Disensos y tensiones ... El problema es la conexión.


Sin conexión

Solucionado parcialmente algunos problemas con el servicio de internet (Todavía no de forma definitiva por tanto puede que vuelva a ausentarme unos días por delante), retomo el contacto desde este humilde espacio en el universo de los Blog, para compartir lecturas y reflexiones en torno a los tiempos que nos tocan vivir.

Un recorrido por los temas del día:

Crónica de una división anunciada …

El nuevo jefe del bloque del Frente de Todos en Diputados será Germán Martínez, tras la renuncia de Máximo Kirchner. Lo anunció ayer el gobierno antes de la partida del presidente Alberto Fernández a la gira por China y Rusia. 

El nuevo jefe de bloque dijo que no viene a reemplazar a nadie y que trabajará en el camino que trazó el Presidente de la Nación con el acuerdo con el FMI anunciado el viernes pasado. 

Martínez es un dirigente cercano a Agustín Rossi. Es rosarino e ingresó al Congreso en 2019. Integra las comisiones de Presupuesto y Hacienda y Modernización del Funcionamiento Parlamentario. 

Ayer presentó su renuncia como vicejefa del bloque del FdT Cecilia Moreau. 

Máximo Kirchner renunció a la presidencia del bloque del Frente de Todos en la Cámara baja en una elaboración que fue construida puertas adentro y culmina en esta definición que se erige en algo difícil de explicar incluso para parte de la tropa propia. El hastío político de Kirchner tiene varios capítulos en el que, sostienen en su entorno, nunca se escuchó al accionista mayoritario. Este, entre otros, fue uno de los temas que conversaron Alberto Fernández y Máximo en una cena que tuvo lugar el miércoles en Olivos. Las críticas sobre la política económica del primer año y medio, la procrastinación permanente en la gestión, la estrategia política frente al Fondo que no asignó las responsabilidades suficientes al gobierno anterior -y le permitió levantar la cabeza con tono docente a los funcionarios macristas que tomaron el préstamo-, la arquitectura electoral que el kirchnerismo anticipó errática y una dinámica que también se lesionó en lo personal con el propio Presidente es parte del menú de argumentos que explican la decisión del ahora ex jefe de bloque oficialista.

La Carta

La carta de Kirchner sacudió al sistema político y empresarial que hasta última hora de ayer cruzaba mensajes de WhatsApp intentando recalibrar una brújula que se desmagnetizó luego del comunicado. ¿Qué va a pasar con el acuerdo ahora cuando el Fondo demandaba apoyo de todas las fuerzas políticas? Es una incógnita. Si bien los motivos esgrimidos internamente son muchos y muy variados, la supeditación de la política económica al acuerdo con el Fondo es el eje central del fastidio K. Una molestia compartida con Cristina Kirchner que derivó en reacciones distintas. “Así como yo hago silencio con la marcha a la Corte porque todo el mundo sabe que no me gusta, Cristina hace silencio con el acuerdo con el Fondo”, había desdramatizado Sergio Massa el sábado ante sus colaboradores cercanos.

Otro de los motivos que esgrimió al pasar Máximo -en espejo a aquella carta de CFK en la que señalaba a Juan Pablo Biondi- tiene que ver con las operaciones en medios que, dice, genera el elenco albertista. Así se explica la explosión de Cristina, el reportaje conjunto de Eduardo “Wado” de Pedro con Clarín y La Nación -“me gusta discutir cara a cara, no hago off para pasar mensajes”- y este señalamiento de Kirchner al “entorno” del Presidente. 

El corrimiento de Máximo es una hoja de doble filo para el dispositivo albertista. El alejamiento de uno de los factores de poder más gravitantes de la coalición -que en menos de 24 meses pasó de ser un gamer a Idi Amin- genera un temblor innecesario en un momento delicado para el oficialismo, pero a la vez les permitirá a los funcionarios del Presidente articular con un jefe de bloque con el que tengan más sintonía. El anverso de esto es que, ante una eventual falta de resultados, el gobierno podrá evocar cada vez menos el cuco kirchnerista. No es la primera vez que el líder de La Cámpora explicita su voluntad de alejarse de la jefatura del bloque. Lo había hecho durante el cierre de listas cuando propuso a Santiago Cafiero como primer candidato en la PBA. En aquel momento se especuló, con lógica, que se trataba de una movida para desplazar al ahora canciller de la Jefatura de Gabinete. Hoy, aquella propuesta cobra otro significado. 

Para el Frente de Todos puede ser una oportunidad. Así como Cambiemos narraba que contenía a todas las tribus incluso cuando Elisa Carrió acusaba a Germán Garavano de encubrir el atentado a la AMIA, esta movida podría servirle al oficialismo para contener a todos los sectores del peronismo dentro de la coalición si lo maneja con inteligencia. Difícil que el chancho chifle. Si el Frente de Todos estuvo muy cerca de romperse con la intifada post PASO, no parece que vaya ocurrir lo mismo luego de este episodio.

Las manifestaciones motivadas por desavenencias políticas no son una rareza en coyunturas críticas, especialmente en sectores progresistas. El primer año de su gobierno, Lula da Silva -sin mayorías parlamentarias- trabajó para revertir una corrida cambiaria entre su victoria y su asunción. Muchas de las medidas adoptadas salieron del manual de la ortodoxia -subas de tasas de interés e incremento del superávit fiscal primario. Entre las reformas, se morigeró el muy conveniente sistema de pensiones de la administración pública, lo que redujo costos fiscales. Parte del ala izquierda del PT cuestionó el rumbo y la reforma previsional fue votada como una cuestión existencial para el gobierno. Un grupo de parlamentarios decidió utilizar la votación para escenificar sus diferencias y la norma fue aprobada con votos del PT y de sectores de centro y de centroderecha. 

