Frente a la mediocridad de los liderazgos ...Algo de Reflexión lúcida.

 


Pensar la realidad.

Fernanda Llorente, directora de Telam, produjo el siguiente reportaje a Jean-Paul Fitoussi, economista, sociólogo y pensador francés aborda el rol del estado en las crisis, incluida la pandemia del Covid-19, cuestiona la "teoría del derrame", analiza el empobrecimiento del lenguaje y se anima a un debate sobre la ecología.

El economista y pensador francés Jean-Paul Fitoussi asegura que las crisis de las últimas décadas, incluida la que aún transita el mundo por la pandemia de coronavirus, dejaron en evidencia que todas las sociedades necesitan “protección”, y que el papel del Estado es “esencial” en la construcción de ese pararrayos de defensa y auxilio, en especial de los sectores más desprotegidos.

En una entrevista exclusiva con Télam, Fitoussi también enjuicia la denominada teoría del derrame  -“es un hecho falso”, sentencia sin vueltas-, da las claves sobre el empobrecimiento del lenguaje como proceso disciplinador que describe en su último libro “Cómo nos hablan. La neolengua en nuestra sociedad”, y se arriesga a un debate sobre la ecología más allá de la habitual zona de confort que facilitan las consignas.

El aumento del gasto en protección es lo que ha impedido que la Covid tenga consecuencias catastróficas. El auge de los partidos extremistas en el mundo demuestra que la democracia ya está en peligro. Y la necesidad de protección muestra que el Estado y el keynesianismo han vuelto”, argumenta en diálogo con esta agencia en videoconferencia entre París y Buenos Aires.

Economista y sociólogo, Fitoussi es profesor en el Instituto de Estudios Políticos (IEP) de París desde 1982.

La desigualdad, las complejidades del vínculo democracia-desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental son algunos de los grandes temas que vertebran la extensa obra del investigador que, entre 1989 y 2010, presidió el Observatorio Francés de Coyunturas Económicas (OFCE), reconocido instituto dedicado a la investigación. 

Autor de numerosos libros, ensayos y artículos, Fitoussi participó como experto en la Comisión de Asuntos Monetarios y Económicos del Parlamento Europeo entre los años 2000 y 2009; e integró, junto a Joseph Stiglitz y Amartya Sen, -con quienes compartió diferentes momentos de su vida profesional- la Comisión sobre la Medición del Desarrollo Económico y el Progreso Social que buscó dar cuenta de indicadores alternativos al Producto Interno Bruto (PIB) para medir  resultados económicos y progreso social.

El caso argentino está lejos de resultarle ajeno. “Me inquieta que el afán de reducir la deuda con los organismos internacionales provoque la pérdida del capital humano, el empobrecimiento de la Nación”, señaló, por caso, a mediados de 2020 durante un encuentro organizado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), institución por la que, además de la UBA, es Doctor Honoris Causa.

Dos años después, puesto a analizar los dilemas por la desigualdad que desnuda la pospandemia, Fituossi es categórico para evaluar, en diálogo con Télam, los indicadores de bienestar: “La desigualdad extrema es síntoma de regresión social, no de progreso. La tasa de crecimiento es un promedio; una tasa de crecimiento elevada sólo importa sin beneficia a la gran mayoría de la población”.

Télam: La pandemia de coronavirus mostró los efectos negativos de la desarticulación del Estado de bienestar. ¿Es posible reconstruirlo?  ¿Sobre qué bases?  

-Jean-Paul Fitoussi: No hay duda de que podemos hacerlo. ¿Por qué cuando éramos más pobres teníamos un sistema mucho mejor que el que tenemos cuando somos más ricos? Se dirá que los déficits de los sistemas de protección social siguen creciendo y que los países no pueden permitirse seguir financiándolos. Lo que nos lleva a la pregunta anterior. El PIB es mucho más alto hoy que cuando establecimos estos sistemas. No es tanto un problema de financiación como un asunto de doctrina. Lógicamente, nuestra conversión al liberalismo nos empuja a reducir el rol del Estado. Por último, la mayor parte de los gastos se financian con impuestos sobre los salarios. Pero la participación de los salarios en el ingreso nacional ha disminuido durante treinta años al mismo tiempo que aumentaba el desempleo.

No sólo tenemos la oportunidad de reconstruir estos sistemas, sino que no tenemos otra opción. Las crisis sucesivas de las últimas décadas han demostrado que los ciudadanos necesitan protección, que el papel del Estado es esencial. Si esta protección no les fuera dada, se verían tentados a cambiar de régimen político. Esto explica el deterioro casi universal de los sistemas de salud, la disminución relativa de las pensiones y de las prestaciones de desempleo.

Basta señalar que el aumento del gasto en protección es lo que ha impedido que la Covid tenga consecuencias catastróficas. El auge de los partidos extremistas en el mundo demuestra que la democracia ya está en peligro. Y la necesidad de protección muestra que el Estado y el keynesianismo han vuelto.

- T: En un mundo marcado por la extrema desigualdad, usted remarca las diferencias importantes entre crecimiento del PIB y progreso social, cuestionando también la “teoría del derrame”. ¿Cuáles son esos indicadores de “bienestar” que deberíamos medir e impulsar?


-JPF: La desigualdad extrema es síntoma de regresión social, no de progreso. La tasa de crecimiento es un promedio. Una tasa de crecimiento elevada sólo importa si beneficia a la gran mayoría de la población. De lo contrario, sería mucho mejor para el descanso social tener digamos una tasa de crecimiento más baja pero que beneficie a todos. Un 1% por mil es mucho mejor que un 10% por 100. La tasa media de crecimiento es la misma, pero no el clima social y político. El “derrame” es un hecho falso, de lo contrario la redistribución no habría pasado de los pobres a los ricos sino lo contrario. ¡La desigualdad obscena calificaría más bien el proceso de derrame hacia arriba!No puedo resumir en pocas palabras lo que ha sido un programa de investigación de 10 años y que aún no está terminado. Pero podemos tomar algunos ejemplos de indicadores de bienestar. Entre los determinantes del bienestar se encuentran la educación, la salud, el empleo decente, la seguridad económica y la desigualdad. Si medimos estos indicadores, podríamos considerar los diferentes fenómenos que afectan al diseño de la política económica. Por ejemplo, una política que reduzca la seguridad económica o deteriore el sistema sanitario no debería aplicarse. Puede ayudar a reducir el déficit presupuestario, de aproximadamente un 0,5%, pero podría reducir mucho más el bienestar. Es porque no tenemos ninguna medida de esto último que no lo tomamos en consideración.

