Memoria de Mujer, economía, Política y comunidades humanas

 

Mujeres, memoria y la muerte que transforma esas humanas experiencias en semillas que se siembran para nuevos frutos y mejores alimentos …
Economía y memoria, en el epicentro de las relaciones humanas, la generación de dinero, moneda y recurso financiero, como expresión individual y colectiva del trabajo puesto al servicio común o de aquel “ego” que solo privilegia el dominio de lo individual.
El Estado y la memoria, que colectiva, se entrevera en los conflictos como regulador de esas relaciones y las tensiones para el sostenimiento de una “casta” política al servicio de los privilegiados o de una representación genuinamente popular al servicio de los intereses del común.
La humana búsqueda de sentidos y valores que guíen las conductas y se ofrezcan espejos para ver quienes somos y conocer la realidad en la que desarrollamos nuestras vidas … frágiles y mortales … parte de un todo indivisible aunque nos empeñemos en la falsa ilusión del valor del “si mismo”. (No hay valor en la muerte sino en la vida que esa muerte ha dejado como legado a quienes seguimos vivos ...)
Mujeres y vidas que se siembran …
Diana fue una pionera entre las mujeres que estudiaron teología. Pasó por la Facultad Evangélica de Teología con excelentes notas y luego se dedicó a la historia. Continuó sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, los que culminó con el Doctorado en Historia, galardón que solo confirmó sus conocimientos, su capacidad de análisis y su integridad académica.
En el transcurso de su vida fue docente de historia en la UBA (Universidad de Buenos Aires) y en el Instituto de Historia de esa Universidad, donde solo llegan un selecto grupo de investigadores.
También dejó su huella en la Universidad Nacional de Rosario, donde hasta hoy se utilizan sus trabajos. Ella se destacaba por dominar la historia antigua y la teología, disciplinas fundamentales pero que pocos podían vincular como lo hacía ella.
Con el correr de los años se identificó con la teología feminista y con el estudio del papel de la mujer en la llamada “época patrística”, a la que ella agregaba “¡y matrística!”. Su tesis doctoral fue publicada en 2008 por la editorial española Desclée de Brouwer bajo el título “Mujeres: ¿el sexo débil?”
Este párrafo, tomado de una recensión de su libro, expresa el motivo del trabajo:
“…se propone desentrañar las razones profundas del relegamiento histórico que ha sufrido la mujer en occidente dentro de las estructuras eclesiales y en la sociedad en general. Quisiera “dar voz” a las mujeres que en los primeros años del cristianismo colaboraron activamente dentro de un movimiento, el cristiano, que comenzó como absolutamente revolucionario y trasgresor y, con el correr de los años y de la historia, se fue acomodando al sistema de poder que rige en la sociedad occidental. Poder que ejercen los varones y relega a las mujeres al ámbito privado: su propio hogar o el convento. ¿Cuáles son las causas históricas y sociopolíticas que consagran este sistema? ¿Colabora el cristianismo como ideología fundante del sistema patriarcal que se impone? ¿Se puede recuperar la historia silenciada y censurada de las primeras mujeres cristianas?”
Diana Rocco cultivó la amistad con quien fuera en su juventud uno de sus profesores en la Facultad Evangélica, y a la sazón uno de los grandes biblistas de Europa, el Dr. Alberto Soggin.
Los intercambios con Soggin y sus conversaciones -y discusiones- fueron siempre un dechado de conocimientos y valores compartidos. Soggin, desde su cátedra en Europa, sabía y valoraba a esta pequeña de estatura pero grande en sabiduría que era Diana y la promocionaba cada vez que podía en los foros de su país y continente.
En la lengua italiana que Diana tanto quería dio conferencias en Roma y otras ciudades de Italia. Hace no muchos años, el grupo de teólogas feministas “Teologandas” la homenajeó por ser pionera en esas lides y por su trayectoria académica que contribuyó a dar solidez teológica a esa corriente de pensamiento.
Es imperioso decir que Diana tuvo entre sus virtudes la de no hacer notar todo lo que sabía a quién tenía al lado. Y era la que más sabía en el medio nuestro sobre su campo. Diana cuando enseñaba parecía que ella también aprendía con el estudiante o con el colega, como si por primera vez se enteraba de un tema, de un autor, de una línea de investigación. Pero sus trabajos escritos, artículos, libros y clases, mostraban cuánto había estudiado y cuánto todavía continuaba leyendo. Mientras pudo, no dejó de investigar y escribir.
Entre otras cosas, fue Vicerectora del Colegio Ward, fue miembro de varios cuerpos académicos, fue profesora de historia antigua en el ISEDET, fue del grupo fundador del Centro Metodista de Estudios Wesleyanos; fue -con la misma calidad y dedicación- maestra de escuela dominical en su congregación Metodista de Liniers y predicadora laica. Un lujo que quienes la conocieron supieron apreciar.
Damos gracias a Dios por su vida y sus dones. Hoy descansa de tantas y hermosas tareas que el Señor le puso delante y encaró con calidad y fe. (PE/IEMA)
Nota. En la digital Lupa Protestante, de la cual Diana era colaboradora al igual que en Ecupres, publicaron una nota suya, “ La mujer elegida: Caterina von Bora”, editada el 5 de octubre de 2011. Nos unimos en ese homenaje publicándola en esta ocasión.
En junio de 1525 Caterina von Bora[1], una joven de 26 años, se casaba con un pretendiente que le llevaba 16 años, Lutero, un ex monje, como ella misma era ex monja. Lutero que había pensado dedicarse a la continencia a pesar de haber dejado el convento, decidió sin embargo, a los 42 años, hacer un gesto político y práctico, que demostrara que la Reforma no quería diferencia entre seglares y sacerdotes.
El sacerdocio universal de todos los creyentes debía demostrarse eliminando también las diferencias de dedicación de vida. Los sacerdotes se casaban, los monjes y las monjas, abandonaban sus monasterios de clausura y dedicaban su vida al servicio a la comunidad, pero “fuera” de los muros que los rodeaban, ya fueran sociales o de concreto.
La historia de la joven es parcialmente común: es dedicada todavía niña (10 años) a un monasterio por el padre, viudo que decide volver a casarse. Este era un hecho común, ya que todavía los padres eran los dueños de sus hijas, como siempre lo habían sido. Y así las mujeres seguían siendo propiedad de su padre, de su marido o de un convento, y no eran libres para elegir qué hacer con su vida…los varones decidían por ellas: adolescentes eternas, como la etiquetaban en otras épocas.

