De tecno realidades y realidades semi-coloniales.

 


El próximo juego de poder de Google

Durante dos décadas, la cookie ha sido un emblema del modelo de publicidad en línea que impulsa gran parte de la web abierta y las invasiones de privacidad que la acompañan. Ahora, la galleta como la conocemos está muriendo.

La publicidad en línea vivirá, por supuesto, al igual que las invasiones de privacidad. Sin embargo, los cambios que están tomando forma hoy alterarán la forma en que navegamos por la web en el futuro y definirán qué empresas la dominan.

    El patrón

Los gigantes de Internet están construyendo su futuro posterior a las cookies.

Google ha estado planeando desde hace un tiempo eliminar las cookies de seguimiento de terceros en su navegador Chrome, desaprobando esos fragmentos de código que rastrean y delatan su historial de navegación por el bien de la publicidad dirigida. Prometió en enero de 2020 que desaparecerían para 2022. Y sabemos desde 2019 que estaba trabajando en formas menos intrusivas de orientar anuncios .

Esta semana, Google se comprometió a no crear ni utilizar ningún sistema que rastree a personas individuales en la web. Eso significa que Google no apoyará algunos de los esfuerzos incipientes de otros actores de la tecnología publicitaria para reemplazar las cookies con tecnologías que rastrean la identidad en línea de un individuo de otras maneras, como haciendo coincidir direcciones de correo electrónico en todas las bases de datos. "Si la publicidad digital no evoluciona para abordar las crecientes preocupaciones que la gente tiene sobre su privacidad y cómo se usa su identidad personal, arriesgamos el futuro de la web libre y abierta ", escribió David Temkin de Google en una publicación de blog.

Ese es un compromiso de privacidad sustancial para una empresa cuyo negocio se basa en publicidad dirigida, y Google merece crédito por ello. Pero, como algunos analistas se apresuraron a señalar , Google no está haciendo esto solo por la no maldad de su corazón.

Está respondiendo en parte a la presión de varios lados: reguladores, defensores de la privacidad, consumidores y, especialmente, rivales. Apple y Mozilla, cuyos modelos de ingresos no se basan en la segmentación de anuncios, ya bloquean las cookies de terceros de forma predeterminada en sus respectivos navegadores, Safari y Firefox. Si bien Google Chrome sigue siendo el navegador más popular del mundo por un amplio margen , la popularidad del iPhone ha ayudado a convertir a Safari en un competidor influyente, lo que ha obligado a toda la industria de la publicidad móvil a adaptarse a los cada vez más estrictos protocolos de privacidad de Apple o trabajar en torno a ellos. El último de ellos es el movimiento de Apple para requerir la suscripción voluntaria para cualquier aplicación que quiera rastrear a los usuarios , lo que ha provocado una pelea con Facebook .

En lugar de morir en la colina de las cookies, Google parece estar retrocediendo hacia lo que considera una forma de seguimiento más defendible, una que crea algunas ventajas competitivas para Google en particular.

Por un lado, Google seguirá rastreando el comportamiento de los usuarios en sus propios servicios y, como habrás notado, tiene bastantes servicios. En general, hacer que sea más difícil para los sitios web rastrear a los usuarios en la web pondrá más énfasis en los "datos de origen", que son los datos que las empresas recopilan mientras los usuarios están en sus propios sitios o aplicaciones. Entre Android, Búsqueda de Google, Gmail, YouTube, Google Home, etc., es difícil pensar en una empresa con más datos propios que Google. Y como señala Dimitrios Katsifis del Blog de la Ley de Plataformas: “Al operar la Búsqueda de Google, Google es capaz de seguir de manera efectiva la actividad de navegación de los usuarios más allá de sus propiedades; sabe lo que busca el usuario y tiene visibilidad completa del resultado de la búsqueda en el que el usuario hace clic.

Y luego están los marcos de seguimiento alternativos que está desarrollando Google. Owen Williams, colega de OneZero, tiene un muy buen explicador en lenguaje sencillo sobre esos enfoques , que giran en torno a la idea de poner a los usuarios en grupos en función de su navegación en lugar de vincular sus historiales de sitios web individuales a su identidad. Algunas versiones buscan preservar la infame (aunque relativamente efectiva) práctica de "retargeting", en la que los usuarios son dirigidos repetidamente con anuncios de un artículo que alguna vez vieron en un sitio de compras; otras versiones prescindirían de él. 

El posible enfoque que Google mencionó específicamente en su publicación de blog se llama aprendizaje federado de cohortes, o FLoC, que, según la compañía, puede ser un 95% tan efectivo como las cookies . (Google tiene un libro blanco que lo explica en detalle si te gusta ese tipo de cosas). FLoC tiene algunos partidarios, pero también algunos detractores vehementes: Bennett Cyphers de la Electronic Frontier Foundation la calificó como una idea terrible , argumentando que reemplazará la antigua privacidad. fallas con otras nuevas y “exacerban muchos de los peores problemas no relacionados con la privacidad con los anuncios de comportamiento, incluida la discriminación y la focalización predatoria. "

Dejando de lado los méritos, está claro que Google se está posicionando para un futuro más consciente de la privacidad en formas que buscan preservar su dominio, probablemente a expensas de una gran cantidad de rivales más pequeños. Existe una cadena de valor completa construida alrededor de cookies de terceros y seguimiento de usuarios individuales, y es probable que gran parte de ese valor se arruine. Las empresas de tecnología publicitaria como The Trade Desk, LiveRamp y Criteo caer vieron sus acciones en picada después del anuncio de Google, mientras que Alphabet, la matriz de Google, se mantuvo estable.

El panorama general aquí es que un puñado de gigantes, en este caso, Apple y Google, son lo suficientemente poderosos como para dictar los términos de la Internet moderna a todos los demás. Que ahora se estén moviendo hacia modelos que son (posiblemente) mejores para la privacidad del consumidor es bienvenido. El problema es que, obviamente, también están remodelando el campo de juego en sus propios intereses.

Entonces, ¿cuál es la respuesta a este dilema? Para Jules Polonetsky, director ejecutivo de Future of Privacy Forum, una organización sin fines de lucro, en realidad es bastante sencillo. “ No creo que debamos esperar que las empresas de alguna manera tengan la respuesta a nivel social ” a los problemas de privacidad y competencia, me dijo Polonetsky en una entrevista telefónica el viernes. “Ahí es donde tiene que entrar la ley y crear un campo de juego que sea justo tanto desde la perspectiva de la privacidad como desde la perspectiva de la competencia. Ni la privacidad ni la ley de competencia son suficientes; necesitamos ambos ".

Corrientes subterráneas

Tendencias, historias y anécdotas aleatorias que pasan desapercibidas que valen la pena.

  • Hablando de regulación tecnológica, Tim Wu se une a la administración de Biden . El profesor de Derecho de Columbia, prominente crítico de tecnología, pionero en neutralidad de la red, servirá en el Consejo Económico Nacional como asistente especial del presidente en tecnología y política de competencia. El nombramiento de un destacado defensor de la disolución de las grandes tecnologías insinúa un enfoque agresivo de la Casa Blanca, aunque la secretaria de prensa Jen Psaki advirtió que no se debe precipitar a sacar conclusiones políticas .

