En las arenas del tiempo ...

 


La ineficacia del olvido


Cuando no recordamos lo que nos pasa,
nos puede suceder la misma cosa.
Son esas mismas cosas que nos marginan,
nos matan la memoria, nos queman las ideas,
nos quitan las palabras...”

Lito Nebia


Martín Alomo es psicoanalista. Doctor en Psicología. Magíster en Psicoanálisis. Especialista en Metodología de la Investigación.

Escribe en Página 12

Algunas veces no logramos recordar un nombre, una fecha o una dirección que buscamos afanosamente en nuestra memoria aun cuando sería prácticamente imposible tal olvido debido a nuestra familiaridad con el dato buscado. En cambio, otras veces no podemos olvidar una melodía pegajosa, un pensamiento machacante o una idea absurda. Cuando así ocurre, estos fenómenos obsesivos nos invaden, infestan nuestra vida mental y no los podemos quitar de encima.

Es necesario partir del hecho de que no es pertinente dar una respuesta general a situaciones particulares ya que cada caso es diferente. Por otra parte, desde la publicación de La psicopatología de la vida cotidiana, de Sigmund Freud, en 1901, ha preponderado la difusión de lapsus linguae y olvidos como formaciones sintomáticas y, en cambio, se ha desatendido lo que podríamos llamar la ineficacia del olvido.

Sin embargo, cuando un contenido de pensamiento o una idea machacona no nos abandonan, eso también forma parte de la psicopatología cotidiana. Aquí me interesa señalar dos tipos de presencias --me refiero a los fenómenos que durante un tiempo no se dejan olvidar--. Cada una de ellas responde a hipótesis causales diferentes. Me referiré aquí a la especificidad de estos dos tipos de presencia inolvidable y sus determinaciones inconscientes.

Dos tipos de presencias que no se dejan olvidar

El primer tipo de presencia mental obstinada comparte la lógica de los olvidos sintomáticos. En ellos, el material que se pretende recordar se nos oculta por el hecho de mantener vínculos con contenidos reprimidos --es decir: sofocados a causa del sufrimiento psíquico que ocasionan--. En las presencias obstinadas ocurre lo mismo: el fenómeno parasitario tiene vínculos con un material inconsciente reprimido y, por lo tanto, funciona como representante de dicho contenido. Tal vez el ejemplo típico con que cuenta la teoría psicoanalítica sea el comentado por T. Reik en La melodía inquietante, su estudio sobre Gustav Mahler, a propósito de un encargo que le hace Freud: la redacción del discurso fúnebre dedicado al recientemente fallecido K. Abraham.

Por otro lado, algunas veces las presencias lamentablemente inolvidables, omnipresentes, obedecen a otro tipo de origen. En estos casos, ellas no obedecen a las determinaciones de un contenido reprimido del cual son sus representantes en lo consciente. Este otro tipo de presencias tenaces dan cuenta de contenidos traumáticos que en su franqueamiento de la barrera del dolor no acceden al estatuto de la represión, ya que para ello deberían pertenecer de pleno derecho al registro simbólico. En este caso, se trata de irrupciones de lo real que, desde fuera del aparato psíquico --para utilizar la metáfora freudiana- -pujan por ser admitidas en él. Tal insistencia suele arrojar como productos la siguiente variedad de fenómenos: ideas obsesivas, sueños recurrentes, flashbacks y otras presencias similares. Estos fenómenos comparten una característica estructural: intentan inscribir en lo psíquico una experiencia que, por traumática, se ha producido por fuera de la posibilidad de subjetivación. Dicho de otra manera, ellos son intentos de “ligar” --para decirlo con un término freudiano-- aquellas esquirlas significantes traumáticas “desligadas”.

Dos tipos de causalidad

En el primer caso, la presencia molesta es símbolo de la represión de los contenidos sufrientes. En el ejemplo mencionado, Reik, profundo admirador de Mahler, a partir del encargo de Freud del panegírico para Abraham, desde ese momento hasta la escritura y finalmente alocución del discurso en la Sociedad Psicoanalítica de Viena, fue acosado repetitivamente por los primeros compases del coro final de la segunda sinfonía. Una obra que en sus inicios fuera compuesta como marcha fúnebre y en su movimiento final incluye la oda titulada “Resurrección”.

