Dioses individuales o comunidades organizadas

 


En cuanto a las restricciones que afectan a determinadas clases de la sociedad, nos topamos con unas constelaciones muy visibles, que por otra parte nunca han sido desconocidas. Cabe esperar que estas clases relegadas envidien a los privilegiados sus prerrogativas y lo hagan todo para librarse de su «plus» de privación. Donde esto no es posible, se consolidará cierto grado permanente de descontento dentro de esa cultura, que puede llevar a peligrosas rebeliones. Pero si una cultura no ha podido evitar que la satisfacción de cierto número de sus miembros tenga por premisa la opresión de otros, acaso de la mayoría (y es lo que sucede en todas las culturas del presente), es comprensible que los oprimidos desarrollen una intensa hostilidad hacia esa cultura que ellos posibilitan mediante su trabajo, pero de cuyos bienes participan en medida sumamente escasa. Por eso no cabe esperar en ellos una interiorización de “las prohibiciones culturales”; al contrario: no están dispuestos a reconocerlas, se afanan por destruir la cultura misma y eventualmente hasta por cancelar sus premisas. La hostilidad de esas clases a la cultura es tan manifiesta que se ha pasado por alto la que también existe, más latente, en los estratos favorecidos de la sociedad. Huelga decir que una cultura que deja insatisfechos a un número tan grande de sus miembros y los empuja a la revuelta no tiene perspectivas de conservarse de manera duradera ni lo merece.

Sigmund Freud,
El porvenir de una ilusión

En junio de 2020 los criaderos de visones en Dinamarca comenzaron a generar casos de covid-19 entre los animales. Originalmente el virus había pasado de los animales a los humanos y ahora había mutado y vuelto a trasladarse a los animales, particularmente aquellos vulnerables a las enfermedades respiratorias, como los visones. Los criaderos donde estos animales viven hacinados para su mayor explotación son un escenario propicio para el contagio. En diciembre las autoridades danesas tomaron la decisión de sacrificar más de 15 millones de animales que fueron enterrados en fosas preparadas especialmente. El problema que surgió fue que, luego de varias semanas, debido a la gran cantidad de animales muertos emergieron gases de los cadáveres en descomposición y los animales sacrificados salieron nuevamente a la superficie revelando el uso y abuso que hacemos de nuestro planeta.

La pandemia puso en evidencia la necesidad de pensar cómo construimos un sistema social y ecológico que deje de considerar a los seres humanos y a la naturaleza como mercancía; que permita revisar la lógica consumista y la satisfacción inmediata asociada a la idea de objetos con un fin precoz y programado.

Es decir, la pandemia nos lleva a reflexionar sobre el capitalismo globalizado y su eficacia como constructor de subjetividad. Una corposubjetividad sostenida en el consumismo como búsqueda de la felicidad privada. Una corposubjetividad donde la ruptura del lazo social lleva a que el otro es el enemigo. Esta situación se ha consolidado con las medidas necesarias que se han tomado para prevenir el virus.

En este sentido la crisis del covid-19 ha llevado a que se acentúen los problemas que traen en el tejido social y ecológico la organización política y económica del capitalismo contemporáneo. La pretensión de acumulación ilimitada de la riqueza en un planeta finito es el modelo que sigue imperando a escala planetaria. Esta contradicción no se va a resolver mágicamente tampoco con medidas paliativas que disminuya transitoriamente sus efectos; requiere de acciones globales que permitan procesos de corposubjetivación que lleven a una nueva forma de entender el mundo y la vida. Una nueva forma de encontrarnos con otros cuerpos en el colectivo social. Esto apunta a que no es suficiente una función diferente del Estado; es necesario -como veremos más adelante- forjar una nueva corposubjetividad que genere comunidad.

En la actualidad la realidad se con-funde con el capitalismo

En los noventa, con el fin de la llamada “Guerra Fría”, a partir de la caída del Muro de Berlín y el fin del socialismo totalitario estalinista en la URSS se impone a nivel mundial el capitalismo en su forma neoliberal. Mientras el filósofo Francis Fukuyama anunciaba el “fin de la historia” y el “fin de las ideologías”, en el interior del pensamiento crítico se trató de sustituir la lucha de clases y el anticapitalismo por conceptualizaciones que pretendían entender la “nueva realidad” desde perspectivas que llevaban -y llevan- a seguir sometidos al poder del capital. Para citar algunos de los autores más importantes, podemos mencionar a John Holloway que sostenía “cambiar el mundo sin tomar el poder”; “La razón populista” de Ernesto Laclau quien delimita la lucha “entre amigos y enemigos” matizada con la lectura del psicoanálisis lacaniano y la búsqueda del “significante vacío” y -para finalizar- Michel Hard junto a Antonio Negri quienes afirmaban que el imperialismo no existía ya que había sido reemplazado por un imperio global sin localización donde lo importante era rescatar el lugar de la “multitud” como potencia de resistencia. Spinoza leído desde Deleuze era traducido políticamente a partir de la importancia de las micropolíticas en un mundo llamado posmoderno donde prevalece “el pensamiento débil” y la importancia del “acontecimiento” como momento de ruptura. A principios del siglo XXI el modelo del capitalismo neoliberal tiene crisis importantes que llevan a que se establezcan gobiernos progresistas que no cuestionan las bases del modelo capitalista y populismos de derecha -con connotaciones fascistas- que asumen desde el “negacionismo” un supuesto lugar de rebeldía. Aquí encontramos a Trump en EE.UU., Bolsonaro en Brasil, el Brexit en Inglaterra, Duda en Polonia, Orbán en Hungría, etc. Debemos decir que producto de esta crisis del neoliberalismo se genera una de las peores pandemias de la historia facilitada por la globalización y el consumismo.