  • Las fuentes de noticias de extrema derecha reciben la mayor participación en Facebook , por seguidor, según un nuevo análisis de Cybersecurity for Democracy , parte del Center for Cybersecurity en NYU. Eso no significa que sean los más populares en términos absolutos, sino que sus publicaciones son las más eficientes para generar me gusta, comentarios y otras interacciones. Un hallazgo secundario interesante es que mientras las fuentes de extrema derecha en Facebook obtienen un impulso de participación al publicar información errónea, las fuentes del centro y la izquierda obtienen menos participación cuando publican información errónea. O, como dice el informe, “las fuentes de noticias de extrema derecha no sufren 'penalización por desinformación'” .

  • Lo que los hallazgos deberían recordarnos, en mi opinión, no es que Facebook como empresa tiene un sesgo de derecha, sino que los algoritmos basados ​​en el compromiso tienen sesgos implícitos, en este caso, hacia el contenido que aviva los miedos y resentimientos de las personas independientemente de si es verdadero. La verdad puede ser más extraña que la ficción, pero la propaganda pura es un mejor cebo de ira, y cualquier algoritmo que no tenga eso en cuenta planteará problemas a una sociedad democrática.

Pattern Matching, a newsletter by OneZero.

En Salta, las relaciones de semiservidumbre entre patrones y peones o entre matronas y “sirvientas” permanecieron, desde la independencia hasta mediados del siglo XX. Podríamos hacer una genealogía sobre tres hitos que marcan intentos de ruptura de este régimen. Cuya vigencia muestra que Salta era -en ese largo período- una democracia restringida donde las formas de explotación del trabajo se caracterizaban por una sociedad estamental (semi feudal –aunque este término es propio de Europa-), donde primaba un poder concentrado en pocas familias, de la autodenominada “aristocracia”, que ejercían el poder social, político, económico y sobre los cuerpos de los trabajadores, a través de diferentes formas de semiservidumbre.

Martín Miguel de Güemes, siendo gobernador de Salta, entre 1815-1821, además de liderar junto con Belgrano el Ejército del Norte y realizar hazañas militares en contra de los españoles, propicia una serie de medidas a favor de los gauchos-soldados de la guerra de montoneras que él lideraba, contra los españoles, tendientes a la liberación de las relaciones de semiservidumbre. Flexibiliza las leyes del Conchabo que, relacionadas con el control de los vagos y la fijación a la finca y al patrón de los peones, impedían la libre circulación de los trabajadores. Las formas de semiservidumbre de la época se sintetizaban por la represión a “vagos y malentretenidos”, la libreta de conchabo y la amenaza de la leva militar; todos sistematizados, más tarde, por el Código Rural de 1865. El conchabo es la institución servil fundamental que permite la fijación del trabajador al patrón, reglamentado sucesivamente por distintas normas. Esta se ejerce tanto en la finca como en las casonas de residencia urbana de las elites.

El conjunto de prescripciones que modifica Güemes, se conocen como “Fuero Gaucho” el que permitía que los gauchos, al ser combatientes del Ejército patriota, estuvieran protegidos, en forma permanente, por el fuero militar y no por las leyes de conchabo. Esto implicaba: la excepción del pago de arriendo a los dueños de la tierra y la ausencia de cumplimiento con la “obligación” (trabajo gratuito para el patrón). Esta institución servil consistía en un trabajo anual de 15 o 20 días, que debían cumplir los arrenderos en las faenas de siembra y cosecha, además de la imposibilidad de movimiento fuera de la finca. Güemes instrumenta un sistema de registro de los gauchos para diferenciarlos de los vagos. La palabra gaucho deriva del término quechua "huachu", que significa sin padres. Por ello y debido a la libertad de movimiento que implicaban las labores del gaucho, se asocia con que los vagos que no tenían patrón, o padres, eran huachos. Los vagos y los gauchos podían ser puestos en prisión y al servicio del patrón, debían conchabarse, si no, eran estaqueados, azotados y se les realizaba ejecuciones públicas. Esta institución se usó también en las formas de disciplinamiento de las líneas gauchas que cuidaban las fronteras con ell “indio” en las guerras de exterminio con los nativos, en la denominada eufemísticamente “Conquista del desierto”. A diferencia de la violencia ejercida por los líderes pampeanos sobre los gauchos, en Salta, Güemes los exime y los libera del yugo de los patrones. Las montoneras gauchas fueron denostadas por los historiadores unitarios que apoyaron la “conquista del desierto”.

En un informe que le envían a Güemes los dueños de fincas, en contra sus medidas, se dice que “los vagos bajo el nombre de gauchos que lo consideran sagrados, se creen a cubierto de la penas y persecuciones de la ley”. Se refieren a la ley de conchabo. En agosto de 1815, en un oficio del Cabildo de Salta a Güemes, cuando los “realistas” no estaban en el territorio, se le dice que “no está, pues en el orden que habiendo cesado ya la guerra en esta Capital restituyéndose la gente, que la hacía al antiguo estado de labrador, y paisano, sean juzgados por los militares (…) esto es un caos, una confusión. Las actuales circunstancias exigen que todo americano sea soldado, y que desempeñe las funciones cuando sea preciso pero cuando no es llegado este caso, es un paisano, cuya sujeción inmediatamente depende de la justicia ordinaria” (ver Benito Carlos Aramay, cursivas añadidas).

Güemes se opone. Había ordenado “que ningún combatiente miliciano, por el hecho de serlo, pagara tributo a sus patrones o brindara servicios personales, aun cuando no estuvieran en servicio”. El 11 de abril de 1818, harto de “todos los que se interesan en el desorden, y desunión que los valientes Gauchos, a costa de su sangre, han defendido con heroicidad la gran causa de nuestra independencia”, escribe el auto y manda que “todos los gauchos alistados en los respectivos Escuadrones, y la tropa no sólo gozan y eternamente han de gozar del fuero militar…”. Güemes fue mandado a asesinar en junio de 1821 por la propia oligarquía, asociada con los españoles. Una de las causas de este magnicidio fue el Fuero Gaucho y el no pago de tributos que incidía directamente sobre los intereses económicos basados en la sobre explotación de la oligarquía terrateniente, sobre trabajadores.

El segundo hito, que intenta romper con esta institución de semiservidumbre, es la Ley Güemes inspirada en el Fuero Gaucho, de allí su nombre. Presentada a las cámaras el 20 de febrero -fecha del triunfo de una batalla anticolonial que tiene lugar en Salta- por el poeta y gobernador Joaquín Castellanos (1919-1921). Antes el gobernador había constatado -a través de una Comisión- la situación de explotación y semiservidumbre, sobre todo de los trabajadores rurales. La ley propone eliminar el conchabo y el comedimiento, el pago en vales o especies, fijando 8 horas de trabajo, entre otras medidas que fijaban derechos laborales. Además intentó legislar sobre otras cuestiones que amenazaban los intereses de la oligarquía: como la ley de irrigación, pretendiendo desmantelarla del hecho de facto de que los arroyos y ríos pasaran a través de sus propiedades. Estas no fueron puestas en funcionamiento porque Irigoyen intervino su gobierno, instigado por una fracción de la oligarquía ante estas amenazas.

El tercer hito es el Estatuto del Peón rural, legislado en 1944 durante la presidencia de Farrel, a instancias de Perón, que era ministro de Trabajo. Establece, a nivel nacional por decreto 28.169/44, un salario mínimo, condiciones mínimas de alimentación y de vivienda y se precisan también las obligaciones de las partes en materia de horarios de trabajo, indemnizaciones por despido y asistencia médica, estableciendo también la obligatoriedad del descanso dominical y de las vacaciones pagas, prohibiendo toda forma de trabajo obligatorio y de sujeción del trabajador al empleador. Es recién cuando se hizo efectiva la ruptura con estas relaciones -que todavía existían en las zonas rurales-, ya que se crean delegaciones del Ministerio de Trabajo de la Nación en todo el país, que inspeccionaban su cumplimiento.

