Sentido de la vida. Sentido de la realidad.

 

Imponer una visión del mundo

Una conferencia inédita de Pierre Félix Bourdieu, sociólogo francés, uno de los más destacados representantes de la época contemporánea. Logró reflexionar sobre la sociedad, introdujo o rescató baterías de conceptos e investigó en forma sistemática lo que suele parecer trivial como parte de nuestra cotidianidad.

En el pasado combatida como una herejía, la renovación de la sociología llevada a cabo por Pierre Bourdieu durante la segunda mitad del siglo XX se enseña hoy día en los institutos franceses. En ese arsenal intelectual, la noción de campo, a menudo mal entendida, ocupa un lugar central. En noviembre de 1995, el sociólogo explicaba en qué consiste.

El campo político, el campo de las ciencias sociales y el campo periodístico son tres universos sociales, relativamente autónomos e independientes, pero que se influyen entre sí. Por ejemplo, durante una noche electoral en la televisión esos campos están presentes, aunque en forma de personas. Un historiador conocido comentará los resultados al lado de un periodista y del director del Instituto de Ciencias Políticas, miembro del campo académico y del campo de las ciencias sociales a través de los ­centros de sondeos a los que por otro ­lado asesora. Podríamos hacer una descripción interaccionista, es decir, limitada a las interacciones entre la gente, o un análisis de discurso sobre la retórica empleada, los procedimientos, las estrategias, etc.

El modelo de análisis de los campos es completamente diferente: ­permite plantear la hipótesis de que cuando el historiador se dirige al periodista no estamos ante un historiador que habla a un periodista, sino ante un historiador que ocupa una posición determinada en el campo periodístico, y que el campo periodístico está hablando con el campo de las ciencias sociales. Y las propiedades de la interacción –por ejemplo, el hecho de que el periodista se dirija al historiador como a una especie de árbitro trascendente respecto del debate estrictamente político, como a alguien que puede tener la última palabra–, ­expresan la estructura de la relación entre el campo periodístico y el campo de las ciencias sociales. Así, la objetividad estatutaria que concedemos al historiador no guarda relación con las propiedades intrínsecas de la persona, sino con el campo del que forma parte y que, en cierto sentido, mantiene una relación objetiva de ­dominación simbólica sobre el campo periodístico (que, en otro sentido, también puede ejercer una dominación simbólica ­­sobre ese campo: por ejemplo, el del ­control del acceso al público). Por ­consiguiente, un plató de televisión, ­observado con la noción de campo, aporta multitud de propiedades que no se apreciarían intuitivamente.

Una de las preguntas que hay que hacerle a un campo es la de su grado de autonomía. Por ejemplo, comparado con el campo de la sociología (con mayor motivo comparado con el campo de las matemáticas), el campo periodístico se caracteriza por su alto grado de heteronomía. Es un campo muy poco autónomo, pero su autonomía, por débil que sea, hace que una parte de lo que se produce en el mundo del periodismo solo pueda entenderse si se reflexiona sobre ese microcosmos como tal y si nos esforzamos por comprender la influencia que las personas involucradas en ese microcosmos ejercen unas sobre otras.

La lógica del campo

Sucede casi igual en el campo político en sentido restringido. Marx dice en alguna ocasión que el universo político asociado al mundo parlamentario es una especie de teatro; que ofrece una representación teatral del mundo social, de la lucha social; que no es del todo serio; que ignora la rea­lidad, porque las verdaderas luchas tienen lugar fuera. Al hacerlo, indica una de las propiedades importantes del campo político: ese campo, por poco autónomo que sea, tiene no ­obstante cierta autonomía, cierta independencia, de tal forma que para comprender lo que sucede en él no basta con describir a sus agentes ­como individuos al servicio de los ­productores de acero o de los remolacheros, como se decía en otro tiempo, o de la patronal, etc. También hay que tener en cuenta la posición que ocupan en el juego político, el hecho de que estén en el polo más autónomo del campo o a la inversa en el polo más heterónomo, el hecho de que sean miembros de un partido situado en el lado más autónomo o menos autónomo y, en el interior de este partido, en un estatus más o menos autónomo.

