Trabajo, consumo y Finanzas en los días de la peste

Jueves 12 Viernes 13 de noviembre de 2020

Los mercados laborales de América Latina y el Caribe están siendo golpeados por la pandemia del COVID-19 de una manera nunca vista lo que se ha traducido en la mayor contracción de los últimos 100 años con fuertes costos económicos, laborales, sociales y productivos. Los mayores efectos se sintieron en el segundo trimestre del año en el que se estima una pérdida de aproximadamente 47 millones de empleos

La reactivación del mercado laboral de América Latina y el Caribe pos-COVID-19 será lenta y se necesitará mucho tiempo para que los principales indicadores del mundo del trabajo regresen a los niveles previos a la crisis sanitaria y más tiempo aún para poder cumplir con las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, según un informe conjunto de los responsables de la Comisión Económica de la ONU para esa región y la Organización Internacional del Trabajo.

La edición número 23 del informe Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. La dinámica laboral en una crisis de características inéditas: desafíos de política señala que el retorno al nivel de actividad económica pre-pandemia tomará varios años, lo que se traducirá en una lenta recuperación del empleo.

De esta forma, si se mantuviera una tasa de crecimiento promedio del producto interno bruto (PIB) regional de 3%, solo se alcanzaría en 2023 el nivel de PIB que existía en 2019. Sin embargo, con la tasa promedio de 1,8% mostrada en la última ddécada, se alcanzaría recién en 2025 el nivel de PIB de 2019. Y con la tasa promedio de 0,4% anotada durante el último sexenio no se alcanzaría en la próxima década.

Por lo tanto, los organismos de las Naciones Unidas recalcan que se requieren políticas macro activas junto a políticas sectoriales que promuevan el desarrollo sostenible con empleo.

Esto implica impulsar políticas ambientales que estimulen el empleo y el crecimiento, apoyadas por políticas fiscales activas, y proyectos de inversión con enfoque de sostenibilidad ambiental, que tienen que ser complementadas con políticas industriales y tecnológicas para construir capacidades productivas nacionales, y aumentar la competitividad.

También se requiere otorgar financiamiento y liquidez a las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), con plazos más largos y costos más bajos.

Además de entregar cifras sobre la dinámica del mercado de trabajo en los últimos meses, especialmente en los dos primeros trimestres de 2020, el informe conjunto CEPAL-OIT señala que por diversas razones entre las personas que se vieron fuertemente afectadas por la crisis sanitaria se ubican las mujeres, los jóvenes y los inmigrantes. Específicamente, la segunda parte del documento examina la manera en que se vieron afectados los jóvenes en la actual coyuntura laboral.

De acuerdo con el documento, en 2020 las economías y los mercados laborales de América Latina y el Caribe fueron golpeados por la pandemia del COVID-19 de una manera nunca vista lo que se ha traducido en la mayor contracción de los últimos 100 años con fuertes costos económicos, laborales, sociales y productivos.

Los más afectados, quienes no pueden teletrabajar

Los grupos más afectados han sido aquellos que por el tipo de trabajo que desempeñan no pueden realizar teletrabajo. En este ámbito se encuentran las mujeres, quienes además de sufrir caídas en el empleo tuvieron que retirarse del mercado laboral para realizar tareas de cuidado y del hogar; los trabajadores informales, afectados por la prohibición de circulación y la menor capacidad de los hogares de contratar trabajadores; los sectores relacionados con el comercio, manufactura, construcción y servicios (turismo y entretenimiento); los trabajadores jóvenes que recién se insertan al mercado laboral por la falta de generación de nuevos empleos; los trabajadores de menor calificación en general en empleos más informales y de necesidad de proximidad física; y las micro y pequeñas y medianas empresas.

Según el informe, los mayores efectos se sintieron en el segundo trimestre del año en el que se estima una pérdida de aproximadamente 47 millones de empleos en el conjunto de la región con respecto al año anterior. Gran parte de las personas que perdieron su trabajo no vieron oportunidades para una pronta reinserción laboral o estuvieron impedidas de buscar empleo por las restricciones a la movilidad y se retiraron de la fuerza laboral. Por ello, las pérdidas de empleo se expresaron solo parcialmente en un aumento de la desocupación abierta, que se incrementó de 8,9% en el segundo trimestre de 2019 a 11% en el segundo trimestre de 2020.