Una disyuntiva similar enfrentó Alexis Tsipras, cuando puesto a decidir entre sostener el resultado del referéndum que rechazó un acuerdo de ajuste y una salida del euro, con devaluación y futuro incierto decidió ceder a la presión de la troika conformada por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. La mayoría de la izquierda gobernante acompañó a Tsipras, pero el sector denominado Plataforma de Izquierda, así como la presidenta del Parlamento, Zoe Constantopolou, y el carismático ministro de Economía, Yanis Varoufakis, se opusieron. El entendimiento se aprobó en el Congreso con los votos de la oposición, mientras Syriza votó dividida. Tsipras convocó a nuevas elecciones dos meses después del acuerdo y se impuso con holgura. Los sectores disidentes formaron tres partidos distintos, que suman menos del seis por ciento de los votos entre todos ellos.

Máximo no piensa en irse del FdT ni hacer renunciar a los funcionarios de La Cámpora. Mucho menos de la presidencia del PJ de la Provincia de Buenos Aires. “Si hubiera querido hacer daño se iba antes del acuerdo o inmediatamente después para condicionar el apoyo del bloque”, explicaba un camporista en desacuerdo con la decisión de su jefe político. Máximo le anticipó la decisión a los dirigentes de su confianza que, casi por unanimidad, le manifestaron su rechazo. Entre ellos, el propio De Pedro. “Si lo vas a hacer explicá lo que pasó estos dos años”, le dijo el ministro del Interior. Lo mismo hizo Cristina que intentó disuadirlo y, como contó anoche el Presidente, le manifestó su desacuerdo. Esta versión le permite al kirchnerismo desmarcarse identitariamente, pero conservar los espacios de poder. En Casa Rosada no se convencían del argumento. “Máximo y Cristina hacen el uno-dos: él consolida su rígido y CFK se muestra preocupada por la gobernabilidad”, reflexionaba un ministro albertista ante #OffTheRecord. La postura componedora del Presidente en C5N generó la bronca en algunos de sus ministros que esperaban que la renuncia de Kirchner tuviera una reacción más contundente del primer mandatario. 

El disgusto por el acuerdo con el FMI no es solo de Máximo aunque por distintos motivos. En un almuerzo que compartieron dirigentes albertistas, Miguel Pesce, Juan Zabaleta y Claudio Moroni levantaron la voz a la hora de criticar a Martín Guzmán. La promesa de la eliminación de la sobretasa o de una reestructuración con horizonte despejado que terminó en una refinanciación se usó como argumento para lapidar al jefe de la cartera de Economía, pero el motivo era otro: la nula participación que permitió Guzmán al resto del gabinete en la negociación. Por eso se equivoca Kirchner en la carta: el equipo económico de Alberto sostiene que la negociación la llevó exclusivamente el núcleo del ministro. 

La pregunta sobre si el Fondo cambió, o si existió acaso alguna traducción política de la autocrítica reclamada por el gobierno argentino tras el financiamiento -tan irresponsable como inútil- otorgado al ex presidente Mauricio Macri, es siempre tramposa. Las admisiones, parciales y a media voz, de los funcionarios del Fondo Monetario Internacional atienden primero a su propia preservación y justificación como burocracia global. La ausencia de iniciativas audaces para ahuyentar riesgos -a imagen de aquel "lo que sea necesario" con el que Mario Draghi despejó el fantasma de cualquier posible default soberano para la zona euro en la última década- dice que el cambio del Fondo es relativamente pequeño. 

Y, sin embargo, autocrítica o no, lo acordado por las autoridades argentinas refuerza su valor no sólo a la luz de la alternativa -un atraso con fecha de culminación incierta, sin reservas disponibles y en una situación financiera difícil de empeorar- sino también en la comparación con otros programas recientes del propio FMI. Las condiciones a cuatro años del principio de acuerdo con el staff son considerablemente más flexibles para la Argentina en materia de déficit fiscal que el promedio de los programas de facilidades extendidas suscritos en los últimos años (consolidación promedio cercana a 4,5 puntos del producto), a pesar de que todos ellos se suscribieron con países mucho más pobres que el nuestro. 

En cuanto a los acuerdos recientes existentes para países de ingresos medios, con cierto peso geopolítico y no afectados por situaciones bélicas, el acuerdo alcanzado por Argentina luce aun más excepcional. El Fondo exigió a Turquía una consolidación fiscal de más de seis puntos del producto bruto, hasta alcanzar un superávit primario del 2,7% en apenas tres años. El acuerdo había sido, en la época, el mayor de la historia del organismo. El caso de Grecia, que debió negociar a partir de 2009 no sólo con el FMI sino también con la Comisión y el Banco Central europeos, fue más dramático. Obligado por la troika, Grecia realizó, en un espacio de tres años, recortes de gasto equivalentes al 7,75% del PIB. El efecto sobre el crecimiento fue tan devastador que la reducción del déficit primario que generaron fue de apenas el 2,5%. Un fracaso integral y socialmente devastador, que solo pudo dejar atrás el gobierno de Alexis Tsipras en 2019, tras superar una brutal derrota política en la negociación con los acreedores que obligó a recortes adicionales para posibilitar la salida. A estos, podrían sumarse los casos de Egipto y Ecuador, con programas aún vigentes y consolidaciones de entre 5 y 6 puntos del producto que implicaron recortes de gastos y aumentos de impuestos. 

La molestia de CFK con Guzmán tiene que ver con un acuerdo que tenían el ministro y la vice: no moverse de un déficit de 2.8 para 2022. Eso y los desembolsos -que luego fueron mensuales, pero a horas del cierre estaban calzados a los vencimientos- generaron el malestar de Cristina. En el albertismo relativizan esos números y sostienen que al no tener gasto COVID, excepto vacunas, el déficit real del cual se parte es alrededor de 2.5. 

