Jueves 7 de mayo de 2020

II

Hoy se recuerda el 101 Aniversario del nacimiento de María Eva Duarte de Perón “Evita”. Dirigente política y actriz argentina. Se casó con Juan Domingo Perón en 1945 y tras la asunción de éste como presidente de la Nación Argentina al año siguiente, se convirtió en primera dama.



Se la recuerda por su lucha incansable por los derechos políticos de la mujer y de los trabajadores y pobres de nuestra patria. En su libro “La razón de mi vida”, evita dejó plasmado su profundo amor por Perón, por la patria y por los sectores mas débiles de la sociedad, fruto de las profundas desigualdades e injusticias que se sostienen en las relaciones productivas, económicas, culturales y de las acciones en sus relaciones de las personas que las producimos.

“ Mucha gente no se puede explicar el caso que me toca vivir. Yo misma, muchas veces, me he quedado pensando en todo esto que ahora es mi vida. Algunos de mis contemporáneos lo atribuyen todo al azar... ¡esa cosa rara e inexplicable que no explica tampoco nada! No. No es el azar lo que me ha traído a este lugar que ocupo, a esta vida que llevo.

He tenido que remontarme hacia atrás en el curso de mi vida para hallar la primera razón de todo lo que ahora me está ocurriendo. Tal vez haya dicho mal diciendo “la primera razón”; porque la verdad es que siempre he actuado en mi vida más bien impulsada y guiada por mis sentimientos. Hoy mismo, en este torrente de cosas que debo realizar,me dejo conducir muchas veces, casi siempre, más por lo que siento que por otros motivos. En mí, la razón tiene que explicar, a menudo, lo que siento; y por eso, para explicar mi vida de hoy, es decir lo que ahora hago, de acuerdo con lo que mi alma siente, tuve que ir a buscar, en mis primeros años, los primeros sentimientos que hacen razonable, o por lo menos explicable, todo lo que es para mis super críticos un “incomprensible sacrificio” que para mí, ni es sacrificio, ni es incomprensible. He hallado en mi corazón, un sentimiento fundamental que domina desde allí, en forma total, mi espíritu y mi vida: ese sentimiento es mi indignación frente a la injusticia.

Desde que yo me acuerdo cada injusticia me hace doler el alma como si me clavase algo en ella. De cada edad guardo el recuerdo de alguna injusticia que me sublevó desgarrándome 14íntimamente.Recuerdo muy bien que estuve muchos días tristes cuando me enteré que en el mundo había pobres y había ricos; y lo extraño es que no me doliese tanto la existencia de los pobres como el saber que al mismo tiempo había ricos.”
LA RAZON DE MI VIDA Eva Perón
http://cejus.com.ar/…/…/01/La-Razon-de-Mi-Vida-Eva-Peron.pdf


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Estamos ante una situación mundial en la cual la urgencia constituye el eje rector de la mayoría de los gobiernos. Las consecuencias sociales y económicas del Covid-19 no se hacen esperar. El aislamiento social, preventivo y obligatorio, así como resulta ser una herramienta muy eficaz para controlar la propagación del virus, requiere estar acompañado de una fuerte intervención estratégica de los Estados. Una intervención estrechamente vinculada a la capacidad que tengan los gobiernos de redistribuir ingresos hacia los sectores más castigados por la reducción de la actividad económica.



El gobierno argentino, a pesar de la difícil situación fiscal en la que se encontraba nuestro país antes de la pandemia, viene aplicando una batería de medidas focalizadas en los sectores más vulnerables, tanto en las personas humanas como en las PyMEs. Según datos que publicaron varios medios la semana pasada y que acreditan como fuente al Ministerio de Economía, el gobierno nacional destinará entre abril y junio un importante paquete de asistencia económica. Este paquete está conformado por el gasto fiscal de emergencia destinado a darle una ayuda económica a los hogares de menos recursos, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), y otras transferencias, más una inyección de facilidades financieras, tanto para las empresas como para los monotributistas. El monto total ascendería a los $ 1,7 billones, es decir, el 5,6% del PIB.