Las mújeres y los jóvenes entre los principales afectados por la pérdida de empleos

La crisis sanitaria en el empleo afectó sobre todo a los grupos vulnerables, profundizando la desigualdad en el mercado laboral. Las mujeres han sido más afectadas por la pérdida de empleo y la caída en la participación laboral. Una mirada estratégica debe vincular el desarrollo sostenible con la creación de empleo”, señalaron la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Alicia Bárcena, y el Director Regional de la OIT parala región , Vinícius Pinheiro, al presentar el informe.

Desempleo juvenil

Con respecto al empleo de los jóvenes durante la crisis del COVID-19, la pandemia ha afectado fuertemente el empleo de ese grupo de población  entre los 15 y 24 años, impactando particularmente a los que se incorporan al mercado laboral por primera vez.

Según datos disponibles de cuatro países de la región, la caída en el empleo para las personas en este rango de edad fue del 7,8% con respecto al segundo trimestre de 2019, mientras que para los mayores de 25 años fue del 7,3%. Asimismo, el aumento en la tasa de desocupación de los jóvenes en el segundo trimestre de 2020 fue mayor que para los adultos (3,4% versus 1,8%), a pesar de la mayor caída en la tasa de participación (8,7% versus 6,8%).

El efecto de la crisis es mayor entre los jóvenes debido a la menor disponibilidad de vacantes para los primeros empleos (menos incorporaciones) y la menor renovación de contratos temporales y de períodos de prueba (más desvinculaciones), indican CEPAL y OIT.

La menor probabilidad de conseguir empleo desalienta su búsqueda, aumentando número de jóvenes inactivos que no buscan un empleo ni tampoco estudian. “Estos largos períodos de inactividad dejan cicatrices en la trayectoria laboral: más informalidad y mayor exclusión en el mercado laboral a futuro”, advierte el informe.

Por todo lo anterior, los organismos indican que se debe promover la inserción laboral de los jóvenes combinando entrenamiento en aula con una etapa posterior de pasantía en empresas. Esto debe complementarse con subsidios monetarios para asegurar la asistencia y participación de los jóvenes, así como servicios de empleo para apoyar la reinserción laboral.

Además, se requieren programas de formación profesional que faciliten la recalificación o reconversión laboral para los jóvenes que han perdido sus empleos y también se deben aprovechar las tecnologías digitales para potenciar la capacidad de aprendizaje y así cerrar brechas digitales entre ellos.

(http://www.sela.org/es/prensa/servicio-informativo/20201112/si/69704/empleo)

Puede que la combinación de la palabra deuda con el nombre del espía más famoso despierte el interés del lector, pero en este caso no se trata de una deuda monetaria, sino más bien de una obligación moral. Y, principalmente, de una excusa para contribuir a la educación financiera con un toque de creatividad.  

Ahora que el mundo del cine, y todos en general, lamentamos la muerte de Sean Connery, el James Bond por antonomasia, como el agente y con vuestro permiso, nos tomamos la “licencia” para explicar la relación entre los fondos de inversión y la franquicia James Bond. A simple vista no parece que el agente secreto protagonista de los catorce libros escritos por Ian Fleming, y que atrae gran interés en taquilla (ha llegado a recaudar más de 6 mil millones de dólares), guarde una relación cercana con este producto que en España cuenta con más de 12 millones de partícipes, pero 007 les debe su existencia.

Pocos saben que el barón Sir Philip Rose (1816-1883) fue uno de los primeros en fundar un sistema de inversión colectiva hace 152 años al seguir los pasos de Adriaan van Ketwich y crear “Foreign & Colonial Government Trust” (1868), especializado en la inversión en bonos gubernamentales. Sir Phillip Rose no es otro que el bisabuelo de Ian Fleming, quien en 1952 escribió su primera novela de James Bond, Casino Royale. Sin duda la fortuna de su familia le permitió a Fleming recibir una exquisita educación y podríamos decir que Bond, James Bond, es consecuencia de aquel primer sistema de inversión colectiva, si bien se trataba de un fondo cerrado.

El bisabuelo del creador de James Bond se disputa el puesto de pionero con los fundadores de MFS Investment Management, L. Sherman Adams, Charles H. Learoyd and Ashton L. Carr, que el 21 de marzo de 1924 lanzaron el primer fondo de inversión tal como lo conocemos hoy día en la mayoría de los países, un fondo abierto (permite el crecimiento del número de inversores a través de la adquisición de nuevas participaciones), y el más antiguo, pues la compañía aún existe.

