Los "Entreveros" de la realidad

¿Bajan los precios?

Los precios de 580 productos que registraron incrementos excesivos en las últimas semanas se retrotraerán a partir de este miércoles a los valores vigentes al 10 de marzo pasado, de acuerdo con un compromiso asumido por las grandes cadenas de supermercados de todo el país, informó hoy la Secretaría de Comercio Interior.

Esto es resultado de las conversaciones mantenidas martes y miércoles por la dependencia oficial con la Asociación Supermercados Unidos (ASU) y con las principales empresas productoras de bienes de consumo masivo.

Los productos que retrotraerán sus precios corresponden a los rubros alimentos, limpieza e higiene personal, entre otros.
A través de un comunicado, la dependencia oficial afirmó que "las grandes cadenas de supermercados de todo el país se comprometieron a retrotraer a partir de este miércoles los precios que Comercio Interior había detectado con incrementos excesivos a partir de los relevamientos que la Secretaría hace a diario, tanto de forma presencial como en base al Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentino (SEPA)".

Los mayores aumentos que alertaron a la Secretaría y al Ministerio de Desarrollo Productivo y llevaron al accionar conjunto de ambas dependencias, se registraron entre el miércoles 16 y el viernes 18 de marzo, precisó la dependencia que conduce Roberto Feletti.

Las cadenas que presentaban mayores niveles de aumento fueron Walmart/Changomas y el grupo Cencosud, propietario de las firmas Jumbo, Vea y Disco.

El lunes, en conferencia de prensa, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien tiene bajo su órbita la Secretaría de Comercio Interior, anticipó que este martes se iba a "clarificar cuál es la responsabilidad de la industria y de los intermediarios", al mismo tiempo que remarcó que "los precios que se hayan adoptado de manera injustificada" iban a tener que retrotraerse a la fecha pactada este martes

En este sentido, el presidente Alberto Fernández, dijo este martes en una entrevista radial que "algunos suben los precios por las dudas".
"Hay que sentarse y ver si podemos renovar, en este momento excepcional como la guerra, un acuerdo entre todos a través del diálogo", señaló el Presidente en declaraciones a El Destape Radio en referencia a la decisión del Gobierno de buscar consenso entre empresarios, los gremialistas y el Estado para frenar la suba de precios.

La semana pasada el Indec informó un incremento de 9% en febrero en el costo de la canasta básica alimentaria.
El índice de precios minoristas a nivel general, por su parte, marcó un aumento de 4,7%, impulsado esencialmente por la suba de 7,5 promedio registrada en alimentos y bebidas no alcohólicas.
Ante este contexto, F
ernández deploró las conductas especulativas de algunos formadores de precios y de forma contundente advirtió que, "si el diálogo no funciona", no le va a "temblar el pulso" para "defender los ingresos de los argentinos".

Ante este contexto, el Gobierno nacional puso en marcha medidas para contener la suba de los precios de los principales productos de consumo masivo, entre ellos, los alimentos.
En ese marco, creó un fideicomiso financiado por la suba de retenciones a la harina y el aceite de soja, para poder retrotaer los precios de la harina de trigo a niveles pre-bélicos, como así también los fideos, el pan y la harina al consumidor, productos esenciales de la canasta básica de alimentos.

Para tal fin anunció una línea de créditos por $8.000 millones a tasa subsidiada para la industria molinera, para que puedan adquirir trigo y evitar un traslado masivo de precios a la mesa de los argentinos.
Por otro lado, y como consecuencia de los encuentros, la Secretaría observó que algunas empresas, como La Serenísima y Molinos Río de la Plata, "están priorizando el abastecimiento a los comercios de proximidad por sobre los supermercados, atentando así contra el programa +Precios Cuidados, que funciona en las grandes cadenas de todo el país".

A criterio de la dependencia oficial, este esquema implementado por estas empresas opera "contra el establecimiento de una canasta regulada, que obra como ancla antiinflacionaria, garantizando el acceso de las y los argentinos a una amplia y diversa cantidad de bienes de consumo masivo".

"El mismo comportamiento se vio la semana pasada por parte de los frigoríficos exportadores nucleados en el consorcio ABC, que intentaron boicotear el programa Cortes Cuidados, lo que motivó una intimación de Comercio Interior y la subsiguiente actuación del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca para garantizar su funcionamiento", puntualizó Comercio Interior.

Por tal motivo, estas empresas serán convocadas en los próximos días para que "den explicaciones sobre su accionar y, en caso de ameritar, se les aplicarán las sanciones correspondientes".

Postura agropecuaria

Desde el sector agropecuario, tras las medidas tomadas por el Gobierno, las entidades que conforman la Mesa de Enlace anunciaron que el miércoles se reunirán con por separado con legisladores de diferentes bloques opositores de la Cámara de Diputados.

En primer lugar, a las 10, mantendrán un encuentro con los diputados de Avanza Libertad, Carolina Píparo y José Luis Espert. Luego, a las 12, los representantes de la Sociedad Rural, la Federación Agraria, Coninagro y Confederaciones Rurales se reunirán con integrantes del interbloque Juntos por el Cambio.
En ese marco, los diputados de JXC pidieron este martes a través de una carta enviada a las autoridades de la Cámara de Diputados y del Senado, la conformación urgente de la comisión bicameral de Trámite Legislativo, para analizar los decretos que formalizaron las medidas dispuestas por el Gobierno nacional.

En lo que respecta al precio de la carne, un informe elaborado por el Mercado de Hacienda de Rosario (Rosgan) dio cuenta que los valores del novillo de carne bovina, medidos en moneda constante, son los más altos de los últimos 20 años.

"La oferta de esta categoría sigue siendo escasa y obliga a la industria exportadora a convalidar valores cada vez más altos para cubrir sus requerimientos operativos", indicó el reporte realizado por la analista María Julia Aiassa. (TELAM)

 

En 26 meses, los fideos secos aumentaron 67 puntos porcentuales menos que la inflación general y el del asado, 94 puntos más según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborados mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

La información forma parte del último reporte semanal de la Consultora Sarandí, en base a los relevamientos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborados mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

El contraste entre una inflación que desde diciembre de 2019 hasta febrero último fue del 123,5% con una suba del precio de los fideos secos que en el mismo lapso fue del 56,5% y una del asado que llegó al 217,5%, se da a conocer en medio de las gestiones del área económica del Gobierno para implementar medidas y acuerdos sectoriales que consigan atenuar el alza de precios, que en febrero fue del 4,7%.