En realidad, sí lo eran en general en la realidad, porque los varones enviudaban a menudo por muerte de sus mujeres-niñas en los partos prematuros, y se volvían a casar una y otra vez con verdaderas adolescentes, aumentando la distancia de edad entre los cónyuges.
Sin embargo, aunque la situación era esa, Lutero había decidido no casarse. Era necesario un gesto de aprobación del líder a lo que estaba pasando: los obispos, los monjes, los sacerdotes se casaban…¿por qué Lutero no?
Caterina, estaba libre…y en parte gracias a la ayuda que él mismo le había otorgado. Se había escapado de su convento en una maniobra que casi con seguridad fue planeada desde Wittenberg, por el mismísimo Lutero. Uno de sus proveedores la trajo escondida en su carro, junto con otras monjas que se escaparon del mismo convento, en Nimbschen. Algunos dicen que dentro de los barriles del pescado, otros, cubiertas con una lona, simulando ser los barriles…no importa. La decisión de escaparse fue suya y de sus compañeras, aún sabiendo que si las capturaban durante el hecho, podían terminar en la hoguera.
Pero las ideas de Lutero, así como siglos antes las de Valdo, recorrían Europa, y especialmente Alemania, aún en los länder católicos, donde encarnaban el sentimiento nacional alemán. Esta era una reforma alemana, así como la de Wycliff -la estrella matutina- el primero[2], lo fue de Inglaterra, o la de Valdo lo fue del sur de Francia, o la de Hus de la zona Checa. Los Estados naciones se iban conformando y la Iglesia católica ya no era la que unía a occidente.
Lutero mandó a algunas de estas ex monjas con sus propios familiares, casó a las que pudo, y a las que no, las ubicó en casas de familia “tutoras”. Caterina fue durante dos años huésped en la casa de la familia Cranach de Wittenberg. Pero Lutero quería que se casara, puesto que según parece y pese a los retratos estereotipados de la época, era muy bonita. Hubo ofertas de casamiento, pero Caterina las rechazaba…tal vez porque buscaba a Lutero, que no se decidía a casarse, hasta que como dijimos, su mismo entorno lo presionó para que lo hiciera.
La vida de Lutero, muy desordenada, cambió por completo. Su actuar fue cuidadosamente ordenado por Caterina, que buen trabajo tuvo. E iniciativa. Ella se sintió responsable de cuidar a este hombre, tan importante, y tomó su deber con dedicación…de monja.
Lutero se había caracterizado por el dispendio de sus haberes, por dedicarse días enteros a escribir sin descansar, por comer cuando se acordaba, por tirarse en la cama exhausto, sin preocuparse del estado en que estaba ni él ni su cama…era un solterón de 42 años. Caterina puso todo en su lugar. Y además administró la casa y fundó un albergue y una casa de huéspedes en el antiguo convento agustino que les había sido regalado como casa, por el hijo del protector de Lutero, ahora el príncipe elector Juan de Sajonia.
Administrar la casa, no era poca cosa: la granja, los animales, los estudiantes del albergue, los huéspedes, la administración del dinero…todo quedaba en sus manos, con sirvientes que la acompañaban, más que la servían, en un trabajo de dedicación increíble. Caterina le dio a Lutero el tiempo que necesitaba para desarrollar su obra y además 6 hijos. Como señala el Dr. Alejandro Zorzín,
“Los Lutero tuvieron seis hijos: Juan (junio de 1526), Elizabeth (diciembre de 1527), Magdalena (mayo de 1529), Martín (noviembre de 1531), Pablo (enero de 1533), y Margarita (diciembre de 1534). Elizabeth falleció antes de cumplir un año, y Magdalena murió en 1542, a los 13 años de edad, para inmenso dolor de sus padres.”[3]
Sin embargo debemos decir que la vida de Caterina era parecida –no igual en cuanto a responsabilidades- a la de la esposa de cualquier burgués de la época. Recuerda y mucho a la mujer descrita en Proverbios 31:10 y ss. En este caso particular, hacía falta una mujer de semejante talante, para que el marido pudiera atender los numerosos problemas que resultaron de ser el emergente alemán que expresaba la separación de Roma como necesaria.
Con todo, para una mujer que trabajaba tanto, tener un hijo cada año y medio, o dos, debe haber sido un gran esfuerzo… además de tener que preocuparse por su alimentación y cuidado, lo que era todo un reto, dado el descuido financiero de su marido.
Caterina era muy respetuosa de su marido, al que llamaba “Herr Doktor”, y quería aprender de sus palabras como cualquier alumno… ¿De dónde sacaba el tiempo para también querer esto? No lo sabemos. Ni con todas las comodidades modernas podríamos imitarla.
A Lutero le gustaba aguijonearla, desafiándola. P.e. le hacía notar que el A.T. permitía la poligamia. “Sí, le decía ella, pero Pablo dice que cada uno debe tener su mujer”. “Sí, le contestaba él, pero no la única” Y entonces ella explotaba: “Si llegamos a esto, vuelvo al convento”…desafiando una vez más la autoridad del marido, y ¡qué marido!, pero ¡qué mujer! No fue fácil su tarea, pero la desarrolló más que bien, incluso después de la muerte de Lutero, que murió antes que ella, dejándola sola y sin los ingresos de su cátedra.
Entre las pocas cartas de Caterina que se han conservado, la única que contiene un testimonio sobre ella misma es una redactada apenas seis semanas después de la muerte de Lutero. No dejemos de notar la profunda admiración de esta mujer por su marido:
«¡Afable y querida hermana! Nada me cuesta creer que usted sienta una misericorde compasión por mí y mis pobres niños. Pues ¿quién no habría de estar apesadumbrada y dolida por una hombre tan valioso, como lo fue mi querido señor? Que no sólo sirvió a una ciudad o a un único territorio, sino mucho a todo el mundo. (…) No soy capaz ni de comer, ni beber, tampoco puedo dormir. Y si hubiera poseído un principado o un imperio, no me hubiera dolido tanto el haberlos perdido, como ahora que nuestro amado Dios y Señor nos ha quitado este querido y caro varón, no sólo a mí, sino a todo el mundo.»
