Contextos urbanos y las formas del conocimiento

 


Concebido como una posuniversidad, situado en el cruce de las sendas de la academia, la cultura y el psicoanálisis, 17, Instituto de Estudios Críticos es un espacio de escritura, dedicado a la construcción y desconstrucción de nociones, formas y horizontes. Intervenimos en problemas desatendidos por otras instancias mediante la investigación, la formación y la edición, con orientación crítica y psicoanalítica. Sostenemos iniciativas culturales. Ofrecemos servicios de consultoría. El conjunto de nuestras facetas converge en nuestros libros y nuestro portal editorial . El Centro de Estudios Avanzados de 17 cruza la generalidad de nuestras esferas para abordar problemas de interés público al más alto nivel.

¿Por qué 17?

El nombre propio del Instituto, la cifra 17, recuerda el llamado recíproco de la crítica cultural y el psicoanálisis que tuvo lugar en el marco de la Escuela de Frankfurt antes de la hecatombe alemana de la década de 1930. Fueron los investigadores sociales quienes atrajeron por primera vez a su ciudad a un pequeño grupo de psicoanalistas y les hicieron un lugar en su edificio. El resultado de sus intercambios fue un importante legado contra el totalitarismo. El espacio que cohabitaron llevaba por número el 17. Destruido por la guerra, de él sólo quedan las letras a las que dio y aún dará lugar.

Los estudios críticos

Fruto de las contribuciones de esos tres docentes de la sospecha, Sigmund Freud, Friedrich Nietzsche y Karl Marx, así como de sus legatarios intelectuales contemporáneos, los estudios críticos se ocupan de la vida social y cultural. Se distinguen por su compromiso con el acontecer de su tiempo, así como por su carácter posdisciplinario y su orientación en relación con cuatro motivos principales: el poder, el saber, el sujeto y lo no simbolizable. No sólo se conciernen de modos innovadores con objetos de conocimiento heredados, también levantan el inventario crítico de los saberes o prácticas tradicionales y zanjan nuevas interrogantes.

(https://17edu.org/quienes-somos-2/#porque )

El Centro de Estudios Avanzados favorece la problematización de las actualidades discursivas mediante una consideración diagnóstica incesante. A partir de la hibridación teórica y el crisol de las praxis, se busca emparentar códigos diversos, transferir contenidos entre campos y suscitar diálogos en las márgenes de los saberes segmentados. La cultura crítica que de ahí deriva traduce un saber nómada, molecular, que funda su potencia en la micrología de los saberes alternos –tan fragmentarios como discontinuos– para así acometer de un modo otro los problemas.

Conminados por Kant a pensar de un modo sagital el influjo de la actualidad que nos es propia, consideramos esencial ofrecer una caja de resonancia a aquellos modos de reflexión que generan rizomas conceptuales de modo autónomo, y que habitualmente son juzgados por la lógica oficial como ilegítimos (por anómalos), insuficientes (por asistemáticos) y sospechosos (por desafiantes). Suscribimos la foucaultiana insurrección de los saberes sometidos.

Actualmente, trabajamos en temas como:

(De)sconstrucción de las identidades
Devenires subjetivantes
Nuevas identidades genéricas y sexuales
Subjetividades nómadas
Feminismos
Familia
Pensamiento crítico de la diferencia
Desdibujamiento del discurso dicotómico
Márgenes de la lógica falogocéntrica
#MeToo
Crítica de las categorías patriarcales

Ecología
Colapso ecológico
Caos climático
Calentamiento global

Era de la información”
Infotecnología
Redes globales de comunicación
Hipertexto informático
Realidades paralelas de (des)información
Fake news
Posverdad

Ciencia y tecnología
Lo posthumano
Postnaturalismo
Robótica
Neurorobótica
Tecnoprótesis
Biotecnología
Códigos genéticos y códigos cerebrales
Neuronas y cerebros virtuales
Capitales biogenéticos y neurogenéticos
Biología sintética
Biología computacional
Diseños moleculares
Señales bioeléctricas y seguridad informática
Ingeniería y biología de sistemas
Biónica y biomimética
Ruido celular
Ingeniería artificial y bioingeniería
Algoritmos bioquímicos
vs. algoritmos artificiales
Lo dado y lo construido
Fin del
Homo sapiens y advenimiento del serumano (Robo-sapiens)

Migración
Diásporas y transterritorialidad
Militarización de las fronteras
Hospitalidad y xenofobia
Desvanecimiento de las identidades (etnia, clase)

Estado-nación en crisis
Crisis de las democracias liberales
Declive de los macrorrelatos políticos
Ascenso de la ultraderecha
Estado y nacionalismos
Teocracias fundamentalistas contemporáneas

Guerras comerciales y efectos disruptivos
Nuevo orden socioeconómico
Desigualdad socioeconómica creciente
Globalización y resistencias locales
Plataformas globales de micro-trabajo

Oriente desde una perspectiva crítica
El llamado “naufragio de las civilizaciones”
El “orientalismo” como degradación argumental

Animalismo y pensamiento crítico
Especismo vs. experimentación científica, industrias alimentarias, industria del entretenimiento, industria del vestido

Oligopolios digitales
Panópticos digitales
Imperio de las pantallas (teléfono inteligente,
tablets, tabléfonos, tooklets)
Identidades
online y tribalismo digital
Algoritmos
macrodata y derecho a la privacidad
Economías de plataforma (uberización)

Bioética
Bioética religiosa vs. Bioética laica
Ética médica
Eutanasia
Biomedicina (reproducción asistida, clonación, modificación genética de la línea germinal, patentes biotecnológicas, discriminación genética y eugenesia)
Experimentación en humanos
Justicia distributiva del bienestar vital
vs. acceso discriminatorio a los recursos sanitarios
Beneficencia médica paternalista
vs. derecho a la autonomía
Estatuto ontológico de los no nacidos
Ética ambiental
Preservación de condiciones ecológicas viables y sostenibles para las generaciones futuras
Justicia
vs. autonomía en la ética ambiental

Estado y microestados
Narcotráfico y dinámica general de los tráficos
Terrorismo
Crimen organizado

Religiones
Los estados teocráticos
Teología de la Religión y Teología del diálogo interreligioso
Ciencias de la religión y Teología de las tradiciones religiosas
Teologías altermundistas
La palabra y el silencio en las distintas tradiciones religiosas
Religiosidades contemporáneas

Discapacidad”, funcionalidad diversa, física y orgánica
Lectura crítica del capacitismo
Confinamiento permanente (Arrestópolis)
Pensar los cuerpos desde la diversidad y no desde el déficit
El derecho a la autonomía
Plena inclusión y cadenas de accesibilidad universal
Derecho a la asistencia sexual de las personas dependientes
Garantía de los derechos en cada etapa de la vida
Aplicaciones informáticas y democratización de las TIC
Ocio inclusivo y turismo accesible
Crisis sanitarias y discriminación
Envejecimiento, cronicidad y dependencia
Dimensiones ética, política y jurídica de la sensibilización

Arte
La experimentación multisensorial
Los proyectos transmedia
Artistas jóvenes y mercados emergentes
Videoarte
Arte y nuevas tecnologías (laser, realidad virtual)
Los modelos híbridos
La difuminación de las fronteras entre las artes
Pintura y algoritmos
Machine Learning y mercado del arte
La venta de arte en la Internet
El sistema
Saisho
Arte y Blockchain
Micrología y autogestión (ensambles vs. orquestas; microeditoriales y disqueras
independientes
vs. sellos multinacionales; creación colectiva vs. coreógrafo absoluto).
Gig economy en el arte

(https://17edu.org/cea/ )

¿Cuál es la genealogía de los discursos y materialidad que crearon el discurso de la ciudad?

¿Qué y cómo hacer crítica a partir del giro espacial en filosofía y literatura? 

¿Cómo abrir fugas en la Metrópoli?