-T: Una de las consecuencias de la desigualdad es el proceso migratorio del Sur al Norte. ¿Cómo cree que puede procesarse el creciente racismo en la sociedad europea?

-JPF: No es la primera vez que Europa se enfrenta al racismo. Lo que hemos aprendido es que el racismo debe ser fuertemente combatido. Esto no sólo es posible, sino necesario. Hay tres factores que pueden desempeñar un papel muy importante. El primero es una ley contra el racismo y la discriminación. La ley debería imponer condenas y sanciones. El segundo es la educación y, en particular, la enseñanza de la cultura. Y el tercero es la resolución de los problemas de los habitantes del país. Si la población sufre una alta tasa de desempleo, un importante grado de precariedad, un alto nivel de inseguridad, se opondrá a la llegada de nuevos inmigrantes. El déficit del sistema de protección también desempeñará un papel. Si la gente está convencida que el gasto social aumenta con el número de inmigrantes, también se opondrán a su llegada. He dicho “Si”, porque esto es falso, los inmigrantes contribuyen a la financiación del sistema de protección.

-T: ¿Cómo ve el futuro de las democracias europeas?

-JPF: En Europa hablamos de déficit democrático, sin decir exactamente a qué nos estamos refiriendo. Este silencio es consecuencia de una estratagema del Newspeak (Neolengua) que conduce a una autocensura generalizada: "si criticas a Europa, eres antieuropeo". Entonces se te excluye inmediatamente del círculo de las élites, con consecuencias negativas para tu carrera. El resultado es una censura generalizada que obviamente no puede ir bien con la democracia. Más importantes aún son los fallos en la construcción de Europa. ¡Europa es una unión de estados federados sin un estado federal! La soberanía no es ni nacional ni federal, lo que convierte a Europa en un curioso objeto constitucional. Esta ausencia de soberanía tiene consecuencias considerables para la vida del pueblo. No es exagerado decir que en Europa los ciudadanos tienen derecho a cambiar de gobierno, pero no de políticas. De ahí la impresión de que las políticas son siempre las mismas, sea cual sea el color político de los gobiernos.

Por lo tanto, el malestar en la democracia es considerable: ¡un sistema robusto de auto-censura y la imposibilidad de cambiar las políticas! La única solución es hacer de Europa una Federación o bien volver a los Estados-nacionales con un sistema confederado.

-T: Usted habla de ecología política. ¿Podría profundizar las implicancias y alcances de ese concepto?

-JPF: La ecología es el lugar de los discursos más que de las acciones: buenos sentimientos y ´blablablá´ generalizado. Además, la tecnocracia ocupa un lugar determinante, ya que el campo se considera técnico. Sin embargo, la mayoría de las medidas que los gobiernos han intentado implementar, como el impuesto sobre el carbono, se han encontrado con una violenta revuelta popular y han sido abandonadas. Este fue el caso, en particular, de Francia con el movimiento de los chalecos amarillos. Es que la ecología no es técnica sino política. Es un bien de lujo que las categorías menos ricas no pueden permitirse. El presupuesto de combustible de un hogar pobre es un porcentaje muy alto de sus ingresos. El presupuesto de combustible de un hogar rico es un porcentaje insignificante.

Pero, sobre todo, la ecología implica invertir en el futuro y ¿podemos exigir que aquellos que no ven su propio futuro inviertan en él? Ya se encuentran en un estado de inseguridad económica considerable. ¿Cómo podrían hacerlo? La ecología es política porque obliga a la democracia a preocuparse por la sociedad y la redistribución, si quiere implementar sus grandiosos planes.

-T: Usted suele decir que hay que aferrarse a alguna esperanza para seguir viviendo. ¿Cuál es la suya?

-JPF: El presente es un momento evanescente entre el pasado y el futuro. Nadie puede vivir este momento si no tiene seguridad sobre el futuro, ya que sabe que esta seguridad determina su supervivencia. Además, la naturaleza humana es tal que no puede renunciar al progreso económico y social. El destino de los hijos y los nietos tiene que ser mejor que el de los padres y los abuelos. Sin la esperanza de un futuro mejor para los que no tienen capital, es difícil experimentar el bienestar. Esta esperanza es precisamente lo que define la sostenibilidad. Una situación es sostenible si cada generación lega a la siguiente generación un capital en el sentido más amplio del término que le permita experimentar un nivel de bienestar al menos igual al que ha experimentado ella misma. Personalmente, como ya habrás adivinado, mi esperanza es que mis hijos y nietos tengan una vida mejor que la que yo he disfrutado.

“El lenguaje ´políticamente correcto´ va camino a colonizar todo el lenguaje”, advierte Fitoussi (Por B.LL.) La manipulación del lenguaje -ya sea haciendo caer términos en el cajón del desuso o bien modificando su significado a través de simplificaciones extremas- apuntala un proceso de pauperización que termina por diluir la sustancia y trama del debate democrático y el valor de conceptos clave. Esa hipótesis articula el último libro del economista y sociólogo francés Jean-Paul Fitoussi “Cómo nos hablan. La neolengua en nuestra sociedad”.

La obra -publicada en Francia tras el primer año de la pandemia de coronavirus- constituye una cartografía de las nuevas reglas del lenguaje que, como en aquella Neolengua-Newspeak imaginada por George Orwell en su clásico “1984”, subordinan a la opinión pública a una conversación muchas veces limitante y vacía de contenido.

“La ´nueva´ derecha, o más bien los partidarios de las doctrinas liberales, se han convertido en maestros en el arte de transformar las palabras en sloganes, pasando así de la información a la propaganda. En este proceso, las palabras pierden mucho de su significado. Esta es la dinámica del empobrecimiento, sello distintivo del “Newspeak”, arriesga Fitousi.

Para Fitoussi el proceso es preciso y cuantificable: “No sólo las palabras están disminuyendo en número, sino que su significado se está reduciendo, limitando doblemente nuestra capacidad de pensar”. Y advierte: “La izquierda y el progresismo han perdido ´propiedad´ sobre los conceptos de libertad, democracia, igualdad. El lenguaje ´políticamente correcto´ va en camino de colonizar todo el lenguaje”.

-Télam: La Neolengua es un nuevo lenguaje que, empobrecido o alterado, vacía de sustancia el debate democrático y menoscaba el pensamiento. Es el mal de estos tiempos que describe en su último libro. ¿Se controla el pensamiento a través del lenguaje? ¿Es un fenómeno reversible o perdurable?

