Hablamos de lo que vemos ...

 


Cualquier estudiante que ha tomado un curso introductorio sobre la historia de la antropología ha oído hablar de la llamada «hipótesis de relatividad lingüística», formulada por Benjamin Lee Whorf (Whorf, 1941; Whorf, 1956). Esta hipótesis se basa en la idea de que la lengua que hablamos ejerce una profunda influencia en cómo categorizamos y experimentamos la realidad, en lo que los antropólogos llamamos «cosmovisión». La hipótesis es provocativa porque implica que distintas lenguas se traducen en distintas cosmovisiones. Pero como su nombre indica, es una hipótesis, una idea que, a fecha de hoy, continúa sin ser plenamente refutada o corroborada. Lo cierto es que, tanto si estamos de acuerdo con esta idea como si no, la hipótesis de relatividad lingüística ha sido uno de los conceptos más prolíficos de la historia de la antropología, y, décadas después de haber sido formulada, continúa estimulando la producción de estudios que intentan probar o refutar esta provocativa idea. La hipótesis ha cobrado una vida propia que, afortunadamente, no está confinada estrictamente al ámbito académico. Cada cierto tiempo sale un artículo en el New York Times o en otras fuentes de difusión popular resumiendo los últimos estudios que se han hecho sobre cómo hablantes de una u otra lengua perciben algún aspecto de la realidad de forma distinta. Y cada cierto tiempo académicos de gran renombre descienden de la torre de marfil para escribir monográficos dirigidos a un público general, intentando desmontar esta misma idea (McWhorter, 2014; Pinker, 2007). Incluso aparecen películas de ciencia ficción inspiradas por la hipótesis, como Arrival (La llegada), de Dennis Villeneuve (2016).

¿Por qué suscita esta idea tanto rechazo en algunos y tanta pasión en otros? Los argumentos de sus detractores recuerdan vagamente a los de aquellos que equiparan el relativismo cultural con el relativismo moral. Si distintas lenguas se traducen en diferentes formas de ver, experimentar, y categorizar la realidad, los seres humanos están condenados a no poder entender más allá de aquello que las categorías gramaticales de sus lenguas nativas les fuerzan a experimentar. Para los detractores de la hipótesis, a quienes podemos llamar «babelistas», si tomáramos en serio lo que plantea la hipótesis, tendríamos que admitir que las distintas lenguas son elementos distanciadores, algo que separa a los seres humanos en vez de unirlos. Los detractores consideran que la relatividad lingüística es incompatible con el universalismo cultural. Por otra parte, para los defensores de la hipótesis, las lenguas son elementos flexibles y socialmente moldeables que responden a las necesidades diversas de cada cultura. La relatividad lingüística, bien entendida, no implica que la lengua nos «fuerce» a ver el mundo de determinada manera, sino más bien lo opuesto: aprender una lengua distinta es la clave para experimentar una realidad distinta, o para mirar al mundo desde otra perspectiva. El ser humano es diverso por naturaleza y esto no son malas noticias; al contrario, es algo que celebrar. Años después de haber leído a Whorf por primera vez, continúo haciéndome las mismas preguntas que siguen sin ser resueltas en el debate entre «babelistas» y «relativistas»: ¿Es el conocimiento de distintas lenguas la clave para la interpretación de las culturas en las que están inmersas? ¿Puede un antropólogo estudiando una cultura ajena penetrar en un sustrato de la realidad más profundo de esa cultura si aprende la lengua? La investigación antropológica rara vez utiliza la autorreflexividad para analizar el impacto que hablar una lengua de campo puede tener en la calidad de la información recogida por el profesional de la antropología (Tanu y Dales, 2016).

Los mayas choles de Chiapas hablan una lengua que no tiene tiempos verbales, y que utiliza el aspecto gramatical para expresar nociones temporales. Este artículo explora el efecto que la ausencia de tiempos verbales puede tener en la percepción de imágenes secuenciales. En este estudio se presentaron una serie de estímulos visuales a varios hablantes monolingües choles, que consistían en distintos tipos de imágenes secuenciales que los hablantes tenían que describir. Se les mostraron una historia larga a través de múltiples secuencias de imágenes, y varias historias breves compuestas por un mínimo de dos y un máximo de cinco imágenes secuenciales. Ninguna de las narraciones que los choles hicieron de la historia larga o de las historias cortas poseían una lógica secuencial cronológica, y todas las imágenes secuenciales fueron descritas en términos no secuenciales por los hablantes choles. En línea con la hipótesis de relatividad lingüística, en el artículo se plantea que este curioso efecto discursivo puede estar causado por la ausencia de tiempos verbales en la lengua chol.

Los lenguajes del pensamiento Lydia Rodríguez Cuevas Departamento de Antropología. State University of New York at Potsdam

AIBRRevista de Antropología Iberoamericanawww.aibr.orgVolumen 16 Número 1 Enero - Abril 2021 Pp. 61 – 87 Madrid: Antropólogos Iberoamericanos en Red

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7808539

Si el lenguaje limita y define la forma de entender y nombrar al mundo, cada relato encierra una cosmovisión particular dentro de los límites de ese lenguaje y de la estructura, que la posibilidad del habla, produce y sostiene.

Como se perciben y se nombran las acciones humanas en la forma de concebir sus tiempos y espacios producirá un relato en el lenguaje diferente. El asunto aquí, es que también el lenguaje produce ilusiones, engaños y mentiras y las tensiones y conflictos no se dan entre almas angeladas desprovistas de intenciones para con el “mundo del otro” o reducida a la mera curiosidad o intencionalidad del conocimiento. La manipulación, el engaño, la mentira, el ejercicio de poder, generan también, en el lenguaje, expresiones que separan y ponen en conflicto, deseos, expectativas y acciones humanas.

