Distintas posiciones frente al conflicto y la guerra


Una guerra en la que somos todos expertos

Fernando D’Addario, periodista en Página 12, escribe:

El tema de la guerra ameniza el desayuno de un viernes hermoso, templado y soleado, como si fuera necesario un contraste aún mayor con el verdadero escenario de los acontecimientos. Después de una serie de comentarios sin mucho sentido, uno de los clientes del bar porteño --un hombre calvo, de unos 50 años-- da en el clavo: "Te lo vengo diciendo desde el año pasado: lo de la vacuna Sputnik no era joda. Ahi tenés... ahora nos tienen a todos agarrados". La mujer que lo acompaña ensaya un tímido "eso no tiene nada que ver...", pero lo deja seguir porque el tipo habla con la convicción y la superioridad de los incomprendidos.

Ya de vuelta en casa, uno hace un intento con la tele, que en tiempos de catástrofes busca recuperar su antiguo monopolio de la verdad. Están entrevistando a un pibe argentino que vive desde hace dos años en Kiev y trabaja como desarrollador de jueguitos para computadoras; le preguntan cuál podría ser la reacción de Putin si la OTAN decidiera finalmente intervenir militarmente. Y el pibe, que no se puede permitir decir al aire "no tengo ni la más puta idea", ¡le contesta! Va subiendo el tono a medida que habla, como si abrigara la esperanza de que su arenga servirá para alertar a los líderes mundiales sobre la perfidia de Putin, a quien define como "un loco inhumano". 

Pocos minutos más tarde, el intercambio con un amigo a través de Whatsapp induce a una arenga en sentido contrario: el de Rusia sería un "ataque defensivo" (valga el oximoron). El juego de pinzas que Estados Unidos y Europa ejercen sobre Moscú, sumado a las violaciones a los derechos humanos que cometen los nacionalistas ucranianos contra los rusos étnicos de Donetsk y Lugansk no le dejaron a Putin otra alternativa que intervenir. "¡Y con Putin y con los rusos no se jode!", remata, acaso para bajarle un par de cambios al discurso doctoral y recordar que somos dos amigos discutiendo por whatsapp mientras preparamos la ensalada para el almuerzo. 

Los verdaderos expertos en comunicación han logrado, eso sí, una hazaña mediática: instalaron al presidente ucraniano Volodimir Zelenski como un estadista en ciernes, prácticamente un De Gaulle eslavo que encabezará la lucha de su pueblo contra los invasores. Que el muchacho en cuestión se parezca más a un híbrido entre Javier Milei y Miguel del Sel (recordemos: es un comediante que llegó al poder gracias a su actuación en una serie televisiva llamada “Servidor del pueblo” donde hacía de presidente de Ucrania y peleaba sin desmayo contra la casta política) no incide negativamente en la valoración de su figura sino todo lo contrario: la enaltece en tiempos de emprendedurismo proestablishment. 

Demonizar a Putin, en cambio, no constituye ninguna hazaña. El camino ya estaba abonado por décadas de inoculación antisoviética. El propio líder ruso promueve esa imagen monstruosa que le atribuye --y por lo tanto le otorga-- más fuerza de la que realmente tiene. Lo curioso es la suerte de fascinación (en algunos casos culposa) que ejerce Putin sobre muchos compañeros y camaradas de este lado de la grieta doméstica. Una grieta que se intuye más duradera e infranqueable que la mismísima Cortina de Hierro. Gente con posiciones progresistas en muchos aspectos de la vida manifiesta cierta indulgencia con un líder antiizquierdista, misógino, homofóbico y más nostálgico de la grandeza zarista que de la revolución bolchevique. Quizás esta fascinación por los "malos" no sea más que una rebeldía hormonal contra el cinismo y la hipocresía de los "buenos". En todo caso, el apego a la contradicción principal (el deseo de ver trastabillar la hegemonía de los Estados Unidos, ya sea a manos de fundamentalistas árabes, posmaoístas chinos o capitalistas de estado rusos) desnuda una ideología intervenida por las emociones.  

En este conflicto ni siquiera podríamos ponernos de acuerdo en la identificación del "más débil". Una mirada primaria, básica --por algo la derecha la impone con tanta facilidad-- invita a caracterizar a Ucrania como la víctima y a Rusia como el victimario. Otra mirada, que amplía el foco hacia el tablero geopolítico global, ve una Rusia asediada por un enemigo más poderoso, representado por EEUU y las potencias europeas, con Ucrania apenas como carne de cañón. 

Pero algo nos une a todos: casi nadie --ni los especialistas en relaciones internacionales ni los influencers, ni los twitteros compulsivos-- se atreve a decir "no entiendo", "me supera". En lo personal, más cerca de la rusofilia y también nostálgico de un comunismo que no llegué a conocer, sufrí hace unas horas un cachetazo de realidad. Un chat con Lyudmila, una amiga ucraniana que conocimos hace varios años en un viaje en tren de Kiev a Odessa, reveló la relatividad de nuestras especulaciones de cabotaje. 

Hubo un intercambio de opiniones sobre Putin y Zelenski; ella caracterizó al ex KGB como "asesino" y a Zelenski como "humanista y patriota". Debo reconocer que mientras hablábamos sentí cierta  "decepción", porque pensaba que al ser étnicamente rusa (su abuelo era siberiano) tendría una posición más matizada. En un momento interrumpió la conversación para decir: "te tengo que dejar porque en este momento nos vienen a evacuar de Odessa". Con su esposo y sus hijos de 5 y 3 años agarraron todo lo que pudieron y en medio de las explosiones se escaparon a la ciudad de Chernihiv, que no sé ni dónde es pero seguro está lejos, lejísimo de todos nosotros.”

La voz de Cristina Fernandez de Kirchner

A 40 años de Malvinas y a 8 del conflicto entre Ucrania y Rusia por la península de Crimea: refrescando la memoria de algunos y algunas.