La muerte en 1546 de su esposo, provocó un cambio muy duro para toda la familia. Según la ley, que suele cambiar más lentamente que la sociedad, ella era la concubina de Lutero. Sabiendo esto, el reformador, ya en 1537 había redactado un testamento en el que la declaraba heredera de sus valores y bienes, y la nombraba tutora de sus hijos:
«Porque considero que la madre será e! mejor tutor para sus hijos, sin emplear los bienes muebles e inmuebles para desmedro o perjuicio, sino en provecho y beneficio de ellos, que son carne y sangre suya, que ella cargó debajo de su corazón.»
Sin embargo, la destrucción de sus propiedades durante la devastación ocasionada por la guerra de Esmascalda, hizo que los últimos años de Caterina fueran de una dura necesidad económica. En octubre de 1546 -ante el avance de las tropas imperiales- tuvo que huir con sus hijos a Magdeburgo y luego a Braunschweig. Melanchton la acompañaba.


De regreso a Wittenberg intentó volver a la pequeña economía doméstica, esta vez, basada prácticamente en sólo su trabajo, ya que casi no tenía ayudantes y no le quedaban animales. Pero cada vez se endeudaba más. Su cuerpo además, acusaba el resultado de una vida tan dura. Estaba muy delgada y envejecida.
Cuando la peste asoló Wittenberg[4], a comienzos del verano de 1552, y la universidad decidió trasladarse a Torgau, también Caterina fue para allá con sus dos hijos menores. Ya casi llegando, los caballos se desbocaron y ella, tratando de frenar el carro para evitar que se saliera del camino, saltó del mismo con tan mala suerte que cayó y rodó hasta caer dentro de un zanjón lleno de agua fría. Los golpes recibidos y el frío, la enfermaron. Falleció el 20 de diciembre de 1552.
En palabras del Dr. Zorzín:
“El día siguiente, con la presencia de los estudiantes y colegas de su esposo, fue sepultada en la iglesia parroquial de Torgau, donde una lápida hermosamente tallada recuerda su figura de cuerpo entero.”[5]  
[1] Como siempre en estos casos, contamos mayoritariamente con fuentes masculinas, es decir debemos ver la protagonista desde el punto de vista de los varones que la rodean, a pesar de que en este caso puntual la protagonista sabía leer y escribir, y algo de latín…cosa no frecuente en las mujeres, ya desde tiempos del Imperio Romano, es decir, unos quince siglos de confinación en el silencio.
[2] Así llamará después Lutero a su esposa, ¿por ser la primera en tomar decisiones por sí misma que alterarían su vida? ¿Por qué se levantaba al alba y preparaba todo antes que los demás despertaran? Esto último era común en las mujeres, no lo primero, pero suele ser la explicación aceptada.
[3] Revista parroquial de la IERP, aparecida en nov. de 1999, pp.8-10
[4] Recordemos que desde la gran peste de 1348, las pestes volvían cíclicamente a devastar la población europea. Los que podían, huían al campo, los que no, debían quedarse en las ciudades infectadas.
[5] Op.cit.
(Prensa Ecuménica )
El aporte solidario a las grandes fortunas
Luego de su aprobación en la Cámara de Diputados, ayer comenzó a discutirse el proyecto de Ley de Aporte Solidario y Extraordinario de Grandes Fortunas en el Senado, con lo cual es probable que en los próximos días se defina su aprobación.
La discusión del proyecto -que se viene dando desde el inicio de la pandemia- generó muchísimos debates, con lo cual, dada su proximidad en la sanción, resulta un momento propicio para analizarlo y ponerlo en contexto.
Los puntos centrales del proyecto
Como indica su nombre, es una medida que se aplica por única vez para la obtención de recursos adicionales que contribuyan al financiamiento del incremento en el gasto público que provocó la pandemia.
Quienes estarán alcanzados por el aporte serán las personas (no las empresas) que al momento de la promulgación de la ley tengan un patrimonio declarado superior a los $200 millones. A dichas personas se les cobrará una alícuota creciente que va en función del patrimonio (2% al 3,5%). Asimismo, a quienes tengan su patrimonio declarado en el exterior se les cobrará un 50% adicional sobre la alícuota correspondiente. Por ejemplo, una persona que tiene un patrimonio de $200 millones dentro de Argentina pagaría $4 millones (el 2%), mientras que una persona que tiene $1.000 millones en el exterior pagaría $45 millones (el 4,5%, o sea el 3% más un 50% adicional). El cuadro a continuación refleja las distintas posibilidades.


Según un estudio de la AFIP realizado para la Cámara de Diputados, el universo potencial de personas alcanzadas asciende a 9298 personas. Sin embargo, ayer su titular, Mercedes Marcó del Pont, dijo ante el Senado que van a terminar siendo 11.855 (por el aumento del tipo de cambio, que impulsa al alza los activos en dólares). Esto representa el 0,03% de la población total.
Lo recaudado tendrá una asignación específica que se distribuirá de la siguiente manera:
    • 20% para gastos en salud (equipamiento, insumos, vacunas, etc.) para la prevención y asistencia sanitaria
    • 20% en subsidios a las pymes
    • 20% para las becas de estudio Progresar
    • 15% en mejoras de las condiciones habitacionales y de salud de los barrios populares
    • 25% en programas de exploración y producción de gas natural
Según el estudio de la AFIP, la recaudación del aporte sería de aproximadamente $307.000 millones, lo que representa el 1,1% del PBI de 2020 (tomando como referencia las proyecciones macroeconómicas del presupuesto).
¿Para qué sirve?
El principal motivo de la introducción de este aporte es claramente recaudatorio; en realidad, técnicamente es de financiamiento. La  pandemia llevó al gobierno a tener que incrementar significativamente el gasto para sostener a las empresas y a las personas más afectadas (algo que sucedió en todos los países del mundo). Eso derivó en un déficit fiscal sumamente elevado, que según las proyecciones del presupuesto se ubicaría en torno al 10,5% del PBI.
Ahora bien, al descontar el efecto que provocó el COVID-19 (IFE, ATP, congelamiento de tarifas, exenciones impositivas, pérdida de recaudación, etc.) se observa un déficit fiscal prácticamente idéntico al del año anterior (beneficiado también por el menor pago de intereses de la deuda en 2020 debido a su reestructuración). 