Si bien el desmantelamiento de la causa inventada al ex presidente de Brasil y líder del PT, Lula d Silva, recién está en desarrollo, significa un duro revés para la derecha y ultraderecha en la región.

La destitución de Dilma, la detención, procesamiento y condena ilegal contra Lula, y el triunfo electoral de Bolsonaro fueron parte de un plan cuyas terminales no solo están en el 1% más poderoso de Brasil, sino en su entramado de poder con los halcones de EEUU y las políticas de dominación y seguridad nacional de Donald Trump.

Es evidente que no fue solo un triunfo jurídico contra la violación del estado de derecho en nuestro país amigo, sino un triunfo contra la estrategia de descabezar al movimiento popular brasilero y a su principal partido, de desmantelar al propio PT, de amenazar a todos los que no se disciplinaran a las órdenes del poder real y al papel que EE. UU. preveía e impulsaba para Brasil en la región. Moro fue un instrumento en el plan para que el poder fuera detentado por las elites de siempre y no por un partido originado en las luchas obreras y campesinas.

En toda Latinoamérica las resistencias populares fueron abriendo grietas en la estrategia regional de la internacional de las derechas. Las luchas y movilizaciones por los derechos destruidos por los neoliberales, las marchas y la gigantesca ola feminista, las acciones contra la dictadura en Bolivia y el posterior triunfo electoral del MAS, las elecciones que llevaron al Frente de Todos en Argentina al gobierno, el triunfo popular en Ecuador y las luchas abiertas contra las amenazas golpistas para frustrar la segunda vuelta, la capacidad enorme del pueblo revolucionario Venezolano, muestran como ejemplo las dificultades para estabilizar la estrategia de dominación en nuestro continente.

Sí hay que reconocerle a la estrategia del poder real en la región y en el mundo que logró hacer girar una parte importante del sistema político a posiciones conservadoras y de derecha.  Lo que no pudo es desterrar, anular, cooptar la potencia del movimiento popular.

En nuestro país la derecha y ultraderecha comienzan a desarrollar una táctica de unificación en dos pasos. En el 2021 será de acumulación de fuerza de las distintas variantes y su centro de coincidencia central es impulsar el desgaste del gobierno a como dé lugar.


Parte sustancial de su táctica política será frustrar los mejores intentos del gobierno nacional y del FdT por cumplir su compromiso electoral y liderar las reformas que nuestra sociedad necesita y reclama. En ese campo se encuentra la necesidad de una reforma judicial profunda, no sólo por la participación de segmentos clave de ese poder en el lawfare, en la existencia de una red de persecución, espionaje, montaje de causas, y detenciones contra opositores o funcionarios del anterior gobierno, sino porque es una justicia atada y colonizada por el poder corporativo. Es una justicia ultra clasista, distante de la sociedad real, machista, burocratizada y ritualista. Una judicatura que se siente y actúa por encima de las leyes violando el propio estado de derecho, ausente, tardía y distante es un peligro para todos los ciudadanos.

El poder real, el Macrismo y sus ceos, los que se han beneficiado con el ciclo neoliberal y el mega endeudamiento externo defenderán a capa y espada el actual poder judicial por que es la clave de la impunidad con la que viven desde hace muchos años y décadas. 

En cualquier país normal un fiscal que amenaza al presidente como lo hizo Stornelli no conservaría su cargo, y se le iniciaría una causa penal. Otra vez tuvo que ser Cristina Fernández de Kirchner la que llamara a las cosas por su nombre. La mantención del lawfare, la persistencia de los presos políticos, la amenaza del fiscal procesado no solo tiene el objetivo de atacar a la vicepresidenta, o perseguir a los opositores, es un mensaje a los funcionarios actuales. Traducido significa que desde sus cargos de jueces y fiscales los estarán esperando cuando termine su mandato. Es una amenaza para que vía el miedo no hagan lo que tienen que hacer.  Es una actitud que rompe la democracia, que intenta anular la voluntad popular.

Ese tipo de justicia es incompatible con la democracia y la república.

Intentarán detener cualquier reforma por tímida que sea. Buscarán que sea una discusión de las elites, una discusión de dirigentes, expertos e intelectuales.

Hay que lograr que sea una discusión de nuestro pueblo, en defensa de sus intereses y derechos, un reclamo de la gente de a pie. Solo así será posible.

La idea de que se recluya la discusión en el Congreso Nacional y dependa de roscas, conciliábulos y rebajas de su contenido es la forma de lograr que fracase.

Solo la construcción de una gran voluntad popular podrá transformar uno de los pilares claves del neoliberalismo, de la dominación, de la gran corrupción de esos ultra-ricos que hablan todos los días contra el estado pero que lo han vampirizado todas las veces que se lo permitieron.

La Barraca

Surgió de repente. El expresidente Lula da Silva apareció por la pantalla de Zoom y sonriendo dijo que no sabía exactamente cuándo le tocaría vacunarse contra la covid-19. “Tengo 75 años, pero me siento con 30, así que no sé qué fecha me tocará”, bromeó. Fue el inicio de una entrevista, celebrada el pasado viernes por Zoom, en la que el histórico líder de la izquierda brasileña se mantuvo de pie frente a la pantalla durante hora y media. Se le veía cargado de energía y especialmente vibrante cuando rememoraba su pasado como el presidente más popular de Brasil. Pero su rostro se endurecía al tratar las sentencias que le quitaron primero la libertad y luego la posibilidad de concurrir a las elecciones. A cada respuesta, nos llamaba por nuestros nombres. Levantaba los brazos, hablaba alto, en una mezcla de emoción y ansiedad por ser entendido.
La entrevista había sido programada una semana antes y el objetivo era conocer su reacción después de que hubiera conseguido algunas victorias judiciales ante la Corte Suprema. Desde el principio, su rabia por las condenas y su decisión de luchar hasta que se le reconozca inocente —y se le restituyan sus derechos políticos— fueron el motor de la entrevista. “Usted creerá que es imposible, pero yo creo que ocurrirá. No sé si estaré vivo, pero, aunque esté en mi tumba, me levantaré por unos segundos de alegría porque por fin la verdad habrá salido a la luz”, llegó a decir. 