La empresa colonial impuesta sobre el continente que todavía llamamos América fue capitaneada por la producción letrada. La urbanística europea extendió su proyecto a partir del discurso arquitectural con la ciudad como utopía humanista. Fue esta utopía la que dispersó, como una metástasis, la ciudad global como punta de lanza del proyecto capitalista. A mediados del siglo XX, el llamado giro espacial expandió las condiciones de posibilidad de hacer una crítica historiográfica, literaria y filosófica de la ciudad convertida ya en Metrópoli. Si el proyecto de la administración del espacio y tiempo capitalistas se encuentra en su estadio global, las soluciones de movilidad, arquitectónicas y urbanísticas aparecen como reproductoras de la lógica de acumulación metropolitana. Desde Diógenes, ir contra la Metrópoli es, en parte, tomar posición sobre el estar en la ciudad, salir del relato de la productividad, y dar cuenta de las prácticas espaciales, formas de vida y revueltas en las que se encuentra la potencia de subvertir la Metrópoli y habitar otro mundo.

Pasajes contrametropolitanos y prácticas de sublevación urbana

Seminario en línea | Del 28 de septiembre de 2020 al 22 de noviembre de 2020

Imparte Al-Dabi Olvera Castillo Maestro en Letras Modernas por la Universidad Iberoamericana y doctorante de la misma disciplina, también en la UIA. Desde hace diez años es cronista y periodista de movimientos sociales y prácticas urbanas liminales. Ha publicado en diversos medios a nivel nacional. Fue miembro fundador de Másde131, surgido a raíz del movimiento estudiantil #YoSoy132. Forma parte de un programa de filosofía y literatura semanal en Ibero 909 y escribe una columna en La Jornada. Desarrolla proyectos estéticos para plantear la posibilidad de una lectura crítica de la ciudad, a contrapelo de la construcción del poder y la Historia de México.  (https://17edu.org/pasajes-contrametropolitanos-y-practicas-de-sublevacion-urbana/ )


El programa de este seminario gira en torno a la crítica de la producción letrada de la ciudad en su etapa metropolitana. Como punto de partida haremos una revisión crítica del lenguaje, ideas y prácticas, que la producen y que emanan de ella misma, desde los utopistas humanistas hasta los diseños de la actual Metrópoli global. Posteriormente nos centraremos en la producción escrita de prácticas que dentro de la propia urbe han conformado momentos de insurrección, fuga y prácticas que rompan con la administración del espacio y el tiempo capitalistas. La Italia autonomista, Oaxaca en 2006, el Chile actual, por un lado, y por el otro la vagancia, la autorreparación y la curaduría como formas de vida en frontal desafío de la lógica metropolitana.

El seminario se divide en tres partes: 

  1. A) Crítica del discurso urbano 

  2. B) Teoría y contrateoría de la ciudad 

  3. C) Sublevaciones y prácticas espaciales.  

Al final trazaremos un Atlas-constelación para reflexionar y hacer una crítica textual del discurso metropolitano.

Objetivos 

  • Hacer un breve recuento del giro espacial en diversos registros escritos (historiografía, filosofía, literatura)

  • Proponer rutas de crítica del discurso que produce (y es producido por) la ciudad

  • Pensar prácticas espaciales y sublevaciones en y contra la Metrópoli global

Programa 

1. Del giro espacial al gesto contrametropolitano 

A mediados del siglo XX, tiene lugar el giro espacial en filosofía ante la posibilidad de hacer una arqueología de los dispositivos del poder en su dimensión territorial. Recorreremos textos fundamentales de este giro para contrastarlos con los gestos del siglo XXI que arremeten contra el actual proyecto global de control temporal-espacial: la Metrópoli.

2. La producción textual de la Metrópoli como Ciudad Letrada

Para realizar una crítica de la Metrópoli es preciso exhibir y desmontar el proyecto civilizatorio que va de las utopías del siglo XVI a los actuales planes de administración urbana. 

3. El flâneur a paseo

A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, la novela y cierta  poesía comenzaron a trazar la épica de una nueva clase social en ascenso, la burguesa, en un territorio específico: la ciudad.  Surge entonces la figura del paseante, del flâneur, aventurero urbano, héroe de las novelas burguesas, heredado a dadaístas, surrealistas, situacionistas. Su figura trágica, dialéctica, ofrece la posibilidad de rescatar su carácter crítico.

4. Revuelta en la Metrópoli

La revuelta es el acontecimiento que destituye tanto de la Metrópoli como su relato. El levantamiento espartaquista de Berlín en 1919, la Italia autonomista, las rebeliones de Seattle en 1999, la comuna de Oaxaca del 2006, el Chile actual generan textos que nos ofrecen la posibilidad de apartarnos de las revoluciones con proyecto. El pensamiento, la reflexión, cuando la “Barricada piensa”, rompe los dos pilares de la Metrópoli: el tiempo de producción y el espacio de ordenamiento de los cuerpos. 

5. Prácticas urbanas radicales

Por su heterogeneidad, dispersión y carácter popular, las prácticas urbanas críticas, fincadas en el valor de uso, pueden abrir la posibilidad de fugarse de la producción de la Metrópoli.

Realizadas desde el margen como posición, descritas a contrapelo y desde el margen, forman parte de las estrategias de la “anarquía de la vida diaria” y posibilitan una “radical apertura”.

6. Chachareo

La Real Academia de la Lengua sitúa a la cháchara al lugar de la conversación banal y la clasifica como objeto inútil. ¿Quién y cómo determinan lo inútil en el lenguaje y su colocación en el espacio? A partir de la práctica del chachareo, la búsqueda de objetos de rehúso en los mercados que en México se llama tianguis, detallaremos posibilidades de búsqueda y recorrido no centradas en el capital, sino en el paseo, lo emotivo y el recicle. Pensaremos una práctica radical, el chachareo, como posibilidad irruptiva basada en el deseo y el valor de uso.

7. Paisaje y ruina

La ciudad no lo es más, y la Metrópoli se detiene, colapsa ante una insurrección popular o un pequeño virus. De repente, nos encontramos ante la revelación del paisaje y la ruina. Aparecen las nubes, el cielo, el canto de pájaros olvidado, la suspensión que no sólo saca al sujeto de sí mismo, sino que pone al borde de la ciudad con lo extraño, lo incontrolable, con el regreso del mundo. Pero la urbe no desaparece, la ruina de sí misma, abandonada, abre paso a su problematización. 


 8. Montajes críticos de la Ciudad (Atlas colectivo de prácticas  urbanas)
Después de desmontar el discurso urbano, de recorrer  la ciudad, y de chacharear entre sus discursos, prácticas, e imágenes, los objetos restituidos en su condición de otro valor son curados. La escritura se convierte en montaje. De la emergencia del tianguis como acontecimiento a la creación de un Atlas como cartografía que conserva su tensión, está abierto al reordenamiento, y explora la manera de formar, con indisciplina, otro mundo.

Actividades especiales

En la sexta sesión del seminario cada estudiante escribirá un ensayo crítico de la Metrópoli a partir de su oficio, intereses y formas de vida actuales. Es fundamental vincular el ensayo con alguno de los materiales revisados.

En la octava sesión cada participante compartirá una pieza artística, crónica, montaje, cartografía, video o audio a modo de Atlas en el que proponga alguna práctica, insurrección o fuga de la Metrópoli. 

Bibliografía

Álvarez Solís. Dos hipótesis sobre la separación del mundo del Instituto de Estudios Críticos

Careri Francesco. Walkscapes: el andar como práctica estética. Trad. Pla, Maurici. 

Consejo nocturno. Un habitar más fuerte que la metrópoli. Logroño. Pepitas de calabaza.  2019

Benjamin Walter. Crónica de Berlín. Madrid: Abada. 2015. 

Benjamin Walter. Libro de los pasajes. Madrid: Akal. 2013. 