Además de la flexibilidad de los objetivos fiscales, el acuerdo argentino se destaca por la ausencia de obligaciones de recorte. La distinción entre reducir el déficit -que es un resultado y se puede lograr creciendo y aumentando los ingresos- y reducir el gasto público -algo que casi por definición es recesivo- no es baladí. Mientras Grecia, Ecuador, Egipto y Turquía discutieron gastos y reformas estructurales -privatizaciones, sistema laboral, agrícola, bancario y otros-, Argentina logró discutir, en lo fiscal, sobre el espacio de crecimiento y preservar las cuestiones estructurales -reformas laborales, tributarias o del Estado- para la deliberación democrática de sus ciudadanos. 

La Contracara 

La contracara son las exigencias en materia de financiamiento monetario de los déficits acordados. La obligación de mantener tasas de interés reales positivas y los límites estrictos a las transferencias al tesoro del Banco Central son cambios importantes sobre la configuración actual que podrían tener algún efecto sobre el nivel de actividad. La contracara de esa presión recesiva, sin embargo, podría contribuir a enfrentar aquello que la vicepresidenta identificó, correctamente, como el principal problema de la economía argentina, que es su bimonetarismo. Sin salida del cepo a la vista, las tasas de interés por encima de la inflación y las necesidades de financiamiento podrían estimular a los argentinos a la adopción de instrumentos de ahorro en pesos y al Estado a mejorar la composición de la deuda hacia nuestra moneda.

Un día antes de que el presidente anunciara el entendimiento con las autoridades del Fondo Monetario Internacional, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China anunciaba una reforma integral del sector eléctrico. El nuevo modelo espera alcanzar, agresivamente, condiciones plenas de mercado, con un régimen nacional de competencia para 2025 y un régimen integrado (nacional, provincial y municipal) basado en incentivos de mercado en 2030. Si observamos el comunicado dado a conocer por el staff del Fondo Monetario, el sector energético es el único donde se anuncia un intento concreto y dirigido de modificar la que ha sido una política pública de este gobierno. Aunque sería deseable que no existiera ninguna condicionalidad política, la preocupación sobre la calidad del gasto público -cuando el margen para aumentarlo es estrecho- debería informar las decisiones sobre su composición. En el caso, la política de subsidios Argentina no va a contramano de la orientación del Fondo Monetario sino de casi todo el mundo, incluyendo la economía planificada más importante y exitosa de todas.

Es en este punto donde el oficialismo encontrará su límite más evidente, al menos en 2022. La reducción progresiva de los subsidios demandada por el organismo colisiona con el aumento del 20% anticipado por las autoridades argentinas. En Economía aseguran que los subsidios caerán por esa actualización, la segmentación y caducación de la resolución 46 que hizo ahorrar al Estado 800 millones de dólares. Ninguna simulación valida esa estrategia optimista. En Energía creen que el ahorro ocurrirá luego de la primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner lo que le permitirá al país reemplazar el GNL a 21 dólares por millón de BTU por un precio de 3.5 dólares y en pesos. La primera etapa del gasoducto estará, con suerte para el oficialismo, lista en el invierno de 2023. Tal vez es prudente pensar que este año los subsidios no van a bajar en términos reales.

Por último, la pregunta válida por las alternativas debería contemplar escenarios realistas. Decir que los dólares que Argentina no pagaría de defaultear con el Fondo Monetario podrían usarse en tal o cual destino supone que Argentina los tiene. La afirmación es falsa. Las reservas netas son escasas y su recomposición es, incluso con un programa vigente, la parte ausente en la explicación del programa. El acuerdo con el Fondo es una condición de posibilidad para enfrentar el problema pero en modo alguno lo resuelve. Los planteos voluntaristas desconocen que los países que incumplieron durante algún tiempo con el FMI tenían, en promedio, el 10% del PIB per cápita de Argentina y una mucho menor inserción y dependencia del mercado global, en un mundo que tampoco era el mismo. Hoy, países enfrentados con los Estados Unidos, exigen también acordar con el Fondo Monetario para autorizar inversiones y desembolsos en el país. La enfática sugerencia de China, que había sido revelada por #OffTheRecord, fue luego desmentida por funcionarios y empresarios. Anoche, Alberto Fernández confirmó el adelanto de este newsletter.

En cuanto a la estrategia para reclamar legalmente la nulidad del préstamo ante las instancias jurisdiccionales internacionales por la violación de los propios estatutos, planteada en un muy interesante documento de los abogados Chris Marsh y Karina Patricio Ferreira Lima, la propia Patricio deja en claro que dicha nulidad acarrearía también la obligación de devolver los 47 mil millones de dólares recibidos y de los que no disponemos. Las posiciones de principio, a veces, olvidan los resultados concretos. Mientras Néstor Kirchner obtuvo una quita de deuda de los acreedores privados del 66%, el planteo sobre la legitimidad de la deuda esbozado más tarde por Rafael Correa derivó en un alivio menor que, además, disparó la prima de riesgo ecuatoriana, encareciendo el endeudamiento futuro de un país que -sin moneda propia- no puede recurrir a otro medio cuando debe enfrentar un aumento abrupto del gasto público o una caída de la recaudación.

El 30 de noviembre, esta entrega se tituló “Yo voy a votar lo mismo que Máximo” . El encabezado era un textual de un muy importante dirigente opositor que analizaba, en aquel momento, lo siguiente: “Aunque sea el mejor acuerdo del mundo, va a ser pesado para la gente; no vamos a quedar nosotros pegados al ajuste del gobierno mientras Cristina se despega”. Cerca de la medianoche, #OffTheRecord se contactó con el mismo dirigente. Ante la consulta de este medio sobre si iba a mantener aquel pronóstico, la respuesta mutó: “No, boludo, qué mierda querés que hagamos, nosotros no podemos correr atrás de Máximo Kirchner y, además, los factores de poder no nos van a perdonar que no votemos; imaginate el tipo que exporta si nosotros rechazamos el acuerdo, ¡nos mata!”.

