Hambre, pestes, guerras, muerte.


EL JUICIO POR LA MASACRE DE NAPALPÍ: TODO ESTÁ GUARDADO EN LA MEMORIA

Un fallo histórico. Justo al cumplirse 98 años de la más brutal y vergonzosa matanza cometida por el Estado argentino contra un pueblo originario, se ha hecho Justicia. La jueza Zunilda Nirempreger declaró que la "Masacre de Napalpí", ocurrida en 1924, fue un crimen de lesa humanidad.

Mempho Giardinelli, Periodista, docente y escritor. Doctor Honoris Causa por la Universidad de Poitiers, Francia.Escribe en Página12

"Todo está guardado en la memoria" dice el conmovedor tema que León Gieco lanzó en 2001 para homenajear a las víctimas de la AMIA. Hoy cabe recordar esa canción con especial énfasis porque, justo al cumplirse 98 años de la más brutal y vergonzosa matanza cometida por el Estado argentino contra un pueblo originario, se ha hecho Justicia.

El veredicto fue leído solemnemente por la Jueza Federal Nº1 de Resistencia, Zunilda Niremperger, en traducción simultánea a las lenguas originarias, e inició así el cierre de uno de los capítulos más ominosos de toda la Historia Argentina del Siglo 20. Que fue un siglo, cabe recordarlo, signado en nuestro país por horribles crímenes de lesa humanidad.

El texto de esta jueza ejemplar–no es poco elogio en tiempos en que la Justicia en la Argentina está sobrada de corrupción y abusos– fue también ejemplar al condenar, después de un proceso de dos décadas, al Estado Nacional por organizar y ejecutar la feroz matanza de la mañana del 19 de julio de 1924, cuando entre 400 y 500 personas, seres humanos pertenecientes a diferentes pueblos originarios del Chaco, fueron asesinados y despedazados brutalmente por militares, policías y civiles a las órdenes del entonces gobernador –y también productor algodonero y político radical–Fernando Centeno. Quien había sido designado (pues por entonces los Territorios Nacionales no eran Provincias) por el presidente Marcelo T. de Alvear.

En aquellos tiempos el selvátivo y virgen Territorio Nacional del Chaco era ya el primer productor de algodón de la Argentina en los espacios desmontados, y, aunque silenciado tenazmente, el sistema de explotación humana en esa riquísima tierra era conocido en todo el país.

Por entonces las "reducciones indígenas" eran espacios de explotación humana, sometimiento y condiciones laborales infames, casi de esclavitud. Y la de Napalpí, ubicada a 120 kilómetros de Resistencia, que era la capital territorial, era un espacio paradigmático de sometimiento humano. Allí los aborígenes eran obligados a trabajar en condiciones tan ominosas que para julio de 1924, y hartas de abusos, las comunidades Qom y Mocoiqt se declararon en huelga denunciando malos tratos y sobreexplotación por parte de patrones y terratenientes.

Seguramente informados de las resistencias obreras en los quebrachales del norte santafesino, los aborígenes planeaban marchar hacia los ingenios azucareros de Las Palmas (Chaco) y otros en las provincias de Santa Fe, Salta, Tucumán y Jujuy. Acaso hubo denuncias e indicios de ello, pero, seguramente estimulado por la prepotencia de los latifundistas que lo rodeaban, el gobernador Centeno no tuvo mejor idea que prohibir a los aborígenes abandonar el Chaco, y para imponer tal ocurrencia su vil criterio lo llevó a ordenar la represión.

Que fue feroz, y de hecho continuidad de prácticas bestiales incitadas y autorizadas por los sucesivos gobiernos oligárquicos de la Argentina desde finales del Siglo 19. Desde hacía por lo menos 40 años se habían lanzado campañas militares para someter a pueblos originarios en todo el país, y en particular la Patagonia, y el Ejército Argentino había sido utilizado sistemáticamente y por sucesivos gobernantes para aniquilar a esos pueblos indígenas hasta la desintegración social y cultural de todas las etnias que habitaban desde tiempos inmemoriales los territorios de Salta, Formosa y Chaco, por lo menos.

En todo el país eran muchos los fortines militares encargados de eliminar aborígenes para vender o entregar tierras "limpias" a los muchos colonizadores europeos que llegaban de todas las naciones, y que en el Norte se ocupaban especialmente de producir algodón. Fueron muchas las comunidades originarias confinadas en "reducciones", donde se las sometia a explotación y esclavitud. Y una de las más importantes fue la de Napalpí, nombre Qom que significa "lugar de los muertos" y que había sido establecida en 1921 y donde eran mayoritarias las personas de la etnia Qom.

Y donde todo estalló en enero de 1924, cuando el gobernador Fernando Centeno dispuso que los indígenas debían entregar gratuitamente el 15% de su producción de algodón, lo que inició la resistencia y la tensión, que estalló ese 19 de Julio cuando unos 130 hombres, entre policías, estancieros y civiles criollos de la zona, todos fuertemente armados, rodearon el campamento justo cuando los aborígenes celebraban una ceremonia religiosa, que interrumpieron a balazos y degüellos.


Diferentes testimonios calcularon más de 5.000 disparos para ese crimen masivo que también incluyó bestiales amputaciones de testículos, penes y orejas posteriormente exhibidos en la comisaría de la cercana localidad de Quitilipi. Y represión que incluyó el debut bélico de un avión donado por el ejército al naciente Aeroclub Chaco y desde el que muchos testimonios dicen que se disparaba desde el aire contra los aborígenes, mientras los lacayos de los estancieros rodeaban a los huelguistas y disparaban con rifles durante los 45 minutos que duró la matazón.

Ninguno de los autores de la masacre murió o resultó herido, y nunca se realizó una investigación ni se llevó a juicio a los culpables. Las víctimas fueron hombres, mujeres, ancianos y niños, todos aborígenes y cuando acabó el ataque incluso todos los heridos fueron degollados.

Y como siempre sucede que los horrores finalmente se conocen, la Masacre de Napalpí también fue investigada, narrada, reconocida y condenada durante las últimas décadas y en democracia. Y uno de sus más serios investigadores fue un nieto de aquella tragedia brutal. Juan Chico se llamaba, y murió en junio de 2021, víctima de la pandemia y a la edad de sólo 45 años. Profesor de Historia egresado de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y autor del libro “Los Qom del Chaco en Malvinas”, fue la más autorizada voz de aquella masacre. Descendiente directo de víctimas de ese horror, había escuchado desde su niñez y de boca de sus abuelos la historia real de lo sucedido en Napalpí. Su compromiso lo llevó después a estudiar y crear una fundación que impulsó el Juicio por la Verdad. Hoy Juan es una pérdida que todavía lloramos en el Chaco.

El veredicto de la Jueza Niremperger clausuró una etapa decisiva de esta Historia, al menos desde que en 2004 el Instituto del Aborigen Chaqueño (IDACH) decidió en asamblea –con la presencia de 46 comunidades indígenas de los pueblos originarios Qom (antes Tobas), Mocoiqt (antes Mocovíes) y Wichís (antes Matacos)– iniciar una acción judicial de reparación por 350 millones de pesos en concepto de daños y perjuicios, garantía de no repetición y pedido de perdón por parte del Estado Argentino. La demanda se presentó en diciembre de ese año, fundada en el principio de imprescriptibilidad de los crímenes de Lesa Humanidad. Ahora, será Justicia.

GUERRA Y LENGUAJE

La construcción de una narrativa que perpetúa el statu quo

Mónica Peralta Ramos en “El Cohete a la Luna

La guerra continúa destruyendo a Ucrania y destripando a una estructura de poder que trasciende fronteras e impregna hasta los últimos confines de un mundo indiferente. El rumor del caos satura la vida cotidiana, pero escapa a la conciencia colectiva. Viene montado en un relato que, utilizando tecnologías de avanzada, deforma y falsea los episodios bélicos hasta producir una “realidad” nueva. Así, esta guerra ilumina el rol de la tecnología en la manipulación de la información y en la construcción de una narrativa que perpetúa el statu quo. Al mismo tiempo, pone al lenguaje en el centro de la escena política mundial y desnuda su rol en la reproducción de las relaciones de poder.

Desde tiempos inmemoriales, la mente humana ha sido un campo de batalla y el lenguaje un instrumento de guerra que, ya sea abierta o solapadamente, reproduce asimetrías de poder de distinta índole entre los individuos y en las sociedades. Este rol ha cristalizado en la formulación de relatos que, según las épocas y las culturas, han legitimado diferentes tipos de relaciones de dominación y control sobre los individuos, los afectos y los bienes; y sobre las sociedades y sus riquezas y recursos naturales. Hoy, la articulación de la narrativa oficial adquiere una virulencia inusitada y deshilacha a los mecanismos utilizados para oscurecer a las relaciones de poder y producir obediencia, más allá de la conciencia individual y colectiva.

 

Así, la guerra informativa manipula y distorsiona la realidad, al tiempo que muestra cómo la utilización del lenguaje permite simplificar los contenidos de los conceptos, bastardearlos y progresivamente sustituirlos por sus opuestos, sin que esto penetre en la conciencia colectiva. Revela así una función peculiar del lenguaje: si bien permite reflexionar sobre las causas de los problemas que aquejan al mundo, también abre las puertas a la corrosión del pensamiento colectivo, vaciando a las políticas de su contenido y ocultando a los intereses que subyacen a las mismas, cualquiera sea su índole. Cuestionar al relato “oficial” implica, pues, desafiar su rol en el oscurecimiento y naturalización de los conflictos y desentrañar los intereses sectoriales que se ocultan detrás de políticas que, pretendiendo realizar el bien común, reproducen el statu quo.