Este martes, para sorpresa universal, un juez de la Corte Suprema anuló las condenas que pesaban contra él y le abrió el camino para presentarse a las elecciones. El viejo luchador, el hombre que nació en la absoluta pobreza y fue dos veces presidente de Brasil, volvía a ganar el pulso. 

 

La política es mi ADN, solo cuando muera dejaré de hacerla”

El expresidente brasileño Lula da Silva no da su brazo a torcer. Tras superar el coronavirus, el cáncer y la cárcel, sostiene que, si ganase la batalla judicial contra la inhabilitación, estaría dispuesto a concurrir a las presidenciales de 2022 y enfrentarse a Bolsonaro

Lula da Silva es energía en estado puro. Tiene 75 años, ha superado el cáncer, el coronavirus y la cárcel, y dice sentirse “un treintañero”. A la entrevista telemática llega en mangas de camisa y se sitúa de pie frente al Zoom. Se le ve cómodo; es viernes y responde desde su casa de São Bernardo do Campo, ciudad próxima a São Paulo, donde vive con Rosangela Silva, socióloga de la que se enamoró cuando estaba en prisión. A su espalda se aprecian unos pocos libros de tapa blanda y una bandera roja, de mesa, que exhibe las siglas del brasileño Partido de los Trabajadores (PT) y que por una extraña corriente de aire parece moverse, como en un mitin, al unísono con Lula cuando este entra en efervescencia. Algo que ocurre a menudo.

Es un fenómeno ascendente. Lula primero se deshace de las gafas (cuadradas y ostensiblemente grandes), luego eleva la velocidad de respuesta y a medida que pasan los minutos da rienda suelta al tigre político que habita en él. Habla, ríe y ruge; agita los brazos, golpea la mesa. Lula, y esta es una de las claves de su extraordinaria capacidad de arrastre, transita sin solución de continuidad por los muchos Lulas que ha sido. A lo largo de hora y media de conversación, se suceden, tras una pantalla que le queda cada vez más pequeña, el hombre que un día fue pobre y que sabe dirigirse a otros pobres, el tornero simpático, el sindicalista que se enfrentó a la dictadura militar, el candidato de los grandes mítines y hasta el presidente (2003-2011) que dio a Brasil años de grandeza, pero también el preso que se revuelve contra su condena, el político inhabilitado que busca limpiar su nombre. Lula llegó a cumplir 580 días en la cárcel por corrupción y lavado de dinero. Y tiene otra sentencia por delitos similares. Esa losa le aplasta y contra ella dirige ahora todas sus energías.

Aprendí de una madre analfabeta que no podemos vivir resentidos, que debemos ser firmes y creer que la vida puede mejorar. Tengo mucho optimismo”, dice en uno de los escasos momentos en que se ha quedado quieto (y la banderita con él). Es solo un instante. Luego seguirá disparando a un lado y a otro, apretando el acelerador de un motor que nunca se agota y que le ha llevado a erigirse en una leyenda, tan querida como odiada, de la izquierda latinoamericana.

Pregunta. ¿Cómo lleva el confinamiento alguien tan inquieto como usted?

Respuesta. Me siento mal quedándome en casa. No me conformo con languidecer. Te vas matando por dentro. Aunque esté enamorado y viva apasionado, necesito salir, respirar libertad, hablar con la gente. Cuando me quedo sin aliento, no es por el coronavirus, es por la necesidad de hablar con la gente, de aprender con ellos. Nací a la puerta de una fábrica… Pero por ahora me cuidaré y respetaré a la ciencia. Cuando me vacunen y me autoricen, saldré.

P. Brasil, a diferencia de otros países del área, atraviesa el peor momento de la pandemia. Las muertes se han disparado y la vacunación va lenta. ¿Qué está pasando?

R. La democracia ha sufrido en Brasil un accidente por culpa de Bolsonaro. El presidente no se preocupa por la covid ni por la economía, la educación o las relaciones internacionales. Dejamos de comprar vacunas cuando podíamos [adquirirlas], y hemos dejado de vacunar cuando debíamos [inocularlas]. Ahora mismo, Bolsonaro sigue haciendo campaña contra la vacuna y contra el aislamiento. Es casi un genocidio. Brasil no merece esto.

P. ¿Cómo se explica que Bolsonaro siga con un 30% de apoyo popular?

R. Bolsonaro logró reunir a esa parte de la sociedad que es ultraconservadora, que defiende la pena de muerte y que la gente vaya armada al lugar de trabajo, a esos que rechazan a los negros, los derechos de las mujeres, los LGTBI, los sindicatos... Pero hay un 70% que no está de acuerdo. Y es ese 70% el que garantizará la democracia. Cuando llegue el momento, se van a pronunciar.

P. Pero, de momento, no se ve una oposición fuerte. Los resultados de su partido, el PT, en las pasadas elecciones municipales fueron malos. ¿No falta un líder nuevo?