De Certeau Michel. La invención de lo cotidiano. México: Universidad Iberoamericana, 1999.

Didi Huberman Georges. Atlas, ¿cómo llevar el mundo a cuestas? España: TF Editores/Museo Reina Sofía. 2010.

Echeverría Bolívar. Valor de uso y utopía. Siglo veintiuno editores. 2017.

Hartman, Saidiya. Wayward Lives, Beautiful Experiments : Intimate Histories of Social Upheaval. 2019.

Heidegger, Martin. Habitar, construir, pensar, conferencias y artículos, Barcelona: Serbal, 1994.

hooks bell. Choosing the margin as a space of radical openness.  Framework: The Journal of Cinema and Media. No. 36. 1989

Jesi Furio. Spartakus. Simbología de la revuelta. Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora. 2014.

Karmy Rodrigo. El porvenir se hereda: fragmentos de un Chile sublevado. Santiago de Chile. Sangría Editora, 2019

Lefebvre Henri. La producción del espacio. Madrid: Capitán Swing. 2013

Marramao Giacomo. Spatial turn: espacio vivido y signos de los tiempos. Historia y Grafía, Año 25, vol. 2, número 51. México: Universidad Iberoamericana. Agosto, diciembre 2018

Monsiváis, Carlos. Los rituales del caos. México: Era. 1995

Rama, Ángel. La ciudad letrada. Hanover: Ediciones del Norte. 2002. Impreso.

Sarlo Beatriz. La ciudad vista: mercancías y cultura urbana. México: Siglo XXI. 2009

Simel Georg. Teoría del paisaje. Madrid. Sequitur. 2015

Solnit Rebecca. Infinite cities. A trilogy of Atlases. University of California press. 2010. 2013. 2016.

Spanos William, Heidegger y la crisis del humanismo contemporáneo. Chile: Escaparate. 2009

Tari Marcello. Un comunismo más fuerte que la Metrópoli. Madrid: Traficantes de sueños. 2012

Cine

Obsolescencia. Dirección y guión: Hugo Sánchez Carvajal. 2014.

Sábado de mierda. Dirección: Rocha, Gregorio; Sarah, Minter. Guión: Mierdas Punk. 1988

Modalidad: en línea. Las sesiones no transcurren en tiempo real ni en un horario fijo, pero se calcula que la carga aproximada de trabajo es de 20 horas.
Espacio de escritura

En 17, Instituto de Estudios Críticos concebimos el trabajo en línea como un trabajo escritural. Esto plantea una concepción de la enseñanza muy distinta a la asociada comúnmente con la enseñanza hoy denominada “presencial”. Desde el inicio, en 17 nos hemos concernido con la escritura y en virtud de ello echamos mano del Internet, no como un medio de telecomunicación, menos aún como una manera de reproducir la presencia virtualmente. Para nosotros Internet es, llanamente, un dispositivo de escritura.


 Las más útiles y agudas perspectivas teóricas, críticas y analíticas contemporáneas del legado intelectual en que nos ubicamos cultivan (en clave literaria, filosófica, estética, política o psicoanalítica) meditaciones sobre la escritura que nos parecen cruciales y que proponemos habitar con nuestro pensamiento y en nuestra práctica. Por eso concebimos el Instituto como un espacio de escritura, lo que conlleva más una experiencia que un ideario.

Comunidad epistolar

Desarrollamos todas nuestras actividades en nuestra Máquina de escribir. Ésta se basa en Moodle, una aplicación informática de código abierto utilizada ampliamente en México y en todo el mundo. Es posible acceder desde cualquier parte del mundo a la Máquina de escribir a través del portal del Instituto: www.17edu.org

Los cursantes y el tutor de cada actividad en línea convergen regularmente en torno a un foro electrónico. Cada quien accede a él para leer las participaciones de sus compañeros y escribir sus propias intervenciones. El trabajo no es “sincrónico” sino “asíncrono”: las sesiones de trabajo no transcurren en tiempo real ni en un horario fijo, cada participante podrá ajustar libremente sus horarios de participación. La escritura producida permanece archivada en el foro, ya sean intervenciones puntuales o ensayos remitidos por cada estudiante. Solemos describir la dinámica de los foros como un intercambio epistolar, que puede tener lugar varias veces en un solo día. En ocasiones, los tutores enriquecen sus espacios de trabajo sumando otros recursos organizativos y digitales.

Los intercambios y discusiones se extienden a lo largo de una semana, de lunes a domingo, período que suele asignarse a cada unidad temática. En ese período los estudiantes deberán realizar la lectura de los textos respectivos, el punto de partida para la discusión. Cuando el ritmo es quincenal, las lecturas se llevan a cabo durante la primera semana, para dar paso a los debates respectivos en la segunda. Cotidianamente, las labores de lectura y escritura son intensas, muy formativas y resultan de gran provecho.

Al inicio de cada semana, el tutor introduce el tema y establece las bases del trabajo a desarrollarse durante la semana. También propicia un intercambio activo y constante entre los participantes: sus aportaciones, más allá de los comentarios u opiniones superficiales de “gusto” o “disgusto” sobre lo leído, deben consistir en una reflexión que lo ubique en la posición de un autor. Ésta es una de las grandes virtudes del trabajo por escrito: devela la función autoral que anida de manera latente en cualquier interlocutor intelectual o creativo. La escritura actualiza dicha autoría.

Preguntas frecuentes

¿Qué equipo y programas requiero para participar?
Nuestros umbrales tecnológicos son los básicos: es posible seguir nuestras actividades desde un café internet. Hace falta una computadora, una conexión a internet, un navegador y la paquetería básica de programas para escribir y visualizar imágenes (Office, iWorks, Open Office, Acrobat Reader):

  • la computadora puede ser de escritorio o portátil, PC o Mac;

  • la conexión a internet es imprescindible, con el mayor ancho de banda posible;

  • en navegadores recomendamos Mozilla Firefox, el mejor adaptado a las necesidades técnicas de nuestros sistemas; pero muchos recurren a otros como: Explorer, Safari, Google Chrome y demás;

  • los formatos de archivo comúnmente utilizados son: documentos de Word (.doc, .rtf, .docx), presentaciones de Power Point (.ppt), así como archivos de imágenes (.jpg) y archivos editoriales (.pdf).

¿Cómo entro a la Máquina de escribir?
El acceso a la Máquina de escribir es a través del portal del Instituto. También es posible acceder directamente: http://maquinadeescribir.17edu.org/login/index.php?lang=es
Las claves de usuario y contraseña son enviadas a cada estudiante por el administrador encargado del curso antes del inicio de éste. Si se trata de su primer acceso,se enviará una Guía Rápida de acceso a la Máquina de escribir. Antes de iniciar cualquier curso recomendamos experimentar con las funciones digitales de la plataforma disponibles para cada usuario. En caso de problemas técnicos, brindamos soporte vía correo electrónico: webmaster@17edu.org

¿Cómo entregan los materiales requeridos por los seminarios en línea?
Todos los recursos de los seminarios en línea, textos o imágenes, estarán disponibles en la Máquina de escribir para su descarga. Cuando ello no es posible, tales recursos estarán en la oficina del Instituto. En caso de estudiar alguno de los programas de posgrado del Instituto, los materiales podrán ser asignados y distribuidos en los coloquios semestrales que reúnen a los cursantes. (Conocer los posgrados)

¿Cómo son evaluados los cursos en línea?
Depende del tipo de curso. En los seminarios de Extensión académica los tutores evalúan siguiendo sus propios métodos y criterios, dados a conocer con antelación a los estudiantes. En el caso de los Certificados ofrecidos en línea (o en presencia), la evaluación tiene lugar mediante la escritura de ensayos que son leídos por Lectores externos (conocedores del tema que no fungieron como docentes directos de los participantes evaluados). Los programas de posgrado tienen sus propios métodos de evaluación: requieren de la entrega de controles de lectura y ensayos, y en la etapa final de los estudios las asignaturas cursadas son evaluadas mediante la escritura de ensayos escritos en presencia, revisados por árbitros externos; naturalmente, los Proyectos finales de maestría, las tesis de doctorado y los frutos de las Estancias posdoctorales son evaluados por sinodales en secuencias que conducen a la culminación que representan los Exámenes de grado.

