Domingo 1 de Noviembre de 2020


A tres días de las elecciones en Estados Unidos, Chomsky brindó una extensa entrevista a la revista The New Yorker, en la que mostró preocupación sobre la actitud que pueda tomar Trump si los resultados resultan adversos para el actual mandatario. También habló de la crisis climática y la cultura de la cancelación. Definió nuevamente al republicano como "el peor criminal en la historia de la humanidad".

El lingüista, activista y escritor político estadounidense Noam Chomsky brindó una extensa entrevista a la revista estadounidense The New Yorker, en la que realizó un duro análisis de la gestión de Donald Trump, habló de la crisis climática y también de la cultura de la cancelación. Como en otras oportunidades, calificó al presidente de Estados Unidos como "el peor criminal en la historia de la humanidad".

A días de que se lleven adelante las elecciones estadounidenses, Chomsky expuso un minucioso análisis sobre el rumbo político de Estados Unidos, cómo está parado el país frente al mundo y los vínculos de Donald Trump con los sectores de poder.

"En los trescientos cincuenta años de democracia parlamentaria, no ha habido nada como lo que estamos viendo ahora en Washington", sentenció el politólogo en diálogo con el periodista Isaac Chotiner, y agregó que "el ejecutivo ha sido purgado casi por completo de cualquier voz crítica independiente, nada más que aduladores".

En el marco del escenario electoral, mostró preocupación sobre la actitud que pueda tomar Trump si los resultados resultan adversos para el Partido Republicano: "El Presidente ha dicho que si no le gusta el resultado de una elección, simplemente no dejará el cargo".

Sobre este punto, señaló que un oficial retirado de alto nivel "llegó al extremo de escribir una carta abierta al general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, recordándole sus deberes constitucionales de enviar al ejército estadounidense para destituir al Presidente de la oficina si se niega a irse".

Trump: El peor criminal de la historia de la humanidad 

Al igual que en otras entrevistas, Chomsky afirmó que Trump "es el peor criminal de la historia de la humanidad", ya que considera que sus políticas buscan "destruir la perspectiva de vida humana en la tierra".

"No estoy hablando de Trump, el ser humano. No podría importarme menos él. Me refiero a las políticas. Las políticas son claras; el entendimiento es claro. No hay nadie que no viva bajo una roca que no pueda comprender que maximizar el uso de combustibles fósiles y eliminar las restricciones conducirá al desastre. Estamos corriendo hacia el desastre total", resumió.

Estados Unidos y el Mundo

Sobre la política internacional implementada por la actual gestión, el activista apuntó que las personas que rodean a Trump "están esencialmente creando una alianza internacional de estados extremadamente reaccionarios, que puede ser controlada por la Casa Blanca, que, por supuesto, se ha desplazado mucho hacia la derecha, rompiendo todos los acuerdos internacionales".

Además, también alertó sobre el régimen de control de armas, y determinó que "tener un régimen es diferente a no tenerlo", al tiempo que consideró que es uno de los temas más importantes de la historia de la humanidad. 

Trump y los sectores de poder

En otra parte de la entrevista, Chomsky demostró los fuertes vínculos entre el gobierno de Trump y los sectores de poder: "Es difícil encontrar un presidente estadounidense que se haya dedicado más a enriquecer y empoderar a los ultrarricos y al sector empresarial, que es, por supuesto, la razón por la que están felices de tolerar sus payasadas".

Sobre este aspecto, habló acerca de las facilidades fiscales que impulsó para esta parte de la población, en un escenario donde "pone más dinero en los bolsillos de los ricos y perjudica a la clase trabajadora, a los pobres y a todos los demás". 

Además, opinó que si bien aquellos sectores poderosos no sienten agrado por Trump, lo aplauden porque "es un servidor muy leal del poder privado, la riqueza privada y el sector empresarial, razón por la cual le dejan salirse con la suya con el tipo de payasadas que ves".