- JPF: En el libro de George Orwell “1984” el “Newspeak” o “Neolengua” es el lenguaje que Gran Hermano crea para reemplazar la lingüística demasiado rica y limitar el pensamiento. Una forma de alcanzar tal objetivo es empobrecer el lenguaje mismo reduciendo el diccionario. La estratagema es clara: si para decir algo faltan las palabras, no se puede decir y además ni siquiera se puede pensar. (Joseph) Goebbels, el gran comunicador, podría haber servido de modelo a Orwell. En esencia dijo: "No quiero que piensen como yo; quiero empobrecer el lenguaje de tal manera que no puedan sino pensar como yo."

El lenguaje está controlando el pensamiento porque habilita el pensamiento. Suprimir una palabra o utilizar una palabra equivocada nos priva de un concepto que pueda captar bien nuestros pensamientos y nuestras experiencias. Los conceptos, a su vez, impulsan la política. El concepto equivocado puede tener un impacto profundamente negativo en la vida de las personas. En el principio era el verbo dice el Evangelio según San Juan.


¿Es reversible esta evolución? Puede que sí, pero será larga y dolorosa. El lenguaje ´políticamente correcto´ va en camino de colonizar todo el lenguaje. Fíjense en lo fácil que ha sido suprimir del diccionario “Newspeak” todas las palabras asociadas a la teoría keynesiana.

-T: La “nueva” derecha no solo imprime ideas como slogans, sino también se apropia y distorsiona términos del progresismo tales como “cambio”, “libertad”, “democracia” o “igualdad”, entre otros. ¿Qué ocurrió para que la izquierda y el progresismo perdieran la ´titularidad´ y significado de estos conceptos? ¿A qué se debe el fenómeno?

-JPF: La ´nueva´ derecha, o más bien los partidarios de las doctrinas liberales, se han convertido en maestros en el arte de transformar las palabras en sloganes, pasando así de la información a la propaganda. En este proceso, las palabras pierden mucho de su significado. Esta es la dinámica del empobrecimiento, sello distintivo del “Newspeak”: no sólo las palabras están disminuyendo en número, sino que su significado se está reduciendo, limitando doblemente nuestra capacidad de pensar.

La izquierda y el progresismo han perdido "propiedad" sobre estos conceptos - libertad, democracia, igualdad, etc. - porque dirigían las mismas políticas que la derecha, creyendo que la economía de mercado pura era la más eficiente. Por la misma razón también anunciaron la muerte de Keynes. De hecho, el “Newspeak” se convirtió progresivamente en el lenguaje de la izquierda. Pero eso no debería sorprendernos: el objetivo del “Newspeak” es limitar el pensamiento hasta que converja hacia un "pensée unique" (pensamiento único).

-T: Usted describe otras palabras que la crisis financiera de 2008 desenterró efímeramente: keynesianismo, demanda, política de expansión monetaria, “presupuestario”, para luego volver a convertirlas en tabú o en “Neolengua”. ¿El actual escenario en el que se entrelazan pandemia y pospandemia, debería retomar estos conceptos para imaginar un mundo distinto?

-JPF: Obviamente deberían hacerlo ya que esto permitiría un diccionario más rico y una pluralidad de doctrinas y teorías que darían la oportunidad al legislador de elegir mejores políticas. Pero entonces, ¿por qué este cambio no ocurrió después de la crisis financiera? En Europa los gobiernos se precipitan a volver al mundo de antes. Incluso diseñaron nuevas reglas para conseguir políticas fiscales más austeras (Pacto Fiscal). Todo sucedió como si el cerebro lavado por el nuevo lenguaje, no les permitiera vislumbrar una política diferente. Otra hipótesis es que han perdido la tecnología de las políticas fiscales activas, por lo que no les queda más remedio que continuar con la política que el “Newspeak” ha clasificado en primer lugar y que ellos saben cómo operar.

Un proceso similar puede caracterizar el mundo de la pospandemia y ya está aumentando la preocupación por la importancia de la deuda, ¡pero no la del estado del sistema de salud!

El Acuerdo con el FMI

Alfredo Zaiat desmenuza los pormenores de la letra chica del acuerdo que espera aprobación en el Congreso Nacional, en este artículo.

El Plan Estratégico 2021-2025 de la AFIP, programa que constituye una de las piezas clave en el diseño del acuerdo a punto de rubricarse con el Fondo Monetario Internacional, tiene las siguientes principales iniciativas:

  • Crecimiento económico para generar empleo y, de ese modo, contabilizar más ingresos por aportes y contribuciones. 

  • Mejorar la administración tributaria para recaudar más con fiscalizaciones y controles a grandes contribuyentes. 

  • Avanzar en el plan de incorporación de inteligencia y tecnología fiscal en los procesos de fiscalización.

  • Profundizar los controles extensivos automáticos.

  • Continuar con la tarea de fiscalidad internacional (capitales no declarados en el exterior de individuos y maniobras de precios de transferencias de las compañías).

  • Reforzar los operativos de desarticulación de usinas de generación de facturas truchas. 

Página12 tuvo acceso exclusivo a este documento que define una de las herramientas fundamentales del gobierno de Alberto Fernández para disminuir el déficit fiscal eludiendo la receta tradicional del ajuste. Crecimiento económico más aumento de la recaudación por mejoras de la administración tributaria es la fórmula que impulsa el equipo económico y que el Fondo aceptó. 


La AFIP, bajo la conducción de Mercedes Marcó del Pont, cumplirá una tarea central para alcanzar ese objetivo. En el documento de 135 páginas, divididos en tres grandes capítulos (Situación inicial, Desafíos 2021-2025 y Apuestas y operaciones estratégicas), se definen las misiones a cumplir, las acciones a implementar, las áreas del organismo involucradas y el detalle de las metas para cada año del período 2021-2025. 

Precisa que "se ha adoptado un conjunto de objetivos estratégicos que orientarán los esfuerzos institucionales durante los próximos cinco años. Éstos pretenden contribuir con una triple finalidad: acrecentar la capacidad económica del Estado, mejorar la distribución del ingreso y promover el desarrollo del país".