En el año 2014, siendo presidenta de la Nación y Héctor Timerman nuestro canciller, Argentina formaba parte, en carácter de miembro temporario del Consejo de Seguridad de la ONU.

En ese año, el día 15 de marzo, se trató en dicho organismo, una resolución presentada por EEUU que exhortaba a la comunidad Internacional a no reconocer el resultado del referéndum por la independencia de Crimea, previsto para el domingo 16 de marzo de ese mismo año.

Ese día 13 de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad, entre ellos Argentina, votaron a favor del texto presentado por EEUU que defendía la “soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial” de Ucrania.

O sea: Argentina apoyó a Ucrania basada en el principio de integridad territorial, pilar del derecho internacional. Rusia, uno de los cinco miembros permanentes con derecho a veto, ejerció dicho privilegio y se pronunció en contra. China se abstuvo.

Y en este episodio que relato radican los 2 principales problemas que afectan la seguridad y la paz globales:

1- El doble estándar de las grandes potencias en materia de derecho internacional a la hora de tomar decisiones. Remember Malvinas y el referéndum de los Kelpers.

2- El anacronismo del Consejo de Seguridad de la ONU que sigue, desde la 2da Guerra Mundial, sin modificar el statu quo de los países vencedores que se acordaron a sí mismos sillas permanentes con derecho a veto y al resto de los países, sillas temporarias y voto testimonial.

¿Alguien piensa que con estos privilegios y aplicando o no el derecho internacional según les convenga a los países poderosos del mundo, estamos cuidando la seguridad global y la paz mundial?

A continuación, vuelvo a repetir el hilo de tweets de nuestra declaración en Francia del 19 de marzo 2014 sobre el conflicto Ucrania y Rusia.

El respeto al derecho internacional junto a la verdad y la coherencia entre las ideas y las acciones no parecen ser atributos de las potencias globales. Hoy 27 de febrero del 2022, sigo pensando lo mismo.

los costos y efectos para la economía argentina y los mercados globales

Alfredo Zaiat en página 12

En la versión que circuló del borrador del acuerdo con el FMI, más allá de que sea el definitivo o no, aparece una definición que excede el contenido de la negociación con ese organismo internacional. Es un concepto que debería servir de guía para evitar caer en el reduccionismo economicista que tanto disfruta el análisis convencional, y en el cual sectores de la coalición de gobierno han quedado atrapados.

En ese apunte de la negociación con el Fondo se dice: "Nuestro escenario base está sujeto a importantes incertidumbres, lo que implica que es posible que las políticas tengan que recalibrarse según corresponda".

Para algunos esta afirmación es la prueba de que habrá indefectiblemente un ajuste, sólo con el recurso repetido de la conjetura, y para otros es una definición analítica que debería orientar la evaluación política de la cuestión económica.

La economía, ¿ciencia exacta?

Como se sabe, aunque muchos insisten en ocultar, la economía no es una ciencia exacta y mucho menos una serie de pronósticos de variables macro, sino que es un espacio de poder donde se dirimen intereses contrapuestos de diferentes actores económicos.

Quedar encerrado exclusivamente en cifras proyectadas para brindar sentencias acerca de la situación económica exhibe una notoria falencia en la comprensión política acerca de la dinámica de la cuestión económica.

La pandemia es un caso bien cercano que permite abarcar en toda su magnitud lo que significa el factor incertidumbre en la gestión económica, puesto que la crisis sanitaria alteró en forma fulminante el funcionamiento de la economía mundial. Este repentino evento global obligó a los países a adaptar la política económica modificando su orientación y descartando postulados y metas previas.

Los efectos económicos del conflicto Rusia Ucrania

Ahora, en estos días, otro evento extraordinario está modificando la dinámica de la economía mundial con el consiguiente impacto local: la guerra Rusia-Ucrania (OTAN).

Los efectos se pueden resumir del siguiente modo:

  1. Aumento de los precios de las materias primas: más dólares de exportaciones de soja, trigo y maíz, más inflación y más recaudación impositiva por retenciones.

  2. Aumento de los precios de la energía: menos dólares por importaciones de gas, más subsidios a las tarifas de luz y gas y mayor tensión con el FMI por el sendero fiscal comprometido para este año.

El acuerdo con el FMI es político

La enseñanza que deja el antecedente de veintiún programas en 65 años de relación de Argentina con el Fondo es que los acuerdos son políticos. Existe un plano geopolítico, en el cual Estados Unidos utiliza a ese organismo internacional para sujetar países endeudados a su estrategia global. Otro financiero, que consiste en determinar el monto del crédito y el plazo de repago, dólares que históricamente han sido utilizado para facilitar la salida de bancos y fondos internacionales de economías en crisis, además para allanar la fuga de capitales.

Un tercer plano es el económico, que es el capítulo de la relación con la burocracia de técnicos del FMI y el que genera más debate en el espacio público, puesto que en esa instancia se comprometen metas de variables clave y planes tributarios, previsionales, laborales, entre otros.

Concentrar la discusión exclusivamente en este último plano termina minimizando los otros dos, que son igualmente importantes. Un aspecto que se pierde de vista cuando se desconoce la interrelación de esos tres aspectos de la relación con el FMI es que, como se mencionó antes, los acuerdos son políticos.

El insólito préstamo por un total de 57 mil millones de dólares entregado al gobierno de Macri, de los cuales se desembolsaron casi 45 mil, es la prueba más reciente y contundente del carácter político de los programas con el FMI.

 

Así fue siempre y otros acuerdos con el FMI lo prueban, como los que pactaron en la década del '90 el gobierno de Carlos Menem y su ministro de Economía Domingo Cavallo. El alineamiento total a los objetivos geopolíticos de Estados Unidos (por ejemplo, el alistamiento de embarcaciones militares para apoyar la Operación Escudo del Desierto dentro de la Guerra del Golfo, en 1990) condicionaba al staff técnico del Fondo a los postulados macroeconómicos (en especial, el tipo de cambio fijo determinado por la convertibilidad) presentados por Cavallo, pese a que no los compartían. 