Crisis climática

En relación a la política ambiental, el lingüista advirtió que "la otra gran amenaza para la supervivencia humana en cualquier forma reconocible es la catástrofe ambiental y, allí, Trump está solo en el mundo". 

En comparación con lo que sucede en otros lugares, describió que "la mayoría de los países están haciendo al menos algo al respecto, no tanto como deberían, pero algunos de ellos bastante importantes, otros menos". 

"Estados Unidos se ha retirado del Acuerdo de París; se niega a emprender acciones que puedan ayudar a los países más pobres a abordar el problema; se apresura a maximizar el uso de combustibles fósiles; y, al mismo tiempo, acaba de abrir la última gran reserva natural en los Estados Unidos para la perforación", expresó.

Y remarcó: "Tiene que asegurarse de que maximicemos el uso de combustibles fósiles, corramos hacia el precipicio lo más rápido posible y eliminemos las regulaciones, que no solo limitan los efectos peligrosos sino que también protegen a los estadounidenses".

Cultura de la cancelación

Hace algunos meses, Chomsky fue uno de los 150 intelectuales que firmó una carta en contra la cultura de la cancelación. En esta oportunidad, dijo que "la gente de izquierda comete un grave error cuando intenta imitarla. Está mal en principio; está mal tácticamente. Es un regalo para la extrema derecha y corren con él. Les encanta". 

"Trump está construyendo su propia campaña sobre eso. Por lo tanto, para la izquierda, que me interesa, y sus activistas, presten atención a los principios y las consecuencias tácticas. Son importantes. Préstenles atención y no adopten el comportamiento represivo característico de la corriente dominante. Eso es lo que entendí que significaba la carta", declaró.

Chomsky y su mirada sobre su obra

En el extenso diálogo que mantuvo con The New Yorker, Chomsky también habló sobre su trabajo: "Cuando miro hacia atrás, como hago a menudo para buscar cosas, me doy cuenta de lo mucho mejor que podría haber sido mi trabajo anterior", confesó, y aclaró que "el tipo de trabajo que realmente le gusta es al profesional".

"Estaría perfectamente feliz de trabajar en los problemas de interés intelectual real. Son emocionantes. Creo que ha habido una comprensión real de los fundamentos del lenguaje, la mente, el pensamiento humano, cómo está construido, su naturaleza, sus orígenes, etc. Ese es un trabajo realmente emocionante y mucho más atractivo para la mente de lo que hemos estado hablando, lo cual es muy importante pero prácticamente en la superficie", concluyó.

(https://www.pagina12.com.ar/302948-elecciones-en-estados-unidos-el-analisis-de-noam-chomsky-sob )

Finalmente rompió el silencio. Con prosa lúcida y vibrante, CFK levantó la hojarasca y puso el dedo en la llaga: el problema argentino no es de forma sino de fondo y reside en el rechazo de los empresarios a “un modelo de desarrollo argentino con inclusión social y razonable autonomía”. Su actitud no se explica por los balances contables obtenidos durante los gobiernos peronistas. Simplemente: “no aceptan… que el peronismo volvió al gobierno y que la apuesta política y mediática de un gobierno de empresarios, con Mauricio Macri a la cabeza, fracasó”. Así, el “prejuicio antiperonista” de los empresarios ha sido y es “una de las dificultades mas grandes para encauzar definitivamente a la Argentina”.

Esto, sin embargo, no es todo. CFK reconoce que tanto su gobierno como el de Macri se toparon con un serio problema: una restricción externa que genera “una falta o una excesiva demanda de dólares”. Este fenómeno “es sin dudas el más grave que tiene nuestro país, de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la Republica Argentina”.

Acuerdo y conflictos de interés

Esta no es la primera vez que CFK convoca a un acuerdo nacional. Hoy, sin embargo, su llamado tiene un dramatismo especial. Ocurre durante una gestión azotada por el “derrumbe que dejó Macri”, sumado a una pandemia, a una restricción externa y a “una más que evidente extorsión devaluatoria”. Su diagnóstico de los males que aquejan al país es más preciso que en otras ocasiones. Su convocatoria es, tal vez, más amplia.