Si bien el acuerdo con el Fondo parece lo más razonable que podía firmar la Argentina, pero también pavimenta el camino para una derrota oficialista en 2023, la oposición tiene un desafío a la hora de rubricar el programa en el Congreso. Si acompaña los pedidos de, en palabras del jeque PRO, “los factores de poder” corre el riesgo de quedar pegada a un proceso que no cumpla las expectativas de la sociedad. Y, a la vez, no parece tener margen para no hacerlo. Mientras tanto, la sociedad aumenta su sensación de desamparo.

P.D: Una licencia en primera persona: no imagino a los ministros de la Corte muy preocupados por su salud institucional producto de la marcha al palacio de Tribunales. 

Son tiempos difíciles para los soñadores

Atucha III 

Argentina firmó ayer el contrato con China para la construcción de la central nuclear Atucha III. Fue acordado entre Nucleoeléctrica Argentina y la Corporación Nuclear Nacional de China. Se trata de la cuarta central nuclear argentina, que tendrá un reactor de 1.200 megavatios eléctricos (Mwe) y se instalará en el Complejo Nuclear Atucha, en Lima, provincia de Buenos Aires. 

Se estima que la inversión total será superior a los USD 8.000 millones y las obras de construcción comenzarán a finales de este año. De acuerdo a información oficial, se crearían alrededor de 7.000 empleos alrededor de la obra y una integración aproximada del 40% de proveedores nacionales. 

El contrato prevé la provisión de ingeniería, construcción, adquisición, puesta en marcha y entrega de una central del tipo HPR-1000. Utiliza uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante y moderador. 

El HPR-1000 se llama también Dragón Chino N°1 y propongo que de ahora en más nos refiramos a él así. 

ARA San Juan 

La causa por presunto espionaje contra los familiares de las víctimas del ARA San Juan durante el gobierno anterior pasó a Comodoro Py. El juez de la causa, Martín Bava, envió la causa al juzgado federal que encabeza Julián Ercolini. 

Bava dio por probado que la Agencia Federal de Inteligencia hizo seguimientos ilegales contra los familiares de los tripulantes. Por ese hecho, procesó al ex presidente Mauricio Macri como responsable por el delito de “realización de acciones de inteligencia prohibidas en carácter de autor”. 

El pase de la causa había sido solicitado por la defensa del ex presidente, que consideraba “parcial” al juez Bava. 

También fue enviada la causa de espionaje “Proyecto AMBA” que recayó en el mismo juzgado, que también tramita la causa contra Marcelo D’Alessio.

1 F: Multitudinaria marcha por la democratización de la Justicia 

En las principales ciudades hubo movilizaciones «por un poder judicial democrático y plural», con pedidos de cambios en la Corte. En CABA la convocatoria fue masiva y el juez Juan Ramos Padilla fue el principal orador.

Por Karina Micheletto

«¡Ahora, ya, reforma judicial!». «¡Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura judicial!». Los cantitos que resonaron el martes por la tarde alrededor de Plaza Lavalle sintetizaron con eficacia, como suele ocurrir con las expresiones populares, lo que allí se había ido a decir y a reclamar. «Un poder judicial democrático, plural, amplio, accesible, diverso y con paridad de género», se escuchó pedir sobre el final, en el documento de cierre que leyeron las actrices Luisa Kuliok y Cristina Banegas. «A ustedes, Supremos, Cortesanos, Excelencias, como prefieran que los llamemos, les decimos: se tienen que ir hoy. Van a quedar en la historia como la peor Corte que hubo, la que más delitos cometió», graficó un rato antes en su estilo llano –y muy celebrado– el juez Juan María Ramos Padilla, único orador y uno de los principales impulsores del acto. 

Fue una movilización masiva, cuya dimensión –la plaza Lavalle y las calles adyacentes lucieron llenas de columnas y de «gente suelta»– sorprendió incluso a las organizaciones políticas, gremiales, sociales y de derechos humanos convocantes, y dejó fuera de escala al sonido y al pequeño escenario que se había montado. 

Lo mismo podría evaluarse (que estuvo fuera de escala) sobre el desproporcionado despliegue que exhibió de la Policía de la Ciudad, que a lo largo de toda la calle Corrientes recibió a los muchos y muchas que llegaban a la marcha en el subte B con carros y largas filas de uniformados, y que valló las calles Lavalle y Talcahuano desde Uruguay, protegiendo al «Palacio» y al mismo tiempo obligando a dar un largo rodeo a los manifestantes.  

Las demandas

La convocatoria aglutinó una cantidad de demandas urgentes, de las grandes y estructurales –los ejemplos de Lawfare, la Gestapo antisindical, la noticia del día sobre las causas de espionaje ilegal a familiares del ARA San Juan que involucran al expresidente Macri y que pasan a Comodoro Py, la condición de presa política de Milagro Sala, entre una larga lista de reclamos–. Y también las pequeños e individuales, expresadas en carteles hechos a mano por familiares de víctimas de femicidios, homicidios, casos sin resolver por años, víctimas que pasan a ser un número de expediente abierto, conmovedores botones de muestra de todas esas veces en que la justicia falla, falta, está en deuda.  

Replica País

La marcha se replicó en otras ciudades del país, también con convocatorias destacables en Rosario, Santa Fe, San Salvador de Jujuy, Corrientes, Resistencia, Paraná, Córdoba, Santa Rosa, Viedma, Neuquén, Bariloche, Bahía Blanca, Mar del Plata. Y en todos los casos, con un espíritu de puntapié inicial para el reclamo alrededor de la tan declamada y no iniciada reforma de la justicia. 

«Hoy empezamos una nueva historia para el Poder Judicial. Esto no es una simple reforma», advirtió Ramos Padilla. «Un grupo de nosotros se ha comprometido a seguir y seguir, no solo acá, en todo el país. Ahora vamos por el sistema judicial. Es hora de una justicia que nos trate de verdad por igual, a la mujer, al pobre, al morocho, al jubilado», expresó quien se define como «ciudadano que trabaja de juez». 

En el documento consensuado, los organizadores llamaron a la multitud a declararse «en estado de alerta y movilización permanente» y celebraron: «Ganamos las calles porque es nuestro derecho a que nos escuchen». 