La gran diferencia del caso argentino frente al resto, y allí su principal problema, fue el financiamiento del déficit fiscal. De las tres formas que comúnmente se utilizan (colocaciones de deuda en los mercados internacionales, en el mercado local o financiamiento directo con el Banco Central), el gobierno tenía prácticamente bloqueadas las dos primeras debido al elevado endeudamiento contraído por la gestión de Cambiemos y el posterior proceso de reestructuración de la deuda que tuvo que llevar a cabo. Por lo tanto, la gran mayoría del déficit se financió directamente a través del BCRA, que generó un excedente importante de liquidez que contribuyó al salto de la brecha cambiaria observado a fines de marzo.
A partir de lo anterior se puede apreciar la lógica detrás de la introducción del aporte a las grandes fortunas, que es precisamente la de obtener una fuente de financiamiento adicional del déficit fiscal –pequeña, por cierto, ya que no llega a cubrir el 10% del total- para no seguir recurriendo a la emisión monetaria y de ese modo, morigerar sus efectos desestabilizantes en el frente cambiario. ¿Por qué a las grandes fortunas?
Las alternativas para financiar el déficit fiscal -sin recurrir a la emisión de dinero- son dos: emitir deuda o aumentar la capacidad recaudatoria. En relación a lo primero, si bien el financiamiento neto de la deuda fue mejorando en los últimos meses, no alcanza para financiar la totalidad del déficit. Es por ese motivo que la alternativa restante es la de incrementar la carga tributaria, donde la decisión de que recaiga sobre las “grandes fortunas” se basa en un criterio de equidad, ya que si bien la pandemia afectó a toda la población, los sectores de mayores ingresos fueron los menos perjudicados. 
Para tener una dimensión más precisa de las magnitudes y poder comparar mejor, con este aporte que van a realizar unas 11200 personas sería más que suficiente para financiar las tres rondas del Ingreso Familiar de Emergencia que recibieron unas 9 millones de personas (cuyo gasto total fue de $265.171 millones). O sea, con el aporte del 0,03% de las personas de mayores ingresos se logra sostener parte del poder adquisitivo del 20% de la población más vulnerable.
Por más que la decisión tenga mucho sentido, no quita que no sean válidos los reclamos que siempre surgen en estos casos de sectores beneficiados injustamente por la política impositiva argentina, como la exención del impuesto a las ganancias del Poder Judicial -que según el presupuesto 2021 representa una pérdida de $41.300 millones- o el régimen del monotributo, donde un empleado en relación de dependencia puede llegar a pagar 5 veces más en impuestos que un monotributista con el mismo nivel de ingresos
En una línea similar se encuentra el argumento de la evasión fiscal, no solo por la injusticia de que se aumente la carga sobre quienes hacen las cosas bien sino porque además puede fomentar al aumento de la evasión. Por ejemplo, según el IARAF, la evasión del IVA en 2020 significa una pérdida para el fisco de entre $550.000 y $600.000 millones (casi el doble del aporte solidario). Pero, por otro lado, también hay que destacar que según el informe de AFIP, el 92% del total de bienes y activos declarados por los contribuyentes alcanzado por el aporte a las grandes fortunas se encuentran fuera del país.
Hace unos días la Unión Industrial Argentina publicó un análisis donde utilizan como ejemplo dos “empresas pymes” (una industrial y otra del sector agroexportador), y a partir de eso concluyen que el aporte “grava los recursos que se destinan a la inversión”. Hay que marcar que esos ejemplos no pueden ser nunca representativos del sector, ya que el aporte recae sobre 12.000 personas, que aún si todas fueran dueñas de pymes (algo bastante dudoso), representarían menos del 3% del total de las empresas que hay en el país (unas 500.000). En segundo lugar, con esa lógica también deberían haber mencionado los beneficios que recibieron, en particular el ATP, que fue otorgado a más de 300.000 empresas y cuyo monto total supera los $175.000 millones. Al ser de carácter transitorio (se paga una sola vez) no debería afectar decisiones de mediano/largo plazo como son las inversiones, aunque hay varios antecedentes de impuestos transitorios que vinieron para quedarse, como el impuesto al cheque .
Otro argumento esgrimido por la UIA es de carácter legal, dado que sostiene que el proyecto “afecta los principios constitucionales de confiscatoriedad, capacidad contributiva y retroactividad respecto de la condición de residente”. Si bien no es la especialidad de este newsletter, hay algunos antecedentes de impuestos de emergencia que fueron luego declarados inconstitucionales por la Corte Suprema, con lo cual es probable que esto sea un argumento del que los contribuyentes se valgan para ir a reclamar a la justicia.
En suma, el Aporte Solidario y Extraordinario de Grandes Fortunas tiene como principal objetivo generar una fuente de financiamiento adicional para el elevado déficit fiscal que tuvo el gobierno este año, buscando al mismo tiempo obtener esos recursos del sector de mayores ingresos y el que menos se vio afectado por la pandemia. No obstante, como todo aumento de la carga tributaria, eso generó bastante debate y levantó argumentos en contra, algunos razonables y otros no tanto. Frente a eso, la pregunta de fondo siempre es la misma: ¿Cuál hubiese sido una mejor alternativa?
(Cenital)
Criptomonedas para «dummies»
Preguntas y respuestas sobre Bitcoin
Las extensión de las criptomonedas, sobre todo de bitcoin, plantea diversos interrogantes. ¿Qué son exactamente? ¿Cómo funcionan? ¿Qué significa la jerga que está detrás? ¿Qué consecuencias tienen para los Estados, e incluso para la democracia?
Bitcoin nació en 2008, el mismo año que Lehman Brothers declaró su quiebra. El 31 de octubre de ese año, un usuario identificado como Satoshi Nakamoto publicó en la lista de correo «Cryptography» un mensaje que decía: «He estado trabajando en un nuevo sistema de dinero electrónico que es totalmente peer-to-peer, sin terceros de confianza». Además, contenía un enlace al documento alojado en el sitio bitcoin.org conocido como «white paper» donde se explicaba punto por punto el funcionamiento del sistema. En realidad, nadie conoce la verdadera identidad de Nakamoto.


Bitcoin fue la primera moneda digital que logró transferir valor entre usuarios sin necesidad de una autoridad central que verifique las transacciones. La idea, tan sencilla como suena, dio origen a una revolución monetaria sin precedentes. El 9 de enero de 2009, Nakamoto liberó la versión 0.1 del cliente de Bitcoin (hoy conocido como Bitcoin Core), un software de código abierto que conectaba varias computadoras entre sí, y esto dio origen a la red que soportaría la criptomoneda. Las tareas de la red eran, en apariencia, sencillas: permitir transacciones entre usuarios, hacer una lista de todas las transacciones, verificar que no se gaste dos veces la misma moneda y emitir nuevas unidades monetarias.