De hecho, cuanto mayor es la autonomía del campo, mayor es la proporción de lo que puede explicarse sobre la base de la propia lógica del campo. El campo político, aunque aparentemente está sometido a la presión constante de la demanda, a un control constante de su clientela (a través del mecanismo electoral), en la actualidad es muy independiente de esa demanda y cada vez es más proclive a encerrarse sobre sí mismo, sobre sus propios asuntos (por ejemplo, los de la competencia por el poder entre los diferentes partidos y dentro de cada partido). Una parte muy importante de lo que se engendra en el campo político (y eso es lo que la intuición populista comprende) encuentra su fundamento en complicidades vinculadas al hecho de pertenecer al mismo campo político. Traducidas a la ­lengua antiparlamentarista y antidemocrática, que es la de los partidos fascistoides, esas complicidades se describen como la participación en una especie de juego corrompido. De hecho, esa suerte de complicidades son consustanciales a la pertenencia al mismo juego, y una de las propiedades generales de los campos es la de que en el interior de los campos hay luchas por la imposición de la visión dominante del campo; no obstante, esas luchas se basan siempre en el hecho de que los adversarios más irreductibles también aceptan determinado número de presupuestos que son constitutivos del funcionamiento mismo del campo. Para luchar hay que estar de acuerdo en el terreno de desacuerdo.

He emprendido la descripción del campo político sin precisar qué tiene en común con el campo de las ciencias sociales y con el campo periodístico. He acercado esos tres universos para tratar de reflexionar sobre sus relaciones porque tienen en común la pretensión de imponer la visión legítima del mundo social, tienen en común el hecho de ser espacio de luchas internas por la imposición del principio de visión y de división dominante. Participamos del mundo social con categorías de percepción, principios de visión y división que son en sí mismos, en parte, el resultado de la incorporación de las estructuras sociales. Aplicamos categorías como, por ejemplo, masculino/femenino, alto/bajo, raro/común, distinguido/vulgar, etc., a través de adjetivos que a menudo funcionan por parejas.

Los profesionales de la explicitación y del discurso –sociólogos, historiadores, políticos, periodistas, etc.– tienen dos cosas en común. Por un lado, explicitan principios de visión y de división prácticos. Por el otro, luchan, cada uno en su universo, por imponer principios de visión y división y por lograr que se reconozcan como categorías legítimas de construcción del mundo social. Cuando el obispo tal declara en una entrevista a un diario que harán falta veinte años para que los franceses de origen argelino sean considerados franceses musulmanes, hace una predicción preñada de consecuencias sociales. Es un buen ejemplo de pretensión de manipulación legítima de las categorías de percepción, de violencia simbólica basada en una imposición tácita, subrepticia, de categorías de percepción dotadas de autoridad y destinadas a convertirse en categorías de percepción legítimas, similar a la que se efectúa cuando imperceptiblemente se pasa de decir “islámico” a decir “islamista” y de decir “islamista” a decir “terrorista”.

Ideas verdaderas e ideas fuerza

Por lo tanto, los profesionales de la explicitación de las categorías de construcción de la realidad y de imposición de esas ­categorías deben primero transformar los esquemas en categorías explícitas. “Categoría” viene del verbo griego kategorein, que quiere decir acusar públicamente: con frecuencia, los actos de categorización empleados en la vida cotidiana son insultos (“no eres más que un…”, “profesor de ­pacotilla”) y los insultos, por ejemplo racistas, son categoremas, como decía Aristóteles, es decir, actos de clasificación, de ordenación, basados en un principio de clasificación a menudo implícito, que no necesita enunciar sus criterios, de ser coherente consigo mismo. En La ontología política de Martin Heidegger, el análisis del campo filosófico muestra que en algunas tesis filosóficas centrales de la obra de Heidegger hay taxonomías del sentido común como la contraposición entre “único” o “raro” y “común” o “vulgar”, entre el “sujeto auténtico”, “único”, etc., el “noso­tros”, lo “común”, lo “vulgar”, etc. Esas contraposiciones del clasismo corriente –la gente “distinguida”, la gente “vulgar”–, irreconocibles en su contraposición filosófica, están condenadas a ­pasarle desapercibidas al profesor de filosofía, por lo demás completamente democrático, que puede comentar el famoso texto de Heidegger sobre el “nosotros” sin darse cuenta de que se trata de la impecable expresión de un racismo sublimado.