R. Falta que las próximas elecciones sirvan para medir nuestra fuerza. Recuerdo que cuando las formaciones a la izquierda del PSOE ganaron la alcaldía [de Madrid], mucha gente dijo que el PSOE estaba acabado. Pero ahora es el PSOE el que gobierna España. El PT sigue siendo el mayor partido de Brasil, la fuerza política más organizada. Pero ha sido víctima de una enorme campaña de destrucción, la [operación] Lava Jato. Mi inocencia está demostrada y la culpabilidad del Ministerio Público, de [el exjuez Sergio] Moro y de la Policía Federal, más que probada. Hubo una conspiración para evitar que Lula pudiera volver a la presidencia de Brasil. Involucraron a mucha gente en una mentira, reforzada por los medios de comunicación. Ahora que se sabe la verdad, ¿cómo van a decirle a la sociedad que, durante cinco años, condenaron a un inocente?

P. Si consiguiese ganar la batalla judicial, ¿se presentaría a las elecciones presidenciales?

R. No he de ser necesariamente candidato a presidente, porque ya lo fui. Pero gozo de una gran salud, y Joe Biden es mayor que yo y gobierna Estados Unidos. En 2022, solo tendré 77 años, un chaval. Si en ese momento los partidos de izquierda entienden que puedo representarlos, no tengo ningún problema en hacerlo. El PT, sin embargo, tiene otras opciones, como Fernando Haddad [candidato en 2018], y algunos gobernadores. La única posibilidad de que sea yo, porque no voy a disputarlo con nadie, es que la gente entienda que soy el mejor candidato. Si no, me contentaré con salir a la calle para hacer campaña por un aliado nuestro.

P. Hablando de Estados Unidos, el último acto de Donald Trump fue alentar un asalto al Capitolio. ¿Podría ocurrir algo similar en Brasil si Bolsonaro pierde las elecciones?

R. Bolsonaro va a perder las elecciones, y la victoria será de alguien progresista, espero que sea el PT. Pero el presidente ahora mismo está facilitando la venta de armas, y quienes las compran no son los trabajadores. ¿A quién le está vendiendo armas Bolsonaro? A la élite agrícola, a expolicías, a la banda que mató a Marielle [Franco, concejala de Río de Janeiro]… Si el PT vuelve a ganar las elecciones, desarmaremos al pueblo y recuperaremos el humanismo. Solo hay un remedio para este país: fortalecer la democracia. Tengo absolutamente claro que podemos volver a ganar las elecciones. Lo que parece imposible hoy será posible mañana. Este país es poderoso. No quiero que la sociedad vote a un Trump o a un troglodita como Bolsonaro nunca más. La gente tiene que votar a hombres que piensen en el bien.

P. O a mujeres, ¿no, presidente?

R. Si hay una persona que ha apostado por las mujeres, ese soy yo. En el PT tuvimos a una presidenta y el 50% de mi partido son mujeres.

P. ¿En qué se diferencia el Lula que llegó al poder en 2003 del Lula de ahora? ¿Qué le enseñó la cárcel?

R. El Lula de hoy no es diferente del Lula de 2003. Tengo más experiencia, soy un poco más viejo, pero sigo teniendo las mismas ganas y la misma certeza de que es posible cambiar Brasil. Soñé que era posible construir un bloque económico fuerte en Sudamérica. Hoy, con la Unión Europea no se puede ya negociar. Seamos sinceros, [mi tiempo] fue el mejor momento de América Latina desde Colón. Y ahora, la región debe convencerse de que no puede seguir siendo la parte del mundo con más paro, más miseria y más violencia. Brasil tiene que recuperar protagonismo internacional y esto es lo que los estadounidenses no quieren. No quieren competencia. Por ejemplo, no es aceptable que Trump amenace con invadir Venezuela y que los países europeos reconozcan a Juan Guaidó como presidente. ¿Cómo pueden reconocer a un impostor, que no se presentó a las elecciones? Europa ha desaparecido de la política. Todo son comisiones. Comisiones para esto, para aquello… todos burócratas. La política tiene que volver a asumir su papel, tomar grandes decisiones.

P. Pero ¿qué ha cambiado personalmente con su encarcelamiento?

R. Si dijera que no le guardo rencor a algunas personas, estaría mintiendo. Pero nunca en mi vida me he dejado llevar por mis rencores. Cuando sentimos odio, dormimos mal, digerimos mal. Como siempre fui consciente de lo que me ocurría, nunca dudé. Durante mi detención, se intentó conseguir que saliera con una tobillera electrónica. ¿Y qué les dije? Que no cambiaba mi dignidad por mi libertad. Era consciente de las mentiras de Moro. Ahora toca que el Tribunal Supremo vote y decida [la defensa de Lula pide la suspensión de Moro, lo que anularía sus juicios]. Por primera vez se enfrentan a un político que no les tiene miedo porque es inocente. Y el día en que el Supremo adopte esa decisión, van a tener que decir que los demás mintieron, que Globo mintió, que toda la prensa mintió. Será el momento del perdón. Me imagino el día en que en el principal telediario digan: “Buenas noches, hoy queremos pedir disculpas al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva porque nos creímos la mentira de Dallagnol y Moro”.

P. Eso es una utopía, ¿no, presidente?

R. Usted cree que es imposible, pero yo creo que ocurrirá. No sé si estaré vivo, pero, aunque esté en mi tumba, me levantaré por unos segundos de alegría porque por fin la verdad habrá salido a la luz.


 

P. ¿No dejará antes la política?

R. No, no lo creo. La política está en mi ADN, es una parte de mi cuerpo. Cuando esta célula deje de cumplir su función y yo muera, dejaré de hacer política. Fuera de la política, no hay salida para la humanidad, para la democracia, para el crecimiento económico y la distribución de la riqueza. Todo depende de la política.