Ese mismo día, a las 00:54, se minó el primer bloque de bitcoin y con él se crearon las primeras unidades. Tres días más tarde, el 12 de enero de 2009, Hal Finney, uno de los miembros más destacados de la lista de correo «Cryptography», recibió la primera transacción de bitcoin de la historia. El 26 de abril de 2011, Nakamoto envió su último mensaje y desapareció de la vista del público. Tres años más tarde, el 28 de agosto de 2014, Finney murió producto de un cuadro avanzado de esclerosis lateral amiotrófica. Su cuerpo se preserva en estado de criogenia en los laboratorios de la Alcor Life Extension Foundation.
Junto a Nick Szabo, Finney es reconocido como uno de los pioneros de Bitcoin y uno de los principales sospechosos de ser Satoshi Nakamoto o, al menos, de haber tenido contacto estrecho con el personaje anónimo.
¿Qué es bitcoin?
Bitcoin, además de ser el nombre de la moneda, es la red que la soporta: una red entre pares (p2p), sin intermediarios, que permite mandar valor de una parte del planeta a otra sin pedir permiso a nadie, a un costo relativamente bajo, de forma semianónima, rápida y totalmente irreversible. Estas características le permiten a Bitcoin ser inmune a los intentos de censura de cualquier nación, empresa o autoridad.
Los usuarios pueden transferir bitcoins a través de la red para hacer casi cualquier cosa que se pueda hacer con las monedas convencionales, como comprar y vender bienes y servicios o enviar dinero a otra persona, e incluso algunas plataformas permiten recibir u otorgar crédito usando bitcoins. Los bitcoins se puede comprar, vender e intercambiar por otras monedas en casas de cambio especializadas. A diferencia de las monedas tradicionales, Bitcoin es totalmente virtual. No hay monedas físicas que lo representen.
Los usuarios de la red poseen una serie de claves (conocidas como claves privadas) que permiten demostrar la propiedad del bitcoin. Con estas claves se pueden realizar transacciones a otros usuarios de la red. Las claves se guardan en billeteras digitales, que pueden estar en una computadora personal, en el teléfono e incluso en un hardware específico diseñado con tal fin. Las claves privadas que permiten realizar transacciones son el único requisito previo para enviar bitcoins, dejando así el control total de sus fondos en manos de los usuarios.
¿Qué es la minería?
Cada unidad de Bitcoin se crea en un proceso llamado «minería». Determinados nodos de la red, llamados mineros, compiten para encontrar la solución a un problema matemático mientras se procesan las transacciones de bitcoins. Cualquier participante en la red Bitcoin puede convertirse en minero, en tanto que ponga a disposición el poder de procesamiento de su computadora para verificar y registrar transacciones.
Cada diez minutos, en promedio, un minero de Bitcoin compite por validar todas las transacciones de los últimos diez minutos y, si logra validarlas, obtiene una recompensa en forma de bitcoins. Esta función es conocida como «prueba de trabajo», o en inglés, proof of work.
En la actualidad, la recompensa consiste en 6,25 bitcoins por bloque minado, y cada 210.000 bloques, la recompensa se reduce a la mitad. De esta forma Bitcoin alcanzará un límite de unidades cercano a los 21 millones. Este límite se deduce de la propia velocidad de emisión de nuevas unidades de Bitcoin, que está establecida en el software de la red. Además, cada unidad de Bitcoin se puede dividir en 100 millones de partes, es decir que podemos fraccionar un bitcoin hasta obtener el 0,00000001 de cada unidad. Esa unidad mínima se llama satoshi.
El protocolo de bitcoin incluye algoritmos que regulan la función de minería en la red. La dificultad de resolución del problema matemático que permite minar un bloque se ajusta de forma automática para que el tiempo de validación entre un bloque y otro sea de diez minutos, sin importar la cantidad de mineros que estén compitiendo en ese momento. El número de bitcoins en circulación adquiere la forma de una curva predecible que se acerca a los 21 millones para el año 2140. Dado que la tasa de emisión es decreciente, a largo plazo, Bitcoin es deflacionario. No se puede inflar «imprimiendo» dinero nuevo más allá de la tasa de emisión esperada.
Pero que sea una moneda virtual no significa que no haya «materialidad» detrás. Minar bitcoins requiere del uso de energía eléctrica. Con las condiciones actuales donde la competencia es muy extendida, el minado de bitcoins se vuelve rentable en regiones que tengan alguna ventaja comparativa, como por ejemplo, energía eléctrica muy barata. A mayor potencia de computación hay mayores probabilidades de resolver un bloque y, por tanto, de obtener la recompensa. Por eso se crearon «pools de minería» para concentrar ese poder de fuego.
Esa es una de las razones por las cuales Paraguay, por ejemplo, se volvió uno de los lugares desde donde «minar bitcoins» resulta rentable. «En Paraguay sigue siendo rentable minar bitcoins debido a que tenemos el más bajo costo de energía eléctrica de la región», dice Luis Pomata, CEO y cofundador de Nano Mining Paraguay. «El costo normal es de 5 centavos de dólar el KW/h y puede llegar inclusive a los 3 centavos de dólar el KW/h. Es algo que solamente se ve en países asiáticos o en algunos lugares de Norteamérica». Y agrega que el país sudamericano tiene también «bajos costos de mano de obra técnica y por último se pueden comprar o alquilar depósitos/galpones para utilizarlos como centros de datos que cumplen con los requisitos necesarios para albergar las máquinas mineras a un precio muy accesible».
¿Cómo obtiene su valor?
Una de las preguntas más frecuentes acerca de Bitcoin es «cómo obtiene su valor» o «qué respaldo tiene». Para poder responder esto, debemos dar un pequeño rodeo histórico. Al final de la Segunda Guerra Mundial, se impuso la necesidad de crear un sistema de comercio internacional que evitara los desequilibrios que habían llevado a la Primera Guerra, al crack de los años 30, al auge del fascismo y, finalmente, otra vez al enfrentamiento bélico y el Holocausto.