Si bien la crisis sanitaria que aparece lleva a cuestionar en muchos países el lugar del Estado como organizador de la Salud, que en el neoliberalismo se había dejado en manos privadas, no se cuestionan las bases sociales y económicas que la hicieron posible. Esto ha llevado a que los laboratorios privados financiados con capitales estatales hayan iniciado una guerra primero por el descubrimiento de una vacuna; luego por su distribución y finalmente por acuerdos multimillonarios con los países más ricos. Éstos compraron vacunas en volúmenes superiores a su población. Canadá se aseguró vacunas en una proporción seis veces mayor a la cantidad de habitantes que viven en su territorio; por lo contrario, África, como continente, con una población de 1.300 millones de habitantes, reservó 870 millones de vacunas. Según la OMS, pocos países pobres y endeudados tendrán acceso a la vacunación durante varios años. Además, el afán de lucro llevó a prometer una cantidad de dosis que ningún laboratorio puede cumplir. Su resultado es la demora en la entrega, la diplomacia de las vacunas donde se juegan cuestiones geopolíticas y la aparición de un mercado negro donde la vacuna se vende a 250 y 350 euros. Es evidente que con el desarrollo productivo alcanzado en este siglo XXI es suficiente, con una parte mínima de este capital, elaborar y suministrar las vacunas a todos los habitantes del planeta si se liberan las patentes como bien de la humanidad. (Jonas Salk, en 1955 desarrolló la vacuna contra la poliomielitis y decidió no patentarla para que pudiera llegar a más personas rechazando una ganancia de 7 mil millones dólares). Sin embargo, a pesar de las frases huecas que se enuncian sobre la necesidad de un cambio, se procede con más de lo mismo: obtener ganancias sin importar sus consecuencias. Esta es la lógica del Capital. Aparte de las consecuencias humanitarias y éticas, si este sistema capitalista no se detiene sus efectos llevan a aumentar la desigualdad social y a poner en peligro la habitabilidad del planeta.

Es que el capitalismo se identifica con la realidad cuyo efecto es convertir la vida en la auténtica forma de dominio. Es decir, “El capitalismo y la realidad coinciden porque un único acontecimiento unifica el mundo al conectar todo lo que en él pasa. Es decir, en principio, hoy todos los acontecimientos son reconducidos a un solo acontecimiento. Este acontecimiento único es el desbocamiento del capital. La globalización neoliberal, sinónimo de época global, no es más que la repetición. La repetición compleja por ser fundadora y desfundadora simultáneamente- de un solo y único acontecimiento: el desbocamiento del capital.” (Santiago López Petit, 2009). Esto nos lleva a lo que afirmaba Carlos Marx “El verdadero límite de la producción capitalista, es el capital mismo.” Nuevamente volvemos al tema de los límites. Límites que pone en juego la importancia de un pensamiento crítico donde pone en evidencia que hacer más de lo mismo implica lo mismo; aunque se lo disfrace con diferentes ropajes progresistas o de derecha. La circulación del virus acompaña la circulación del Capital y éste afecta a los más débiles no solo por su inmunidad sino por sus condiciones de vida. En nuestro país las provincias con menor poder adquisitivo, muchas de ellas manejadas por gobernadores feudales, los barrios pobres de CABA y Gran Buenos Aires. Una investigación de la Oficina de Presupuesto del Congreso (COP) muestra que en el año 2020 el 20% de la población con más altos ingresos obtuvo el equivalente a 13 veces lo que gana el 20% más pobre, cuando en 2019, era de 10 veces, lo que igual ya era una tremenda diferencia.

En EE.UU. las personas afroamericanas y latinas tienen más posibilidades de contraer Covid-19 y cuando se contagian sufren consecuencias más graves, incluida la muerte. En un informe de OXFAM (una confederación internacional de 20 ONG que realizan un trabajo en 67 países) titulado “El virus de la desigualdad” plantea el aumento de las desigualdades no solo económicas sino también raciales y de género. En el escrito de 60 páginas evidencia la “fragilidad colectiva” y cómo entre marzo y diciembre de 2020, en plena pandemia, la fortuna de las 10 personas más ricas del mundo (milmillonarios) creció 540.000 millones de dólares. Se refiere a Jeff Brezos, Elon Musk, Bernard Aranult, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Lany Ellison, Warren Buffett, Zhong Shashang, Lang Page y Mukesh Amboni. En este mundo donde los más ricos ganaban inmensas fortunas, casi la mitad de la humanidad tiene que sobrevivir con menos de 5,50 dólares por día; durante 40 años el 1% más rico de la población ha duplicado los ingresos de la mitad más pobre. Por otro lado, en el último cuarto de siglo el 1% más rico ha generado el doble de emisiones de carbono que el 50% más pobre agravando la crisis del cambio climático.

En este sentido, la idea que el capitalismo es lo único posible lleva a un pensamiento que supuestamente comprende la realidad, aunque se somete ante ella. Este posibilismo reduce la política a la administración del orden existente y eso significa administrar el dinero y no permitir generar cambios estructurales.

El orden simbólico es el lugar donde los sujetos se representan a sí mismos como un sistema de relaciones sociales y culturales en el colectivo social. Este orden simbólico se ha visto conmovido a partir de la pandemia. Ya que asistimos a una atención global de la humanidad. Esta situación es consecuencia de una crisis civilizatoria que está basada en la destrucción de la naturaleza donde no hay naturaleza entre los humanos y los virus. Hay una mercantilización de los “bienes comunes” con el fin de obtener ganancias y superar las crisis económicas; este hecho iguala a gobiernos neoliberales, progresistas o populistas de derecha. Con sus diferencias todos autorizan los desmontes de grandes extensiones de bosques para seguir ampliando la frontera agrícola (por ejemplo, la región del Amazonas en Brasil); se desertifican grandes extensiones de tierras con productos agrotóxicos; se estimula la megaminería contaminante y destructora de glaciares que nos dan agua potable subsidiando fracking con grandes sumas de dinero. En nuestro país, el 27 de agosto del año pasado, en plena pandemia, la Comisión de Arraigo y Agricultura del Partido Justicialista Nacional convocó por Zoom para tratar el tema de los criaderos de cerdos. De ella participaron varios funcionarios, entre ellos el canciller Felipe Solá. Cuando los organizadores se dieron cuenta de la presencia de algunas personas que estaban contra uno de los negocios más contaminantes del planeta los expulsaron de la reunión. Entre ellos se encontraban la socióloga Maristella Svampa y los científicos Guillermo Felgueras y Marcos Filand.