UCRANIA: EL LENGUAJE EN LA DINÁMICA DE LA GUERRA

La semana pasada, el asedio de las tropas rusas a las fuerzas militares de Ucrania que resistían desde las catacumbas de la fábrica Azovstal en Mariupol llegó a su fin con la rendición de los combatientes. Sin embargo, ni el gobierno de Ucrania ni los principales medios de comunicación de Occidente dieron cuenta de esta rendición. Tampoco de la ideología neonazi de sus comandantes y de muchos de los combatientes. En su lugar, “los defensores de Ucrania y de la democracia” fueron “evacuados (…) luego de cumplir las operaciones militares que les fueron asignadas” [1]. Según el Presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, “se tomó la decisión de disminuir las operaciones de combate (…) nuestros militares y nuestros oficiales de inteligencia (…) iniciaron una operación de rescate y evacuación de los defensores de Mariupol con el objetivo de devolverlos a sus hogares” [2].

Así, de un plumazo, la rendición fue convertida en “evacuación” y “rescate”, y el triunfo ruso sobre una ciudad considerada de importancia estratégica se transformó en la decisión del gobierno de Ucrania de “disminuir la intensidad de las operaciones militares”. Al mismo tiempo, una andanada de fake news en torno a la supuesta derrota rusa en operaciones tácticas dominó al relato oficial durante toda la semana [3]. En este contexto, empieza a configurarse un nuevo escenario de guerra.

El gobierno norteamericano sumó otros 150 millones de dólares a los 40.000 millones de ayuda militar aprobados por el Congreso [4]. Asimismo, el G7 se comprometió a enviar 20.000 millones de dólares y la OTAN decidió “dar apoyo militar sin límites” mientras Ucrania lo necesite [5]. Esta orgía de financiación se suma a la reiteración de los gobiernos norteamericano y británico de no negociar con Rusia; a la decisión de Suecia y Finlandia de pedir la integración inmediata a la OTAN; al inicio de ejercicios a pocas millas de una base militar rusa y militares con participación de los países bálticos [6]; y a la decisión de los gobiernos de Ucrania y Polonia de “borrar sus fronteras”, avanzando en una “misión de paz” en el oeste de Ucrania. Así, pareciera que los objetivos de “la operación especial” rusa de desnazificar y desmilitarizar la zona ruso-parlante del sudeste y convivir con un gobierno neutral en Ucrania son dinamitados a diario por una escalada del conflicto que no tiene límites. Tal vez esta dinámica se explique por fenómenos que se originan en otros ámbitos.

ESTADOS UNIDOS: PUJA POLÍTICA Y CRISIS FINANCIERA

La fragilidad de la economía global y las disputas geopolíticas inciden sobre la política norteamericana. La pugna entre los partidos políticos empieza a impregnar la puja entre un puñado de monopolios tecnológicos por aumentar su control sobre la política y la economía del país. Esto ocurre en un contexto internacional amenazado por la implosión de una crisis financiera global de magnitudes inéditas y en una coyuntura interna marcada por la creciente debilidad del gobierno demócrata que, en vísperas de elecciones, intenta frenar el avance de Donald Trump sobre el control futuro del Congreso y, eventualmente, sobre la presidencia del país. Los incidentes en torno a la adquisición de la red social Twitter por parte de Elon Musk, cabeza de Tesla/Spacex, encapsulan esta sincronización de pujas por el poder y desnudan algunos de los mecanismos que hoy se utilizan para controlar la narrativa oficial y eliminar el disenso.

Tesla busca controlar actividades productivas a escala mundial y en la estratósfera y es, al mismo tiempo, un pilar del sistema financiero: las acciones de Tesla impregnan a una red interconectada de “instrumentos financieros estructurados” y de derivados, cuyo valor supera la capitalización de mercado de las acciones del emporio tecnológico y lo convierte en un nervio de vital importancia para la estabilidad financiera global [7]. Para lograr sus objetivos de negocios, Musk ha utilizado copiosamente a su cuenta en Twitter en el pasado. Más recientemente, cuestionó la censura existente en los medios de comunicación y en las redes sociales y anunció su intención de comprar esta red social. Esto abrió una caja de Pandora: fue fuertemente criticado por el directorio de Twitter y sus empleados, por directivos de redes sociales y medios de comunicación, por la dirigencia del Partido Demócrata y por el propio gobierno de Joseph Biden, quien inmediatamente nombró un Consejo de Gobernación y Control de la Desinformación a cargo de filtrar la “información disruptiva” y la desinformación en las redes sociales, y en particular en Twitter [8]. En este contexto, Musk renegó de su pasado Demócrata, anunció que votará por los republicanos en las próximas elecciones e invitó a Trump a volver a Twitter [9].

La disputa continúa y ha arrojado un haz de luz sobre el uso masivo de bots y cuentas falsas con el objetivo de manipular la información y censurar opiniones, tanto en Twitter como en otras redes sociales. Hoy se sabe que los bots representan el 49% de los seguidores del Presidente Biden en Twitter. El uso de este mecanismo es de tal magnitud que Musk ha condicionado ahora su compra a la verificación pública de las dimensiones del fenómeno, algo que el CEO de Twitter se niega a concretar [10].

Esta puja ocurre en un contexto financiero marcado por la caída del valor de las acciones: 12.5% del Dow Jones, 16.1% del S&P500 y 26.5% del Nasdaq Composite en lo que va del año; la depreciación de bonos corporativos y públicos y el colapso del valor de las principales criptomonedas: 55% del valor del bitcoin y 57% del valor de Ethereum desde noviembre [11]. Esto ocurre en un mercado de acciones que con 54.8 billones (trillions) de dólares supera al valor del PBI combinado de Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Francia, Italia e Inglaterra. El valor de los activos comerciales de los bancos asciende a 22.6 billones (trillions) de dólares y seis grandes bancos norteamericanos controlan el 61% de los mismos, junto con el 89% de los 234 billones (trillions) de dólares de la deuda “oficial” con derivados [12].

A tal panorama se suma un contexto fiscal y monetario que es la antítesis de las recetas de ajuste fiscal y monetario promovidas por el FMI y organismos financieros en los países periféricos altamente endeudados: el déficit fiscal norteamericano pasó de representar el 3.1% del PBI en el 2008 a 14.85% del mismo en el 2021; la deuda pública, que en 2008 representaba el 68% del PBI norteamericano, llegó al 124% del mismo en 2021 y la hoja del balance contable de la Reserva Federal que en 2008 era de 5.7 billones (trillions), hoy es de 31.5 billones (trillions).

Las sanciones impuestas a Rusia han agravado el riesgo de implosión financiera: si la Reserva aumenta las tasas de interés para combatir a la inflación, arriesga la implosión del endeudamiento generalizado. Asimismo, tanto las tasas de interés como los precios de los combustibles son componentes esenciales de la deuda con derivados, generando así una situación que replica y potencia lo acontecido con las hipotecas subprime en la crisis del 2008.

Por otra parte, las sanciones también han potenciado la disrupción de los flujos de pagos y cadenas de abastecimiento de todo tipo de bienes, y en particular de los energéticos, intensificando la inflación internacional. La suba de los precios de los productos energéticos es agravada por la existencia de “impedimentos físicos” para suplir las faltantes de petróleo y gas en Europa por parte de los países productores de estos commodities [13] y por la rápida conformación de una red de intercambio “paralelo” que multiplica los intermediarios reales y ficticios. Como consecuencia de estos fenómenos, hoy la oposición de la Comunidad Europea al pago de gas por rublos –propuesto por Rusia– ha colapsado, y las trabas a las importaciones de petróleo ruso se disuelven en el tráfico paralelo. Mientras tanto, el rublo –principal objeto de las sanciones– ha trepado un 9% en relación al euro, y se fortalece con relación al dólar, llegando al nivel que tenía en 2018.

En este contexto, un cambio radical emerge en el escenario financiero internacional: la utilización de los commodities como medio de pago y la emergencia “de facto” del trueque para escapar al sistema financiero dominado por el dólar y evitar las sanciones de Occidente [14]. Esto amenaza al rol del dólar como moneda internacional de reserva y abre las puertas a un nuevo realineamiento mundial en torno al intercambio global, financiado con monedas locales y utilizando sistemas de transacciones financieras al margen del dólar; el fortalecimiento de las monedas locales basándose en commodities y recursos naturales y la posible emergencia de nuevas formas de reestructuración/eliminación del alto endeudamiento en dólares de los países periféricos que producen y exportan commodities.