No sabemos, sin embargo, qué se puede acordar ni cuáles son los limites del acuerdo posible.

Estas incógnitas no son poca cosa. Apuntan a un rio subterráneo, tumultuoso e imparable de conflictos sociales en permanente ebullición. Conflictos signados por un pecado original: los pocos que tienen mucho han sido siempre incapaces de conciliar entre sí sus respectivos intereses. Tampoco han hecho concesiones a los muchos que nada tienen.

Así, la historia argentina ha estado impregnada desde el inicio por la intolerancia, la impunidad y la violencia. Frente a esta barbarie, los sectores que tienen menos y son los más lograron plasmar a lo largo del siglo pasado un proyecto de país alternativo. El yrigoyenismo primero, y luego el peronismo, supieron articular proyectos de crecimiento económico con inclusión social. Llegaron al gobierno por el voto popular pero fueron derrocados por sendos golpes militares. Desde ese entonces, el populismo ha sido una amenaza siempre presente. Un “cáncer” maldito que se ha expandido al ritmo dictado por la multiplicación de la miseria y la informalidad.

Matriz productiva y relaciones de fuerza

El antiperonismo empresario y la restricción externa no salieron de un vacío ni se reprodujeron por arte de magia. Son fenómenos derivados de las formas que asumió la acumulación del capital local, el modo en que el país se insertó en la economía y en las finanzas mundiales, y el impacto que estos procesos tuvieron sobre la relación de fuerzas entre actores sociales con intereses divergentes y antagónicos.

Desde mediados de la década de 1960 el Estado estimuló a los sectores más capital intensivos de la industria, otorgándoles protección arancelaria y subsidios de distinto tipo. Esto fue posible gracias a los gravámenes impuestos a otros sectores, y en particular al agropecuario. Los estímulos derivaron en un aumento de la concentración del capital y del poder económico y político de un grupo de grandes empresas (de capital local y extranjero), ubicadas en esas ramas industriales. Estas empresas requerían importaciones crecientes de tecnología incorporada en bienes intermedios y de capital, generando así una demanda de divisas que no podía ser satisfecha cabalmente con las exportaciones agropecuarias. De ahí que, independientemente del volumen y de los precios de las exportaciones, toda expansión industrial derivara en una crisis del sector externo, en un aumento del endeudamiento y en un mayor poder de veto a las políticas públicas por parte de los grandes productores agropecuarios y de los exportadores. En las últimas décadas, el cultivo de la soja y el modelo de los agro negocios profundizaron la dependencia tecnológica impulsando las importaciones de paquetes tecnológicos cuyos proveedores son unas pocas empresas multinacionales con control estratégico del sistema agroalimentario mundial.

Nació así la restricción externa, fenómeno que trasciende a los desequilibrios comerciales e indica la existencia de una matriz productiva caracterizada por la dependencia tecnológica y una fuerte presencia del capital extranjero y control monopólico u oligopólico en sectores claves de la industria, la producción, el acopio, las exportaciones e importaciones y las finanzas. La contraparte de esta matriz ha sido una creciente disgregación y fragmentación social impulsada por la incapacidad del sistema productivo de absorber mano de obra a través de la expansión del empleo formal. Al basarse en una sustitución de mano de obra por bienes de capital, la industria reprodujo la pobreza. La informalidad creciente, la pobreza estructural y la multiplicación de demandas populares insatisfechas marcaron a fuego al escenario político.

Los cambios políticos y económicos ocurridos en las últimas décadas no han desarmado esta matriz productiva. La misma ha dado lugar a una estructura de poder constituida por un grupo reducido de poderosos empresarios con control monopólico/oligopólico de sectores estratégicos de la economía. Pueden así formar sus precios, desabastecer a los mercados y especular con las divisas. Esto les otorga enorme capacidad disruptiva, tanto en lo económico como en lo político. La inflación, las corridas cambiarias y la fuga de capitales han sido y siguen siendo las vías a través de las cuales estos sectores se apropian de una mayor tajada del excedente, los ingresos y la riqueza del país y desestabilizan a los gobiernos de turno cuando sus políticas no les satisfacen

Conflictos sociales y dolarización de la economía

Las tensiones políticas y económicas engendradas por esta matriz productiva derivaron en distintos intentos de dolarizar la economía, con el objetivo de poner fin a los conflictos sociales y a la amenaza del populismo. La dolarización potenció a la restricción externa.