El Plan Estratégico de la AFIP

Los objetivos y sus respectivos indicadores del plan están definidos en seis dimensiones:

1. Recaudación tributaria: este indicador como porcentaje del PIB muestra un incremento significativo a partir de 2004, alcanzando valores máximos históricos entre 2012 y 2015, cuando se ubicó alrededor de 26 por ciento del PIB. Esta tendencia no se mantuvo, sino que se revirtió durante el período 2016-2019. La evolución de la recaudación tributaria expresada en moneda constante también refleja una persistente retracción durante los últimos cinco años. En 2016 las principales causas fueron por decisiones de política tributaria, entre las que se destaca la reducción de los derechos de exportación.

2. Cumplimiento de las obligaciones fiscales: la diferencia existente entre la recaudación efectiva de un impuesto y su recaudación teórica constituye lo que se denomina brecha de cumplimiento. Esta divergencia obedece a los montos no ingresados por evasión, elusión, mora y, en menor medida, omisiones y errores involuntarios. 

En relación con el Impuesto al Valor Agregado el desafío que asume la AFIP es romper el núcleo duro histórico de incumplimiento que, desde hace décadas, supera el 30 por ciento de la recaudación potencial. En 2019 se da nuevamente un proceso de crecimiento de este indicador que se ubica en 34,3 por ciento de la recaudación potencial y, durante el 2020, como consecuencia de los efectos de la pandemia en la economía, se estima que supera el 38 por ciento.

3. Progresividad e incidencia distributiva del sistema tributario: desde hace cuatro décadas es preponderantemente regresivo como consecuencia de una estructura impositiva en la que predominan los gravámenes generales sobre las transacciones de bienes y servicios y, en contrapartida, tienen escasa injerencia aquellos que gravan las rentas y los patrimonios. La administración tributaria tiene su parte de responsabilidad porque desde hace muchos años ha prestado especial atención al cumplimiento de las obligaciones en los impuestos generales al consumo, básicamente el Impuesto al Valor Agregado (IVA). 

A pesar de la estructura tributaria vigente, la posibilidad de incidir sobre la progresividad en la recaudación fiscal efectiva se encuentra en poder del ente recaudador, ya que, mediante políticas de fiscalización, cobranza o asistencia orientadas con ese propósito, ayudaría a compensar el actual nivel de regresividad en la recaudación.

En 2020, a pesar de las dificultades originadas en la pandemia, se redujo la regresividad de la estructura, principalmente por la mayor participación de Bienes Personales y la creación del impuesto PAIS, volviendo a un Índice de Progresividad Neta (IPN) similar al de 2015.

4. Registración laboral: la AFIP afirma que la informalidad laboral es un problema endémico en Argentina, que se viene expandiendo desde la última dictadura militar y que llegó al punto máximo durante la Convertibilidad, cuando se produjo una profunda crisis ocupacional que se reflejó en una tasa de asalariados no registrados superior al 50 por ciento. 

Después de la eclosión de ese plan económico, con la recuperación del aparato productivo y la reconfiguración del rol estatal en las relaciones laborales, se fue recomponiendo el mercado de trabajo y el registro de los asalariados. A partir de este desempeño, esa tasa tuvo una drástica reducción que alcanzó su piso en 2015 con 32,7 por ciento del total de asalariados.

La vuelta de una política económica similar a la implementada en la década del '90 tuvo como resultado una reversión de la tendencia de los años previos con un alza permanente de los no registrados hasta llegar a 35,1 por ciento en 2019.

5. Fiscalidad internacional y control del comercio exterior: en ambos frentes, el sistema tributario, además de aportar recursos al fisco, cumple la función secundaria de atenuar tanto la Formación de Activos Externos (FAE) como la restricción externa, dos de los problemas económicos más complejos en la economía argentina del último medio siglo.

La política y la administración tributarias intervienen mediante la aplicación de los derechos de exportación para disponer de tipos de cambio efectivos diferenciados, el impuesto PAIS y la percepción en Ganancias a la compra de divisas para morigerar la FAE y la restricción externa.

El seguimiento de cuentas financieras en el exterior por parte de residentes argentinos es un insumo relevante tanto para el cálculo del Impuesto a las Ganancias como para Bienes Personales.


La valoración de las operaciones internacionales, el desvío de utilidades y la erosión de la base imponible a partir de la localización contractual de las utilidades en entidades cáscara (sin sustancia económica) es otro objetivo principal de la fiscalización.

6. Eficiencia y gestión estratégica del gasto en la administración tributaria: la eficiencia de la recaudación, entendida como la maximización de los ingresos minimizando los gastos para obtenerlos, es un indicador típico para evaluar las administraciones tributarias.

Las siete claves del plan de la AFIP

El plan incluye un conjunto de apuestas y operaciones estratégicas para lograr cambios sustanciales en la situación actual y constituye la hoja de ruta de las principales acciones de la AFIP:

  1. Mejorar el desempeño recaudatorio del sistema tributario nacional.

  2. Reducir el incumplimiento tributario.

  3. Mejorar la progresividad de la recaudación y su incidencia distributiva.

  4. Incrementar la regularización laboral.

  5. Reducir los perjuicios fiscales/cambiarios derivados de sobre o subfacturación en las operaciones de comercio exterior.

  6. Reducir la erosión de la base imponible local originada en maniobras de deslocalización internacional.

  7. Mejorar la eficiencia en la administración y la gestión estratégica del gasto.

Los ingresos tributarios de enero marcaron el decimoséptimo mes consecutivo de crecimiento por encima de la variación de precios, comportamiento que no se observaba desde 2011-2012. De esta manera, la recaudación muestra el período de crecimiento en términos reales más prolongado del último decenio.

Si, como aseguró el ministro de Economía, Martín Guzmán, no habrá ajuste económico, los interrogantes que presenta el inminente acuerdo con el FMI son: 

  • ¿Cuál es la política para mejorar la recaudación?

  • ¿Cómo se podrá sostener la dinámica observada de la recaudación en los últimos 17 meses? 

  • ¿Cómo lograr que este eventual comportamiento de la recaudación se traduzca en mejora de la distribución del ingreso y poder adquisitivo?

Se sabe que todo acuerdo con el FMI históricamente significó un ajuste regresivo de la economía con políticas monetaria (emisión) y fiscal (gasto público) contractivas. Esos planes incluían primero una fuerte devaluación, origen de cada uno de los ajustes dramáticos que registra la economía argentina.

Guzmán asegura que el inminente acuerdo de refinanciación de la deuda impagable que dejó el gobierno de Mauricio Macri con el Fondo no se traducirá en ajuste económico. Por eso dice que no habrá un salto devaluatorio y que el gasto público crecerá en términos reales.

