Individuo sociedad, una contradicción paradojal.

 
 

Una de las paradojas de época parecería ser la que tensiona entre individuos libres, comunitariamente dependientes y colonizados o Comunidades organizadas y Soberanas que someten a sus individuos a la pérdida de la libertad individual. La historia de la humana humanidad se ha constituido en estas paradojas.

Inglaterra llegó tarde al reparto del mundo que lograron España y Portugal a fines del siglo XV y principios del XVI. Sin embargo, los ingleses se preocuparon por no quedar al margen y buscaron por diversos medios tener su lugar en la mesa de los poderosos. Cuando la diplomacia no prosperaba, hacían uso de la fuerza a la que se sostenía con una efectiva política de desarrollo naval. Enrique VII (que reinó hasta 1509) triplicó el número de barcos. Su hijo Enrique VIII creó la Royal Navy. Pero no fue hasta el gobierno de Oliver Cromwell que Inglaterra fundó las bases del Imperio que dominaría el urbe. La medida más importante fue -sin dudas- la restricción del uso de barcos extranjeros para el comercio, desde y hacia las islas británicas. Esta ley de carácter proteccionista se conoció como“Actas de Navegación” (octubre de 1651). Ninguna mercadería podía entrar o salir de las islas en barcos que no fueran ingleses, lo que aceleró la construcción de embarcaciones y el desarrollo de la actividad comercial náutica. Esta imposición fue rechazada por los comerciantes de los Países Bajos y la expansión inglesa llevó a una serie de enfrentamiento bélicos de los que salió triunfante Inglaterra (siglos XVII y XVIII).Las consecuencias de esta explosiva política comercial implementada desde el aparato estatal produjo algunas consecuencias que abonaron el camino hacia el gran desarrollo del sistema capitalista y el ascenso de Inglaterra al primer lugar como Imperio mundial. El Estado y las empresas se consolidaron en un único espacio de poder que logró implementar un monopolio comercial de alcance global. Se abrió el comercio a regiones como América, Asia,África y el Mar Báltico. Al fin, el Estado pasó a ser un mero brazo ejecutor de los dictados del comercio y luego de la industria. La ventaja del monopolio permitió al comercio inglés comprar productos a bajo costo. En un principio los revendió logrando una importante acumulación de capital, lo que propició el desarrollo de la industria. 

 


Esa expansión comercial -y la consiguiente acumulación- fue precondición para el desarrollo de la Revolución Industrial. En síntesis, el Estado inglés expandió el capitalismo a escala mundial bajo un nuevo y dinámico concepto de dominación con un sistema ecléctico que se basó en la utilización de todas las doctrinas, técnicas, tácticas y estrategias a su disposición. En relación a la confrontación por el dominio de ultramar:•estableció -como cuñas- diversos asentamientos en todo el mundo, especialmente en América del Norte, disputando ese espacio con España, primera potencia hasta el siglo XVII;

llevó su comercio en forma pacífica adonde le permitieran ingresar sus mercaderías.

ganó mercados con su fuerza militar en aquellos territorios dominados por otras potencias o en los que se defendía el desarrollo productivo propio (como con los Países Bajos en el Siglo XVII).

Intervino en las guerras europeas entre países, la mayoría de las veces apoyando a todos los bandos, lo que significó sentarse siempre a la mesa de negociaciones como triunfador y obtener importantes ventajas territoriales y/o comerciales.

impuso la guerra de corso contra los barcos de aquellos países con los que estaba en guerra.

promovió la actividad de piratas y bucaneros, atacando y robando barcos -tanto los que practicaban el comercio como aquellos en los que se trasladaban las riquezas obtenidas por la conquista y explotación de las colonias- y saqueando los puertos, especialmente los establecimientos españoles en América.

practicó el comercio de esclavos desde África a América.

impulsó el tráfico de mercaderías de contrabando, especialmente en las colonias españolas. Todos los recursos -“lícitos o ilícitos”- fueron útiles a la expansión y crecimiento del capital inglés, en una exhibición absoluta de pragmatismo conducente al único fin de lograr mayor poder y riquezas. Ese pragmatismo fue el impulsor de inversiones realizadas en distintas direcciones que promovieron la investigación y el desarrollo de la Ciencia y la Técnica, que fueron las herramientas fundamentales para la consolidación del Imperio Británico.

En la mayoría de los casos, la definición teórica ocurrió a posteriori del hecho o de la misma necesidad que se presentaba a cada paso como desafío del desarrollo industrial. Puede citarse como ejemplo el caso de los avances en la industria textil o de las comunicaciones. Pero no sólo se financiaron investigaciones en áreas como la navegación o la industria sino que los capitalistas le brindaron apoyo a los pensadores sociales -políticos y económicos- que plasmaron una red de ideas y teorías que se exportaron al mundo como leyes absolutas que servirían para avalar el principio rector de que todo lo inglés era -por naturaleza- superior a lo demás. Según esa concepción, por su calidad de ser superior el “hombre inglés” estaba llamado a llevar el progreso a todos los rincones del mundo mientras que el resto de la humanidad debía aceptar esa sumisión y absorber esa cultura, por las buenas o por las malas. Una de esas leyes rectoras fue la del “Liberalismo económico”, que sirvió esencialmente para mostrarle a los demás países cómo debían comportarse frente a lo inglés, es decir el modo en el que se debía aceptar el predominio británico a partir de dejar ingresar las mercaderías y producciones inglesas a sus mercados, sin ningún control o restricción.