Estados Unidos, con la doctrina del globalismo liberal a la cabeza, sostuvo la hipótesis de que un mundo abierto al comercio era un mundo de paz. Así, en las conferencias de Bretton Woods, el dólar estadounidense se convirtió en el garante del comercio internacional y, por lo tanto, de la paz. Hasta ese entonces el dólar contaba con una fracción de oro que garantizaba su «valor». Los dólares, en definitiva, eran convertibles a una porción de oro. Pero en 1971 Richard Nixon decretó la salida de Estados Unidos del patrón oro y entonces la moneda estadounidense dejó de ser convertible al metal precioso. Así, ya ninguna moneda global podía ser convertible, vía el dólar, al oro. Este tipo de dinero es conocido como dinero fiat o fiduciario.
El «respaldo» de nuestras monedas proviene de la capacidad de los Estados de forzar su uso y declarar ilegales el resto de las monedas. El cambio radical entre patrón oro y dinero fiduciario (que viene del latín fides, es decir, fe) es aún hoy en día, a casi medio siglos de distancia, un hecho desconocido para una gran porción del público. Nuestro dinero no tiene respaldo alguno más que la credibilidad en quién lo emite y el acuerdo entre las partes que lo usan. En definitiva, el valor del dinero es una relación social y de ahí, por lo tanto, su carácter ineludiblemente político.


El valor de Bitcoin, más allá de sus características particulares como la escasez, la seguridad, la resistencia a la censura, la inmutabilidad y la fiabilidad, depende del acuerdo de todos los usuarios. En ese sentido, Bitcoin también es, de alguna forma, una forma de fe. La única diferencia con el dinero que imprime el Estado o un banco (como puede ser el caso de Hong Kong) es que el valor no está asociado a la confianza en determinado gobierno, sino a la confianza puesta en un sistema de prueba criptográfica.
Esto implica la destrucción del monopolio del dinero por parte de bancos y Estados, y la demostración empírica de que un grupo de personas que no se conoce, que no tiene contacto entre sí y que ni siquiera tiene los mismos intereses ni ideología puede generar consenso a través de una tecnología lo suficientemente robusta y unos incentivos alineados de la forma correcta.
¿Puede surgir una «oligarquía» del bitcoin?
Si bien Bitcoin es una red descentralizada, el miedo a la centralización siempre existió y es un problema que tiene muchos matices. En principio, se podría sospechar que los desarrolladores que actualizan, escriben y mantienen el código de Bitcoin pueden tener un poder especial sobre el resto de la comunidad. Pero lo cierto es que cada cambio puede o no ser aceptado por esta, en tanto que para aplicarse es necesario que cada nodo actualice la versión completa del software Bitcoin Core. En ese sentido, un cambio que no cuente con el suficiente consenso de la red puede ser rechazado.
Por otro lado, el mayor riesgo de concentración se encuentra del lado de los mineros, dado que Bitcoin puede mantener su autonomía mientras todos los nodos mantengan la cooperación. Existe la posibilidad de que la red sufra un tipo de ataque conocido como «ataque del 51%» en el que alguien que logre concentrar la mitad más uno del hashpower de la red pueda reescribir la blockchain a su antojo. El riesgo de que un pool de minería logre alcanzar esa cantidad de poder de «hash» es real, aunque si así lo hiciera, estaría atacando, y por lo tanto destruyendo valor, de parte de la red en la que está invertido. Por lo tanto, sería una especie de autodestrucción.
Otros posibles candidatos para ser «oligarcas del bitcoin» son aquellos usuarios que minaron o compraron muchos bitcoins cuando no valían casi nada. Estos usuarios son conocidos en la jerga como whales (ballenas) y durante mucho tiempo, el movimiento de sus fondos provocaba grandes tensiones en el precio del bitcoin. A medida que la red crece en usuarios, el poder de las whales va disminuyendo, pero siguen siendo un factor que es preciso tener en cuenta. Pese a que existe la posibilidad de que una persona o un grupo de personas se «apoderen» de Bitcoin, es importante entender que el mayor activo de la red es el consenso, y cualquier cosa que atente contra el consenso de Bitcoin afectará su precio. Por lo tanto, todos los actores tienen un incentivo muy fuerte para no tomar medidas que puedan destruir la confianza de la red.
¿Qué lo diferencia de otras criptomonedas? ¿Hay una competencia entre ellas?
Al ser la primera criptomoneda, el bitcoin tiene una preponderancia singular. Es la que más tiempo lleva existiendo, la más conocida y la que más momentos complicados logró superar. Además, tiene varios elementos que alientan su crecimiento, entre ellos, el pico del precio en 20.000 dólares, que podría ser superado. Existen miles de nuevas criptomonedas, pero son pocas las que realmente aportan algo singular y significativo al espacio.
Ethereum, por ejemplo, es hoy por hoy la plataforma más elegida por desarrolladores interesados en blockchai, dado que no es solo una criptomoneda, sino que es una computadora descentralizada con la capacidad de ejecutar programas informáticos inmutables conocidos bajo el nombre de «contratos inteligentes». Más que competencia, la aparición de proyectos diferentes de bitcoin, con otros alcances y metas, fortalece el espacio, brinda alternativas y permite encontrar soluciones que quizá no puedan ejecutarse de forma tan sencilla en el software de Bitcoin.
¿Qué consecuencias puede tener para los Estados?
De mínima, los Estados van a tener que aprender a lidiar con estas tecnologías y entender que sus ciudadanos las van a empezar a usar en su vida cotidiana. De máxima, el Estado perdería el control de su sistema monetario. Esta perspectiva, animada por algunas utopías libertarias, es muy exagerada, porque demasiadas cosas deberían salir bien en el ecosistema de las criptomonedas (y los Estados no deberían hacer nada) para que esa situación se vuelva real.
Ya hoy las medidas que se exigen a las casas de cambio cripto (también conocidas como exchanges o brokers), como el KYC (know your customer, «conoce a tu cliente») y AML (anti money laudering, «anti lavado de dinero»), funcionan como una buena herramienta para regular el comercio entre dinero estatal y criptoactivos. El cambio de dinero fiat a cripto es el cuello de botella en el que el Estado puede intervenir y obtener algún tipo de beneficio. La prohibición, en cambio, empuja a los usuarios a manejarse por completo en el mercado negro y en dinero en efectivo. Con la aparición del renmi digital, también conocido como «cripto yuan», China se pone a la cabeza de los Estados que buscan crear su propia criptomoneda para competir, o amortiguar, el impacto de esta tecnología. Actualmente, 65% de la minería de bitcoin proviene de China.
¿Por qué no se puede usar para transacciones corrientes?
