Categorías mentales e información

Un tal Pablo

El escritor argentino Enrique Medina, escribe en la contratapa de Página12, un relato sobre Henry Charles Bukowski, colega de letras, escritor de relatos, novelista y poeta estadounidense nacido en Alemania. Fallecido el 9 de marzo de 1994, y considerado como un «poeta maldito», debido a su excesivo alcoholismo, pobreza y bohemia.

Un tal Pablo, estudiante de una sureña universidad, hace algún tiempo me formuló algunas preguntas por mail sobre el tema que estaban estudiando: “Bukowski, realismo sucio”. A pesar de estar yo muy complicado con problemas de salud que a Pami le importa tres pitos solucionarme, me hice espacio y le respondí prolijamente, pero, como no he recibido respuesta, temiendo que mi texto haya caído en la carpeta “spam” del destinatario, lo divulgo para no quedar como un maleducado.

En la revista “Quehacer Nacional”, del mítico editor Peña Lillio (al que todavía se le debe un homenaje, una calle o placita al menos), escribí sobre el norteamericano. Piglia me dijo que ese era el primer texto publicado sobre Bukowski en el país. Luego lo integré en mi libro "Colisiones". Importa decir que, además del Bukowski bizarro, que, con justa razón se admira, hay otro que a muchos se les escapa, y a mí me cautiva. Y es el escritor íntimo, tierno, que se encuentra en esa magistral página en la que le agradece a sus piernas llevarlo de un lado a otro; o cuando sus fanáticos le escriben contentos por el asesinato de Kennedy y él los rechaza y defiende el sistema democrático; o cuando recuerda lleno de felicidad la primera vez que vio un texto suyo publicado en una revista.

El tan estudiado “realismo sucio”, si lo confrontamos con la gente que hoy vive en nuestras calles (algo que descubrí en los ´60 viajando desde Bolivia a México, y también en el “Bowery” de Nueva York, pensando que nunca apreciaría esa situación en nuestro país), empalidece de manera brutal. También está el Bukowski gran lector que garabateó con razón que “Miller es bueno cuando es bueno y viceversa”. Y más aún, cuando leyendo echado en el sofá, le grita a su mujer: “Linda, ¿le traerías una cerveza al escritor número dos del mundo?”, y ella le responde: “¿No era que ayer eras el número uno?”, y él remata: “Es que acabo de leer a Céline”… Esta línea es la franca explicación de lo que se debe entender como trasmisión generacional en el arte, ninguneando el “espontaneísmo” inventado. Todo es una continuidad. Causa y efecto.

El “realismo sucio” no es propio, es consecuencia de la generación beat de Jack Kerouac, Ferlinghetti, Ginsberg, Burroughs, Fante. Todos ellos vienen de dos enormes escritores que jamás se trataron y apenas si se miraban de reojo: Ernest Hemingway y Henry Miller. Éste, al que Bukowski se refería con dudas, solo, desesperado y hambriento en París, escribía influenciado por Dostoievski, y los editores le rechazaban sus originales porque le decían que sólo plagiaba al ruso. Una noche un agente literario, cansado de soportarlo, le cuenta a Miller que entregará un original de otro autor nuevo a un editor llamado Denoel y que él, el agente literario, lo había leído con pasión: “si querés echale una mirada”, le dice a Miller. Éste acepta y le promete devolverle el original al otro día en la puerta de la editorial. Miller cumple su promesa y escribe: “Estoy viviendo en la Villa Borghese”. Esta es la primera línea de su genial “Trópico de cáncer”; luego seguirían miles de páginas y su portentosa trilogía: “Sexus, Plexus, Nexus”.

El original que el agente literario le había prestado a Miller era “Viaje al fin de la noche”, cuyo autor es Louis-Ferdinand Céline. Céline, saludado por Bukowski como su superior, a su vez amaba a Emile Zola, a quien homenajeó en su centenario con un texto palpitante ante su tumba. El mismo respeto expone Hemingway, luego de recibir el premio Nobel; va a visitar a su amigo el español Pío Baroja, en su cama de enfermo, y le dedica el premio porque Baroja se lo merece más que él, que sólo es un aventurero de la literatura, dice. Lo mismo pasó con Isaac Bashevis Singer cuando recibió su Nobel y se lo dedicó a Henry Miller; lo que también hizo García Márquez honrando a Borges. Con seguridad, hay que decir que es del genial Hemingway y su relevante cuento “Los asesinos” (que da pie a la famosa teoría del “iceberg”) de donde surge la generación “beat”, y todos los realismos y naturalismos y minimalismos, y pulp-fiction, sucios, limpios y desteñidos que se puedan catalogar. De ese cuento de Hemingway, publicado en 1927, nacen todos los “ismos”. Hemingway amaba a Mark Twain, de quien otro enorme escritor, Norman Mailer, dijo que, cuando Twain publicó “Las aventuras de Huckleberry Finn” dio nacimiento a la literatura norteamericana. Tal como Homero a la universal. Éste genera a Virgilio, y éste a Dante. Y no creo que haya más “realismo sucio” que el que hay en “El Infierno”.

Siguiendo con Bukowski, no le perdono su brulote a William Shakespeare, ahí metió la pata hasta el fondo del inodoro. Hay un Sinatra y también un Gardel. Borges amaba a Lugones. Cuando releo la dedicatoria casi que lagrimeo. Lugones amaba a José Hernández y el “Martín Fierro”. Y es así como va enhebrándose el arte. Cortázar viene de Marechal y este de Juan Filloy. Ernesto Sábato amaba a Martínez Estrada y éste a Horacio Quiroga. Yo siempre lo quise a Bernardo Kordon, que amaba a Arlt, y Arlt amaba a los rusos. Me formé con “malditos” como Eduardo Gutiérrez, Barón Biza, Martel, Hugo Wast, Almafuerte; y con ellos incluyo a todo el arco argentino que parte desde “El matadero” de Echeverría y “Amalia” de José Mármol, pasando por Alfonsina, Mallea, Victoria Ocampo, Di Benedetto, y muchos más, y también algún casi desconocido u olvidado como Víctor Juan Guillot, a quien se puede leer hoy con la idéntica frescura de cuando escribió sus cuentos de terror.

Ese pasado intenso es el que hoy rescatan los nuevos creadores como Leonardo Oyola, Álvaro Praino y su maravillosa novela “Zánganos”, Claudia Piñeiro, Matías Carnevale, Carlos Marcos, Gustavo Nielsen, Alejandra Tenaglia y su “Viaje al principio del día”, Darío Lavia, Juan Carlos Virgilio, Ignacio Camdessus, Fabián Viqué, José María Marcos; los poetas Alfredo Vento y su libro “Elogios al dietario de una peatona titilante”, Leandro Alva, Ricardo Morelli y sus “Octavas obscenas”, Martina Nimcowicz… También mi tocaya Valeria Medina, Carlos Crosa y su novela “Desempate”, Juan Borges, Ramón Minieri, Carlos Dariel, y tantos más… Todos ellos, a pesar de que nuestro país hoy es apenas una media nuez naufragando en un mar rabioso, no se arredran y continúan enriqueciendo nuestra literatura, sin preocuparse por los “ismos” … En fin, va un cordial saludo, querido Pablo.