La duda que atraviesa a la fuerza política oficialista, que genera muy fuertes tensiones a su interior, es si eso será posible o sólo se trata de promesas de Guzmán para buscar la aceptación política del acuerdo.

El sendero desconocido de las cuentas públicas

Existe consenso en el universo de economistas ortodoxos y heterodoxos sobre que disminuir el déficit fiscal supone una política de ajuste. Es una definición básica que requiere una ampliación en el análisis para no quedar atrapados de conceptos conservadores, que de tanto repetirse se vuelven sentido común.

En este desafío, para no quedar atrapados de debates circulares, se puede plantear la siguiente pregunta: ¿existe la posibilidad de que la reducción del desequilibrio de las cuentas públicas ("ajuste") sea progresivo? 

En términos teóricos, en una economía con subutilización de la capacidad productiva y elevado desempleo y pobreza, disminuir el déficit fiscal hasta alcanzar el equilibrio debilita la demanda agregada, con el consiguiente impacto en la tasa de crecimiento, al detraer recursos de la actividad global. Para la economía argentina de marcados rasgos bimonetario, frágil demanda de pesos y escaso acceso a financiamiento en moneda nacional y en dólares, la cuestión fiscal exige una evaluación más exigente en comparación al funcionamiento de otras economías periféricas.

Con estos potentes condicionamientos, la meta que se propone transitar el gobierno de Alberto Fernández es un sendero desconocido para la economía argentina: reducir el déficit fiscal con criterios progresivos, lo que implicaría cumplir con el doble objetivo de no castigar a los sectores sociales vulnerables al tiempo de no afectar tanto el crecimiento del Producto.

El ajuste es la devaluación fuerte

Esta última meta tiene además el limitante de la disponibilidad de dólares (reservas) en el Banco Central para abastecer la demanda importadora, teniendo en cuenta la estructura productiva fragmentada como consecuencia de tres ciclos de desindustrialización (dictadura militar, menemismo y alianza macrista-radical).

En realidad, aunque a la mayoría de los analistas les provoca incomodidad por su obsesión fiscalista, los verdaderos ajustes de la economía local fueron provocados por fuertes devaluaciones, precipitadas cuando el Banco Central se quedaba con reservas exiguas.

Quienes están preocupados por el ajuste económico deberían primero atender la urgencia de la disponibilidad de dólares, puesto que sin divisas no importa si se expande o se contrae el gasto público ya que las fuertes devaluaciones arrasan con todo.

¿Es posible un ajuste fiscal progresivo?

Guzmán aseguró en el reportaje publicado hace dos domingos en Página12 que el gasto público no bajará, afirmando además que crecerá en términos reales. Con expansión del gasto y el compromiso de reducir el déficit fiscal, la cuestión clave pasa por saber qué pasará con los ingresos.

La recaudación tributaria y de seguridad social será entonces la principal referencia para evaluar si ese sendero fiscal puede cumplirse. A la vez, resultará fundamental identificar cómo se integrará esa recaudación. Esto significa de qué fuentes impositivas saldrán los recursos adicionales para disminuir el déficit fiscal. Esto definirá si el ajuste de las cuentas públicas es regresivo o progresivo.

Existen tres vías para incrementar la recaudación tributaria:

  1. Nuevos impuestos.

  2. Crecimiento económico.

  3. Administración tributaria.

La primera opción, por ahora, fue descartada por el gobierno de Alberto Fernández, además no es un pedido del FMI por lo que trascendió de la negociación. En relación a la progresividad impositiva, la evolución de la recaudación en los dos últimos años muestra la reversión de gran parte de las reformas regresivas instrumentadas por el gobierno de Macri (por las modificaciones en los impuestos a las Ganancias y a Bienes Personales).

Descartada la creación de impuestos, quedan otras vías para incrementar la recaudación impositiva: sostener el crecimiento económico, aumentar el empleo registrado que implica cobrar más por aportes y contribuciones, fortalecer la fiscalización tributaria y apostar a precios internacionales firmes de las materias primas de exportación (soja, trigo y maíz, especialmente) para mantener un flujo creciente de fondos por cobro de retenciones.

¿Qué es la Administración Tributaria?

La otra herramienta para aumentar la recaudación es consolidar la Administración Tributaria, que consiste en mejorar la capacidad del Estado para cobrar impuestos a los que evaden y eluden el pago.

La hoja de ruta en esta materia está contenida en el Plan Estratégico 2021-2025 de la AFIP. El documento que ya fue aprobado por el organismo conducido por Marcó del Pont es una de las acciones previstas en el acuerdo con el FMI.

El plan contempla las distintas acciones de control y fiscalización que desarrollarán las distintas áreas especializadas de la AFIP así como desde la Dirección General Impositiva a cargo de Virginia García, la Aduana que encabeza Silvia Traverso y la Dirección General de los Recursos de la Seguridad Social comandada por Carlos Castagneto.

La tarea de la AFIP no comenzará cuando se firme el acuerdo, sino que se inició hace dos años con un proceso de reconstrucción de capacidades y recursos que habían sido intencionalmente desarticulados y debilitados durante la gestión macrista.

El trabajo que plantea Marcó del Pont consiste en fortalecer y consolidar algunas de las herramientas instrumentadas desde 2020, así como desplegar nuevas para ampliar la recaudación y contribuir también a morigerar la formación de activos externos.

En concreto, el plan estratégico de la AFIP define un horizonte de medidas para recaudar más y, además, de los sectores de mayor capacidad contributiva, para alcanzar las metas fiscales sin afectar el crecimiento ni los ingresos de los sectores medios y bajos. 

El Acuerdo con China y la soberanía energética

Ignacio Ortiz, escribe en Telam

El presidente de la empresa Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), José Luis Antúnez, aseguró que se avanzará con la negociación del contrato financiero y otras condiciones para la construcción de la cuarta central nuclear que comenzará antes de fin de año, con un pico de empleo de 6.000 trabajadores y un impacto en desarrollo de proveedores locales por US$ 500 millones.

Nucleoeléctrica y la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC) acaban de firmar el contrato para la construcción de la
cuarta central nuclear, Atucha III, un reactor de 1.200 MW que se instalará en el Complejo Nuclear de la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires.

El experto, de larga trayectoria en el sector, destacó el aporte de la energía nuclear a las metas de descarbonización de la matriz eléctrica, valoró la calidad de la tecnología Hualong que llevará la central y la transferencia de conocimiento para la fabricación de combustible nuclear con uranio enriquecido que el país podrá dominar a partir del entendimiento con China.