El escocés Adam Smith (1723-1790) es considerado el padre del liberalismo económico, sostén fundamental para el desarrollo del sistema capitalista. Según su visión, las leyes del mercado -basadas en el juego de la oferta y la demanda- son la llave que rige el mundo económico y equilibra la producción y el consumo, por lo que el Estado no debe intervenir en las cuestiones económicas desde que, “...persiguiendo sólo su propio bien, los hombres son llevados por una mano invisible hacia la promoción de fines sociales”.En otro pasaje de "La riqueza de las Naciones" afirmó que “el progreso más importante en las facultades productivas del trabajo, y gran parte de la aptitud, destreza y sensatez con que éste se aplica o dirige, por doquier, parecen ser consecuencia de la división del trabajo”.Con esta teoría, el imperialismo británico construyó su sistema de dominio mundial. Los postulados del liberalismo económico fueron llevados por los ingleses a todos los rincones del mundo con la idea de seducir -por las ideas- a los incautos y desprevenidos con la intención de que creyeran en el concepto de que el bienestar social se logra a partir del crecimiento económico y que éste se sostiene en el"dejar hacer" a las fuerzas productivas sin imposiciones ni regulaciones. Mientras Inglaterra era el país más proteccionista, exportaba el liberalismo como una enfermedad contagiosa, dando como resultado la mundialización de su modelo a través de la división internacional del trabajo. En ese sentido, su postulado fue: “haz lo que digo pero no lo que hago”.


Como ejemplo de esta clara política británica, el propio Adam Smith, teórico del Liberalismo económico, refiriéndose al “Acta de Navegación” (la ley más proteccionista que dictó Inglaterra) la llamó “...la más sabia de todas las regulaciones comerciales de Inglaterra”. Esta regulación fue el primer paso para convertir a Inglaterra en la potencia naval más importante del mundo.

La división del trabajo -elemento primario que produce la concentración de riqueza- se profundizó cada vez que se ampliaba el alcance del manejo de los mercados y la especialización.

Por ejemplo, en la etapa posterior a las independencias americanas, a nuestros países latinoamericanos les fue impuesto el rol de productores de materias primas y consumidores de productos elaborados. El capitalismo se perfeccionó con el tiempo hasta desarrollar un nuevo modelo (devenido financiero) en el que -como un gran acto de magia- se transformó la riqueza de las naciones en un equivalente en metálico o papel de su propiedad. Y encerró el "dinero" o esos "valores" en los bancos, en un verdadero suceso delictivo de secuestro extorsivo, ofreciéndolo a los “usuarios” a cambio de jugosos intereses. El capitalismo no se detuvo con ello. En el siglo XIX y de la mano de Inglaterra, practicó el sistema de "endeudamiento externo", esto es la conformación de deudas montadas artificialmente,negociadas en América entre las élites pro británicas y los bancos ingleses, como los casos de los empréstitos firmados por Colombia, Perú y Chile en 1822 y por Argentina, Brasil, Haití y México en 1824. Una nueva crisis sacudió al continente americano hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX, como los casos de Argentina en 1890, Venezuela en 1902, México en 1914. entre otros. En todos los casos se verificaron similares arreglos que produjeron una sangría en las arcas delos Estados americanos, consolidando un circuito perverso de dependencia y empobrecimiento. En ese modelo dependiente, las reglas de juego fueron dictadas desde los Estados de los países controlados por las empresas capitalistas, que presionaban a los gobiernos satélites tanto por vía dela diplomacia como de las intervenciones militares, medios apropiados para la satisfacción de sus requerimientos, esto es el cobro de sus beneficios.

En relación a intervenciones militares montadas para presionar el pago de las deudas, se destacan:

Argentina sufrió dos bloqueos contra sus ríos interiores, con avance militar y ataques con bombardeos: Francia (1838-1840), Inglaterra y Francia (1845-1840).

Venezuela sufrió el bloqueo de sus puertos en 1902 por la coalición entre Inglaterra,Alemania e Italia. También sufrió el bombardeo de algunos enclaves, como el Fuerte San Carlos en 1903.El poder del imperialismo requiere en primera medida que se cumpla con el postulado que afirma la necesidad de dividir y separar a los pueblos dominados con el objeto de evitar su fortalecimiento a partir de su unidad. Esta política fue implementada por Inglaterra desde los primeros momentos de la vida de nuestros pueblos emancipados del poder colonial de España en elsiglo XIX. Como ejemplo puede citarse la acción de políticos, empresarios, militares y espías británicos en todos los escenarios en los que se debatió el futuro americano, como por ejemplo la acción concreta de rechazo para que no prosperara el proyecto de confederación continental orientado por Bolívar, cuyo intento más notable fue el de la reunión realizada en el marco del Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826.A partir de la implementación de la política del Endeudamiento es que podemos leer la Historia de América desde la utilización de esa herramienta como una nueva forma de colonización. En vez margen98de tener el control militar del territorio con la consiguiente ocupación de los países y la imposición de gobernantes impuestos desde las metrópolis [esto es la definición del Colonialismo], la dominación se ejerce sobre países aparentemente soberanos, haciéndolo a través de mecanismos económico-financieros.

En la actualidad sufrimos un nuevo embate de procesos de endeudamiento externo por parte del imperialismo hacia los países subdesarrollados. No está de más releer nuestra Historia, lo que nos permitiría contar con más elementos para poder torcer nuestros destinos; elementos como los que nos proporcionó Simón Bolívar, quien en sus instrucciones para convocar al Congreso de Panamá de 1826 afirmó:“Es necesario que la nuestra sea una sociedad de naciones hermanas, separadas por ahora en el ejercicio de su soberanía por el curso de los acontecimientos humanos, pero unidas,fuertes y poderosas para sostenerse contra las agresiones del poder extranjero... hay que poner desde ahora los cimientos de un Cuerpo Anfictiónico o Asamblea de Plenipotenciarios que dé impulso a los intereses comunes de los Estados Americanos, que diriman las discordias que puedan suscitarse en lo venidero entre pueblos que tienen unas mismas costumbres y unas mismas habitudes...”En relación a la contradicción liberalismo-proteccionismo, quien entendió el problema en su raíz fue Manuel Belgrano, quien afirmó a principios del siglo XIX:“Las restricciones que el interés político trae al comercio no pueden llamarse dañinas. Esta libertad tan continuamente citada, y tan raramente entendida, consiste sólo en hacer fácil el comercio que permite el interés general de la sociedad bien entendida. Lo demás es una licencia destructiva del mismo comercio”.José Luis Parra La imposición de las Deudas Externas como forma de dominio y control

margen N° 100– marzo 2021

https://www.margen.org/suscri/margen100/tapa100.pdf

El ministro de Economía, Martín Guzmán, tendrá este domingo en Berlín la primera reunión de su gira por Europa, con el objetivo de avanzar en la renegociación de un nuevo acuerdo con el FMI y en relación a la deuda con el Club de París.
El primer encuentro, con el ministro federal de Asuntos de Economía y Energía alemán Peter Altmaier, está previsto para las 19 hs (las 14 hs de Argentina).