A mediados de la década de 1970 el terrorismo de Estado pretendió cambiar las reglas del juego económico para poner fin a las demandas de los sectores populares y al péndulo entre las reivindicaciones del campo y las de la industria. Para ello implementó una reforma financiera y otra arancelaria. La economía fue abierta a los flujos de capital financiero y las tasas de interés superaron a las vigentes en el sistema financiero internacional. Esto se acompañó de una “tablita” o sistema planificado de aumentos del tipo de cambio siempre inferiores a la tasa de inflación interna. Estas políticas impulsaron la especulación financiera y provocaron recesión, desempleo, caída del salario real y creciente concentración del capital. La brutal represión militar ahogó en sangre a la protesta popular. El conflicto entre campo e industria fue sustituido por el enfrentamiento entre grupos económicos hegemonizados por distintas fracciones del capital financiero y diferenciados según su capacidad de acceso al crédito externo más barato.

La “tablita” afectó a las exportaciones y dio lugar a una crisis del sector externo, a un creciente déficit fiscal y al endeudamiento externo. Hacia principios de la década de 1980 la crisis financiera internacional provocó la fuga de capitales y aumentó el endeudamiento externo llevando al gobierno a estatizar la deuda privada externa. En este contexto, la inflación, la corrida cambiaria, y la fuga de capitales fueron los principales mecanismos de desestabilización de un gobierno militar que quiso imponer orden, pero no pudo cambiar la matriz productiva. De ahí en más, el endeudamiento externo y la fuga de capitales habrían de intensificar el impacto de la restricción externa sobre el conjunto de la sociedad.

La protesta social y los enfrentamientos entre grandes grupos económicos dominaron la escena política. El gobierno de Menem, con el asesoramiento del FMI, intentó nuevamente dolarizar la economía a fin de eliminar al populismo e imponer el dominio del capital financiero en el país. La convertibilidad fue un seguro de cambio que, acompañado por altas tasas de interés domésticas superiores a las vigentes en el exterior y por la privatización de las empresas estatales, atrajo al capital financiero internacional. La crisis del Tequila en 1994 precipitó la fuga de capitales y detonó un enorme crecimiento de la deuda externa. Estos fenómenos sumados a la crisis del sector externo y a una nueva crisis financiera internacional hacia fines de los ’90, alentaron la protesta social, la inflación, la corrida cambiaria y la fuga de capitales, precipitando la implosión social de 2001.En estas circunstancias el peronismo accedió al gobierno en las elecciones de 2003. Las políticas implementadas hasta 2015 lograron una importante mejora de la inclusión económica y social pero no cambiaron la matriz productiva y despertaron fuerte resistencia por parte de los grupos económicos más poderosos que, azuzados por el peligro del cáncer populista, resistieron de distinta manera: desde la 125 y el lockout del “campo” hasta la inflación, las corridas cambiarias y la masiva fuga de capitales. Esta resistencia enardecida los unificó tras el apoyo a Macri en las elecciones de 2015.

Nuevamente, Macri se propuso eliminar al populismo de la Argentina abriendo la economía a la especulación financiera internacional al mismo tiempo que dolarizaba los precios de las tarifas y los combustibles. Esto último desencadenó una pelea fenomenal por la apropiación de ingresos y riqueza dentro de los grupos monopólicos locales que, al mismo tiempo, apostaban a la bicicleta financiera. Mientras tanto, los fondos de inversión extranjeros hacían extraordinarias ganancias especulativas. Estas pugnas desencadenaron la inflación, las corridas cambiarias, la fuga de capitales y el explosivo endeudamiento externo. Al borde del default, Macri recurrió al FMI.