Los siguientes son los principales tramos de la entrevista con Télam:

- Télam: ¿Qué aporta este acuerdo al sector nuclear y a la matriz energética?

- José Luis Antúnez: Primero la contribución de una energía limpia a la matriz eléctrica porque el mundo va rumbo a la descarbonización con metas extremadamente ambiciosas que significan que en algún momento de este siglo va a haber que generar energía eléctrica con generación cero de carbono. Y la energía nuclear es una de esas alternativas limpias. En el contexto del país es volver a darle al sector la participación que merece en la matriz eléctrica, y va a ser una contribución grande con una máquina de 1.200 Mw, individualmente la más potente del país en el lugar que hoy ocupa Atucha II, y va a contribuir a pasar el 10% de participación nuclear en la matriz eléctrica.

-T: ¿Qué nivel de desarrollo y proveedores locales contempla?

-JLA: Desde lo laboral tiene gigantes oportunidades para la construcción de la obra con empleo de entre 5.000 y 6.000 personas de forma directa, y la central va a crear unos 700 puestos permanentes. Esto tendrá tremenda influencia en al región, tan importante como la obra de Atucha II, con alrededor de 60 millones de horas hombre que van a quedar en la Argentina con el proyecto. El aporte estimado en compra locales, teniendo en cuenta que es el reactor de una nueva tecnología va a ser menor a la de Atucha II, pero van a volver a la industria nacional alrededor de US$ 500 millones en equipos, componentes y sistemas.

-T: ¿Habrá transferencia de la tecnología Hualong que el país no domina?

-JLA: El contrato incluye el compromiso de China de transferir la tecnología necesaria para que la Comisión Nacional de Energía Atómica (Conae) fabrique los componentes metálicos del combustible para este reactor. Una tecnología que domina es la de combustible de uranio natural que se usa en las tres centrales en operación, pero esto introduce a la Conae en el mundo de la fabricación de combustible nuclear con uranio enriquecido. Esto es un contrato para fabricar combustible por 60 años que es la vida inicial de la central, y es un valor agregado científico tecnológico e industrial.

-T: Se alzaron algunas críticas sobre la tecnología Hualong ¿Qué tan modernas y eficiente son este tipo de centrales ?

-JLA: Este contrato data de hace casi 12 años, la tecnología Hualong proviene de la HPR-1000, es decir unos 20 años, y cuando comenzamos a tratar el tema no había ninguno en funcionamiento. Pero con la acostumbrada celeridad de los chinos hoy ya tienen cuatro Hualong en funcionamiento, seis en construcción y otras tantos en planificación. Es una flota de reactores en la cual vamos a participar con toda la tecnología nueva y el contrato establece que China va a ir pasando la actualización futura. El Hualong ha sido exitoso y ya han sido exportados y en funcionamiento.

-T: ¿Cómo siguen los hitos de desarrollo del proyecto?

-JLA: Hay una cantidad de condiciones para entrar en vigencia este contrato. Por ejemplo deben cumplirse los pasos en el marco del tratado país-país para llegar a la adjudicación directa del proyecto -porque no se trata de un concurso publico-, y que fue aprobado por leyes de ambos países. La segunda es negociar el contrato financiero ahora de conocido el precio, y otro tema es que haya habido acuerdo sobre el tema de la transferencia de tecnología con una firma de contrato específica. Además de tener listo el estudio ambiental, la presentación regulatoria y condiciones técnicas como estudios de suelos y haber despejado el sitio para entregarlo a la construcción. Todo este demandará unos cuatro meses y luego llega la autorización en ambos países para adjudicar directamente el contrato a al corporación nacional china y se estará en condiciones de comenzar la obra en alrededor de 4 o 5 meses por lo que fin de año nos encontrará trabajando en el sitio, con un contrato de 90 meses de construcción.

-T: ¿Cuál será la incidencia en el empleo del proyecto?

-JLA: Ya tenemos unas 300 personas trabajando y estimamos que a fines de este año nos va a encontrar con no menos de 1200 personas. Se estima un pico de empleo de unas 6000 personas y dependerá de cómo la empresa china organiza la marcha del proyecto, pero va a haber un pico grande porque 90 meses es un plazo muy exigente.

-T: Hablar de esta cantidad de gente hay que pensar en capacitación y recuperar mano de obra especializada ¿Cómo va a ser esa dinámica?

-JLA: Tenemos el ejemplo de lo que hicimos en Atucha II que nos indica lo que vamos a hacer. Lo primero fue instalar escuelas de especialidades en la zona y capacitar a la gente. Formamos 1.400 soldadores durante el transcurso de Atucha II y vamos a formar montadores, electricistas y vamos a convocar a todos los que quieran volver a trabajar. Y en cuanto a los profesionales lamentablemente antes de nuestro gobierno se despidieron mas de 300 especializados, y vamos a trabajar en convenios con todas las facultades de ingeniería de todo el país para absorber jóvenes profesionales.

Liderazgos mediocres

El 8 de junio de 2019, el por entonces presidente de los EEUU, Donald Trump, escribía en Twitter: "Por todo el dinero que estamos gastando, la NASA no debería estar hablando de ir a la Luna, eso fue hace 50 años. Deben estar enfocados en las cosas mucho más grandes que estamos haciendo, incluyendo Marte (de la cual la Luna es parte), ¡Defensa y Ciencia!". El mensaje derivó en una catarata de burlas e ironías.


Esta claro que los liderazgos mundiales no están pasando por su mejor momento. No son especialmente lúcidos aquellos que alcanzan sitiales claves en las decisiones de los devenires de los pueblos, Estados y colectivos humanos en el planeta. Estamos gobernados por una casta mediocre y avara y eso es una de las razones por tanta molestia y tanta protesta en el mundo … Las instituciones democráticas han dejado de generar aquello que los mejores alcancen esos lugares de representación.

Los valores de la meritocracia ya no se sostienen con el uso de la razón y la inteligencia, con cualidades sensibles, de solidaridad , cooperación y de dignidad en las relaciones entre las personas.

El egoísmo, la avaricia y la ignorancia, parecen ser atributos necesarios para que surjan como líderes impuestos por el poder financiero que por detrás, maneja sus títeres, impuestos por los medios de comunicación y los armados de la inteligencia de mercado, la propaganda y el show ...