Las malditas necesarias categorías

Todo lo racionalmente humano se funda en su capacidad consciente de separar “lo propio” (interior) de lo “ajeno” (Por fuera, exterior) y de esa misma capacidad aplicada a distinguir en ambas dimensiones, tantas categorías y distinciones como sean posibles y volver a agruparlas en generalizaciónes que nunca explican objetivamente nada, sino simplemente el punto de vista particular, la singularidad de quién, métodicamente o de modos caóticos e incoherentes o repetitivos de otras coherencias o incoherencias, algunas similitudes en esas distinciones pasibles de ser comprendidas por varios como ciertas.

Mas bien por hábito y falta de rigurosidad y voluntad respecto a la única libertad posible que es la que se ejerce sobre la propia voluntad y las propias decisiones frente a todo condicionante producido por lo externo y por las propias luchas que se dan al interior de cada quién y que define personalidades y conductas, formas de pensar y direcciones de vida, resulta mas intuitivo y facil, casi “natural”, aplicar esos “ismos” en el pensamiento propio a todo afuera en lugar de, teniendo como referencia el afuera, hacerlo con lo propio para definir y decidir respecto de las relaciones que decidamos constituir con cada aspecto distinguible de ese “exterior”, de esos “otros” (Personas, naturaleza o creaciones humanas) con las que establecemos diferentes dimensiones de relaciones y de formas de percibir y externalizar lo propio en ello.

Producimos así las llamadas “Categorías mentales”. Las categorías mentales son esos “arreglos” con los cuales cada quién clasifica su experiencia para representarlos en la mente. El humano produce el pensamiento siguiendo los arreglos de las categorías mentales. Es por esta razón que el pensamiento es una deformación de la realidad. También está condicionado por el inconsciente que para Lacan es el conjunto de deseos no satisfechos. Esos “ismos” están impregnados tanto de la posibilidad de distinguir como de la incapacidad de separar esas distinciones de nuestros deseos. He aquí el porque de la “negación casi intuitiva” por evitar pensar nuestras formas de pensar y distinguir allí nuestras propias incoherencias, equivocaciones y dificultades que nos producen las falsas percepciones y las mentidas respuestas que nos damos frente a lo que no quremos y se produce o a lo que queremos y no es posible en la realidad.

Los relatos son la fenomenología de esas categorias mentales desparramadas en la estructura del lenguaje que nos es, al mismo tiempo que “enseñado”, “aprehendido” y devuelto al exterior. Es decir que recibimos lo que nos muestran o nos es dado, lo apropiamos y tomamos como propio y lo devolvemos distinto por acción de la singularidad de lo propio a ese exterior común del cúal lo hemos recibido.

El problema de las relaciones lengua-pensamiento, y más en concreto, el problema de las estructuras mentales de los sujetos hablantes, tiene hoy su más extendida expresión en el llamado problema de la cognición humana. El problema de la cognición, que también ha sido llamado problema de la intelección, es un problema largamente debatido en la historia del pensamiento. Se ha estudiado desde distintas perspectivas, y desde distintos campos. El problema como tal, que hoy estudiamos en la lingüística, la filosofía y en algunas disciplinas experimentales, no es más que el problema del conocimiento, problema que fue planteado en la filosofía, y que se viene estudiando desde distintos supuestos desde Descartes a nuestros días. Dada la complejidad del mismo, cabe señalar en él el estudio filosófico y el estudio lingüístico del mismo, como dos facetas del mismo problema. Desde la filosofía el lenguaje y la influencia o determinación que ejerce sobre el conocimiento humano ha sido tratado por distintos pensadores antes del siglo XX, tales como Wilhelm von Humboldt con la llamada hermenéutica trascendental y comprobación empírica (Di Cesare, 1999), o Cassirer. Pero es en el siglo XX cuando el lenguaje toma importancia primordial en el estudio de pensadores del problema del conocimiento. La filosofía del siglo XX se caracteriza por su interés por el análisis del lenguaje como centro de todas las manifestaciones del conocimiento. Señalemos en este aspecto a Bertrand Russell, Wittgenstein, Austin, Husserl y Merleau-Ponty, quienes han hecho distintas formulaciones del problema desde el campo de la filosofía, la ciencia a priori, en lo que se conoce hoy como la filosofía del lenguaje.

Desde el campo de la lingüística el problema es un problema original, puesto que se desgaja directamente del problema primero de todo estudio sobre el lenguaje, el problema de la competencia lingüística. En este sentido, el estudio de las categorías del pensamiento no es más que el estudio de la naturaleza, extensión, contenidos y configuración de la competencia lingüística. Así es entendido el problema por los grandes pensadores de la lingüística del siglo XX, de los que a modo de ilustración señalaré a Saussure, Bloomfield, y en especial, Chomsky, quien le dedica un libro al problema, y Coseriu. No obstante y dado su interés y originalidad, en muchas ocasiones el problema de las estructuras mentales se trata como un problema independiente, llamando al mismo con un nombre específico, el problema de la cognición y la cognición humana. El problema de la cognición, por otro lado, se suele tratar relacionando entre sí conclusiones tomadas de disciplinas muy dispares, tales como la lingüística y la psicología, la semántica y las ciencias sociales tales como la antropología o la etnología. Las disciplinas que hoy estudian el problema de la cognición, disciplinas en sí mismas autónomas, se suelen llamar las ciencias cognitivas (Lakoff, 1990: XIV), significando con ello la relevancia del problema, que en sí mismo es capaz de dar carácter a las disciplinas que lo estudian.”

JESÚS GERARDO MARTÍNEZ DEL CASTILLO, “EL ESTUDIO DE LAS ESTRUCTURAS MENTALES” Universidad de Almería – Revista ODISEA, Nº 1, 2001, PÁGS. 81-99 https://www.researchgate.net/publication/277210920_El_estudio_de_las_estructuras_mentales#read

(Artículo, que forma parte del trabajo realizado en el programa Lengua y Pensamiento; relaciones de significación en el léxico y en obras literarias, admitido como Grupo de Investigación por la Junta de Andalucía con el número HUM 602.)


El aspecto investigativo de estas cuestiones atraviesa y es atravesado por algunas dificultades que hacen a las cuestiones mismas de la investigación, en tanto se intenta distinguir lo que efectivamente se esta produciendo en la mente del investigador por medio de técnicas que observan y describen los procesos que ocurren en otros.

Toda disciplina cognitiva, ya desde la fisiología del cerebro o de la filosofía, antropología, psicología cognitiva, sociología cognitiva, o el mismo psicoanalisis, proponen modelos mentales dentro de los cuales comprender, explicar y distinguir los procesos que el cerebro produce en su actividad, ya consciente, ya inconsciente y que constituye tanto la singularidad de cada individuo como las conductas sociales y grupales que caracterizan “lo humano”.

Tanto las ciencias como cualquier proceso de comunicación participan de los procesos de “modelización” que configuran en cada quién, la versión única de la realidad, que es puesta prueba en el común para constituir versiones mas o menos comunes en grupos, instituciones y sociedades en general. El conocimiento es entonces mucho mas que el proceso individual de “enseñanza/aprendizaje”. Se trata mas bien de procesos comuncativos de orden social. El lenguaje es precisamente una estructura social, mas allá del uso individual que aporta su singularidad a un común que es mucho mas que el resultado de la suma de las partes.