En ese sentido, luego del mensaje del Presidente difundido el viernes pasado, se dispuso la suspensión de la rebaja de dos puntos porcentuales en las retenciones a la harina y el aceite de soja y la creación de un Fondo Estabilizador del Trigo, en atención a los aumentos de los precios internacionales de la commodities agrícolas tras la invasión de Rusia en Ucrania.

De diez alimentos básicos seleccionados, la consultora dirigida por el economista Sergio Chouza comprobó que en seis casos los incrementos en los 26 meses transcurridos fueron mayores al promedio general, en tanto los otros cuatro se ubicaron por debajo del 123,5% acumulado desde diciembre de 2019.

La Deuda y la Fuga de dólares

Raúl Dellatorre escribe en Página 12

El stock de deuda externa bruta total con títulos de deuda a valor nominal al 31 de diciembre de 2021 se estimó en US$ 266.740 millones, de acuerdo al informe que publica trimestralmente el Indec de "Balanza de Pagos, posición de inversión internacional y deuda externa". Esta cifra resultó inferior a la del trimestre anterior en poco más de 2200 millones de dólares, lo cual se debió casi enteramente a la cancelación de pasivos con el exterior del sector privado no financiero (principalmente empresas). La cancelación de pasivos como la señalada, más la formación de activos externos del sector privado explica una salida neta de divisas en el trimestre por parte del sector privado que, pese al favorable saldo del comercio exterior, explica en gran medida la caída de las reservas internacionales. En el trimestre octubre a diciembre de 2021, el Banco Central perdió reservas por 3640 millones de dólares.

La balanza de pagos es una fotografía o síntesis de la relación de Argentina con el exterior en materia de divisas. Muestra los flujos de entrada y salida de divisas y el stock de activos (créditos) y pasivos (deuda) con el exterior. No sólo del gobierno, sino también de los residentes en el país con los no residentes.

Al 31 de diciembre de 2021, del total de activos externos propiedad de residentes se estimó en US$ 417.507 millones. Esta cifra, claramente, responde a los activos declarados. Entre éstos, la mayor parte correspondió a moneda y depósitos en divisas por US$ 240.615 millones (el 57,6%). El resto está compuesto por inversiones en el exterior o Activos en Reserva, que incluye a los del Banco Central.

Los pasivos externos, por su parte, totalizaron US$ 295.390 millones. Éstos se explicaron principalmente por préstamos (deudas) o participaciones de capital extranjero o no residentes en Inversión directa en el país. 

La diferencia entre activos y pasivos externos constituye la Posición de inversión internacional neta a valor de mercado, que al 31 de diciembre pasado resultaba acreedora en US$ 122.117 millones.

La estructura de propiedad de los activos y de los pasivos es lo que marca la gran diferencia. Mientras que entre los activos externos el 87,8% corresponde a propietarios privados (entidades financieras el 1,6, Otros sectores el 86,2%), 9,5% corresponde al Banco Central (reservas internacionales) y 2,7% al gobierno general.

En cambio, al analizar la estructura de los Pasivos Externos, se ve verifica que al 31 de diciembre un reparto casi igualitario entre sector privado y sector oficial (50,2 y 49,8%). Y la parte de pasivos del sectror oficial corresponde el 39,6 al gobierno general y el 10,2% al Banco Central (entre los privados, 3,7 a entidades financieras y el 46,5 a Otros sectores). 

 

El stock de deuda externa bruta al cierre del cuarto trimestre, de U$S 266.740 millones, está distribuida de la siguiente forma (en millones de dólares): gobierno general, 160.502; Banco Central, 30.036; sociedades no financieras, 70.488; sociedades financieras, 5.714.

Dentro de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos en el cuarto trimestre, se observa que mientras el superávit del comercio de bienes fue significativamente alto, de U$S 3.627 millones, en el intercambio comercial de servicios se verificó un déficit de 1.308 millones. Este se explica principalmente por el saldo negativo en Transporte (déficit de 758 millones), Viajes (425 millones) y pagos de patentes por el uso de propiedad intelectual (383 millones), que superó largamente el saldo favorable de otros rubros (servicios empresariales, o de telecomunicaciones e informática).

Con respecto a la evolución de la Cuenta Financiera, el informe del Indec da cuenta que en la categoría Otras Inversiones "se registró un egreso neto de capitales de US$ 4.595 millones, US$ 865 millones más que en igual trimestre del año anterior. La formación neta de activos externos en el trimestre bajo análisis fue de US$ 2.716 millones. Las adquisiciones netas de activos financieros se originaron principalmente por la actividad de Otros sectores, cuyo incremento fue US$ 2.278 millones, al tiempo que las Sociedades captadoras de depósitos los aumentaron US$ 348 millones. El Gobierno general también incrementó sus activos externos por US$ 90 millones, mediante aportes de capital a organismos internacionales".

¿Capitalismo social o socialismo de mercado?

La idea de combinar alguna forma de igualdad social con los mercados se remonta a los orígenes mismos de la tradición socialista y también subyace a la mayoría de las propuestas que actualmente se presentan como “alternativas” al orden social capitalista. Sin embargo, tomando como eje la relación orgánica entre la circulación de mercancías y el capital, tal como lo revela Marx, es posible ofrecer una crítica al socialismo de mercado (eligiendo como referencia textual genérica la versión de David Schweickart de la Democracia Económica) para demostrar su inconsistencia como proyecto de emancipación social alternativo al modo de producción capitalista. Y esto por razones de: i) economía: por la ineficiencia del mercado en la asignación, y su tendencia a la polarización social; ii) política: porque los mercados impiden el autogobierno ciudadano y bloquean el libre desarrollo de las capacidades humanas; y iii) ecología: el mercado es incompatible con un metabolismo social sostenible con la naturaleza. La conclusión es que una estructura productiva basada en el mercado es incompatible con la regulación consciente, racional y democrática de la economía.