Guzmán se reunirá también el martes próximo en Alemania con el secretario del Ministerio Federal de Finanzas, Wolfgang Schmidt. A continuación, el miércoles 14, se encontrará en Roma con el ministro de Economía y Finanzas italiano, Daniele Franco.
Seguidamente, está prevista una reunión con la ministra de Economía y vicepresidenta segunda del gobierno español, Nadia Calviño, el jueves 15. La gira finalizará el viernes 16 en París, luego del encuentro con el ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire.
Fuentes del Ministerio de Economía indicaron a Télam que los objetivos del viaje son "construir consensos y entendimientos sobre lo que la Argentina necesita para estabilizar su economía", y señalaron: "El objetivo es conseguir los apoyos necesarios de los accionistas del FMI (especialmente G7 y G20) para concretar un programa que le sirva a la Argentina".
La comitiva que acompaña a Guzmán incluye al director ante el FMI por la Argentina y el Cono Sur, Sergio Chodos; la titular de la Unidad de Coordinación y Gestión de Asuntos Internacionales, Maia Colodenco; y la jefa de Gabinete del Ministerio de Economía, Melina Mallamace.

(TELAM)

La oposición política, economistas mediáticos y el establishment postulan medidas regresivas ignorando el impacto de la pandemia

A la derecha del FMI

La conducción de Kristalina Giorgieva exhibe, con discursos y artículos, preocupación por la gravedad de la crisis global. Propone medidas que desorientan al poder económico, como un impuesto a las corporaciones. Reconoce además que la inflación es multicausal y que la concentración económica es negativa.

Alfredo Zaiat en Página 12

En Argentina, las fuerzas políticas conservadoras reunidas en la principal alianza opositora, la secta de economistas mediáticos y gran parte del mundo empresario se han ubicado cómodamente a la derecha del FMI en términos conceptuales y de propuestas.

La pandemia es un acontecimiento inesperado que alteró el normal funcionamiento de la economía global. Sin mostrar mínimo registro de este suceso impactante, cuyo saldo sanitario, sociolaboral, geopolítico y de organización económica requiere de un adicional esfuerzo de reflexión, esos actores políticos exhiben sin pudor precariedad analítica disimulada con la prepotencia del poder. Esto es lo mismo que decir la soberbia de la ignorancia.

La reafirmación que hacen de sus posiciones regresivas extemporáneas ante una debacle global devastadora ha dejado al Fondo en un lugar insospechado. Quienes se detienen a estudiar sus más recientes textos de divulgación descubren que, pese a ser parte de un marco conceptual conservador-ortodoxo, tiene la capacidad de advertir la gravedad de esta crisis. Y, por lo tanto, expone voluntad discursiva de adaptarse a la actual situación modificando un poco la cosmovisión de lo que está pasando en el mundo.

Recomendaciones

Que esos factores de poder locales, con gran parte de los medios de comunicación siendo sus voceros exaltados, se coloquen con entusiasmo a la derecha del Fondo Monetario altera el panorama habitual, teniendo en cuenta la histórica función que ha cumplido ese organismo internacional en los países endeudados. 

El Fondo era y sigue siendo el auditor de los intereses de grandes empresas, internacionales y locales, y de las finanzas.

Pero esa tarea está bajo tensión a partir de la crisis más fulminante de por lo menos los últimos cien años, provocada por una de las diez pandemias más trágicas de la historia de la humanidad, de acuerdo a la evaluación cuantitativa del politólogo canadiense y cofundador del brasileño Instituto Igarapé Robert Muggah, en un último artículo publicado en Project Syndicate.

En este contexto dramático, el FMI se ha movido de sus tradicionales manuales regresivos al incorporar recomendaciones e ideas no habituales en sus programas estándar. Algunas de ellas son:

* Aplicar un impuesto global a multinacionales.

* La inflación es un fenómeno multicausal.

* La concentración económica es un problema y puede generar márgenes adicionales que impactan en precios y en la competencia.

* Mantener una política fiscal expansiva y realizar transferencias monetarias directas a los hogares pobres.

* Manifestar preocupación por la desigualdad económica y en el acceso a las vacunas. 

Otra K que incomoda

El FMI no se ha convertido en una organización revolucionaria ni es la vanguardia de la transformación del sistema capitalista. Sigue siendo una estructura tecnoburocrática conservadora con sede en Washington.


 El papel que intenta desplegar en el debate mundial puede estar forzado por la impiadosa realidad de la crisis del coronavirus. O por la renovada conducción de la búlgara Kristalina Georgieva, europea con otra sensibilidad por provenir de un país periférico y con restricciones similares a otros emergentes, que reemplazó a la francesa Christine Lagarde, quien lideró los planes de austeridad a Grecia, avaló el inédito crédito al gobierno de Macri y estuvo acusada de abuso de poder como funcionaria del gobierno de Francia.

Resulta evidente que el Fondo de KG está enviando mensajes explícitos de que si se quiere preservar el funcionamiento del capitalismo tal como se lo conoce en Occidente es necesaria la cooperación internacional para implementar medidas específicas no convencionales.