Estos conceptos son fundamentales a la hora de abordar tanto la información de carácter ciéntifico, como informativo o comunicativo, ya que permite pensar los pensamientos en el intento siempre incompleto, de detectar y distinguir dónde los deseos inconscientes deforman la realidad y dónde los análisis racionales se acercan mas a su comprensión y a la construcción de conocimiento que, solo es tal, como resultado de esas interrelaciones entre lo singular y lo común.

Cascos Blancos

La presidenta de la Comisión de Cascos Blancos, Sabina Frederic, recibió este sábado en el aeroparque metropolitano a cinco ciudadanos argentinos que, tras salir de Ucrania a través de Polonia junto con sus familias decidieron regresar al país, y destacó que esta misión "es un ejemplo de la tarea que realiza" el cuerpo a su cargo.

"Acaba de llegar el
grupo de argentinos más el ciudadano ucraniano con la Visa Humanitaria que vienen desde Varsovia y pasaron las últimas dos noches en Brasilia", expresó en declaraciones a la prensa Frederic, quien se encontraba junto al jefe de operaciones de Cascos Blancos, Santiago Galar.

La funcionaria sostuvo que "están con un buen estado de ánimo, aunque muy cansados y muy agradecidos, a pesar de la situación, con el trabajo que desarrolló Cascos Blancos en Polonia".

"Remarcaron la contención que tuvieron por parte de la misión de Cascos Blancos en la frontera polaca con Ucrania, así como también en todo el trayecto hasta llegar a Buenos Aires", señaló Frederic y dijo que "estaban muy ansiosos por poder encontrarse con sus familiares en nuestro país".

La presidenta de Cascos Blancos, asimismo, afirmó que "por decisión del canciller Santiago Cafiero, una 
misión de Cascos Blancos con seis integrantes con experiencia en ayuda humanitaria junto con dos diplomáticos que hablan polaco se han instalado con un consulado móvil en la frontera de Polonia con Ucrania".

En ese sentido, explicó que los integrantes de la misión "trabajan constantemente para ayudar a todos aquellos que egresan por la frontera" y destacó que "este contingente que acaba de llegar a nuestro país, es un ejemplo de la tarea que realizan".

El contingente, conformado por una pareja de adultos mayores, una madre soltera con su hijo de tres años y un joven, aterrizaron este mediodía en el vuelo 1241 de Aerolíneas Argentinas proveniente de Brasil, país donde el grupo había llegado este viernes procedente de Polonia.

"Llegaron a la frontera en un tren y se alojaron en un espacio del gobierno de Polonia. Luego fueron a Varsovia y desde allí viajaron a Brasil donde los recibió el embajador (Daniel Scioli) y el presidente Jair Bolsonaro", precisó la funcionaria.

En ese marco lamentó que "todos ellos" tenían un futuro en Ucrania, pero la guerra "terminó haciéndolos decidir que lo mejor era volver a su país hasta que todo se tranquilizara" y destacó el trabajo del equipo de voluntarios de Cascos Blancos que instalaron un consulado móvil en la frontera de Polonia con Ucrania para acompañarlos.

"Ha sido un trabajo muy bueno y esto es un ejemplo de ello. Gloria dijo que estaba encantada con el afecto y la atención de los integrantes del grupo de Cascos Blancos en Polonia, quienes con mucha experiencia se han ocupado de asistirlos como corresponde", subrayó Frederic.

Momentos más tarde, algunos
 familiares de los argentinos repatriados llegaron al aeropuerto metropolitano y con alegría se reunieron con ellos, mientras que el joven del contingente comentó que todavía debía seguir viajando hasta Córdoba, donde lo esperaban sus allegados.
El
ministerio de Relaciones Exteriores, por su parte, informó en un comunicado que uno de los ciudadanos que arribó, de nacionalidad ucraniana, obtuvo el visado humanitario de la Cancillería argentina a través de la Sección Consular de la Embajada en Brasilia.

Ese hombre, sostuvo el parte de prensa, está casado con una ciudadana argentina que pudo regresar al país gracias al trabajo mancomunado de cooperación consular con el gobierno de Brasil, que permitió que regresaran desde Varsovia hasta Brasilia en un vuelo de repatriación coordinado por la cancillería de aquel país.

Hasta el momento, 93 argentinos pudieron salir de Ucrania hacia diferentes países, a través de la permanente articulación entre la Cancillería Argentina, la Embajada argentina destacada ante Ucrania, funcionarios consulares y los integrantes de la misión de Cascos Blancos, que desarrollan tareas en frontera facilitando la salida de estas personas, prestándoles contención y orientación.

Además, pudieron dejar el país 38 ciudadanos extranjeros, en su mayoría ucranianos familiares de estos connacionales, recordó la cancillería.


Frederic señaló que en Ucrania quedan 25 argentinos que manifestaron "su deseo de salir" y sostuvo que "la misión de Cascos Blancos iba a volver el domingo, pero extendimos una semana más la duración de la misión".

"Ahora, se dirigen a Bucarest para recibir a los 25 argentinos que faltan y recién ahí la misión va a terminar, por lo menos esta, quizá se abran nuevos objetivos", expresó.

Por su parte, el
jefe de operaciones de Cascos Blancos confirmó que la próxima semana se realizará un envío de donaciones para asistir a los ucranianos y manifestó que se llevaran "catres para que duerman, frazadas y botiquines".

"Nosotros coordinamos el operativo desde acá y allá Cascos Blancos recibe el envío", señaló y explicó que "estamos en contacto con la embajada de Ucrania, con empresas y Estados para poder hacer llegar la ayuda humanitaria lo más rápido posible".

En ese sentido, Galere celebró la ayuda humanitaria que están llevando adelante sus compañeros en en la frontera de Polonia con Ucrania y afirmó que aunque son "situaciones súper intensas" las que se viven, ellos "están bien porque se sienten útiles y están preparados".

"Ellos saben a lo que fueron y hace diez días que trabajan mucho y se mueven en patrullas hasta donde lo demanda la situación", manifestó y destacó que se trata de "gente preparada, 
Cascos Blancos tiene una base de mas de 3.500 voluntarios con diferentes trayectorias profesionales y para cada misión buscamos la que mejor lo pueden hacer". (Telam)

El poder detrás de Zelenski

Daniel Kersffeld, Politólogo (UBA), Dr. en Estudios Latinoamericanos (UNAM). Consultor, docente, y una laaaarga experiencia de vida en Argentina, México y Ecuador, se desempeña como nvestigador CONICET-Universidad Torcuato di Tella. escribe hoy en Página 12

Volodymyr Zelenski llegó al gobierno en 2019 como principal referente de la “antipolítica” frente a una clase política corrompida y falta de representatividad. De ahí que sus principales propuestas fueran en contra de la corrupción y del poder sin límites de los empresarios conocidos como “oligarcas”.