Este es el resumén del trabajo de Maxi Nieto, Universidad Miguel Herández, Edificio Altamira, Elche, Spain. “Socialismo de mercado: el socialismo imposible”, publicado en “Ciencia y sociedad” Volumen 86 Número 1 Enero 2022

Maxi Nieto. Doctor en Sociología por la Universidad de Alicante. Profesor de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Autor de numerosos artículos y contribuciones en libros sobre economía política, especialmente en teoría del valor, distribución del ingreso y dinámica de la acumulación capitalista.

Política y Derechos Humanos

Emiliano Fessia, Licenciado en Comunicación Social por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba. Docente, en dicha institución, del Seminario “Relaciones Internacionales, Comunicación y Derechos Humanos”. Integrante del proyecto: “Militancias, dictaduras y derechos humanos en la historia reciente de Córdoba”, codirigido por la Dra. Carol Solis y el Prof. Leandro Inchauspe. Escribe “Sentidos de los Derechos Humanos como disputa política”. Este artículo forma parte de la compilación Publicada por Área de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades - UNC Córdoba – Argentina 1º Edición “palimpsesto. Militancias, dictaduras y derechos humanos/Leandro Inchauspe...[et al.]; compilación de Ana Carol Solis; -1a ed. - Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades, 2021. Libro digital, PDF https://ffyh.unc.edu.ar/publicaciones/wp-content/uploads/sites/35/2022/02/Palimpsesto_Final_compress.pdf

En este artículo continuamos reflexiones ya esbozadas1 en torno a la idea de los Derechos Humanos como un discurso político con potencial articulador de diversas luchas, sobre todo aquellas que, desde procesos de reconocimiento y ejercicios de derechos, confrontan la colonización mercantilista de todas las relaciones sociales. Para ello se intenta superar la dicotomía entre derechos individuales-derechos colectivos tal como se presentaban en miradas políticas clásicas. De allí se propone que una mirada integradora de los derechos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales, nos permite pensar a las relaciones Estado-sociedad no sólo en clave de obligaciones negativas para el primero, sino también en su rol insustituible en la configuración de la institucionalidad necesaria para que los derechos se puedan ejercer.


La mercantilización de la vida


En su monumental “Capital e Ideología”, el historiador y economista Thomas Piketty demuestra cómo, desde que se impuso el neoliberalismo a nivel mundial, tanto la desigualdad global entre países como la desigualdad social al interior de los mismos se viene acrecentando continuamente: “El aumento de las desigualdades socioeconómicas observado en la mayoría de los países y las regiones del planeta desde la década de 1980-1990
entre los cambios estructurales más inquietantes a los que el mundo se enfrenta a comienzos del siglo XXI” (Piketty. 2019, p.35). Este modelo socioeconómico está centrado en la generación de valor a partir de los circuitos especulativos financieros y su consecuente concentración de la riqueza, la defensa absoluta de la propiedad privada y la meritocracia economicista cómo única medida de valoración social.

En ese contexto, que Zaffaroni (2015) define como una nueva fase de colonialismo global, Latinoamérica es, a su vez, la región más desigual del mundo, lo cual genera altos niveles de injusticia y violencia social. Para el jurista argentino esto representa un “genocidio por goteo” ya que de los 23 países que a nivel mundial superan anualmente la tasa de 20 homicidios cada 100.000, 19 se encuentran en América del Sur. Más allá de que podamos discutir la provocadora concepción de “genocidio por goteo”, es indudable que la imposición del neoliberalismo, al dejar grandes mayorías en condiciones de sobre vida paupérrimas, conlleva violaciones sistemáticas de derechos para la mayor parte de la población mundial.

Frente a este modelo “que intenta mercantilizar todos los órdenes de la vida de los sujetos” (Stolkiner y Castro, p. 2017), se constituyen diferentes grupos que lo resisten desde posturas reivindicativas de derechos, conformándose así en el “principal antagonismo de esta época”: desde la concepción de la Tierra como sujeto de derechos, pasando por los feminismos y el reconocimiento de diversidades sexuales no binarias, transitando graves conflictos culturales-raciales, hasta las luchas por la construcción de memorias y justicia en torno a delitos de lesa humanidad, el lenguaje de los derechos humanos se está constituyendo en un discurso político que va desde la resistencia a la imposición de esas políticas destructivas del neoliberalismo, hasta a la construcción de alternativas políticas al mismo.

Sentidos de las luchas por los sentidos


Sin embargo, lejos de poseer un sentido unívoco, los derechos humanos, como cualquier discurso político, son citados tanto para justificar la invasión de un país soberano como de las resistencias a dichas invasiones.

Es decir, según cómo se definan los derechos humanos pueden ser, “el discurso del Amo” para justificar sus opresiones y explotaciones, o el “discurso de quienes luchan por su dignidad contras esas opresiones” (Houtondji: 1985)

Justamente es la disputa de sentidos el lugar central de nuestra propuesta político/pedagógica. Sostenemos que la lucha por el sentido de las cosas (y de nuestras acciones respecto a las cosas) es parte vital de cualquier lucha. Esto nos aleja de las visiones que ven lo discursivo como algo “superficial” que no modificaría nuestro ser-en-el-mundo. Para ello, nos acercamos a la propuesta de Ernesto Laclau a la hora de pensar todas las relaciones sociales como significantes, es decir como performadas /performadoras desde y hacia lo discursivo:

"El discurso constituye el terreno primario de constitución de la objetividad como tal. Por discurso no entendemos algo esencialmente restringido a las áreas del habla y la escritura, sino un complejo de elementos en el cual las relaciones juegan un rol constitutivo. Esto significa que esos elementos no son preexistentes al complejo relacional, sino que se constituyen a través de él. Por lo tanto “relación” y “objetividad” son sinónimos.” (Laclau, 2005,p.92.)"

Esta perspectiva nos brinda herramientas para re-unir algo que hace siglos se pretende separar categóricamente: las palabras, los sueños y las ideas, por un lado, y las acciones, por otro. Sólo poniendo en juego cómo vemos-sentimos-proyectamos el mundo, podemos continuamente abocarnos a su transformación, que no es otra cosa que transformar las relaciones sociales, las relaciones con la naturaleza, y obviamente, nuestra propia transformación en la relación consigo mismo. Pensar así la discursividad también nos permite no resignar conceptos que han alimentado muchas luchas (democracia, justicia social, dignidad humana, etc.) postulando que no tienen sentido porque también los utilizan quienes ejercen el poder autoritariamente. Disputar los sentidos es justamente eso: no porque en nombre de la democracia se ejerzan autoritarismos vamos a decir que la democracia no sirve para nada, o que vamos a dejar de luchar por más democratización social.