Es interesante señalar la línea de influencia que tuvo el Estatuto del Peón, con el Fuero Gaucho promulgado por Güemes en Salta. Según Caro Figueroa, el Estatuto del Peón fue una idea sugerida a Perón por Arturo Jauretche, quien le detalló sus experiencias en las provincias del norte, que recogían los antecedentes que sobre el Fuero Gaucho le había transmitido el doctor Luis Güemes. El estatuto fue derogado durante la dictadura militar (1976-1983) en 1980 y puesto en vigencia en 2011, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.

https://www.pagina12.com.ar/327990-guemes-precursor-de-la-liberacion-de-las-relaciones-de-semis?cx_testId=1&cx_testVariant=cx_1&cx_artPos=2#cxrecs_s

La realidad del universo tecnológico convive con la realidad semi-colonial de muchas ciudades, comunidades y provincias del planeta. Tal contraste pone en evidencia innegable la impresionante desigualdad que hemos construido sobre la tierra. Una desigualdad que se pretende, equivocadamente y para seguir sosteniendo los privilegios de minorías con mucho poder, disminuir dentro de un sistema que impide la diversidad de identidades y la posibilidad de elegir otros rumbos de desarrollo no atado al de las corporaciones tecnológicas. Se proponen soluciones únicas dentro de un sistema de mentiras que se ampara en una “religiosidad científica” respecto al “planeta como sistema vivo” y a conceptos ecológicos que nada tienen que ver con la preservación del medio ambiente y de los equilibrios entre comunidad humana y el habitat natural que le sostiene, sino precisamente con esos intereses corporativos y de elites que sostienen el Sistema mundo actual.

Elon Musk pertenece al selecto club de los tecno-híper-ricos que buena parte del mundo mira con envidia y pleitesía. Este grupo de elegidos constituye una nueva casta que maneja compañías con ingresos superiores al PBI de países enteros: la fortuna personal de Musk oscila apenas por debajo de los 200 mil millones de dólares, casi cuatro veces la deuda Argentina con el FMI. Al poder del dinero de estos personajes, de por sí enorme, se le suma el acceso a tecnologías de punta que pocas personas entenderían y al que muchas menos acceden. Estos individuos (hombres, blancos y del primer mundo, obviamente) condensan una serie de factores tales como una inteligencia inusual, ambición y la suerte de haber encarado de jóvenes un desarrollo en el momento justo, ni demasiado tarde ni demasiado temprano. Bill Gates alguna vez reconoció: “He sido premiado desproporcionadamente por el trabajo que hice”. Lo mismo ocurrió a otros personajes cuya riqueza personal es de una desmesura que solo el capitalismo actual, no el puro talento, puede explicar.

Pero como vivimos en una sociedad (que se cree) meritocrática, la fortuna (en todos los sentidos de la palabra) de estos híper-ricos se interpreta rápidamente como cualidad personal en un círculo tautológico del que no resulta fácil salir: si son tan ricos es porque se trata de seres únicos y por ser únicos se volvieron inmensamente ricos. Las palabras (o tuits) de estos personajes se leen con la atención que se presta a un oráculo y tienen un poder performativo sobre el mundo que va más allá de las capacidades reales de los emisores de descollar en todos los terrenos. Es desde esta perspectiva que se puede analizar a un personaje singular (pero humano) como Elon Musk.

En el momento justo

Elon Reeve Musk nació en 1971 en Sudáfrica y, luego de obtener un “bachelor” en economía y física en Canadá, se mudó a California donde vivió por un tiempo en uno de los hoteles de la Asociación Cristiana de Jóvenes, la YMCA. En 1995 formó junto a su hermano la empresa Zip2, que proveía a diarios de un software para hacer agendas online. Internet comenzaba a crecer y la primera burbuja "punto com" a inflarse. En 1999, con solo 27 años, vendió Zip2 y embolsó veintidós millones de dólares. Con ese dinero lanzó X.com, una startup de servicios financieros que devendría en PayPal, pionera en lo que hoy llamaríamos “fintech”. En 2002 la empresa se vendió a eBay por mil quinientos millones de dólares, de los cuáles ciento sesenta y cinco fueron a su fortuna personal.

 

A partir de ese momento, quien suele presentarse como “ingeniero” y devoto del método científico, se transformó en un emprendedor serial lanzado a todo tipo de empresas de punta con resultados también variados. El amplio rango de sus proyectos parece sacado o de los sueños tecnológicos de uno de esos adolescente de los 80’s que usaban gorra de la NASA.

En 2002 fundó SpaceX, donde invirtió cien millones del dinero obtenido de PayPal. La empresa se dedica a la fabricación de productos aeroespaciales y el transporte: el primer viaje comercial lo realizó en 2020 cuando llevó cuatro astronautas a la Estación Espacial Internacional. SpaceX prometió realizar los primeros vuelos de turismo en 2021, pero su mayor objetivo es establecer una base en la Luna y llegar a Marte para colonizarlo, un anhelo de Musk, quien suele mostrarse preocupado por el destino del planeta. El reciente accidente de una de sus naves no fue obstáculo para seguir consiguiendo apoyo de inversores. Dentro de esta empresa se encuentra la división Starlink, que se hizo famosa por el lanzamiento de cientos de nano satélites que permitirán brindar internet de alta velocidad a todo el planeta. Algunas noches despejadas se puede ver a los satélites surcando el cielo como un tren de luces, algo que no agrada tanto a los astrónomos y que preocupa por el aumento de la chatarra espacial que ocasiona accidentes graves. El objetivo es ubicar más de once mil de estos dispositivos en el cielo.

En 2003 lanzó Tesla, su empresa más conocida, para entrar en otro nicho con un enorme costo de entrada: la industria automovilística. Sus coches son eléctricos y su objetivo es bajar el precio para hacerlos populares. En 2020 Tesla vendió casi 500.000 vehículos y facturó ingresos por 10.740 millones de dólares con un margen del 19%. La empresa tiene una rentabilidad competitiva y cotiza en la bolsa, algo fundamental para que Musk aparezca con cierta regularidad como el hombre más rico del mundo. Tesla es también la fuente de mayores dolores de cabeza de Musk. En una entrevista confesó, al borde del llanto, que cuando fue el lanzamiento del Tesla 3 el estrés casi le impidió presentarse. Este modelo además tuvo serios problemas en sus comienzos para satisfacer la demanda de un público con enorme expectativa, históricamente más cercana a la de fans de un artista (o los iPhones, para el caso) que de un auto. Por otro lado el precio, cercano a los $35.000 dólares, no le permite aún ofrecer un alternativa económica.

La lista de empresas sigue: en 2006 fundó SolarCity dedicada a productos fotovoltaicos y servicios. En 2016 creó Neuralink para construir interfaces cerebro-máquina. Los avances que exhibió hasta ahora despertaron el entusiasmo de los medios y el escepticismo de los neurocientíficos por la escasa novedad de desarrollos que se presentan como revolucionarios. Por ahora sus demostraciones no alcanzan lo que ya se hace en laboratorios especializados desde hace tiempo y, además, están lejos de las promesas mesiánicas de la empresa. Con la fundación sin fines de lucro, OpenAI, piensa disputar el trono de la inteligencia artificial que, como aseguró en varias entrevistas, está al borde de salirse de control y terminar con la humanidad. En uno de sus tuits anticipaba: "La competencia por la inteligencia artificial en el ámbito nacional es la causa más probable de la tercera guerra mundial, en mi opinión".