LA ARGENTINA NECESITA UNA NUEVA ÉPICA

La crisis global permite esperar a corto plazo un proteccionismo creciente, sumado a precios en alza de los commodities, especialmente los energéticos. La Argentina podría aprovechar esta coyuntura internacional para empezar a desarrollar sus enormes recursos naturales que hoy escasean en el mundo, anclar el valor de su moneda a los mismos, eliminar su deuda en dólares y empezar a desdolarizar su economía cambiando su matriz productiva, sustituyendo importaciones e impulsando al mercado interno para crear trabajo digno y salarios que eliminen la pobreza. No lo puede hacer porque los intereses de un grupo minúsculo, pero enormemente poderoso, dominan la economía, las finanzas, las instituciones, los medios de comunicación y hasta el “sentido de lo que es posible” de muchos dirigentes, que han sido votados por el pueblo para terminar con la pobreza y las injusticias. El mecanismo que utilizan los poderosos para doblegar a la sociedad a sus intereses sectoriales es histórico: la corrida cambiaria y la formación de precios.

El Acuerdo con el FMI incentiva la inflación y la devaluación de nuestra moneda. Y el aumento de las tasas de interés nos ata al dólar, impidiéndonos emitir criptomonedas o explorar otras opciones. Lejos de resolver nuestros problemas, el Acuerdo con el FMI los profundiza, y agrava la pugna por la apropiación de recursos y divisas entre los que más tienen.

La absorción de la Secretaría de Comercio, bajo la dirección del ministro de Economía, no hace más que exponer la debilidad del Presidente e incentivar la embestida contra su gobierno. El Estado tiene recursos de distinta índole para transformar la situación, pero el Presidente no puede esperar a que la oposición le dé permiso en el Congreso. Debería declarar una Emergencia Nacional y utilizar toda la fuerza del Estado para frenar esa embestida, producir un shock distributivo a favor de los asalariados y movilizar a sus votantes tras un plan de corto y mediano plazo destinado a incentivar el mercado interno y cambiar la matriz productiva. Si no lo hace, las palabras y promesas de campaña, los anuncios de guerra contra los precios, las retenciones que se dicen y se desdicen y los salarios que van siempre a la cola de los precios, sólo servirán para intensificar el huracán que ya ha desatado la angurria sin límites de los pocos que mucho tienen y del propio FMI. De nada vale tener por norte a las elecciones de 2023: antes hay que superar los meses que vienen, que serán de extrema desestabilización económica e institucional. El gobierno no está solo: tiene a los que lo votaron. Cada día que pasa están más perdidos en el desamparo. ¿Por qué no convocarlos a participar en una nueva épica y “gestionar” en esa dirección?

[1] Entre otros, @nytimes.com, tgwitter, nytimes.com, 16/05/2022; nytimes, zerohedge.com, theguardian.com, 17/05/2022.

[2] Zelensky en zerohedge.com, 18/05/2022.

[3] Entre otros, Brian Berletic, https://www.youtube.com/watch?v=rcIiiDEOlwo&t=193s.

[4] Ayuda aprobada por la totalidad de los demócratas, incluida su ala más progresista, que en otras ocasiones ha criticado al presupuesto militar.

[5] zerohedge.com, 17/05/2022.

[6] zerohedge.com, 19/05/2022.

[7] Al decir de Goldman Sachs, Tesla es “un animal cuyo comportamiento altera la forma en la que el mercado pone precio al riesgo”, ft.com, 22/11/2021.

[8] La titular del nuevo organismo, de origen ucraniano y con activa participación en ONGs e instituciones dominadas por el Partido Demócrata, tuvo un rol crucial en el golpe blando de 2014 en Ucrania, en el Russiagate contra Trump y en el bloqueo de la información proveniente de la computadora de Hunter Biden durante la campaña presidencial de 2020.

[9] Red de la cual fue expulsado en su último año de gobierno. Trump no aceptó la invitación, pues tiene su propia red social.

[10] Entre otros, zerohedge.com, 02, 10, 15, 16, 17, 18, 19/05/2022.

[11] zerohedge.com, 17/05/2022.

[12] wallstreetonparade.com, 18/05/2022.

[13] Entre otros, OPEP, en zerohedge.com.

[14] Rabobank, en zerohedge.com, 16/05/2022.


CYBERATAQUES A RUSIA

Las llamas en uno de los centros de investigación militar más importantes de Moscú alimentan teorías sobre la ciberguerra incendiaria que tendría como objetivo a la Rusia de Vladimir Putin. Esta vez se desarrolló un incendio más en una subestación de transformación del Instituto Central de Aerohidrodinámica Zhukovsky (TsAGI), en las afueras de Moscú: es “el mayor centro de investigación del mundo” según los rusos, donde se desarrollan los estudios sobre casi todos los aviones, desde el MIG hasta el Ilyushin 96 -el avión de mando de Putin- e incluso el Buran, el fallido proyecto del transbordador espacial.

Fue la primera institución científica en Rusia en combinar estudios básicos, investigación aplicada, diseño estructural, producción piloto y pruebas.

Las llamas se desarrollaron “en un área de 30 metros cuadrados, se extinguieron y no hay víctimas”, dijo una fuente a la agencia de noticias Interfax.

El centro es el buque insignia de la investigación rusa, fue fundado en 1918 por Nikolai Zhukovsky, considerado el padre de la aerodinámica moderna -y de la aviación rusa- junto con el mucho más famoso ingeniero Andrei Tupolev.

Desde el comienzo de la guerra, las llamas han envuelto varios institutos y plantas rusas más o menos directamente conectadas con las operaciones bélicas, alimentando en las redes sociales la tesis del sabotaje cibernético.

Dos plantas químicas vinculadas a la industria de defensa sufrieron incendios, una en Kaprolaktam, en Dzerzhinsk, que alguna vez fabricó armas químicas, el 4 de mayo, la otra dos semanas antes en la planta Dmitrievsky en Kineshma.

Otro incendio que planteó dudas de sabotaje fue en un instituto ruso de diseño de misiles en Tver en el que murieron 22 oficiales y diseñadores de armas.

Estos incendios se parecen al modelo de sabotaje utilizado en Irán para destruir cientos de centros nucleares y centrífugas, que se volvieron locas después de la exposición al virus informático Stuxnet.

Luego están los que llegan a teorizar que detrás de los fuegos está la mano de una escurridiza quinta columna ucraniana desplegada más allá de las líneas. A una pregunta específica del The New York Times, el asesor del presidente Volodimir Zelensky, Oleksei Arestovych, respondió con un “ni confirmamos ni desmentimos”, lo que los partidarios de esa tesis sostiene: que Kiev está tras el asunto. Una hipótesis que Moscú, al menos oficialmente, ni siquiera toma en consideración.

(Agencias ANSA y AFP)

VIRUELA DE MONO

(Zero Hedge)

Bélgica se ha convertido en el primer país en introducir una cuarentena obligatoria de 21 días contra la viruela del mono para aquellos que entran en contacto con el virus, después de que se registraran tres casos en el país.

Todas las infecciones estaban relacionadas con un festival en la ciudad portuaria de Amberes, según el Daily Mail, ya que Bélgica es ahora uno de los 14 países en confirmar brotes de la enfermedad viral (además de casos sospechosos, pero no confirmados en Austria y Grecia).



El domingo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que la reciente propagación de la viruela del mono es "algo por lo que todos deberían estar preocupados".

"Es una preocupación en el sentido de que si se extendiera sería consecuente", dijo, hablando desde la Base Aérea de Osan en Corea del Sur, donde se reunió con las tropas antes de la etapa japonesa de su viaje a Asia.

Según los informes, Biden está recibiendo actualizaciones regulares, según el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, quien dijo al grupo de prensa itinerante que Estados Unidos tiene vacunas "disponibles para ser desplegadas".

Mientras tanto, los funcionarios de salud del Reino Unido han advertido que el Reino Unido enfrenta un aumento "significativo" de las infecciones, y la respuesta del gobierno es "crítica" para contener la propagación.

 

Susan Hopkins, asesora médica en jefe de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, también advirtió hoy que la viruela del mono se está propagando a través de la transmisión comunitaria en el Reino Unido con más casos detectados diariamente.

Sajid Javid reveló ayer que otros 11 británicos habían dado positivo por el virus, llevando el total a 20.

Los casos incluyen a un niño británico actualmente en estado crítico en un hospital de Londres, mientras que otras 100 infecciones se han registrado en Europa. -Correo Diario

"Habrá más diagnósticos durante la próxima semana", dijo la doctora Claire Dewsnap, presidenta de la Asociación Británica para la Salud Sexual y el VIH. "Cuántos es difícil de decir. Lo que más me preocupa es que hay infecciones en toda Europa, así que esto ya se ha extendido".

"Cuántos es difícil de decir. Lo que más me preocupa es que hay infecciones en toda Europa, por lo que esto ya se ha extendido", agregó. "Ponerse al tanto de todos los contactos de esas personas es un trabajo enorme".

Dewsnap agregó que "podrían ser números realmente significativos en las próximas dos o tres semanas".

La viruela del mono es una infección viral rara que se origina en las áreas tropicales de África occidental y central. Se transmite por contacto muy cercano con una persona infectada, incluidas las relaciones sexuales. Los síntomas suelen ser leves, y la mayoría de los pacientes se recuperan en unas pocas semanas sin tratamiento.

Alrededor del 1% de los que contraen la cepa actual morirán.

"Estamos detectando más casos a diario y me gustaría agradecer a todas las personas que se presentan para hacerse la prueba a las clínicas de salud sexual, a los médicos de cabecera y al departamento de emergencias", dijo el Dr. Hopkins.