A Reik le sorprende no solamente la presencia obsesiva de la melodía, sino su liberación de la misma luego de pronunciado el elogio fúnebre. Al cabo de ello, Reik nos cuenta que su relación con el recientemente fallecido era de tono similar a la que su admirado Mahler, el autor de la melodía automática, había mantenido con su maestro Hans von Bülow. Ambas parejas de varones representaban profesor y discípulo. Además, otra coincidencia: en contra del sueño del joven Mahler de componer música, von Bülow le había lanzado una terrible admonición: “lo suyo no es música, es lo más horrible que he escuchado, no se dedique a componer”. Por su parte, Abraham, con quien Reik se había analizado, le había dicho que se dedicara a la investigación y a las actividades académicas, pero que no practicara el psicoanálisis.

La pronunciación del discurso fúnebre produjo el cese de la melodía obsesiva. Según el análisis del propio Reik, su alocución pública lo liberó del agobio que representaba la palabra admonitoria de Abraham en contra de sus aptitudes como psicoanalista: finalmente, el que había muerto era su enemigo. De este modo, el análisis de este episodio devela la lógica identificatoria de Reik con Mahler y la consecuente analogía evocada por las dos parejas de varones, maestros y discípulos, represores y reprendidos, en ambos casos.

En cuanto al segundo tipo de presencia inquietante, molesta, los flashbacks, sueños recurrentes y también ideas hiperintensas y obsesivas, ellas no producen formaciones sintomáticas insertadas en la trama discursiva que, en el caso de una consulta, se entabla entre el paciente y el clínico. Cuando este último es un analista hay lugar para que los matices más sutiles del recuerdo y del olvido tomen su lugar en la conversación, exponiendo de ese modo la lógica que sostiene la formación sintomática y, por eso mismo, la posibilidad de su deconstrucción. En este segundo tipo de presencia traumática, lo que está en primer plano es la angustiay la potencia traumatizante una vez más, la mostración de la continuidad discursiva interrumpida violentamente por fenómenos extraños a su naturaleza.

En el primer caso, la presencia molesta e inolvidable representa el padecimiento psíquico reprimido a través de una manifiesta ineficacia del olvido. El resultado es que, para mantener a raya lo sepultado, se torna necesaria una presencia constante que funciona como tachadura de que hay represión, al mismo tiempo que la delata, en una manifestación irónicamente distractiva de retorno de lo reprimido. En el segundo caso, la presencia invasiva encarna lo traumático no subjetivado que busca enlazarse a la urdimbre de lo simbólico, hecho dificultosamente posible, salvo que una escucha analítica aloje ese fuera de discurso que atormenta y con él la posibilidad de un sujeto allí donde solo hay angustia y desasosiego.

América latina y la necesidad de "pensar con lo nuestro"

Juan Manuel Padín, Investigador, Universidad Nacional de Quilmes. Escribe en Página 12

En los '70 se abandonó el proyecto sustitutivo de importaciones en favor de la apertura neoliberal. Las promesas de los '90 fallaron y la "ola progresista" no provocó un cambio de rumbo. La región sufrió en las últimas tres décadas un fuerte retraso económico relativo en relación a los países desarrollados y emergentes en ascenso. ¿Hacia dónde va América latina?

En los años '60, el economista estructuralista brasileño Celso Furtado decía que nada autorizaba a ver en el desarrollo latinoamericano una etapa de transición hacia las estructuras capitalistas desarrolladas. Esta observación sigue teniendo vigencia. Y no solo respecto a esas economías, sino también en relación a otras experiencias de desarrollo recientes. Sigue siendo indispensable construir un camino propio, que hoy en día parece repleto de obstáculos macroeconómicos y políticos. Aun así, es posible recoger lecciones de distintos casos nacionales, que marcan que ningún orden es eterno e inmutable y que ocasionalmente se presentan "ventanas de oportunidad".

Pandemia y después

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó recientemente su Anuario Estadístico 2021. El documento detalla distintos aspectos de la realidad económica, socio-demográfica y ambiental que expresan con crudeza el presente regional. Como era de esperar, el impacto de la pandemia de la Covid-19 desmejoró las ya frágiles condiciones de vida de millones de latinoamericanos.

