Educar la realidad común.

 

Escribir juntos la pandemia y sacarle bien su jugo y lo que enseña. Porque la escritura colectiva es probablemente – entre tantas didácticas de Barbiana – la que mejor absorbe la esencia de la buena pedagogía. Si es verdad – y lo es – que nos educamos juntos al afrontar los desafíos colectivos de la vida, hay una buena forma de afrontarlos: escribir juntos delante de ellos y, mujeres y hombres, adultos y menores, de aquí o de allá, ver lo que pasa y sus dimensiones y escribir qué podemos hacer. (…) Sin duda esta pandemia del “virus chino” desafía al globo terráqueo como no lo iban a inventar ni los avisadores más gafes de la guerra bacteriológica: ¡todos al suelo! De polo a polo ¡con mascarilla!, que viene una muerte rápida imparable... Los aviones en tierra, la fiesta y el turismo a cero, miles de industrias, actividades y negocios de cualquier sector paralizados sin saber hasta cuándo y millones de personas sin curro ni sueldo. Pobreza se llama eso y sin futuro a la vista. Los países se han endeudado por encima de su producto interior bruto anual, que está peor que con el agua al cuello. Solo en auge los servicios sanitarios (y funerarios), aunque más las farmacéuticas. Sobrevive la alimentación y poco más y no sabemos si habrán quebrado las fábricas de armas ante la falta de vivos que matar. Pero ya exploramos Marte, por si acaso. ¿Y las escuelas? Cerradas han desarrollado los medios a distancia que amenazaban con sorpasar a los profes y a los libros de texto y daban mucho miedo. Unos dicen que la pandemia se cargará la escuela y, otros, que la puede cambiar. Los primeros tratan de mantenerla como sea por teléfono y por Internet. Pero la brecha digital los señala con el dedo: hundís más a los últimos. Los otros – en minoría – dicen que ahora es cuando hay que sacar la escuela a la calle y aprender de verdad con los desafíos que nos toca lidiar, que eso es educar(NOS). Aquí hay muchas ideas para matemáticas, biología, lengua etc. etc. No para religión, que la cosa sigue estando muy clara (aunque no se mencione): “lo que habéis hecho a uno de estos últimos me lo habéis hecho a mí”, como dijo Jesús y lo entiende cualquiera, y lo que habéis hecho al planeta, la casa común, como dice Francisco, os lo vais a comer con pandemia y sin mascarilla.

Editorial de la revista “educarnos” http://www.amigosmilani.es/sites/default/data/EDUCARNOS_93_COLOR_0.pdf

El estudio no tiene que ver con adquirir conocimientos o competencias o, en general, con el logro de resultados de aprendizaje, sino con la formación del sujeto y con la transformación de su relación con el mundo, es decir, con hacerla más atenta, cuidadosa, densa y profunda […] Podríamos decir, en ese sentido, que la tarea de la escuela (y de la universidad entendida como una especie de escuela) es convertir a los alumnos en estudiantes, es decir, fomentar y cultivar una disposición estudiosa en relación al mundo, concretamente a través de esa porción de mundo escolarizado que llamamos «materias de estudio» que, desde luego, no tienen nada que ver con «contenidos» a ser asimilados, con «saberes» o «conocimientos » a ser aprendidos ni con «habilidades» a ser desarrolladas.

Jorge Larrosa.

El currículo es uno de los elementos más importantes de un sistema educativo. Expresa simultáneamente un legado del pasado y nuestras aspiraciones para el futuro. Cuando hablamos de currículo estamos siempre ante una cuestión ética y política. Reflexionar sobre el currículo es reflexionar sobre el sentido último de la escolarización.

El currículo no es solo una determinada manera de entender el pasado. Es también el marco que nos damos colectivamente para ponernos, a cada uno de nosotros, en relación con el mundo. En el currículo se encuentra una doble aspiración, la de transmitir unos valores y una cultura que consideramos valiosa, y la de transformar esa misma sociedad. Es un terreno de lucha y poder. Vinculado a la evaluación determina no solo aquello que se enseña, sino también cómo se enseña.