La Boring Company, de 2016, se dedica a hacer túneles para reducir el tráfico en la superficie con un moderno sistema de perforación. También, entre Tesla y SpaceX tienen el proyecto Hyperloop, un diseño de trenes que circulan por tubos al vacío.

Nada menos.

Autoexplotado

Al repasar la lista de empresas y proyectos de Musk, se entiende el porqué de su estrés e inestabilidad emocional. Incluso, cabe preguntarse si es posible, aún para el mejor inventor del mundo, aportar algo concreto sobre temas tan variados más allá de una mirada muy general.

Por si fuera poco, Musk tiene tiempo para opinar sobre otros temas. Es particularmente recordada la respuesta a un tuit sobre la situación en Bolivia donde aseguraba: "¡Le vamos a dar un golpe a quién se nos cante, bancátela!". El comentario alimentó especulaciones sobre las razones para sacar a Evo Morales del poder: acceder a las reservas de litio más grandes del planeta, mineral utilizado en las baterías que necesitan los automóviles eléctricos como los de Tesla. Musk se considera políticamente neutral aunque llegó a decir sobre Donald Trump (en un tuit, por supuesto): "Creo que no es el tipo adecuado". Luego de la asunción de este como Presidente, aceptó formar parte de un concejo consultivo al que renunció, junto con otros empresasrios, más adelante.

En 2018 de alguna manera tuvo tiempo de elaborar una propuesta para hacer una cápsula de rescate que permitiría traer con vida a los 12 niños atrapados en una cueva en Tailandia. Cuando su desarrollo llegó a ese país, la mayoría había sido rescatada por buzos con máscaras de oxígeno para los niños. En 2019 recibió un premio del Rey de Tailandia por su esfuerzo.

Otra muestra del efecto de cada palabra de Musk ocurrió cuando (nuevamente por Twitter) aseguró estar evaluando la posibilidad de recomprar las acciones de Tesla a 420 dólares y sacarla de la bolsa. En otras ocasiones ya había protestado por la forma en que Wall Street apostaba contra sus empresas y quería tener el control total sobre ellas. El tuit hizo subir las acciones de Tesla un once por ciento produciendo quebrantos por cerca de 1.300 millones de dólares a quienes habían ido "corto" contra ella (como ocurrió recientemente con el caso GameStop, sobre el que también opinó). Tres semanas después reconoció que no sería posible hacer la compra y disparó una investigación desde los organismos de regulación financiera, además de cuestionamientos de la junta directiva respecto de su comportamiento errático.

En algunas entrevistas más íntimas se ve que es una persona inteligente pero afectada por el mismo tipo de dificultades emocionales que buena parte de la humanidad: problemas con su padre, miedo a estar solo, cierta tendencia a la mitomanía (probablemente necesaria en esos niveles de competencia), etc., como cuenta en una interesante entrevista que dio a la revista Rolling Stone.

El listado de polémicas e intervenciones contradictorias de quien gusta definirse como "ingeniero" podría continuar por varias páginas. Algunas de ellas pueden verse como shows deliberados para atraer clientes e inversores, una práctica frecuente al menos desde los tiempos de Steve Jobs quien transformó las presentaciones de nuevos productos en espectáculos. Jobs explotó esa herramienta al máximo para transformarse en gurú del futuro donde antes se habría visto solo un buen vendedor. Al igual que le ocurre a otros híper-ricos, Musk ve su fortuna personal subir y bajar a merced de la marea bursátil y las "expectativas del mercado". Mantenerlos entretenidos, está claro, es parte del negocio.

Con tanta atención permanente era esperable que Musk, como otros de su casta, empiecen a verse como una suerte de superhéroes todoterreno. En particular, Musk abona este personaje armando una empresa tras otra y opinando sobre todo ¿Cómo podría, si no, explicarse que en un mismo día ayude a diseñar autos eléctricos, planee viajes a Marte, opine sobre la bolsa o discuta cómo construir cápsulas para rescatar niños tailandeses? Muchas personas podrían plantearse los mismos objetivos y pasar desapercibidos, pero Musk concentra las expectativas de millones de personas de tal manera que puede encararlas con un piso de atención que a otros les habría costado una enormidad. Su estatus social de superhombre es probablemente la forma que encontró la sociedad de justificar una riqueza desmesurada con atributos supranaturales. Así visto, Elon Musk parece más bien el síntoma de una época en la que talento, show, negocio y una vocación casi mística se tornan indistinguibles.

Los bitcoins de Elon

El 8 de febrero Tesla compró el equivalente de 1.500 millones de dólares (sobre 19.000 millones que tenían ahorrados) en Bitcoins y abrió la puerta a la comercialización de autos en esa criptomoneda. El apoyo explícito de Tesla, una de las compañías más grandes del mundo, a una moneda con una cotización muy fluctuante y poco vínculo con la economía real, empujó su cotización hacia arriba unos cuatro mil dólares hasta llevarla a los cuarenta y ocho mil, un récord sin precedentes (en septiembre de 2020 arrimaba apenas a los diez mil dólares), luego superado con creces pero también fuertes oscilaciones.

Bitcoin es una criptomoneda atractiva para los libertarios que quieren sacarse de encima los controles de cualquier entidad y creen ciegamente en las leyes de la oferta y la demanda. Musk, además, está enojado con Wall Street por la manipulación que hacen de las acciones en contra de sus negocios. Para él Bitcoin representa la libertad y llevaba tiempo coqueteando por Twitter con la posibilidad de invertir en ella. A principios de año cambió las regulaciones internas de Tesla para, finalmente, hacer la compra. La movida tiene su riesgo: las fluctuaciones de la criptomoneda revelan un campo ideal para especuladores sin demasiado escrúpulos y poco afectos a la producción. También es ideal para todo tipo de delitos ya que las transacciones resultan muy difíciles de asociar con una persona en particular. 

 

Pero probablemente el rasgo de la criptomoneda que más se contradice con los principios de Musk y su preocupación por la salud del planeta es el crimen brutal que esta moneda significa para el ambiente. Es que su gestión requiere la realización de complejos problemas matemáticos que computadoras de todo el mundo compiten por resolver lo antes posible. Quién primero logre la respuesta podrá quedarse con una recompensa y no dejará nada para los demás. Es tal el derroche de energía de la criptomoneda que, según un informe de la Universidad de Cambridge, la administración de todos los nodos implica un costo energético comparable al de un país de desarrollo medio como la Argentina, cerca de 121 Terawatts por año.

¿Qué prioridad tienen los objetivos de Elon Musk de salvar a la humanidad? Muchos de sus proyectos vienen teñidos de una jerga ambientalista que las justifica pero parecen quedar de lado cuando se ponen en la balanza junto a decisiones financieras.

El pequeño Elon

La historia de Elon Musk no es simple. Su madre Maye Haldeman, nacida en Canadá, fue nutricionista, modelo y llegó a la final de Miss Sudáfrica en 1969. Al año siguiente se casó con Errol Musk, un ingeniero sudafricano con el que tuvo tres hijos. Elon, nacido en Pretoria en 1971, es el mayor. Como los padres trabajaban todo el día, los pequeños tuvieron mucha libertad: Elon afirmó: "Fui criado por libros. Libros y, después, mis padres". Cuando tenía 8 años la pareja se rompió y él fue con su madre a vivir en Durban (una ciudad en la cosa este de Sudáfrica) pero como veía triste a su padre, en 1981 decidió irse a vivir con él. Todavía lamenta la decisión por los malos tratos, sobre todo psicológicos, que sufrió de su parte. En entrevistas posteriores lo describió como "un terrible ser humano".