El conflicto Rusia - Ucrania, minuto a minuto

Tratándose de un candidato mediático, no resultó extraño que el centro de su campaña y del posterior gobierno fuera la productora Kvartal 95, fundada por Zelenski en 2003, y que produjo algunos de los más importantes éxitos de la televisión ucraniana, entre ellos, la popular serie “Servant of the People”.

Protagonista

La tira se centraba en la vida de Vasyl Petrovych Holoborodkon, un profesor de historia de escuela secundaria que inesperadamente se convertía en presidente, después de que se viralizara un video filmado por uno de sus alumnos en el que el docente criticaba la corrupción imperante en Ucrania. Por supuesto: Zelenski era el protagonista de la serie.

El programa empezó a emitirse en 2015 y al año siguiente se estrenó la película. En 2019 se transmitieron los últimos capítulos prácticamente al mismo tiempo en que Zelenski se convertía en presidente. Y para reforzar todavía más el vínculo entre realidad y ficción, el título de la serie se convirtió en el nombre del partido del candidato triunfante.

Popularidad

Desde un principio, la popularidad de Zelenski resultó innegable. En la segunda vuelta electoral triunfó sobre el por entonces presidente Petro Poroshenko con más de un 74 por ciento de los votos. Posteriormente, su partido ganó en las elecciones parlamentarias obteniendo así la mayoría de los escaños en juego.

Tanto era el fervor por el nuevo gobernante que la opinión pública prefirió restar importancia a las acusaciones en las que Zelenski era apadrinado en las sombras por el principal oligarca de Ucrania, Íhor Kolomoiski, zar del petróleo, ex gobernador de la región industrial clave de Dnipropetrovsk y, casualmente, dueño de la cadena televisiva 1+1, desde donde se transmitía la serie “Servant of the People”.

De este modo, Zelenski inauguraba su nuevo gobierno con estabilidad política y un amplio respaldo social. Sin embargo, el apoyo de los primeros meses tendió a disiparse y se hicieron cada vez más nutridas las críticas de opositores e independientes. En el medio, hubo casos de corrupción y amplio favoritismo a la hora de elegir colaboradores.

Cuadros televisivos

En este sentido, uno de los principales problemas que atravesó la gestión fue la falta de cuadros idóneos para asumir las principales funciones. Por lo que fueron sus amigos y colaboradores de Kvartal 95 quienes se hicieron cargo de la administración pública.

Dentro del entorno más íntimo de Zelenski se encuentra Ivan Bakanov, su amigo de la infancia y ex director de la productora. Convertido en una verdadera sombra del mandatario, fue uno de sus principales lugartenientes en la campaña presidencial y, ya al inicio de su gestión, fue promovido como subjefe del servicio de seguridad interna de Ucrania.

En restantes puestos se ubicaron otros colaboradores de Kvartal 95. Así, Serhiy Shefir, ex guionista y productor, se convirtió en asistente principal del presidente. Serhiy Trofimov, ex productor ejecutivo, y Yuriy Kostyuk, ex guionista, pasaron a ser subjefes de la oficina presidencial. En tanto que otros directivos también fueron designados para el ente regulador nacional de radio y televisión y para el Comité Antimonopolio.

Pobreza y corrupción

Con el correr de los meses resultó evidente el desgobierno y la crisis. Conflictos con Donald Trump y Vladimir Putin, y el desinterés de la Unión Europea frente a Ucrania repercutieron en una nación golpeada por la pobreza y la corrupción. En julio de 2020, el número de quienes no confiaban en Zelenski superó al de quienes todavía creían en él (51 frente a 43 por ciento). Aunque disminuido, el presidente todavía conservaba buena parte de su capital político.

Pero el peor momento llegaría en octubre de 2021 cuando los Pandora Papers revelaron que Zelenski y dos políticos de su círculo íntimo, Shefir y Bakanov, operaban una red multimillonaria de empresas extraterritoriales en las Islas Vírgenes Británicas, Chipre y Belice. Aunque de manera previsible el presidente negó toda la evidencia, la opinión pública dictaminó que Zelenski no era aquel candidato “alternativo” sino un político más.

En efecto, y según diversas encuestas posteriores a los Pandora Papers, su imagen positiva se desplomó a poco más del 20 por ciento, cosechando más repudio que el ex presidente Porochenko, considerado hasta entonces como principal símbolo de la corrupción y de la decadencia ucraniana.

Los oligarcas

Ya casi sin alternativas para hacer frente a su creciente impopularidad, Zelenski retomó su campaña contra los “oligarcas” pese a que la demanda social situaba en primer plano al inminente conflicto con Rusia. Sin llegada al gobierno y frente a la amenaza cada vez más concreta de una guerra, una docena de empresarios abandonó el país. Pero el clamor patriótico pudo más y, a su retorno a Kiev, declararon su disposición a financiar al ejército ucraniano (siempre que no se investigara el origen de sus fortunas).

Así, la intervención rusa favoreció una renovada alianza entre el presidente y magnates como Viktor Pinchuk, propietario de la siderúrgica Interpipe, o como Rinat Akhmetov y Vadim Novinsky, titulares de la minera y acerera Metinvest, que recibiría inversiones por mil millones de dólares. Por su parte Íhor Kolomoiski, señalado inicialmente como el protector del gobernante, mantiene un bajo perfil, sobre todo, desde que la administración de Joe Biden lo encontró culpable de corrupción y fraude.

Efecto guerra

Sin embargo, con la tragedia de la guerra la popularidad de Zelenski se elevó a más del 90 por ciento. Gracias a las redes sociales su imagen trascendió a prácticamente todo el planeta y su figura (contrapuesta mediaticamente a la de Putin) ha sido comparada a la de Winston Churchill. Hoy no sólo apuesta por llegar a la paz con Rusia sino que además aspira a un segundo mandato presidencial con pleno reconocimiento internacional. En Ucrania, la alianza entre cómicos y oligarcas finalmente parece haber encontrado su rumbo.

Mientras tanto la popularidad global de Zelenski generó una creciente cantidad de pedidos para comprar la serie “Servidor del Pueblo”. En las últimas semanas, varias cadenas internacionales y nacionales, de países como Reino Unido, Francia, Finlandia, Grecia y Hungría, han iniciado gestiones para su adquisición. Eccho Rights, empresa asociada a Kvartal 95 en la distribución internacional de sus producciones, efectuó una donación de 50 mil euros a la Cruz Roja Ucraniana. De igual modo, y a tono con los nuevos tiempos, Eccho Rights se comprometió a no difundir ninguna serie de origen ruso.

Neonazis

Thierry Meyssan, Intelectual francés, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. He aquí su última aportación en el sitio: https://www.voltairenet.org/?lang=es

Israel se ve bruscamente frente a un aspecto inesperado de la crisis ucraniana. ¿Es cierto, como ‎denuncia Moscú, que Ucrania está en manos de una «banda de neonazis» financiada por judíos ‎ucranianos y estadounidenses? De ser cierto, el gobierno de Israel está en el deber moral de ‎aclarar su propia posición ante los judíos que apoyan grupos nazis, independientemente de ‎cualquier otra posición sobre la crisis ucraniana. ‎

La cuestión se plantea de manera particularmente cruel en la medida en que los judíos ‎estadounidenses que apoyan a los nazis ucranianos o los utilizan son un grupúsculo de apenas un centenar de personas –los “straussianos”, discípulos del filósofo Leo Strauss– que han logrado ‎incrustarse en el entorno inmediato del presidente estadounidense Joe Biden[1]. ‎

¿Qué representan los neonazis ucranianos?