Las presencias

La Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, los dirigentes sindicales Roberto BaradelDaniel Catalano, Omar Plaini, Pablo y Facundo Moyano, el diputado y secretario general de la CTA Hugo Yasky, el dirigente social Luis D’Elía, la directora de Asuntos Jurídicos del Senado Graciana Peñafort, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, el exvicepresidente Amado BoudouSergio Maldonado, hermano de Santiago, fueron algunos de los presentes. 

Sobresalieron columnas de la CTA, H.I.J.O.S. Capital y La Plata, Asociación Detenidos de Campo de Mayo, entre muchas agrupaciones políticas y sociales. La de Historias Desobedientes –agrupación formada por hijos, hijas y familiares de genocidas que reclaman juicio y castigo para los crímenes cometidos por sus padres– fue aplaudida al hacer su ingreso a la plaza Lavalle. Las adhesiones y apoyos abarcaron a la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadora, Abuelas de Plaza de Mayo, que se sumaron a la convocatoria.

Los antecedentes

La marcha contra el 2 x 1 del año 2017 apareció como antecedente, tanto de la importancia de la movilización popular como de las decisiones que ha tomado esta corte, así conformada. «La fuerza popular que llenó las plazas del país con pañuelos blancos y dijo No al 2×1 para genocidas logró que la Corte cambie su criterio. Seguramente, no por modificar su opinión, sino porque la condena social fue inmensa. Pero (Carlos) Rosenkrantz siguió defendiendo su voto por el 2×1», recordaron desde H.I.J.O.S. Capital. 

También se recordaron las marchas post 2001, como mencionaron en el documento: «Veinte años atrás, un grupo de compañeres iniciaba una serie de demandas contra una Corte Suprema antipopular, reaccionaria y manifiestamente subordinada a la voluntad de los poderes fácticos. Aquella gesta encontró luego la determinación política que terminó con el desplazamiento de los miembros de ese tribunal nefasto. Veinte años después se repite la historia, con un tribunal sin legitimidad alguna, concentrando el mayor descrédito del que se tenga memoria», calificaron. 

Y concluyeron: «Salimos a la calle porque esta Corte también se tiene que ir».  (PE/Página 12)

Milagro Sala: «La Corte Suprema responde a Macri»

La dirigente social de la Tupac Amaru celebró la marcha del 1F

La dirigente social jujeña, Milagro Sala, celebró la marcha del 1F en reclamo de una reforma judicial y que exigió la renuncia de la Corte Suprema de Justicia y “basta de lawfare”. “La Corte Suprema responde a Macri”, acusó.

La marcha fue impresionante, salió mucha gente. Sin exagerar, eran siete, ocho cuadras de ciudadanos jujeños que se movilizaron con carteles que decían ‘basta de lawfare’, ‘basta de servicios de inteligencia’”, dijo la referente de la Tupac Amaru.

Sala, que todavía permanece detenida, recordó que “cuando era diputada provincial hice un proyecto de ley donde pedía que los jueces fueran elegidos como son elegidos diputados y senadores” para garantizar una justicia independiente del poder político.

La Corte Suprema responde (al expresidente Mauricio) Macri, que tiene 122, 123 causas, a pesar de que él y su gabinete desaparecieron la plata del Fondo Monetario Internacional -remarcó en diálogo con Futurock-.

Los delincuentes están en la calle y los que hicimos 8 mil viviendas y trabajamos para darles todo a los que menos tienen estamos presos”.

La relación con Alberto Fernández

Sala aseguró que tiene un buen vínculo con el Presidente, aunque “no pensamos lo mismo”. “El sigue creyendo en la autonomía de la Justicia”, señaló respecto a las causas que le armaron a ella y a otros presos políticos. “Yo digo que la libertad nuestra va a venir el día que cambie la Justicia de la provincia, mientras tanto, no va a pasar nada”, dijo.

Los jueces lo único que hacen es cajonear las causas y a luchadores sociales, sindicalistas y opositores avanzan rapidísimo para darnos sentencia”, agregó.

Además, señaló que Fernández “cree que hay que tener buen vínculo con los opositores y se equivoca porque (ellos) no tienen un buen vínculo con él”. “Cuando deje de mandar plata (mediante la coparticipación) para los emprendimientos que tiene (el gobernador de Jujuy, Gerardo) Morales, se va a romper ese diálogo”, sostuvo.

Los “caprichitos” de Morales

La dirigente social recordó que al momento de votar la ley de Presupuesto 2022 “Morales mandó a sus diputados a votar en contra”. “Tres días después, cuando Sergio Massa dijo que los gobernadores se iban a tener que sentar para reveer la coparticipación, Morales salió a decir que se tendría que haber votado a favor. Esas contradicciones tiene”.

Lamentablemente pareciera que hay que seguir bancando los caprichitos de él. Ahora tiene el caprichito de ser presidente de la Nación”, dijo Sala y acusó al gobernador jujeño de usar el avión de la provincia “para hacer campaña”.

Sala opinó que “lo mínimo que tendría que haber hecho” Máximo Kirchner “fue hacer lo que hizo” al renunciar a la presidencia del bloque de Diputados del Frente de Todos porque “es el hijo de Néstor Kirchner, que corrió al Fondo Monetario de la Argentina”.

Los que no estamos de acuerdo (con el acuerdo con el FMI) no festejamos, simplemente decimos que es lo mínimo que tendría que haber hecho”, manifestó. +(PE/Página 12)

¿Qué clase de paz buscamos?