A los doce años vendió un juego electrónico que él mismo había programado, llamado Blastar, por 500 dólares. En esa misma época era víctima frecuente del acoso escolar. Según él explicó, era uno de los más pequeños de su clase debido a que nació el 28 de junio, justo antes del corte que lo habría enviado a un curso posterior. Para defenderse aprendió judo, karate y lucha. A los dieciséis años pegó el estirón que lo equiparó, finalmente, a sus acosadores. Recuerda en particular la vez que golpeó en la nariz al peor de ellos y logró, finalmente, un poco de paz.

Al terminar el secundario reclamó la ciudadanía canadiense de su madre y se fue a vivir allí con ella y sus hermanos. En Canadá la familia debió realizar todo tipo de trabajos para sobrevivir. En 1992, Elon obtuvo una beca para estudiar economía y física en la prestigiosa Universidad de Pensilvania. Poco después comenzaría su imparable carrera por acumular empresas. En 2000 se casó con la escritora Justine Wilson, con quien tuvo 6 hijos. El primogénito murió a las pocas semanas. Luego tuvieron gemelos y finalmente trillizos. Se separaron en 2008. Luego se casó dos veces, en 2010 y en 2013 con la actriz Talulah Riley de quien también se divorció en sendas ocasiones.

https://www.pagina12.com.ar/327910-elon-musk-el-super-heroe-tecno

En su reciente discurso ante el Foro Económico Mundial en Davos, el Presidente Vladimir Putin reseñó con claridad los problemas actuales y los peligros que conllevan. Sin embargo, su discurso ha sido mayormente ignorado. Ello no debe extrañar. Vivimos en un mundo dominado por una narrativa que busca ocultar los problemas que nos aquejan naturalizando las raíces de la estructura de poder que los produce.

Putin alertó al mundo sobre los desafíos que genera un presente con problemas económicos y desequilibrios sociales semejantes a los que desencadenaron la Segunda Guerra mundial en la década del ’30 del siglo pasado. Hoy, sin embargo, una guerra mundial conduciría a la extinción de la especie humana. Si bien es difícil pensar en un desenlace semejante, Putin advierte que esto puede ocurrir de un modo inesperado: un conflicto menor y de índole regional puede escalar rápidamente y detonar una catástrofe global. La situación actual es particularmente peligrosa. La pandemia ha exacerbado las desigualdades económicas y sociales provocadas por el modelo de crecimiento económico aplicado globalmente en las últimas décadas. El mismo ha fracasado provocando una crisis sistémica que ahora desborda al campo de la geopolítica.Las políticas de facilitación monetaria y tasas de interés cercanas a cero hoy no pueden reactivar a la economía global ni resolver el problema del enorme endeudamiento que padecen tanto los países centrales como los periféricos. Tampoco podrá reactivarla la aplicación masiva de tecnologías de punta de la 4ta Revolución Industrial, como pretende el Foro Económico Mundial. La robotización y la inteligencia artificial provocarán un enorme desempleo, profundizando la polarización económica y social y otorgando mayor injerencia política y social a los monopolios tecnológicos. Estos problemas, según Putin, empiezan a salir a la luz del día en los Estados Unidos. (en.kremlin.ru/events/president/news/64938 January 27, 2021)

En este mundo cada vez más polarizado, la tentación de acudir a un “enemigo externo” para explicar los males propios está a la orden del día. Esto se expresa en una retórica agresiva seguida de hostigamiento comercial, financiero, tecnológico y militar que, al exacerbar los conflictos geopolíticos, puede llevar al uso de la fuerza para resolverlos. Este es, para Putin, el principal problema que hoy enfrenta la humanidad. Solo la búsqueda de cooperación internacional y de alianzas tecnológicas y económicas, conjuntamente con el fortalecimiento del rol de los organismos internacionales, permitirá resolver los conflictos en un mundo donde la hegemonía unipolar es ya imposible. Algo parecido piensa el Presidente de China, quien ha llegado a la conclusión de que “mientras el Oeste declina, el Este crece y se desarrolla….. Los Estados Unidos son la principal fuente del caos y la desestabilización mundial… representan el principal peligro al desarrollo económico y a la seguridad nacional de China” (nytimes.com 3 3 2021).

 

Esta interpretación choca, sin embargo, con la visión norteamericana del mundo. El creciente poderío económico de China y su alianza estratégica con Rusia e Irán han soliviantado a los demonios que, desde siempre, guían a la política exterior norteamericana. Muchos creían que las políticas desaforadas y erráticas de un Trump empeñado en recuperar la grandeza económica de los Estados Unidos eran la causa de la agudización de los conflictos mundiales y del creciente enfrentamiento con China. Sin embargo, la esencia de la política exterior de Trump es hoy reafirmada por el gobierno de Joe Biden en todos los frentes y especialmente en relación a China.

Biden ha dado a los neoconservadores el control de la política exterior y de la seguridad nacional de los Estados Unidos. Este grupo político ha sido el responsable de las guerras localizadas y sin aparente fin y con ocupación militar que han caracterizado la expansión militar norteamericana desde la guerra de Afganistán hasta la llegada de Trump a la Presidencia. Ahora, nuevamente en el gobierno, expresan sin ambages sus objetivos. Al decir de Antony Blinken, el nuevo Secretario de Estado, “miran al mundo con ojos frescos” y consideran que China es ahora “el principal problema geopolítico de este siglo… puede desafiar los valores y las relaciones internacionales que hacen al mundo funcionar del modo que nosotros queremos”. De ahí que manejaran la relación con China “desde una posición de fuerza” (voanews.com 3 3 2021, el subrayado es mío).

Parece que las tensiones geopolíticas continuarán in crescendo. Sin embargo, la crisis económica global y el cuestionamiento al poder unívoco de los Estados Unidos por parte de varios países y especialmente por Rusia y China, abre paradójicamente la posibilidad de establecer nuevas alianzas geopolíticas para reafirmar el desarrollo de los países periféricos. En la batalla para lograr este objetivo, el principal obstáculo radica en la utilización de la pandemia por parte de las estructuras de poder local con el objetivo de acumular más poder y matar en el huevo a la protesta social. Para ello coartan las atribuciones de los Estados nacionales y a través del endeudamiento ilimitado y la dolarización de la economía imponen el chaleco de fuerza que les permitirá lograr sus objetivos.

Endeudamiento en el centro y en la periferia

El gobierno de Biden ha prometido un estimulo de 1,9 billones (trillions) de dólares para erradicar la pandemia y reactivar a la economía norteamericana. Esto ha llevado al JP Morgan, entre otros, a esperar un crecimiento del 6,4% de la economía norteamericana en 2021. Sin embargo, y como la experiencia indica, si el estímulo se concreta seguramente producirá un fogonazo insostenible.

En efecto, desde 2007 y luego de muchos años de políticas de facilitación monetaria y tasas de interés cercanas a cero, el crecimiento económico norteamericano ha sido en promedio del 1,7% y no ha alcanzado para absorber el crecimiento de la población  (zerohedge.com 27 2 /1 3 2021). Asimismo, después de una década de política financiera y monetaria equivalente a 37 billones (trillions) de dólares, el crecimiento económico sólo ha sido posible a partir de un mayor endeudamiento. En dicho periodo, cada dólar de crecimiento económico requirió 4,50 dólares de endeudamiento.