En 2020, la pobreza alcanzó al 33 por ciento de la población y la pobreza extrema, al 13,1 por ciento. La suba de 2,5 puntos porcentuales en la pobreza y de 1,7 puntos en la pobreza extrema respecto a 2019 es el mayor incremento anual de los últimos 20 años. En el caso de los menores de 14 años, las cifras de 2020 alcanzaron el 47,1 por ciento y 19,1 por ciento, respectivamente.

En lo que respecta al empleo, la desocupación aumentó de 8,1 por ciento en 2019 a 10,5 por ciento en 2020. Los jóvenes de 15 a 24 años se llevaron la peor parte, ya que en este segmento la desocupación superó el 20 por ciento y llegó al 25 por ciento en las mujeres. Todo ello, en un mercado de trabajo donde casi la mitad de los ocupados urbanos es parte del denominado "sector informal". La profundidad de la contracción de la actividad económica en 2020 (-6,8 por ciento) es uno de los factores explicativos de este complejo cuadro social. Esa baja golpeó con mayor intensidad a actividades económicas muy relevantes como la construcción, el transporte, el comercio y la industria manufacturera.

En este contexto, la expansión económica regional que se produjo en 2021, del 6,3 por ciento, resulta una noticia esperanzadora que da cuenta de una importante recuperación y pronostica cierta mejora de los indicadores sociales. A pesar de ello, es preciso ubicar la novedad en su debido contexto.

Mirando hacia atrás, desde el pico de 2010 (6,2 por ciento) la tasa de crecimiento regional se desaceleró hasta alcanzar un piso en 2016 (-1,2 por ciento). Luego vendría una tenue suba en 2017 y 2018 (1,1 por ciento anual), un nulo incremento en 2019 y la caída de 2020.

Este desempeño consolidó otra "década perdida": en 2020 el producto interno bruto a precios constantes de mercado fue prácticamente el mismo que en el año 2011. De cara al futuro, las proyecciones de crecimiento regional no invitan al optimismo. Según el último informe sobre Perspectivas de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacional, habrá un alza de 2,5 por ciento tanto en 2022 como en 2023, por debajo del promedio estimado para la economía global, del 3,6 en ambos años.

Estructura

Más allá de los factores coyunturales, el "problema del crecimiento" tiene otras facetas más tendenciales. Tal como señalaron desde mediados del siglo pasado los intelectuales nucleados en la CEPAL y posteriormente aquellos que integraron la escuela de la dependencia, los roles que ocupa cada país/región en la división internacional del trabajo hacen la diferencia; y éstos se asocian, a su vez, al tipo de estructura productiva predominante. 


Por esta razón, la industrialización sustitutiva de América Latina fue el camino aconsejado por tantos investigadores para salir del atraso. La meta era clara: se debía construir una estructura productiva diversificada y homogénea que permitiera consolidar el crecimiento recogiendo los frutos del progreso técnico para mejorar consistentemente los niveles de vida de la población. O sea, había que atentar contra la especialización primaria entonces vigente.

Desde el abandono de esa estrategia de desarrollo en los años '70 y al calor de diversos cambios a nivel mundial, América Latina modificó su abordaje abrazándose a un naciente neoliberalismo cargado de promesas. Entre éstas, se destacaba aquella según la cual, en un mundo más abierto e integrado, la libre circulación de capitales impulsaría fuertemente el ascenso de los países rezagados; permitiendo a la periferia converger hacia los niveles de ingreso de los países centrales.

No es necesario ser demasiado perspicaz para advertir que desde el cenit neoliberal de los años noventa hasta 2020 sucedió otra cosa. Al contrario de lo que planteaba aquel augurio, se acentuó la trayectoria divergente en la periferia, que incluyó nada menos que el atraso relativo de América Latina.

Tomando los datos del producto per cápita en dólares (a precios constantes de 2015) provistos por la Unctad, se observa que mientras éste se incrementó un 54 por ciento a nivel global en las últimas tres décadas, tanto África como América Latina quedaron atrás, con alzas del 32,6 y 30,5 por ciento, respectivamente. Al tiempo que Estados Unidos y la Unión Europea crecieron algunos puntos por debajo del promedio global.