En febrero de 2014, la llamada «revolución de la dignidad» o «euroMaidan» fue una operación ‎de «cambio de régimen» orquestada por la straussiana Victoria Nuland desde su cargo en ‎el Departamento de Estado, primero bajo las órdenes de Hillary Clinton y después bajo la ‎autoridad de John Kerry, pero siempre bajo la presidencia del demócrata Barack Obama. A raiz de ‎los acontecimiento ocurridos en Kiev, la llamada «Secta 82», supuestamente hooligans ‎fanáticos del club de futbol de Jarkov, ocupó los locales de las autoridades de ese oblast y ‎propinó una brutal paliza a los empleados del gobierno derrocado. ‎

Ya convertido en ministro del Interior del nuevo régimen, Arsen Avakov, quien había sido ‎gobernador de Jarkov bajo el gobierno derrocado, autorizó la formación de una fuerza ‎paramilitar de 12.000 elementos alrededor de los hooligans de la «Secta 82» para «defender ‎la revolución» y el 5 de mayo de 2014 se formaba oficialmente el «Batallón Azov», o «Cuerpo ‎del Este», encabezado por Andriy Biletsky.‎

Biletsky, conocido bajo el sobrenombre de «el fuhrer blanco», es un teórico del nazismo. Antes ‎fue líder de los «Patriotas de Ucrania», un grupúsculo neonazi partidario de una ‎‎«Gran Ucrania» y ferozmente anticomunista. ‎

Andriy Biletsky y Dimitro Yarosh fundaron juntos «Pravy Sektor» (Sector Derecho), grupo neonazi ‎que tuvo un papel fundamental en los hechos de la Plaza Maidan, en 2014. Abiertamente ‎antisemita y homófobo «Pravy Sektor» estaba financiado por el mafioso ucraniano judío y ‎multimillonario Igor Kolomoiski. En el plano internacional, «Pravy Sektor» es furibundamente ‎contrario a la Unión Europea y reclama, por el contrario, la instauración de una alianza de ‎los Estados de Europa central y del Báltico, alianza que se denominaría el «Intermarium», ‎proyecto muy conveniente para los straussianos estadounidenses, quienes, desde el informe ‎Wolfowitz de 1992, ven en la Unión Europea un competidor más peligroso para Estados Unidos ‎que la mismísima Rusia. Y otra vez nos vemos obligados a recordar aquí la famosa conversación ‎telefónica entre la señora Victoria Nuland y el embajador de Estados Unidos en Kiev, donde ‎se oía claramente a la “dama” exclamar «¡que le den por el culo a la Unión Europea!» (Fuck the EU!). ‎

Dimitro Yarosh es un agente de las redes secretas stay-behind de la OTAN. En 2007, bajo la ‎atenta mirada de Victoria Nuland –entonces embajadora de Estados Unidos en la OTAN–, Yarosh ‎reunió neonazis de toda Europa e islamistas del Medio Oriente para luchar juntos en una yihad ‎contra Rusia en Chechenia. Yarosh fue después el líder del «Tyzub», o sea el Tridente de Stepan ‎Bandera, grupúsculo que glorificaba a los ucranianos que habían colaborado con los nazis. Para el ‎mencionado Stepan Bandera (1909-1959), los “verdaderos” ucranianos son de origen escandinavo ‎o protogermánico pero… cometieron el error de mezclarse con los eslavos (los rusos) a quienes ‎debían haber combatido para dominarlos. ‎

A finales de 2013, los elementos agrupados alrededor de Dimitro Yarosh y jóvenes de otros grupos ‎nazis recibieron entrenamiento en técnicas de lucha urbana impartidas por instructores de ‎la OTAN en Polonia. Cuando revelé esto fui muy criticado porque cité a una publicación satírica ‎en una nota, pero en Polonia el fiscal general abrió una investigación que, por supuesto, ‎nunca llegó a nada… porque habría revelado la implicación del ministro de Defensa[2].‎

En el verano de 2014, todos aquellos grupos neonazis ya se habían agrupado en el Batallón Azov ‎y fueron enviados a luchar contra los independentistas de Donetsk y Lugansk. La paga de ‎esos elementos se elevó a más del doble de la que recibían los soldados de las tropas regulares y ‎el Batallón Azov arrebató la ciudad de Marinka a la autoproclamada República Popular de Donetsk ‎y perpetró allí una masacre contra los «separatistas».‎

En septiembre de 2014, el gobierno provisional surgido del pustch de la Plaza Maidan integró el ‎Batallón Azov a la Guardia Nacional y separó a algunos líderes nazis. ‎

En las elecciones de octubre de 2014, dos ex-líderes nazis del Batallón Azov, Andriy Biletsky y Oleh ‎Petrenko, obtuvieron escaños en la Rada (el parlamento ucraniano). El «Fuhrer blanco» Biletsky ‎estuvo solo, pero Petrenko se unió al grupo parlamentario que apoyaba al presidente Petro ‎Porochenko. El Batallón Azov se convirtió entonces en el Regimiento Azov de la Guardia ‎Nacional. ‎

En marzo, Arsen Avakov, que seguía siendo ministro del Interior, negoció con el Pentágono para ‎que las Fuerzas Especiales estadounidenses entrenaran al Regimiento Azov en el marco de la ‎operación Fearless Guardian. Pero los congresistas John Conyers Jr. (demócrata por Michigan) y ‎Ted Yoho (republicano por La Florida) denunciaron aquello como una locura recordando que al-‎Qaeda y la expansión del terrorismo nacieron de la decisión estadounidense de armar a los ‎islamistas para utilizarlos contra los soviéticos en Afganistán. Estos congresistas convencieron a ‎sus colegas de la Cámara de Representantes de que Estados Unidos no podía dar entrenamiento ‎militar a neonazis porque algun día eso podría tener graves consecuencias. El Congreso prohibió ‎entonces al Pentágono continuar con aquel plan y prohibió además la entrega al Regimiento Azov ‎de armamento antiaéreo del tipo MANPAD con el voto del presupuesto destinado a la defensa[3]. A pesar de la clara oposición del Congreso, el Pentágono ‎volvió a la carga y logró que se retirara la enmienda[4], lo cual dio lugar a protestas del Centro Simon Wiesenthal.‎

Durante aquel periodo, el senador estadounidense John McCain (republicano por Arizona), quien ‎ya mantenía vínculos con los jefes de al-Qaeda y con los cabecillas del Emirato Islámico (Daesh) ‎en Siria y era partidario del apoyo a todo enemigo de Rusia[5], visitó Dnipro-1, una unidad del Regimiento Azov y felicitó ‎calurosamente a los bravos nazis que desafiaban a Rusia… como ya había felicitado antes a los ‎‎“bravos” yihadistas. ‎

Es en ese momento cuando el Regimiento Azov comienza a reclutar en el extranjero. Neonazis de ‎todo Occidente, principalmente de Brasil, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Italia, del ‎Reino Unido y de países escandinavos, y también de Croacia, Eslovaquia, Chequia y Rusia, ‎convergen entonces en Ucrania. Sin embargo, los Acuerdos de Minsk –con Alemania y Francia ‎como garantes– prohíben rotundamente al régimen de Kiev el reclutamiento de mercenarios ‎extranjeros.