Es indisimulable la incomodidad de los principales jugadores de las finanzas globales con lo que está haciendo KG, fastidio expuesto en el período de la renegociación de la deuda en dólares con el ministro de Economía, Martín Guzmán. 

Los fondos de inversión cuestionaron al FMI por inclinarse hacia la estrategia de refinanciación planteada por el gobierno de Alberto Fernández, que fue exitosa porque extendió el plazo de pagos con un período de gracia y con fuerte reducción de la tasa de interés. 

Ahora pretenden que sea más duro en la exigencia del ajuste de la economía argentina. Esto último es un capítulo que sigue abierto pero no debería haber mucho margen de avanzar en ese sentido de acuerdo a lo que KG ha dejado expuesto en notas y discursos.

El "dueño" del FMI

Artículos y documentos del Fondo de estos meses son prueba de la existencia de otro clima analítico en la gestión Kristalina, que luego habrá que evaluar si se plasma en medidas concretas. 

Esto último, en definitiva, dependerá de la actitud que tengan los "dueños" del organismo, siendo el principal Estados Unidos. Se trata de un frente de disputa política complejo con las potencias económicas, pero resulta más aliviado de encarar cuando aparece otra comprensión analítica en la jefa y el staff del Fondo.

Por lo pronto, como señal alentadora de que algo se está moviendo en esas esferas del poder mundial, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, anunció que quiere negociar con el resto de los miembros del G-20 la coordinación de un impuesto mínimo sobre las corporaciones.

Yellen afirmó que "juntos podemos aplicar un impuesto mínimo global para asegurarnos de que la economía prospere sobre la base de una mayor igualdad de condiciones de tributación para las empresas multinacionales y que se impulse la innovación, el crecimiento y la prosperidad".

El cambio de administración del republicano Donald Trump al demócrata Joe Biden logró destrabar también la ampliación del capital del FMI en DEG (Derechos Especiales de Giro), cuya propuesta inicial era por el equivalente a 500 mil millones de dólares que se elevó en estos meses a 650 mil millones. Es una iniciativa de Kristalina Georgieva impulsada desde mediados del año pasado como mecanismo de auxilio financiero en la pandemia, que los Estados Unidos de Trump resistía y ahora destrabó Biden.

Esos dólares permitirán mejorar las finanzas de los países, obviamente en especial los que están en una situación complicada en ese frente, como la Argentina que recibirá 4550 millones para sumar a las reservas del Banco Central.

Contraste

Resulta ilustrativo exponer cómo grandes empresarios, economistas mediáticos y políticos de la alianza macrismo-radicalismo han quedado a la derecha del Fondo Monetario Internacional. 

1. El FMI propone un impuesto adicional a las corporaciones.

La economista jefa Gita Gopinath afirmó que existe una elevada evasión impositiva y ese dinero que no recaudan los gobiernos se transfiere a guaridas fiscales. Para sentenciar que "estamos muy a favor de un impuesto mínimo global a la renta empresarial".

En cambio, un grupo de los empresarios más ricos del país presentó cautelares para no pagar el Aporte de las Grandes Fortunas, otros pagaron protestando y unos pocos cumplen pero advirtiendo, careciendo del mínimo pudor, que esa carga adicional no es justa.

Lo hacen en las mismas semanas que se conoció que el 42 por ciento de la población es pobre porque no alcanza el umbral de ingresos para comprar una canasta básica de alimentos y servicios. 

Es una interesante tarea para especialistas investigar cómo esa minoría privilegiada logra disociar la acumulación de sus inmensas fortunas del drama sociolaboral del país.

2. El Fondo dice que la inflación es multicausal. Esto significa el reconocimiento de que no es provocada sólo por la emisión monetaria. 

Un equipo del Fondo Monetario Internacional, encabezado por Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de misión para Argentina, estuvieron reunidos con el ministro de Economía, Martín Guzmán, para definir las condiciones de un nuevo acuerdo después del fiasco pactado con el gobierno de Mauricio Macri.

En el comunicado difundido luego de ese encuentro, los técnicos fondomonetaristas afirmaron: "Hubo acuerdo en que la inflación es un fenómeno multicausal y que reducirla requiere políticas macroeconómicas consistentes y esfuerzos de coordinación para ayudar a anclar las expectativas de inflación".

Aquí los campeones de pronósticos fallidos insisten con que la inflación es exclusivamente por emisión monetaria y déficit fiscal. Esa definición del Fondo es una profunda herida a la arrogancia de la inmensa legión de economistas mediáticos. 

3. El Fondo advierte sobre la divergencia en la salida de la crisis y la agudización de la desigualdad por la pandemia, destacando el caso del acceso a las vacunas.

Georgieva escribió "Evitar una gran divergencia: encrucijada en el camino de la economía mundial", donde previene que existe un riesgo considerable de que, mientras las economías avanzadas y algunas de mercados emergentes se recuperan a mayor velocidad, la mayoría de los países en desarrollo languidezca durante años. "Esto agravaría no solo la tragedia humana de la pandemia, sino también el sufrimiento económico de los más vulnerables", afirma.

Explica que esto se debe al acceso desigual a las vacunas y que, incluso en el mejor escenario, se espera que la mayoría de las economías en desarrollo no alcance una cobertura con vacunas generalizada hasta fines de 2022 como pronto.

En cambio, con una cuota elevada de cinismo, aquí la alianza de derecha macrismo-radicalismo vocifera que quienes puedan comprar vacunas tienen su derecho, o sea que quienes tengan dinero tengan privilegio de conseguir inmunidad. Es lo mismo que exhiben en forma descarada las potencias económicas en relación al resto de los países.