Así, es posible esperar que el estímulo de Biden derivará en más endeudamiento, más déficit fiscal, más especulación financiera, más brecha entre esta última y el crecimiento de la economía real, y por ende más desigualdad económica y social pues solo un 10% de la población posee el 80% de los activos financieros. De ahí que la especulación financiera acrecienta las ganancias de una minoría y perpetúa los desequilibrios económicos y sociales. Hoy, 27% de la población norteamericana recibe ayuda del gobierno.

Endeudamiento, déficit fiscal y estancamiento económico son fenómenos que también ocurren en los países periféricos. Allí, sin embargo, el FMI, los organismos internacionales y los países ricos prescriben una receta peculiar para resolver estos problemas: brutal ajuste fiscal, reformas estructurales y más endeudamiento externo, generalmente en dólares, la moneda que Estados Unidos imprime a piacere, apretando simplemente un botón.

Así, de acuerdo con esta narrativa: los países en desarrollo pueden aspirar al crecimiento si entregan, además de su soberanía sobre las políticas que aplican, los ingresos, rentas, y excedentes que generan y eventualmente su riqueza acumulada y sus recursos naturales. Sin embargo, la historia demuestra que estas recetas sólo multiplican el empobrecimiento y la cantidad de países inviables.

Endeudamiento y FMI

El crecimiento de la deuda mundial ha llegado a representar 230% del PBI global en 2018. Este endeudamiento fue especialmente rápido y profundo en los países en desarrollo. Dentro de este grupo, el total del endeudamiento de los países con mayores ingresos (economías emergentes) representó en 2018 el 170% del PBI de este grupo, mientras que en los países más pobres el mismo llegó al 67% del PBI. En todos los casos, el crecimiento de la deuda fue acompañado por el incremento del déficit fiscal y el desequilibrio del balance de pagos (global waves of debt, worlddbank.org 2019).

La pandemia complicó aun más las cosas: hacia mediados de 2020, 11.3 mil millones (billions) de dólares de los fondos disponibles del FMI para enfrentar los gastos de la pandemia fueron usados para cubrir los intereses de las deudas contraídas por países pobres en América Latina, África y Asia con acreedores privados. Así, contraviniendo sus regulaciones, el FMI habría permitido que recursos destinados a la salud y a la alimentación de estos países fuesen desviados para financiar intereses de la deuda externa privada. Esto fue justificado por la institución alegando que un default “habría complicado todavía más la capacidad de acceder a la financiación externa tan necesaria para su recuperación económica y para mitigar la pandemia… Nuestro objetivo principal ahora es salvar vidas y los medios de vida” (theguardian.com 16 7 2020).

Esta postura altruista fue oportunamente denunciada en el marco de una campaña para lograr una mitigación de la deuda de los países pobres (Jubilee Debt Campaign). Sin embargo, el G20 y las instituciones financieras internacionales dominadas por los países ricos y los acreedores privados han estipulado recientemente que, para mitigar las deudas, los países pobres deberán previamente cerrar acuerdos con el FMI (cadtm.org 4 11 2020, brettonwoodsproject.org 25 1 2021). Así, y más allá de las necesidades que impone la pandemia, el Acuerdo con el FMI, y por lo tanto el ajuste fiscal y las reformas estructurales son de índole prioritaria. Esto implica un desvío brutal de los recursos que estos países pobres tienen para enfrentar la pandemia y una constante pérdida de recursos que socava cualquier posibilidad de reactivación económica futura.

Acuerdo con FMI y proyecto de país

El discurso pronunciado por el Presidente ante la apertura de sesiones del Congreso colocó al próximo Acuerdo con el FMI en el centro de la escena política. La decisión oficial de impulsar una querella criminal a los responsables del gobierno de Macri que concretaron el endeudamiento con el FMI por 57.000 millones de dólares —de los que se desembolsaron 44.000 millones de dólares— es de importancia crucial: expone la dinámica del endeudamiento ilimitado y desnuda las condiciones políticas que lo hacen posible.

El préstamo mas grande en toda la historia de esta institución fue otorgado a un país que, desde el vamos, no tenía capacidad para enfrentar semejante volumen de endeudamiento. Estando en default, debía además enfrentar un cronograma de pagos a corto plazo totalmente insostenible. El objetivo del crédito era garantizar la reelección de Macri y con él, las políticas que reproducen el endeudamiento ilimitado. Para ello se violó la normativa jurídica y administrativa del país, y las regulaciones que impiden al FMI otorgar préstamos insostenibles y préstamos en situación de fuga de capitales. Este fue pues un préstamo político que condujo a un endeudamiento cuya legitimidad puede ser cuestionada.

El Presidente afirmó la voluntad de diálogo con el FMI y reiteró una vez más que “no va a haber ningún ajuste que caiga sobre las espaldas de nuestro pueblo”. Reiterando estos términos, el Ministro de Economía advirtió que ya se está negociando “un préstamo de facilidades ampliadas a diez años… y condiciones para que la tasa de interés sea lo mejor posible” (pagina12 3 3 202). Pareciera, sin embargo, que será muy difícil llegar a un acuerdo que no requiera un ajuste y sea además sustentable a diez años. Más allá de las personalidades involucradas y de su buena voluntad, la función del FMI en el sistema financiero internacional y su rol en la geopolítica actual, no han cambiado. Con una economía altamente dolarizada y casi sin reservas internacionales, con cerca de la mitad de la población en la pobreza, con un riesgo país indicando más de 90% de probabilidad de default de la deuda externa privada que ya ha sido reestructurada, pareciera que la negociación con el FMI tendría que seguir los lineamientos expuestos recientemente por los senadores del Frente de Todos (infobae.com 23 2 2021). Por otra parte, la querella criminal anunciada por el Presidente abre la puerta para hacer una investigación sobre la legitimidad de esta deuda ante los organismos internacionales correspondientes. Esta oportunidad no tendría que ser desaprovechada. Sentaría un precedente fundamental para los países periféricos y pondría presión sobre el FMI para lograr resultados más acordes con nuestras necesidades.

Las recientes definiciones del Presidente en su discurso inaugural y la presión, “que no es prepotente ni disciplinaria”, ejercida por el gobierno en las Mesas del Acuerdo de Precios y Salarios, han agitado a los grandes empresarios nucleados en el Foro de Convergencia (Matías Kulfas ámbito.com 3 3 2021). Estos han salido a “recordarle” al gobierno que la pobreza se revierte con inversión, y que “para seguir invirtiendo” necesitan menor inflación y menor presión impositiva (infobae.com 4 2 2021). Interesante, ¿no? Seria importante conocer lo que ha hecho este grupo empresarial anualmente a lo largo de la última década en relación a la inversión productiva, fuga de capitales, impuestos pagados y subsidios recibidos, así como también la capacidad que tienen para formar precios en sus respectivos mercados. Hoy la inversión del sector privado ha llegado a niveles catastróficos e inéditos y el gobierno ha tenido que subsidiar a las grandes empresas para que no eliminen mano de obra con la excusa de la pandemia.

Esta necesidad de transparencia ha sido reafirmada esta semana con la exposición de CFK en la causa judicial sobre el dólar futuro. Una vez más, la Vicepresidenta expuso su destreza intelectual y su capacidad de liderazgo. Al mismo tiempo, iluminó la importancia de transparentar en todo momento los intereses que, moviendo los hilos de la economía, la política y el Poder Judicial, buscan impedir la construcción de un país inclusivo, integrado y soberano. Esta transparencia construye legitimidad y fuerza, única manera de salir del laberinto que nos encierra en el endeudamiento ilimitado.

https://www.elcohetealaluna.com/un-proyecto-de-nacion-en-un-mundo-en-crisis/

Acordar un préstamo del FMI es un acto de gobierno judiciable si se violan leyes que regulan la administración financiera de la Nación. Este es el caso del crédito por 57 mil millones de dólares, de los cuales se desembolsaron casi 45 mil millones de dólares.