Para tener una mejor dimensión del esfuerzo fiscal que estas medidas implican, el documento citado por varios matutinos señala que “en el contexto de la emergencia sanitaria el accionar del Estado se traduce en la implementación de un paquete económico contracíclico de características y dimensiones excepcionales, en función de la situación recesiva por la que venía atravesando nuestro país antes de la pandemia”. A lo que se agrega que “la emergencia sanitaria tiene un doble efecto negativo en nuestro país”. Sucede que por la vía externa se contrajo la demanda de productos exportables tanto en cantidades como en precios, y por la vía interna se produce menor actividad por la parálisis que generó el aislamiento.


El paquete de medidas implementadas se encuentra, en términos generales, a la altura del de naciones como Alemania o el Reino Unido y es superior al de Brasil, Corea, Italia, España y Francia, entre otros países. Por eso no hay que perder de vista que se trata de un gran esfuerzo.


No obstante, si bien las circunstancias requieren que la atención mundial se centre en el grave escenario que genera el Covid-19, también son buenos momentos para reflexionar. La conocida frase “no dejes que el árbol te impida ver el bosque” resulta pertinente para analizar algunos problemas de fondo, en Argentina y en el mundo, cuya modificación permitiría afrontar mejor tanto ésta como otras pandemias.


Una de las cuestiones más controvertidas tiene que ver con los recursos del Estado. Sin la alternativa del endeudamiento (luego de cuatro años en los que aquí se usó y abusó de esa herramienta), la única vía para incrementar los ingresos fiscales es la impositiva. Una de las herramientas para financiar parte de las importantes erogaciones que está efectuando el gobierno argentino en la actual coyuntura, es el proyecto para gravar a los grandes patrimonios e ingresos como medida excepcional y por única vez.


En un futuro, cuando se haya superado la emergencia por el Covid-19, sería importante pensar en una reforma tributaria que le otorgue menos peso a gravámenes que no descansan directamente en las capacidades contributivas, como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y otros, que de hecho son regresivos. Sería importante otorgarles más participación a los impuestos basados en los patrimonios y ganancias de los contribuyentes. De esta forma, se lograría una mayor progresividad en la estructura impositiva y se tendería a una situación de mayor equidad en la cual los que más tienen sean los que más paguen. En términos proporcionales, hoy en día tributan más los estratos de menores ingresos, a través de impuestos como el IVA, que los sectores más acomodados.


Pero ahí no se termina la inequidad. Muchos de aquellos que poseen la mayor parte de la riqueza, además de beneficiarse de un sistema tributario regresivo, utilizan ciertos mecanismos que les permiten evadir sus obligaciones impositivas. Según señala el especialista en evasión fiscal Nicholas Shaxson en una nota periodística, “la evasión fiscal de las empresas les cuesta a los gobiernos del mundo entre 500 y 600 mil millones de dólares por año, mientras que la evasión de los individuos es de aproximadamente 200 mil millones”. Lo acontecido el mes pasado cuando se dio a conocer la existencia de varias cuentas de argentinos en el exterior sin declarar, dato proporcionado por la OCDE, deja bien en claro que la Argentina no está exenta de estos mecanismos que perjudican directa o indirectamente a toda la sociedad.



Otra cuestión a considerar es la especulación existente con los valores del dólar ilegal o de las alternativas bursátiles que existen para dolarizar las inversiones, sea el dólar bolsa (MEP) o el “contado con liqui” (CCL). En un país que siempre ha lidiado con la escasez de divisas, las medidas de regulación del mercado de cambio son esenciales. Ya vimos lo que sucedió en los años del macrismo con la total liberación de las operaciones cambiarias.