Qué debemos aprender en la escuela y, en consecuencia, qué es lo que debemos enseñar no son preguntas nuevas pero sí, cada día, más necesarias. Lo que se enseña y lo que se aprende no puede ser decidido por unos pocos, ni de una sola vez. Requiere de conversaciones abiertas, sinceras y desafiantes. Pensar sobre el currículo que queremos nunca ha sido más importante. El debate sobre el currículo se merece tiempo. 

El currículo es tiempo

La posibilidad o imposibilidad de abarcar los currículos y hacerlo garantizando que nadie se quede atrás, es una cuestión compleja, dependiente de múltiples variables (claridad en los fines y objetivos, formación docente, liderazgo organizativo y pedagógico, expectativas sobre los estudiantes, cultura escolar, condiciones de vida) entre las que sobresale la variable tiempo. Pensar en los aprendizajes que queremos fomentar en la escuela es también pensar en el tiempo que podemos dedicarles en el aula a cada uno de esos aprendizajes. El currículo es tiempo. También espacio. Los saberes escolares también ocupan espacio. En la escuela, el tiempo y el espacio escasean. No se puede enseñar todo lo que nos gustaría o pensamos que es fundamental. Es necesario seleccionar. Hay que priorizar. Educar siempre es elegir. Y el currículo, tanto el prescrito como el real, supone siempre una elección y una toma de postura. 

Un currículo de todos y para todas

Todo currículo es el resultado de disputas y conflictos sociales. Tiene un origen histórico y contingente. Es una posibilidad entre otras muchas, que se expresa a través de los contenidos que incluye y excluye, pero también a través de las formas que tiene de organizarse. Todo currículo muestra unas partes y esconde otras. Ilumina, al tiempo que oscurece. Es un instrumento de control y preservación del poder. Perpetúa y reproduce desigualdades sociales, económicas y de capital cultural. Pero al mismo tiempo, representa el conjunto de oportunidades educativas que la escuela ofrece a los alumnos, y es el mejor camino para fomentar la democracia y la participación. Junto a un currículo que excluye, siempre encontramos otro que incluye. Junto a un currículo reproductor, siempre encontramos uno transformador que desafía la realidad y cuestiona la reproducción de desigualdades, la falsa idea de meritocracia y los destinos prefijados. Junto a la escuela de la imposibilidad y la desesperanza, encontramos siempre la de la utopía y la esperanza. Junto al currículo de lo(s) de siempre, tenemos el de lo(s) inéditos viables. El currículo es un relato que debemos darnos entre todos. Su discusión nos compete a todos. 

Necesitamos ir más allá de las dicotomías simplificadoras 

Ni conservador, ni progresista. Ni transmisor de un pasado olvidado, ni orientado a la construcción del futuro soñado. Ni perpetuador del status-quo, ni revolucionario. Ni centrado en contenidos, ni orientado a competencias. Ni disciplinar, ni globalizado. Ni liberado del uso habitual de las cosas, ni orientado al mercado. Ni centrado en los intereses de los alumnos, ni dándoles la espalda. Ni cerrado, ni abierto. Ni rígido, ni infinitamente maleable. El currículo debe ser lo uno y lo otro. De ahí su complejidad, pero también su riqueza y potencialidad. Necesitamos que sea origen y desenlace. Causa y efecto. Producto y proceso. El currículo no es neutro, universal e inamovible, sino un territorio complejo, controvertido y conflictivo. Su diseño no es solo un asunto técnico, sino ético y político. El currículo que necesitamos no resultará de la ocultación de su complejidad bajo capas de simplicidad, sino problematizando la realidad y asumiendo la complejidad de lo escolar. Pensar el currículo desde las oposiciones y las dicotomías nos empobrece. No necesitamos más opiniones apresuradas, ni afirmaciones rotundas, sino calma, equilibrio y sosiego.