Así que si en algún momento quiere que alguien se interese por conocer y entender mejor qué es un fondo de inversión empiece citando a 007. Le podrá contar que la inversión colectiva es algo así como ese Martini “agitado, no mezclado”, que le permite a James Bond aligerar el contenido de alcohol y mantenerse alerta a la vez que disfruta de su cóctel durante más tiempo, frente a una bebida más contundente como la inversión directa en los mercados. Le puede contar que la persona que gestiona un fondo de inversión bien podría parafrasear a James Bond en Quantum of Solace para explicar su labor: “investigas, analizas, evalúas y eliges, ese es mi trabajo, tomar decisiones”. O que al igual que Bond en Licencia para matar en su oficio “uno debe estar preparado para lo inesperado”. O incluso le puede hablar de la importancia de la inversión teniendo en cuenta criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG), no muy presentes en la vida de 007, y por las que despierta grandes críticas; al menos de momento y hasta que se estrene “Sin tiempo para morir” y descubramos las sorpresas de la nueva entrega. 

( https://www.futuroafondo.com/es/opinion/deuda-de-james-bond-con-fondos-de-inversion )

Empecemos por entender lo que es un “fondo de inversión”. En esencia, es un conjunto de valores (títulos como bonos o acciones), una “canasta” ensamblada por una empresa (banco, casa de bolsa u otra entidad), que se construye para ser un vehículo de inversión.

Bueno, bueno, bueno, ¿y en lenguaje sencillo?

Un fondo de inversión es simplemente la elección que hace una entidad de diferentes acciones o bonos. El fondo tiene uno o más administradores o personas que se dedican a escoger esos títulos que formarán el “fondo”. Hay fondos de “renta variable” (acciones), “renta fija” (bonos) y mixtos, aunque puede haber muchos otros tipos de fondos, por ejemplo: monedas, metales, futuros, etc. Las combinaciones son prácticamente infinitas.

Tomemos como ejemplo un fondo de renta variable (acciones). Una casa de bolsa (o banco) designa a una persona que decide qué valores comprar para conformar la “canasta”. Esa persona(s) tiene instrucciones claras respecto a los títulos que puede o debe incluir para lograr un determinado rendimiento. A lo largo del tiempo, esa persona(s) compra y vende acciones y, al final de un cierto lapso, evalúa el rendimiento obtenido. Allí intervienen costos de administración, supervisión y comisiones diversas.

Continuando con el ejemplo, un fondo puede decidir invertir en AEROMEXICO, VOLARA, WALMART, HOMEX, ICA, PINFRA Y ALFA, sólo por mencionar algunas al azar. Sin embargo, unas tendrán mejores rendimientos que otras, y la decisión de cuáles comprar y cuáles vender la cede el inversionista al administrador del fondo.

El inversionista que compra el “fondo”, deja en manos del administrador los títulos que decide comprar y cómo o cuándo venderlos, y según los lineamientos de su institución, podrá ofrecer un rendimiento determinado. El inversionista no “ve” lo que contiene el fondo y, por ello, se convierte en un inversionista pasivo.

También existen los denominados “fondos de fondos”, una canasta que a su vez contiene otras canastas de valores.

(https://www.forbes.com.mx/como-funcionan-y-que-son-los-fondos-de-inversion/)

Lamentablemente los valores “inventados” por el sistema financiero global, en base a una moneda como el dólar, globalizada y totalmente desconectada del valor real de los productos y servicios en los intercambios comerciales, necesita producir “burbujas” que, al reventar, expropian ese valor hacia las cuentas de Bancos y sectores financiarizados que no tiene relación directa con la producción y el consumo, pero se nutren de estas para sus mecánicas de apropiación.

Los Estados no pueden dejar de jugar. El asunto es como.

Si generan sinergías inversas donde la estructura financiera alimenta la productiva y se les restringe la posibilidad de generar burbujas y hacerlas explotar (en el mercado privado) o generar expectativas devaluatorias (En el mercado público) para producir el mismo efecto, trasladar de los sectores productivos el valor real de sus transacciones en la “centrifuga” de la especulación financiera que concentra en pocos el producido real y alimenta el dinero FIAT y el Sistema financiero, como la ilusión en el fetiche que abre alguna que otra posibilidad de acceder a bienes y servicios hasta tanto se vuelva a producir un nuevo estallido o una nueva devaluación, producirán el crecimiento y capitalización del Estado y la posibilidad de formas distributivas que incluya a mas sectores sociales en el cunsumo y el disfrute de lo producido. Sino, será una giro mas de la rueda de especulación que seguirá alimentando concentraciones mayores cada vez en menos sectores y grupos sociales.