¿Cuánto tiempo dedicaré por semana a un seminario en línea?
Varía. Además del tiempo pasado interactuando directamente a través de la Máquina de escribir, nuestros cursantes de Extensión académica típicamente dedican unas 10 horas a la semana a la lectura y a la escritura. No es obligatorio entrar diariamente al foro, pero sí muy recomendable permanecer al tanto de la evolución de las discusiones. La participación regular sí es imprescindible para obtener cualquier constancia o documento de acreditación de la actividad. Los estudiantes de Posgrado dedican a sus estudios por lo menos 20 horas a la semana.

(https://17edu.org/sobre-el-trabajo-en-linea/ )

El texto que precede es un ejemplo de como se transmiten y producen conocimiento e investigaciones de carácter universitario en estos tiempos digitales.

Entre tantos autores y tanta producción hoy divulgada de modos masivos y abiertos, la dificultad reside en la elección respecto a las obras que mas influyen o impactan en esas producciones y administraciones y como se dan los debates y alimentan relatos que agregan, mejoran, transforman u ofrecen relatos alternativos igualmente probables para aportar mayores elementos a esas comprensiones complejas y permita mas y mejores elementos a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones de relevancia colectiva.

Desde Sociedad y Barbarie, hasta Ética del desorden pasando por Roxe de Sebes, Ignacio Castro rey , es uno de esos autores y no deja de volver con insistencia renovada sobre los dos puntos que dominan su trabajo: por un lado, el dominio microfísico de la comunicación, y por el otro, la afirmación apasionada del singular que somos. En Lluvia oblicua esta repetición se da bajo la convicción de que desde la segunda es posible remover la doxa metafísica que domina nuestro presente.

Lluvia oblicua, de Ignacio Castro Rey: Llueve sobre la cruel losa de los humanos

Un filósofo nada convencional: Ignacio Castro Rey. Un ensayo, un mensaje: Lluvia oblicua, sintamos de nuevo. Reseña de Javier Turnes, profesor de filosofía, músico y gestor cultural.

Aristóteles afirmaba que el alma es, de algún modo, todas las cosas. Sobre todas ellas —el día, la tierra, el heroísmo, la finitud, el desierto, la belleza, Dios— se desliza el libro de Ignacio Castro Rey (Lluvia oblicua, Pre-Textos, 2020) para apelar a esta potencia del alma, un «fondo sombrío» que habita en cada uno de nosotros, como gusta decir el autor.

Este libro es un arsenal y una llamada, una teología liberadora que afirma con violencia, pero sin resentimiento, que no hay nada que temer, excepto nuestro antropomorfismo y su fatalidad letal. O, lo que es lo mismo, nuestra costumbre de quedarse quietos y ponerse a salvo. El alma humana es todas las cosas, también la muerte, lo indeterminado, la vulnerabilidad y la incertidumbre ordinaria. Pero allí donde está el peligro, habita también lo que nos salva. Mientras tanto, recuperar esa inmanencia, destruir la costra que la cubre, convertir la propia vivencia en autoridad, más allá de la experiencia precocinada que nos atraviesa día a día, es una tarea que requiere (y requerirá) de todo el candor y el coraje que este libro revela y confiesa.

Lluvia oblicua es un arma para recuperar la sensibilidad, esa fortaleza antigua que se presenta indispensable para lidiar con la vasta problemática de este presente y su disimulado, aunque irremediable, afuera. Lluvia de visiones y palabras que se abrazan y giran alrededor de una sola obsesión: pensar la potencia de subversión que se esconde en el día. Resistir, no adaptarse: ser fieles a la intemperie desnuda del origen.

El libro de Castro Rey propone una conversión a través de una confidencia constante. Nos sugiere la revelación de que es preciso destruir todas las oposiciones típicas que nos hacen la vida más fácil, el aislamiento más cálido, el encuentro más borroso. En definitiva, las cómodas oposiciones que ayudan a confundir la comunicación con la vida. Necesitamos volver a descubrir cierta dulce barbarie en nosotros. Descubrir las intuiciones no reconocidas, las vivencias convincentes, para limpiarlas de esa capa tóxica de información que olvida sistemáticamente la sabiduría de lo atrasado. La sociedad del conocimiento reprime todo lo que de genialmente subdesarrollado hay en nosotros.

El alma de los hombres sigue siendo todas las cosas. También sus derrotas, su dorada vulgaridad, su afán equívoco de reconocimiento, su infancia, su silencio. Lluvia oblicua señala el arsenal oculto que todos portamos y despreciamos. Y lo señala para convertir su aparente desventaja y su supuesta miseria en un viñedo. Revisemos nuestra escala de intensidades y sacudidas, démosle forma de pensamiento a lo vivido bajo la costra social del ruido. Afrontemos el peligro del caos que llevamos dentro. Tenemos dos manos, muy distintas: es necesario, a la vez, vivir afuera y adentro. La experiencia del presente zozobra porque todo se esconde detrás de su propia apariencia. Nos protegemos con la ilusión de la información, con su ex-formación, diría. Quizá también nos protegemos con la ilusión de una verdad escondida, pero no paramos de resguardarnos ante el gran enigma de vivir. No soportamos el vacío, ni el secreto, ni la apariencia pura. Y tal vez lo que necesitemos es volver a creer en lo más difícil, la inmediatez visible y audible.


 
Quizá tenía razón Santiago Lopez Petit cuando afirmaba que una sociedad que fabrica bolsas de basura perfumadas solo merece ser destruida. Pero aunque realicemos ese deseable ejercicio de destrucción, quedará siempre pendiente la tarea de volver a hacerte quien eres. Las múltiples visiones a las que nos lleva un título como Lluvia oblicua, el clinamen de Lucrecio, el «llueve para que yo sueñe» de Novoneyra, las lágrimas bajo la lluvia del replicante Roy en Blade Runner, son apropiadas para este tiempo. Aún así, pienso que quizá lo más propicio es pensar este libro como un clima, con su variabilidad, con sus momentos de luz y de sombra, de día y de noche. Un clima poblado de multitudes, ambigüedad y contradicciones que no son una carencia, como el pensamiento oficial nos intenta decir. No carencia, sino, por el contrario, tiempo y lugar singulares para seguir pensando por nosotros mismos.

Llueve en oblicuo sobre la losa cruel de los hombres, sobre la esclavitud de este presente. Abrir este libro es como abrir el enigma del día. Lluvia oblicua encierra un llamamiento a la poesía de cualquiera, a la ciencia paradójica del ser único que somos. Estamos ante un libro sobre la experiencia y la detención. Endiablado, estriado: sin pistas, pero lleno de signos que, como gotas de lluvia caída, conectan la cumbre y el ocaso que somos, la derrota y la luz que somos.

Frente al trastorno de «déficit de atención» generalizado, frente a este aislamiento ya habitual, sentir es lo más difícil. Hagámoslo de nuevo. Más, si cabe, en estos días que se yerguen paradigmáticos de un desorden general latente, de un miedo especulativo y terciario que nos expropia lo común.(https://www.moonmagazine.info/lluvia-oblicua-ignacio-castro-rey-llueve-sobre-la-cruel-losa/ )

A lo largo de este personal periplo fenomenológico, Ignacio Castro investiga y reflexiona sobre el territorio de nuestra experiencia, en torno a lo común: los sentidos, la memoria y los recuerdos, la inteligencia y la intuición, los sentimientos y la imaginación: el ser que somos. Lluvia oblicua (Pre-Textos, 2020) pretende calar al lector como lo hacen algunos aguaceros cuando te sorprenden a la intemperie, empapándote de sentido. El autor se propone “explorar el espesor de lo viviente”. A lo largo de la investigación que emprende, encuentra los mismos indicios que Simone Weil para sospechar la existencia de una relación íntima entre la ley de la gravedad terrestre y el desarrollo de una inteligencia que vuela”. Contra la superstición racionalista sabe que la inteligencia excede con creces el marco cerebral.