El currículo, un texto puesto en contexto

Uno de los grandes desafíos del diseño curricular es que garantice unos aprendizajes comunes y, simultáneamente, responda a las necesidades de un alumnado y unos contextos cada vez más heterogéneos. Necesitamos un currículo común que garantice igualdad en el acceso y la construcción de saberes esenciales compartidos. Pero también un currículo para las diferencias. Un currículo que sea respetuoso y atienda a las expectativas y necesidades de todas las personas que habitan la escuela. Un currículo que surja de la atención, la disponibilidad, la receptividad y la hospitalidad. Necesitamos escuelas y currículos que sean capaces de integrar a todos y tengan sentido para todas. El sentido del currículo está siempre vinculado con el aprendiz y con su entorno. Dotar de sentido al currículo pasa por hacer un esfuerzo, en cada escuela y cada día, por poner el currículo en contexto.

Un currículo que va más allá de la escuela

No podemos seguir pensando y tomando decisiones sobre el currículo como si los centros escolares y el profesorado fueran los únicos escenarios y agentes educativos implicados en la educación y la formación de las personas. No podemos seguir pensando que lo que pasa fuera no tiene nada que ver con lo que ocurre dentro. Ignorándolo. Necesitamos reubicar las instituciones de educación formal en la red de contextos de aprendizaje por los que transitan los alumnos y alumnas y a partir de los cuales construyen sus trayectorias individuales de aprendizaje. Necesitamos reconocer la importancia creciente de otros contextos de actividad y de otros agentes educativos en las trayectorias individuales de aprendizaje. Ofrecer significado y sentido al aprendizaje, pasa por repensar las funciones, los objetivos, y la organización y funcionamiento de las instituciones de educación formal. Ayudar a los alumnos a construir significados sobre sí mismos es una de las funciones más importantes de la escuela hoy. El currículo no está para motivar a los estudiantes, ni para solucionar problemas sociales, pero para definirlo y para concretarlo en las aulas no podemos desconocer sus realidades, ni sus contextos de vida.

Un currículum para el cuidado

Durante la pandemia nos hemos dado cuenta que no vamos a la escuela solo para adquirir los aprendizajes establecidos en el currículo. La instrucción es solo una pequeña parte, o al menos eso debiera ser, de todo lo que sucede en los centros escolares. Nos hemos dado cuenta de la importancia de la presencia en los procesos de transmisión cultural. Cuidar es un núcleo esencial del acto de educar. Y la escuela es simultáneamente una comunidad de aprendizaje y comunidad de cuidados. Nos hemos dado cuenta que educar es cuidar y de lo importante que es que atendamos a una educación de los afectos y los cuidados. Que trabajemos a favor de un currículo para el cuidado que ponga el acompañamiento, la mirada atenta a los otros y la empatía en el centro de las actividades escolares.

Un currículo para la abundancia

Hemos pasado de un régimen de escasez de información a otro de abundancia. La escuela, construida sobre el paradigma de la escasez de la información y el conocimiento, debe ahora redefinirse en un escenario de abundancia. El conocimiento no cabe en nuestros anaqueles. No lo podemos contener ni en bibliotecas, ni en academias, ni en museos. No es posible encerrarlo en un currículo escolar, por muy amplio que éste sea. Por muchas asignaturas que introduzcamos siempre habrá nuevos candidatos reclamando con urgencia su derecho a entrar. No se trata, por tanto, de introducir constantemente nuevos elementos. Junto a cada nuevo conocimiento, producimos nuevos desconocimientos. La abundancia, de saberes e ignorancias, es el desafío. Necesitamos explorar nuevas formas de acceder y de trabajar con el conocimiento. El currículo no es el objetivo, es el camino para entender y dar sentido al mundo en el que vivimos. Debemos asumir que nunca sabemos suficiente, y que la abundancia no elimina la incertidumbre. La verdad es siempre incompleta. Y es siempre una producción situada. Igual que urge pensar en una pedagogía de la abundancia, necesitamos pensar en cómo debe ser un currículo para la abundancia. La abundancia implica también entender y atender las ausencias de conocimiento. Implica también reconocer y dialogar con otros saberes que han sido tradicionalmente excluidos de la escuela.