Esto depende mucho de la tecnología y del precio. Mientras que en sus inicios bitcoin se usó como medio de pago, había algunas cuestiones que lo hacían bastante incómodo. La cuestión es que solo se valida un bloque cada diez minutos, y que el límite en el tamaño del bloque permite solo tres transacciones por segundo, lo que limita la capacidad del sistema y lo hace ineficiente si pensamos en compras o ventas en locales como cafeterías, almacenes, verdulerías, etc. Nadie se va a quedar esperando ahí a que su transacción se valide. Además, se suma el problema de la comisión por transacción.
Si bien en una transacción de, por ejemplo, dos bitcoins el costo es ínfimo, para transacciones pequeñas (recordemos que un bitcoin se puede dividir en hasta 100 millones de unidades) la comisión podría superar el valor de la transacción. En ese sentido, existen varias propuestas para solucionar esto y convertir de nuevo el bitcoin en un medio de pago. La más interesante, que usa la misma blockchain de Bitcoin, se llama lightning network y es un protocolo que funciona en una segunda capa de la blockchain y permite la creación de canales de pago en los que se pueden hacer miles de pagos en segundos y sin costo. El único pago se haría cuando el canal se cierra y sería el equivalente a una comisión normal de la red.
¿Las criptomonedas son una especie de paraísos fiscales radicales?
Cuando pensamos en paraísos fiscales, nos remitimos a una ubicación geográfica con una estructura jurídico-administrativa que permite a empresas, familias, organizaciones o individuos mantener su capital fuera del alcance del gobierno del país en donde se generó ese dinero. Panamá, Malta, pequeñas islas, a veces paradisíacas, e incluso estados de Estados Unidos como Delaware o Nuevo México pueden caer en esta categoría. En realidad, la expresión en inglés es refugio o guarida fiscal (tax haven) y no paraíso (heaven).


En este sentido, las criptomonedas funcionan de forma similar. Uno puede guardar su poder adquisitivo fuera del control de los Estados, aunque esto tiene algunas implicancias un poco más fuertes. En primer lugar, el dinero que se guarda en un paraíso fiscal es dinero fiduciario; por otro lado, quienes acceden a este tipo de jurisdicciones cuentan con una estructura legal y económica de cierta envergadura para lograrlo. Si bien los Estados dicen estar en contra, los paraísos fiscales más grandes del planeta son jurisdicciones de la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido. Lo cual no deja de llamar la atención. En el caso de las criptomonedas, estas están abiertos a cualquier ciudadano, cuente o no con una estructura jurídico legal, sea o no parte de los ricos que suelen fugar su dinero a los paraísos fiscales. Y por otro lado, el poder adquisitivo atesorado en criptomonedas no está en dinero impreso por el Estado y nunca lo estuvo. En ese sentido, es muy parecido a comprar oro: el oro es escaso, su cantidad no está controlada por el Estado, no se puede emitir a gusto y placer, resiste el paso del tiempo, etc.
Lo que permite Bitcoin, por poner un ejemplo, es obtener las mismas características de un resguardo de valor como el oro pero con algunas ventajas: es más fácil de transportar, no requiere interacción física con nadie y es resistente a cualquier tipo de «censura» estatal. En ese sentido, Bitcoin representa la posibilidad de salir por completo del esquema económico controlado por el Estado, la política y los bancos. Es un «afuera» total del sistema bancario y estatal. Y se puede acceder desde una computadora o celular que se guarda en el bolsillo.
En definitiva, es mucho más que un paraíso fiscal, porque incluso está por fuera de las relaciones de poder entre bancos y Estados. Es de alguna forma una democratización total de la banca, ya que se anula por completo la necesidad de un intermediario para transferir valor a cualquier parte del mundo. Se podría decir que es una forma radical de dinero controlado por sus usuarios.
¿Qué consecuencias podría tener para la democracia debido a la complejidad de su uso?
La principal afrenta que representa bitcoin y cualquier criptomoneda, como decíamos más arriba, es la amenaza al monopolio de la emisión de dinero que hoy tienen los Estados. Como quedó claro en la crisis de 2008 y ahora con la pandemia, Wall Street, los bancos y demás instituciones financieras son too big to fail [demasiado grandes para quebrar]. La caída del sistema bancario también sería la caída de los gobiernos de turno y un punto de inflexión para cualquier democracia.
Quienes vivimos la crisis de 2001 en Argentina lo pudimos ver. El sostén del sistema bancario actual implica aumentar la circulación de dinero, en forma de impresión, crédito, bonos, etc. La única manera que tienen las personas comunes de resguardarse contra esos aumentos de circulante es comprando oro, criptomonedas u otro tipo de objetos. En este sentido, por primera vez en años, las personas comunes tienen una herramienta para resguardarse de las malas desiciones de política económica por un lado, y de desafiar el statu quo financiero por otro. En el caso de economías fallidas como Venezuela, por ejemplo, el bitcoin funcionó casi como un oasis para quienes podían acceder a la criptomoneda mediante envíos del exterior.
En este sentido, Bitcoin podría considerarse como una versión radical del sistema de bancos centrales independientes, en línea con lo que planteaba Milton Friedman, donde la cantidad de dinero esté completamente escindida de las necesidades políticas. Habría que ver si un sistema de estas características permite crecer a las economías de los países periféricos. En principio, no habría nada estructural que impidiera que existan gobiernos democráticos sin un control total o parcial de su política monetaria.
Respecto al problema del uso, hoy Bitcoin se encuentra todavía en una etapa bastante temprana. Si pensamos la transición que sufrió internet de ser solo un sistema para programadores de universidades de Estados Unidos a ser la mayor plataforma de comunicación mundial en solo 40 años, podemos tomar dimensión del proceso que deben atravesar las criptomonedas. Hoy, cualquier niño o niña que no sabe leer toma un teléfono y puede abrir YouTube sin problema. Aunque los padres atribuyan esto a una inteligencia especial de sus hijas e hijos, en realidad quien logró eso es el diseñador de la interfaz. Con esto quiero decir que, a medida que una tecnología evoluciona, también lo hace su interfaz, que se vuelve cada vez más sencilla. No hace falta saber cómo funciona internet para usarla, o conocer la tasa de transferencia de bits para ver una película en Netflix, o conocer los pormenores del protocolo TCP/IP para enviar un correo electrónico. Esto es así, precisamente, por la evolución en lo que ahora se llama «interfaz de usuario» y «experiencia de usuario» (en inglés UX/UI).