Joe Biden, actual presidente por el partido demócrata, opositor al republicano Trump, no se caracteriza por mayores luces. Su posición frente al conflicto en Ucrania así lo manifiesta. EEUU se sostiene por su industria militar y su exportación bélica. Cuándo se inicia una escalada no se vislumbra hasta dónde esta puede llegar y con la falta de conciencia y capacidad de quienes lideran, la posibilidad de que se engullan a si mismos esta latente … el grave problema es que no hay, al menos perceptible aún, nada que proponga algo mejor en el Imperio. La decadencia de la civilización encierra el peligro de males mayores en tanto, frente al caos, cualquier orden será visto como superador por mas que signifique volver al oscurantismo y las sombras de dictaduras que hoy tienen visos de convertirse en globales.

¿Y que de las posiciones Nacionales?

El vicejefe de gabinete de ministros de la Nación, Jorge Neme, escribió este domingo en “El cohete a la Luna

Las recientes visitas oficiales a Rusia y China brindan una oportunidad para reflexionar sobre las relaciones internacionales de la Argentina y su proyección al escenario global. La complejidad del tema obliga a buscar los necesarios matices y equilibrios. Por la urgencia que imponen las redes sociales o quizás por cierta pereza intelectual, nos hemos ido acostumbrando a juzgar los fenómenos en términos simplistas, blanco o negro, antes que intentar comprenderlos en la totalidad de sus aristas.

La misión encabezada por el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, enfatiza un modelo de inserción internacional diverso y pragmático, fundamentado en el interés nacional. Hoy, por razones que incluyen nuestra situación macroeconómica, la necesidad de incrementar exportaciones, la vastedad de nuestros recursos y las capacidades y talento de los argentinos, nuestro interés objetivo consiste en desarrollar una amplia articulación con todos los países, regiones y mercados del globo. Solo esta impronta permitirá desatar las fuerzas productivas nacionales con miras a un desarrollo con inclusión social.

La idea de alineamientos geopolíticos o ideológicos es anacrónica para explicar algunos procesos. Mucho más sostener consignas “antiimperialistas”. Reconocer los cambios y nuevas modalidades de acumulación del capitalismo global desde Estados Unidos a Rusia y desde Europa a China es parte de la actualización conceptual necesaria al proyecto nacional y popular en la mejor tradición del peronismo.

No se trata de optar entre China y Estados Unidos: ese falso dilema es producto de observaciones superficiales —en el mejor de los casos— o malintencionadas. La fabricación de antinomias nos ha dañado más de la cuenta. Los países exitosos se conectan estratégicamente, desde su propio interés. En realidad, no hay alternativas sino acumulación. En nuestra mirada, es Estados Unidos y China, es Rusia y África, es la Unión Europea, es el Sudeste Asiático, es EFTA, es Medio Oriente, América Central y el Caribe, y por supuesto nuestra Sudamérica, primer espacio a recuperar plenamente por historia, presente y futuro de una fuerte presencia en los países hermanos con productos y servicios de alto valor. Para la Argentina juegan todos, como lo demuestra la activa agenda de relacionamiento externo que promovimos desde el Mercosur.

Medio siglo atrás, China se vinculaba con el mundo desde la ideología: en nuestra región los partidos maoístas tejían relaciones con el Partido Comunista Chino. Pero eso es historia. Desde la Reforma y Apertura, gradualmente y cada vez con mayor intensidad, Beijing articula con el mundo con pragmatismo. Es el primer o segundo socio comercial de más de cien países. La visión china es de resultados: no importa el color del gato sino que cace ratones, decía el padre de la modernización china.

Conectar con el mundo

La Argentina debe abordar el mundo sin temores. Un país con tanta energía creativa y productiva tiene enormes oportunidades en la globalización. El mercado interno no es suficiente: somos pocos y sufrimos un enorme deterioro de nuestra capacidad económica en los últimos 45 años; necesitamos escala, atravesar un determinado umbral, como decía el uruguayo Methol Ferré. Un mercado mucho más grande que el propio para poder avanzar hacia el desarrollo sustentable. Nuestra plataforma de partida es el Mercosur, pero nuestro objetivo son los 7.500 millones de habitantes del mundo, donde se encuentran los consumidores y los flujos de tecnología e inversiones productivas que necesitamos. Obtener renta del mercado global es lo que asegurará de desarrollo y el bienestar de nuestros compatriotas.


En China podemos encontrar una demanda amplia y creciente que nos permita reducir el pronunciado déficit comercial bilateral. También obtener las fuentes de financiamiento para obras de infraestructura estratégicas que incrementen nuestra productividad y contribuyan a nuestra competitividad.

Es un país al que le vendemos mucho de poco: es decir, nuestro comercio está concentrado en pocos productos primarios. El potencial para diversificar es enorme. Por caso, el crecimiento de exportaciones de la industria minera permitiría equilibrar rápidamente la balanza comercial e incluso volverla superavitaria. China no busca el superávit con la Argentina; antes le interesa que seamos abastecedores confiables de productos indispensables para el proceso de transformación económica y social que llevan adelante.

Debemos tener presente que la atención china está orientada a asegurar una logística eficiente hacia los puertos. Los ferrocarriles y los puertos son su prioridad. La necesidad de abastecimiento de agroalimentos a una población que demanda más y más proteínas es clave para la potencia asiática y negociar con inteligencia el destino de sus préstamos e inversiones es clave para nuestro futuro. Hace más de 140 años, en los albores de la constitución del Estado argentino moderno, vivimos un proceso similar, alentado por Inglaterra, potencia industrial del momento, que requería alimentos para el ejército de trabajadores que migraban del campo a la ciudad para ocuparse en las nuevas fábricas surgidas al calor de la Segunda Revolución Industrial. Un análisis crítico de esa experiencia puede contribuir a lograr resultados sostenibles en esta nueva oportunidad que se presenta al país.

Visita histórica

Debemos superar la tendencia a quedarnos en la anécdota para visualizar lo importante, lo estructural: la misión del Presidente es un hecho histórico para la relación bilateral entre la Argentina y su segundo mayor socio comercial, con quien ya tiene una Asociación Estratégica Integral.

La visita se monta sobre una rica historia de relaciones diplomáticas bilaterales que cumplió medio siglo este año. Todos los presidentes electos desde 1983 visitaron Beijing y a su vez los mandatarios chinos visitaron la Argentina.