Como contracara, el Este Asiático se erigió como la región más favorecida con un incremento del 241 por ciento. Detrás de este fenómeno se encuentra el estelar avance de China: el producto per cápita de la potencia asiática aumentó más del 1.000 por ciento en estos años.

La evolución dispar en términos de crecimiento no puede disociarse de ciertas continuidades y rupturas que se produjeron en la etapa. Por caso, en América Latina no medió un cambio estructural pese a los intentos durante la "ola progresista" de los años 2000 por desandar varios legados críticos del neoliberalismo y torcer el rumbo. En consecuencia, la modalidad de inserción de la región conservó sin grandes modificaciones sus rasgos clásicos, y continuó destacándose como exportadora de productos primarios, manufacturas basadas en la explotación de recursos naturales y productos industriales con reducido valor agregado a nivel local.

Bajo este esquema, no logró incrementar decididamente su participación en el comercio mundial; ni tampoco alterar la participación conjunta en el valor agregado manufacturero global de sus principales economías (Brasil, México y Argentina), que osciló alrededor del 3 por ciento.

En el caso de China, la situación fue radicalmente diferente. Hace décadas se vislumbra su ascenso a partir de un sistema económico mixto bajo un férreo control político, que logró combinar un proceso de apertura controlada capaz de atraer inversiones extranjeras junto a un sinnúmero de iniciativas estatales destinadas a mejorar la infraestructura del país, alentar a las empresas nacionales y reducir la brecha tecnológica, entre otras cuestiones.

Así, el país de Mao no solo se transformó en una potencia económica y comercial a escala planetaria, convirtiéndose en el mayor exportador del planeta; también ingresó al selecto club manufacturero que hoy lidera, explicando la cuarta parte del valor agregado manufacturero mundial.

Pensar el desarrollo

Atento a los resultados alcanzados y perspectivas, ¿no será hora de replantear en América Latina el esquema económico-productivo vigente y pensar nuevamente el desarrollo desde nuestra propia especificidad? ¿No es tiempo de abandonar, a su vez, la aversión que parece tener cierta parte de la dirigencia a un Estado que vaya más allá de su índole regulatoria, para reasumir su papel como conductor del proceso económico allí donde otras opciones no ofrezcan mejores resultados?

Nadie podría afirmar que se trata de una tarea fácil. Entre otros asuntos, visto y considerando que el giro neoliberal no ocurrió en el vacío sino que supuso un avance del capital por sobre los trabajadores y sus organizaciones, y además conllevó una redefinición del rol estatal como garante de un marco amigable para los negocios. Este papel se cristalizó en distintos compromisos mediante la firma, por ejemplo, de acuerdos de libre comercio o de tratados bilaterales de inversiones, gran parte de los cuales siguen en vigor y limitan el tipo y alcance de las intervenciones.

Adicionalmente, quedó deteriorado el punto de partida para impulsar el desarrollo manufacturero en el siglo XXI. La desindustrialización y la transformación regresiva de los entramados industriales, la especialización en bienes de menor complejidad tecnológica, la carencia de una adecuada infraestructura física y tecnológica, la falta de políticas industriales y tecnológicas que incrementen las capacidades de innovación y producción, la baja diversificación de las canastas exportadoras o el déficit institucional son elementos que en buena medida caracterizan las realidades de las principales economías de la región. A todo esto se suma una disputa permanente con una derecha impasible y electoralmente competitiva en la mayoría de los países de la región.

Volviendo a Furtado, no hay razón para pensar que las economías de la región están en un largo tránsito hacia las estructuras capitalistas desarrolladas, tampoco hacia otras experiencias de desarrollo recientes. Sigue siendo indispensable construir un camino propio, recordando que ningún orden es eterno e inmutable y que ocasionalmente se presentan ventanas de oportunidad. Pero para lograr aprovecharlas se requieren múltiples elementos. Entre ellos, aunar voluntades, crear capacidades y planificar ya que, como sostenía el filósofo Séneca, no hay viento favorable para el que no sabe adónde va.