Dolarización y restricción externa

El préstamo del FMI potenció la fuga de capitales y la rápida dolarización de la economía, intensificando la restricción externa. El ajuste fiscal sumado a la contracción monetaria y a la flotación libre del tipo de cambio sumieron a la economía en una brutal recesión, multiplicando la miseria y depreciando rápidamente al peso. Esta pesada herencia de Macri, sumada a la pandemia, colocó al gobierno del FdT en una posición muy difícil.

Desde un inicio desplegó una batería de medidas destinadas a paliar el hambre y la desocupación. Financiadas con emisión monetaria, lograron impedir una debacle, pero no pudieron evitar el aumento de la pobreza. La emisión monetaria, adoptada hoy por todos los países, es cuestionada ahora por los grupos económicos más poderosos y por la oposición macrista. En los últimos tiempos, los titulares de la deuda externa reestructurada se sumaron a estas críticas. Todos exigen al unísono: ajuste fiscal, contracción monetaria y aumento de las tasas de interés, es decir: la vieja receta del FMI.

La dolarización de la economía ha multiplicado la especulación con el tipo de cambio, empoderando a los que tienen acceso a las divisas y operan, la mayoría de las veces, por canales no regulados. Esto ocurre tanto en las operaciones financieras, como en las comerciales. Los puertos privados y las oscuras operaciones cambiarias y bursátiles permiten todo tipo de maniobras especulativas con precios y cantidades. Todo esto impacta seriamente sobre la restricción externa y la economía del país.

Hoy sobran los dólares en la Argentina, pero no están en el Banco Central. La fiebre por acumularlos se ha propagado a vastos sectores de la clase media que, endeudados y amenazados por el desempleo, buscan aminorar la depreciación de sus ahorros. Este chiquitaje, sin embargo, no mueve el amperímetro en la pulseada por el tipo de cambio. En este contexto cada vez más complicado, el gobierno introdujo nuevas medidas en los últimos tiempos centradas en contraer la emisión monetaria y subir la tasa de interés. Esto, sumado a un presupuesto que elimina al IFE e incluye otras restricciones fiscales, parece haber contribuido a contener momentáneamente la corrida cambiaria.

Esta semana el violento desalojo de la toma de tierras en Guernica visibilizó la violencia de la restricción externa. Millones de ciudadanos no solo pasan hambre, sino que viven hacinados y en condiciones infrahumanas Frente a esa realidad, el macrismo y los grandes empresarios chillan en defensa de la propiedad privada, resisten cualquier intento, por efímero que sea, de gravamen a la riqueza, y atacan al gobierno por su supuesta debilidad frente al delito.

Hoy no esta en juego la propiedad privada en la Argentina. Lo que está en juego es el derecho constitucional de los argentinos a tener un trabajo y una vivienda digna. El desalojo violento de Guernica no solo cortó una negociación que estaba llegando a un final consensuado. Mostró que las topadoras y los palos son parte del acuerdo que exigen los más poderosos, un acuerdo que inevitablemente reproduce la violencia de la restricción externa. De ahí la necesidad de definir con claridad quién es quién en este entrevero, cuáles son los intereses en danza, y qué tipo de acuerdo se necesita para salir de esta encrucijada.

Los recientes éxitos electorales en Chile y Bolivia muestran que todo es posible en este mundo turbulento, a condición de saber cuáles son los objetivos y de movilizarse para lograrlos.

( https://www.elcohetealaluna.com/restriccion-externa-exclusion-social/ )

Pase de gol

El martes 27, un colega me preguntó qué me había parecido la carta de la Vicepresidenta, difundida al cumplirse diez años de la muerte de Néstor Kirchner y uno de la victoria electoral del Frente de Todos sobre Juntos por el Cambio. Cristina es como Gago o Riquelme, que con dos toques limpian una situación confusa y dejan a un compañero en posición de gol, le respondí. Lo contó en un programa político por televisión. Otro colega dijo: “Mejor como Nacho Fernández y Enzo Pérez”, con lo cual se logró una inusual coincidencia entre hinchas de Boca y de River, algo parecido a lo que propone la ex Presidenta, que sigue siendo distinta a todo y todxs.