Y cuando se le preguntó si hay transmisión comunitaria en el Reino Unido, dijo: "Absolutamente, estamos encontrando casos que no tienen contacto identificado con un individuo de África occidental, que es lo que hemos visto anteriormente en este país.

"La transmisión comunitaria se centra en gran medida en las zonas urbanas y la estamos viendo predominantemente en individuos que se autoidentifican como homosexuales o bisexuales, u otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres".

Cuando se le preguntó por qué se encuentra en ese grupo demográfico, dijo: "Eso se debe a los frecuentes contactos cercanos que pueden tener. -Correo Diario

Los síntomas incluyen; fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y de espalda, ganglios linfáticos inflamados, escalofríos, agotamiento y, por supuesto, lesiones. Nadie ha muerto de la enfermedad viral hasta la fecha en el último brote.

EL PERIODISMO, OFICIO DE RIESGO

Escribe Sergio Ferrari, Periodista latinoamericano residente en Suiza. Acreditado ante la ONU en Ginebra y ante las autoridades federales helvéticas, en Berna. Colaborador regular del cotidiano independiente suizo Le Courrier, así como de swissinfo.ch.

Corresponsal de diferentes medios latinoamericanos: Alai, Ecuador; Radio La Primerísima, Nicaragua; Agencia Ecupres, Argentina; Agencia Paco Urondo, Argentina; Agencia APIA, México etc. Colaborador regular en otras agencias, medios y redes como Cohete a la luna, Argentina; El Mercurio digital, España; Rebelión, España etc. Co-presidente del sector prensa de syndicom, sindicato suizo de la comunicación.

Entre el 31 de mayo y el 3 de junio centenares de representantes de sindicatos y asociaciones de periodistas del mundo se reunirán en Mascate, la capital de Omán, para participar en el 31 Congreso de la Federación Internacional de Periodistas (FIP).

Esta organización, que se autodefine como “la voz global de las y los periodistas”, reúne a 187 sindicatos, asociaciones y federaciones de 140 países. Con más de 600.000 miembros, constituye la organización más importante del sector a nivel mundial.

Casi cuarenta mociones, debates sobre temas muy diversos e intercambios en torno a la estrategia de la profesión animarán el congreso, que en esta ocasión se realizará en el complejo marco del conflicto Rusia-Ucrania. Y que tendrá como trágica impronta a las/los 25 periodistas asesinadas/os en los primeros cinco meses del año en curso, en distintas regiones del planeta.

El Cohete a la Luna entrevistó a Anthony Bellanger, 48 años, periodista francés que desde 2015 se desempeña como secretario general de la FIP en su sede en Bruselas, Bélgica.

Según el documento preparatorio para el Congreso de Omán, los periodistas, la FIP, el planeta entero, se confrontaron a partir de fines del 2019 con la peor crisis global contemporánea…

Anthony Bellanger: Sin duda. Se trató de la peor crisis que ha tenido que afrontar la Federación Internacional de Periodistas desde la Segunda Guerra Mundial. Que se insertó en una situación mundial que puso a prueba a la sociedad planetaria en su conjunto.

En lo que respecta a nuestro sector, cuando miro hacia atrás y veo los últimos tres años –prácticamente desde nuestro Congreso en Túnez en 2019–, constato que la FIP les permitió a sus afiliados hacer frente a la pandemia. En un momento tan complejo y delicado lanzamos la Plataforma Global para el Periodismo de Calidad, que constituye una especie de caja de herramientas para salir de la crisis, principalmente sobre la base de propuestas económicas.

 

Por supuesto que no olvido a las/los periodistas que perdieron su trabajo al cerrar muchos medios de comunicación durante la crisis económica pandémica y pagaron un alto precio debido a la crisis. Pero insisto en que la propuesta de la FIP, que contó con el apoyo de las más importantes organizaciones sindicales mundiales, salió al cruce de esta situación dramática. Dijimos al presentar la Plataforma que era la hora de proteger a los medios, salvar empleos y apoyar a los trabajadores más precarios. Y también anticipábamos que llegó el momento de preparar el futuro: el futuro del periodismo de calidad, ético y solidario, que respete los derechos laborales y las libertades fundamentales. Aunque dicho documento es muy amplio y completo, subrayamos tres tareas esenciales: en primer lugar, garantizar la seguridad física y psicológica y la protección de los trabajadores de los medios. En segundo lugar, permitir a los periodistas moverse libremente en tiempos de confinamiento general. Y, no menos esencial, asegurar que se proporcione a las/los periodistas y trabajadoras/es de nuestro sector, los medios para vivir y trabajar decentemente con una asistencia financiera excepcional.

Cientos de representantes de todo el mundo se reunirán, presencialmente, dentro de unos días en Omán para participar en el 31º Congreso de la FIP. ¿Cuáles son sus principales retos/expectativas para este evento?

AB: Por primera vez en 100 años, la FIP celebrará un congreso mundial en Medio Oriente, lo que constituye un hecho muy significativo.

En cuanto a contenidos, el tema esencial que se debatirá —además de las muy diversas mociones—, será el de la seguridad y la protección de las/los periodistas y las/los trabajadoras/es de los medios de comunicación. Como FIP hemos impulsado ante las Naciones Unidas, ya en 2019, una Convención Mundial sobre la Seguridad y la Independencia. Pero sigue siendo un desafío esencial cotidiano, ya que las agresiones contra el ejercicio libre de la profesión no cesan. Con un agravante: nueve de cada diez asesinatos de nuestras y nuestros colegas quedan impunes, y la ONU y la comunidad internacional en general deben asumir sus responsabilidades para poner fin a este drama. En Mascate, Omán, recibiremos a familias de víctimas de las cinco regiones del mundo que hablarán de su calvario por no saber quién asesinó a su ser querido y de la desesperanza que les produce que no se haga justicia.

Este Congreso se reunirá en el contexto de una nueva crisis mundial, en este caso debido al conflicto entre Rusia y Ucrania. ¿Hasta qué punto cree que la FIP, como organización internacional, puede lograr consensos en una situación tan difícil y con sensibilidades muy variadas frente a este conflicto?

AB: Sin duda se trata de una situación geopolítica muy compleja. Aunque no es nuevo para nosotros esto de movernos en contextos internacionales difíciles. La FIP, en tanto organización mundial, en última instancia tiene que confrontarse, como organización mundial, con los mismos problemas y desafíos que las Naciones Unidas. Nuestra consigna sigue siendo la de siempre: el periodismo y la información de calidad deben seguir siendo bienes públicos. Independientemente de las banderas, de los sistemas políticos o de las percepciones diplomáticas. En lo personal, continúo viajando por todas partes y todo el tiempo para asegurar que se mantenga viva la luz de la información veraz, profesional y bien público en nuestro planeta.

Al examinar el informe de la FIP de los últimos cuatro años, advertimos tres elementos anexos que parecen esenciales en esta etapa de construcción de nuevos paradigmas. La Carta Ética Mundial de los Periodistas, aprobada en el anterior Congreso de Túnez, en 2019; el documento de posición del Comité Ejecutivo de julio de 2020 sobre el acoso sexual y la ya mencionada Plataforma Mundial para el Periodismo de Calidad difundida durante la pandemia. ¿Cuál ha sido el impacto de estos diferentes aportes para la profesión?

AB: Estos documentos, una vez adoptados por nuestros organismos internacionales, se han convertido en referencias de facto para todas las redacciones y periodistas del mundo. En primer lugar, son útiles para nuestros colegas sobre el terreno. Muchos de ellos los utilizan como principal marco de referencia cuando no cuentan con una Declaración de Principios en su país o cuando la cuestión del acoso se interpreta de forma diferente dado a las diversidades culturales. Si la FIP lo escribe, lo publica y lo difunde, les permite a nuestros sindicatos asumirlo como protección y referencia en el trabajo cotidiano.

 ¿Cuáles son los principales temas para los cuatro próximos años en los que debería trabajar la FIP para seguir fortaleciendo la profesión y un periodismo de calidad?

AB: Hablar y pensar el futuro del periodismo es una cuestión vital para nuestra federación. Aunque el futuro no sea siempre brillante, debemos seguir reforzando nuestra tarea en el ámbito sindical y también en lo que se refiere, como lo señalé antes, a la seguridad y la protección de los periodistas. Es probable que nuestros debates y propuestas en el marco de la ONU ocupen gran parte de nuestro tiempo y energía en los próximos años. Pero es una necesidad esencial: se trata de la memoria de nuestras hermanas y hermanos asesinadas/os y de la protección efectiva de los que cada día deben trabajar aun bajo amenazas.

Si se analizan las mociones que los sindicatos y asociaciones van a presentar en Omán, de un total de 35 casi la mitad se refieren a la seguridad, la persecución de periodistas y escándalos como el del espionaje masivo con el software espía Pegasus. Se siente como un clamor esencial para muchos de los miembros de la FIP en los distintos continentes.

AB: Sin duda, el tema de la seguridad esencial para el ejercicio de nuestra profesión constituye un aspecto fundamental de todo nuestro trabajo como federación. Es y seguirá siendo prioritario.

Dentro de cuatro años la FIP celebrará su centenario. ¿Qué debería impulsar la FIP para ese festejo en 2026?