Castro Rey a veces camina, a veces nada, a veces se sienta, a veces escucha… Le atraen los puntos opacos que ofrece el dibujo y los puntos de fuga y las líneas de horizonte, los pliegues, las grietas, las marcas. También los malentendidos: la ilusión tecnológica, la falacia evolucionista, la distopía informativa. Pero sobre todo permanece atento a los límites, determinados por “una profunda hermandad entre sentido y pensamiento”. A través de una narración precisa, pero de imposible linealidad, atenta a las conexiones y a las reflexiones, siempre asomada a la curva exterior del momento, el autor consigue conectar intuiciones, experiencias, seres, ideas, carencias, juegos de lenguaje, teorías, ficciones, afectos, recuerdos. Se aleja de pretensiones sistemáticas y de cualquier dogmatismo: aceptaría gustoso contribuir a una teología para ateos. Es consciente de que la aproximación a las cosas implica un conflicto. La que sería la segunda entrega de “sus escritos de retorno”, en palabras de Pablo Perera, intenta una nueva experiencia filosófica que reconcilie lo cotidiano y lo sagrado.

En Lluvia oblicua Castro realiza un trabajo de hibridación guiado por la intuición y la cercanía. Híbrido es todo aquello que tiene lugar gracias a una mezcla de tradiciones o cadenas significantes que enlazan discursos y tecnologías diferentes, que emergen gracias a las técnicas del collage o el bricolaje. Esta necesidad de hibridación, única actitud posible capaz de relacionar y sintetizar materiales tan heterogéneos, le permite estar siempre atento a los planos complementarios a su investigación, escuchar cualquier voz, siempre perceptivo a cierta detención: en defensa de los valores de la proximidad y el arraigo. Castro investiga el “efecto constitutivo de lo extraño” del que hablaba Hegel. Así, termina por ensamblar una particular antropología, poética e impolítica, en la potencia de la proximidad, ágilmente apoyado sobre sus pies y utilizando ambas manos: la una aporta cuanto él tiene a su disposición, su memoria; la otra se sumerge en la naturaleza, que es “la forma soberana del lenguaje”, buceando en la intuición de una corriente de signos que solo se capta “en el esfuerzo extremo de lo poético”. Un lenguaje tenso y denso, sensible a la oralidad, con imaginación y fuerza poética que reivindica la tarea de nombrar, de activar los sentidos del mundo, de acercarse a lo que la realidad esconde. El acaecer en la filosofía sucede entonces como “una extensión critica” de la experiencia poética, un ejercicio de preparación para ser en el mundo.

El resultado de las observaciones realizadas alcanza cierta cualidad de mapa o dibujo, un extenso y particular cuaderno de viaje que persigue informar sobre lo insospechado que en nuestras vidas se pone en juego. Abundan reflexiones que apuntan a la confección de una ética individual, local y terrenal, apta para la supervivencia en sociedades nihilizadas como las nuestras. Todo este material ya estaba perfilado en su anterior trabajo, Ética del desorden (2017), pero el presente texto adopta un nuevo ordenamiento del conjunto en base a una preeminencia y un desencadenamiento de lo perceptivo en orden a comprender el mundo.

Tras la muerte de Dios, la escena permanece vacía y solo un extenso desierto parece habitar dentro de nosotros. Nietzsche afirmaba que la muerte de Dios ocasionaría la del propio lugar. Desde entonces, un impulso general a cambiar el drama histórico que habitábamos por el estado de abundancia y seguridad prometido, avanza. El malestar cultural, social, personal que viene de lejos, ahora se intensifica. El proceso de positivación y cosificación de la realidad, y su consecuente separación de la naturaleza, lejos de mejorar nuestras vidas, parece habernos instalado en un estado de progresivo secuestro sin posible vuelta atrás. Nuestra existencia se encuentra dominada por los mitos y rituales de la comunicación, el consumo y la movilidad. El tiempo se densifica sin cesar y todo se confunde ante una suerte de polución que produce una confusión perceptiva: borra las referencias, horizonte y suelo incluidos, impide las perspectivas y dificulta nuestra relación con la “vieja tierra” que somos.

En este ambiente de anomia, de incomodidad existencial, de extenso y difuso malestar, de creciente incertidumbre, Lluvia oblicua desciende a la reflexión sobre el hombre y su realidad, soportado por una determinación de resistencia ante el derrumbe que está en marcha. Una decisión sostenida en el mantenimiento de un afortunado abrazo con la soledad y en la puesta en acto del coraje de existir que vindica. Transeúnte de todo, este resistente ha decidido vivir su propia existencia como investigador de la misma, en la confianza de que “el mundo entero sigue estando allí donde nos encontramos porque cada vida es portadora de una posibilidad de perfección propia”.

La exploración del hombre y del mundo es una singladura sin origen ni destino conocidos, pero Lluvia Oblicua está guiada por la certeza de que sólo lo sentido es lo vivido, enfrentada por alguien que “acepta el pesimismo histórico como condición de mantenimiento de un optimismo existencial, desde una relación irónica con el presente”. Entonces suceden las situaciones de inmersión profunda con los momentos de toma de distancia perspectiva; la valoración de las extensas masas horizontales contra el vértigo de las transiciones verticales, la conversación con lo presente, con los presentes y con los muchos ausentes; las preguntas por los impensables espacios que se abren dentro los hombres.

Pessoa escribió que “la vida es un viaje experimental, hecho involuntariamente”. Preguntar por la índole de la realidad de nuestra existencia supone renovar la pregunta sobre el origen y la situación del hombre, lo que siempre es un ejercicio arriesgado. El vocablo “hombre” no es más que un concepto contenedor que, en palabras de Luhmann, encierra “complejidades inmensas”: en torno al hombre aparece el mundo y todo se convierte en mundo.

La idea dominante en Occidente, hasta principios del siglo XIX, era que el hombre era un artefacto de creación divina. Más adelante, la investigación sobre los mecanismos antropogénicos reveló que la condición humana es enteramente producto de realizaciones que no han sido adecuadamente descritas y resultado de procesos sobre cuyas condiciones sabemos poco. Pero somos ante todo ese ser prematuro, neoténico, dador y receptor de cuidados, habitado por el lenguaje. En la actualidad, el hombre aislado, hiperconectado, sobrecargado de culpa y sobreestimado, soporta mal su propia existencia, atrapada en una configuración de mundo que denominamos informativa que devora al mundo material, sus elementos y sus cuerpos, y protagoniza una nueva gran alienación con ayuda de la Red. Ignacio Castro reflexiona sobre los lugares donde sucede el hombre que, por fin, incluye a la mujer (ser ontológicamente superior) y al “atrasado que somos”. Acepta con el Comité Invisible la afirmación de que “todas las fuerzas que me pueblan no tejen una identidad, como me incitan a proclamar, sino una existencia singular, común, viva y de la que emerge en algunos momentos, ese ser que se dice yo”. Y que descubre, al fin, que esa singularidad que somos está habitada por seres, por desconocidas presencias que nos ocupan y nos transitan. Como recipientes vacíos; sólo en apariencia somos un yo. La esencia de lo real es el enigma de su existencia singular. Ser es ser percibido como singular porque no hay sino individuos.