Pese a las tensiones que existen alrededor de la actual negociación, el FMI también avanza en un acuerdo político con el gobierno de Alberto Fernández, que se expresa en los siguientes aspectos:

  • No incluye las tradiciones recomendaciones de implementar las reformas previsional y laboral.

  • Convalida la necesidad de mantener un estricto control a la entrada de capitales especulativos, como también a la de un férreo control del mercado de cambio.

  • Acepta la idea de factores multicausales para explicar la inflación argentina.

  • No exige una fuerte devaluación.

  • Accede a que la reducción del déficit fiscal sea una combinación de más ingresos por crecimiento de la actividad y mayor recaudación por mejoras en la administración tributaria (combate a la evasión y elusión).

El contexto de estos lineamientos en el marco político del acuerdo tiene su origen en el propio interés de las autoridades del Fondo para, firmando un nuevo programa con Argentina, dar vuelta una de las páginas más negras de su historia por el fiasco mayúsculo del crédito otorgado a Macri.

Una de las conjeturas alrededor de esta "flexibilidad conceptual" del Fondo indica que, además de cerrar el capítulo Macri, se trata de un acuerdo político de "transición" para aliviar el último tramo de la administración Fernández, para luego negociar un nuevo programa con el gobierno que surja de las elecciones de 2023, y en esa instancia incorporar cada una de las tradicionales exigencias de la receta del ajuste regresivo.

Esta especulación es probable pero no segura. En lo que no hay postergación, en cambio, es en las presiones al gobierno de Fernández para que se incorpore al orden geopolítico de Estados Unidos, que quedan expuestas diariamente en el dispositivo de medios de comunicación de derecha, que actúa como vocero militante de esos intereses (Venezuela, Cuba, Nicaragua, China y ahora se agregó el conflicto con Rusia por la guerra en Ucrania).

La excusa del Fondo Monetario

En más de una oportunidad se ha afirmado en estas páginas que el regreso del FMI a la Argentina de la mano de Macri es una tragedia por las implicancias políticas, económicas y sociales de estar atado a ese brazo financiero de sometimiento geopolítico de Estados Unidos.

Esto no significa, sin embargo, que el escenario político y económico local quede totalmente dominado por el vínculo con el Fondo.

La centralidad del acuerdo en el actual debate político es sólo una excusa para el posicionamiento en disputas internas, tanto en el oficialismo como en la oposición.

El Fondo también será utilizado, como lo muestran las etapas en que el país estuvo bajo programas de ese organismo internacional, por sectores del poder económico para forzar medidas regresivas, como la flexibilización laboral o la liberalización financiera.

El aspecto no menor de esos manejos es que estos movimientos políticos y del poder económico terminan por confundir el debate económico y, además, exculpa las falencias en la gestión de la política económica. Si todo es culpa del FMI, las debilidades de la administración quedan desplazadas en la evaluación cotidiana.

El Fondo condiciona bastante pero no ata de manos la gestión de gobierno, que puede tener un sesgo progresivo pese al programa acordado, como cobrar impuestos a quienes tienen más capacidad contributiva, o disponer una segmentación de tarifas para que paguen más quienes tienen un holgado poder adquisitivo, u ordenar la política de asistencia social, entre otras iniciativas de equidad.

Avanzar en ese sendero de reordenamiento económico exige, además de capacidad de ejecución, fortaleza en la negociación no sólo con el staff técnico del FMI, sino con sectores del poder económico local que resisten ese tipo de medidas redistributivas.

El conflicto Rusia Ucrania y el acuerdo con el FMI

En el borrador del acuerdo con el FMI sobre los escenarios de incertidumbre que pueden generar adaptaciones en la política económica se menciona:

  • "Una intensificación de la pandemia".

  • "El crecimiento de nuestros socios comerciales podría decaer".

  • "Los precios mundiales de los productos agrícolas podrían caer marcadamente, por ejemplo como consecuencia de un endurecimiento inesperadamente rápido de las condiciones financieras mundiales".

Se señala también que "las condiciones externas podrían tornarse más favorables, y la recuperación podría ser más vigorosa de lo previsto, en especial en los sectores, como el de servicios, que se vieron más duramente golpeados por la pandemia".

En este apunte provisorio no estaba incluida la guerra Rusia-Ucrania, que ahora estará en el documento definitivo. El espacio de tiempo entre uno y otro escrito es de pocas semanas, lo que revela el elevado grado de incertidumbre global en el cual se debe desarrollar la política económica.

Esto debería aquietar los ánimos en el mundo político oficialista porque la economía, como en la definición del juego del fútbol del maestro-periodista deportivo Dante Panzeri, es la dinámica de lo impensado.

La aplicación de ese concepto enseña que la economía, como en el fútbol, no puede ser tratada como si fuera una ciencia exacta. "Nos querían hacer creer que una buena táctica bastaba como garantía del éxito", decía Panzeri.

Resignificando esa idea, las proyecciones económicas no pueden ser consideradas en forma determinista, sino que acontecimientos inesperados –que son habituales- exigen adaptaciones de la política económica.

Una guerra, como la de Rusia-Ucrania, que altera el mercado de materias primas agrarias y de energía, es lo suficientemente disruptiva para no quedar atrapado en esquemas analíticos rígidos. Un dato que en estos días no fue lo suficientemente mencionado es que Ucrania es el tercer deudor del FMI detrás de Argentina y Egipto. 

Rusia Ucrania: 7 puntos clave para entender qué pasa con los mercados globales y Argentina

Cuál será la duración, la eventual extensión territorial y, en especial, el desenlace de la guerra determinarán la magnitud de su impacto en la economía argentina.