AB: ¡Sin duda será un momento histórico! ¿Quién de los padres fundadores, especialmente el francés Georges Bourdon, primer presidente de la FIP, en 1926, podría imaginar que la FIP habría de celebrar su centenario?

Le corresponde al próximo Comité Ejecutivo organizar la celebración, definir el lugar de este Centenario en 2026 y, especialmente, definir su programa. Va a ser un gran momento para todos nosotros. Varios sindicatos ya están avanzando propuestas, pero, por el momento, no puedo anticipar nada más.

UN VERANO INFERNAL EN EL NORTE


Matt Turner, editor en jefe de negocios de Insider.

El verano infernal de Wall Street ya está aquí


Hace una semana, escribí que Wall Street se está "dirigiendo a un verano del infierno". Bueno, parece que ese verano infernal llegó temprano.

Desde que escribí ese artículo, el mercado no ha hecho casi nada más que caer, registrando los peores días de negociación desde las primeras semanas de la pandemia. Y aunque la venta masiva es fea, está claro que esto no ha terminado.

El mercado se está retirando rápidamente a donde estaba antes de que comenzara la pandemia, y el mega rally infundido de estímulo. Y gracias a más de una década de tasas de interés monumentalmente bajas, muchos inversores piensan que incluso el nivel actual está inflado.

En el artículo, llamé a la industria de la tecnología, que ha estado montando la ola de una economía fuerte durante años y finalmente se enfrenta a sus primeros reveses reales y (en algunos casos) despidos.

"El beso de la muerte para la tecnología es cuando la tecnología comienza a hablar de rentabilidad, luego la marea se apaga y descubrirás quién ha estado nadando desnudo", me dijo Justin Simon, gerente de cartera de Jasper Capital.

Pero eso no es todo. La semana pasada, los minoristas de pan y mantequilla Target y Walmart reportaron ganancias que no alcanzaron las expectativas de Wall Street. Estos gigantes del consumo admitieron que están empezando a sentir la quema de la inflación y otras presiones económicas.

Como dije en mi historia: "Este verano, el mercado se está derritiendo, y los inversores grandes y pequeños se quemarán antes de que termine".

ALARMAS EN LA EMBAJADA

Las operaciones estadounidenses para evitar el triunfo de Gustavo Petro en Colombia

JORGE ELBAUM, Sociólogo, Dr en Ciencias Económicas. Profesor Universitario. UBA, UNLM, integrante del Llamamiento Argentino Judío. Escribe en “El cohete a la Luna

El próximo domingo 29 de mayo se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Colombia, el país latinoamericano más identificado con las políticas de Washington durante las últimas décadas. En el caso en que ninguno de los candidatos supere el 50% de los sufragios, se realizará un balotaje el 19 de junio, con la participación de los dos aspirantes más votados. La totalidad de las encuestas conjeturan el triunfo del candidato del Pacto Histórico, el actual senador Gustavo Petro, superando al referente de la coalición de derecha, Equipo por Colombia,Federico Fico Gutiérrez.

Gustavo Petro integró, en su juventud, las filas del Movimiento 19 de Abril (M-19), organización político-militar que se disolvió en los años ‘80 para transformarse en un partido político. Entre 2012 y 2015 fue alcalde de Bogotá y se reveló como el máximo exponente de la oposición a Álvaro Uribe, el líder colombiano de la derecha, acusado en forma reiterada de estar asociado al narcotráfico.

En las últimas elecciones presidenciales, en 2018, Petro llegó a disputar la segunda vuelta contra el actual Presidente, Iván Duque.

En esta contienda, el senador presenta como compañera de fórmula a la militante afro-colombiana Francia Márquez Mina, ligada a los movimientos feministas, al activismo ecológico-ambiental y a la lucha contra el racismo. En las primarias de marzo, el ex alcalde de Bogotá se alzó con el primer lugar entre las preferencias de los sectores progresistas, mientras que Francia Márquez –que sobrevivió a un atentado contra su vida en 2019–, se convirtió en la tercera candidata más votada. El Pacto Histórico logró porcentajes de votación más significativos en los departamentos donde el estallido social de 2020 y 2021 se hizo más evidente.

La posibilidad del primer triunfo de la izquierda –en el país de América Latina y el Caribe que más afinidad tiene con las políticas de Washington– ha motivado alertas múltiples de las agencias dedicadas al “hemisferio occidental”, etiqueta con la que el Departamento de Estado ubica al continente en el que se halla inserto. Luego de las elecciones primarias y parlamentarias del 13 de marzo, el Comando Sur –que coordina las actividades militares desde Guatemala hacia el sur– impulsó una reunión con el comandante general de las Fuerzas Militares de Colombia, el general Luis Navarro. En dicha tertulia se conjeturaron los escenarios de un potencial triunfo de Petro en las elecciones de mayo. Navarro fue recibido por la generala del Ejército Laura Richardson, quien le solicitó información sobre el posible desmantelamiento de las siete bases militares que Estados Unidos posee dentro del territorio colombiano, en el caso de que el candidato del Pacto Histórico obtuviese la Presidencia.

El testimonio provisto por Navarro el 28 de marzo a Richardson consigna que tanto la mayoría de los congresistas como las propias fuerzas militares se opondrían a dicha decisión. Al término del encuentro, el SOUTHCOM difundió una gacetilla de prensa en la que se cataloga a Colombia como “un socio de seguridad incondicional” de Washington. Pocas semanas después, coherentes con el testimonio de Navarro, el jefe del Ejército, Eduardo Zapateiro Altamiranda, salió al cruce de Gustavo Petro a través de Twitter, luego de que este último cuestionara el accionar represivo en la masacre de Putumayo, en la que fueron asesinadas 11 personas, incluido un niño de 11 años, Brayan Pama. Todos ellos fueron expuestos como miembros disidentes de las FARC, pero las investigaciones muestran que sus cuerpos fueron dispuestos para imposibilitar las investigaciones judiciales.

El senador Petro aludió –frente a ese crimen– a la continuidad de los denominados “falsos positivos”, el mecanismo utilizado por las fuerzas armadas y los paramilitares para exhibir éxitos ante la guerrilla y aterrorizar a los campesinos para forzarlos a abandonar las tierras ancestrales y permitir la expansión del extractivismo minero y agroindustrial. Hasta el 24 de abril de 2022 –según el organismo de derechos humanos que se encarga de relevar los asesinatos por causas políticas y sociales– se produjeron 36 masacres, con un total de 133 víctimas. Las responsables de las ejecuciones, según investigaciones de diversos organismos internacionales, son las estructuras paramilitares que controlan la producción de cocaína, específicamente en los territorios que dejaron de controlar las guerrillas desmovilizadas luego de los acuerdos de paz de 2016.

Ahí vienen los rusos

Según fuentes diplomáticas asentadas en Bogotá, uno de los funcionarios más hiperactivos es el actual embajador de Washington en esa ciudad, Philip Goldberg, quien ostenta el antecedente de haber sido expulsado de Bolivia en septiembre de 2018 por promover iniciativas secesionistas de las regiones de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca. Goldberg –trasladado a Bogotá el 19 de septiembre de 2019, dos meses antes del golpe a Evo Morales– advirtió escandalizado que existe la posibilidad de “interferencias de rusos, venezolanos o cubanos en los comicios”. Dichas declaraciones fueron interpretadas por gran parte de los analistas colombianos como el prólogo a una futura deslegitimación de la elección, en el caso de que Petro se alce con la presidencia: una forma de preparar el terreno, afín a la perpetrada en noviembre de 2019 en Bolivia.

El apoyo injerencista y desembozado de la Embajada de Estados Unidos a los candidatos de la derecha se hizo más explícito durante las deliberaciones de la Asamblea General de afiliados del Consejo de Empresas Americanas (CEA), que conmemoró los 60 años de la creación de esa institución y los 200 años de relaciones bilaterales entre Colombia y Estados Unidos. Goldberg señaló –junto a Iván Duque– que ambos gobiernos están trabajando en impedir cualquier injerencia extranjera.

El 22 de abril, el jefe del Ejército olvidó la neutralidad esperada para un militar en actividad y se sumó a la campaña contra el candidato del Pacto Histórico. Como respuesta, los parlamentarios ligados al candidato que ganó las primarias le recordaron al militar su responsabilidad por el medio centenar de manifestantes asesinados en ocasión de las movilizaciones efectuadas durante 2019 y 2020 en Cali, donde el Ejército tuvo la responsabilidad prioritaria de las operaciones represivas.

En forma paralela, el empresario uribista Fabio Andrade, radicado en La Florida, organizó una caravana en Miami el 15 de mayo, en la se pronunció contra un futuro fraude dado que “las instituciones están tomadas: todo el dinero del narcotráfico es contra el mantenimiento de la democracia en Colombia”. La movilización de una centena de personas recibió las salutaciones de la congresista María Elvira Salazar –integrante de la bancada republicana en la Cámara de Representantes–, quien consideró ante el subcomité de Relaciones Exteriores que “Gustavo Petro es un ladrón, es un socialista, es marxista, es terrorista y está encabezando la encuesta para Presidente de Colombia”.