Un currículo para la mejora escolar y el desarrollo profesional

El currículo no es sólo el listado de contenidos que deben enseñar los docentes y aprender los alumnos, sino que también implica una manera particular de regular y organizar los horarios y los espacios escolares. El currículo estructura la escolarización, la vida en los centros educativos y las prácticas pedagógicas. Transmite e impone reglas, normas y orden. No solo es importante cómo esté diseñado, sino también cuánta autonomía se da a las escuelas para su implementación, y qué posibilidades tienen los docentes para apropiárselo. En muchos casos, impone una lógica de control y estandarización que deja muy poca libertad y autonomía a los centros educativos y a los docentes y que, a la larga, desmotiva y desprofesionaliza. Frente a los currículos a prueba de docentes, la flexibilidad curricular reconoce la autonomía profesional de éstos y permite mayor capacidad de respuesta a las necesidades e intereses locales. Pero la flexibilidad y la autonomía presuponen conocimientos de concreción curricular que no están distribuidos de manera uniforme y puede suponer un riesgo para la equidad del sistema. Las decisiones que debemos tomar no son sólo en términos de los saberes que deben ser incluidos en el currículo, sino también sobre las dinámicas de los centros educativos, su gestión y organización, al tiempo que repensamos también las prácticas dentro de las aulas. 

Menos currículo y más pedagogía

Hablar del currículo es hablar del currículo formal y oficial, pero también del informal; del currículo oficial y del currículo oculto, que depende de la cultura escolar y de las culturas profesionales de los docentes, sus creencias y expectativas. Hablar del currículo es hablar del currículo nulo, el que nunca se llega a impartir por falta de tiempo; del currículo ofrecido y del currículo asimilado, que incide en la brecha fundamental entre lo que se enseña y lo que se aprende. Del currículo prescrito y del real, que es el que realmente se imparte. No olvidemos que la enseñanza es siempre un intento de transmitir un contenido y que puede haber enseñanza y no producirse el aprendizaje, éste puede producirse parcialmente, o incluso puede darse el caso de que el otro aprenda algo diferente a lo enseñado. La solución a muchos de los desafíos educativos actuales no pasa tanto por reformar una y otra vez los currículos, como por dotarnos de más y mejores pedagogías. El conocimiento escolar siempre es conocimiento mediado. El currículo puede ser una camisa de fuerza o un mapa que nos orienta. Que sea una u otra cosa depende, en gran medida, de nuestra capacidad de diseñar procesos de contextualización y vinculación pedagógica. 

Este texto fue escrito como conclusión al ciclo de reflexión ¿Qué hay que aprender hoy en la escuela? perteneciente a la segunda temporada del Proyecto de la Fundación Santillana, La Escuela que viene Autor: Carlos Magro en su blog co.labora.red. Se define como un espacio para hablar de COmunicación, COLABORAción, REDes y EDucación. Es un lugar para hablar de trabajo y emprendimiento (laborar) y de tendencias tecnológicas y de innovación (lab).

https://carlosmagro.wordpress.com/2021/03/15/cuidar-del-mundo-y-cuidarse-del-mundo/

El apátrida

Lo conozco hace muchos años, desde que trabajaba en la justicia federal como empleado. He visto cómo evolucionó su mirada sobre la justicia en los últimos tiempos y creo que puede darle un impulso a las reformas que vengo proponiendo”, dice Alberto Fernández a #OffTheRecord sobre el nombramiento de Martín Soria como nuevo titular de la cartera que dejará Marcela Losardo. 

Como anticipó esta entrega la semana pasada, Soria había sido el único candidato a quien habían contactado al menos dos figuras de relevancia del gobierno nacional durante el fin de semana pasado: el Presidente y su ministro bisagra, Eduardo “Wado” De Pedro. El nuevo mandamás de Justicia deberá acomodarse a una estructura que, salvo Losardo, funciona con intérpretes que tocan juntos hace muchos años. Los casos más evidentes son los del secretario de Justicia, Juan Martín Mena, y el representante del PEN ante el Consejo de la Magistratura, Gerónimo Ustarroz, hermano de crianza de De Pedro. Los tres -Soria, Ustarroz y Mena- compartieron anoche un primer encuentro de trabajo. 