Mónica Peralta Ramos escribe en “El Cohete a la Luna”

No (buscamos) la Pax Americana impuesta al mundo con nuestras armas… hablo de la paz genuina… la que permite que hombres y naciones puedan crecer y construir una vida mejor para sus hijos… una paz para la humanidad… una paz que trascienda a nuestros tiempos y sea para siempre”. En este discurso, el Presidente John F. Kennedy [Discurso en American University el 10 junio de 1963.] apelaba a poner fin a la Guerra Fría con la Unión Soviética y a terminar con la carrera armamentista y la amenaza de guerra nuclear. Cinco meses después caía asesinado en la vía pública. Su muerte permanece rodeada de misterios y controversias. La veracidad de la información utilizada por la Comisión Especial (Warren Comission) nombrada por Lyndon Johnson para esclarecer este asesinato fue muy cuestionada y la continua prórroga del Secreto de Estado impuesto a los archivos de la Comisión han contribuido a mantener viva la sospecha sobre la existencia de una conspiración que acabo impunemente con la vida de Kennedy. Desde ese entonces, la guerra intensificó el rol protagónico que ejerce sobre la política exterior, la economía y el desarrollo tecnológico norteamericano.

La ocupación militar, las guerras locales e interminables y su impacto sobre la multiplicación de países inviables en distintas regiones del mundo son algunos de los acontecimientos que desde la década del ‘60 acompañaron a la expansión global de las corporaciones norteamericanas. Controlando tecnologías de punta, estas corporaciones fueron hilvanando las cadenas de valor global y tejiendo una espesa trama destinada a integrar a la economía y a las finanzas mundiales bajo la hegemonía norteamericana. Mientras tanto, la muerte y la destrucción militar arrasaban tierras lejanas y culturas diversas. En Occidente, en cambio, la guerra se naturalizó y se ocultó con el ropaje de los golpes militares, las “revoluciones de colores” y el lawfare. Paralelamente, el endeudamiento ilimitado articulado por el FMI se ha convertido en la fuerza de choque que, sustituyendo a los ejércitos, encadenó a los países periféricos a un capitalismo global monopólico dominado por los Estados Unidos.

Hoy el escenario internacional empieza a cambiar y los conflictos locales y geopolíticos adoptan nuevas características e intensidad. El dominio de los Estados Unidos empieza a ser cuestionado en un escenario internacional cada vez mas dominado por la fragilidad creciente del entramado económico y financiero internacional y por la puja de un puñado de monopolios tecnológicos y de potencias que disputan el control de los mercados, los recursos estratégicos, las rentas, la información y los espacios de orden territorial, marítimo, aéreo, estratosférico y ciberespacial. En este contexto, y por primera vez desde la crisis de los misiles en Cuba, la posibilidad de un enfrentamiento armado entre potencias nucleares empieza a desgarrar la densa polvareda levantada por la especulación financiera internacional.

Esto ocurre al tiempo que, como hemos visto en las últimas notas, la crisis de legitimidad institucional corroe las entrañas de un gobierno norteamericano cada vez mas debilitado en un país que se polariza rápidamente.

Alberto Fernandéz en Moscú

El presidente Alberto Fernández arribó a Moscú, donde el jueves se reunirá con el mandatario ruso, Vladimir Putin, en el inicio de su gira por Rusia, China y Barbados, que incluye también reuniones con el jefe de Estado chino, Xi Jinping, y con la primera ministra del país caribeño, Mia Mottley.

El mandatario argentino
llegó a las 14.14 (hora de Argentina) al aeropuerto internacional de Moscú, tras haber partido el martesa las 22.30 desde el aeropuerto internacional de Ezeiza rumbo a la capital rusa en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, acompañado por el canciller Santiago Cafiero; el ministro de Economía, Martín Guzmán -quien solo participará de la escala en Rusia-; los gobernadores de Río Negro, Arabela Carreras; de Buenos Aires, Axel Kicillof, y de Catamarca, Raúl Jalil; y la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti.

La comitiva diplomática también está compuesta por la secretaria de Deportes, Inés Arrondo; el senador Adolfo Rodríguez Saá; el diputado nacional Eduardo Valdés; la asesora presidencial Cecilia Nicolini; y el intendente de José C. Paz, Mario Ishii.

(Telam)

Ucrania

Ayer se produjo la primera comunicación directa entre los cancilleres de Rusia y EEUU. Blinken instó a Moscú a retirar de forma inmediata las tropas desplegadas en las cercanías de la frontera con Ucrania. De acuerdo al comunicado norteamericano, el Secretario de Estado dijo que están dispuestos al diálogo con Moscú por la vía diplomática pero que cualquier invasión a Ucrania será respondida y con graves consecuencias. El canciller Lavrov dijo que Blinken reconoció que hay razones para discutir las preocupaciones de Rusia en materia de seguridad. 

Ucrania anunció ayer la contratación de 100.000 efectivos adicionales para las Fuerzas Armadas del país.

El presidente de Rusia reiteró ayer que las exigencias del país no fueron tomadas en consideración por Occidente. En la primera mención pública Vladimir Putin dijo que Rusia tiene tres exigencias: no permitir la expansión de la OTAN, no desplegar sistemas de ataque cerca de las fronteras rusas y devolver la infraestructura militar del bloque europeo a su estado de 1997.

(Fuente: Cenital RT -)

Ucrania y la disputa por la hegemonía mundial

La persistencia de la inflación llevó recientemente a la Reserva Federal a anunciar que sustituirá la inyección de liquidez monetaria a tasas de interés cercanas a cero por una política de restricción monetaria y aumento progresivo de las tasas de interés. Estos anuncios han provocado una creciente volatilidad en el mercado financiero. En las últimas semanas la situación se ha agravado, al compás del aumento de la tensión militar con Rusia en Europa debido a su supuesta intención de invadir Ucrania.