La adhesión a la Franja y la Ruta es la evolución de un vínculo que progresa a paso firme: en 2004 el Presidente Néstor Kirchner firmó la Asociación Estratégica con el Presidente Hu Jintao; en 2014 la relación fue elevada a Asociación Estratégica Integral de la mano de la Presidenta Cristina Fernández y el Presidente Xi Jinping; y en 2022 la Argentina se suma a la Franja y la Ruta, que ya cuenta con la participación de 20 países de la región, como Uruguay, Chile, Costa Rica, Perú y Ecuador, entre otros. La cantidad y diversidad de estados que se sumaron a este proyecto de impulso a la inversión en infraestructura y al comercio subraya que está muy lejos de tratarse de una definición ideológica.

Necesitamos flujos de capital chinos y de cualquier otro origen. Insisto con la diversidad: los buscamos en Estados Unidos, en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos o Qatar, en Europa, Japón y Australia. Energías renovables, cadena de valor del litio y electromovilidad, producción audiovisual, alimentos orgánicos, biotecnología y economía del conocimiento, know how para la producción agropecuaria, maquinaria y semillas: el potencial argentino es enorme para las inversiones productivas.

La visita a Rusia, por su parte, es un hito en la relación bilateral. Su desarrollo científico y tecnológico puede representar un salto de calidad para la producción argentina en algunas industrias estratégicas. El Fondo Soberano Ruso de Inversión Directa tiene potencial para multiplicar el volumen de ciertos sectores de la economía nacional, por ejemplo, en el caso del shale oil y shale gas. Recordemos que los hidrocarburos no convencionales ya explican alrededor de un tercio del total de la extracción de petróleo y gas, cuando hace cinco años esa cifra era marginal.

No hay que olvidar que la cooperación sanitaria de Rusia y China con la Argentina fue invaluable. Debemos decirlo sin vueltas y agradecerlo: la rápida ayuda de ambos países permitió salvar vidas de nuestros ciudadanos.

La profundización de estas relaciones bilaterales no opaca la enorme relevancia del vínculo y los intereses estratégicos que mantiene nuestro país con los Estados Unidos, país que es el principal inversor extranjero en la Argentina y el mayor mercado para una industria prioritaria: la de bienes y servicios basados en el conocimiento y productos de alto valor agregado. Es el tercer destino de nuestras exportaciones después de Brasil y China y la primera economía del mundo. Los bienes de nuestras economías regionales tienen amplio margen para incrementar sus exportaciones en este gran mercado.

Estados Unidos no sólo es un mercado, también es fuente de inversiones y tecnología, transferencia de conocimientos y fuertes vínculos culturales que se fortalecen a medida que crece y gana influencia la población de origen latinoamericano. En sus universidades perfeccionan sus conocimientos decenas de miles de jóvenes argentinos. Por todo esto, nuestra política debe fundarse en una visión amplia y plural, analizando cada paso a dar en la necesaria proyección internacional, sin caer en enfermedades infantiles que son propias de la inmadurez y de la incomprensión del marco global en el cual desarrollamos nuestras acciones.

Impronta federal

La presencia de tres gobernadores en las visitas oficiales subraya la impronta federal del gobierno. Cada mandatario viajó con proyectos muy relevantes bajo el brazo. Tenemos el desafío de generar empleo de calidad en cada una de las provincias para que los trabajadores y trabajadoras puedan desarrollarse laboralmente en sus propios lugares de nacimiento, generando a la vez, gradualmente, una ocupación más armónica de nuestro territorio.

El fortalecimiento de las pymes en las economías regionales cumple un rol central en este sentido: las llamadas pymes exportadoras dinámicas generan cinco veces más empleo, pagan salarios 20 por ciento más altos, brindan capacitación, formalizan a sus empleados y mejoran sus procesos productivos. En 2021, dos de los cinco destinos más importantes para las exportaciones de las pymes fueron China y Estados Unidos.

Esta apuesta por el desarrollo sustentable necesita de la ciencia y la tecnología. El recientemente anunciado Plan de Fortalecimiento de Recursos Humanos de los Organismos de Ciencia y Tecnología es un gran paso que repercutirá en nuestro sistema productivo. Será el primer llamado mediante concurso público para que más de mil investigadores e investigadoras se inscriban en los 16 organismos que integran el Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología pertenecientes a la Administración Pública Nacional.

Esta iniciativa fortalece a la Argentina. Permitirá dotar de mayores capacidades a la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud, a la CONAE, al INTA y al INTI, al Instituto Antártico Argentino; al Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero, entre muchos otros. Necesitamos el aporte técnico de nuestros científicos y su punto de vista en los procesos de toma de decisión.

Contrapuntos en una coalición

El acuerdo con el FMI es transversal a toda la estrategia. Venimos de un gobierno de Macri que tenía aversión por el desarrollo productivo de la Nación y que concentró todas sus energías en la renta financiera, en la especulación pura y en la fuga de divisas que generó una deuda externa enorme en sólo tres años de gestión. Esta deuda provocó una situación de fragilidad estructural que no se resuelve fácilmente.

Duele ver a los que destruyeron el tejido productivo dando cátedra en los medios sobre cómo recuperar a las pymes, y a los mismos que tomaron la mayor deuda de la historia nacional y del FMI explicando cómo resolverla. Paradojas de nuestra política. Lo importante es trabajar para adelante y desactivar el problema.

No hay que sobredimensionar las discusiones internas del Frente de Todos. Son tensiones normales y hasta saludables. Contrapuntos propios de una colación que articula posiciones con matices. Es la oposición la que imagina grietas irreconciliables. Hay que entender que la pasión militante a veces nos lleva a exacerbar los gestos, pero son actitudes comprensibles porque el dirigente político se compromete profundamente con sus ideas. Creo que la decisión de Máximo Kirchner está basada en su intención de colaborar, ya que la función del Presidente de bloque es central para impulsar un proyecto de ley del Poder Ejecutivo.

Lo importante es que todas las fuerzas dentro del frente gobernante compartimos los valores troncales del peronismo histórico como de las necesidades de país de hoy: el crecimiento con inclusión, la ampliación de derechos, la interacción virtuosa del capital y el trabajo, la justicia social y una proyección internacional creciente de una Argentina productiva relacionada con todos los países y regiones del globo. Ese es el norte del Frente de Todos y con decisión e inteligencia política vamos a alcanzarlo.

Frente a la mediocridad de los liderazgos globales, tenemos algunas voces reflexivas que piensan lo Nacional y ejercen de modos responsables funciones de gobierno. ¡Hay esperanza!

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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