La pandemia del Covid-19 y el cambio climático plantean que el modo de producción basado en el consumismo no es sostenible. Pero esto no implica vivir en el bosque ni volvernos ascetas. Debemos tener una tecnología basada en otra organización económica y social equitativa y participativa que nos potencie y no que nos encierre en la impotencia y la destrucción. Sin embargo, en las últimas décadas el capitalismo tardío se fue convirtiendo en una religión materialista excluyente de otras variables de vida, de producción, de cultura, de comunidad. Esta tendencia ya fue observada a principios del siglo pasado por Walter Benjamin en un texto no muy citado. Para Benjamin, el capitalismo es el culto más extremo que haya existido. Sus prácticas culturales dirigen las vidas de quienes están sometidos a su imperio. Es la religión más extrema, pues ha de ser celebrada en todo momento y lugar. Un rasgo esencial es la culpabilización generalizada que introduce ya que siempre hay una culpa y una deuda. Aquellos que no ganan el dinero suficiente -ningún dinero es nunca suficiente- se sienten culpables y por ello están en deuda con el sistema convertido en un Dios triunfante que todo lo ve y lo juzga. Citemos extensamente el texto, dado que tiene una gran actualidad: “Hay que ver en el capitalismo una religión, es decir, el capitalismo sirve esencialmente a la satisfacción de las mismas preocupaciones, penas e inquietudes a las que daban antiguamente respuesta las denominadas religiones. La comprobación de esta estructura religiosa del capitalismo, no sólo como forma condicionada religiosamente (como pensaba Weber), sino como fenómeno esencialmente religioso, nos conduciría hoy ante el abismo de una polémica universal que carece de medida. No nos es posible describir la red en la que nos encontramos. Sin embargo, será algo apreciable en el futuro. No obstante, son reconocibles tres rasgos de esa estructura religiosa del capitalismo en el presente. Primero, el capitalismo es una pura religión de culto, quizás la más extrema que haya existido jamás. En el capitalismo todo tiene significado sólo en relación inmediata con el culto. No conoce ningún dogma especial, ninguna teología. Desde este punto de vista, el utilitarismo gana su coloración religiosa. A esa concreción del culto se vincula un segundo rasgo del capitalismo: su duración permanente. El capitalismo es la celebración de un culto sans trêve et sans merci (sin tregua y sin piedad)… Este culto es, en tercer lugar, culpabilizante. Probablemente el capitalismo es el primer caso de culto no expiante, sino culpabilizante”. Finaliza el texto con una frase que nos lleva al mundo actual: “Es la esencia de ese movimiento religioso que es el capitalismo resistir hasta el final, hasta la culpabilización final de Dios, hasta la consecución de un estado mundial de desesperación que es, precisamente, el que se espera. En esto estriba lo históricamente inaudito del capitalismo, que la religión no es reforma del ser, sino su destrucción.”

La actualidad del capitalismo mundializado traslada la omnipotencia de un Dios trascendente propio de las religiones monoteístas al mundo humano. El imaginario que transmite la cultura es que todo se puede lograr, incluso vencer nuestra propia finitud. Por ello la naturaleza no es una realidad de la que formamos parte sino un recurso supuestamente inagotable sometido a la lógica del Capital. En este sentido, “podemos afirmar que la naturaleza ha dejado de existir. Eso no quiere decir que no existan el mundo animal, la tierra, los océanos, el universo todo con su complejidad. Todo eso se da y está ahí, pero nuestro modo de relacionarnos con ella se ha alterado definitivamente (…) La naturaleza que en el mundo clásico contenía un límite es ahora desmesura y el límite es preciso encontrarlo en otro lugar, y de ahí la escisión entre moral y felicidad.” (Vicente Serrano, 2011). Todo es válido para encontrar una supuesta felicidad privada al servicio de las pasiones más primarias. Esta circunstancia puso en cuestionamiento la pandemia. Lo cual nos lleva a encontrar una naturaleza perdida en la que está depositada la fuente de la moral y una naturaleza que está sometida al sistema socioeconómico de la cultura hegemónica. La primera es a la que apelan los grupos ecologistas, pero también es la que intenta recuperar el populismo de derecha bajo los prejuicios occidentales que niegan la ciencia y rechazan al diferente, al extranjero que son considerados los bárbaros.

Si la naturaleza en el mundo moderno pierde la condición de límite bajo las condiciones de un progreso ilimitado; ésta se encuentra en la actualidad en un quiebre donde es imposible evitar sus consecuencias: podemos citar la pandemia junto al cambio climático y sus efectos socioeconómicos. De allí la actualidad del pensamiento de Spinoza en su intento de rescatar la inmanencia de la naturaleza cuestionando las religiones monoteístas sostenidas en un Dios trascendente. Para ello Spinoza sitúa el principio de totalidad como Deus sive natura (Dios o la Naturaleza). Aquí Dios es la Naturaleza que se manifiesta en una única sustancia infinita que está dotada de dos atributos o modos finitos que son el pensamiento (el alma) y la extensión (el cuerpo). Esta sustancia única es tanto Dios o la Naturaleza y puede concebirse a sí misma como Naturaleza naturanda, en tanto es principio que produce o como Naturaleza naturada, en cuanto es realidad producida. En esa totalidad, en tanto sustancia infinita se encuentran los sujetos humanos como modos finitos. Estos organizan sus modos en términos de paralelismo donde no hay superioridad del pensamiento (el alma) sobre la extensión (el cuerpo) cómo pretendía Descartes. La frontera entre la infinitud del todo, Dios o Naturaleza, sustancia infinita y la finitud del modo organizado en el paralelismo del pensamiento y la extensión, Spinoza los llama afectos. Por ello la corposubjetividad es siempre afectiva en la medida que da cuenta de un cuerpo finito y de un cuerpo que afecta y es afectado por otros cuerpos en el colectivo social. Sin embargo, el sujeto puede imaginar una divinidad perfecta; es decir, puede ir más allá de los límites en su capacidad de apelar a la imaginación que para Spinoza es fuente de las ideas inadecuadas. En ella vamos a encontrar la omnipotencia que desconoce a los demás afectos y no reconoce su propia condición finita. Es aquí donde la fuerza de todas las religiones es la creencia. Creencia que es manejada desde el poder a través de la imaginación con la cual somete al colectivo social a través del miedo y generando una esperanza pasiva en donde un Dios o un Estado transcendente va a permitir que se logre la felicidad. En la actualidad no son las jerarquías religiosas quienes controlan la imaginación, tampoco los sistemas fascistas o estalinistas que imponen las figuras imaginarias a través de la fuerza y el terror. El capitalismo mundializado se impone desde el interior del sujeto generando pasiones tristes que disminuyen nuestra potencia de obrar y nos encierra en la soledad y la incertidumbre. La pandemia -que en algún momento va a terminar- solo vino a acentuar esta situación.