El gobierno norteamericano ha advertido sobre las “consecuencias devastadoras” que tendría esta “inminente” invasión y ha ratificado “la obligación sagrada de defender la seguridad de los países en nuestro flanco oriental[Vocera de la Casa Blanca. El subrayado es mío. zerohedge.com 27 1 2022.]. En paralelo, aceleró el envío de armamentos a Ucrania, anunció la evacuación de personal no indispensable de sus embajadas y amenazó a Rusia con imponer “sanciones económicas extremas”, incluyendo la suspensión de exportaciones de semiconductores y la eliminación de Rusia del sistema de transacciones financieras en dólares (Swift). Al mismo tiempo, el secretario de Estado norteamericano manifestó su voluntad de continuar el dialogo diplomático, pero rechazó por escrito los temas que Rusia había propuesto como eje de un futuro tratado de no agresión mutua. Entre otras cosas, Rusia reclama:

  • El fin de la expansión de la OTAN hacia el este de Europa y la no incorporación de ex repúblicas soviéticas, incluida Ucrania, a esta organización militar. La eliminación de bases norteamericanas en estas ex repúblicas soviéticas y la no utilización de su infraestructura para el ataque militar a Rusia y a sus aliados.
  • Terminar con el desplazamiento de fuerzas militares en áreas y regiones percibidas como una amenaza a la seguridad nacional.

  • Terminar con la utilización de aviones/barcos con armamento nuclear fuera del espacio aéreo/naval propio.

  • No colocar misiles de corto o mediano alcance y/o armamento nuclear fuera del territorio nacional, o en un territorio desde el cual se alcanza a golpear al adversario.

  • Eliminación de toda infraestructura necesaria para utilizar armas nucleares que haya sido colocada fuera del territorio propio y prohibición de ejercicios y entrenamiento de personal civil y militar en escenarios de guerra nuclear. 

     

Así, las demandas rusas trascienden al problema de Ucrania e implican límites severos a las actuales operaciones militares norteamericanas y de la OTAN. Rusia demanda un cambio del tipo de operaciones militares realizadas por la OTAN y los Estados Unidos y exige un reconocimiento de su poder y de su área de seguridad e influencia. Así definido, el conflicto con Ucrania involucra la disputa por un nuevo realineamiento mundial y es difícil prever cómo evolucionará en el corto plazo y qué grado de capital político perderá/ganará cada uno de los actores involucrados. El conflicto, sin embargo, ya tiene un enorme poder disruptivo tanto de la economía como de las finanzas mundiales.

Rusia abastece un 30% del petróleo y casi un 40% del gas natural utilizado por Europa y ha anunciado que responderá a las sanciones económicas restringiendo la venta de estos productos [oilprice.com 26 1 2022]. Asimismo, las exportaciones de cereales (trigo, maíz y cebada) de Rusia/Ucrania representan el 24% de las exportaciones globales, y las de girasol y productos derivados un 50% del total global. Lo mismo ocurre con las exportaciones rusas de níquel, paladio, aluminio, platino y cobre, que representan respectivamente el 49% ,42%, 26%, 13% y 7% de las exportaciones globales de estos productos [research.abobank.com]. Así, las sanciones económicas tendrán enorme impacto sobre los precios mundiales de estos productos, agravando la actual disrupción de las cadenas de valor global. Por otra parte, las sanciones también tendrán incidencia sobre el sistema financiero internacional, el valor de las monedas y activos financieros, y el status del dólar como moneda internacional de reserva. En lo político, las sanciones profundizarán la alianza entre China y Rusia, acelerando la reconfiguración del escenario internacional y la formación de nuevos bloques y alianzas entre países y regiones del mundo.

Otras guerras: inflación y endeudamiento ilimitado

Las decisiones de la Reserva iluminan otros campos de batalla. Investigaciones recientes muestran que las grandes corporaciones norteamericanas han aprovechado a la inflación internacional para “formar” precios internos transfiriendo los costos a los consumidores y apropiándose de una mayor tajada de los ingresos salariales [richmondfed.org 2 12 2021]. Se estima que la brecha entre los márgenes de ganancia de las corporaciones y los ingresos salariales ha alcanzado el nivel que tenía en diciembre de 1950 [fredstlouis.org 13 1 2022]. Esta situación ha llevado al Presidente Joe Biden a acusar a los monopolios de aprovechar la inflación para hacer ganancias extraordinarias [whitehouse.gov 23 11 2021]. Poco a poco, la puja entre los más poderosos por apropiarse una mayor tajada del excedente, rentas y ganancias extraordinarias empieza a salir a la luz del día. En este contexto el endeudamiento ilimitado emerge como uno de los principales campos de batalla.

Como hemos visto en otras notas, la suba de las tasas de interés pone límites a las ganancias obtenidas con la especulación financiera y amenaza con detonar el enorme endeudamiento privado y público. Esto explica la resistencia de diversas fracciones financieras a aceptar un cambio de política monetaria, que aumentará los riesgos y restringirá sus ganancias.

Los sectores populares han recurrido históricamente al endeudamiento para compensar la caída de salarios y el deterioro de su capacidad adquisitiva. Ahora corren el riesgo de defaultear su deuda si suben las tasas de interés. Hacia noviembre del 2021 la deuda de los consumidores había crecido 11%, llegando, sin incluir hipotecas, a los 4,41 billones (trillions) de dólares. En el mismo periodo, la deuda con tarjetas de crédito había crecido 23,4%, el mayor aumento registrado desde 1998 [federalreserve.gov 7 1 2022].

Uno de los bancos más grandes del país, Morgan Stanley, analizó recientemente el problema de la brecha existente entre los márgenes de las ganancias corporativas y los ingresos salariales y concluyó que esta brecha “amenaza la salud de la economía norteamericana”: hacia noviembre del año pasado estas corporaciones habrían ganado un 37% en el año, superando así el 6,2% de crecimiento de la inflación y el 12% de incremento de las compensaciones salariales ocurridos en el mismo periodo [businessinsider.com 1 12 2021]. Según Morgan Stanley, esto no sucede desde 1990 e implica un serio peligro para la economía pues agudiza el problema inflacionario. Así, para superar este problema las corporaciones tendrían que disminuir sus ganancias a lo largo de los próximos cinco años y redistribuir el excedente mejorando los ingresos de sus empleados. La pelea contra la inflación no requiere ajuste monetario ni límites al endeudamiento sino simplemente un achicamiento de las ganancias corporativas y contención de las demandas salariales.