NEGOCIOS, GUARIDAS Y POLÍTICA

Petro es el primer candidato de izquierda que llega a una segunda vuelta. Quienes intentaron llegar a esa instancia en el pasado fueron asesinados. Entre ellos Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa, candidatos de la Unión Patriótica, el ex integrante del Movimiento 19 de Abril, Carlos Pizarro y el líder progresista liberal Luis Carlos Galán. El candidato del Pacto denunció hace dos semanas que existía un plan para asesinarlo en el marco de la gira prevista en la ciudad de Pereira, controlada por la organización paramilitar La Cordillera, asociada a los carteles del narcotráficos vinculados con las bandas mexicanas que introducen la cocaína y la heroína en Estados Unidos.


 

La economía de la droga supone, durante la última década, entre un 2 y un 3% del PBI colombiano. En términos de lo exportable, suma 5 puntos del total. El enorme capital que implican esas transacciones ilegales se vuelca a la concentración de la propiedad de la tierra y la financiación de campañas electorales. Genera, además, una sostenida informalidad laboral, la institucionalización del lavado de activos, el contrabando de armas, la privatización de la seguridad mediante la conformación de bandas paramilitares –que cuentan con regimientos de sicarios– en completa connivencia con las fuerzas armadas y de seguridad.

Días antes de las elecciones primarias, el 1º de marzo de 2021, el Departamento de Estado aumentó los subsidios para Bogotá orientados a hacer limitar el narcotráfico. La normativa aprobada deberá ser ejecutada por el International Narcotics Control and Law Enforcement (INCLE), derivada de la Iniciativa Andina Contra las Drogas, que se inicia a principios del siglo XXI. A principios de junio de 2021, la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) publicó los resultados iniciales del monitoreo de cultivos en Colombia, realizado durante 2020 a través de relevamientos satelitales (que comprenden la extensión y densidad de cultivos) y observaciones de campo.

El resultado es por demás elocuente: las áreas ocupadas por plantaciones son más extensas que las existentes cuando se inició el Plan Colombia en 1999, y la productividad de esos sembradíos se duplicó durante las últimas dos décadas. Los programas impulsados conjuntamente por Washington y los gobiernos colombianos promovieron –bajo pretexto de limitar los cultivos de coca– las fumigaciones aéreas. Esos procedimientos motivaron, a su vez, el abandono de los campos comunitarios por parte de los campesinos afectados por los herbicidas. El resultado fue la concentración de las tierras –luego de la expulsión de sus ancestrales habitantes– y la reducción de la biodiversidad al expandir el monocultivo.

Mientas en Estados Unidos se utilizan políticas blandas dedicadas a enfrentar la demanda de estupefacientes (tratamientos de reducción de daño y formas de regulación de sustancias), en América Latina y el Caribe se exige la criminalización como núcleo central de la reducción de la oferta. La combinación de ambas medidas –la punitividad y el empoderamiento de los sectores cómplices del narcotráfico, asociados a los terratenientes– explican tanto el incremento del narcotráfico como la sociedad entre las fuerzas armadas, la embajada y los carteles.

Por su parte, una gran parte de los capitales procedentes de las drogas se acumula en las guaridas fiscales. Pero otra parte rodea de boato a los empresarios que pululan por las embajadas para sumarse al coro de quienes buscan evitar los triunfos de los sectores populares, de izquierda o progresistas. Esta es la causa por la que en Colombia hay cada vez más plantaciones, más producción de cocaína y más flujos de divisas utilizables para impedir la democratización y la regulación pública de la tierra al servicio de los intereses sociales.

El escritor Rafael Moreno-Durán comentó en una entrevista que, en Colombia, “la política es tan corrupta que corrompió hasta el narcotráfico”. Es entendible que en Washington estén aterrados con el triunfo de Petro.

LA RESTRICCIÓN DE LOS NO INOCENTES

El pago de deuda externa privada, hecho sin ninguna obligación legal, horadó fuerte las reservas

ENRIQUE ASCHIERI, Economista, docente Universidad Nacional de Moreno, escribe en “El Cohete a la Luna

Hay algo que no anda bien con el planteo de la restricción externa. A decir verdad, más de una cosa. En principio, no es lo mismo afirmar que no hay reservas que leer en el balance del Banco Central que las hay por un total de 43.137 millones de dólares (marzo de 2022). La aclaración no es por fe melindrosa. Con mayor precisión, la metonimia está diciendo que si aumentamos más el nivel de actividad interno vía consumo (o sea, salarios al alza), las reservas bajarían por aumento de las importaciones hasta hacer saltar por el aire la relación dólar-peso (tasa de cambio, que le dicen) y la inflación resultante sería la punta de lanza de un despelote generalizado.

Lo irónico del caso es que en enero de 2019 teníamos 66.811 millones de dólares de reservas y, de acuerdo al volumen de las de marzo de 2022, perdimos 23.674 millones de dólares en estos tres años (66.811 menos 43.137). Según el diagnóstico reseñado, la actual situación –pérdida de reservas mediante (aun considerando el año y medio tan irregular de la cuarentena pandémica)– debería estar más cerca del ¡viva la Pepa! que del bajón actual con el 50% de las familias argentinas en la lona y la mitad inferior del otro 50% contra las cuerdas.

Revisando las cuentas del MULC (Mercado Único y Libre de Cambios) del Banco Central de la República Argentina (BCRA), conforme fueron volcadas en la tabla que sigue a continuación, se observa que son consistentes con la malaria, lo que no significa –ni mucho menos– convalidar el diagnóstico de “no crezcamos a partir del consumo popular porque nos quedamos sin dólares”. El cuadro permite constatar que si desde diciembre de 2019 –cuando asumió el actual gobierno– no se hubieran pagado el capital y los intereses de los préstamos tomados en el exterior por las empresas localizadas en nuestro país, las reservas en marzo se hubieran sumado por un total de 70.961 millones de dólares, en vez de contabilizarse por un total de 43.137. En el cuadro se vuelcan datos desde enero de 2019 para que cada cual juzgue si hubo cambio de tendencia entre uno y otro gobierno, aparte del FMI y el endeudamiento soberano.

Los números del cuadro son muy distintos a los anotados por Miguel Pesce, entonces y actual presidente del BCRA, en una columna publicada el segundo domingo de marzo en El Cohete a la Luna. Sería bueno conocer las causas de la diferencia entre los números del cuadro hechos con los datos del BCRA y los que puso a consideración el titular de la autoridad monetaria. Eso teniendo especialmente en cuenta que –como bien aleccionó– “los factores que fundamentalmente dan cuenta del resultado cambiario en 2021 son más amplios y variados que el solo intercambio de bienes”. Por eso Pesce subraya que “la diferencia entre el saldo del comercio exterior de bienes y la balanza cambiaria de la Argentina durante 2021 congregó la atención de varios analistas. La mayor parte de los trabajos, sin embargo, desatiende los resultados de un conjunto de operaciones de gran relevancia que tienden a compensar la oferta neta de divisas que en nuestro país aporta el comercio de bienes”.

Justamente, Pesce identifica entre esos factores amplios y variados al “modelo de endeudamiento y desregulación (que) trajo consecuencias que van más allá de la posición de endeudamiento del sector público. La magnitud de los compromisos de deuda externa de las empresas es muchas veces desdeñada por los analistas. Entre fines de 2015 y 2019, el sector privado incrementó su endeudamiento financiero externo en más de 20.000 millones de dólares, acompañando el paquete de políticas que auspiciaban este tipo de estrategias”. Pesce informa al respecto que “durante 2021, el sector privado realizó pagos netos de deuda externa financiera por 2.400 millones de dólares en concepto de intereses y por 3.800 millones de dólares en amortizaciones de capital. De no mediar el conjunto de regulaciones establecidas por el BCRA, los pagos de deuda en concepto de amortización de deudas del sector privado habrían sido de 9.000 millones de dólares”. Según nuestros cálculos, pagó 7.723 millones de dólares de amortización de capital y cifra similar de intereses.

EN DEFENSA PROPIA

Debe subrayarse que en ningún momento –correctamente– los funcionarios involucrados en la decisión de pagar la deuda externa privada expresan que existiese alguna obligación legal de proceder en ese sentido. La misma emanaría de haberse comprometido a un seguro de cambio o una garantía estatal, pero no había tal cosa. El mercado financiero global nunca le hubiera girado un dólar de crédito a una empresa argentina si a cambio de no tener ninguna garantía estatal de acceder a los dólares para pagar no presentaban un activo en el exterior –de liquidez suficiente– que les garantizara el repago. Sin esa garantía, las regulaciones a las que están sometidos los operadores de esos mercados les hubieran impedido dar los créditos que otorgaron.


Los funcionarios involucrados en la decisión de pagar ese pasivo privado hacen hincapié en que, de lo contrario, se habrían arruinado las expectativas, el mercado global de deuda deduciría que estábamos en default y la delicada negociación de la deuda externa habría caído en punto muerto. Esgrimen que la corrida cambiaria de septiembre de 2020 –cuando se presentó el presupuesto 2021– obedeció al rumor de que se iba a prohibir que se vendan dólares para pagar deuda externa privada.