(Diario El país España)

La transición

Parece que fue hace una década pero el 1 de marzo, hace apenas 11 días, Alberto Fernández dio por inauguradas las sesiones del Congreso. Mientras lo escuchaba me llamaron la atención dos palabras que mencionó: movilidad sustentable. “Hemos comenzado a trabajar en proyectos estratégicos de movilidad sustentable”, fue la frase exacta. Unos segundos antes se había referido al desarrollo de la industria del litio como un eje estratégico del desarrollo productivo del país. Se trata, como sabrás, del mineral que sirve para fabricar las baterías y del cual Argentina posee una importante reserva.

La idea es, mediante diferentes leyes, promocionar la fabricación de autos eléctricos e híbridos particulares y de pasajeros. Estos proyectos incluirían incentivos fiscales y la creación de un Instituto de la Movilidad, que buscará promover la inversión en el sector (que estiman en 5.000 millones de dólares) y, como consecuencia, generar un impacto positivo en las empresas dedicadas a la fabricación de productos asociados a estos vehículos.

De esta forma Argentina se sumaría a un pelotón de países que buscan hacer una transición hacia la movilidad eléctrica. Entre ellos está Reino Unido, que no va a vender más autos a combustión a partir de 2030 y, dentro de la región, Santiago de Chile se ubica a la vanguardia de este movimiento, ya que casi un tercio de su flota de buses es 100% eléctrica (los adquirió mediante compra directa a la empresa china BYD) y además lanzó hace poco subsidios para la compra de taxis de este tipo.

Una pregunta que suele surgir cuando se habla de autos eléctricos es si realmente bajan la contaminación ya que para alimentarlos hay que generar electricidad en una planta que, a su vez, genera emisiones. Le mande el meme que pego abajo a Rafael Skiadaressis preguntándole cuánto hay de cierto esa duda.

Rafael me contestó con un hilo de Twitter (sí, así de complejos son mis intercambios por WhatsApp) donde la explicación que da el ingeniero Eduardo Gigante es que en realidad el beneficio de este tipo de vehículos se evidencia cuando comparamos la contaminación generada por toda la cadena de valor que termina en la nafta utilizada por un auto convencional y la que termina en un auto eléctrico.

A esto hay que sumarle que Argentina, Chile y Bolivia disponen del 50% de las reservas de litio a nivel mundial, por lo que desarrollar esa industria sería un paso adelante en soberanía energética, máxime si además se les agrega valor en origen en lugar de exportar la materia prima.

Sin embargo, Rafael menciona que una cuestión a resolver es qué hacer con las baterías una vez que se les termina su vida útil. Si bien hay experiencias de reciclado, no parecería ser una cuestión resuelta. Otra de las problemáticas a abordar, claro, es el impacto ambiental de la actividad minera potencialmente contaminante que supone la extracción de litio. 

Más allá de estas iniciativas y del marketing que suelen tener últimamente los autos eléctricos (y una marca en particular), los expertos y expertas en movilidad suelen coincidir que la transición hacia la movilidad eléctrica es clave, pero sobre todo para el transporte masivo de personas, y que esta es sólo una parte de lo que se denomina movilidad sustentable, que incluye también un diseño urbano que permita y promueva el desplazamiento activo (caminata y uso de bicicletas) así como también la minimización del uso del auto particular.

La Ley de Alquileres y sus alrededores

Los alquileres fueron motivo de debate en las últimas semanas por varios motivos. Por un lado, entró en vigencia la obligatoriedad de registrar los contratos  ante la AFIP, una de las novedades que introduce la nueva Ley de Alquileres aprobada el año pasado y, por otro, porque el gobierno nacional anunció su descongelamiento  para el 1 de abril, que estaba vigente desde el comienzo de la pandemia.

La problemática con la que se enfrentan los hogares inquilinos ahora es que el descongelamiento opera de forma retroactiva, es decir que se tienen que poner al día con los aumentos que se establecían por contrato. Se podría decir que fue un congelamiento algo heterodoxo. Además, en caso de tenerlas, tienen que abonar las deudas por falta de pago. La "buena" (está mal pero no tan mal) es que para ponerse al día podrán hacerlo hasta en 12 cuotas. En el primero de los escenarios (no pago de actualización) sin interés, y en el segundo (deuda por falta de pago) con un interés igual al que marca el plazo fijo del Banco Nación, pero no se pueden aplicar punitorios ni ningún tipo de penalización.

Desde la Asociación de Defensa de Inquilinos (ADI) creen que es muy difícil que quienes se endeudaron durante 2020 ahora estén en una posición que les permita saldar sus cuentas con intereses. Además, según una encuesta de Inquilinos Agrupados, el 40% de las familias que alquilan no sabían dónde irían a vivir una vez caído el decreto, mientras que algunas cámaras inmobiliarias hicieron un relevamiento propio donde advierten que sólo un 5% de la población inquilina se acogió al DNU que les permitía no pagar aumentos o acumular deudas, por lo que descongelamiento no sería un gran trauma.

Más allá de que la falta de cifras oficiales hace que haya datos para todos los gustos, me llama la atención bastante seguido cómo las inmobiliarias, que se presentan como intermediarias entre la oferta y la demanda, suelen velar mucho más seguido por la oferta (el dueño o dueña) que la demanda (el inquilino o inquilina). 

La caída del decreto también habilita nuevamente los desalojos, también suspendidos hace más de un año. El ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, aseguró que los mismos no se harán sin antes pasar por una instancia de mediación judicial obligatoria, otra de las novedades que introdujo la nueva Ley de Alquileres. La Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes, por su parte, le mandó una carta al Presidente pidiendo que se prorrogue la suspensión de desalojos en los casos donde haya niñas, niños o adolescentes en el hogar. 

Mientras tanto, las cámaras inmobiliarias apuntan -quizás confundiendo correlación con causalidad- que la Ley de Alquileres promulgada hace meses produjo una suba abrupta de los alquileres, y hasta se anticipan a cuestionar la transparencia del índice del BCRA que regulará los aumentos anuales. Siguiendo esta tendencia, legisladores de Juntos por el Cambio propusieron  desde eliminar ese artículo hasta derogar en su totalidad la normativa que su propio bloque presentó en Diputados en 2019. 