La Gira Europea

En su segunda escala por Europa, el presidente Alberto Fernández mantuvo este miércoles en Berlín su primer encuentro bilateral con el canciller alemán Olaf Scholz, quien definió a la Argentina como "un socio fiable", en tanto que el mandatario argentino pidió "encontrar una respuesta y un camino de salida" a la guerra en Ucrania y ofreció las oportunidades argentinas para proveer alimentos y energía.

En el encuentro, que se desarrolló en la sede del Gobierno alemán en Berlín, donde arribó minutos antes del encuentro proveniente de Madrid, ambos mandatarios coincidieron en que las consecuencias de la guerra impactan en una suba de los precios internacionales de los alimentos y la energía que repercuten en todo el mundo.

Durante la reunión, hubo agradecimientos de Fernández por el apoyo alemán en el acuerdo con el FMI y el mandatario le exhibió al canciller socialdemócrata -sucesor de Angela Merkel- las cifras de la recuperación económica del país.

"Es bueno saber que la Argentina es un socio fiable para Alemania. Ambos coincidimos en condenar la invasión de Rusia a Ucrania. Saludo la decisión del Presidente de ponerse del lado de las víctimas", remarcó el canciller germano en una declaración conjunta a la prensa luego del encuentro.

"Coincidimos en condenar esta brutal agresión de Rusia", dijo Scholz, y añadió que "las gravísimas violaciones del Derecho internacional y el orden internacional no pueden ni deben quedar sin respuesta".

El presidente Alberto Fernández arribó este jueves a París para entrevistarse mañana viernes con su par de Francia, el reelecto Emmanuel Macron, en el cierre de la gira por Europa que lo llevó a España y Alemania.

El avión de Aerolíneas Argentinas que traslada al Presidente y su comitiva pisó suelo francés a las 12 del mediodía local (7 de la mañana de la Argentina) procedente de Berlín.

En la jornada de este jueves, el jefe de Estado recibirá una distinción en la histórica universidad La Sorbona, donde compartirá un almuerzo con el rector de esa casa de altos estudios.

Asimismo, tiene previsto brindar entrevistas con medios franceses como Le Monde, La Sorbone y TVFrance, como ya lo hizo en Madrid y Berlín.

En tanto, el encuentro bilateral con Macron está programado para este viernes, tras lo cual el Presidente emprenderá el regreso para la Argentina. (Telam)

Fuga y pago

El Senado de la Nación debatirá este jueves en sesión ordinaria el proyecto de ley impulsado por el oficialismo para pagar la deuda de más de 44 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI) contraída por el gobierno del expresidente Mauricio Macri en 2018, con dinero de ciudadanos argentinos que fue fugado al exterior.

La sesión fue convocada anoche por un Decreto Parlamentario firmado por la presidenta Provisional del Senado, la santiagueña Claudia Ledesma Abdala de Zamora, quien encabezará la reunión parlamentaria porque la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se encuentra en ejercicio de la Presidencia de la Nación a raíz de la gira que realiza por Europa el presidente Alberto Fernández.

Los senadores fueron citados a la sesión, prevista para este jueves a las 14, con un temario acordado con la oposición en el que se incluyen varios temas entre los que figuran también diversos proyectos de Declaración en homenaje a la gesta de Malvinas, al cumplirse 40 años de la guerra en el Atlántico Sur.

Sin embargo, el asunto principal será el proyecto impulsado por el Frente de Todos para pagar la deuda adquirida durante la presidencia de Macri con el FMI.

El proyecto que crea el Fondo Nacional para la Cancelación de la Deuda con el FMI establece que sea constituido en moneda extranjera, dólares estadounidenses y sus recursos.

En el temario, los legisladores también buscarán aprobar un proyecto por el que se reconoce el Tratado Interprovincial de Creación de la Región Norte Grande Argentino.

Además, fueron incluidos en el plan de labor varios acuerdos internacionales, entre los que se destacan el reconocimiento de títulos de grado de Educación Superior en el ámbito del Mercosur.

Grabois reclamó mayor énfasis en la persecución de quienes fugaron divisas

El abogado y referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Juan Grabois, que integra el Comité de Acreedores de la Deuda Interna, reclamó este miércoles ante senadores del Frente de Todos (FdT) "levantar el secretismo" que existe en torno a quienes fugaron divisas y "mayor énfasis" en la persecución de los responsables de esas maniobras.