Lo cierto es que, ignorando las advertencias de los científicos, el virus no respeta fronteras ni clase social, y hasta que todos estén vacunados –ricos y pobres, países desarrollados y periféricos- el mundo estará expuesto al riesgo de nuevas mutaciones y no se podrá reanudar en forma sostenida la actividad económica global.

El último informe Monitor Fiscal del FMI destaca también que la campaña de vacunación contra la covid-19 continúa, pero el ritmo al que avanzan las inoculaciones varía ampliamente de un país a otro, y muchos carecen de acceso a la vacuna. "La vacunación mundial es una necesidad urgente", se reclama. Para señalar entonces que la inmunización a escala mundial se pagaría por sí sola con el aumento del empleo y la actividad económica, lo que daría lugar a mayores ingresos tributarios y considerables ahorros en materia de apoyo fiscal. 

4. El FMI postula la expansión fiscal orientada a los grupos vulnerables y cuestiona la concentración económica.

En el texto "Adaptación del apoyo del gobierno", publicado en el blog del Fondo, los economistas Vitor Gaspar, W. Raphael Lam, Paolo Mauro y Mehdi Raissi apuntan que hasta que se controle la pandemia, la política fiscal deberá seguir siendo "flexible y solidaria".

Proponen "apoyo más específico a los hogares vulnerables" porque la pandemia ha tenido un efecto desproporcionadamente negativo en los pobres, los jóvenes, las mujeres, las minorías y los trabajadores en puestos mal remunerados y en el sector informal. 

Aconsejan que los responsables de la formulación de políticas deben garantizar que "la protección social esté disponible y el gasto sea sostenible durante la duración de la crisis ampliando la cobertura de las redes de seguridad social".

Respecto a la concentración económica, el artículo "Cómo mantener el poder corporativo bajo control", los economistas Federico Díez y Romain Duval informan que para su investigación utilizaron datos de casi 1 millón de empresas de 27 economías de mercado avanzadas y emergentes desde principios de la década de 2000.

La conclusión es conocida pero no habitual en los estudios del FMI: "Descubrimos que el creciente poder del mercado corporativo ha tenido un impacto económico negativo". 

Indican que el aumento de los márgenes de ganancia ha contribuido a reducir la inversión de las empresas, un ingrediente clave para el crecimiento sostenido. Para enfatizar que, "a medida que aumenta el poder de mercado de una empresa, puede ampliar sus beneficios cobrando un precio más alto y reduciendo su producción".

Negociación

Georgieva afirma que no se trata solo de divergencias entre países. También observa una aceleración de la divergencia dentro de los países. Propone entonces redoblar los esfuerzos para acabar con la crisis sanitaria, intensificar la lucha contra la crisis económica y reforzar el apoyo a los vulnerables.

Puede ser que sirva poco o nada lo que escribe o dice para la dinámica de la negociación del gobierno de Alberto Fernández con el FMI, que en definitiva las condiciones del acuerdo se determinarán por una decisión política de Estados Unidos y el resto de las potencias, pero el ministro Guzmán tiene a mano las posiciones de Georgieva y sus técnicos para ampliar y flexibilizar los márgenes de los objetivos macroeconómicos del nuevo acuerdo con el FMI.

Varlam Shalámov, Por la nieve (Fragmento)

¿Cómo se puede abrir un camino a través de la nieve virgen? Un hombre camina adelante, sudando y maldiciendo, apenas capaz de poner un pie delante del otro, quedando atrapado cada minuto en la nieve profunda y porosa. Este hombre recorre un largo camino, dejando un rastro de agujeros negros desiguales. Se cansa, se tumba en la nieve, enciende un cigarrillo y el humo del tabaco forma una nube azul sobre la nieve blanca brillante. Incluso cuando se ha movido, la nube de humo sigue flotando sobre su lugar de descanso. El aire helado está casi inmóvil. Los caminos siempre se hacen en días tranquilos, para que el trabajo humano no sea arrastrado por el viento. Un hombre hace sus propios puntos de referencia en este desierto nevado sin límites: una roca, un árbol alto. Dirige su cuerpo a través de la nieve como un timonel que conduce un bote a lo largo de un río, de un recodo a otro.

Las huellas estrechas e inciertas que deja son seguidas por cinco o seis hombres que caminan hombro con hombro. Rodean las huellas, no sobre ellas. Cuando llegan a un punto acordado de antemano, se dan la vuelta y retroceden para pisotear esta nieve virgen donde ningún pie humano ha pisado. Y así se abre un sendero. La gente, los convoyes de trineos, los tractores pueden usarlo. 

El poeta Varlam Shalámov tiene una especie de poema en prosa que abre la edición castellana de Relatos de Kolyma en donde describe el trabajo de abrir un camino caminando en la nieve virgen. La única manera de abrirse camino es caminar sobre ella, pisándola trabajosamente. Este trabajo es agotador. Por delante, sólo se ve la nieve recién caída. El camino recorrido sólo puede verse mirando hacia atrás.

Esta semana ha sido particularmente dura. El aumento acelerado de casos de COVID en la Argentina nos devolvió a la realidad: llevamos, por así decirlo, un año abriéndonos paso con dificultades por la nieve. Llevamos un año de pandemia. Un año de desazón, e incertidumbre. Muchos perdieron seres queridos, o se enfermaron, o aún tienen secuelas, o no les pasó nada pero cada día se despiertan pensando "¿será hoy el día que me toque a mí?".

Para peor, podría decirse, con riesgo de forzar la metáfora, el gran problema es que no para de nevar. Sobrevivimos al 2020, en el verano empezaron a llegar las vacunas, con el calor comenzaron a bajar los casos y nos pareció, equivocadamente, que estábamos cerca del final del camino. Sólo nos llevó tres semanas darnos cuenta de que no era así, que gracias al aumento de la circulación, de las nuevas variantes del virus surgidas en Brasil y Gran Bretaña, y de las demoras en el ritmo de llegada de las vacunas nos quedan meses o tal vez años por delante.