Lluvia oblicua cree llegado el momento de habitar la tierra y ocuparnos del trabajo de vivir: escuchar, mirar, amar… No debería haber excusas. Aparece como urgente la tarea de rehabilitar al hombre creador y habitante de mundo, capaz de aceptar lo sensible, para lo que será necesario recuperar lo trágico, mantener una buena relación con la duda, armar el pensamiento, no perder la relación con nuestra pobreza original. Y proceder al rescate del cuidado de sí, que es el cuidado del otro y el cuidado de la comunidad porque considera que “cada humano no tiene otro destino que darle una figura a aquel enigma del que proviene”, esto es, a convertir su maldición en viñedo, en palabras de Auden.

(https://rebelion.org/en-torno-a-lluvia-oblicua-de-ignacio-castro-rey/ )

Dejamos atrás la raya; la pregunta es, ¿cuál? Miramos alrededor: esto es la intemperie.

Es decir, una exaltación, una taquicardia muy feliz. 360° y a días de cualquier techo.

Pronto entendimos ──como un zumbido, como un ala transparente, de insectos, o su vuelo── que también veníamos de aquí.

La intemperie del pensamiento.

Imaginamos llamarlo así: intemperie.

La intemperie nos educó, quisimos pensar ──quizá para reír──. Nuestra única estrella.

A lo sumo, una choza, una tienda.

Pequeñas hogueras, aquí y allá, en la arena.

¿Por qué un “centro”, si aquí no hay centro? Estudios, sí, pero ¿de qué, exactamente? ¿Avanzados?

No quedaba, entonces, nada; solo las manos.

Y los pies.

Construir, sí, ¿por qué no?

Pero solo de un modo provisional, transitorio, azaroso ──como se arrojan los “palillos chinos”──: equilibrios sutiles, irregulares, hermosos; retos del instante, enigmas, juegos.

Todos se recogen, de nuevo, con un golpe de mano, y se vuelven a arrojar.

Algo insistía, adentro de nosotros, sin saber por qué: “lo que sigue son líquenes”.

Una suerte de tundra.

Una tundra del pensamiento.

(¿Qué es eso? ¿Por qué?)

Intemperie. Todo parece vivo, y nos quedamos escuchando.

Avanzados”, quizá, solo en el sentido de exploración ──sobre todo irregular ──. De desprendimiento.

De destacamento.

Esta intemperie también es inminencia.


 Presentimiento de algo ──o de un todo── impensado, inmediato.

De un pensamiento que es una interrupción. No sabemos cuál, pero que nos deja, ya, en silencio.

Asombro. Y esa sombra movediza parece ser la única choza.

Sospechamos que el primer paso ──y los que le sigan, quizá──  tendría que ser descalzo.

Por ejemplo: el ser ──que, tal vez, sólo se conjugue en plurales y gerundios y que en sí mismo es abismo(s)──  suspendido en el sin──fondo.

En el sin──sentido, sin──sentido, él mismo.

¿Qué queda?

Una suspensión desnuda ──sin velos, alétheia──, sin recubrimiento. ¿Es posible?

¿Es una primera imagen? ¿Un primer silencio? ¿Un primer paso?

Un claro en el bosque ──lichtung──. Y de licht, luz, lugar.

Sólo así, un lugar para habitar: entre las frondas, entre las manchas de luz y de sombra, móviles.

Claridad transitoria en la espesura del bosque, sujeta al viento, a las nubes, al paso del sol ──y de otros──.

(Piares, croares y graznidos).

También dijimos parpadeo.

Acampar, encender las hogueras en el intersticio, mínimo, entre lo que se ve y lo que se ve ──de── nuevo.

Nuevo”, otro y lo mismo.

¿Qué cambió?

Todo.

Entre el que ve y el otro──sí mismo que ve.

Parpadeo; el acto, el intervalo en el que todo cambia, sin programa.

La grieta en la secuencia de pensamiento.

El árbol que mece sus frondas en la luz de la tarde.

La abeja que entra en la sala de conferencias.

Cuando la cosa sonríe al que la piensa.

(https://diecisiete.org/escrituras/para-un-centro-de-estudios-avanzados-a-la-intemperie/ )

Fué en la Inglaterra de mediados del siglo XVIII y en EEUU luego, donde los acelerados procesos de urbanización produjero los impresionantes cambios que el Capitalismo produjo en las comunidades humanas.

La cultura estadounidense se fundamenta en las ciudades y el paisaje urbano (en particular los barrios de rascacielos) mantiene un destacado papel en la cultura popular.

Hoy, la mayoría de los Estados Unidos viven en ciudades, y los Estados Unidos se sitúa en el tercer lugar del mundo en cuanto a población urbana, en valor absoluto. Más del 30% de los estadounidenses viven en una metrópolis de más de cinco millones de habitantes. Estas aglomeraciones son recientes y se estructuran en redes. Su peso económico es considerable para el país. 


 En julio de 2007, Estados Unidos tenía 207 ciudades de más de 100.000 habitantes y contaba con 51 áreas metropolitanas que superan el millón de habitantes, de las que nueve superan los cinco millones.

Muchas de las grandes ciudades estadounidenses, como las del resto de países, conocen dificultades vinculadas a la inmigración, a los cambios sociales y a la globalización.

El presidente de los Estados Unidos está tratando de quedarse con una elección que no ganó. 

No, esa frase, aún siendo cierta, no alcanza a dar cuenta de la situación. No sólo el presidente está negando que perdió y está intentando diversas medidas judiciales y políticas para que lo declaren ganador a él, sino que la totalidad del Partido Republicano, todos los senadores republicanos (salvo dos) y una gran cantidad de funcionarios electos y de carrera de los estados (todos republicanos) lo acompañan. 

Lo primero que hay que señalar es que los resultados de las elecciones no están en duda ni fueron ajustados. No se trata de una votación como la del 2000, que se definió por un puñado de votos en un sólo estado, Florida. Biden ganó el voto popular por tres puntos, 51 a 47 por ciento, el equivalente a seis millones de votos. Pero en EEUU al presidente no lo eligen los ciudadanos, sino sus representantes, en el Colegio Electoral (cada estado elige un número de electores más o menos proporcional a la población). Biden tiene 306 electores, y Trump 232. Entonces, esta elección no fue una landslide (avalancha) histórica para Biden, pero fue una victoria más que contundente. No un 54% a 16%, pero un más que claro 48 a 40, digamos. 

Donald Trump seguramente no tendrá éxito en su estrategia, que es por demás delirante. Hasta ahora, las cortes estaduales en las cuales sus abogados presentaron pedidos de la anulación de elecciones rebotaron todas las quejas. Hace un par de días, el equipo legal del presidente Trump dio una bizarra conferencia de prensa en donde su abogado estrella, Rudy Giuliani, pareció transpirar un extraño líquido marrón por toda su cara, mientras la otra abogada decía que los demócratas habían hecho fraude electrónico. Puso como ejemplo que “todos sabían” que la compañía de software electoral Smartmatic había sido contratada por Argentina en 2019 para “alterar la elección” impulsada por Hugo Chávez y el dinero del comunismo. O sea, si entiendo bien, Chávez después de muerto convenció a Mauricio Macri para que contratase a Smartmatic sin licitación para que en la elección del 2019 gane Alberto Fernández. ¡No entiende quien no quiere!

Sin embargo, esto no significa que la táctica del trumpismo haya fracasado. Por primera vez en la historia, uno de los únicos dos partidos nacionales norteamericanos dijo públicamente que descreía del resultado de las elecciones, y avaló una estrategia político-judicial para negarlas y darlas vuelta. Hace dos semanas que la discusión pública gira sobre este tema, no sobre la futura administración de Biden. La oficina encargada de organizar la transición administrativa se niega a certificar los resultados, y el futuro gobierno no ha podido por lo tanto tocar ni un papel. ¿Qué pasará entonces la próxima elección? ¿Qué pasará si la próxima elección sí depende de un puñado de votos en Florida? ¿Qué pasará en la elección a senadores de Georgia que se realizará en un mes? Los efectos institucionales de este hecho no lo veremos hoy, ni mañana, sino que, aunque en enero asuma Biden, se desplegarán a largo plazo. Así como las marchas del Tea Party en 2010 finalmente encontraron su liderazgo en Trump, el proceso que se inició hoy es de final abierto e impredecible. 