Sujetxs de praxis

Antes de adentrarnos en algunas reflexiones en torno a los sentidos de los derechos, queremos hacer un “rodeo” teórico en torno a qué decimos cuando decimos seres humanos. 

Rastreando la larga construcción histórica de las concepciones filosóficas, científicas, políticas, etc., que encaran la reflexión de las relaciones humanas separando “individuxs” y “sociedad”, o más complejamente, la construcción de la sociedad como “suma de individuos”, dice Norbert Elías:

"Se pierde de vista el hecho de que conceptos como ‘individuo’ y ‘sociedad’ no se remiten a dos objetos con existencia separada, sino a aspectos distintos, pero inseparables, de los mismos seres humanos” (Elías, 1997, p. 15-16).”

Este autor historiza cómo esa separación “teórica” tuvo su correlato político en la reflexión sobre las identidades sociales, particularmente de las ideas de nación en la construcción de los estados modernos:

“En el desarrollo de todos los sistemas valorativos de estos estados naciones nos encontramos, por un lado, con una corriente que considera al conjunto social, a la nación, como el valor supremo; y, por otro lado, nos encontramos con una corriente que considera que el valor supremo es el ser humano aislado, autónomo, la ‘personalidad cerrada’, el individuo libre (Elías, 1997, p. 31).”


Entonces, si no somos sólo individuxs ni sólo sociedad, tanto la
realización de nuestros sueños como las consecuencias de nuestras acciones forman parte indisoluble de un proceso continuo de crecimiento personal en el marco de relaciones sociales. Al nacer “heredamos” de nuestros antepasados formas de relacionarnos tanto entre seres humanxs como con el contexto natural y cultural del que somos parte. También, a medida que crecemos, recibimos formas de interpretar dichas relaciones que son centrales en la
constitución de nuestra identidad. A dichas “herencias” las vamos modificando durante toda nuestra existencia en relación a cómo queremos que sean las relaciones que deseamos, para nosotrxs y nuestros “herederos”. Qué de lo heredado - de nuestras relaciones, de nuestras formas de ver y hacer el mundo- queremos modificar (y qué no) es parte central de las disputas de nuestro-ser-en-el-mundo.

Sostenemos que esta visión vital entre lo dado y lo por hacer, entre lo uno y lo múltiple, se enfrenta a la vieja distinción de cuerpo y alma, de pensamiento y acción, ya que al vernos-sentirnos-proyectarnos individual/colectivamente, nos estamos poniendo en juego continuamente, nosvolvemos sujetxs activxs, sujetxs de praxis, es decir de acción-reflexión.

Entonces, si no somos meros objetos de acciones que otrxs piensan y diseñan para que nosotrxs ejecutemos, pensar la lucha por los derechos desde la praxis nos permite pensarnos como sujetxs políticxs, es decir de seres que intervienen en la construcción de las reglas sociales que enmarcan nuestras acciones. Así recuperamos el derecho que para Hanna Arendt era el derecho humano básico, no escrito en ningún lado, pero subyacente en todas las construcciones jurídicas que las distintas sociedades han elaborado históricamente: el derecho a tener derechos.1


La política: una actividad que todxs podemos hacer


Ahora bien: ¿Qué decimos cuando hablamos de política, de sujetxs políticamente activxs? Dice Oscar Landi: “La definición de lo que es y de lo que no es político en una sociedad en un momento dado es producto de los conflictos por la hegemonía entre los diferentes sectores sociales (...) la frontera entre lo político y lo no político es histórica y cambiante, según sean los distintos regímenes políticos y sus principios de legitimidad.” (Landi, 1988, p. 202).


 

Siguiendo a este autor podemos decir que hoy nos enfrentamos a una fuerte paradoja: por un lado, cuando muchas veces hablamos de política (y de “lxs políticxs”), nos referimos a una actividad que realizan quienes ocupan o quieren ocupar los lugares instituidos de gobierno social. Sin embargo, por otro lado, el principio constitutivo del “derecho a tener derechos” está basado en concebirnos a todxs como sujetxs políticxs, más allá de si queremos o no ocupar un lugar de gobierno social.

¿Entonces, somos todxs políticxs o sólo son polítixs los que quieren ocupar lugares instituidos de gobierno? Para intentar enfrentar este dilema recuperamos las ideas del filósofo y político italiano Antonio Gramsci:

"Todos los hombres son intelectuales, podríamos decir, pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales. Cuando se distingue entre intelectuales y no intelectuales, en realidad sólo se hace referencia a la inmediata función social de la categoría profesional de los intelectuales (Gramsci: 2018, p. 14)."

Parafraseando la idea, podríamos decir que todxs somos seres políticos, sólo que socialmente sólo algunxs son reconocidos como “políticxs” en relación a su función profesional. Si compartimos lo anterior, podemos decir entonces que nos enfrentamos a una visión socialmente ampliada y a una visión profesionalmente específica de la política. Para intentar ver
qué tipos de relaciones se establecen entre ambas representaciones de la política, a nuestro juicio hay un punto en el que coinciden plenamente:

"Siempre que hablamos de política hablamos de poder. Poder entendido como “las estrategias mediante las cuales los individuos tratan de conducir, de determinar, las conductas de los otros” (Foucault, 1996, p. 121)."