Por otra parte, si miramos hacia atrás veremos que en el año que pasó no lo hicimos tan mal colectivamente. No colapsó el sistema de salud. Muchos hicieron esfuerzos para sostener la economía. Por algunos meses, el gobierno nacional y los gobernadores funcionaron coordinadamente. No se hizo siempre lo mejor, pero tampoco lo peor.

El problema es que sigue nevando y estamos todos más cansados, más pobres, y con menos paciencia que hace un año.

El camino difícil que nos espera se continúa en la gestión. El gobierno nacional tiene menos margen económico para cerrar la economía cotidiana. Le será difícil emitir pesos para sostener los ingresos. El sistema sanitario está en peor estado que en junio del año pasado, con sus trabajadores agotados y enojados. Dirigentes de la oposición, que se mostraron más moderados el año pasado, hoy llaman a la “resistencia civil”. La cooperación internacional en el tema vacunas es nula. La región del Cono Sur es absolutamente incapaz de coordinar acciones, o de presionar a Brasil para que implemente alguna estrategia de control. Las vacunas a las cuales apostó el gobierno de Alberto Fernández tardaron más en llegar y fueron más escasas de lo supuesto. En especial, los muchos millones que deberían haber llegado desde un laboratorio mexicano brillan aún por su ausencia. Y la sociedad, para decirlo rápidamente, está harta. Harta de la masa madre, de hacer yoga por internet, de las clases por zoom de les niñes.

Vamos a hacer un inventario de las cosas positivas para tratar de no cerrar sin una mínima esperanza. Sabemos que las vacunas funcionan, algo que nos parecía un milagro hace un año. En nuestro país se vacunaron cinco millones de personas, incluyendo un porcentaje alto de la población de mayor edad, más vulnerable a la enfermedad. Las últimas encuestas marcan que, a pesar del ruido y la furia que se escucha en los medios, más del 60% de la sociedad opina que es razonable restringir actividades y movilidad, aunque no le guste. Los dirigentes que gestionan distritos (como Mendoza y Olavarría) desde la oposición se están concentrando en tratar de parar el aumento de casos, aunque esto signifique también tomar medidas antipáticas. El gobierno de Biden parece estar un poco más en sintonía con la necesidad de abrir líneas de cooperación internacional frente al avance de China y Rusia en la diplomacia de vacunas.

¿Es poco esto? ¿Es mucho? Cómo saberlo hoy. En todo caso, como dice el poema de Shalámov, para abrir un camino lo mejor es ser varios e ir juntos. Esperemos que dentro de unos meses podamos mirar atrás y ver cómo nos fue.

POPULISTAS SOMOS TODOS María Esperanza Casullo Cenital

UNA EMERGENCIA ÚNICA

Crisis económica y amenaza bélica en un mundo asediado por la pandemia

Corren los días y el otoño baña con su luz dorada las imágenes macabras de hospitales desbordados, vacunación a cuenta gotas y morgues desquiciadas. En el norte, el viento de la desgracia anuncia un verano caliente: mientras se multiplican las promesas de vacunas para todos, la acumulación de infecciones y muertes dibuja la vieja grieta que concentra el poder y la miseria.

En todas las latitudes la población se atrinchera en soledad, esperando a un enemigo invisible. El rugido de la pandemia penetra lo más recóndito de la vida diaria y convence de que es la causa de todos los males. Nadie se pregunta de dónde viene y su origen se esconde en las tinieblas. Poco a poco el virus es aceptado como un fenómeno natural. No obstante, detrás de él yace una vorágine profunda que nos arroja a un abismo impredecible. De esto, sin embargo, no se habla.

Hoy vivimos una emergencia única. Trasciende a la pandemia y abarca a turbulencias de distinta índole. Una de ellas surge de conflictos geopolíticos cuya ebullición puede desembocar en un desenlace militar entre potencias. Estos tumultos, de los que rara vez oímos hablar, son distantes e impenetrables. No se conectan con nuestra realidad inmediata y, como la pandemia, terminan naturalizándose, pese a que ocurren en un mundo plagado de armas nucleares, cuya posible utilización asegura la extinción de la especie humana. Son impulsados por seres humanos embriagados por una dinámica de acumulación ilimitada de poder y exhiben el fracaso de la política exterior norteamericana que dominó al mundo en las últimas décadas. Lejos de ser fenómenos naturales, estos conflictos son consecuencia de relaciones de poder que pueden ser transformadas.

Eurasia y la hegemonía norteamericana

Hacia fines del siglo pasado, los Estados Unidos dominaban al mundo y ninguna otra nación podía discutir su poder militar y económico. Algunos, sin embargo, se preguntaban por las condiciones necesarias para mantener este dominio en el siglo XXI. Para Zbigniew Brzezinski, Secretario de Seguridad Nacional de Jimmy Carter, Eurasia estaba destinada a ser el tablero de ajedrez donde se jugarían los desafíos al poder norteamericano en las siguientes décadas. Constituida por una enorme masa territorial que alberga la mayor proporción de población, recursos naturales y actividad económica del planeta, Eurasia constituía, según Brzezinski, el principal trofeo geopolítico que los Estados Unidos tenían que asegurar para mantener su dominio futuro. Para ello debían “profundizar la dependencia de sus vasallo e impedir su colusión”, “proteger a los que tributan y asegurar su docilidad” y evitar que los “bárbaros establezcan alianzas y conspiren”. En una palabra: se debía impedir que China y Rusia se aliaran contra la potencia hegemónica (Zbigniew Brzezinski, The Grand Chessboard: American Primacy And Its Geostrategic Imperatives, Basic Books, 1997, p. 31).