El Regimiento Azov organizó además campamentos juveniles para 15.000 adolescentes y ‎asociaciones para civiles, de manera tal que el Regimiento ya contaba alrededor de 10.000 ‎hombres y al menos el doble de «simpatizantes». Andriy Biletsky declaraba entonces que el ‎Regimiento Azov tenía como misión histórica unir «las razas blancas del mundo en una última ‎cruzada por su supervivencia […] una cruzada contra los subhumanos dirigidos por los judíos». ‎

En 2016, el príncipe Zeid Raad al-Hussein, como Alto Comisionado de la ONU para los Derechos ‎Humanos, dedicó 2 informes a los crímenes de guerra perpetrados por el Regimiento Azov [6].‎

En 2017, una delegación oficial de la OTAN –delegación que incluía varios oficiales de ‎Estados Unidos y Canadá– se reunió oficialmente con el Regimiento Azov. ‎

Son numerosos los medios de prensa que han dedicado reportajes a los grupos neonazis ‎ucranianos. Todos, sin excepción, se han quedado horrorizados ante la ideología y la violencia ‎del Regimiento Azov. Por ejemplo, el Huffington Post advertía en 2015, en un artículo titulado ‎‎“Nota a Ucrania: No sigan blanqueando el historial político”, sobre la complacencia de los ‎responsables políticos ucranianos hacia esos elementos[7].‎

En 2018, el FBI entró nuevamente en conflicto con la CIA. En esa ocasión se trataba de casos de ‎neonazis estadounidenses que habían ido a Ucrania a entrenarse con el Regimiento Azov y que a ‎su regreso habían perpetrado actos de violencia en Estados Unidos. El grupo estadounidense ‎Rise Above Movement (RAM) fue formado por la CIA en Ucrania[8].‎

Después de los actos de terrorismo de Christchurch, en Nueva Zelanda, cuyo saldo fue de ‎‎51 muertos y 49 heridos, 39 miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos ‎escribieron al Departamento de Estado exigiendo que el Regimiento Azov fuese catalogado como ‎‎«organización terrorista extranjera» (FTO por sus siglas en inglés) ya que el terrorista ‎autor de la matanza había estado vinculado a los nazis del Regimiento Azov. No está ‎de más resaltar que aquel individuo era antimusulmán aunque los neonazis ucranianos lucharon ‎en Chechenia del lado de los islamistas. ‎

En 2020, el multimillonario estadounidense Erik Prince, el fundador de la compañía de ‎reclutamiento de mercenarios conocida inicialmente como Blackwater, firmó varios contratos con ‎Ucrania. Uno de aquellos contratos le daba carta blanca para formar y dirigir el Regimiento Azov. ‎A largo plazo, Prince esperaba lograr el control de la industria militar ucraniana heredada de la ‎Unión Soviética[9].‎

En fecha más reciente, el 21 de julio de 2021, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski ‎promulgó una ley sobre los «pueblos autóctonos» que reconoce los derechos humanos y las ‎libertades fundamentales únicamente para los ucranianos de origen escandinavo o germánico, ‎excluyendo de esos derechos y libertades a los ucranianos de origen eslavo. Es la primera ley ‎racial que se adopta en Europa en 77 años. ‎

El 2 de noviembre de 2021, siguiendo una “sugerencia” de Victoria Nuland, el presidente Zelenski ‎nombró al nazi Dimitro Yarosh consejero especial del jefe de las fuerzas armadas ucranianas y ‎le asignó como misión la preparación del ataque contra el Donbass y la península de Crimea. ‎Es importante tener en mente que Yarosh es un nazi mientras que tanto la hoy estadounidense ‎Victoria Nuland como el presidente Zelenski son judíos ucranianos. ‎

Durante los 8 años transcurridos desde la operación de cambio de régimen en Ucrania –‎sin incluir la actual operación militar rusa– los neonazis han matado al menos 14.000 ‎ucranianos.

Un desafío moral para Israel

Cuando el presidente ruso Vladimir Putin denunció que el poder en Kiev estaba en manos de un ‎‎«banda de neonazis», el presidente ucraniano Volodimir Zelenski afirmó que eso era imposible ‎porque él es judío. Como esa respuesta no era suficiente, al sexto día del conflicto, Zelenski ‎acusó a Rusia de haber bombardeado el memorial de Babi Yar, donde los nazis masacraron a ‎‎33.000 judíos. ‎

Sin esperar confirmación, el Memorial Yad Vashem, la institución israelí encargada de preservar ‎el recuerdo sobre la «solución final de la cuestión judía» adoptada por los nazis, emitió un ‎comunicado de condena. Israel consideraba ultrajante que Rusia comparara a la extrema derecha ‎ucraniana con los nazis que aplicaron la «solución final» y que además bombardeara aquel ‎memorial. ‎

Pero cuando periodistas israelíes se presentaron en el “lugar del crimen” pudieron comprobar que ‎el memorial nunca fue bombardeado. Dicho claramente, el presidente ucraniano Zelenski ‎mintió. Poco después, el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, invitó el Memorial Yad Vashem a ‎enviar una delegación a Ucrania para que pudiera comprobar con sus propios ojos, bajo la ‎protección del ejército ruso, lo dicho por el presidente Putin. ‎

Todavía está esperando el Kremlin la respuesta del Memorial Yad Vashem. ¿Será que Putin tiene ‎razón? Como antes tenía razón el Centro Simon Wiesenthal. ‎


¿Será que desde Estados Unidos los judíos straussianos y en Ucrania el multimillonario ucraniano ‎judío Igor Kolomoiski y su empleado el presidente ucraniano judío Volodimir Zelenski están ‎trabajando con verdaderos nazis?‎

Después de eso, el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, viajó a Moscú. A su regreso recibió al ‎canciller alemán Olaf Scholtz en Tel Aviv y después se entrevistó por teléfono con el presidente ‎ucraniano, cuya mentira había quedado al descubierto. ‎

Presentado como una enésima iniciativa de paz, el viaje del primer ministro de Israel a Moscú ‎tuvo en realidad como único objetivo determinar si Estados Unidos está utilizando verdaderos ‎nazis en Ucrania. Atónito ante su descubrimiento, el primer ministro Bennet llamó por teléfono al ‎presidente Putin –sólo un día después haberse entrevistado con él en Moscú. Y también ‎telefoneó a varios jefes de Estado de países miembros de la OTAN. ‎

Sería bueno que el primer ministro israelí hiciese público lo que ha podido verificar, pero es ‎poco probable que lo haga. Porque sería abrir un tema “olvidado”, la cuestión de las relaciones ‎entre ciertos sionistas y los nazis. ¿Por qué David Ben Gurion aseguraba que Zeev Jabotinsky –el ‎fundador del sionismo revisionista– era un fascista y quizás un nazi? ¿Quiénes fueron los judíos ‎que acogieron calurosamente una delegación del partido nazi (NSDAP) en Palestina cuando ya los ‎miembros de aquel partido realizaban pogromos en Alemania, antes de la llegada de Hitler ‎al poder? ‎