Pero, ¿poder para qué? Siempre hay un para qué detrás de las luchas de poder, se enuncie explícitamente o no. La respuesta a esta pregunta es, a nuestro juicio, parte constitutiva de lo político y en la diversidad de respuestas a la misma encontramos las diferencias político-ideológicas de la forma en la que se proyectan cómo deberían ser las relaciones entre los seres humanos y sus contextos culturales y naturales.3

 
Si pensamos que sólo se pueden “hacer estrategias” desde los lugares instituidos de gobierno público, es decir que el poder sólo “reside” en esos lugares, hacer política sólo sería la actividad que realizan quienes ocupan (o quieren ocupar) los mismos. Esta sería lo que arriba definimos como “visión específica” de la política. Esta especificidad define, como vimos con Landi, cuáles son las fronteras (móviles) que delimitan el campo político dentro de lo social. En palabras de Pierre Bourdieu:
 

"Se puede describir la política por analogía con un fenómeno de mercado: un cuerpo de profesionales de la política, que se define como detentador del monopolio de hecho de la producción de discursos reconocidos como políticos, produce un conjunto de discursos que ofrece a personas que poseen un gusto político, es decir, una capacidad muy variable para discernir entre los discursos que se les ofrecen. Estos discursos serán recibidos, comprendidos (...) en función de una competencia, de un sistema de clasificación cuya agudeza y capacidad de diferenciación variarán en función de las variables que define la competencia social” (Bourdieu,1990, p. 260).


Pero si pensamos que, “el poder no es una propiedad, no es una potencia, no es sino una relación que se puede, que se debe estudiar sólo a través de los términos entre los que opera” (Foucault, 1995, p.178),


Sentidos de los Derechos Humanos como disputa política

Entonces ejercemos poder en todas las relaciones humanas al nombrar, señalar, construir, destruir, amar u odiar. Ahora bien, si en todas las relaciones humanas fluye poder: ¿Todo es político? ¿Cuáles son las otras dimensiones humanas y cómo se distinguen de la política? Es cierto que el poder circula en una relación educativa, en una relación amorosa, en una relación lúdica, pero las mismas no necesariamente se plantean como una disputa de poder: si así lo hicieran pasarían a ser en parte –o totalmente- políticas. Desde aquí se definiría la política como aquella actividad en la que se asume intencionalmente una lucha de poder entendida como una estrategia para modificar diferentes relaciones: entre los agentes sociales, entre éstos y la naturaleza, y de unx consigo mismx.


Desde este lugar, es donde retomamos lo que antes llamamos “sentido amplio” de comprender la política. Esto nos permite re-pensar que muchas estrategias para determinar las acciones de otros, definidas comúnmente como “no-políticas” (sea que se llamen “sociales”, “culturales” o “económicas”) se pueden redefinir en términos de luchas de poder, es decir en términos políticos. Uno de los ejemplos más claros y profundos en este sentido son las luchas de género que proponen partir desde lo más íntimo, como las relaciones familiares, para hacerlo un ámbito de debate (y combate) político. Pero también nos permite repensar como luchas políticas las “negociaciones” hacen los grupos empresariales o sindicales por la puja de la riqueza producida socialmente, o la disputa de unx maestrx cuando discute qué dar en su clase y cómo hacerlo.

En resumen, la visión amplia de la política nos permite ampliar el campo de la lucha por los derechos mucho más allá del combate por acceder al gobierno de las instituciones estatales. Con todo, con la ampliación del término política, de ninguna manera queremos decir que hay que eliminar el punto de vista “específico” ya que, como veremos más abajo, disputar el sentido de las políticas que se imprimen desde las instituciones estatales es estratégico y fundamental en la lucha por el reconocimiento y la vigencia de los derechos.

Los derechos humanos como un discurso político

Retomando lo que desarrollamos en torno a los conceptos de discurso y política, la propuesta es pensar los derechos humanos como un discurso político. Para ello, siguiendo con lo expuesto respecto del homo clausus, en primer lugar hay que superar otra dicotomía: la de derechos individuales-derechos sociales: la escisión liberal entre derechos individuales y orden social desvincula la tesis de que los Derechos Humanos son un elemento constitutivo de la política y que, por consiguiente, la violación de los Derechos Humanos es una agresión a la sociedad” (Lechner 1986: 93). Para superar esta dicotomía, el politólogo chileno propone pensar los derechos humanos desde una doble dimensión: “En resumen creo que no logramos una interpretación adecuada de los derechos humanos si no contemplamos su doble dimensión: normas constitucionales y referente trascendente” (1986, p. 99.) 

Por un lado, el referente trascendente, la dimensión utópica de los derechos humanos como “una comunidad de hombres libres”, se constituye un horizonte de sentido que permite valorar el presente: “Entiendo por utopía una imagen de plenitud con referencia a la cual delimitamos lo real.

Es pues un referente constitutivo de la realidad social y simultáneamente exterior a ella. (...) En tanto utopía no factible, los derechos humanos orientan la construcción del orden social sin llegar nunca a ser “realizados” y operando por lo tanto siempre como criterio de crítica frente a todo orden institucionalizado” (1986, p. 101).

Por otro lado, los derechos humanos como normas jurídicas del derecho internacional público, nos permiten establecer las estrategias de lucha política en el marco de los Estados Sociales de Derecho para confrontar el discurso antiestatista del neoliberalismo. En tanto normas supranacionales, los Estados que las han suscrito y ratificado las deben respetar y cumplir, ya que los derechos humanos centralmente son la defensa y protección de lxs ciudadanxs (considerados tanto individual como colectivamente) frente a los poderes del Estado. Es decir, si es la organización política de una sociedad la que produce un sistema que viola sistemáticamente los derechos humanos, y si quienes ocupan instituciones del Estado lejos de buscar revertir dicho sistema lo profundizan, lxs ciudadanxs están protegidxs a nivel internacional.

Atando este punto con lo que decíamos antes de la política, es entonces la disputa sobre la orientación de las políticas estatales donde se cristaliza el orden social a través de lo que está o no permitido en una sociedad, o dicho políticamente, es el lugar donde se juegan y cristalizan las disputas de poder, las relaciones de fuerza concretas, construidas históricamente.

Así, el Estado, con su ordenamiento jurídico-político, es el lugar de lucha política para la consecución de los Derechos Humanos, ya que hace a las normas sociales construidas históricamente –mediante las relaciones sociales de luchas políticas: económicas, de género, culturales, etc., todas de poder. Pero también hace intrínsecamente a la proyección social que hacemos de cómo nos gustaría que fuera el mundo en el que queremos vivir.

Es decir, a las nociones de Justicia que “soñamos” se concreten, y por las cuales somos y hacemos en el mundo.