Intervenir en el mercado cambiario a través del Banco Central mediante el instrumento financiero denominado "Contratos de dólar futuro" no es judiciable si se cumplen cada una de las normas de esa actividad. Esto fue lo que sucedió en el segundo mandato de Cristina Fernández.

Igualar ambas situaciones busca desestimar la investigación acerca de cómo fue el proceso para recibir ese insólito crédito con el Fondo y cuestionar la orden impartida por el presidente Alberto Fernández de iniciar una demanda judicial a los responsables de ese ruinoso acuerdo. Es una estrategia política de confusión deliberada.

Además de inaudito por el monto involucrado y de constituir la peor herencia dejada por el gobierno de Macri, el recorrido para la aprobación del crédito del FMI es opaco e irregular.

Extraordinaria

La decisión de Fernández es extraordinaria porque es la primera vez que un Presidente no sólo impulsa una investigación sobre el origen de la deuda externa y la posterior fuga de esos dólares, sino que avanza en disponer una querella criminal "a los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales que nuestra memoria registra".

En la primavera democrática, el gobierno de Raúl Alfonsín había promovido una investigación en el Banco Central, bajo la conducción de Enrique García Vázquez, sobre el origen de la deuda de la dictadura militar, que en menos de un año quedó desactivada.

La causa Olmos que tuvo sentencia condenatoria para los responsables de la deuda de la dictadura fue una iniciativa personal del historiador, sin consecuencias penales para los endeudadores y grupos económicos.

La investigación sobre la fuga de capitales de 2001 fue una propuesta empujada en el Congreso a través de una comisión bicameral.

Hace un año, Alberto Fernández, también en la inauguración de la Asamblea Legislativa, había reclamado al Banco Central una pesquisa acerca de la fuga de capitales en los años del vertiginoso endeudamiento macrista.

Nunca antes un Presidente había emprendido el necesario paso adicional. Es lo que hizo ahora Alberto Fernández: exigió a quien corresponda de las áreas de gobierno que inicie una querella criminal a los responsables del FMIgate.

Justicia

Las políticas económicas no son judiciables y, por lo tanto, tampoco los instrumentos utilizados para desplegarlas. Pueden ser subir o bajar impuestos, privilegiar determinadas actividades con regímenes de promoción, intervenir en el mercado financiero a través de la tasa de interés, de contratos dólar futuro o de la compraventa de reservas del Banco Central, emitir deuda en pesos y en dólares en el mercado local o internacional, contraer préstamos con organismos multilaterales, o diseñar planes de administración de precios.

Muchas otras herramientas están a mano de los gobiernos para ordenar una política económica específica. Es obvio que esas decisiones, con saldos positivos o negativos para el bienestar general y la estabilidad macroeconómica, no deberían ser motivo de causas judiciales.

Ahora bien, cuando alguna de esas medidas u otras son implementadas en forma irregular y violando normas de procedimiento, o en abierto conflicto de intereses (beneficiando a funcionarios y familiares de ellos), o cometiendo ilícitos, como el provecho particular por el acceso a información privilegiada o por participar de una red de comisiones, deben ser castigados sus responsables luego de cumplir con los pasos procesales correspondientes en el ámbito de la Justicia.

No hacerlo es consagrar la impunidad y convertir el aparato estatal en un vehículo de negocios espurios, con costos sociales y económicos muy elevados, los cuales son padecidos por los grupos vulnerados. 

No se trata de una cuestión moral o de oposición a cierta orientación de política económica; son delitos realizados por personas ejerciendo la función pública.

Este es el caso del FMIgate; no así la absurda causa judicial "dólar futuro".

Complicidad

El insólito crédito del FMI al gobierno de Mauricio Macri es políticamente cuestionable con consecuencias nocivas para la economía y la calidad de vida de la mayoría de la población, y será una carga pesada por muchos años. Como repite el coro afinado de economistas mediáticos, voceros del poder económico y medios de comunicación de derecha, no es judiciable tomar un préstamo con un organismo financiero internacional.

Esta coordinada complicidad con el desastre financiero dejado por la alianza macrismo-radicalismo no considera, por conveniencia o por ignorancia, que el crédito con el FMI ha violado normas y procedimientos definidos por la Ley de Administración Financiera e incluso de la Constitución Nacional.

Muchos pueden evaluar que se trata de formalidades y que los dólares del FMI llegaron a las arcas del Banco Central y, por lo tanto, no es para tanto esos desvíos. El detalle no menor es que se trató de desembolsos por un total de casi 45.000 millones de dólares, monto que exige cumplir estrictos criterios de control, autorización previa y estudios financieros sobre el manejo de pasivos públicos.

Si esas condiciones para recibir un crédito de esa magnitud son consideradas cuestiones menores, que queda entonces para exigir a funcionarios sobre la responsabilidad en operaciones financieras de menor cuantía, licitaciones públicas o manejos de presupuestos por montos muchos más bajos.

Como se informó en estas páginas a mediados del último año del gobierno de Macri y cuando el Frente de Todos estaba ocupado en otras cosas porque recién nacía, el crédito del FMI estaba flojo de papeles. No debería entonces ser una novedad ni generar sorpresa. Lo que sí alteró los nervios del establishment es que el presidente Alberto Fernández se haya puesto al frente y anunciara que iniciará una querella criminal por ese préstamo.

Mesa de dinero

La demanda judicial no es por el crédito en sí, sino porque los funcionarios responsables lo definieron y firmaron como si fueran dueños de una mesa de dinero clandestina. Lo suscribieron sin cumplir ninguna regla de procedimientos administrativos del Estado.

No es un tema menor porque si esta fuera la forma de gobernar, las tareas de responsabilidad pública quedarían a la libre discrecionalidad de funcionarios. Y un préstamo total por 57 mil millones de dólares es lo suficientemente importante como para ser muy estrictos con las normas de procedimientos.

Los economistas macristas (Nicolás Dujovne, Federico Sturzenegger, Luis Caputo, Hernán Lacunza y Guido Sandleris) se manejaron como patrones del Estado con la soberbia de que no tienen que dar cuenta a nadie.

La Coordinadora de Abogadxs de Interés Público (CAIP) demostró judicialmente que, para contraer el crédito más importante de la historia argentina y del propio FMI, el macrismo violó todas y cada una de las normas nacionales que determinan cómo se tienen que tomar decisiones administrativas de estas características (causas “Murúa” y “Coddiani”).

En concreto, con la estrategia y acciones administrativas y judiciales impulsadas a lo largo de casi tres años de trabajo la CAIP pudo demostrar, con documentos oficiales, que:

1. El expediente a través del cual debió haber tramitado la decisión de contraer el crédito se inició el 21 de junio de 2018. Esto es, nueve días después de la firma de la Carta de Intención para solicitar el crédito. Sin expediente no hay procedimiento administrativo válido (artículo 7, incisos b y d, de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos –LNPA-).

2. No se emitió dictamen jurídico previo a la firma de dicha Carta de Intención, y sin ese paso no hay decisión administrativa válida (artículo 7, inciso d, de la LNPA).