Pero si las empresas tenían los dólares en el exterior para pagar sus créditos, ¿para qué quieren los de las reservas del Banco Central? Consideremos la cotización del dólar del miércoles 1° de septiembre de 2020, mes –como ya se señaló– en que los funcionarios que autorizaron los pagos de la deuda externa privada se ufanan de haber aplacado las expectativas por haber frenado, desmintiendo efectivamente, el runrún de que no se autorizaría comprar la divisa norteamericana para tal fin. Ese día, el dólar oficial se vendió a 103 pesos, en tanto el dólar MEP o Bolsa cotizó a 170,42 pesos y el dólar del Contado Con Liquidación (CCL) a 170,56 pesos. Si se puede comprar un dólar a 103 pesos y venderlo a 170 pesos el mismo día y casi a la misma hora –descontando las comisiones respectivas que son de unos pocos pesos–, no hay otra cosa más para decir que: ¡flor de negocio!

Dado que la única forma de las empresas de endeudarse con el exterior era poseer garantías realizables fuera de la competencia del gobierno argentino, el argumento de que las expectativas se arruinaban no parece muy atinente. Hacerse expectativas de algo que de arranque pactaron que no interesaba sería un extravío irracional, no propio de esta gente que puede tener otros –como el sesgo hacia la ultraderecha del que se están impregnando en la actualidad– pero ese, seguro que no.

En cualquier caso, los heraldos de la restricción externa deberían explicar cómo se les ocurrió invocar semejante cosa, cuando entre enero de 2019 y marzo de 2022 se registraron tres años de superávit comercial, que acumulados y sumados a la caída de reservas da 75.229 millones de dólares. Es al menos muy curioso para una economía afamada de sufrir de escasez de dólares, divisa cuya cotización entre 2019 y la actualidad aumentó casi el 100%. Tampoco ese diagnóstico de que si crecemos fuerte, acabamos sin dólares queda muy bien parado después del 10% de crecimiento del PIB en 2021. Todo esto remite al absurdo de quejarse de no poder calmar la sed en la orilla del lago Nahuel Huapi.

¿DE CUÁNTO HABLAMOS?

Antes de caer en el mismo vicio que Lenin en el ensayo El Estado y la revolución y culpar de todo –y sin pruebas– a la corrupción entre bambalinas del gobierno, resulta más efectivo sospechar que lo que hace estragos es la teoría económica neoclásica dominante, como parte del carácter afirmativo de la cultura. Eso se aprecia en dos temas. Uno, el de manifestar obsesivamente los obstáculos al crecimiento. Otro, el de la productividad y el resultado de las cuentas externas. Con relación al primero, no es que no existan obstáculos al crecimiento, incluso que sean insalvables para la mayoría de los países en un mundo regido por la ley del desarrollo desigual. No son de este tipo para la Argentina, que es ampliamente superavitaria en la producción de alimentos y potencialmente puede ser en energía, los dos ítems que en la mayoría de los países estropean la balanza de pagos cuando avanza el crecimiento y llega la etapa en la que se hace necesario empinar los salarios para sostenerlo y, a raíz de los déficits estructurales de los dos rubros, no resulta posible. Pero el arte de la política de desarrollo es sortear los obstáculos. Invocarlos para apaciguar la movilización de los recursos en pos del crecimiento es propio de la actitud política conservadora. Si no es lo que mejor describe el comportamiento de los que previo a todo trámite angustian con la restricción externa, se le parece bastante. Disfrazar esa actitud política de prudencia es para el carnaval veneciano.


 

La realidad se deschava cuando se toma como punto de partida que del lado de la demanda existe en cada país una propensión media a consumir productos extranjeros. Manteniéndose todo lo demás igual, es del mismo orden de magnitud que la razón importaciones/PBI. En la Argentina es de un 12 o 14%, lo que incluye el consumo de las familias y el consumo intermedio de los emprendimientos productivos. Pero, ¿qué razón existe para que las canastas de la recuperación contengan más productos extranjeros que las canastas del estancamiento? No se ve ninguna. En cambio, se ven mil para que contengan menos, porque la sustitución de importaciones en un gobierno con sentido nacional y popular es sine qua non. Matemáticamente, la propensión marginal a consumir productos extranjeros no puede ser, en el máximo, más que igual a la propensión promedio. Hay un enfoque que postula que las importaciones avanzan más que proporcionablemente respecto del PIB, pero se trata de consecuencias por necesidad de las causas y entonces se asienta en una falsa escuadra.

Bajo las circunstancias reales, lo que sí hay que esperar es que una parte, por pequeña que sea, se irá fuera de las fronteras y generará un déficit en las cuentas exteriores. El arreglo de este déficit coloca un problema: ese es el único grano de verdad contenido en la tesis en cuestión. Pero es ahí también donde estalla una de las contradicciones fundamentales del proceso que atravesamos. Para no permitir que se escape al extranjero un 14% del poder de compra adicional que se distribuye en la recuperación, se priva a la industria nacional de producir utilizando factores no empleados, por lo tanto, a un costo nulo o casi nulo de riquezas, equivalentes al 86% de ese mismo poder de compra y sin tener en cuenta los efectos de multiplicación sobre la actividad económica.

En 2021 importamos por 59.291 millones de dólares. Hablemos en cifras redondas. Supongamos que el PIB creciera 5%, o sea, 21.000 millones de dólares, y por medio de la política económica redistribuimos el 80% de ese crecimiento hacia los salarios, lo que aumentaría su participación en el ingreso nacional en 3 ó 4 puntos. Las importaciones adicionales necesarias para ellos serían de 2.900 millones de dólares. Factura total: 61.691 millones de dólares. ¿A eso temen? Si los números son mayores, sería bueno que los presenten, pero afirman que no hay dólares y nunca presentan los números que respaldan la afirmación. Simplemente alegan la presencia del CuCo (Cuenta Corriente). Lo singular de todo esto es que están muy preocupados por las expectativas sobre las cuentas externas, pero se fueron 75.000 millones de dólares. Para hacerlo posible, se desentendieron de las expectativas de una vida mejor del ciudadano que vota. El movimiento nacional ya perdió 4 millones de votos. Todavía no los capitalizó la derecha retrógrada e irracional. Todavía.

NEOCLÁSICOS INCONFESADOS

En el fondo de la cuestión, los neoclásicos son medio remisos –definitivamente cínicos– a confesar que no quieren que los salarios mejoren. De ahí que se escudan en los que de buena –pero conservadora– fe comulgan con la restricción externa. Al entender neoclásico, el nivel de los salarios compatible con el equilibrio macroeconómico, aquel que refleja adecuadamente la productividad argentina, está debajo de las aspiraciones populares. Bienvenidos al lecho de Procusto. En su visión, el estado de la demanda internacional determina los precios de productos de exportación, los precios de estos productos determinan el nivel de ingresos nacionales, el nivel del ingreso nacional, es decir, el total de los ingresos de los factores, junto con la escasez relativa de estos factores, determinan la distribución de los ingresos y, finalmente, por lo tanto, los salarios y beneficios. Los precios son la causa; los ingresos de los factores, el efecto.

Como esos precios –hoy circunstancialmente muy altos– son (por lo común) bajos, determinan bajos ingresos. La demagogia populista le hizo creer al ciudadano argentino que sus ingresos podrían ser más altos que lo que marca el baremo macroeconómico, comprometiendo una y otra vez las cuentas externas. El cuento se redondea advirtiendo que el retraso cambiario a la larga resulta insostenible y termina en devaluación y crisis. Se olvidan que hicieron todo lo posible para abrir la economía y que fue la apertura –y no el retraso– el que hizo chocar la calesita. Sin frenar y retrasar el dólar como condición necesaria, no hay forma de parar la inflación, a menos que se esté dispuesto a jugar la alternativa de condenar a los argentinos a una muy alta tasa de desempleo y a salarios en promedio miserables, en cuyo caso el dólar permanece devaluado y la inflación apaciguada.

Todo este disparate ideológico jamás encontró un fundamento teórico adecuado. Tiene la fuerza muy grande de ser la ideología del orden establecido. Ese orden en el que los salarios son un precio político que varía mucho en el espacio, pero casi nada en el tiempo. Los norteamericanos o noruegos están en la estratósfera; los argentinos, al ras del piso; los africanos, en el quinto subsuelo. Y ese es el gran drama y el gran problema de los salarios: hacerlos variar al alza. Mientras no se haga por los bajos salarios argentinos, el intercambio desigual percute en que se drene excedente no remunerado al exterior y la falta de mercado suficiente vuelve inoportuno invertir. Y eso es de lo que parece no tomar nota la clase dirigente argentina. El carácter afirmativo de la cultura –de lo que el uso vicioso de la restricción externa forma parte– hace todo lo que debe para no innovar. Encontrarle la punta del ovillo al desarrollo es encontrársela a subir los salarios. Para eso, entre otros menesteres hay que saber diferenciar lo que hay de auténtico y lo que hay de mito conservador en la restricción externa, y no agravarla con medidas de política supuestamente tomadas para aliviarla.

CUMBRE DE LAS AMÉRICAS

Argentina pone en duda su participación en la Cumbre de las Américas

La Argentina endureció en la última semana su posición frente a la insistencia de Estados Unidos de excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua de la IX Cumbre de las Américas, al poner en duda la participación del presidente Alberto Fernández en el cónclave de Los Ángeles y, en "sintonía" con México y otros países de la región, volvió reclamar que la reunión continental que se desarrollará del 6 al 10 de junio se realice "sin exclusiones".