En este escenario de incertezas, las actuales reacciones de variables clave de los mercados globales derivan en un saldo ambiguo. Respecto al mercado de materias primas agrícolas de exportación, la Bolsa de Cereales junto al Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales elaboraron un informe, cuyos puntos principales son los que siguen:

  • "El conflicto bélico entre Ucrania y Rusia es una realidad, y los efectos ya comenzaron a sentirse en diversos mercados. Ambos actores (y la región) tienen relevancia en la producción y exportación de granos y subproductos, por lo que los precios de diversos commodities han acusado la creciente incertidumbre que este conflicto genera".

  • "Si bien el conflicto entre Rusia y Ucrania se vislumbra desde hace meses, la magnitud con la que estalló tomó por sorpresa a los mercados internacionales".

  • "Estos dos países suman el 78 por ciento del comercio mundial de aceite de girasol, el 28 por ciento del de trigo y el 19 por ciento del de maíz. La posibilidad real de una restricción se tradujo en un aumento de los precios, pero también en una elevada volatilidad en estos mercados reflejando el nivel de incertidumbre reinante".

  • "Sin embargo, el panorama es también alcista para los mercados de insumos agrícolas, con presiones tanto en combustibles como en fertilizantes".

  • En el corto plazo, el valor exportado por Argentina podría incrementarse, como consecuencia del aumento de precios, en aproximadamente 1800 millones de dólares. Es un resultado condicionado a la captura de los actuales precios, y a las cantidades de granos finalmente producidas en un escenario de déficit hídrico".

  • "Pero el valor de las importaciones de combustibles e insumos agropecuarios también se incrementaría, afectando negativamente la balanza comercial, y limitando las posibles ganancias que podrían capturar los productores respecto al mayor precio de las commodities".

  • "De mantenerse el conflicto en el mediano plazo, los resultados de simulaciones muestran efectos al alza en los precios, con respuestas positivas en la producción argentina, que varían dependiendo de la intensidad del conflicto y las partes involucradas".

Más inflación y más recaudación ¿cuál gana?

En esta evaluación de la Bolsa de Cereales faltan dos aspectos sustanciales. Por un lado, el alza de los precios internacionales de estas materias primas arrastra a un aumento de los precios locales de alimentos, sumando más tensión a un panorama inflacionario ya de por sí complicado.


Dependiendo de la extensión de la guerra, el desafío de la gestión económica será intensificar el desacople de los precios internacionales de los domésticos.

Para esa tarea cuenta con las retenciones, que si fueran móviles facilitaría la tarea, pero para aumentarlas se enfrenta a un bloque económico-político poderoso que las rechaza.

Otra vía tras ese objetivo consiste en avanzar en la constitución de fideicomisos de trigo y maíz –iniciativa que está impulsando la secretaría de Comercio-, medida que también despierta la oposición del sector (de las Mesas sectoriales del Trigo y el Maíz y de la Bolsa de Cereales).

Otro aspecto poco mencionado es que el mayor ingreso de dólares de exportación de materias primas agrícolas generará un incremento de la recaudación de la AFIP con las actuales alícuotas de retenciones.

Estos ingresos adicionales deberían aflojar las dudas fondomonetaristas acerca del cumplimiento del sendero fiscal comprometido para este año por parte del equipo económico.

Una guerra entre menos dólares y más subsidios 

El Centro de Estudios Políticos y Económicos difundió el reporte "Conflicto Rusia-Ucrania: incidencias en la economía argentina". En uno de los puntos señala que "es previsible que el precio internacional del gas siga aumentando, lo que implica, en el corto plazo, que Argentina deba utilizar más dólares para importar este bien. Pero ocurre que esta misma situación puede ser favorable a mediano plazo, porque le brinda más oportunidades a Vaca Muerta para recibir fuertes inversiones".

En lo inmediato, una porción del abastecimiento interno de gas registrará un fuerte aumento de costos. El año pasado se importaron 56 buques de Gas Natural Licuado (GNL) a un precio promedio de 8,33 dólares por millón de BTU. En estos últimos días, esa cotización trepó a 38 dólares.

Este incremento de costos implica necesariamente un aumento en los subsidios para no trasladarlo a tarifas, situación que agrega tensión en la negociación con el staff técnico del FMI acerca del cumplimiento de las metas fiscales.

Sin embargo, como se indicó, en un contexto internacional inesperado por la guerra Rusia-Ucrania, cuestión que no puede ser ignorada por el FMI como no lo hizo con los impactos devastadores de la pandemia, y reconociendo que todo acuerdo es político, el margen de negociación no será tan restringido como se supone y sólo será cuestión de afilar la habilidad en la gestión de esta situación explosiva por parte del gobierno de Alberto Fernández. 

COMUNICADO DE LOS CÓNSULES HONORARIOS DE LAS PROVINCIAS DE

 BUENOS AIRES, MISIONES, DE LA REPUBLICA DEL PARAGUAY Y DE LA

 REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY.

En virtud de los hechos que son de público conocimiento, concretamente la invasión, con declaración de guerra por parte de la Federación Rusa sobre Ucrania, los cónsules honorarios de Ucrania en las Provincias de Buenos Aires y de Misiones, Argentina, junto a los cónsules honorarios de Ucrania en la República Oriental del Uruguay y de la República del Paraguay, hacen un llamamiento a la comunidad internacional y muy especialmente de la República Argentina, del Uruguay y Paraguay que albergan una importante inmigración de descendientes de ucranianos, a fin  que intercedan para un inmediato cese del fuego de las partes en conflicto. Es por medio de negociaciones pacíficas que los diferendos entre las naciones deben tener tratamiento, en este caso de manera urgente, dada la cantidad de vidas humanas en juego.

 Ucrania ya ha sufrido incursiones y pérdida de vidas humanas, primero en la invasión en Crimea en el año 2014, y luego mercenarios pro rusos que invadieron las provincias ucranianas de Donetsk y de Luhansk y arrebataron una parte del territorio soberano ucraniano. El resultado fue algo más de 15 mil muertos entre soldados y civiles y cientos de miles de desplazados.