Voy a insistir en dos cuestiones: Primero, estos procesos no son ejemplos de outsiders marginales, sino que muestran la desafección democrática de sectores insiders, de la élite política, empresarial y profesional. No se trata sólo de Trump, sino de senadores, jueces, secretarios de estado, concejales, periodistas, profesores, abogados, jueces, economistas. Simplemente, se sienten fuera de las reglas de juego democráticas. Esta desafección democrática es asimétrica. En el año 2000 el Partido Demócrata aceptó el fallo de la Corte Suprema que dijo que George W. Bush era presidente; en el 2016 Hillary Clinton aceptó los resultados en 24 horas. Los demócratas juegan dentro de las reglas y las instituciones, en un momento en que hacerlo parece ser una desventaja. 


 
La segunda cuestión es que la centralidad imaginaria de EEUU lo transforma en un ejemplo para la región de Latinoamérica. Así como de repente en Argentina hay admiradores de Trump, o como Bolsonaro lo copia explícitamente, es razonable pensar que para muchos sectores negar o deslegitimar el resultado de las elecciones del año que viene se transformará en algo aceptable. En Argentina nunca se dio un proceso electivo nacional con sospechas (sí en elecciones provinciales); en el 2015 Daniel Scioli aceptó su derrota tempranamente y, si bien Cristina Kirchner no le traspasó los atributos de mando a Mauricio Macri (en mi opinión, debería haberlo hecho), nunca hubo dudas acerca del resultado electoral o de que Macri era el presidente legítimamente electo. Igualmente en el 2019: Mauricio Macri nos envió a dormir antes de dar a conocer las cifras el día de las PASO, pero nunca se puso en duda quién había ganado. Va a ser importante que los partidos de Argentina se comprometan a legitimar los resultados democráticos.

La presidencia de Donald Trump parece señalar un fin de época en la democracia norteamericana. Que los actores políticos retornen al status quo anterior, donde todo el mundo suponía o se veía obligado a decir que el sistema funcionaba de manera excelente, no parece ser una opción. Pero está bien, porque de las crisis se puede salir por abajo o se puede salir por arriba. Las instituciones, por sí solas, no defienden la democracia. Lo hacen las personas, con su acción y su decisión, y son ellas quienes pueden y deben definir las instituciones de la democracia.

(https://www.cenital.com/ )

UNA ECONOMÍA DE ZOMBIES

Cada vez más grandes empresas de Estados Unidos no ganan ni para pagar los intereses de su deuda

Los conflictos entre ricos y pobres han adoptado distintas formas a lo largo del tiempo. Sin embargo, una de ellas: el enfrentamiento entre acreedores y deudores, persiste desde hace cinco mil años. En la Antigüedad, la dinámica del endeudamiento detonó insurrecciones populares y cambios políticos en distintas regiones de la Mesopotamia, de Grecia y del Imperio Romano. Transcurridos miles de años, esta dinámica permanece inalterable. Su impacto social y político, sin embargo, ha cambiado.

En los ciclos sucesivos de cambios entre oligarquías, aristocracias hereditarias, tiranías y democracias analizados por Aristóteles en la Grecia de 400 A.C., resuenan tanto las voces de los excluidos como las de las elites. Las insurrecciones lideradas por movimientos populistas pusieron oportunamente límites al endeudamiento de los sectores populares. Al mismo tiempo, tanto el endeudamiento como los movimientos populistas fueron utilizados en la Antigüedad por distintos sectores de las elites para acrecentar su cuota de poder, provocando rupturas y distorsiones tanto en la relación entre las elites, como en el tejido de la sociedad.

Así, y más allá de las características políticas y culturales de los distintas sociedades, desde muy temprano el endeudamiento y el populismo han estado insertados en una dinámica altamente conflictiva. Ello se explica por la violencia silenciosa de un endeudamiento que, al crecer exponencialmente, tiende a superar la capacidad de pago de los endeudados. La “magia” del interés compuesto produce una expoliación sistemática, característica intrínseca de la usura. Esta se define por una acumulación ilimitada de bienes o dinero en manos del acreedor que tiene como contrapartida la pauperización del deudor. Este tipo de relación social ha sido y sigue siendo brutalmente disruptiva tanto de las relaciones personales como del conjunto social. De ahí que cerca de 2.500 A.C., los gobernantes de la Mesopotamia instituyeran la practica de condonar periódicamente ciertas deudas consideradas excesivas, e impusieran limites a los intereses a cobrar y sanciones a su transgresión. Lo mismo ocurrió periódicamente en la Grecia Antigua y en el Imperio Romano.

Con el correr del tiempo, sin embargo, la usura se transformó en algo natural, y su violencia desapareció de la escena conviviendo con la existencia de movimientos de índole populista que, si bien arrancaban concesiones de los gobiernos de turno, no ponían en cuestión la dinámica que reproducía el endeudamiento ilimitado. Esto habría de cambiar a lo largo del siglo pasado. Las dos guerras mundiales abrieron el camino a la hegemonía norteamericana en el mundo occidental y a la creación de organizaciones internacionales que, como el FMI, impulsaron el endeudamiento con tasas de interés abusivas, capitalización de intereses y crecimiento exponencial de la deuda originalmente contraída. Esto derivó en un ciclo insostenible de endeudamiento nuevo para pagar deuda vieja en condiciones cada vez más leoninas. Así, el FMI impuso los intereses de los acreedores internacionales a los Estados Nación, lo cual redundó en un bloqueo del desarrollo industrial nacional y un enorme crecimiento de la pobreza y la desigualdad social en los países en desarrollo.

La expansión mundial del capitalismo monopólico global también tornó ilimitado el endeudamiento en las economías centrales, en un contexto global de creciente integración productiva y financiera mundial. Esta situación derivó en la crisis financiera internacional de 2008 y tuvo múltiples consecuencias, entre las que se destaca un enorme impulso a la concentración económica basado en un crecimiento ilimitado del endeudamiento publico y privado. Como contracara: creció la inequidad social y los sectores vulnerables se hundieron en el estancamiento progresivo de la producción y de los salarios, mientras no cesaba de crecer la deuda.

Hoy la brecha entre el crecimiento de la deuda y el de la economía es cada vez mayor en los países centrales, representando la deuda el 422% del PBI en tiempos de pandemia (iif.com noviembre 2020). Esto ocurre en una estructura social basada en la maximización del poder en todos los ordenes de la vida social y en un progresivo deterioro de la legitimidad de las instituciones democráticas. Mientras tanto, los medios de comunicación concentrados y las corporaciones tecnológicas que dominan las redes sociales impulsan un relato único que fragmenta los intereses de los sectores sociales en una miríada de intereses individuales y contrapuestos. Esto persigue el vaciamiento de contenido del populismo y el bloqueo a su capacidad para expresar la protesta social.

El problema universal de todos los tiempos: un crecimiento exponencial del volumen del endeudamiento que supera la capacidad de pago, está hoy a la vista y las demandas de los excluidos despiertan un incendio que no encuentra canales institucionales para expresarse. La ruptura de los monopolios, el fin del endeudamiento ilimitado y la búsqueda de nuevas formas de organización de los excluidos son algunos de los principales desafíos del momento actual

Endeudamiento y populismo en Estados Unidos

Desde la crisis financiera de 2008 el gobierno norteamericano y la Reserva Federal han inyectado mas de 38 billones (trillions) de dólares en la economía para activarla, sin embargo, el resultado ha sido magro: cada dólar de crecimiento económico requirió 12 dólares de inyección financiera. Desde 2009, el balance de la Reserva Federal creció mas de 438%, el S&P 500 (índice de capitalización de mercado de las acciones de las 500 corporaciones mas grandes) creció 199,94% y el PBI solo se incremento en un 21,24%. Así, durante todo el periodo la capacidad de la Reserva para estimular a la economía enfrentó serias limitaciones.