En un encuentro en el salón Azul del Senado con los miembros del interbloque del FdT que conduce el formoseño José Mayans, Grabois apoyó el proyecto de ley del oficialismo para la creación de un Fondo que ayude a pagar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que será tratado este jueves en sesión en la Cámara alta.



Sin embargo, el referente del MTE manifestó ante la mesa de senadores que encabezaban Mayans, Anabel Fernández Sagasti (FdT-Mendoza), Oscar Parrilli (FdT-Neuquén) y Juliana Di Tullio (FdT-Buenos Aires) su 

preocupación por la falta de información sobre las personas que fugaron dinero al exterior y por las "demoras" de parte del Congreso en avanzar en la investigación.

Concretamente, Grabois lamentó que no se haya conformado aún la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control del Pago de la Deuda Externa, reconoció que las trabas para su integración provienen de la oposición pero consideró que el órgano presidido por Mayans ha tenido "poca actividad" en los últimos dos años. (Telam)


El gobierno retira el informe de inflación de abril 

Economía en EEUU 

El informe de inflación de ayer fue como un médico que comienza su evaluación con: "Bueno, la buena noticia es ..."

No te emociona exactamente escuchar el resto.

De cualquier manera, comencemos con las buenas noticias. Que es esto: la inflación parece haber alcanzado su punto máximo. Los precios al consumidor crecieron un 8,3% anual en abril, por debajo del ritmo del 8,5% en marzo. Esa es la primera vez que la tasa de inflación ha caído en ocho meses.

  • La desaceleración fue impulsada en gran parte por una caída en los costos de la energía, incluida una caída mensual del 6,1% en los precios de la gasolina.

  • Los precios de los vehículos usados continuaron su descenso, y los precios de las prendas de vestir también cayeron.

Ahora para el "pero…"

La inflación sigue siendo incómodamente alta, y el informe de ayer indicó que no va a bajar sin una lucha seria.

He aquí por qué: El IPC subyacente, que elimina los impredecibles precios de la gasolina y los alimentos, saltó de marzo a abril. Y si bien la inflación en los bienes puede estar disminuyendo, el aumento de los precios en el ámbito de los servicios (alquileres, recreación, medicina) se ha convertido en una preocupación importante a medida que los empleadores aumentan los salarios para atraer a los trabajadores. Eso es especialmente preocupante porque, a diferencia de la inflación en bienes, la inflación de los servicios no se puede resolver resolviendo los problemas de la cadena de suministro.

  • En un ejemplo dramático, las tarifas aéreas aumentaron un 18,6% anual el mes pasado para su mayor ganancia registrada.

  • Los costos de vivienda (también conocidos como alquileres) aumentaron un 0,5% para su tercera ganancia mensual consecutiva. Representan un tercio del IPC total.

El panorama completo

El mes pasado, una proporción récord de estadounidenses dijo que la inflación era su problema financiero número 1, y las personas a cargo están jugando el juego de la culpa. El presidente Biden culpa a los choques externos como el Covid-19 y la guerra en Ucrania, los republicanos lo atribuyen a los demócratas felices y optimistas, y otros argumentan que la Fed tiene la culpa de malinterpretar la situación y no subir las tasas de interés antes. O, como el gobernador de la Fed, Chris Waller, simplemente no se podía dar un grito de cómo llegó a ser. "En este punto, no me importa cuáles sean las razones. La inflación es demasiado alta y mi trabajo es bajarla", dijo esta semana.

¿Una moneda común para integrar a Sudamérica?

La creación de una moneda sudamericana podría impulsar la integración, brindar una mayor estabilidad monetaria y fortalecer la soberanía regional que reclaman las fuerzas progresistas.

Gabriel Galípolo, licenciado en Ciencias Económicas y Magíster en Economía Política por la Pontificia Universidad Católica (PUC-SP). Fue jefe del Servicio de Asesoría Económica de la Secretaría de Estado de Transportes Metropolitanos de São Paulo (2007) y director de la Unidad de Estructuración de Proyectos de la Secretaría de Economía y Planificación del Estado de San Paplo (2008). En 2009 fundó Galípolo Consultoria, de la que es socio director. Fue Presidente del Banco Fator de 2017 a 2021.