 El presente ataque, que resulta claramente una guerra prefabricada por  el presidente Vladimir Putin a la cabeza de una gran potencia como Rusia, significa ni más ni menos una agresión armada unilateral, provocada por una sola de las partes o sea Rusia, en su afán de extender su territorio a países limítrofes libres, soberanos  e independientes como Ucrania.

Este ataque ya ha provocado las primeras víctimas entre la población civil de Ucrania.

 De acuerdo al tratado de Budapest en el año 1994, suscripto el 5 de diciembre de ese año, Ucrania adhirió al tratado de no proliferación de armas nucleares y esto le significó, por una parte, el desmantelamiento del armamento nuclear en todo su territorio, demostrando así su vocación pacífica. Los países miembros y garantes del mismo, entre ellos la Federación Rusa, garantizaban la integridad del territorio de Ucrania y su soberanía dentro de las fronteras preestablecidas. 

Resulta irónico que Rusia hoy, garante de la Soberanía y la integridad de las fronteras de Ucrania por el tratado de Budapest, ataque a Ucrania, invadiendo al territorio ucraniano por diferentes frentes, bombardee ciudades indefensas, matando a civiles, y desate así, una guerra de imprevisibles consecuencias. 

En esta violación serial de tratados no podemos olvidar lo acordado en los tratados de Minsk que tampoco han sido respetados 

Por todo ello, es que pedimos a la comunidad argentina, paraguaya y uruguaya que nos apoyen en nuestra causa en aras de la paz mundial, seriamente comprometida por la incursión armada de Rusia. 

Ojalá reine la cordura, y triunfe la paz; significará que los seres humanos aprendimos las lecciones de dos guerras mundiales previas. 

Cónsul de Ucrania en la República Oriental del Uruguay, Don Diego Guadalupe Brennan

Cónsul de Ucrania en la República del Paraguay, Don Andrés Trociuk
Cónsul de Ucrania en la Provincia de Misiones, Don Diego Muruñak
Cónsul de Ucrania en la Provincia de Buenos Aires, Don Pedro Lylyk

Nuestro lado

Eduardo Zuain es el embajador argentino en Moscú, Rusia, que por estos momentos atraviesa momentos de tensión por la invasión militar lanzada por el presidente Vladímir Putin sobre Ucrania. 

Al respecto, el Gobierno del presidente Alberto Fernández emitió un comunicado a través de la Cancillería, donde reitera su "firme rechazo al uso de la fuerza armada" y llama a Rusia a cesar las acciones militares en Ucrania. 

Zuain asumió oficialmente como embajador ante la Federación Rusa el 1° de febrero de 2021, en medio de la negociación por la compra de millones de dosis de la Sputnik V, la primera vacuna contra el coronavirus a la que accedió Argentina.

Carrera diplomática

Eduardo Zuain es un diplomático de carrera. Antes de asumir al frente de la Embajada en Rusia fue Secretario de Relaciones Exteriores de Cristina Kirchner, donde tuvo un papel clave en la redacción del Memorándum con Irán.

Con la llegada de Mauricio Macri al poder, continuó su carrera diplomática como embajador ante Paraguay, donde protagonizó un confuso episodio con Elisa Carrió, quien denunció que la espiaron durante un viaje a ese país.

Como consecuencia de esta denuncia, fue removido de su cargo y regresó el país en 2017. Ese mismo año, quedó procesado - al igual que a Cristina Kirchner- en la causa del Memorándum con Irán.

En febrero de 2021 el diplomático llegó a la Embajada argentina en Rusia, luego de que Alicia Castro rechazara el cargo. Desde entonces, trabajó para lograr un incremento de las exportaciones argentinas hacia Rusia, como así también para promover las inversiones rusas en diferentes áreas y proyectos en territorio nacional.

Eduardo Zuain, es abogado recibido en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de  la Universidad Nacional de Tucumán. Desde 2011 se desempeña como embajador en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación.

Su carrera diplomática comenzó en 1994 cuando ingresó al Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación como secretario de Embajada y cónsul de Tercera Clase. Además,  desde el año 2011, es miembro de la Comisión Técnica Bilateral Argentina-Italia, encargada de la apertura de archivos italianos referidos a la última dictadura militar.

Se desempeñó como funcionario en la Embajada Argentina ante la República Italiana (Roma) durante el período 1999-2006, por lo que el presidente de Italia lo condecoró con la “Ordine della Stella della Solidarietá Italiana” con el grado de Comendador en el 2009.

Entre otra de sus tantas tareas, se destaca su colaboración ad honorem en el diseño y organización del “Galardón Latinoamericano Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”, programa destinado a la ejecución de proyectos de economía social en América Latina, organizado por el Ministerio de Desarrollo Social en el marco de la UNESCO durante los años 2008 y 2010.

Durante el evento Ugarit, Zuain dijo sentirse muy orgulloso al poder responder este mandato de sus antepasados, de su cultura y de su tierra. Asimismo, en cuanto a su faceta profesional, destacó su agrado con la política exterior que se está desarrollando, a la que calificó de “independiente”.

Nosotros tenemos hoy una política exterior independiente que ha podido expresarse en posiciones políticas muy claras en lo que hace a todo lo que está aconteciendo en Medio Oriente”, aclaró.

Siguiendo con esta línea, nombró algunas de las actividades desarrolladas bajo su gestión. Así, el 6 de diciembre de 2010 se reconoció el Estado Palestino. Además, se ha alzado la voz para que Palestina sea reconocida a nivel internacional con sus plenos derechos y se ponga fin al problema de los refugiados.

Asimismo, desde Cancillería se ha alzado la voz por el conflicto sirio, entendiendo que allí se juegan  intereses ajenos que están trabajando para la división del territorio y se pidió el fin de la intervención de potencias extranjeras en esta Nación árabe.