 Catorce años después, en pleno fracaso de una política exterior que multiplicó los países “inviables” y las guerras sin fin en el Medio Oriente, Hillary Clinton, ex secretaria de Estado del gobierno de Barack Obama, formuló la necesidad de un cambio en la estrategia internacional. La nueva orientación implicó el desarrollo de una fuerte presencia económica, diplomática y militar en Asia y el Pacífico (Hillary Clinton, 
America’s Pacific Century, Foreign Policy Magazine, 2011). Este enfoque dio origen a políticas destinadas a contener a China e impedir el renacimiento ruso, luego de la desintegración de la Unión Soviética. La presión militar en las fronteras de Rusia, y especialmente en Ucrania, estuvo a la orden del día. Hacia 2019, los organismos de inteligencia norteamericanos sustituían al “terrorismo internacional” por China y Rusia como principales peligros para su hegemonía.

La llegada de Donald Trump al gobierno en 2016 intensificó la utilización de los conflictos geopolíticos para resolver la puja por el poder entre las elites dominantes. El empresario, un outsider que “robó” al Partido Republicano, fue acusado de connivencia con Rusia para ganar las elecciones de ese año. La ofensiva fue liderada por los organismos de inteligencia, el establishment del Partido Demócrata y los neoconservadores republicanos e incluyó varios intentos de destituirlo mediante juicios políticos. El objetivo no prosperó, pero se implantó un clima de fobia contra Rusia, alimentado por los medios de comunicación. Con noticias falsas y filtraciones a la prensa se acusó a ese país de influir en la política interna, de jaquear bases de datos de importancia estratégica y de manipular los resultados electorales, incluidos los que tuvieron lugar en 2020. Ninguno de los episodios denunciados fue comprobado.

Trump contrarrestó estos ataques erigiendo a China como el principal enemigo del país y se propuso impedir el espionaje tecnológico, económico y militar con el que las corporaciones chinas desafiaban, según él, el poder económico norteamericano. En su pretensión de desarticular las cadenas de valor que integraban la economía china con la norteamericana, declaró una guerra comercial que multiplicó las sanciones económicas y las restricciones de todo tipo a las grandes tecnológicas chinas que operaban en territorio norteamericano y obstaculizó su relación con corporaciones estadounidenses, e incluso con otras europeas.

Ni bien llegó al gobierno, el Presidente Joe Biden profundizó las sanciones económicas contra Rusia y China y desató una gran presión militar sobre dos puntos neurálgicos: Ucrania y el mar de China. Prometió a su par Volodímir Zelenski el apoyo total a la soberanía de su país y envió material bélico a la región. Esta acción, en el contexto de la demanda ucraniana de admisión inmediata en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y de la presencia militar de esta institución en el mar Báltico, alentó el fuerte rechazo de Rusia a la presencia de Estados Unidos en la zona de disputa. El Presidente Vladimir Putin declaró el alerta en toda la región al desplegar más de 20.000 soldados y equipo militar en la frontera. Poco tiempo antes, el gobierno ruso había advertido al ejecutivo norteamericano que todo misil disparado en su contra sería considerado un ataque nuclear y rechazado inmediatamente por los mismos medios. El pasado viernes, dos buques de guerra estadounidenses entraron en el mar Báltico en apoyo explícito a Ucrania y Rusia, en respuesta, desplazó diez barcos militares desde el mar Caspio al mar Negro (zerohedge.com, 09/04/2021).

Biden también ha enviado varios barcos de guerra y aviones a la zona del mar de China, junto con material bélico destinado a Taiwán. Ha reconocido la integridad territorial de la isla, desconociendo la política que Estados Unidos siguió durante décadas. China amenazó a Taiwán con la guerra si declara su independencia, acumula tropas en la costa y realiza múltiples ejercicios militares en el mar de China y en el espacio aéreo que Taiwán reclama como propio. Además, advirtió al gobierno norteamericano que no acepta su creciente injerencia en una región que China considera parte de su integridad soberana (zerohedge.com, 29/01/2021).

Hegemonía norteamericana, crisis económica global y el FMI

Los Estados Unidos poseen intereses económicos inmediatos en Ucrania y en Taiwán. El gasoducto Nord Stream 2 fue construido por la empresa rusa Gazprom por debajo del mar Báltico, con el objetivo de abastecer de gas natural ruso a Alemania y desde ahí, al resto de Europa. De este modo, sustituirá a la antigua vía de acceso a través de Ucrania, dificultará la venta en Europa de gas natural norteamericano— más caro que el ruso— y bloqueará la posibilidad de control de Estados Unidos sobre el mercado europeo de ese hidrocarburo. Construido en un 90%, ha sido y sigue siendo objeto de reiteradas sanciones económicas. Ahora sus instalaciones son amenazadas por operaciones hostiles con aviones y barcos en la zona.

Por otra parte, las restricciones impuestas por Estados Unidos a las corporaciones tecnológicas chinas han aumentado la dependencia de China de importaciones de semiconductores producidos en Taiwán por la empresa TSMC, principal proveedor mundial. Estos chips son indispensables para la construcción de una enorme variedad de artefactos: desde computadoras y celulares hasta misiles y armas de guerra. China ha comenzado a producirlos pero aún depende de su importación, que en 2020 involucró el 18% del total de sus compras al exterior (bloomberg.com, 02/02/2020). Esta situación ha provocado un desabastecimiento mundial de estos chips que dislocó cadenas de valor global e impactó sobre sus precios.

Estas circunstancias contribuyen a agravar la recesión global producida por el cierre de la economía a raíz de la pandemia. Un informe reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que la recuperación económica es desigual: los países más ricos se han recuperado más rápidamente que las economías emergentes y los países pobres. Así, estos últimos tardarán muchos años en recuperar el nivel económico previo a la pandemia. El éxito de los países desarrollados se debe, según el FMI, a los masivos estímulos monetarios y fiscales invertidos en su reactivación económica (imf.org, abril de 2021).