Este punto es central porque muchas veces se toma a la lucha por el castigo a la violación sistemática de los derechos humanos, tanto en el pasado, como en el presente, como una lucha “social”, “apolítica”. Pero también es central porque nos lleva a considerar la importancia de luchar por cambiar las leyes, por crear nuevas, y porque las mismas se cumplan efectivamente a través de políticas públicas democratizadoras. Una lucha continua e infinita.


Una visión integral


Ahora nos adentramos en otro punto: ¿cuál es el lugar del Estado en las luchas por los derechos humanos? Supongamos que hay un asesinato de una persona a otra. Para juzgar esa acción prohibida está el código penal porque es obligación del Estado impartir justicia. Ahora bien, si al hecho delictivo lo comete un agente estatal, cuyo deber es proteger a las personas e intentar que se respeten las leyes, es decir, si a la ley la viola quien debiera hacerla respetar, la protección de unx ciudadanx frente a dicha arbitrariedad y abuso de poder, está garantizada por la carta Internacional de los Derechos Humanos4.


Este es un aspecto central de los derechos humanos, en tanto normas jurídicas: proteger a lxs ciudadanxs frente al ejercicio arbitrario, abusivo y pretendidamente omnipotente de los poderes públicos. Este principio se cristalizó históricamente en lo que se conoce como derechos civiles y políticos. A este logro histórico se sumó la lucha social que enfrentó aquella concepción de homo clausus y puso el foco en las condiciones sociales que generan las relaciones de dominación y explotación. Esto dio por fruto otra serie de Derechos Humanos: los llamados económicos, sociales y culturales. En los mismos se busca que los estados tengan la obligación de emprender políticas que generen las condiciones para que todos podamos ejercer dichos derechos.

Como bien lo dice Liliana López Lopera: “Si entendemos que los derechos económicos sociales y culturales son aquella parte de los derechos humanos que nombra las condiciones mínimas que todo ser humanos necesita para desarrollarse como un sujeto libre y para ejercer sus derechos políticos, entonces tendríamos que reconocer, contrariando al liberalismo clásico, que el ejercicio de los derechos políticos e individuales sólo es posible si se garantizan las condiciones favorables para ello, es decir si se postula un estado con un margen importante de intervención, regulación y conducción política sobre la sociedad y el mercado” (2001, p. 106).


Lo anterior, sumado a lo que decíamos de la política, nos lleva a pensar la lucha por los Derechos Humanos, en un doble sentido en la relación de lxs ciudadanxs con el Estado: por un lado, como exigencia de no intervención de los poderes públicos en muchas de las decisiones vitales de lxs sujetxs, es decir, como libertades de las personas frente al ordenamiento jurídico social imperante; pero por otro, como obligaciones positivas, como exigencia de intervención para garantizar las condiciones básicas para desarrollar un Estado realmente democrático.


Como lo dice López Lopera: “en primer lugar se debe señalar que los derechos civiles e individuales colocan límites al poder soberano, es decir este tipo de derechos se estructuran bajo la forma de expectativas negativas e imponen al poder político deberes de no hacer, prohibiciones. En segundo lugar, se debe tener presente que los derechos sociales y económicos convierten al Estado en una instancia positiva encargada de satisfacer demandas de bienestar y dignidad humana, es decir, este tipo de derechos se estructuran bajo la forma de expectativas positivas e imponen deberes de hacer, obligaciones, al poder político” (2001, p.108).


Obviamente, este doble sentido de relacionamiento frente al Estado vuelve central el conocimiento de las leyes que ordenan la vida social. Así podemos recuperar el sentido importantísimo de haber logrado la consagración de los derechos humanos en una declaración, la realización de los pactos internacionales, la inclusión de los mismos en nuestra Constitución Nacional. Que un ordenamiento político se aleje de los preceptos de dichas normativas no vuelve insignificantes a las mismas, sino todo lo contrario: nos demuestra cuán alejados estamos de su efectivo cumplimiento. 

Es decir, desde esta concepción integral de los derechos humanos, las relaciones sociales no pueden quedar subordinadas a la “lógica del mercado”. En este sentido el discurso de los derechos humanos vistos en su plenitud va en contra del neoliberalismo.


Una agenda vital y abierta


En este sentido, y dentro de lo que llamamos “visión integral de los derechos humanos”, van surgiendo nuevas formas de luchas que hacen del centro de las mismas las cuestiones de identidades culturales. Como dice Boaventura de Sousa Santos:

"las luchas del período del capitalismo desorganizado han venido a incidir, fundamentalmente, en la dimensión simbólico-cultural de las desigualdades, es decir, en el terreno de la alienación. El valor democrático dominante tras las luchas sociales por los derechos humanos fue, en el primer periodo, la libertad; en el segundo, la igualdad, y en el tercero la autonomía y la subjetividad (...) El tercer periodo es complejo. En él se ha puesto en cuestión a los derechos sociales y económicos pero, por otro lado, se viene luchando por lo que podría considerarse la tercera generación de los Derechos Humanos, es decir, derechos culturales y post-materialistas, que anuncian modos alternativos de vida (ecológicos, pacifistas, antirracistas, antinucleares)” (Boaventura De Sousa, 2001, p. 171)."


Con esta inclusión sólo queremos destacar que lejos de una sola clave de sentido, los derechos humanos nos permiten pensar articulaciones de luchas que si se mantienen aisladas unas de otras no podrán construir una alternativa contrahegemónica a un modelo social que nos está llevando a la extinción.


Si nosotrxs mismxs no somos sujetxs activxs de la transformación social, de nuestra transformación, con un sentido de justicia profundo, hablar de derechos sólo será, en el mejor de los casos, un “discurso bonito” alejado de nuestras posibilidades de modificación de nuestra existencia.


Para concluir estos apuntes, no pretendemos que los mismos sean pensados estáticamente sin contrastarlos con la realidad cotidiana que cada quien enfrenta diariamente. Esto implica, por ejemplo, que a la hora de encarar un proceso pedagógico en torno a los procesos de enseñanza-aprendizaje de los derechos humanos, la didáctica no sólo se refiera a exponer un catálogo de los derechos declarados –la declaración universal, los pactos existentes, su inclusión en nuestra Constitución Nacional- sino a poner en relación dichas construcciones jurídico-políticas con nuestras vivencias. Como decía Paulo Freire, lxs educadorxs y lxs educandxs no sólo aprendemos con lo que decimos, sino que aprendemos, principalmente, cuando compartimos las vivencias, las luchas y, sobre todo, las dudas y las certezas, las incertidumbres y los sueños que tenemos en nuestro vivir. Es decir, la tarea por hacer es, a la vez, enormemente desafiante y enormemente esperanzadora. ¿No es, acaso, esta una manera digna de vivir nuestras vidas y enfrentar nuestras muertes?