Los medios y la política tienen sólo dos perillas para intentar entender al Frente de Todos: Alberto rompe con CFK o Alberto es CFK. Tamaña pereza y sesgo de confirmación ya le costó lecturas equivocadas al círculo rojo. Evitar la persistencia en el error puede ser un síntoma de inteligencia. Cristina le recomendó dos nombres que el Presidente descartó según fuentes al tanto de las conversaciones. La desconfianza entre el primer anillo de CFK y la familia Soria se pudo advertir en varias oportunidades. La campaña para gobernador de Río Negro fue la última donde Martín Doñate era el candidato kirchnerista. Luego, la historia es más pedestre: el Gringuito se transformó en diputado y se incorporó al bloque que comanda Máximo Kirchner.


Chubut, conflicto hasta en Navidad

La organización que lidera el jefe del bloque oficialista en la Cámara Baja fue señalada como parte de las internas que presuntamente derivaron en los ataques a la camioneta del Presidente. Esa versión tiene un solo aspecto que tiene vínculos con la verdad: La Cámpora y Mariano Arcioni tienen diferencias de hace muchos años matizadas por la coyuntura. 

Otra versión recorrió la prensa y las redes y tenía que ver con que una camioneta que se retiró del lugar en medio de las agresiones de los manifestantes era, en realidad, un vehículo de la policía en el cual se escapaban policías de civil que se habían infiltrado para provocar los incidentes. Otra vez, una verdad a medias: la camioneta corresponde a la División de Investigaciones de la policía de Chubut, pero llegó con la cápsula de seguridad de la comitiva. La hipótesis que maneja la justicia hasta el momento es que la violencia emanó de los grupos antimineros, irritados por la presencia de Arcioni. 

Alberto le pidió que no fuera porque había mucha bronca con él y cayó igual, encima le carga la culpa a (Santiago) Igon que es más bueno que el Quaker”, le dijo a #OffTheRecord una persona de confianza del Presidente. Diputado nacional por Chubut del Frente de Todos, Igon tuvo hace dos meses y medio un cruce con el titular de la cartera de Seguridad provincial, Federico Massoni, luego de que éste pidiera “terminar con los planeros”. Massoni, un Sergio Berni de opereta, dio una conferencia de prensa donde señaló al propio Igon y al intendente de Lago Puelo, Augusto Sánchez, como los responsables de haber cambiado el itinerario. Por esta reacción también se explican los tuits del ministro del Interior.

Arcioni es un hombre de Sergio Massa. Un recuerdo puede servir para graficar el vínculo: la noche en la que fue ungido gobernador, Massa fue el único dirigente con proyección nacional que se hizo presente y conversó a través del móvil de C5N con Alberto Fernández, que se encontraba en los estudios del canal de televisión. “Sergio, vení y tomemos un café”, fue la frase del hoy Presidente que dio lugar a la sonrisa gardeliana del titular de la Cámara de Diputados y al posterior acuerdo que culminó con la conformación del Frente de Todos. La incógnita era si Massa estaba al tanto de que “Wado” iba a revolcar al mandamás chubutense a través de Twitter. La respuesta es sí. Y el tigrense fue más allá. “El ministro de Seguridad se fue de boca, ahora que se la banquen”, le confió a sus colaboradores cercanos según pudo saber #OffTheRecord.

¿Qué hacemos con la minería?

Tras la agresión al Presidente en Chubut, el debate sobre el desarrollo de la minería en Argentina recuperó un lugar protagónico que había tenido por última vez tras la masiva movilización ciudadana en Mendoza. Si bien tanto Alberto como Cristina han mostrado en distintas ocasiones su apoyo al desarrollo de la actividad, el tema está muy lejos de cosechar unanimidades en el Frente de Todos, donde un sector ha hecho bandera del rechazo a la megaminería. 

¿De dónde se va a sacar el agua? ¿Cuánto se va a usar? ¿Quién va a controlar cómo y cuánto? ¿Esto va a afectar la cuenca endorreica? ¿De qué manera? Las preguntas en torno al proyecto Navidad no son pocas y, en este punto, el Estado necesita garantizar que no se utilice agua de manera insustentable. La necesidad de un poder fiscalizador muy agresivo o una policía minera con más formación e independencia aparecen en el horizonte como herramientas básicas para intentar acercar posiciones con la ciudadanía. En una provincia donde el gobernador no logra pagarles los sueldos a los docentes ni conducir siquiera a su porción de la coalición que lo llevó al poder, las dudas giran sobre cuánto puede controlar el propio Estado. 