La regulación cambiaria es un tema dinámico, que se debe adecuar a las distintas situaciones que se presentan. Es así que, con relación a la especulación con los valores del MEP y el CCL, el Banco Central acaba de establecer, entre otras cuestiones, que para acceder al mercado para la adquisición de divisas, las empresas tendrán que presentar una declaración jurada de que ese día y en los 30 días corridos anteriores no han efectuado ventas de títulos valores con liquidación en moneda extranjera o transferencias de los mismos a entidades depositarias del exterior, y comprometerse a no efectuarlas en los 30 días siguientes. La regulación del BCRA también se extiende a las empresas que accedan a líneas de créditos con tasas subsidiadas. Una de las ideas que surcan esta regulación, a mi entender, es fortalecer la solidaridad, y evitar que aquellos que reciben beneficios por créditos subsidiados utilicen mecanismos indirectos para terminar especulando con los valores del dólar. Un enfoque muy adecuado.


Siguiendo con los desafíos a futuro, la regulación del sistema financiero también resulta crucial. Su función primordial, cubrir las necesidades de interés general canalizando los ahorros de los inversores hacia la financiación de aquellos que la requieren para poder producir y consumir, y a un costo razonable, debe estar garantizada.


El servicio financiero debe satisfacer también las necesidades de las comunidades. Se requiere una Ley de Servicios Financieros enfocada desde los intereses de los usuarios, en especial las personas humanas y las PyMEs, y que conciba a la actividad financiera como un servicio de interés público. El objetivo debe ser aumentar la eficiencia social de la actividad financiera y su servicio a la comunidad.


Volviendo al comienzo de esta nota, es cierto que hay urgencias que no pueden esperar en este adverso contexto que nos toca vivir. Sería interesante, no obstante, aprovechar lo que deja este padecimiento para proyectar un futuro mejor. Un futuro mejor para poder enfrentar tiempos de emergencia, pero también para los tiempos más normales. La solidaridad y el rol activo del Estado son dos ingredientes que no pueden faltar.
( https://www.tiempoar.com.ar/nota/actuar-y-reflexionar-ante-la-adversidad )


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Ya se están escribiendo conjeturas sobre la vida después del Covid-19. Están las predicciones apocalípticas y perturbadoras, de difícil digestión, y otras más probables, fundadas en el sentido común y la experiencia de las sociedades que ya atravesaron epidemias de virus respiratorios, como el SARS que asoló a varios países asiáticos en 2003. A pesar de que se trata de un virus controlado y que solo hubo rebrotes menores desde entonces, en China, Japón, Taiwán y otros países asiáticos las costumbres cambiaron. El uso de barbijo, por ejemplo, ya era relativamente frecuente en ciudadanos de esos países antes del coronavirus, porque muchos de ellos tenían miedo de contraer algún virus similar. Hoy es la regla. La cultura oriental no era muy afecta a los abrazos latinos y los apretones de manos europeos antes del SARS, el H1N1 y otras pestilencias, pero desde que ellas aparecieron lo son menos aún.




Con ese antecedente, no sería de extrañar que, después del coronavirus, nuestros hábitos también se vean alterados. La cercanía con desconocidos en un colectivo abarrotado, recitales masivos, o pizzerías serán vistas con cierta aprehensión por muchos de nosotros. Aunque gobiernos y medios nos digan que el peligro ya pasó, la memoria plástica tiene otros tiempos. La distancia social se naturaliza. Y en la Argentina, las grandes reuniones sociales son uno de los corazones de la vida política. En particular para el peronismo, un actor central del sistema. Tal vez los partidos que componen Juntos por el Cambio tengan mejor uso de las alternativas virtuales a los actos públicos. Pero al peronismo, las medidas de distanciamiento social le harán mal.


Esta semana se habló bastante de cómo funcionarán el Congreso y la Justicia en tiempos de cuarentena. Pero para los partidos políticos el desafío continúa. El peronismo es un conglomerado de movimientos sociales y locales, cuya existencia en buena medida transita entre marchas, actos masivos y reuniones de militantes. Así son los movimientos sociales: si no hay movilización activa, se esfuman. El rito de los actos y las marchas le da continuidad al sujeto, que en este caso no tiene demasiada vida formal partidaria. ¿Podrán los movimientos políticos y sociales reemplazar las concentraciones en plazas y monumentos por reuniones multitudinarias en Zoom, grupos de mensajería instantánea o foros en internet?