Sin embargo, no parece haber demasiada racionalidad en incrementar el precio base de un alquiler con motivo de una ley que asegura que el precio real del mismo casi no cambie (e incluso pueda aumentar en contexto de alza de salarios) durante tres años. La opinión de las agrupaciones de inquilinos es que esa idea no está suficientemente difundida por los canales oficiales, por lo que las cámaras inmobiliarias ganaron el discurso público acerca de la normativa y eso podría estar generando una especie de profecía autocumplida.

Otra idea es que anda dando vueltas es que la Ley de Alquileres está provocando que muchos dueños decidan poner a la venta sus unidades o directamente dejarlas vacías. Y que esa sería la causa de la baja interanual del precio del metro cuadrado en CABA que verificó Reporte Inmobiliario en febrero. 

Podría ser una oportunidad para alcanzar el tan mentado sueño de la casa propia, pero lamentablemente hay dos problemas: el precio bajó en dólares pero los ingresos de las familias siguen siendo en pesos. Por otro lado, el crédito hipotecario es cada vez más restrictivo, lo que provoca que muchas familias que podrían estar en condiciones de pagarlo vayan al mercado de alquileres haciendo que estos suban. Una idea sería intentar desdolarizar el precio del suelo urbano, al menos paulatinamente. Parece una quimera y tal vez lo sea, pero como alguna vez te conté, hasta fines de la década del 70 las propiedades en Argentina se compraban y vendían en pesos.  

Sobre la decisión de dejar una vivienda vacía: parece irracional pero para cierto segmento de inversores inmobiliarios con “espalda” puede ser una opción, ya que de todas formas el metro cuadrado en dólares en el largo plazo por lo general tiende a subir. Para evitar esto varios países y ciudades (Alemania, Inglaterra, Barcelona, Holanda, Uruguay, entre muchos otros) emplearon diferentes instrumentos impositivos (incentivos y/o penalidades) para minimizar la vivienda ociosa. El Instituto de la Vivienda porteño estimó en 2018 que casi 10% de las viviendas de la CABA estaban vacías.

TRAMA URBANA

Fernando Bercovich (Cenital)

El nivel general del índice de precios al consumidor (IPC) registró en febrero 3,6% en relación al mes anterior. Según informó hoy el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec), la inflación se desaceleró respecto al mes anterior. A su vez, presentó una inflación interanual de 40,7%, por debajo del 50,3% interanual registrado el mismo mes de 2020.

El 2021 inició con un nivel elevado, ya que en enero alcanzó 4%, al igual que el mismo nivel que diciembre. El último mes de 2020 tuvo a mayor inflación respecto al resto de los meses. Sin embargo, en el febrero se observó una desaceleración de 0,4 puntos porcentuales.

Según el Ministerio de Economía, “el retroceso del IPC respondió principalmente a los Regulados que aumentaron 2,2% mensual, con fuerte desaceleración de Comunicaciones con la obligación de retrotraer las subas aplicadas en enero”. Sin embargo, se registraron subas en combustibles, tabaco, y algunos servicios y transporte en el interior del país. 

El informe publicado por el Indec destacó que el aumento en la división Transporte (4,8%), obedeció principalmente a subas en la adquisición de vehículos y en combustibles. “Mientras que en el caso de Equipamiento y mantenimiento del hogar (4,6%) incidieron incrementos en artefactos grandes para el hogar, bienes no durables para el hogar y servicios domésticos y para el hogar”, agregó.

Por su parte, la división Restaurantes y hoteles (5,4%) fue la de mayor aumento en el período. “La suba estuvo impulsada por incrementos observados en restaurantes, bares y casas de comidas, y parcialmente compensada por bajas en servicios de alojamiento”, indicó el informe.

En el caso de Alimentos y bebidas no alcohólicas, el trabajo remarcó que fue el segmento con la de mayor incidencia en todas las regiones. Esto fue debido a los aumentos observados en Frutas; Verduras, tubérculos y legumbres; Aceites, grasas y manteca; e infusiones. “Estas alzas estuvieron parcialmente compensadas por la Leche, productos lácteos y huevos y las Carnes y derivados, que mostraron subas por debajo del promedio de la división”, explicó el organismo.

A su vez, las divisiones Comunicación (1,8%) y Educación (0,1%) fueron las de menor incremento mensual en febrero. “En parte producto de las subas más moderadas que mostraron estas dos últimas divisiones, los Servicios (2,5%) aumentaron menos que los Bienes (4,0%)”, añadió el Indec.

https://eleconomista.com.ar/2021-03-la-inflacion-se-desacelero-en-febrero/

Congreso

Senadores aprobó ayer el pliego de 22 jueces, fiscales y defensores oficiales que envió el Poder Ejecutivo. Además, aprobó la prórroga por 60 días de las sesiones mixtas por la pandemia. 

En Diputados, Juntos por el Cambio presentó una propuesta sobre Ganancias que implica que recién empiece a pagarse el impuesto a partir de los $513.000. Ayer expusieron en comisión los representantes de AFIP y hoy tocará el turno de representantes sindicales: participan desde las 15 hs. la CGT, CTA Autónoma, CTA de los Trabajadores, la Corriente Federal de los Trabajadores y el Frente Sindical.

Como había instruido el presidente Alberto Fernández en el discurso inaugural de la Asamblea Legislativa del 1° de marzo pasado, la Oficina Anticorrupción realizó la denuncia penal contra Mauricio Macri y su equipo económico por el denominado FMIgate

Fernández había dicho, textual, lo siguiente:

* "Pongamos fin a las aventuras de hipotecar al país, es necesario que endeudarse no sea gratis y que los responsables rindan cuentas de sus actos y dejen de circular impunes dando clases de economía en el país y en el mundo".