 

Con demandas como la mencionada protección del agua y el rechazo al proceso de lixiviación con cianuro, el rechazo a la minería se ha convertido en un importante elemento de movilización ciudadana tanto a nivel local como nacional. Es necesario, entonces, señalar algunas cuestiones. Argentina hoy exporta, en términos absolutos, cerca de 20 mil millones de dólares menos que Chile con una población que más que duplica la del país trasandino. Más allá de las distintas políticas comerciales, alrededor del 50% de las exportaciones chilenas las explica el cobre que extraen de la misma cordillera en la que Argentina no tiene ningún proyecto similar en explotación -en gran parte por la importante oposición social en varias provincias. 

La minería tampoco impidió a Chile ser un importante productor y exportador de alimentos. Mientras el comercio bilateral con China es deficitario para la Argentina en varios miles de millones de dólares, Chile, Brasil y Perú registran abultados superávits. Como señala el embajador Sabino Vaca Narvaja, la diferencia la explican las cuantiosas exportaciones de minerales de nuestros vecinos al país asiático. En un país donde los dólares para viabilizar el crecimiento son un bien escaso, la importancia de multiplicar las exportaciones difícilmente pueda ser exagerada.

Si no hay demasiadas dudas sobre el potencial económico de la actividad minera, los conflictos suelen centrarse en la dimensión ambiental como mencionamos al comienzo. A pesar de las discusiones públicas, la utilización de agua para la actividad en las provincias mineras es mucho menos significativa que para las explotaciones agrícolas. El uso de cianuro para la lixiviación aparece como una preocupación en proyectos de esta naturaleza, pero no será utilizado en Navidad. Son varias las provincias argentinas que prohibieron su utilización, tabicando así el desarrollo de la actividad de gran escala. A nivel mundial, apenas Costa Rica, El Salvador, Hungría, Chequia, Turquía, Alemania y el estado de Montana tienen prohibiciones similares. Una iniciativa aprobada por el Parlamento Europeo en 2010 nunca fue ratificada por la Comisión. Países de alto desarrollo, donde las preocupaciones ambientales juegan un lugar primordial en la agenda pública, como Australia y Canadá son, a su vez, grandes potencias exportadoras mineras. La actividad requiere controles intensivos y si en Australia y Canadá puede ser rentable bajo estrictos estándares ambientales, también puede serlo en Argentina. 

Quienes eligen los caminos de la discusión en base a tuits podrían sorprenderse al enterarse que la minería será una aliada fundamental en el combate al cambio climático: los paneles solares y el transporte eléctrico requieren exponencialmente más cables de cobre que usinas y automóviles basados en combustibles fósiles. Argentina posee, junto a Chile y Bolivia, las mayores reservas globales de litio del mundo, fundamentales para la fabricación de baterías. Recuperar la explotación de cobre aparece, en lo meramente técnico, al alcance. Es a nivel social donde la actividad minera deberá vencer las resistencias. San Juan y Santa Cruz han construido una situación bien diferente a la de Chubut. Los gobernadores que quieran desarrollar la actividad deberán hacer, en el más genuino sentido del término, política. De imponerse el intento, quedará por delante la maximización de las instancias de control y transparencia, salvo que se comparta la ingenua idea de que el mercado y la responsabilidad social empresaria pueden, de alguna manera, suplantar el rol del Estado.

Los límites del perdón

La Justicia de Bolivia dispuso la prisión preventiva por cuatro meses de la expresidenta de facto Jeanine Áñez y, naturalmente, se abrió el debate. Ayelén Oliva en estas páginas así como una nota publicada por Pablo Stefanoni advirtieron sobre algunos peligros de manipulación jurisdiccional que podrían empañar el proceso. El argumento de Stefanoni es concreto y tiene bases ciertas: el Poder Judicial boliviano sufre de una endémica falta de imparcialidad y es, en general, proclive a acomodarse al poder de turno. Las múltiples y absurdas causas abiertas contra Evo Morales tras el golpe de Estado son testimonio de aquello. Apenas habría cambiado quien detenta el poder.