Por tanto, quienes están involucrados en los tres campos mencionados se encargan de explicitar principios de cualificación implícitos, prácticos, de sistematizarlos, de darles coherencia (o, como en el campo religioso, una cuasi sistematicidad). Luego, luchan por imponerlos, y las luchas por el monopolio de la violencia simbólica legítima son las luchas por la realeza simbólica. La etimología de la palabra rex que Benveniste ofrece en El vocabulario de las instituciones indoeuropeas muestra que rex pertenece a la familia de regere, que significa regir, dirigir, y una de las principales funciones del rey es regere fines, delimitar las fronteras, como Rómulo con su arado. Así, una de las funciones de las taxonomías es decir quien está in, quien está out, los nacionales, los extranjeros, etc. Por ejemplo, actualmente uno de los dramas de la lucha política en Francia es que, con la irrupción en el campo de un nuevo actor, el Frente Nacional, el principio de división entre “los ­nacionales” y “los extranjeros” se ha impuesto a todos los agentes del campo ­político en detrimento de un principio que antaño parecía dominante, la contraposición entre “los ricos” y “los pobres” (“¡Proletarios de todos los países, uníos!”).

Más allá de las problemáticas comunes, hay que ver la lógica específica de cada uno de esos campos. El campo político se afirma explícitamente al darse por misión decir qué sucede en el mundo social. En una discusión entre dos políticos que enarbolan cifras, el objetivo es transmitir que su visión del mundo político está fundamentada, fundamentada en la objetividad, ya que se basa en referentes reales, y fundamentada también en el orden social, por la confirmación que recibe de todos los que la adoptan por su cuenta, que la abrazan. Dicho de otro modo, lo que es una idea especulativa se convierte en una idea fuerza a través de su capacidad de movilizar gente llevándola a asumir el principio de visión propuesto. La imposición de una definición del mundo es en sí misma un acto de movilización que tiende a confirmar o a transformar las relaciones de fuerza. Una idea se convierte en una idea fuerza a través de la fuerza que manifiesta al imponerse como principio de visión. A una idea verdadera solo se le puede contraponer una refutación, mientras que a una idea fuerza hay que contraponer otra idea fuerza, capaz de movilizar una contrafuerza, una contramanifestación.

El campo periodístico, que es cada vez más heterónomo, es decir, que cada vez está más sujeto a las constricciones de la economía y la política –de la economía básicamente a través del índice de audiencia–, impone cada vez más sus constricciones a todos los demás campos y en particular a los campos de producción ­cultural –como el campo de las ciencias ­sociales, de la filosofía, etc.– y al campo político. El campo es un campo de fuerzas y un campo de luchas cuyo objetivo es transformar el campo de fuerzas. ­Dicho de otro modo, en un campo hay competencia por la apropiación legítima de lo que es objeto de lucha en ese campo. Y, en el interior del campo del periodismo, hay una competencia permanente por la apropiación del público, pero también por la apropiación de lo que se ­supone que atrae al público, es decir, la prioridad de la información, el scoop, la información exclusiva, y también la originalidad distintiva, las grandes firmas, etc. Una de las paradojas es que la competencia, de la que siempre se dice que es la condición de la libertad, en los campos de producción cultural bajo control comercial tiene por efecto, al contrario, producir la uniformidad, la censura e incluso el conservadurismo. Un ejemplo muy ­sencillo: la lucha entre los tres semanarios franceses, Le Nouvel Observateur, L’Express, Le Point, hace que sean indistinguibles. En gran parte, porque la lucha competitiva que les enfrenta y que ­conduce a búsquedas obsesivas de la ­diferencia, la prioridad, etc. tiende no a diferenciarlos sino a aproximarlos. Se roban las portadas, los editorialistas, los temas. Esta especie de competencia furiosa se extiende del campo periodístico a los demás campos.

Investigación institucionalizada

Periodismo, Noticias Falsas y Desinformación” se títula la obra de compilación Publicado en 2020, en epañol, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), 7, place de Fontenoy, 75352 París 07 SP, Francia y el Ministerio de la Presidencia de la República Dominicana, Ave. México esq. Calle Dr. Delgado, Palacio Nacional, Santo Domingo, República Dominicana.


Título original: Journalism, “Fake news” & Disinformation. Publicado en 2018 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), 7, place de Fontenoy, 75352 París 07 SP, Francia.

Los términos empleados en esta publicación y la presentación de los datos que en ella aparecen no implican toma alguna de posición de parte de la UNESCO en cuanto al estatuto jurídico de los países, territorios, ciudades o regiones ni respecto de sus autoridades, fronteras o límites.