¿Quién negoció con los nazis, en 1933, el «Acuerdo Haavara» –literalmente “Acuerdo de ‎traslado”– y mantuvo una oficina oficial en Berlín hasta 1939? ¿Cómo se convirtió Vollrath ‎von Maltzan –cuya madre era judía– en proveedor del gas venenoso Zyklon B utilizado por ‎los nazis en sus campos de la muerte para eliminar a los miembros de las razas que consideraban ‎indeseables? ‎

Son preguntas que los historiadores suelen dejar sin respuestas. ‎

Y hoy en día, ¿será exacto, como reportan numerosos testigos, que el profesor Leo Strauss ‎inculcaba a sus discípulos judíos que tenían que instaurar su propia dictadura, con los mismos ‎métodos que los nazis, para protegerse de una nueva Shoah?‎

Parece evidente que el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, no se ha “tragado” la narrativa ‎del régimen ucraniano y de la OTAN. Bennet declaró que el presidente ruso no está hablando de ‎una teoría complotista, no es irracional ni es un «enfermo mental».‎

Por el contrario, al ser interrogado sobre el apoyo de Israel, el presidente ucraniano Zelenski ‎respondió:

«Hablé con el primer ministro de Israel. Y, lo digo francamente, puede parecer un poco ‎insultante pero creo que debo decirlo. Nuestras relaciones no son malas. Pero las relaciones ‎se ponen a prueba en momentos como estos, en los momentos más difíciles, cuando la ayuda y el ‎apoyo son necesarios. Y no creo que él [Bennet] se haya envuelto en nuestra bandera.»‎

En conclusión, Israel debería retirarse del conflicto ucraniano. Si Israel cambia súbitamente de ‎posición sobre algún otro tema y entra en oposición con Washington, usted ya conoce el ‎por qué. ‎

[1] «Vladimir Putin en guerra contra los “straussianos”», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 5 de marzo de 2022.

[2] «Ucrania: Polonia entrenó a los golpistas 2 meses antes de Maidan», por Thierry ‎Meyssan, Red Voltaire, 18 de abril de 2014.

[3] «U.S. House Passes 3 Amendments By Rep. Conyers To Defense Spending Bill To Protect ‎Civilians From Dangers Of Arming and Training Foreign Forces», John ‎Conyers Jr., 11 de junio de 2015.

[4] «Congress Has Removed a Ban on Funding ‎Neo-Nazis From Its Year-End Spending Bill», James Carden, ‎‎The Nation, 14 de enero de 2016.

[5] «John McCain, el organizador de la “primavera árabe” y el Califa», por Thierry Meyssan, ‎‎Red Voltaire, 18 de agosto de 2014.

[6] Report on the human rights situation in Ukraine 16 November 2015 to 15 February 2016 y ‎‎Report on the human rights situation in Ukraine 16 February to 15 May 2016, Office of the United ‎Nations High Commissioner for Human Rights, febrero y noviembre de 2016.

[7] “Note to Ukraine: Stop Whitewashing ‎the Political Record”, Nikolas Kozloff, Huffington Post, 25 de marzo de 2015.

[8USA vs Robert Rundo, Robert ‎Boman, Tyler Laube and Aaron Eason, Central District of ‎California, 20 de octubre de 2018.

[9] “Exclusive: Documents Reveal Erik Prince’s $10 Billion Plan to Make Weapons ‎and Create a Private Army in Ukraine”, Simon Shuster, Time, 7 de julio de 2021.

Lengua Pública

El filósofo Rocco Carbone, Universidad Nacional de General Sarmiento/CONICET, reflexiona en esta nota, publicada en la Revista “La tecl@ Ñ” sobre la oportunidad de rehacer una lengua pública que aloje en el Gobierno -en su sector más radical- un debate ético-político capaz de pensar el acuerdo con el FMI desde las consecuencias que tendrá para el pueblo argentino. Consecuencias que conciernen menos a la economía que a la vida en común.

¿Qué implican la deuda y el acuerdo con el FMI? En principio, aceptar el sistema colonial-esclavista practicado por Estados Unidos, hasta en su propia configuración histórica como nación, y arrojar al pueblo argentino a la condición del esclavx: ser cuyo trabajo jamás generará la plusvalía necesaria para pagar la deuda que carga. Estas palabras -deuda y FMI- arrastran consecuencias de distinta índole. No solo de tipo económico; por eso mismo reclaman discusiones rigurosas. Cualquier decisión al respecto afectará la vida en común, la vida popular, la organización de la sociedad -de la salud, la educación, del conocimiento, de los tratos sociales e interpersonales-, la naturaleza del trabajo (que implica el reconocimiento de una profesión, una identidad social, una ética, un salario adecuado) y la producción, el orden ecológico (las interacciones entre el ser y la naturaleza), las comunicaciones públicas, la acumulación de datos por parte de corporaciones tecnológicas multinacionales que, por medio de “empujoncitos”, determinan nuestras conductas socioculturales on y off line (Google, Facebook, Twitter, Microsoft, etc.: en el centro de Buenos Aires, un graffiti de lo más agudo rasguña una pared con “Google es Macri”), la ciudad (hoy tratada como un territorio refeudalizado, de ingenierías financieras aplicadas a la arquitectura, de producción de plusvalía, segmentado e intervenido según artificios que niegan el patrimonio y la memoria urbana).


Las consecuencias de la deuda, el acuerdo con el FMI y las discusiones complementarias que estas reclaman atañen a la ética y a la política. Si aceptamos que las consecuencias son múltiples -y no sólo de tipo económico- entonces deberán requerir la participación de distintos impulsos organizativos, con grupos de acción diversos dispuestos a involucrarse en amplios encuentros de diálogo y debate ético-político. Dicho de otro modo, el acuerdo no debería construirse a partir de la acción y el trabajo de un Ministerio y del debate en el Congreso. El gobierno -esta palabra debe ser precisada: esa porción del gobierno con inclinación a las grandes discusiones nacionales- podría coordinar las conversaciones que se despliegan sobre el territorio entre las distintas organizaciones y que configuran -acaso precariamente aún- la confluencia de un gran espacio crítico-disidente. Esa coordinación es, bien vista, una oportunidad. Su oportunidad: de recrearse, de demostrar que puede alojar las cuestiones más espinosas e inesperadas, que tiene interés en influir sobre ellas y la disposición para que éstas influyan sobre él. Sería un modo de decir “no” a lo hecho hasta ahora -por el gobierno mafioso macrista, por el FMI, que tiene cuota imborrable de responsabilidad, en cuanto a la deuda cambiemita, por el actual Ministerio de Economía-, un impulso vitalista capaz de señalar que siempre es posible imaginar las cosas de otro modo para escamotear un “camino [que se cree] desconocido”.