Otro punto recae sobre el objeto del juicio, el propio, caótico y fracasado golpe de Estado que llevó a Áñez a la presidencia y cuyo juzgamiento como un todo integral Stefanoni considera cuestionable dadas las distintas etapas de dicho proceso y la fachada institucional que mantuvo. Las objeciones, acaso atendibles -imaginen, sin embargo, si el gobierno reformaba al Poder Judicial antes de tratar la denuncia- fallan, según mi verdad relativa, en un punto. Sin importar lo que se piense de la justicia boliviana y de la organicidad o coherencia de los golpistas, en Bolivia hubo un golpe de Estado y Áñez y su gabinete emergieron al frente del gobierno surgido de aquel golpe. Eso, por sí solo, debería alcanzar para probar un crimen contra el orden democrático. Las definiciones habituales sobre lawfare que acusan la utilización del sistema legal como cobertura para perseguir un fin político encuentran aquí un límite bastante evidente. La preservación y consolidación de la democracia, objetivo directo de la persecución penal del golpismo en cualquier república del mundo, es por definición un fin político. 

El camino elegido por Bolivia tendrá hacia adelante enormes desafíos. ¿Qué hacer con aquellos referentes golpistas que son también funcionarios electos, como Iván Arias, exministro de Áñez, puesto por los votos al frente de La Paz, o Luis Fernando Camacho, uno de los principales referentes de las violentas manifestaciones que derivaron en el golpe, y elegido en Santa Cruz con más del 55% de los votos? ¿Buscar justicia puede derivar en una guerra civil? ¿Cuál es el límite de la resistencia y la complicidad con la ruptura democrática? Desde El Salvador hasta Chile y desde Argentina hasta Sudáfrica los límites y dosis de justicia y persecución, de reconciliación y de impunidad, fueron decididos por la política y no por los jueces. Sería bueno que esa decisión se tome de forma transparente, con reglas claras para todos los involucrados. No sancionar a quienes rompieron el orden constitucional nos puede condenar a repetirlo.

Fuera de Registro Ivan Schargrodsky https://www.cenital.com/

Sin nada que agregar …

Daniel Roberto Távora Mac Cormack


Imágenes: El surrealismo es algo que invade al espectador de manera hipnótica; a través de imágenes y recursos que no parecen tener sentido, se pueden expresar realidades llenas de verdades incómodas que no queremos ver.

Muchos son los artistas que recurren a este género pictórico irracional que muchas corrientes relacionan con el psicoanálisis; el irrepetible Tetsuya Ishida lo manejó a su antojo como arma arrojadiza que ponía en evidencia a una sociedad alienada, ombliguista, conformista y borrega, la nuestra.

Tetsuya Ishida fue un pintor japonés, fallecido en 2005 por posible suicidio. Tetsuya Ishida pintó escenas de vida común en Japón, pero con los protagonistas siempre atrapados en un cuerpo similar a una máquina o tratado como producto de una cadena de producción.

Nació el 16 de junio de 1973 en Yaizu, Prefectura de Shizuoka, Japón. Falleció el 23 de mayo de 2005, Machida, Tokio, Japón. Su recorrido como artista es una fascinante obra oscura y crítica con el capitalismo aborrecía el mercado del arte y tenía problemas para tratar con el mundillo. Renegaba de Takashi Murakami, de Yayoi Kusama. Realmente tenía dificultades para relacionarse con los demás, perteneciesen o no al panorama pictórico nipón de los noventa. Vivía solo, en la ciudad de Sagamihara, cerca de Tokio. Trabajaba en el mismo sitio en el que habitaba: un pequeño piso de un barrio obrero al que se mudó porque en los aledaños había una gran tienda de materiales de pintura llamada Sekaido. Según él, era el hogar ideal porque podía ir a comprar allí lo que necesitaba para su arte sin tener que gastarse dinero en el metro o el tren.


Comentarios

Entradas populares de este blog