Esto sin embargo, no es nuevo. Durante las últimas décadas del siglo pasado la economía norteamericana requirió estímulos monetarios y endeudamiento creciente para mantener un ritmo de crecimiento económico cada vez más lento. El resultado ha sido un enorme endeudamiento publico y privado, que paradójicamente ha colocado a la Reserva Federal en una trampa. No puede activar la economía manipulando las tasas de interés pues arriesga provocar una implosión de la deuda. Solo le queda profundizar el endeudamiento en una espiral infinita.

La pandemia agudizó estos problemas. La Reserva intervino fuertemente para impedir una debacle financiera comprando, entre otros activos, bonos de las corporaciones. Esto, sin embargo, no reactivó la economía y potenció el endeudamiento privado. Durante la pandemia, el número de corporaciones zombies –que no ganan lo suficiente como para financiar los intereses de su deuda— aumentó un 50% en relación al nivel que tenia a fines de 2019. Hoy el 20% de las 3.000 corporaciones mas grandes son zombies y su deuda aumento casi un billón (trillions) de dólares desde que empezó la pandemia (bloomberg.com 17 11 2020).

Mientras tanto, continúan las denuncias de fraude electoral en una compleja batalla judicial que como dice JP Morgan presenta “el riesgo de convertirse en una historia de horror: crisis constitucional el 6 de enero” (zerohedge.com 19 11 2020). Si bien Biden recibió el voto popular más grande de la historia, su candidatura no tuvo el impacto que se esperaba y los demócratas podrían llegar a tener la mayoría más estrecha en el Congreso, de los últimos 20 años (abcnews.com 4 11 2020). Biden ha empezado a definir la orientación de su próximo gabinete eligiendo a figuras ligadas a grandes intereses corporativos y financieros, muy criticadas por los sectores progresistas del partido demócrata (theintercept.com 11 11 2020; theguardian.com 19 11 2020). La ruptura entre estos y una dirección tradicional demócrata amenaza con agudizarse en los próximos meses. Esta dirección partidaria, enfeudada a los “nuevos demócratas” de Clinton asociados a las finanzas, a las corporaciones tecnológicas y a un núcleo importante de influyentes republicanos neoconservadores, se aleja cada vez mas de la base obrera tradicional del partido. El apoyo a la propuesta 22 (proposition 22) en California, que define a los trabajadores de Uber como contratistas y les impide acceder a las leyes laborales del Estado, es solo un ejemplo de este viraje de la dirección demócrata.

El sector del trabajo hoy está en disputa. Una gran proporción se suma a un fenómeno nuevo: el “precariado” (precariat) constituido por aquellos que han sido afectados por la desindustrialización, la robotización de la economía, el desempleo, los trabajos “basura” (junk), los recortes de beneficios sociales y otras políticas neoliberales aplicadas desde la era Clinton. La situación precaria atraviesa a grupos diversos segmentados según etnia, sexo, edad, lugar de trabajo e incluso región. Su común denominador es una enorme inestabilidad laboral, endeudamiento, carencia de seguro médico y de otros beneficios sociales. Ha sido muy castigado por la pandemia y la recesión económica y atraído en parte por un Trump violentamente enfrentado al establishment, los medios de comunicación y los organismos de inteligencia. Trump rechaza los cierres por la pandemia, y reclama reactivación económica y seguridad. Así ha obtenido éxitos inesperados en bastiones de votantes demócratas, lo cual ha contribuido a reunir un voto popular que históricamente es el segundo en importancia (Brookings.edu 11 11 2020). Además ha reconstituido al partido Republicano y apela a las bases populares de un partido Demócrata cada vez mas dividido.

Se inicia así una batalla por ganar o silenciar la voz de los excluidos, en un contexto donde la usura y la crisis de legitimidad política aparecen expuestas a la luz del día

Endeudamiento y monopolios

Esta semana las masivas movilizaciones callejeras lideradas por los movimientos sociales y reforzadas por los militantes del FdT y del gremio camionero en apoyo al día de la militancia, al proyecto de aporte solidario de las grandes fortunas y a la presentación del proyecto de ley del aborto, han insuflado un nuevo aire al gobierno. A esto se suma la perspectiva de una próxima vacuna contra el Covid-19 y la presentación del Plan Integral de Desarrollo Humano promovido por algunos movimientos sociales, camioneros y otros sindicatos, junto con representantes de la Iglesia. El plan sintetiza las demandas de algunos de los actores amenazados por la crisis actual y por un futuro de robotización económica cada vez más cercano.

Otro hecho importante fue la dura carta enviada por el bloque de Senadores del FdT al FMI, donde se lo responsabiliza por haber desembolsado el crédito mas grande de su historia persiguiendo fines políticos y violando sus estatutos. Esto, según los senadores, derivó en un enorme endeudamiento insostenible. A la luz de todo esto el FMI no debería imponer condiciones a las políticas del país y debería aliviar los intereses y los plazos, y otorgar décadas para la amortización. Uno de los técnicos del FMI reconoció que la carta “estuvo en lo correcto”, pero la política del FMI no es decidida por el personal técnico. Mientras tanto, este reclama un mayor ajuste fiscal para el año que viene y mayor financiación con deuda en lugar de emisión.

El “mercado” aprueba estas exigencias, reforzadas por la calificadora de riesgo Moody’s. Esta sostiene que, si bien “el ajuste ya empezó” cuando el gobierno desenganchó las jubilaciones de la evolución de la inflación, “la deuda argentina no se va a pagar con superávit comercial sino con más deuda, como se ha hecho históricamente… La Argentina puede crecer a largo plazo al 2% anual, que para las necesidades argentinas es bajo”. Por eso, el riesgo país sigue en alza a pesar de la última reestructuración de deuda y hay “crisis de confianza” en los mercados, que exigen un plan con consenso de la oposición. Señaló además, que la Argentina es “un caso único” donde la devaluación termina afectando a la inflación, y que a pesar del precio de la soja “con una brecha tan alta habrá incentivos a no traer los dólares con los conocidos problemas de subfacturación y sobrefacturación” (lpo.com 19 11 2020 infobae.com 20 11 2020).

Aterrizo así en el nudo del dilema actual. Mientras el BCRA agota sus reservas a un ritmo de casi 1.000 millones de dólares en lo que va del mes y el gobierno pesifica bonos en dólares de la ANSES y de otros organismos para controlar el tipo de cambio, los exportadores y grandes productores retienen divisas y cosechas mientras especulan para limitar “el daño” cambiario. Mientras tanto las grandes corporaciones empiezan a desabastecer al mercado interno y a aumentar sus precios especialmente en la alimentación y la construcción (sectores que no tienen insumos dolarizados), saboteando así la política de reactivar la economía a través de la obra pública y la expansión del consumo popular.

(https://www.elcohetealaluna.com/una-economia-de-zombies/ )

Las tensiones de poder y el conocimiento no siempre se alimentan mutuamente. La dependencia hacia las formas financieras de producción condicionan sobre manera las formas de criticidad y de producción de conocimientos, pero al mismo tiempo, la accesibilidad en la distribución y en el acceso a los medios que la posibilitan generan interesantes movimientos de producción genuinamente alternativa dónde lo financiero no es factor determinante de las agendas y programas sino mas bien, consecuencias de una necesidad que, y además, subvierte el sentido de mercancía y competencia por la renta, en otro que alimenta la cooperación y el genuino interés por entender la realidad y como participamos en su diseño colectivo.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack


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