Nosotros somos depositarios de un mandato histórico y creo que la comunidad árabe en la Argentina ha logrado que sobreviva ese mandato de generación en generación, pero que  hoy hay que traducirlo en gestos concretos. La cuestión de Medio Oriente hoy es un desafío que nosotros podemos afrontar con acciones reales desde ese mandato histórico que recibimos de nuestros abuelos”, culminó Zuain. (19 de noviembre de 2015 http://www.diariosiriolibanes.com.ar/Sociedad/Historias-de-vida/Eduardo-Zuain,-defensor-de-un-mandato-y-saber-milenario)

Previó a la decisión del gobierno Ruso de tomar acciones militares contra Ucranía y en vísperas a la visita que Alberto Fernandez realizará a Rusia, el embajador se abstuvo de comentarios de otra índole que no fueran dejar en clara la posición internacional del país frente a cualquier conflicto que se suscite: Por último, evitó opinar sobre la situación sobre la región. “Mi función me lo impide”, aclaró, y sumó: “Lo único que puedo decir es que la posición de la Argentina para cualquier conflicto en el mundo es diplomática y la de no levantarse de la mesa hasta encontrar solución”. (Diario La Nación 25 de enero de 2022)

Cuestiones de Seguridad Nacional

El artículo del Embajador de la Federación de Rusia, Dmitry Feoktistov, publicado en el diario Clarín: Las cuestiones de seguridad de Rusia no pueden ser ignoradas

El famoso grabado del clásico de la pintura europea Francisco Goya “El sueño de la razón produce monstruos” representa a un hombre dormido, detrás del cual están acumulándose visiones aterradoras. En este momento su pensamiento crítico está apagado y solo funcionan las emociones, dando lugar a imágenes de inexpresable horror en su subconsciente.

Parece que últimamente los representantes de la administración de los EE.UU. y la OTAN han estado intentando sistemáticamente sumir a la comunidad mundial en tal tipo de sueño. Rusia está siendo constantemente bombardeada con acusaciones absurdas e infundadas. Día trás día esas insinuaciones se vuelven más fantásticas. Se ha llegado al punto de anunciar públicamente la fecha y la hora del “ataque”, trazar planes de operaciones ofensivas, enumerar varios escenarios para la “toma” de Kiev.

La raíz de todos los problemas de Ucrania no es Rusia, sino la incapacidad de las autoridades de Kiev de establecer un diálogo con su propia población rusohablante. Fue por eso que hace ocho años estalló una guerra civil en el país. Desde el principio Rusia actuó como mediador entre Kiev por un lado y Donetsk y Lugansk por el otro, haciendo todos los esfuerzos posibles para resolver el conflicto por medios pacíficos. Nuestro país, junto con Alemania y Francia, se convirtió en un garante de los acuerdos de Minsk entre las partes en conflicto. Este documento permitió cesar las hostilidades y abrió el camino para un arreglo pacífico y la preservación de la integridad territorial de Ucrania. Sin embargo, casi desde el momento de su firma, las autoridades de Kiev hacían todo lo posible para no cumplir con sus disposiciones. Ucrania nunca entró en negociaciones con las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Al contrario, comenzó a realizar represiones aún mayores contra la población rusohablante, impuso un bloqueo casi total de estas regiones. En la propia Ucrania han crecido los sentimientos ultranacionalistas, todo lo relacionado con Rusia está siendo denigrado.

En los últimos días hemos observado las provocaciones a gran escala en la frontera con la RPD y la RPL, que se han derivado en enfrentamientos armados. Como resultado más de 80.000 refugiados se vieron obligados a evacuar hacia Rusia. La situación general de seguridad se ha deteriorado drásticamente. Ante esta situación, el 21 de febrero de 2022 autoridades de Rusia adoptaron una decisión sobre el reconocimiento de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk en calidad de estados independientes. Lo principal que nos guió fue prevenir el genocidio de la población civil de estas regiones por parte de ultranacionalistas. Rusia ha devuelto a los habitantes de Donetsk y Lugansk el derecho a una vida pacífica, lo que Kiev les negaba durante ocho años con la connivencia de Washington y Bruselas.

Rusia está siendo demonizada, pero al mismo tiempo nuestra posición sigue sin ser escuchada. Nos esforzamos para garantizar nuestra propia seguridad nacional. Desde el colapso de la Unión Soviética, la OTAN se ha estado expandiendo constantemente, rompiendo así todas sus promesas. En los últimos años, hemos observado cómo este bloque militar está reforzando su presencia cerca de las fronteras rusas, mejorando su infraestructura militar, almacenando armas, realizando ejercicios militares cuyos escenarios se basan en el enfrentamiento armado con nuestro país. Viendo esto, Rusia durante muchos años ha estado presentando iniciativas destinadas a reducir la tensión militar en la región europea y buscar una fórmula universalmente aceptable para garantizar la seguridad.

En el marco de estos esfuerzos, en diciembre de 2021 Rusia presentó a los Estados Unidos y la OTAN una propuesta para asegurar las garantías jurídicas de seguridad de nuestro país, que plantea desarrollar una interacción basada en los principios de seguridad indivisible e igualitaria, sin perjudicar la seguridad de la otra parte. En los mismos se consagra la obligación jurídicamente vinculante de excluir una mayor expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en dirección este, abstenerse de admitir en la alianza a los estados que anteriormente formaban parte de la Unión Soviética, incluyendo Ucrania, no establecer bases militares en el territorio de los estados que antes formaban parte de la Unión Soviética y no son miembros de la OTAN, así como no utilizar la infraestructura de estos estados para cualquier actividad militar. Además, Rusia y los países que eran miembros de la OTAN al 27 de mayo de 1997 están invitados a renunciar mutuamente al despliegue de sus fuerzas armadas y armas en el territorio de todos los restantes estados de Europa además de las fuerzas ya desplegadas en esta región para la fecha indicada.