Venían de meses de reuniones de conocimiento con el ministro de Economía, Martín Guzmán, y en las últimas horas fueron noticias por una carta en la que bancaron la posición del Gobierno de ir a un acuerdo con el Fondo Monetario (FMI) sin ajustes que perjudiquen la recuperación económica. La referencia es a un puñado de empresarios de diferentes rubros que se contactaron con dirigentes sindicales y popes de CGT para firmar un documento titulado "Un acuerdo sustentable para nuestro país".

La nota explicita que "creemos que el acuerdo que se empieza a discutir con el FMI debe tener como norte la sustentabilidad de la economía argentina. (...) Desde nuestro lugar, como dirigentes empresarios, sindicales y sociales de diversos sectores y regiones del país, confiamos en la hoja de ruta propuesta". La posición se dio, según supo Página I12, tras un período de reuniones de los equipos de Guzmán con los firmantes, y mantiene el mismo tono discursivo que expresó el Gobierno en el marco del inicio de las negociaciones con el FMI por la deuda de 44 mil millones de dólares. 

Los que estamparon su firma fueron los empresarios Alejandro Simón (Grupo Sancor Seguros), José Urtubey (Celulosa Argentina), Marcelo Figueiras (Laboratorios Richmond), Martín Umaran (Globant), Daniel Herrero (Toyota Argentina), Martin Cabrales (Cabrales), Pablo Peralta (Grupo GST), Mara Bettiol (UART), Juan Carlos Mosquera (Adira) y Fabián Castillo (Fecoba). Ese pelotón fue el que, meses atrás, le dio a Guzmán el apoyo para ir a fondo con el acuerdo de bonistas privados, y parece perfilarse como un nuevo mini pool de empresarios que se han dispuesto negociar y leer la política de una manera diferente. Tiene, además, una figura que sumó relevancia: Herrero, de Toyota, uno de los aliados del gobierno en el marco de los acuerdos con automotríces. 

De todos modos, y a horas de un comunicado de CGT con críticas a algunos aspectos del gobierno, la particularidad de las rúbricas parecen ser los sindicalistas incluídos. El nombre que más impactó es el del gastronómico Luis Barrionuevo, que llegó por relaciones históricas que mantiene con algunos de esos ceos y que hasta ahora venía criticando con dureza al Gobierno Nacional. Pero también se plegaron a la nota pesos pesado de la CGT como Carlos Acuña (CGT), Óscar Rojas (Somra), Hugo Benítez (AOT), Omar Maturano (La Fraternidad), José Luis Lingeri (Aguas), Luis Cejas (FUVA), Daniel Vilas (Utcydra), Rubén Sandobal (Perfumistas) y Gerardo Martínez (Uocra).

"Luego de despejar de manera exitosa el panorama financiero con los acreedores privados, primero bajo ley extranjera y luego con legislación local, el gobierno nacional encara ahora otra negociación crucial con el Fondo Monetario Internacional para encausar financieramente al país", destacó la misiva. Y sumó que "la Argentina está haciendo un esfuerzo importante para revertir un estancamiento estructural, agravado por la pandemia que impactó en todo el mundo. La recuperación vendrá de la mano de nuestra capacidad de producción e innovación, con una mirada inclusiva y federal".
Según los firmantes, cerrar con el FMI bajo condiciones lógicas "es un primer paso necesario para luego encarar los grandes acuerdos que el país necesita para fomentar la producción, el trabajo, el empleo y la productividad".

(https://www.pagina12.com.ar/305486-los-muchachos-y-las-muchachas-guzmanistas )

Las verdaderas transformaciones no pueden prescindir de la realidad en tanto es esta la que determina el universo de su posibilidad. Las ilusiones revolucionarias del mismo modo que las ilusiones de que todo poder crezca y toda concentración crezca sin producir reacciones contrarias, deben ser interpretadas desde el Estado, cuándo tiene la firme vocación de ser interprete y resultado del voto que expresa los intereses y luchas populares.

El financierismo debe desactivarse desde el Estado y los poderes, ya desde quienes pretenden revoluciones sin medir costos o sostener poderes dañando y produciendo mayores pobrezas y sufrimientos, deben ser igualmente frenados por la racionalidad de la historia y de una realidad que no permite atajos o sintesis … la historia de los pueblos tiene su propio tiempo. Los gobiernos que intentan representarles, deben transformar sin destruir … para mejorar la vida concreta y presente de quienes hoy viven , producen, trabajan, sufren o disfrutan de las decisiones … la realidad es el resultado de lo compleja trama de relaciones … que cada quién se haga cargo del resultado de sus acciones, ya individuales, ya colectivas o de los grupos a los que pertenece.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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