Para finalizar, debemos decir que estamos viviendo tiempos de oscuridad donde el miedo nos domina. Lo cual nos obliga a producir reflexiones que se transformen en luces. Estas no van a acabar con la oscuridad, pero sí con el miedo que nos impide generar comunidad. Es decir, acciones colectivas que incrementen nuestra potencia de ser para lograr un proceso de ruptura radical con el capitalismo.

Enrique Carpintero Psicoanalista Editorial Revista Topía #91 abril/2021

Mientras te escribo, veo que un referente nacional en tema vacunas hizo una broma en Twitter que consistía en “inventar la existencia de una vacuna polaca y decir que se está negociando su compra para despistarlos”. ¿A quiénes? “A los medios que boicotearon y boicotean vacunas”.

Creo que los ánimos están muy caldeados y los referentes científicos no son inmunes, así que no me interesa ahondar en los motivos personales de este comportamiento. Sin embargo, este episodio en particular, tal vez porque tiene muchos componentes que me interpelan, me generó mucha confusión. ¿A eso llegamos? ¿A creer que de un lado estamos nosotros y del otro “los demás”? ¿A tener más ganas de mostrar lo ridículos y brutos que son los otros que de conservar buenas prácticas informativas? ¿De verdad pensamos que la línea que nos divide de los malintencionados es tan taxativa que ninguna persona con buena fe que está esperando vacunas para sí misma y sus queridos podría verse afectada por la diseminación de una noticia falsa?

Es como que la cantidad de información sobre vacunas no se condice con la disponibilidad efectiva de inyecciones, ¿no? Hay algo de imaginar una solución definitiva que tranquiliza, pero que genera muchísima ansiedad cuando no llega. Como tantas cosas en este contexto, no hay una respuesta fácil y los argumentos se muerden la cola. Pero algunas cosas las sabemos: hay pocas vacunas pero hay, para algunas cosas sirven y estaría buenísimo que nos pudiéramos vacunar todos muy pronto, así que acá van algunas vacunanews:

  • La vacuna Sputnik V produce anticuerpos con una sola dosis. Un estudio de la Plataforma de Estudios Serológicos de la provincia de Buenos Aires analizó muestras de plasma de 288 personas vacunadas a los 21 días de la primera dosis y a los 21 de la segunda y observó que más del 90% produjo anticuerpos neutralizantes luego de la primera dosis. A su vez, se sumó evidencia: quienes ya habían cursado la infección desarrollaron más anticuerpos luego de la primera dosis que quienes no se habían contagiado luego de la segunda. Algo particular de este estudio es que por primera vez se incluyó un estándar internacional de anticuerpos recientemente generado por la OMS. Esto permite cuantificarlos de la misma forma aunque se usen distintas tecnologías y vacunas, lo que permite comparar datos de manera más sencilla.

     

  • Se armó alta polémica por las declaraciones de Gao Fu, director del Centro de Control de Enfermedades de China. Te lo resumo así nomás: en una entrevista al Global Times, Gao Fu sugirió que, para mejorar la efectividad de las vacunas, habría que ajustar el intervalo entre dosis, la concentración de cada dosis y el número de inyecciones, y los medios titularon que había “admitido que las vacunas chinas no funcionan”, haciendo eco de una noticia que afirma que una universidad chilena va a publicar resultados en los que sostendrá que la vacuna producida por la empresa china Sinovac ofrece protección “muy limitada”. ¿Qué pasó? Primero, Gao Fu salió a decir que ésta fue una interpretación maliciosa y que lo que él quiso decir es que es lógico que algunos desarrollos funcionen mejor que otros, dado que son muy nuevos y se hicieron muy rápido y que los procesos de ajuste y perfeccionamiento son parte del quehacer científico. Segundo, el informe de Chile todavía no está publicado, pero un vocero de Sinovac dijo que, luego de haberse administrado 130 millones de dosis de la vacuna, se observa que no hubo muertes ni casos graves entre quienes las recibieron. AFP, por su parte, reportó que la efectividad observada sería del 56.6% dos semanas después de la segunda dosis. Además, una fuente reveló al Global Times que estos datos provienen de muestras muy pequeñas, por lo que no serían concluyentes. Por último, ni lerdos ni perezosos, algunos medios argentinos se sumaron al bardo diciendo que las vacunas que se le compraron a China no sirven, pero todo fue confusión, pues las que se están administrando en nuestro país son de otra empresa del gigante asiático, Sinopharm, que si no te acordás cómo funciona podés refrescar la memoria con este artículo que lo explica muy bien.

  • A fin de año, Cuba podría tener a toda su población vacunada. El fin de semana pasado, Gisela Busaniche entrevistó a Helio González, un genetista cubano radicado en Argentina, y la verdad que la charla es preciosa. Primero, explica con mucho detalle cómo funciona la tecnología que usan para la fabricación de Soberana II, la primera vacuna latinoamericana, que es de proteínas recombinantes. Hablando mal y pronto, la cosa es así: se extrae del virus la parte que entra en las células, que es la que tiene la capacidad de estimular la respuesta inmune, y se la mete en la bacteria clostridium, que es la que causa el tétanos y para la que todos los vacunados tienen inmunidad, por lo que no causa infección pero genera defensas específicas. Además, contó que se hará un “estudio de intervención”, o sea que, una vez probada la seguridad en fase II, se comenzará con la inoculación sin grupo placebo y que, si no se observan efectos adversos, se continuará vacunando. Mis partes favoritas fueron: cuando le preguntaron a González qué significa geopolíticamente este desarrollo y dijo que “introduce un elemento de equidad y enfrentamiento a la ferocidad distributiva de algunas compañías”, dando a entender que Cuba priorizará el envío de vacunas a países con menores posibilidades de compra; y cuando le preguntaron por el nombre y dijo que “se llama Soberana porque representa la soberanía científica, tecnológica y sanitaria”.