Los países de la coalición occidental, sin embargo, prefieren no adherirse a ninguna obligación, enfatizando que cada estado tiene el derecho a elegir independientemente las alianzas. Sin embargo, este derecho no es absoluto. El Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, ha enfatizado repetidamente que la posibilidad de entrar libremente en alianzas, consagrada en varios acuerdos internacionales, incluida la Declaración de Lisboa de la cumbre Rusia-OTAN en 2010, está condicionada por la obligación de no fortalecer la propia seguridad a expensas de la seguridad de otros estados.

Percibimos la contención mediante la fuerza de Rusia por parte de alianzas militares extranjeras como una amenaza directa e inmediata a la seguridad nacional. Los acuerdos legales basados en proyectos presentados por la parte rusa están llamados a eliminar esta amenaza. Moscú está lista para seguir el camino de las negociaciones, pero espera que los miembros de la OTAN consideren todos los temas en el conjunto, sin descartar las principales propuestas rusas, cuya implementación es una prioridad incondicional para nosotros.

Dicen que originalmente el grabado de Goya debería haberse llamado "el Idioma universal", accesible y comprensible para todos. Nosotros estamos a favor de que las partes se sienten a la mesa de negociación y encuentren un lenguaje común. Pero solo es posible sobre la base del sentido común, con el cese de los peligrosos ataques de fuerzas ajenas a la soberanía de la conciencia racional. De otro modo el sueño de la razón dará lugar al nacimiento de nuevos monstruos.

Ucrania: las cuestiones de seguridad de Rusia no pueden ser ignoradas https://www.clarin.com/opinion/ucrania-cuestiones-seguridad-rusia-pueden-ignoradas_0_IJf18Z8Bbp.html

Argentina en el escenario de la guerra

Elena Leticia Mikusinski nació en la provincia de San Luis y en 1980 se recibió de licenciada en Relaciones Exteriores en la Universidad Nacional de Córdoba y en 1983 se egresó del Instituto del Servicio Exterior de la Nación.

En 1987 comenzó su experiencia diplomática como Cónsul Adjunta del Consulado General de la República Argentina en París. Desde el 30 de enero de 2019 es formalmente “Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República en Ucrania”.

La Embajada recomienda seguir las instrucciones e informaciones de las autoridades ucranianas. A los argentinos en Kyiv les aconsejamos quedarse en sus hogares/lugares de ubicación a menos que se activen las sirenas. La Embajada continuará informando por todos los canales habilitados”.

Ante la escalada bélica, la embajadora argentina en Kiev pidió a los ciudadanos que están en Ucrania que se vayan del país. "Por las razones de público conocimiento, la Embajada argentina en Ucrania sugiere a las y los argentinos abandonar el territorio ucraniano. Nuestra Embajada se encuentra atendiendo todas las situaciones de emergencia que puedan requerir", manifestó la Cancillería.

En Ucrania hay 103 compatriotas que se encuentran en medio del conflicto bélico.

Argentina en la ONU

Argentina pidió a Rusia que “cese en el uso de la fuerza” y las hostilidades en su intervención en la 49° sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que está reunido en esta mañana (mediodía en Suiza) en Ginebra y que es presidido por el diplomático argentino Federico Villegas.

La posición argentina fue cuestionar a la Federación Rusa por la invasión de Ucrania y condenar la violación de la integridad territorial de esa nación, junto a un llamado al diálogo para frenar el conflicto.


"Es imperioso que Rusia cese en el uso de la fuerza, que cese en las hostilidades. No hay seguridad internacional con escaladas, provenga de quien provenga, la lógica de la escalada proviene de la amenaza", dijo el canciller Santiago Cafiero al momento de su intervención.

Asimismo, recordó que Argentina "tiene parte de su territorio usurpado por el Reino Unido", pero que "nunca buscó definir litigios fronterizos por la fuerza".

"El mundo no soporta más ni puede tolerar más muertes; el diálogo debe comenzar ya", exhortó el funcionario. (Fuente: Página 12)

Ucrania: Zelensky está dispuesto a rendirse

Durante la noche del 25 al 26 de febrero, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski comunicó a ‎la embajada de la República Popular China en Kiev una propuesta de alto al fuego dirigida ‎a Rusia. ‎

En respuesta, la parte rusa le comunicó inmediatamente sus condiciones:‎
arresto de todos los nazis (como el consejero militar especial Dimitro Yarosh [«El líder nazi Dimitro Yarosh reaparece como ‎consejero del jefe de las fuerzas armadas de ‎Ucrania», Red Voltaire, 21 de febrero de 2022.] y los ‎responsables y miembros del batallón Azov, entre otros); eliminación de todos los nombres de calles y monumentos que glorifican a los personajes que ‎colaboraron con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial;‎ orden de deponer las armas. ‎

Los objetivos de la operación militar especial rusa en Ucrania no tienen nada que ver con lo que afirma la ‎propaganda de los medios de prensa atlantistas. Como en las guerras anteriores, los grandes ‎medios de difusión están dejándose engañar. ‎ (Red voltaire).

Ucrania: la historia del Batallón Azov

Gustavo Veiga, Periodista y docente. Autor de Deporte, desaparecidos y dictadura, Fúltbol [sic] limpio, negocios turbios y Donde manda la patota: barrabravas, poder y política.

El Batallón Azov opera como una empresa para la guerra. Tiene su página de reclutamiento donde ensalza la gloria de sus muertos en la campaña del Donetsk. Su símbolo es el Wolfsangel, de inconfundible linaje nazi y prohibido en Alemania. Llamado igual que el mar cercano donde nació al este de Ucrania, tiene una fama temible de la que no puede ufanarse el ejército regular que intenta repeler la invasión rusa. El Departamento de Estado de EE.UU lo calificó como “grupo de odio nacionalista” y en eso coincide bastante con Vladimir Putin. Es un mosaico de jóvenes cautivados por la ultraderecha, nostálgicos de la Alemania hitlerista, barrabravas de clubes ucranianos, todos amalgamados ahora para defender su territorio de las tropas enviadas desde Moscú. Adiestran a inexpertos en el uso de armas, pero también reclutan a militares curtidos. No son improvisados y sí el presidente ruso habló de desnazificar a su país vecino, se refería sin duda a ellos. 