La carta con la que anunció que no concurriría al acto del gobierno en el Centro Cultural que lleva el nombre de quien fue su compañero político y sentimental fue tan inesperada como el video del 18 de mayo de 2019, en el que anunció que cedería a su ex jefe de gabinete la candidatura presidencial. El gobierno oscila entre celebrarla como un apoyo y responder de modo críptico a los señalamientos que contiene. Como en los tiempos del hermetismo informativo de la guerra fría, se ha vuelto de moda la interpretación de gestos y fotos. Esto da lugar a graciosas pifiadas, como la de una columna de Infoemba que confundió a Carlos Zannini con Fernando Navarro, porque a los dos los llaman Chino.

Cristina enuncia tres certezas:

  1. que los enardecidos cuestionamientos a su gestión no se debían a sus modos, sino a la intolerancia ante el peronismo y su modelo de desarrollo nacional con inclusión social, dado que los poderes fácticos maltratan del mismo modo al Presidente Alberto Fernández, que es tan distinto a ella;

  2. que sólo el Presidente decide las políticas que se ponen en práctica, que Alberto no es el chirolita de la Vicepresidenta, como ella no lo fue de Kirchner ni Kirchner del estadista de Lomas de Zamora que hoy predica el caos donde lo dejan asomar su notoria cabeza;

  3. que los problemas económicos, que ella eligió sintetizar como consecuencias de la economía bimonetaria, no tienen solución sin un gran acuerdo que comprenda al gobierno y a la oposición, a los poderes fácticos y a los medios de comunicación, a patrones y trabajadores, ocupados y sin empleo.

Entre las primeras reacciones opositoras se señaló la contradicción entre ese convite a los sectores económicos y la crítica que Cristina les formula en la propia carta (por los agravios al Presidente que aceptó dialogar con ellos como visitante). El gobierno tuvo una lectura menos superficial: los conflictos más graves, entre naciones y al interior de cada una, se pueden destrabar negociando con los antagonistas, no encerrándose en la zona propia de confort.

 ( https://www.elcohetealaluna.com/hablar-con-propiedad/ )

En los años de 1969-1970, Lacan desarrolla su Seminario número 17, en la École des Hautes Études de París. El reverso del psicoanálisis(Jacques Lacan. El Seminario de Jacques Lacan. Libro 17. El reverso del psicoanálisis (Buenos Aires: Paidós, 2008a).) muestra la relectura que hace Lacan de algunos pensadores como: Saussure, Jakobson, Lévi-Strauss,Marx,Wittgenstein, Frege, Fibonacciy Pascal, entre muchos otros, relectura que le permite formalizar el concepto de discurso y producir la teoría de los cuatro discursos.En este contexto, Lacan define el discurso como: “una estructura necesaria que excede con mucho a la palabra, siempre más o menos ocasional. Prefiero, dije, incluso lo escribí un día, un discurso sin palabras”. El discurso se toma como una estructura que instaura relaciones duraderas en el tiempo, lazos fuertes que van mucho más allá de lo momentáneo, del lenguaje verbal, de la palabra dicha, de la injuria proferida, de las enunciaciones formales del lenguaje. Por su parte, Zuluaga, psicoanalista medellinense, agrega: “la palabra puede ser frágil, efímera, pero el discurso en cambio subsiste, instaura relaciones, códigos, imperativos, es decir, va mucho más lejos que las enunciaciones efectivas”. En este momento de su enseñanza, Lacan se propone fundamentar una teoría del lazo social, que hasta ese momento aparece como faltante en el edificio teórico del psicoanálisis. En este orden de ideas, existen tres importantes elementos de re-ferencia, a partir de los cuales Lacan produce su teoría de los discursos: 1) discurso, 2) álgebra lacaniana y 3) cuatrípodo del discurso.