Fernando Haddad, académico y político brasileño del Partido de los Trabajadores (PT). Fue ministro de Educación entre 2005 y 2012. Fue alcalde de San Pablo entre 2013 y 2017. En 2018 fue candidato a la presidencia por el PT.

En “Nueva Sociedad (NUSO)” Mayo 2022. Fuente: Folha de S. Paulo Traducción: Cristian De Nápoli

La creación de una moneda sudamericana puede impulsar el proceso de integración regional, caracterizado por sus lentos avances y ocasionales estancamientos hasta la fecha, fortaleciendo asimismo la soberanía monetaria de los países sudamericanos, habituados a afrontar limitaciones económicas derivadas de la fragilidad internacional de sus monedas.

En modelos de precificación de activos, los intereses pagados por títulos de deuda emitidos por un gobierno son denominados de riesgo soberano o libres de riesgo de crédito, esto justamente por la capacidad que tiene la autoridad monetaria de emitir los medios de pago necesarios para liquidar sus obligaciones y deudas, dentro de su propia economía.

Si al interior de cada nación el Estado y su moneda son soberanos, en las relaciones internacionales la lógica es distinta. Existe, en el sistema financiero internacional, una jerarquía para las monedas nacionales. La ubicación del dólar en la cima de esa jerarquía otorga a Estados Unidos el privilegio de emitir la moneda internacional.

El reciente conflicto entre Rusia y Ucrania reavivó antiguos temores que se habían apagado con el final de la Guerra Fría. La posibilidad de una guerra que involucre a las potencias nucleares es una clara amenaza a la existencia humana, y los avances de dichas potencias sobre la soberanía de países que carecen de poderío bélico similar constituyen un factor desequilibrante y temible para muchos Estados.

Estados Unidos y la Unión Europea se valieron de la fuerza de sus monedas para infringirle a Rusia severas sanciones, confiscando sus reservas internacionales y excluyendo al país del sistema de pagos internacionales (Swift). Ante la imposibilidad (y la locura) de un enfrentamiento militar directo con otra potencia nuclear, Biden y sus aliados buscaron en el poder de sus monedas los modos de aislar y debilitar al enemigo.

Como ejercicio de poder, no se trata de una estrategia inédita. En 1979, la suba en la tasa de intereses implementada por EEUU para reafirmar el poder del dólar como moneda global llevó a diversos países (incluyendo Brasil y buena parte de América Latina) a una situación de insolvencia. Con la crisis de 2008, fue el poder del dólar lo que le permitió al FED (Banco Central estadounidense) sostener los precios en el mercado financiero, ofertando liquidez y demandando activos.

La utilización del poder monetario en el ámbito internacional renueva el debate sobre la relación entre moneda, soberanía y capacidad de autodeterminación de los pueblos, sobre todo en países con monedas consideradas no convertibles. Al no ser aceptadas estas monedas como medio de pago y reserva de valor en el mercado internacional, sus gestores están más sujetos a las limitaciones impuestas por la volatilidad del mercado financiero internacional.

Durante los años 1990, sucesivas crisis globales hicieron que diversos países latinoamericanos tuviesen que recurrir al FMI (Fondo Monetario Internacional) para poder honrar sus obligaciones en monedas internacionales. El apoyo del FMI quedaba usualmente condicionado a la adhesión de esos países al recetario económico “sugerido”.

El pasado 25 de marzo, el FMI aprobó un nuevo acuerdo con Argentina, el vigésimo segundo de su tipo desde 1956. Otros países apostaron a la dolarización como vía de estabilización macroeconómica, renunciando a la soberanía monetaria y de autonomía en la ejecución de políticas macroeconómicas. A partir de 2003, Brasil acumuló reservas internacionales y pudo revertir su posición pasando de deudor a acreedor líquido internacional.

En un contexto de amenazas bélicas, las reservas internacionales funcionan como una defensa de las monedas domésticas, inclusive para desalentar ataques. Sin embargo, como países emergentes o en vías de desarrollo en distintos niveles, todos seguimos padeciendo limitaciones económicas derivadas de la fragilidad internacional de nuestras monedas.