No son los únicos en esta disparada a tomar los fusiles Kalashnikov o usar bombas Molotov convocados por el presidente ucraniano Volodimir Zelenski. El exdiputado popular de Ucrania, Semyon Semenchenko, convicto por contrabando de armas, lideraba una formación paramilitar, bajo la apariencia de una empresa militar privada. Su emprendimiento incluía a más de 150 personas y operaba bajo el status de una compañía de seguridad, hasta que la policía la desbarató. Importaba repuestos militares y otros productos bélicos desde Rusia que no pasaban por el control aduanero y se los vendía al Estado a precios inflados.

Semenchenko acaba de ser dejado en libertad a cambio de alistarse para defender su país. Pasó de ser acusado de mercenario por el gobierno de Zelenski a combatiente en defensa de la patria. Su grupo no tenía la reputación de combate del Batallón Azov, ni puede jactarse de haber actuado con éxito desde 2014 en las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk. Tampoco cuenta con el reconocimiento oficial de regimiento dentro de la Guardia Nacional ucraniana.

La reputación nazi que se ganaron los integrantes de Azov no es solo una obsesión atribuida a Putin para revalidar su campaña contra el gobierno de Kiev o justificar la invasión. El primer comandante del batallón fue Andriy Biletsky, exparlamentario y uno de los líderes de Cuerpo Nacional, agrupación política de extrema derecha que le permitió alcanzar un escaño en la Rada Suprema (el parlamento de Ucrania) entre 2014 y 2019. Cuando finalizó su mandato no pudo revalidarlo en las elecciones, ya integrado al partido Svoboda, ultranacionalista y que tiene como referente histórico a Stepan Bandera. Este último fue un dirigente al que se considera criminal de guerra y que colaboró con la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial. Después se dio vuelta contra los alemanes, fue deportado a un campo de concentración y sobrevivió. La KGB lo mandó a asesinar en 1959 en Munich. Hoy los ultraderechistas lo reivindican en Ucrania como a un héroe.

Desde su página oficial (https://azov.org.ua/) Azov define el perfil de combatiente que busca sumar a sus filas: “Ser un guerrero y defender a tu país es un asunto digno de respeto y honor. En un momento difícil, cuando el enemigo intentó invadir descaradamente nuestro país, los ucranianos más valientes se unieron para una resistencia digna. Porque el patriotismo son hechos reales, coraje y honor, no solo llevar un galón”. Las fotografías y videos que ilustran su web son un canto wagneriano a la defensa de Ucrania. Se ven alistamientos de tropas, ensayos de combates, utilización de armamento pesado y una envergadura de desplazamientos que no son los de un grupo improvisado o de voluntaristas.

El Batallón se confiere legalidad desde su propia constitución en 2014, durante el levantamiento contra el golpe de Estado en Kiev de las repúblicas ahora reconocidas por Rusia de Donetsk y Lugansk. “El Batallón Azov se estableció el 5 de mayo de 2014 en Berdyansk como un batallón del servicio de patrulla policial especial (BPSMOP) del Ministerio del Interior sobre la base de una decisión del Ministerio del Interior de Ucrania”. Las referencias que pueden leerse en su página oficial traducida del ucraniano al español abundan en detalles sobre su declamada legitimidad jurídica: “El 17 de septiembre de 2014, por orden del Ministro del Interior de Ucrania, el Batallón Azov se reorganizó y se amplió al Regimiento de Policía Especial Azov del Ministerio del Interior”.

Los neonazis de Azov glorifican a sus integrantes caídos en combate y las acciones militares que emprendieron en la región del este de mayoría rusófona. Dicen de Serhiy Ambros que “era un hombre muy inteligente y culto. Se graduó de la escuela secundaria con medalla de oro, se interesó por el deporte y la vida patriótica de su ciudad natal”. Cuentan de Mykola Troitsky que “murió bajo el seudónimo de Akela y dio su vida por Ucrania. Permanecerá para siempre en nuestra memoria como un verdadero lobo de Odessa”. De otros muertos en escaramuzas con las fuerzas prorrusas se remarca su pertenencia como “ultras” (nuestro equivalente a barrabrava) de diferentes clubes de fútbol como el Poltava, de la Primera División o el FC Sumy.

Un periodista canadiense, Michael Colborne, es autor de un libro sobre este grupo armado. Contó - citado por Télam - durante un seminario virtual organizado por la ONG Counter Extremism Project, que el Batallón Azov “dejó de ser solamente una unidad militar afiliada a la Guardia Nacional del país y generó extensiones como el llamado Cuerpo Civil Azov para alcanzar algo así como a los sectores no militares de la sociedad; en 2016 se expandió en el partido político Cuerpo Nacional y surgieron otras ramificaciones afiliadas y no afiliadas de lo que se conoce como el Movimiento Azov”. Colborne es el mismo que escribió: “Ucrania realmente tiene un problema de extrema derecha, y no es una ficción de la propaganda del Kremlin. Y ya es hora de hablar de eso”. Fue en Forward, un diario judío-estadounidense que se publica en inglés e idish, en diciembre pasado.

No podemos ver la película completa

Subjetividades, intereses económicos, historias mínimas e historias macro, geopolítica, ideología y ese temor al otro llevado a su máxima expresión en cualquier conflicto bélico. Cualquier argumento racional que se precie de tal rechaza la violencia de las armas como método para solucionar cualquier conflicto, en cualquier nivel en que este se exprese. La falacia de las “Guerras por la paz” hoy se saben falacias. Muchos intereses cruzados y muchas opiniones banalizadas y ridiculizadas desde concepciones opuestas, terminan sirviendo de germen para la enfermedad.

La complejidad de la realidad en la que vivimos nos exige prudencia y reflexión. Mucho se dice, mientras tanto seguimos contando muertes que podrían haber sido evitadas.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack




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