  • La variante sudafricana sería resistente a la vacuna de Pfizer. Un estudio israelí, que aún no ha sido publicado, comparó los datos de una muestra de 400 personas que tuvieron tests positivos a partir de los 14 días de haber recibido una o dos dosis de la vacuna, contra información relevada de la misma cantidad de personas con infección pero sin vacuna. La variante sudafricana se encontró en el 1% del total de los casos, pero, entre quienes habían recibido las dos dosis, la prevalencia era del 5.4%, lo que sugiere menor efectividad.

  • Kati Kariko ayudó a proteger al mundo del coronavirus

En colaboración con colegas devotos, la Dra. Kariko sentó las bases para que las vacunas de ARNm que cambiaran el rumbo de la pandemia.

Creció en Hungría, hija de un carnicero. Decidió que quería ser científica, aunque nunca había conocido a uno. Se mudó a los Estados Unidos cuando tenía 20 años, pero durante décadas nunca encontró un puesto permanente, sino que se aferró a los márgenes de la academia.

Ahora Katalin Kariko, de 66 años, conocida por sus colegas como Kati, se ha convertido en uno de los héroes del desarrollo de la vacuna Covid-19 . Su trabajo, con su colaborador cercano, el Dr. Drew Weissman de la Universidad de Pensilvania, sentó las bases para las vacunas asombrosamente exitosas fabricadas por Pfizer-BioNTech y Moderna.

Durante toda su carrera, la Dra. Kariko se ha centrado en el ARN mensajero o ARNm, el guión genético que lleva las instrucciones del ADN a la maquinaria de producción de proteínas de cada célula. Estaba convencida de que el ARNm podría usarse para instruir a las células para que fabriquen sus propios medicamentos, incluidas las vacunas.

Pero durante muchos años su carrera en la Universidad de Pensilvania fue frágil. Ella migró de un laboratorio a otro, confiando en que un científico senior tras otro la acogiera. Nunca ganó más de $ 60,000 al año.

Según todos los informes, intensa y decidida, la Dra. Kariko vive para "el banco", el lugar del laboratorio donde trabaja. A ella le importa poco la fama. “El banco está ahí, la ciencia es buena”, se encogió de hombros en una entrevista reciente. "¿A quién le importa?"

El Dr. Anthony Fauci, director de los Institutos Nacionales de Alergias y Enfermedades Infecciosas, conoce el trabajo del Dr. Kariko. "Ella estaba, en un sentido positivo, un poco obsesionada con el concepto de ARN mensajero", dijo.

La lucha de la Dra. Kariko por mantenerse a flote en el mundo académico suena familiar a los científicos. Necesitaba subvenciones para perseguir ideas que parecían locas y fantasiosas. No los consiguió, incluso cuando se recompensó la investigación más mundana.

"Cuando su idea va en contra de la sabiduría convencional que tiene sentido para la cámara estelar, es muy difícil escapar", dijo el Dr. David Langer, un neurocirujano que ha trabajado con la Dra. Kariko.

Las ideas del Dr. Kariko sobre el ARNm eran definitivamente poco ortodoxas. Cada vez más, también parecen haber sido proféticos.

"Va a ser transformador", dijo el Dr. Fauci sobre la investigación del ARNm. “Ya se está transformando para Covid-19, pero también para otras vacunas. VIH: la gente en el campo ya está entusiasmada. Influenza, malaria ".

'Me sentí como un dios'

Para la Dra. Kariko, la mayoría de los días eran un día en el laboratorio. “No vas a trabajar, te vas a divertir”, solía decirle su esposo, Bela Francia, gerente de un complejo de apartamentos, mientras regresaba corriendo a la oficina las tardes y los fines de semana. Una vez calculó que sus interminables jornadas laborales significaban que ganaba alrededor de un dólar la hora.

Para muchos científicos, a un nuevo descubrimiento le sigue un plan para ganar dinero, formar una empresa y obtener una patente. Pero no para la Dra. Kariko. "Eso es lo más alejado de la mente de Kate", dijo el Dr. Langer.

Creció en la pequeña ciudad húngara de Kisujszallas. Obtuvo un doctorado. en la Universidad de Szeged y trabajó como becario postdoctoral en su Centro de Investigación Biológica.

En 1985, cuando el programa de investigación de la universidad se quedó sin dinero, la Dra. Kariko, su esposo y su hija de 2 años, Susan, se mudaron a Filadelfia para trabajar como estudiante postdoctoral en la Universidad de Temple. Debido a que el gobierno húngaro solo les permitió sacar $ 100 del país, ella y su esposo cosieron £ 900 (aproximadamente $ 1246 en la actualidad) en el osito de peluche de Susan. (Susan creció hasta convertirse en dos veces ganadora de la medalla de oro olímpica en remo).

Cuando la Dra. Kariko comenzó, eran los primeros días en el campo del ARNm. Incluso las tareas más básicas eran difíciles, si no imposibles. ¿Cómo se fabrican moléculas de ARN en un laboratorio? ¿Cómo se introduce el ARNm en las células del cuerpo?

En 1989, consiguió un trabajo con el Dr. Elliot Barnathan, entonces cardiólogo en la Universidad de Pensilvania. Era un puesto de bajo nivel, profesor asistente de investigación, y nunca tuvo la intención de conducir a un puesto permanente. Se suponía que debía recibir el apoyo de una subvención, pero no entró ninguna. 

Ella y el Dr. Barnathan planearon insertar ARNm en las células, induciéndolas a producir nuevas proteínas. En uno de los primeros experimentos, esperaban usar la estrategia para instruir a las células para que produjeran una proteína llamada receptor de uroquinasa. Si el experimento funcionaba, detectarían la nueva proteína con una molécula radiactiva que sería atraída hacia el receptor.