La instrumentalización de la política y sus consecuencias

Jorge Alemán, Psicoanalista y escritor. Autor de varios libros, entre ellos Capitalismo: Crimen perfecto o Emancipación y Pandemónium: Notas sobre el desastre. En página 12.

La diferencia entre Ideología y Política

La diferencia entre Idología y Política no es una diferencia absoluta, son realidades que se contaminan, se recubren, mantienen entre sí conexiones difíciles de desentrañar.Y, a su vez, siempre es importante distinguir sus respectivos dominios.

La Ideología constituye un sistema estable e imaginario que intenta una representación de la realidad. Decimos " intenta" porque no hay Ideología que por perfecta y esclarecida que sea su trama, siempre se encuentran en ella elementos que la distorsionan.

La Ideología necesita de esa distorsión inconsciente para que sea estable en nuestra explicación del mundo. También le otorga su estabilidad, la inercia que las representaciones ideológicas mantienen a lo largo de una vida .


En cambio, la ideología nunca es una mera traducción de la política. La política posee una relativa autonomía, atravesada por contingencias, coyunturas, relaciones de fuerza, situaciones inesperadas y todo aquello que el genio de Maquiavelo, verdadero fundador del concepto de " autonomía de lo político", designó con el término Fortuna. La Fortuna es azar imprevisible, es desborde, es transformación súbita y aleatoria de la realidad.

En este sentido siempre hay una imposibilidad de recubrir enteramente la estabilidad de la Ideología con la contingencia de la Política.

Además, si bien se puede apreciar a la Ideología por sus consecuencias, esto en la Política se extrema: un proyecto político es siempre dependiente de sus resultados, de la duración del proyecto político y de sus posibles efectos transformadores o la clausura de los mismos.

Por ello, en diversas situaciones históricas podemos sentirnos identificados a una Ideología por sus cualidades de izquierda y sin embargo observar que la instrumentación política de esa Ideología beneficiará objetivamente a la derecha.Y viceversa, las derechas olvidan en su ejercicio del poder que la sociedad se encuentra atravesada por nuevas sensibilidades ideológicas emergentes en el juego de los vínculos sociales.

Los diferentes debates ideológicos - políticos de este dilema le otorgan su carácter dramático a esas encrucijadas donde se tensan fidelidades ideológicas con decisiones políticas drásticas. Es la prueba definitiva de que nunca somos Uno, ni siquiera en la vida social. En más de una ocasión histórica, una ideología "anticapitalista" es lo que le permite a la peor de las derechas instalar un fortalecimiento de su posición.

A su vez, en muchas ocasiones, un proyecto político que poseía en inicio una clara vocación transformadora finaliza enredado en una telaraña política que borra las aristas ideológicas que lo han constituido

El único modo de jugar a la coincidencia entre Ideología y Política es no participar en la política de la representación y ni siquiera en los debates públicos. Este suele ser el destino de muchos filósofos europeos en la comodidad de sus academias.

Una Ideología que se imagina que la Política es mera traducción de sus contenidos olvida que la política tiene su propio arte y sus reglas.

Una Política que se olvida de la ideología que la inspiró tarde o temprano desemboca en una pura relación cínica con el Poder.

Día de la memoria

A poco de conmemorarse el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, la vicepresidenta Cristina Kirchner visitó la sede de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo y se reunió con Hebe de Bonafini, Rosa de Camarotti, Visitación de Loyola y Carmen Arias. “Fue un encuentro muy fructífero”, relataron desde Madres.

En vísperas de un nuevo 24 de marzo, la vicepresidenta @CFKArgentina se reunió con Hebe de Bonafini, Rosa de Camarotti, Visitación de Loyola y Carmen Arias. El encuentro tuvo lugar en la sede de la Asociación”, reza el mensaje publicado por la cuenta Prensa Madres, junto a una foto de la reunión.

Y detalla: “El encuentro fue muy fructífero, hablaron mucho y la vicepresidenta con el afecto que la caracteriza saludó a todo el personal de la Casa de la Madres”.

Al despedirse, Hebe y Cristina estaban muy emocionadas”, cerró el escrito.

Este jueves 24 de marzo, se cumplirán 46 años del último golpe de Estado cívico-militar, y en conmemoración está prevista una marcha a Plaza de Mayo, y en todas las plazas del país, a partir de las 14.

La convocatoria fue lanzada por distintos organismos y referentes de Derechos Humanos que llamaron a los argentinos y argentinas a acompañar "con las banderas bien en alto de 'Memoria, Verdad y Justicia'".

Tiempos de entreveros

En esto de compartir lecturas, reflexiones, análisis, conocimiento y pensamientos respecto de la realidad y hacerlo por medio de la escritura como una forma dentro de muchas que permiten al lenguaje humano el desarrollo de este arte, y dado que, la realidad histórica nos confronta con el hecho de que nuestra escritura es predominantemente un “implante” producido por las invasiones coloniales europeas en estas tierras y porque después de mucho tiempo, nuestros ancestros vinieron de otros lares a asentarse en estas nuevas sociedades que ofrecían oportunidades de las que Europa comenzaba a carecer, sin embargo, supimos y saber hacer de lo ajeno lo propio. Apropiarnos de lo que nos es impuesto y recrearlo es una forma de liberarse del peso de aquello, pero al mismo tiempo crearlo propio y nuevo hacia delante. Esto también es parte de la historia que, pensada de los modos lineales en los que solemos pensar, esta destinada a esos espacios de “lo que ya fue”, lo que paso y ya no es parte del presente. En la historia convivieron sus propios pasados, presentes y futuros.

De allí la idea del “entrevero”. En esta parte del universo. En esta América … latina … cono sur en los mapas diseñados por el norte, hemos sabido en los lenguajes, nombrar lo nuestro.

Entrevero es una palabra utilizada en esta parte del continente. Define aquello que se mezcla desordenadamente y definía la mezcla de las caballerías en combates. 