3. No se emitió el dictamen técnico previo del Banco Central sobre el impacto del crédito en la balanza de pagos. Sin este dictamen toda deuda externa es nula (artículo 61 y 66 de la Ley de Administración Financiera N°24.156).

4. No se dictaron actos administrativos que decidieran tomar el crédito (decreto presidencial ni resoluciones de Hacienda o del BCRA). El ministro de Hacienda y el presidente del Banco Central no tenían competencia para firmarlo solos; debió autorizarlo el Presidente (artículo 99, inciso 11, de la Constitución Nacional).

5. Los datos y proyecciones que contienen los memorandos adjuntos a la Carta de Intención no se fundan en ningún estudio, informe, dictamen u opinión técnica. Sin causa válida toda decisión administrativa es nula (artículos 7, inciso b, y 14 de la LNPA).

6. No hay constancia de haberse suscripto acuerdo alguno ni del acto de aprobación por parte del FMI, a pesar que la Carta dice que los memorandos “deben usarse para el diseño del acuerdo stand-by”.

Fuga de capitales

Los defensores del FMIgate afirman que el artículo 60 de la Ley de Administración Financiera exceptúa los créditos formalizados por el Poder Ejecutivo con organismos financieros internacionales. No es así.

Un documento del Banco Central explica que no "se trató de un préstamo tomado para realizar inversiones para el desarrollo económico del país declaradas de interés nacional por ley o por el Poder Ejecutivo, único caso en que esa ley lo faculta a contratar préstamos con organismos internacionales a los que el país pertenezca como miembro, siempre que el préstamo se ajuste a las condiciones usuales de los respectivos convenios básicos, condición ésta que tampoco se cumplía por la excepcionalidad del monto en términos cuantitativos, a la luz de la cuota correspondiente a la Argentina".

El Banco Central indica que los dólares del crédito del Fondo (más otras reservas) abastecieron la fuga de capitales del sector privado, que en total alcanzó los 45.100 millones de dólares. 

Por lo tanto, el informe menciona que ante “la ausencia absoluta de medidas de contención de dicha fuga da cuenta de la flagrante violación a los términos del artículo VI del convenio constitutivo del FMI, aprobado por Argentina por Ley 21.648 que prohíbe la utilización de los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable y continua de capitales”.

Leyes

El mismo día que Alberto Fernández anunció que instruyó iniciar la querella criminal, la actual conducción del Banco Central informó acerca de los pasos que está haciendo en esa investigación.

Explicó que los expedientes que dieron origen a los dos acuerdos firmados por la administración de Macri con el Fondo Monetario “resultarían incumplimientos a los procedimientos establecidos en diversas leyes para la constitución de deuda pública externa, así como la violación de obligaciones asumidas con el FMI”.

Como se mencionó arriba, el Central señala que en el primer acuerdo firmado con el Fondo surge la “ausencia de dictamen jurídico previo” a la firma de la Carta de intención y los Memorándums de política económica y financiera y de Entendimiento técnico, que luego se intentó subsanar con un dictamen que se limitó a analizar si el exministro de Hacienda se encontraba facultado para suscribir y cursar las misivas al FMI, de acuerdo al rol que le asigna el artículo V, sección I de su convenio constitutivo.

Ese dictamen posterior a la firma no se pronuncia sobre las cuestiones medulares que necesariamente deberían haber sido objeto de estudio legal previo a la suscripción de la Carta de intención con el FMI: si el Poder Ejecutivo y, en especial, el exministro de Hacienda eran competentes para decidir y formalizar una operación de crédito público de esas características.

Según la legislación vigente (como las leyes 11.672 permanente de Presupuesto, 19.549 de Procedimiento Administrativo y 24.156 de Administración Financiera y de los Sistemas de Control del Sector Público Nacional) el Ejecutivo no tendría facultades para la firma del acuerdo.

En el segundo acuerdo con el FMI se incorporó el dictamen previo, pero sin entrar a considerar si, de acuerdo al ordenamiento jurídico vigente, los órganos que decidieron su ampliación y tales modificaciones estaban facultados para tomar dicha decisión.

Con la documentación presentada por el Banco Central, la Sigen y la Oficina Anticorrupción deberán determinar si existieron los incumplimientos, la existencia de perjuicio para el patrimonio público y las responsabilidades en los funcionarios.

Comparación

Resulta notable cotejar el cumplimiento de las normas y procedimientos administrativos en las transacciones de "contratos dólar futuro" por parte del Banco Central respecto al crédito pactado con el FMI.

En la presentación ante el Tribunal de Casación, el expresidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, presentó un detallado documento acerca de esa operatoria durante el kirchnerismo.

Explicó que el BCRA comenzó a operar en contratos de futuro en 2005 al amparo de la resolución de directorio Nº181, que autorizó la adhesión de la entidad monetaria como agente del Mercado a Futuro de Rosario (Rofex) y como miembro compensador de Argentina Clearing SA, a los efectos de realizar operaciones en dicho mercado.

El fundamento del directorio para adoptar esa decisión fue la necesidad de contar con todas las herramientas adecuadas que permitieran una efectiva política monetaria y cambiaria.

La intervención del Banco Central en este mercado se encuadra en el artículo 18, inciso a, de la Carta Orgánica, que lo faculta a comprar y vender a precios de mercado y término con fines de regulación monetaria y cambiaria.

La decisión sobre la necesidad de ampliación de los montos para operar en el mercado de dólar futuro fue resorte exclusivo del directorio del Central. La fundamentación de las decisiones de aumentar los límites para operar se encuentra en los informes de las gerencias técnicas (Operaciones Externas y Principal de Operaciones de Mercado) que luego son considerados e incorporados a las resoluciones que adoptó el directorio.

Durante la gestión de Martín Redrado los límites aumentaron 19.900 por ciento, en la de Mercedes Marcó del Pont, 25 por ciento, y en la de Alejandro Vanoli, 100 por ciento.

Fraude

Al Capone cayó por un fraude menor (evasión impositiva) en relación a los muchos delitos que cometía con sus negocios ilegales.

Es difícil imaginar un coro de defensores de ese jefe de una banda de la mafia diciendo que las irregularidades en la declaración jurada de impuestos no deberían ser motivo de una causa judicial porque fue un desvío de su actividad, y que sólo contribuiría a profundizar la grieta. 

La banda política y empresarial que asaltó el Estado en el período 2015-2019 cometió delitos administrativos con el préstamo del FMI que generó un desquicio económico, financiero y social.

Se abre la oportunidad de que a partir de las irregularidades del FMIgate, una causa judicial permita a la mayoría de la población dimensionar el daño generado por ese crédito y que, esta vez, no haya impunidad para endeudadores seriales.

https://www.pagina12.com.ar/327934-el-fm-igate-pone-en-el-banquillo-a-macri-con-sus-economistas

En la complejidad del mundo actual, no se trata de “izquierdas y derechas” compulsando en un tablero geopolítico mundial. Se trata de un Mundo con muchos mundos. Del derecho a la diversidad. De que, como humanos sociales, iguales y distintos según pasados históricos y futuros deseados, imposibilitados de “vidas individuales” aisladas de las relaciones con otros y de “ordenes sociales” que limiten las capacidades y deseos individuales, la posibilidad de acuerdos sociales donde los individuos puedan manifestar esas diversidades sin caer en anarquía y caos que ponga en riesgo la vida de otros, es la fenomenal tarea que tenemos por delante. Nadie se salva solo, pero cada uno de nosotros tenemos nuestra pequeña parte en esta historia.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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