La mayoría de la gente se rió de nosotros”, dijo el Dr. Barnathan.

Un fatídico día, los dos científicos se cernieron sobre una impresora de matriz de puntos en una habitación estrecha al final de un largo pasillo. Se conectó a una impresora un contador gamma, necesario para rastrear la molécula radiactiva. Comenzó a arrojar datos.

Su detector había encontrado nuevas proteínas producidas por células que se suponía que nunca las producirían, lo que sugiere que el ARNm podría usarse para dirigir cualquier célula para que produzca cualquier proteína, a voluntad.

Me sentí como un dios”, recuerda la Dra. Kariko.

Ella y el Dr. Barnathan estaban llenos de ideas. Quizás podrían usar ARNm para mejorar los vasos sanguíneos para la cirugía de derivación cardíaca. Quizás incluso podrían usar el procedimiento para extender la vida útil de las células humanas.

Sin embargo, el Dr. Barnathan pronto dejó la universidad y aceptó un puesto en una empresa de biotecnología, y el Dr. Kariko se quedó sin laboratorio ni apoyo financiero. Solo podía quedarse en Penn si encontraba otro laboratorio para aceptarla. "Ellos esperaban que renunciara", dijo.

Las universidades solo apoyan a los doctorados de bajo nivel durante un tiempo limitado, dijo el Dr. Langer: "Si no obtienen una subvención, los dejarán ir". El Dr. Kariko "no era un gran escritor de subvenciones", y en ese momento "el ARNm era más una idea", dijo.

Pero el Dr. Langer conocía al Dr. Kariko de sus días como médico residente, cuando trabajaba en el laboratorio del Dr. Barnathan. El Dr. Langer instó al jefe del departamento de neurocirugía a que le diera una oportunidad a la investigación del Dr. Kariko. "Él me salvó", dijo.

El Dr. Langer cree que fue el Dr. Kariko quien lo salvó, del tipo de pensamiento que condena a tantos científicos.

Trabajando con ella, se dio cuenta de que una clave para la comprensión científica real es diseñar experimentos que siempre te digan algo, incluso si es algo que no quieres escuchar. Los datos cruciales a menudo provienen del control, aprendió, la parte del experimento que involucra una sustancia ficticia para comparar.

"Hay una tendencia cuando los científicos están buscando datos para tratar de validar su propia idea", dijo el Dr. Langer. “Los mejores científicos intentan demostrar que están equivocados. El genio de Kate fue la voluntad de aceptar el fracaso y seguir intentándolo, y su capacidad para responder preguntas que la gente no era lo suficientemente inteligente como para hacer ".

El Dr. Langer esperaba usar ARNm para tratar a pacientes que desarrollaron coágulos de sangre después de una cirugía cerebral, que a menudo resultaban en accidentes cerebrovasculares. Su idea era conseguir que las células de los vasos sanguíneos produjeran óxido nítrico, una sustancia que dilata los vasos sanguíneos, pero que tiene una vida media de milisegundos. Los médicos no pueden simplemente inyectarlo a los pacientes.

Él y la Dra. Kariko probaron su ARNm en vasos sanguíneos aislados que se utilizan para estudiar los accidentes cerebrovasculares. Falló. Caminaron penosamente por la nieve en Buffalo, Nueva York, para probarlo en un laboratorio con conejos propensos a los accidentes cerebrovasculares. Fracaso de nuevo.

Y luego el Dr. Langer dejó la universidad y el director del departamento dijo que él también se iba. La Dra. Kariko nuevamente estaba sin laboratorio y sin fondos para la investigación.

Una reunión en una fotocopiadora cambió eso. La Dra. Weissman pasó por allí y entabló conversación. “Dije: 'Soy un científico de ARN, puedo hacer cualquier cosa con ARNm'”, recordó la Dra. Kariko.

El Dr. Weissman le dijo que quería hacer una vacuna contra el VIH. “Le dije: 'Sí, sí, puedo hacerlo'”, dijo la Dra. Kariko.

A pesar de su valentía, su investigación sobre el ARNm se había estancado. Ella podría producir moléculas de ARNm que instruyeran a las células en placas de Petri para que produjeran la proteína de su elección. Pero el ARNm no funcionó en ratones vivos.

"Nadie sabía por qué", dijo el Dr. Weissman. “Todo lo que sabíamos era que los ratones se enfermaron. Su pelaje se revolvió, se encorvaron, dejaron de comer, dejaron de correr ".

Resultó que el sistema inmunológico reconoce los microbios invasores al detectar su ARNm y responder con inflamación. Las inyecciones de ARNm de los científicos le parecieron al sistema inmunológico una invasión de patógenos.

Pero con esa respuesta vino otro acertijo. Cada célula del cuerpo de cada persona produce ARNm, y el sistema inmunológico hace la vista gorda. "¿Por qué el ARNm que hice es diferente?" Se preguntó la Dra. Kariko.

Un control en un experimento finalmente proporcionó una pista. El Dr. Kariko y el Dr. Weissman notaron que su ARNm causaba una reacción inmune exagerada. Pero las moléculas de control, otra forma de ARN en el cuerpo humano, el llamado ARN de transferencia o ARNt, no lo hicieron.

Una molécula llamada pseudouridina en el ARNt le permitió evadir la respuesta inmune. Resultó que el ARNm humano natural también contiene la molécula.

Añadida al ARNm elaborado por el Dr. Kariko y el Dr. Weissman, la molécula hizo lo mismo, y también hizo que el ARNm fuera mucho más poderoso, dirigiendo la síntesis de 10 veces más proteína en cada célula.

La idea de que agregar pseudouridina al ARNm lo protegía del sistema inmunológico del cuerpo fue un descubrimiento científico básico con una amplia gama de aplicaciones emocionantes. Significaba que el ARNm podría usarse para alterar las funciones de las células sin provocar un ataque al sistema inmunológico.