1) Discurso: este concepto, en el campo psicoanalítico, se ha explicado en líneas anteriores, pero es necesario destacar que el uso que Lacan hace de él difiere del uso que se hace en el campo de la lingüística; es tan extrema esta diferenciación, que Lacan creará con el tiempo el neologismo lingüistería.Lacan elabora el concepto discurso de forma permanente, elaboración que contiene dos elementos a ser destacados: por una parte, plantea el asunto del discurso como un artefacto y, por otra, analiza la posibilidad de un discurso que no fuera del semblante, en cuanto a preguntarse si existe algún discurso que diga la verdad de la verdad o la verdad última sobre las cosas; es decir, la posibilidad de la existencia de un Metadiscurso. La creación del Esperanto, por Luis Lázaro Zamenhof, muestra la búsqueda de un Metadiscurso que, a pesar de los intentos, fue un claro fracaso.

2) Álgebra lacaniana: Lacan llamó álgebra lacaniana a una serie de letras que funcionan como operadores conceptuales, que permiten la escritura de los matemas y que van adquiriendo nuevas significaciones con el desarrollo de su teoría. El ejemplo más claro de esta operación conceptual puede situarse en el término objeto a (minúscula): en los primeros años de la enseñanza de Lacan, implica al yo y el semejante al yo; posteriormente, se define como el objeto perdido imposible de reencontrar; años más tarde, se concibe como el operador crucial en la aparición de la angustia en la clínica psicoanalítica; de la misma forma, se encuentra el objeto sobre el cual gira la pulsión o como el representante de la libido, también denominado laminilla (hommelette); a partir de la lectura de Marx, se plantea como el plus-de-gozar. Estos son algunos giros conceptuales que dio, con el paso del tiempo.En este orden de ideas, las letras del álgebra que Lacan propone para la consti-tución de los cuatro discursos, son: S1, S2, $ y a.S1 = Significante amo.S2 = Saber.$ = Sujeto del inconsciente.a = Objeto a. Al indicar la relación entre estos cuatro términos: Esta fórmula dice que en el preciso instante en que interviene S1 en el campo ya constituido por los otros significantes (S2) en la medida que se articulan ya entre ellos como tales, al intervenir sobre otro, sobre otro sistema, surge esto, $, que es lo que hemos llamado el sujeto en tanto dividido (...) finalmente, hemos acentuado desde siempre que de este trayecto surge algo que se define como una pérdida. Esto es lo que designa la letra que se lee como el objeto a (...) No hemos dejado de señalar el punto de donde extraemos esta función del objeto perdido. Del discurso de Freud sobre el sentido específico de la repetición en el ser que habla. Para entender de dónde surge el álgebra lacaniana, es necesario remitirse a la elaboración conceptual que Lacan hace a partir de la revisión a la lingüística, campo central de los trabajos de Ferdinand de Saussure, en los cuales definía al signo lingüístico como la primacía del significado sobre el significante. El significado tiene un valor conceptual, en cuanto presenta el concepto de lo que representa. Por su parte, el significante cobra un valor fonético, en cuanto es la palabra que designa las cosas. La relación entre estos dos elementos se encuentra articulada por un lazo arbitrario, que no se puede romper y que presenta una reciprocidad unívoca. Un ejemplo de ello, para un valor conceptual: “asiento con respaldo, por lo general con cuatro patas, y en que solo cabe una persona”, se encuentra un valor fonético, el significante silla. Así, el significado tiene una primacía sobre el significante en una relación invariable, arbitraria y con reciprocidad unívoca. Lacan invierte la lógica saussureana, para mostrar que, en el campo del lenguaje, existe la primacía del significante sobre el significado y que la significación es producto de la interacción de los significantes fundada en una cadena significante. Lacan demuestra que el sujeto se encuentra dividido entre lo dicho y el decir, entre enunciado y enunciación, lo que equivale a decir: el sujeto se divide entre la ordenación preconsciente que se hace en el acto del habla y el lecho subyacente de lo inconsciente en el lenguaje. En realidad, Freud encontró el fenómeno de división del sujeto mucho antes que Lacan, puesto que la escucha psicoanalítica le reveló que en la negación de sus pacientes sobre ciertos temas se encontraba una afirmación primordial, posteriormente negada en el plano consciente.