"El Presidente considera, al igual que su par mexicano (Andrés Manuel López Obrador) y otros presidentes de Latinoamérica, que la Cumbre tiene que ser con todos los países miembros de América", dijo el viernes pasado la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, al dejar en claro que la decisión del jefe de Estado de asistir o no al encuentro dependerá de si Estados Unidos invita a todos los países de la región, incluida la troika: Venezuela, Cuba y Nicaragua, una posibilidad hasta ahora rechazada por la administración demócrata Joe Biden.



En declaraciones a la prensa acreditada en la Casa Rosada, al ser consultada sobre si Fernández asistiría a la reunión, Cerruti afirmó que

"el Presidente está evaluando su posición en sintonía con el resto de los presidentes de Latinoamérica".

Lo dicho por la portavoz trasunta un endurecimiento en la postura del mandatario argentino que días atrás había insinuado su participación en el cónclave continental, aunque sin dejar de reclamarle a Estados Unidos, anfitrión del evento, que se invite a todos los países de la región al encuentro que se realiza cada tres años desde 1994.

Cerruti ratificó, este viernes, lo expresado por Fernández, al señalar que la posición argentina es que 
deben estar presentes todos los países y que el presidente Biden "tiene que dialogar con toda Latinoamérica".

Con todo, fuentes de la Cancillería argentina indicaron a Télam que, para alcanzar una posición definitiva, el mandatario aguardará ver "cómo evoluciona todo este fin de semana", sobre todo por la situación que ocupa a cargo de la presidencia pro témpore de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y el Caribe (Celac).

"Hoy empezaron a llegar las invitaciones (a la cumbre) y hay tiempo de más de una semana para participar", indicaron desde el Palacio San Martín, al tiempo que remarcaron que Fernández "es presidente de la Celac y eso influye también".

Justamente en su condición de titular de la Celac, la semana pasada Fernández le pidió a Estados Unidos que invite a "todos los países de América Latina" a la Cumbre de las Américas, luego de que ese país adelantara que no convocará a los Gobiernos de Caracas, La Habana y Managua a participar de esas deliberaciones.

"Tengo pensado ir (a la cumbre), pero le pido a los organizadores lo mismo que les pidió López Obrador: que invite a todos los países de América Latina", afirmó Fernández en una entrevista en Berlín con el canal DW (Deutsche Welle) en español.

De esta manera, el mandatario se sumó a los reclamos ya expresados por López Obrador y el presidente de Bolivia, Luis Arce, quienes dijeron que no asistirán a la Cumbre de las Américas si Estados Unidos "persiste" en su intención de excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Antes de iniciar la gira por España, Alemania y Francia junto al Presidente, el canciller Santiago Cafiero había enviado una nota formal a Estados Unidos para pedir que fuera "una cumbre sin exclusiones".

Días atrás, desde la cuenta de Twitter de la Celac, que se encuentra bajo la presidencia pro témpore de la Argentina, se llamó a superar las "divisiones ideológicas" y se exhortó a "
evitar exclusiones que impidan que todas las voces del hemisferio dialoguen y sean escuchadas" en el marco de la próxima cumbre.

En un hilo de tuits, la Celac señaló qu
e "las graves consecuencias que la pandemia ha dejado en la región demuestran que el diálogo y la cooperación son herramientas claves para el bienestar de nuestros pueblos".

En ese marco, se consideró "indispensable que superemos las divisiones ideológicas y nos enfoquemos en la búsqueda de coincidencias".

"La IX Cumbre de las Américas representa una gran oportunidad para construir un espacio de encuentro en el que participen todos los países del hemisferio de modo abierto e inclusivo, bajo el objetivo unificador de concertar acciones conjuntas", continuó la publicación sobre la cumbre que se desarrollará en Los Ángeles.

"Como Presidencia Pro Témpore de la Celac, exhortamos a los organizadores de la Cumbre a evitar exclusiones que impidan que todas las voces del hemisferio dialoguen y sean escuchadas. Unidos somos más fuertes", concluyó la publicación.

López Obrador fue el primer mandatario latinoamericano en elevar su voz de protesta al anunciar el 10 de mayo pasado que no asistiría al cónclave de Los Ángeles si Estados Unidos excluía a alguno de los países de la región del encuentro continental, y en tal caso enviaría a una representación gubernamental en su lugar.

A la postura de AMLO se sumaron después 
Arce y la Comunidad de Naciones Caribeñas (CARICOM), integrada por quince países, la gran mayoría de ellos excolonias británicas, cuyos líderes advirtieron que no asistirán al encuentro continental si no se revisa la medida.

Pero la resistencia a participar de la próxima Cumbre de las Américas no sólo es de aquellos gobiernos latinoamericanos de signo progresista o de izquierda:
 el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro -de distante relación con Biden desde que apoyó la reelección de Donald Trump en 2020- también puso en duda su presencia en Los Ángeles.

Ante ese escenario, y a dos semanas de la cumbre, 
Washington pone sus esfuerzos para evitar un grave traspié diplomático como anfitrión del cónclave: Biden depositó en uno de sus hombres de mayor confianza, el senador demócrata Christopher Dodd, la tarea de persuadir a los mandatarios de México y Brasil de participar en la cumbre.

Con ese objetivo, Dodd -asesor especial de Estados Unidos para la Cumbre de las Américas- mantuvo el miércoles pasado una conversación telefónica con López Obrador, de la que no salió una definición concreta.

"Se está analizando, ya conocen nuestra postura: queremos que se invite a todos porque es la Cumbre de las Américas. Tenemos muy buena relación con el presidente Biden, con el gobierno de EEUU y estamos en eso, hemos estado en conversaciones", indicó el mandatario mexicano el viernes último en conferencia de prensa.

A principios de mes, altos funcionarios estadounidenses expresaron que Washington descarta invitar a la Cumbre a los presidentes Miguel Díaz-Canel (Cuba), Daniel Ortega (Nicaragua) y Nicolás Maduro (Venezuela) porque considera que "no respetan la Carta Democrática" de la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo al que varios países de la región cuestionan por su polémica intervención en el proceso del golpe de Estado que en 2019 derrocó al entonces mandatario de Bolivia Evo Morales. (Telam)

Siglo XXI: La distopía realizada

Quienes rozamos los 60 años de edad, recordamos las expectativas que rodeaban el acercamiento del nuevo siglo. Las fantasías alrededor de un tiempo, en el amanecer del siglo XXI, dónde la humanidad alcanzaría su esplendor y se desprendería de un siglo XX, cargado de guerras, pestes , hambre, violencia y muerte. Navegaríamos en autos voladores en autopistas por el cielo, habría mejor salud para todos y mejores trabajos y tendríamos androides a nuestros servicios. Aunque ilusoriamente seguimos apostando a esos sueños, la realidad nos devuelve otra cosa.

¿Es que a quién sino a un psicópata rico se le ocurriría pensar en colonizar marte mientras las pestes, el hambre y las guerras se siguen desparramando por doquier en esta, nuestra casa, nuestro planeta.? En un mundo donde toda centralidad esta puesta en lo financiero y toda solución y posibilidad depende del dinero ¿Porque gastarlo en ejercitos y armas en lugar de en salud y alimento para todos?

A la obviedad y la sencillez la llaman inocencia. La madurez exige aceptar que los humanos somos esto. ¡Ni lo uno, ni lo otro! Los humanos podemos ser y hacer lo que decidamos ser y hacer pero debemos “hacernos cargo” de los resultados de ese ejercicio de libertad que depende de las formas que establezcamos para relacionarnos entre nosotros como individuos, familias, grupos, comunidades, instituciones, pueblos, ciudades, provincias, Naciones, en un mundo cada vez mas interconectado pero incapacitado por propia voluntad para distinguir que somos propiciadores de lo mismo que culpamos a “otros” buscando chivos expiatorios para creernos ajenos a las desgracias que contribuimos a producir.

Los liderazgos como nunca en los últimos cien años, carecen de formación intelectual y aunque se llenan de palabras huecas en sus discursos, alentando a los “Expertos” y “tecnicos” que con sus ciencias nos ofrecen los “Desarrollos” que nos salvaran … la realidad es que desprecian el conocimiento y someten toda búsqueda de saber a las condiciones que los que concentran dinero para si, disponen. Y disponen emprender viajes espaciales en lugar de ocuparse del hambre, disponen dineros para megaproducir mientras la mitad del planeta padece hambre, disponen dineros para la guerra y no para la salud cuándo las pestes arrecian como nunca. Apuestan por una globalización cuándo sus hermanos, vecinos y compatriotas no pueden llegar a fin de mes con la alimentación, la vivienda, la salud y la educación que haga digna su vida en esta tierra. Hablan de Libertad. ¿De que Libertad? ¿Libertad con hambre es libertad? ¿Libertad a la intemperie es libertad? ¿Libertad sin educación, sin salud y sin justicia es libertad? De la única Libertad que se ocupan y preocupan es la de alimentar sus miedos creyendo ilusoriamente que sus “seguridades” pueden guardarse en cuentas bancarias, inversiones en valores y divisas, guardadas en “Cajas de Seguridad” y en paraisos fiscales y que no importa como se haga … acumular dinero a como dé lugar nos ofrecera la posibilidad de ser de los pocos que lleguemos a Marte cuándo hayamos acabado con la tierra.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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