Esta oportunidad implica rehacer una lengua pública, habilitarla para que sea atravesada por los pensamientos, las convicciones, las memorias y las temporalidades de lucha de una vastísima comunidad de hablantes dispuesta a habitarla para sacarla del achatamiento del presente. Una lengua pública es la propia militancia popular (hoy desmovilizada y disgregada). Es la propia condición militante. Lengua pública hoy a la intemperie. Que debe instituirse -para deshacerlos- sobre el miedo y la desconfianza: de la pandemia (que aún no ha terminado), de la deuda, de la pulsión fascista (afirmación ratificada por la negación de su intelectual más destacado: Más latón) de Avanza Libertad y ahora, también, de la guerra. Que debe instituirse sobre la base del gran acervo cultural nacional para habilitar la reflexión, el desciframiento de cada momento de nuestra conciencia histórica, en la Argentina a manera de legado para el mundo. Esa lengua es el presente y el futuro del país.

Una lengua pública capaz de tratar las cuestiones más inesperadas es la herramienta capaz de construir confianza social, que está fuertemente relacionada con la toma colectiva y pacífica de decisiones y con el compromiso cívico y con la idea de una democracia radical. Si no hay lengua pública se deshace la confianza, se descalabra la autoridad de los valores compartidos y las obligaciones mutuas. Sin lengua pública aviene el silencio, la teoría política (que supo configurar adecuadamente el kirchnerismo y cuyos emergentes más destacables consistieron en bajar un cuadro símbolo del holocausto, sacar al FMI de la Argentina, enfrentar a una parte conspicua del capitalismo concentrado con una lucha sintetizada en una resolución, redistribuir para las clases trabajadoras y construir un relato) es sustituida por una teoría de la (in)comunicación (articulada de momento por el Frente de Todxs), y el vacío que queda es una alerta de una vulnerabilidad social palmaria. La falta de lengua pública abre las compuertas a la confusión, la incertidumbre y la desconfianza interpersonal. Todo esto se corresponde con niveles paralelamente bajos de confianza en la autoridad legítima. Sin lengua pública se determina una oquedad social que será llenada por algún poder oscuro, de esos que parecen hablar un idioma conocido pero que no tienen ningún interés por resguardar la condición popular.

Las divisiones del Frente de gobierno

¿Porque es noticia diferentes posiciones en un Frente Político, en referencia a puntos o temas específicos de la agenda de gobierno? ¿No sería lógico pensarlas desde el hecho de que precisamente se trata de un frente que auna diferentes miradas en torno a las respuestas que merecen lo común que los une?

<Hubo un instante, una frase que marcó el punto de quiebre: la pronunció Alberto Fernández el 17 de noviembre, paradójicamente el Día de la Militancia peronista, a las 5 y 18 minutos sobre un escenario en Plaza de Mayo. Fue el acto de la remontada, la primera plaza albertista, con su promesa de habilitar primarias. "Mi mayor aspiración es que en el año 2023, desde el último concejal hasta el Presidente de la República, lo elijan primero los compañeros del Frente de Todos".> (DiarioAr 13 de marzo de 2022)

Lo que parecería una propuesta lógica de sentido común en un “frente Popular y Nacional” que, precisamente, auna voluntades de diferentes agrupaciones en una causa común pero desde propuestas y perspectivas singulares, no lo es cuando uno constata en la realidad pasada y en las posiciones y declaraciones presentes, que el problema o uno de los problemas centrales de la política nacional es la incoherencia conceptual y el predominio del neoliberalismo que atravieza todas las estructuras partidarias, políticas y militantes en tanto mentalidad y subjetividad performada en una realidad que nos tiene a todos dentro … el imperio de lo individual, de la anti-política, de la posverdad y de cuanto discurso contrario a los consensos y construcciónes de lo común que no borra las particularidades sino que las torna convergentes a un programa de gobierno o una dirección política que puede ser transitada por caminos diversos. No se trata de agrupaciones que tienen clara sus posiciones y saben perfectamente haci dónde caminan en sus decisiones sino que mas bien se “van haciendo” y no pueden prescindir de pasados de dudosas alineaciones y postura tibias, cuándo no complices, de los poderes anti-populares y de las versiones mas demagogicas y menos concretas en las gestiones, respecto a las políticas públicas que giran alrededor de propuestas distributivas, de inclusión, de ampliación de derechos a minorias castigadas y excluidas, etc.


El 41% de los votos y el triunfo en las últimas elecciones de medio término, de aquellos que desgobernaron el país durante 4 años, desde el 2015 hasta 2019, y que produjeron un desastre económico y condicionaron la democracia por 100 años hacia el futuro, no es un dato menor a la hora de “idealizar” o “creer ciegamente” en las desiciones que resultan de la mera suma de subjetividades individuales y no de procesos políticos de gestación y constitución de programas y propuestas que resulten de la puesta común de las singularidades, y del compromiso en la construcción de nosotros, diferentes pero identificables en propuestas claras y posibles de cara al pueblo y con el pueblo como sustento. El poder es el poder. Cristina y Alberto saben que, librados al individualismo, pierde el nosotros. La apetencias individuales nublan la posibilidad de acuerdo y hay aquí un muy interesante debate que debe darse antes de lanzar la idea de que todos los cargos deberían ser dirimido en las PASO, toda vez que las representaciones están viciadas desde el vamos y no hay modelos utópicos reales que puedan funcionar de esa forma.

Hablamos de mentalidades y cognición al comienzo de este recorrido. Es parte de las argumentaciones y los conocimientos que deben ponerse en debate antes de definir PASO si PASO no, en tanto no sean el resultado del estado deliberativo de las agrupaciones que conforman el Frente las que, previamente, definan sus representaciones y estas “acuerden” o “negocien” ya una “lista única” o que los partidarios y Extra-partidarios (He aqúi el riesgo por ese 41% que por fuera demuestran estar lejos del sentido democrático de lo común), modifiquen el rumbo del futuro gobierno y nos vendan como Nacional y Popular, una nueva versión de Macri, en “otro” que aparezca como votable, pero desde el propio Frente de Todos. Experiencias históricas y recinetes tenemos a montones. Seguramente a esto apuestan las élites, los medios corporativos de comunicación y los sectores del poder real argentino asociado al financierismo neoliberal transnacional, en su afán de recuperar para si, las pocas herramientas del Estado, no coptadas por el FMI y por las claudicaciones, que en sus “Categorias mentales” promueven actualmente los “peronistas puros” y los “albertistas” al interior del movimiento Nacional y Popular.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

Imágenes:  Vladimir Kush es un destacado pintor ruso surrealista nacido en 1965 en la ciudad de Moscú. Estudió en el Instituto de Arte de Moscú y en algunas otras prestigiosas academias e institutos de la Unión Soviética como la Academia rusa de Bellas Artes en San Petersburgo. Luego de varios años recorriendo el mundo, en el año 2000 decidió por fin establecerse en EE.UU., país que hasta el día de hoy reside.

Por las venas de Vladimir corre el surrealismo. Con una fuerte influencia del estilo de Dalí, empezó a crear sus obras desde un enfoque propio en el que la metáfora juega un papel importante. Los cuadros que pinta pueden considerarse como una oda hacia el existencialismo europeo del siglo XX por todas las referencias literarias que tiene. La pregunta «¿Es o no es?» se puede ver en prácticamente toda su obra y es de ahí donde se desarrolla la idea principal de sus metáforas.

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