 

Para el que nunca lo vió, el entrevero de tropillas es uno de los espectáculos más lindos que puede haber referente al mundo del caballo.
En parte porque no implica sufrimiento del animal, porque están libres, y en parte por su belleza natural, que al estar todos juntos se potencia.
El entrevero es cuando se mezclan tropillas de distintas especies, mas luego se vuelven a juntar. La mezcla de colores, la polvareda y el sonido del cencerro de lejos, hacen que sea un momento mágico.

¿Pero cómo se hace una tropilla? (por Martin Hardoy, Propietario y creador de la empresa Martín Hardoy -Todo por los Caballos,
oriundo de los pagos de San Antonio de Areco )

1- Se eligen los caballos machos castrados lo mas parejos posible de tipo y color o pelaje. Las tropillas siempre son de caballos machos con una yegua. El gaucho no anda en yegua y entonces no hace tropillas con yeguas aunque si quisiera podría.

2-Se elige una yegua a la que se llama “Madrina” y se le coloca un cencerro. La yegua debe ser bien mansa pero al mismo tiempo tendrá que tener carácter. El ideal son aquellas yeguas que dentro de los grupos de potrancas o yeguas corren delante. La yegua puede ser o no del mismo pelaje que los caballos. El sonido del cencerro nunca es igual de otro. Esto es bien importante pues cada caballo ha de seguir a ese sonido de día y por las noches o a su madrina. La yegua tiene el cencerro puesto siempre. El tropillero no anda la yegua madrina.

3-Muchas tropillas también tienen un caballo de un color diferente al que llaman “el lunar”. En realidad se usa el lunar para diferenciar una tropilla cuando se mezclan todos los animales y aparecen tropillas de idéntico pelo y tipo de animales. Es una forma mas de diferenciar el grupo y un lujo mas en la tropilla.

Entre tropillas y símbolos, el termino comenzó a generalizarse para denominar las trifulcas callejeras, y los varones que se mezclaban a punta de cuchillo en las milongas...Casi siempre por el corazón repartido de alguna dama.

La idea de mezcla desordenada, embarullada o de las disputas que surgen sin orden o sujeto a alguna forma conocida me lleva a pensarla como palabra para designar una de las sensaciones que produce la realidad actual al ser pensada y analizada desde cualquier posición pretendida como Nacional y popular.

Pero al mismo tiempo, da lugar al acto creativo, no solo de la creación de un término o vocablo puesto en letras en una escritura definida por formas venidas de fuera, pero apropiadas y que en su transformación comienzan a nombrar lo propio.

De esto da cuenta las ilustraciónes que brindan belleza a este texto, obras del artista argentino Luis Felipe Noé, que actualmente se exhiben en MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo y Museo de la Inmigración - Sede Hotel de Inmigrantes Dirección : Av. Antártida Argentina S/N (entre Dirección Nacional de Migraciones y Buquebus) Ciudad : Buenos Aires Argentina.

Inaugurada el 6 de noviembre de 2021 se puede visitar en lo que resta del mes de marzo, de martes a domingo de 11 a 18h con reserva previa desde la App Museum View MUNTREF o vía mail a través de visitasmuntref@untref.edu.ar

Caos es la “ausencia de todo orden conocido como tal”, es una “estructura compleja de unidades diferentes e independientes entre sí”: “asumir el caos es asumir ese orden al que nos negamos en defensa de uno anterior”. Hasta aquí citas del texto de Noé de 1965, hilos de texto que recorren su obra a la vez que le dan vitalidad y la recrean día a día a partir del sentido crítico que la noción de caos instala sobre la realidad y, por ende, sobre la práctica artística en sí misma.

Entreveros, la enorme instalación de 2017, condensa su visión de un mundo en permanente cambio. Una tensión dinámica gobierna la indómita estructura centrífuga de la obra. El encuentro de planos, los vacíos que integran espacios y los espejos aportan imágenes de fuera de la obra, así como al paisaje humano que recorre el entorno de este volumen abierto, quebrado, inestable. La visión fragmentada que organiza la obra -casi por definición- encuentra, sin embargo, en el ritmo de formas verticales y diagonales que construyen ángulos variados la invitación a una lectura articulada que se expande creativamente a través del color que parece saltar de un sitio a otro haciendo vibrar la estructura y, con ella, el espacio que la obra define. Los espejos contribuyen a expandir el caos e incluir al espectador en él indefectiblemente. Obstinadamente Noé invita a habitar el caos, a encontrarse en él y a disfrutar de su fuerza expansiva, de su potencia creadora, en fin de su incerteza y con ella la posibilidad de explorar otros caminos.”, explica la curadora de la muestra Diana B. Wechsler.5

En medio de una realidad entreverada, distinguir la belleza de lo propio es comenzar a ordenar de nuevo, pero mejor.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

1Este artículo continúa algunas reflexiones esbozadas en: “Algunos puntos para trabajar por
los Derechos Humanos” en: AAVV (2009)

2 Citada en Norbert Lechner (1986)

3No tomamos ideología en el sentido que proponía cierta dogmática positivista marxiana que la entendía como “falsedad que encubre la “verdad”, sino en un sentido más gramsciano,
es decir como “forma de ver el mundo”. A nuestro entender, nos acercamos a la definición
que brinda Thomas Piketty de ideología: “conjunto de ideas y de discursos a priori plausibles
y que tienen la finalidad de describir el modo en que debiera estructurarse una sociedad,
tanto es su dimensión social como económica y política.” (Piketty 2019:14)

44 Este es un punto clave para refutar un sentido muy difundido socialmente (generalmente por quienes históricamente han defendido la impunidad para quienes cometieron delitos de
lesa humanidad) sobre la idea/noción de que “se defienden los derechos humanos de unxs y no de otrxs”. Esta posición o es hecha desde la ignorancia más supina o es directamente reproducida de mala fe. Y esto es así porque, para los hechos delictivos entre ciudadanxs (de cualquier orden: penal, civil, familiar) los Estados, en tanto instituciones soberanas, dictan normas jurídicas que regulan dichas situaciones, marcando límites entre lo que se puede o no hacer.

5 Diana B. Wechsler en https://bienalsur.org/es/single_agenda/376

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