"Ambos comenzamos a escribir subvenciones", dijo el Dr. Weissman. “No conseguimos la mayoría de ellos. La gente no estaba interesada en el ARNm. Las personas que revisaron las subvenciones dijeron que el ARNm no será un buen tratamiento, así que no se moleste '”.

Las principales revistas científicas rechazaron su trabajo. Cuando finalmente la investigación se publicó , en Immunity, recibió poca atención.

El Dr. Weissman y el Dr. Kariko luego demostraron que podían inducir a un animal, un mono, a producir una proteína que habían seleccionado. En este caso, inyectaron a los monos ARNm para eritropoyetina, una proteína que estimula al cuerpo a producir glóbulos rojos. Los recuentos de glóbulos rojos de los animales se dispararon.

Los científicos pensaron que se podría usar el mismo método para impulsar al cuerpo a producir cualquier fármaco proteínico, como insulina u otras hormonas, o algunos de los nuevos fármacos para la diabetes. Fundamentalmente, el ARNm también podría usarse para fabricar vacunas como ninguna otra antes vista.

En lugar de inyectar una parte de un virus en el cuerpo, los médicos podrían inyectar ARNm que instruiría a las células a crear brevemente esa parte del virus.

Hablamos con compañías farmacéuticas y capitalistas de riesgo. A nadie le importaba ”, dijo el Dr. Weissman. "Gritábamos mucho, pero nadie escuchaba".

Sin embargo, al final, dos empresas de biotecnología se dieron cuenta del trabajo: Moderna, en Estados Unidos, y BioNTech, en Alemania. Pfizer se asoció con BioNTech y ahora los dos ayudan a financiar el laboratorio del Dr. Weissman.

'Oh, funciona'

Pronto se pusieron en marcha ensayos clínicos de una vacuna de ARNm contra la influenza y se hicieron esfuerzos para crear nuevas vacunas contra el citomegalovirus y el virus Zika, entre otros. Luego vino el coronavirus.

Los investigadores habían sabido durante 20 años que la característica crucial de cualquier coronavirus es la proteína de pico que se encuentra en su superficie, lo que permite que el virus se inyecte en las células humanas. Era un objetivo gordo para una vacuna de ARNm.

Los científicos chinos publicaron la secuencia genética del virus que asola a Wuhan en enero de 2020, y los investigadores de todo el mundo se pusieron a trabajar. BioNTech diseñó su vacuna de ARNm en horas; Moderna lo diseñó en dos días.

La idea de ambas vacunas era introducir ARNm en el cuerpo que instruiría brevemente a las células humanas a producir la proteína de pico del coronavirus. El sistema inmunológico vería la proteína, la reconocería como extraterrestre y aprendería a atacar el coronavirus si alguna vez aparecía en el cuerpo.

Sin embargo, las vacunas necesitaban una burbuja de lípidos para encerrar el ARNm y llevarlo a las células a las que entraría. El vehículo llegó rápidamente, basado en 25 años de trabajo de varios científicos, incluido Pieter Cullis de la Universidad de Columbia Británica.

Los científicos también necesitaban aislar la proteína del pico del virus de la abundancia de datos genéticos proporcionados por investigadores chinos. El Dr. Barney Graham, de los Institutos Nacionales de Salud, y Jason McClellan, de la Universidad de Texas en Austin, resolvieron ese problema en poco tiempo.

Probar las vacunas de diseño rápido requirió un esfuerzo monumental por parte de las empresas y los Institutos Nacionales de Salud. Pero la Dra. Kariko no tuvo dudas.

El 8 de noviembre, llegaron los primeros resultados del estudio Pfizer-BioNTech, que muestran que la vacuna de ARNm ofrece una poderosa inmunidad al nuevo virus. La Dra. Kariko se volvió hacia su esposo. "Oh, funciona", dijo. "Ya me lo imaginaba."

Para celebrar, se comió una caja entera de cacahuetes cubiertos de chocolate Goobers. Por ella misma.

El Dr. Weissman celebró con su familia, ordenando la cena para llevar de un restaurante italiano, "con vino", dijo. En el fondo, estaba asombrado.

Mi sueño siempre fue que desarrolláramos algo en el laboratorio que ayudara a las personas”, dijo el Dr. Weissman. "He cumplido el sueño de mi vida".

La Dra. Kariko y la Dra. Weissman fueron vacunadas el 18 de diciembre en la Universidad de Pennsylvania. Sus vacunas se convirtieron en un evento de prensa, y cuando las cámaras destellaron, comenzó a sentirse inusualmente abrumada. 

Un administrador superior les dijo a los médicos y enfermeras que se arremangaron para las inyecciones que los científicos cuya investigación hizo posible la vacuna estaban presentes y todos aplaudieron. La Dra. Kariko lloró.

Las cosas podrían haber ido de manera tan diferente, para los científicos y para el mundo, dijo el Dr. Langer. “Probablemente haya muchas personas como ella que fracasaron”, dijo.

The new York Times

El Ministerio de Salud dio a conocer el porcentaje de infectados entre vacunados después de 14 días de aplicación de la primera dosis. Con Sputnik V fue del 0.27%; con la de Sinopharm, 0.47%; y con la Covishield, 0.46%.

Si bien caer en el “éramos felices y no lo sabíamos” es problemático por varias cosas, entre ellas que más de un tercio de la gente de nuestro país ya era pobre antes de que empiece la pandemia y que no poder percibir la alegría requiere al menos un buen ejercicio introspectivo, creo que a todos nos cuesta mucho acomodarnos a la idea de que hay una nueva forma de vida y seguimos anhelando que en algún momento vuelvan las formas prepandemia. Este sentimiento se ve bastante agravado cuando el mensaje sobre lo que podemos hacer se repite hasta el hartazgo, así que van unas noticias sobre la convivencia con el virus, más allá del barbijo, la distancia y la ventilación:

La investigación sobre su eficacia se publicó en una revista del grupo The Lancet.