¿Qué consecuencias trae esta concepción del sujeto y el lenguaje? Lacan demuestra que el sujeto se encuentra dividido entre lo dicho y el decir, entre enunciado y enunciación, lo que equivale a decir: el sujeto se divide entre la ordenación preconsciente que se hace en el acto del habla y el lecho subyacente de lo inconsciente en el lenguaje. En realidad, Freud encontró el fenómeno de división del sujeto mucho antes que Lacan, puesto que la escucha psicoanalítica le reveló que en la negación de sus pacientes sobre ciertos temas se encontraba una afirmación primordial, posteriormente negada en el plano consciente27. Freud ejemplifica la negación con el discurso de uno de sus pacientes: “Usted pregunta quién puede ser la persona del sueño. Mi madre no es”. La pregunta que surge es: ¿por qué un paciente, al hablar sobre sus sueños y las personas que aparecen en ellos, escoge, de todas las personas del mundo, a su madre, para decir que no es ella? Freud concluye, en la más contundente evidencia, que efectivamente es la madre y ubica la presencia de la represión en la negación.

3) Cuatrípodo del discurso: por otra parte, Lacan construye el cuatrípodo del discurso como una estructura de cuatro lugares o casillas, en los que se inscriben cuatro términos utilizados por Lacan: Agente, otro, la verdad y producción. Los cuatro términos mencionados permiten entender la función que cada elemento tendrá al ubicarse en dichos lugares.

El significante primero representa la introducción (siempre mítica, puesto que hace una representación) del lenguaje sobre el cuerpo del recién nacido, llamado por Lacan el viviente. La introducción del significante amo (S1) genera una pérdida irrecuperable de goce, un resto que nunca se podrá recuperar, pérdida representada por el objeto a (minúscula) y que permite hablar de un proceso de humanización del viviente, de su introducción en la cultura y el discurso; es decir, de su introducción en el lazo social.

APORTES DE LA TEORÍA DE LOS DISCURSOS Y DEL LAZO SOCIAL DE JACQUES LACAN AL CONTEXTO UNIVERSITARIO ACTUAL Esteban Ruiz Moreno Foro de Psicoanálisis del Campo Lacaniano de PastoGrupo de Investigación para el Desarrollode la educación y la pedagogía. GIDEP

Más allá de los aportes de la teoría lacaniana, del psicoanalisis en general y de los aportes de las investigaciones actuales que utilizan los conceptos de la teoría lacaniana para la interpretación de discursos, es interesante pensar la realidad en cuanto discursos, en los debates públicos que se suscitan en redes sociales y entornos virtuales, dónde el sujeto tiene mas libertad para “esconder” sus verdaderas intenciones, intereses y sentidos, especialmente cuándo se intuye o se sabe, contrario al bien común y solo vano intento de satisfacer el ego o de recuperar ese “goce” perdido e indeterminado, alrededor del cual el sujeto se constituye. Del mismo modo, la sobrevaloración que adquieren en estos escenarios y que luego, se prueban de mucho menor impacto, fuera de la “virtualidad”, en la realidad cotidiana que las personas producen fuera de sus dispositivos.

El neoliberalismo produce un universo de significantes verdaderamente potentes a la hora de encubrir en los discursos, la carga de “patrones” que suponen “voz de amo”, “narcisismo” “egocentrismo” “individualismo” en formas de lazos sociales que sostienen comportamientos y relaciones, y afectan las formas y los contenidos de los entramados sociales que definen en buena medida la realidad en la que desarrollamos nuestras vidas.

De como resignifiquemos ese universo de discursos neoliberales, para transformarlos en otros que supongan búsquedas mas comunitarias y humanizadas, depende que todo proceso de transformación, sea genuina transformación de las consciencias y no meros cambios de formas.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack




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