Todo un desafío. Las ganas de expresar la opinión política todavía son visibles. La sucesión de cacerolazos, ruidazos y otras expresiones diarias “desde casa” habla de una nostalgia, y de una creatividad de la gente a la hora de buscar opciones. Eso va a estar bien. Pero hay algo  preocupante, pensando ahora en la dirigencia: la posibilidad de una parálisis de renovación, como resultado de una recesión de la actividad política.


De estas movilizaciones de gente que se amontona para hacer política, y no de las oficinas partidarias, surge la renovación dirigencial en Argentina. Pensemos en la influencia que tuvieron las movilizaciones sociales en el surgimiento de los nuevos dirigentes, que desde la calle se incorporaron a las filas y las listas electorales de las dos grandes coaliciones.



 En el universo del peronismo y el Frente de Todos, las novedades provinieron de los movimientos de desocupados, feministas, derechos humanos, juventudes, miembros del Conicet y más. Y en el universo de Juntos por el Cambio, las marchas de los productores agropecuarios, el 8N, anticorrupción y otras similares también “crearon” dirigentes y candidatos en todo el país. Supongamos que todo eso, distancia social mediante, entra en declive por unos años. ¿Se suspende la renovación dirigencial en Argentina, prolongando la vida de las camadas actuales? ¿El coronavirus pone en riesgo de recesión política y de liderazgo a la sociedad argentina, una de las más proclives a la movilización social del planeta?De estas movilizaciones de gente que se amontona para hacer política, y no de las oficinas partidarias, surge la renovación dirigencial en Argentina. Pensemos en la influencia que tuvieron las movilizaciones sociales en el surgimiento de los nuevos dirigentes, que desde la calle se incorporaron a las filas y las listas electorales de las dos grandes coaliciones.

( https://www.tiempoar.com.ar/nota/los-movimientos-sociales-y-el-riesgo-de-una-recesion-politica )

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En mi opinión de médica considero que todas las medidas sanitarias dispuestas por el Gobierno Nacional y acompañadas por el conjunto de gobernadores son las correctas para abordar la grave contingencia que apareja el Coronavirus.
Seguramente, pese a que son necesarias, no son suficientes, especialmente aquellas que combinan la mirada sanitaria con la implementación social. No es excusa, sino sentido común, el pensar lo difícil que resulta para un gobierno que hereda un país quebrado y a los 100 días de probarse el poder lo sorprende una pandemia sin precedente.




Quienes de manera ruin alientan la desobediencia de las medidas, muestran una vez más su peor rostro. Dirán que no era necesario la recesión de la comunicación social y que apareja más inconvenientes que beneficios. Es fácil decirlo así cuando tan poco importa la vida.


Y también está claro que si hubiera elegido la dirección contraria lo hubieran acusado de genocidio.


Lo cierto y real es que en nuestro modesto país en los confines del globo, con la conducción y mirada peronista exhibe menos de 300 muertos frente a los 80 mil de su adorada metrópolis putativa y los cientos de miles que suman en conjunto los países centrales de Europa.


La salud que incluye la alimentación, por supuesto, debe ser el norte de los formatos antropocéntricos como lo es el peronismo desde su origen hasta la nueva forma de nuestro actual conducción, con su impronta, pero sobre los pilares rectores de la doctrina, el amor y la igualdad.


De allí que, como médica y fiel a mi compromiso hipocrático, siento agradecimiento por la gestión sanitaria implementada por el Peronismo expresado por el Presidente Alberto Fernández. En la vida de cada argentino/a se juega el futuro de la Patria. Y su cuidado, el único medio para alcanzar algún día la grandeza.
( http://laseñalmedios.com.ar/2020/05/06/la-salud-el-peronismo-el-amor-y-la-igualdad/ )

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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