Los ensayos de fase II y III incluyeron la administración del medicamento en más de 1400 personas con enfermedad moderada y severa, donde se observó una reducción del 45% de la mortalidad en el segundo grupo. Para lograr una aplicación de mayor alcance, es necesario generar mayor confianza y activar los sistemas de distribución, ya que la cantidad que se produce alcanzaría para cubrir a la mayoría de los casos que cumplan con las características para las que se indica el tratamiento. Se espera que esta publicación cumpla ese rol, ya que ante el aumento de casos se incrementarían también los cuadros graves y el suero podría ser crucial para bajar la mortalidad y la saturación de las terapias intensivas.

  • Esta simulación de la dispersión de partículas virales en un bondi en distintos escenarios reafirma lo que ya sabíamos: hay que ir con barbijo, las ventanillas abiertas y en silencio. Igual, está bueno verla, es super gráfica (confieso que a mí me dio bastante asco; no sé si te pasa a vos también que de repente fuiste consciente de que vivíamos rodeados de saliva ajena). Acerca de la metodología empleada: “(Las simulaciones) se realizaron con el método lagrangiano, que estudia la trayectoria de las partículas teniendo en cuenta la velocidad inicial, la gravedad, la resistencia al movimiento y la evaporación de las gotas. Para el caso del estornudo, se implementó un modelo basado en una investigación reciente, en donde se midieron la duración y velocidad de aire exhalado, el movimiento de la cabeza durante el estornudo, la forma de la boca y la distribución de tamaños de las partículas”.

  • Sobre el uso de doble barbijo, tres cosas a tener en cuenta: se puede usar uno de tela arriba de uno quirúrgico descartable para mejorar el sellado. Usar doble descartable no sirve para nada, ya que no están diseñadas para sellar bien. No hacerlo con máscaras KN95: no está comprobado que aumente la efectividad y dificulta la respiración.

  • Pandemia, conciencia y sustancia” es un experimento que buscó establecer relaciones entre las formas de llevar el aislamiento, hábitos actuales, y (sobre todo) experiencias pasadas de consumo de sustancias psicoactivas y otras costumbres como meditación y práctica religiosa durante la parte inicial del confinamiento Ahora se publicaron algunos resultados:

  • 98,44% de los participantes consumió alguna vez alguna droga psicoactiva.

  • Las variables de ansiedad rasgo y estado (cuán ansiosa es una persona en general y cuán ansiosa está en un momento en particular, respectivamente) y los sentimientos negativos están en este contexto apenas ligeramente por encima de los valores usuales.

  • Psicodélicos:

    • La comunidad que participó del experimento consume un montón más de psicodélicos (40%) que el promedio (cerca de 10%).

    • Se identificó la existencia de superconsumidores de psicodélicos: individuos que declararon haber consumido psicodélicos cientas y hasta miles de veces en su vida.

  • Meditación:

    • A mayor frecuencia de meditación, menor la ansiedad reportada.

    • Existe una asociación entre la frecuencia de meditación, la presencia de rasgos ansiosos y la ansiedad situacional.

    • La frecuencia de meditación se encuentra asociada también a disminución en sentimientos negativos y aumento en los positivos.

  • Rezo: aquellos que reportaron prácticas religiosas de forma muy frecuente (diaria) y muy poco frecuente (nunca) mostraron valores de ansiedad inferiores en comparación con aquellos que reportaron una frecuencia de práctica religiosa intermedia.

  • Bienestar y resiliencia: tanto una como otra se encuentran significativamente debajo de las medias esperables para la población argentina. Fluctúan juntas, siendo la gente con menor bienestar la menos resiliente. Esto es esperable, ya que ambos son modulados por indicadores positivos de salud mental (por ejemplo, la baja ansiedad y presencia de estado de ánimo positivo), los cuales podrían encontrarse disminuidos por la situación social actual.

  • Se vio que el consumo previo de drogas psicodélicas tiende a asociarse a mejores indicadores en salud mental, mientras que lo opuesto ocurre para otras drogas no psicodélicas, legales o ilegales. La excepción es la MDMA: se asocia a mayor bienestar debido a vínculos sociales.

  • Se clasificó a los usuarios de sustancias psicoactivas en tres grupos típicos:

    • PC1: Usuarios y usuarias de psicodélicos y otras drogas actualmente ilegales, tales como la marihuana y la MDMA.

    • PC2: Usuarios y usuarias de todas las drogas legales: alcohol, tabaco, cafeína. 

    • PC3: Usuarios y usuarias de drogas psicoactivas de prescripción, tales como las benzodiacepinas (por ejemplo, clonazepam), los antidepresivos y los antipsicóticos.

  • Se vio que la ansiedad rasgo (cuán ansiosos somos) y estado (cuán ansiosos estamos) dependen del grupo de consumidores, siendo menores en PC1, intermedias en PC2, y máximas en PC3.

  • Se obtuvo evidencia muy sólida, pero puramente correlacional. No se puede afirmar aún si la meditación o el consumo previo de psicodélicos resultan en mejores indicadores de salud mental, solo que ambas cosas parecen ir de la mano. 

Que la ciencia te acompañe - Agostina Mileo - Cenital

Occidente tiene esa tendencia a resaltar ejemplos de superación personal y de éxito individual de las personas que se sobreponen a condiciones difíciles, sin embargo, a menudo, estos ejemplos son datos de cuán mal hacemos las cosas en tanto comunidades y sociedades, que sometemos a los individuos a condiciones extremadamente conflictivas y complicadas para resolver situaciones, cuando la ciencia ha demostrado hasta el hartazgo que es la colaboración y no la competencia la que produce los mejores resultados. Que es el altruismo el sentimiento que produce mayor placer y felicidad en la mente humana y que es la empatía y el reconocimiento de y con los otros lo que produce los mejores resultados a la hora de cualquier trabajo, esfuerzo o dedicación para solucionar problemas y conflictos.

Esas condiciones extremadamente difíciles casi siempre están atadas a los “¿escasos recursos financieros disponibles?”. Es que la concentración en pocas manos produce que sean pocos los que decidan que investigar y de que modos. Así la ciencia occidental se ve limitada y encerrada en los ejercicios de poder de las élites que definen agendas y programas. Por lo demás, queda el esfuerzo individual para sentirnos dioses como única alternativa, ya que lo común queda para los malos.

Nadie se salva solo. Cada quién debe hacer su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack







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