Los países periféricos endeudados en dólares ofrecen otro flanco de enorme vulnerabilidad ante los cambios en la política monetaria de la Reserva pues el aumento de las tasas de interés provocara un encarecimiento del crédito externo. Esto llevó al FMI a advertir sobre la necesidad de una rápida reestructuración de la deuda de estos países. Asimismo, advirtió sobre la posible salida de capitales y recomendó el aumento de las tasas de interés y la devaluación de sus monedas a fin de enfrentar las turbulencias externas. Estas medidas implican, sin embargo, menor probabilidad de crecer y mayor probabilidad de reproducir el endeudamiento. Más del 60% de los países de bajos ingresos altamente endeudados están hoy en situación de “estrés de deuda” y muchos más pueden caer en esta situación en el corto plazo [cnbc.com 21 1 2022]. En los últimos años el peso del servicio de esta deuda sobre los ingresos fiscales, se ha incrementado un 120% [jubileedebt.org]. Esto motiva pedidos de cancelación de la deuda externa de estos países y muestra una vez más que el ajuste fiscal que pregona el FMI conduce a un mayor endeudamiento.

Acuerdo entre la Argentina y el FMI

El FMI acaba de anunciar que su personal técnico ha llegado a un entendimiento con el gobierno argentino sobre “un sendero de consolidación fiscal que formará un ancla de política clave del programa”. Este acuerdo permitirá aumentar el gasto en infraestructura, ciencia y tecnología, “protegerá programas sociales focalizados” e incluirá “la reducción de los subsidios a la energía de manera progresiva… (Esto) será fundamental para mejorar el gasto público” [ambito.com 28 1 2022].

El ministro de Economía fue más entusiasta: sostuvo que “se llegó al acuerdo sin políticas de ajuste y con una hoja de ruta sobre el gasto público, el déficit, la política monetaria y la inflación”. Este acuerdo será como el firmado por Macri (stand-by) en el 2018 y se liquidará en dos años, durante los cuales el FMI irá desembolsando trimestralmente las sumas extraordinarias que se necesitan para saldar la deuda. Durante este periodo se co-gobernará con el FMI, que desembolsará los dineros siempre y cuando el país haya hecho los deberes estipulados en el acuerdo. Si esto no ocurre será castigado con penalidades, y en todo momento estará al borde del default hasta el 2024. Por ese entonces se contraerá un nuevo préstamo y con “la macroeconomía ya tranquilizada” podremos enfrentar la enormidad de desembolsos de la deuda acordada con los acreedores privados.

Antes del 2024, el gobierno deberá reducir drásticamente la emisión monetaria y la asistencia del Banco Central al Tesoro, hasta llegar a cero. Así, la autoridad monetaria estará durante este periodo imposibilitada de emitir deuda, algo crucial al ejercicio de la soberanía nacional. El temido déficit fiscal se reducirá drásticamente. La eliminación de los subsidios energéticos contribuirá a esto último, aunque todavía el ministro no se ha referido a este tema. También se apelará al mejoramiento de la recaudación tributaria, porque tendremos una economía virtuosa que crece constantemente. No se sabe cómo hará el gobierno para lograr que los más poderosos, especializados históricamente en fugar divisas, evadir impuestos y sustituir inversión productiva por subsidios, colaboraren ahora con sus obligaciones impositivas.

La política cambiaria no será alterada, y la inflación será controlada por una combinación de políticas macroeconómicas y acuerdos de precios. No se sabe qué medidas se tomarán para que los monopolios que controlan sectores claves de la economía, forman precios e impulsan corridas cambiarias para apropiarse de una mayor tajada del excedente y de las rentas, mansamente acuerden ahora sus precios con el gobierno. Pareciera que ahora esto será más difícil pues competirán con el FMI y los acreedores por los dólares que generan las exportaciones. Como ocurre desde hace décadas, probablemente estos dólares aparecerán y desaparecerán al ritmo de la liquidación de divisas, de la sobrefacturación de importaciones y de la subfacturación de exportaciones, ritmo que es determinado por los intereses en pugna. Este contexto de inflación creciente y corrida cambiaria será estimulado por las alternativas de los desembolsos y los intríngulis políticos, que crecerán en intensidad a medida que nos acerquemos al 2024.

En este contexto, pareciera que el gobierno ha perdido la oportunidad de cuestionar la legitimidad de la deuda de Macri y de intentar recuperar lo fugado, pagando con ello al FMI. Este camino difícil pero épico fue sustituido por el abrazo estrecho al FMI, creyendo que este será su tabla de salvación. Tal vez pronto descubrirá que esta jugada, lejos de alejar los peligros de desestabilización, los incrementa. En un contexto internacional como el analizado más arriba, la Argentina tiene los recursos energéticos y la producción agropecuaria que permiten reencaminar al país hacia un desarrollo nacional integrado e inclusivo. Lamentablemente, estos recursos también atraerán a los buitres que, por distintos medios, intentarán arrebatarlos. Esperemos que estas apreciaciones sean totalmente equivocadas.

Lo que viene

En un escenario aún pándemico global, un sistema agotado que no alcanza a comprender el estado de su agotamiento, tensiones, rumores de guerra y una élite que no atina a propuestas mas allá de los intentos a veces exageradamente notorios de sostener sus privilegios y continuar alimentando una rueda descangallada que ya no puede casi seguir girando, en Argentina, queda evidente que entre otras cuestiones y con este tremendo escenario mundial, de lo que mas se carece es de imaginación y sentido nacional para proponer alternativas mas solidarias y justas. ¿Acaso los lideres no entienden que los pueblos, cuándo no se sienten liderados hacen tronar sus descontentos no siempre con propuestas coherentes de cambio u ordenes alternativos a los actuales, sino de modos violentos e imprevisibles que en muchas ocasiones terminaron en regímenes totalitarios generando mas sufrimientos a los sufrimientos existentes?

Daniel Roberto Távora Mac Cormack




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