* "Por eso, he instruido a las autoridades pertinentes para que formalmente inicien querella criminal tendiente a determinar quiénes han sido los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales que nuestra memoria registra".

La Oficina Anticorrupción, a cargo de Felix Crous, cumplió con esa tarea. En base a informes del Banco Central y de la auditoría de la Sindicatura General de la Nación, realizó la correspondiente denuncia penal ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 5 en la causa 3561/2019 “Macri, Mauricio y otros s/ defraudación por administración fraudulenta y defraudación contra la administración pública”.

En ese juzgado ya se tramita una causa con otras denuncias sobre los procedimientos aplicados para la celebración del acuerdo stand by suscripto entre el país y el Fondo Monetario Internacional en 2018, por un monto total de 57 mil millones de dólares, de los cuales se desembolsaron casi 45 mil.

En el escrito de la OA se precisa: "Los delitos son defraudación por administración infiel agravada por ser cometida en perjuicio de la administración pública y malversación de caudales públicos".

 

La OA se involucra en el debate acerca de si el crédito con el FMI no debe ser judiciable, como cualquier otra medida de política económica. Su posición es ilustrativa para acomodar a algunos desorientados. Dice que "la Sigen había destacado que si bien es cierto que la decisión de suscribir la Carta de Intención con el FMI constituye una decisión de política económica (que como tal involucra aspectos de prudencia política), no es menos cierto que dicha decisión debe sujetarse al previo cumplimiento de los procedimientos e intervenciones de órganos competentes, a los efectos de determinar su razonabilidad y conveniencia".

Esto significa que solicitar un crédito no es judiciable, en cambio sí lo es la violación de normas y procedimientos, como es el caso del FMIgate.

La denuncia

La presentación de la OA ofrece el siguiente recorrido para entender la base de la denuncia: 

* "El 20 de junio de 2018 el FMI aprobó un nuevo empréstito, que fue destinado a solventar la formación de activos externos, en perjuicio del Estado argentino y de todo el pueblo de la Nación, que con el endeudamiento subvencionó las ganancias de los especuladores por la decisión de los denunciados".

* "Ejecutaron un programa criminal destinado a generar ingentes ganancias finales en dólares a personas físicas y jurídicas, las que fueron solventadas mediante el endeudamiento externo contraído por el Estado Nacional, que en los próximos años deberá afrontar el pago de enormes cuotas del capital y sus intereses, circunstancia que implicó una transferencia extraordinaria, indebida y fraudulenta de activos desde el sector público hacia una parte del sector privado".

* "Por cierto, la decisión de suscribir con urgencia y a como diera lugar el mayor empréstito otorgado por el FMI en su historia -con la correspondiente complacencia de éste tanto en la concesión como en la supervisión de su cumplimiento, lo que no corresponde ni es factible juzgar aquí-, se expresó en la violación de las normas esenciales para esa decisión".

* "Son conocidas por todos y todas las manifestaciones del ex asesor Senior de Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y actual presidente del BID, Mauricio Clever Carone, quien en su exposición en el Consejo de Relaciones Internacionales de Chile explicó las razones de la concesión de un préstamo inédito y más que excepcional por su magnitud a la República Argentina, y las causas de la ceguera voluntaria en el control de la asignación de esos fondos a un destino diferente del comprometido, lisa y llanamente la fuga de capitales, finalidad prohibida por las normas del organismo multilateral. La razón no era otra que ayudar a la reelección presidencial del por entonces Presidente de la Nación, Mauricio Macri".

* "Para comprender cabalmente la maniobra es necesario obtener, en el transcurso de la pesquisa, tanto el listado completo de las personas físicas y jurídicas beneficiadas por la maniobra ilícita, así como determinar el tipo de vinculación que pudieran mantener con los funcionarios denunciados ".  

* "Conocer si existieron vínculos entre los funcionarios y los compradores, y si estos pudieron prevalerse de información privilegiada -y quién la suministró-, para asegurar esas ganancias, que son el espejo del perjuicio que debe afrontar la mayoría del pueblo argentino".

Responsables

La Oficina Anticorrupción menciona con nombre y apellido a quienes considera responsables del FMIgate: Mauricio Macri en su carácter de presidente de la Nación; Nicolás Dujovne, en su rol de ministro de Hacienda; Luis Andrés Caputo en su doble carácter de ministro de Finanzas y presidente del Banco Central; y Federico Sturzenegger y Guido Sandleris como presidentes del Banco Central.

Considera que el proceso fue espurio porque esas autoridades no optaron por ninguna otra medida que evitara la sobredemanda de dólares y su salida de la plaza local, garantizando "con su deliberada pasividad la toma de ganancias de los especuladores a expensas del patrimonio público".

Señala que Macri y esos funcionarias del área económica no recurrieron al canje compulsivo de títulos ni al control cambiario sino hasta que, en las postrimerías del gobierno, "las ganancias, su dolarización y la fuga estuvieron garantizadas para los especuladores".

Después precisa la sucesión de normas que ellos violaron en la firma del préstamo, como había sido detallada a mediados del año pasado en Página/12. Incumplieron la solicitud al Poder Legislativo Nacional de la autorización previa para contraer el crédito (artículos 75, incisos 4 y 7, de la Constitución Nacional); eludieron la inclusión del empréstito por el monto correspondiente en la Ley de Presupuesto (artículo 60 de la ley 24.156); omitieron traducir documentos fundamentales en legal forma (artículo 6 de la ley Nº 20.305); soslayaron la emisión del dictamen de viabilidad del Ministerio de Economía y la autorización del Jefe de Gabinete de Ministros para el inicio de las negociaciones de la operación (decreto 1344/07); y evitaron la opinión previa del Banco Central respecto del impacto de la operación en la balanza de pagos (artículo 61 de la ley 24.156).