El organismo internacional advierte que la desigual recuperación económica provocará la caída por debajo del nivel de pobreza extrema de más de 95 millones de personas. El atraso será mayor y la desigualdad crecerá “en los países que no tienen los medios para aplicar una fuerte respuesta macroeconómica” (y que) “enfrentan un espacio fiscal limitado y gran endeudamiento”. En estos casos, “las condiciones financieras restrictivas pueden exacerbar las vulnerabilidades”.

Así, en los países más ricos que, como hemos detallado en anteriores notas, tienen enorme endeudamiento y déficit fiscal, las masivas inyecciones monetarias habrían permitido salir de la crisis actual. El aumento del déficit fiscal y del endeudamiento como consecuencia de los estímulos monetarios no es evaluado negativamente. En cambio, en los países pobres y de medianos ingresos, el endeudamiento y el déficit fiscal desaconsejan la inyección monetaria para reactivar las economías. Estos países son vulnerables a las “condiciones financieras restrictivas” que permiten al FMI exigir más ajuste monetario y fiscal, aún en tiempos de pandemia. En este contexto, no debe extrañar que esta institución ignore la posibilidad de eliminar la deuda insostenible, única manera de que la economía de estos países despegue. Postergar los pagos y obligar a los países más pobres a encarar cambios estructurales para reestructurar sus deudas, implica prolongar el endeudamiento ilimitado.

La solución que propone el FMI para mitigar la desigualdad social es un impuesto “solidario” a los “ganadores” en tiempos de pandemia: las grandes fortunas y grandes corporaciones. Este impuesto “simbólico” será “temporario” y permitirá aumentar la cohesión social (ft.com, 07/04/2021). Una dádiva que, sin embargo, no altera el mecanismo del endeudamiento ilimitado propugnado por el FMI, que conduce al callejón sin salida de un país inviable, con sus recursos saqueados y la mayoría de su población aniquilada por el hambre y las enfermedades. Esta es la emergencia única que enfrentan los países altamente endeudados en los tiempos que corren.

La emergencia nacional

Esta semana el macrismo sacó a relucir, una vez más, su irracionalidad salvaje y su carencia de ética al pretender lucrar políticamente con su rechazo al aumento de las restricciones a la circulación de personas. Una medida que, según los expertos, es indispensable para frenar el avance de una pandemia que se tornó descontrolada. La oposición mostró claramente la hilacha: busca abiertamente provocar más muertos e infectados para luego atribuirlos al “fracaso” del gobierno.

Hoy vivimos en una emergencia única y no hay tiempo que perder. El gobierno tendría que ejercer toda la fuerza del Estado para aplicar rápidamente penalidades: a la violación de las restricciones a la circulación, a la remarcación de precios y al desabastecimiento. Debería, además, adoptar todas las disposiciones necesarias para evitar que la situación económica, sanitaria y social siga deteriorándose día a día y debería visibilizar, ante el conjunto de la población, el drama de la pobreza y de las muertes por Covid-19 y su contraparte: los que lucran con la crisis, apuestan al caos y se niegan a contribuir con un ápice de sus fortunas para salir de la debacle actual.

El Presidente Alberto Fernández considera posible llegar a un acuerdo con el FMI para reestructurar la deuda de un modo sostenible y aspira a que las tasas y plazos de la misma, que “son una cuestión contable”, puedan ser revisadas por el organismo (ámbito.com, 09/04/2021). Paralelamente, ha instruido a la Procuración del Tesoro para que sea querellante en la causa contra Mauricio Macri por el endeudamiento con el Fondo, y para que inicie las acciones conducentes al recupero de los daños y perjuicios ocasionados al Estado. Estas definiciones son muy positivas y trascendentes. Sin embargo, no alcanzan para enderezar el barco en el momento actual.

De esta crisis no se sale sin una fuerte presencia del Estado, no sólo distribuyendo subsidios a las empresas para que paguen salarios ante el cierre de la producción, sino invirtiendo en la economía y reactivando con buenos salarios y créditos para las pequeñas y medianas empresas.

Esto implica desacatar la fórmula del ajuste presupuestario, que tanto satisface al FMI, y que en la práctica ha implicado ajuste del gasto social, escasísimo crédito productivo, desaparición del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), deterioro de los salarios, pensiones, jubilaciones y de la Asignación Universal por Hijo, en un marco de inaceptable crecimiento de la pobreza y la indigencia.

Una contrapartida de este drama son las enormes ganancias apropiadas por los bancos, que mensualmente cosechan 80.000 millones de pesos en concepto de intereses de LELIQs. Tal vez habría que poner la lupa en este sector y buscar la forma de derivar esos fondos hacia la reactivación que el país necesita. Asimismo, si bien la coyuntura internacional es complicada, ofrece una oportunidad única para articular alianzas de nuevo tipo, que permitan reactivar la economía y orientarla en función de las necesidades del país.

Mónica Peralta Ramos en El Cohete a la Luna

Como en lo individual, lo público y común aparece como una amplificación que agrega elementos propios a las relaciones mínimas y a los comportamientos individuales. Que los imperios hagan lo suyo no implica que definitivamente los agredidos sean colonizados o esclavizados. Las identidades individuales y comunes no siempre se dejan avasallar por los discursos y recursos del poder. La consciencia tanto de los individuos como de las comunidades van dibujando el resultado de las tensiones y de los conflictos que se suscitan a la hora de poder e imposiciones, del mismo modo que de los consensos, acuerdos y alcances de metas comunes y objetivos consensuados. Hacer la guerra o la paz tanto en lo individual como en lo común, depende primero de una decisión tan individual como colectiva en tanto nadie puede hacer la guerra solo y nadie puede instalar la paz aislado del otro. La libertad es entonces la posibilidad de elegir con quienes y de que modos. No se puede ser libre en medio de una comunidad colonizada y esclavizada. Nadie se salva solo.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

Imágenes: Michael Lang Artista a tiempo completo que trabaja en el norte del estado de Nueva York.

 



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