Un proyecto de integración que fortalezca a América del Sur, incrementando el comercio y la inversión combinados, permitiría formar un bloque económico de mayor relevancia en la economía global y asegurarle más autonomía al deseo democrático, a la definición del destino económico de los participantes del bloque y a la ampliación de la soberanía monetaria.

La situación no es sencilla, dada la profunda heterogeneidad estructural y macroeconómica de los países de la región. Las tentativas de fortalecer y acelerar la integración regional lograron hasta el momento forjar áreas de libre comercio y acuerdos en los ámbitos del crédito y la infraestructura. Sin embargo, fue un proceso que se dio a un ritmo lento, y que estuvo signado por distintos momentos de repliegue.

La apertura de un proceso de integración monetaria para la región sería capaz de insertar una nueva dinámica a la consolidación del bloque económico, brindándoles a los distintos países las ventajas de acceso y gestión compartida de una moneda de mayor liquidez, válida para relacionarse en economías que, juntas, adquirirían más peso en el mercado global.

La experiencia monetaria brasileña, exitosa en la instrumentalización de la URV (Unidad Real de Valor), puede subsidiar un paradigma para la creación de una nueva moneda digital sudamericana (SUR), capaz de fortalecer a la región.

La moneda sería emitida por un Banco Central Sudamericano, con una capitalización inicial hecha por los países-miembros en proporciones acordes con las respectivas participaciones de cada país en el comercio regional. La capitalización se haría con reservas internacionales de los países y/o con una tasa sobre las exportaciones extra-regionales de cada país. La nueva moneda podría ser utilizada tanto para flujos comerciales como financieros entre países de la región.

Cada país miembro recibiría una dotación inicial de SUR de acuerdo a reglas claras y consensuadas, y tendrían libertad para adoptarla domésticamente o mantener sus monedas locales. Los valores de cambio entre las monedas nacionales y la SUR serían flotantes. Los derechos financieros, como las reservas internacionales, también proveerían una contrapartida para la emisión equivalente de SUR.

Asimismo es fundamental un mecanismo de ajustes simétricos entre países con superávit y deficitarios. Los recursos provenientes de ese mecanismo serán utilizados para capitalizar fondos de una Cámara Sudamericana de Compensación, destinada a financiar la reducción de asimetrías entre las economías y el fomento de la sinergia entre ellas.

Los países miembros podrán comprar SUR para consolidar sus reservas internacionales, sin que recaigan tasas sobre los valores adquiridos. Deberán crearse mecanismos para gravar y desincentivar ataques especulativos.

La creación de una moneda sudamericana es la estrategia para acelerar el proceso de integración regional, constituyendo un poderoso instrumento de coordinación política y económica para los pueblos sudamericanos. Es un paso fundamental rumbo al fortalecimiento de la soberanía y la gobernanza regional, que sin duda se revelará decisivo en un nuevo mundo.

Memoria, presente y por venir

El asunto con el tiempo es que cualquier manera de pensarlo supone una arbitrariedad en tanto constante devenir, solo significa para lo humano en tanto su “interpretación” de inicios, finales, fragmentaciones posibles de ser pensadas y parcialidades cuyas relaciones pueden ser probadas en la realidad. Sino se identifican las diferencias que pueden distinguirse en la experiencia inmediata respecto de aquellas de la que la memoria guarda en sus registros, se corre el riesgo de repetir errores y por ende sufrir, o repetir aquello que nos daña. Del mismo modo en lo social, no recordar la historia, negar los registros de esa memoria en la historia reciente o pasada de la experiencia humana nos devuelve la tozuda conducta humana que no acepta su condición de imperfección y los limites que la realidad impone a su capacidad por conocer y aprender y asimilar de las experiencias aquellos limites que impiden conflictos mayores. Si el ego y el poder nublan la razón, es probable que aquello que se niega termine devolviendo los mismos males que se supone pretendemos alejar con cada conocimiento que decimos y suponemos haber aprendido como individuos y sociedades, como personas y grupos, como Estados y como humanidad.

Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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