorio.

El gobierno argentino fue de los pioneros en tomar la decisión de un confinamiento total obligatorio, que paulatinamente en base a los datos de cada geografía se flexibiliza en mayor o menor medida. Su contracara es el Brasil de Bolsonaro. Los resultados están a la vista: Argentina al 8 de mayo tiene 5.300 contagiados confirmados, mientras Brasil ya tiene más de 135 mil. La cantidad de muertes totales al 8 de mayo en nuestro país alcanza los 293casos, mientras que en el país vecino supera los 10.000. Cabe aclarar que, al 17 de marzo, ambos países tenían dos muertos por Covid-19. La comparación con Brasil no es caprichosa, sino que muestra un contraste grande entre las políticas sanitarias que se decidieron implementar en ambos países y sus consecuencias.

Uno de los desafíos será sostener el empleo: no solo para no agrandar el universo de desocupados a los que asiste de diversas formas, sino porque funciona como un organizador social y será clave para los meses venideros. En este punto, la protección laboral local, pone a la argentina en un lugar, al menos en términos relativos, en el que pueden esperarse buenos resultados.

El gobierno nacional, además, está lanzando diferentes medidas expansivas, incrementando fuertemente el gasto público. A pesar de estar en default virtual y sumergido en una crisis económica desde hace dos años, el esfuerzo monetario de la administración actual es considerable.

Una de las medidas troncales de ayuda económica para las familias es el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), una ayuda monetaria para los meses de abril y mayo de $10 mil mensuales destinada a trabajadores informales, trabajadoras de casas particulares, monotributistas sociales y de las categorías A y B que llega actualmente a casi 8 millones de personas (además, se viene evaluando su ampliación a trabajadores monotributistas clases C y D), pretendiendo llegar al universo más amplio posible, pese a la amplia informalidad de la economía doméstica.

En estos tres meses la administración calcula destinar a paquetes fiscales de políticas de emergencia, inyecciones de facilidades financieras y políticas de ingresos, un total de 2,33billones de pesos, el equivalente a 7,7% del PBI.

Dentro de ello, se incluye al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción(ATP), en el que el Estado se hace cargo del 50% de los salarios de los trabajadores cuyas empresas se hayan visto afectadas. De esta forma, y contando los empleos públicos, el Estado pagará (total o parcialmente) el salario de 5,3 millones de trabajadores registrados.•En este informe se analizarán las mismas, de modo de otorgar una perspectiva de lo que hubiera pasado de no adoptarlas. Para eso se mostrarán los otros casos extremos, como por ejemplo Brasil en lo sanitario o los Estados Unidos que, con un mercado de trabajo desprotegido ha tenido enorme problemas para la contención de los empleos incluso sin aislamiento obligatorio.

Las interpretaciones sectoriales, parciales e interesadas no pueden imponerse frente a una realidad que evidencia las desigualdades mas allá de cualquier lectura que se haga sobre la pobreza en el mundo. Lo aberrante mas que la pobreza, es que un reducido grupo de personas en el mundo concentren varias veces las posibilidades de vida digna y accesos elementales a muchos otros, solo explicables por un sistema global de reparto que intenta justificar lo injustificable y deshumanizante.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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