Lo que realmente necesita Bitcoin para volverse aún más «democrático» es ir eliminando, dentro de lo posible, el nivel de conocimiento necesario para operar en la plataforma. Hoy por hoy, si bien existen billeteras de bitcoin muy sencillas para teléfonos inteligentes, el proceso de transformar bitcoins a monedas fiduciarias y viceversa sigue siendo bastante friccionado.
Pero este problema posiblemente se irá eliminando, y la importancia de las criptomonedas se destacará aún más cuando la mayoría del dinero del mundo se vuelva digital. Cuando casi toda la población reemplace el efectivo por dinero digital (fiduciario, estatal y centralizado), la adopción de bitcoins será mucho más sencilla y, además, muchos preferirán tener dinero digital anónimo.
Los hoy tan popularizados pagos con códigos QR, que requieren casi nula comprensión de cualquier usuario respecto de la tecnología que está detrás, nacieron con las billeteras de Bitcoin. Cualquiera puede enviar y recibir bitcoins desde cualquier teléfono mediante códigos QR. En ese sentido, lo que queda por pulir es la fricción para adquirir nuevas unidades. Algo que, de a poco, empieza a suceder a escala global. En octubre de 2020, la empresa de pagos digitales Paypal anunció que pronto integrará Bitcoin a su billetera. La aplicación Cash App (una especie de Mercado Pago estadounidense propiedad de Jack Dorsey, CEO de Twitter) desde finales de 2018 permite operar en bitcoins.
( https://nuso.org/articulo/criptomonedas-para-dummies/?utm_source=email&utm_medium=email )
El presidente Alberto Fernández participó del acto del Día de la Construcción y dejó, entre otros puntos, un mensaje central. Que se aplicará la Ley de Abastecimiento ante casos de compañías que guardan materiales de construcción a la espera de un mejor precio. La rareza de la situación, que hasta los empresarios del sector admitieron que, aunque no explica la generalidad del faltante, hay mucho de especulación que ellos mismos tienen reportada. Y hasta se animaron a bancar la aplicación de la normativa que sanciona conductas de este tipo.
En el marco de una intervención por Zoom en el evento que se llevó a cabo en una planta de la cementera Loma Negra en Olavarría, el mandatario aseguró que el Estado “caerá con todo el peso de la ley de abastecimiento donde veamos que alguien está acaparando recursos para la construcción y está frenando la salida solo para buscar un mejor resultado” porque “ahí veo una nefasta actitud tratando de especular con un mejor precio en el futuro. Y no voy a permitir que eso ocurra”.
Un rato más tarde, en una charla con periodistas de la que participó Página I12, el titular de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Iván Szczech, sorprendió a todos con su postura sobre el tema. “Tenemos un diagnóstico bastante heterogéneo, es multi-causal, pero especulación hay, lo que genera una reacción. También hay otros factores, como menos producción por la baja de actividad por COVID y alta demanda y atomización del consumo de ciertos materiales, que se llevaron el stock de fábricas, como ladrillos huecos. Por eso, digo que sabemos que hay especulación, pero no se puede generalizar”. En esa línea, contó que “hay faltantes en acero, y nos reunimos con Acindar para trabajar en una metodología donde ayudemos a que las obras no sufran”.
El titular de la entidad que reúne a los constructores aclaró además que “tenemos datos puntuales de desabastecimiento, y también respecto a precios, que han subido en función de esa merma de producto. Todo eso está generando mucha incertidumbre en la construcción”.
A continuación, consultado por su opinión sobre los dichos de Fernández sobre la Ley de Abastecimiento, aseguró que “todos tenemos que poner un poco de voluntad para que esto funcione, si no se consigue de motu propio, pagan justos por pecadores. La ley es una ley y más allá de lo que a mí me parezca, están en todo el derecho de hacerlo, de aplicarla. No es algo grato, pero la situación en la que estamos hay que usar todas las herramientas disponibles para sacar el país adelante”, dijo Szczech.
La posición sorprende porque es un aval a una de las normativas más rechazadas por el establishment, dado que impone multas por conductas especulativas y abusivas en productos sensibles para el consumo y las cuestiones económicas básicas.
La intimación de Comercio
A comienzos de la semana, la Secretaría de Comercio Interior intimó a las empresas que producen, distribuyen y comercializan productos e insumos para la construcción a garantizar el abastecimiento y aumentar su producción de materiales.
A través de la resolución 605/2020 se requirió a las empresas que integran la cadena del sector “incrementar su producción hasta el máximo de su capacidad instalada”. Asimismo, les solicitó que “implementen las medidas necesarias para asegurar el transporte y provisión” de los materiales con el objetivo de satisfacer la demanda que se incrementó en los últimos meses.
Tras reuniones, inspecciones y requerimientos de información a las empresas del sector de la construcción, la Secretaría de Comercio constató "retrasos en el normal abastecimiento y acopio de materiales que no guardan relación con la situación actual de la cadena de valor, ya que además existen menores restricciones al tránsito y la tendiente optimización de los protocolos sanitarios dentro de las plantas industriales".
Naturalmente, si se observa la creciente demanda de materiales para obra en un sector clave para reactivación ecónomica, también se encuentran razones para los faltantes. El índice Construya -que mide la actividad de las empresas más representativas del sector- creció 15,8 por ciento en octubre, respecto al mismo mes de 2019, y ya había tenido un alza interanual de 18,5 en septiembre.
Según Construya, la venta se encamina a superar valores históricos. Por eso, aún ante esa mayor demanda, la aclaración de CAMARCO de que también hay un componente especulativo, adquiere aún más valor político.
(https://www.pagina12.com.ar/307777-inedito-mea-culpa-sobre-la-especulacion)
… y si de sentidos y trascendencia se trata … la palabra eterna es el nosotros. Sino lo entendemos, mas temprano que tarde, no quedará recuerdo de lo humano sobre la faz de la tierra.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

Imágenes: Óscar Carballo Vales nació en León el primer día de 1979, casi como si tuviera prisa por empezar. Y lo cierto es que la expresión artística fue siempre su sombra incluso cuando apenas tenía tamaño suficiente como para proyectarla.
Académicamente, se formó en Salamanca, Edimburgo y Londres; profesionalmente, lleva tiempo en el mundo publicitario y editorial.
Hasta aquí, una biografía prometedora pero demasiado sucinta para los que tenemos la fortuna de conocer su obra; y es que Ócar Carballo no se va a detener aquí: está claro que un artista de su calado está llamado a más altas y lejanas empresas.


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