La OA señala entonces que la Sigen verificó que los compromisos asumidos con el FMI fueron contraídos sin contar con la previa intervención de los órganos competentes en la materia, ni con la información económica, financiera y jurídica necesaria para su celebración. 

Para concluir que "se trató de un programa calculado y ejecutado con el objeto de generar una transferencia extraordinaria de activos desde el sector público hacia un grupo selecto del sector privado, en perjuicio del interés del pueblo argentino, el que debían gestionar y custodiar con fidelidad".

https://www.pagina12.com.ar/329217-el-fm-igate-ya-es-una-causa-judicial-por-fraude

Renta básica universal en California

Hace unos días se publicaron los resultados del experimento de Stockton. Consistió en seleccionar al azar a 125 residentes de la ciudad con un ingreso medio igual o inferior a 46.000 dólares (y otro grupo de control), quienes desde febrero de 2019 recibieron 500 dólares mensuales, sin pedir nada a cambio. 

Uno de los objetivos es ver si la renta universal disminuye el incentivo a buscar empleo. En ese sentido, al empezar el ensayo un 28% de los sujetos del grupo tenían empleo a tiempo completo y esa cifra creció al 40% un año después (en el grupo de control era de 32 y subió al 37%). La mejor forma de sacar a la gente de la pobreza es sacar a la gente de la pobreza, dice esta nota. Un grupo de alcaldes de EEUU empezarán a probar la iniciativa en sus ciudades.

Los resultados preliminares del experimento los podés leer aquí

Cenital.com

Habla Gerardo Fernández Juárez de «la capacidad de retorno de ese ‘extrañamiento’ que la visión del otro consigue devolvernos incluso en los escenarios más habituales» (2018: 350). Las lecciones que he aprendido y cada día continúo aprendiendo en mi exploración de la lengua y la cultura chol han resultado en un extrañamiento, pero no ante la lengua, la cultura, y el pensamiento chol, sino ante los propios, como describe Fernández Juárez. Volviendo sobre las imágenes tiempo después me di cuenta de hasta qué punto las descripciones de los choles eran tremendamente precisas (…). Las descripciones choles, al contrario de lo que pueda parecer, no tienen nada de exótico. Lo verdaderamente «exótico» es lo que nosotros hacemos, añadiendo algo a la imagen, imaginando una historia que en realidad no existe. 

 


La idea de secuencialidad no es más que un filtro a través del que miramos esas imágenes que nos hace pasar a segundo plano —y a veces ni siquiera darnos cuenta de que existen— infinitos detalles sobre el paisaje, sobre los distintos tipos de plantas, sobre las rocas. Todos esos detalles sí están presentes en las descripciones choles, al contrario que el supuesto orden en que se desarrollan los acontecimientos, que hemos aprendido a asumir, pero que verdaderamente no está ahí. Nuestra presunción de secuencialidad no es más que una «experiencia ficticia del tiempo» (Ricœur, 1984). Contemplando una viñeta (...) lo que hacemos es transformar mentalmente el espacio —que es lo que describen los hablantes choles con gran precisión— en la secuencialidad, en el imaginado orden de los acontecimientos, y, en última instancia, en la propia noción de tiempo. Pero el verdadero efecto whorfiano, como algunos llaman a la relación entre la lengua, cosmovisión y pensamiento, no es que los choles no procesen la secuencialidad de imágenes porque su lengua no tenga tiempos verbales. Sencillamente, para los choles a los que mostré las imágenes, la noción de secuencialidad no es un elemento relevante. La sorpresa es que nosotros lo hacemos porque nuestras categorías gramaticales nos invitan a ello. Cuando hemos de marcar cada verbo con una inflexión que describe si el evento ocurre antes, durante, o después del momento del habla, comenzamos a sentir, a pensar, a percibir una inevitable secuencialidad que va más allá de las palabras, «viéndola» incluso donde en realidad no está.

Las respuestas que obtuve de mis amigos choles recuerdan a los famosos pirahã de la Amazonia brasileña, que prefieren restringir su comunicación a todo aquello que forma parte de su experiencia presente (Everett, 2005), o a los mayas mopán de Belize, para quienes no existe el género literario de ficción, e interpretan historias de ficción en películas o libros como historias que han ocurrido en la realidad (Danziger, 2010).

También recuerdan a las que Alexander Luria, en los años treinta, obtuvo de campesinos rusos cuando les presentaba sus famosos silogismos, para investigar si estos eran capaces de realizar inferencias silogísticas. Dice Abdurakhm, un campesino ruso de 37 años de edad, en respuesta al silogismo de Luria:

Luria.— En el lejano norte, donde hay nieve, todos los osos son blancos. Novaya Zemlya [un pueblo] está en el lejano norte. ¿De qué color son los osos allí?

Abdurakhm.— Hay muchos tipos distintos de osos.

Luria.— Pero en el lejano norte, donde hay nieve, todos los osos son blancos.

Novaya Zemlya [un pueblo] está en el lejano norte. ¿De qué color son los osos allí?

Abdurakhm.— No lo sé. He visto un oso negro, nunca he visto otros tipos...

Cada localidad tiene sus propios animales: si los hay blancos, son blancos; si

los hay amarillos, serán amarillos.

Luria.— Pero, ¿qué tipo de osos hay en Novaya Zemlya?

Abdurakhm.— Hablamos solo de lo que vemos. No hablamos de lo que no vemos

(Luria, 1976: 108-109, traducción propia).

Daniel Roberto Távora Mac Cormack


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