Las ideas y opiniones expresadas en esta obra son las de los autores y no reflejan necesariamente el punto de vista de la UNESCO ni comprometen a la Organización.

Editores: Cherilyn Ireton et Julie Posetti
Autores colaboradores: Julie Posetti, Cherilyn Ireton, Claire Wardle, Hossein Derakhshan, Alice Matthews, Magda Abu-Fadil, Tom Trewinnard, Fergus Bell, Alexios Mantzarlis. Cherilyn Ireton y Julie Posetti son autores de la introducción que comparto en este espacio.

Para servir como plan de estudios modelo, este manual está diseñado para proporcionar a educadores y formadores en periodismo, así como a estudiantes de periodismo, un marco
y lecciones que les ayudarán a abordar los problemas asociados con las “noticias falsas”.También esperamos que sirva como guía útil para periodistas en ejercicio.

El texto reúne los aportes de los principales educadores, investigadores y pensadores del periodismo internacional que están ayudando a actualizar el método y la práctica del periodismo para afrontar los desafíos de la información errónea y la desinformación.

Las lecciones son contextuales, teóricas y, en el caso de la verificación en línea, extremadamente prácticas. Utilizadas juntas como un curso, o de manera independiente,pueden ayudar a actualizar los módulos de enseñanza existentes o crear nuevas ofertas.

Las “noticias falsas” son hoy mucho más que una calificación de información falsa y engañosa, disfrazada y difundida como noticia. La frase se ha convertido en un término emocional, utilizado como arma para socavar y desacreditar al periodismo. Por esta razón, los términos información errónea, desinformación y “desorden de la información”, como sugeridos por Wardle y Derakhshan, son preferidos, pero no prescritos.


Declaración Conjunta sobre Libertad de Expresión y “Noticias Falsas”, Desinformación y Propaganda


A principios de 2017, cuando este proyecto estaba siendo gestionado por la UNESCO, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, el Representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación (OSCE) para la Libertad de los Medios de Comunicación, el Relator Especial de la Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos, y el Relator Especial de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos sobre Libertad de Expresión y Acceso a la Información emitieron una pertinente declaración conjunta. La Declaración expresaba alarma por la difusión de desinformación y propaganda, y por los ataques a los medios noticiosos como “noticias falsas”. Los relatores y representantes reconocieron en particular los impactos de estas prácticas en los periodistas y el periodismo:

(Estamos) alarmados ante los casos en que las autoridades públicas denigran, intimidan y amenazan a los medios de comunicación, incluso al declarar que los medios son “la oposición” o “mienten” y tienen una agenda política oculta, lo cual aumenta el riesgo de amenazas y violencia contra los periodistas, socava la confianza pública y la fe en el periodismo como guardián del público, y puede engañar al público difuminando las líneas entre la desinformación y los productos de los medios que contienen hechos verificables de forma independiente” ( UN/OSCE/OAS/ACHPR (2017). Joint Declaration on Freedom of Expression and “Fake News”, Disinformation, Propaganda. Recuperado de https://www.osce.org/fom/302796?download=true [consultado el 29/03/2017]; Vea también: Kaye, D (24 de octubre de 2017). Statement to the UN General Assembly. Recuperado de https://www.ohchr.org/en/NewsEvents/Pages /DisplayNews.aspx?NewsID=22300&LangID=E [consultado el 20/8/18])

La desinformación es una vieja historia, impulsada por las nuevas tecnologías Movilizar y manipular la información fue una característica de la historia mucho antes de que el periodismo moderno estableciera estándares que definen la noticia como un género basado en reglas particulares de integridad. Un registro temprano se remonta a la antigua Roma, cuando Antonio conoció a Cleopatra y su enemigo político, Octaviano, lanzó una campaña de desprestigio contra él, con “lemas cortos y punzantes escritos sobre monedas al estilo de Tweets arcaicos” . El autor se convirtió en el primer emperador romano y “las noticias falsas le permitieron a Octaviano piratear el sistema republicano de una vez por todas”.


Pero el siglo XXI ha visto el uso de la información como un arma en una escala sin precedentes. La nueva y poderosa tecnología simplifica la manipulación y la fabricación de contenido, y las redes sociales amplifican dramáticamente las falsedades vendidas por los Estados, los políticos populistas y las entidades corporativas deshonestas, que se comparten por públicos acríticos. Las plataformas se han convertido en un terreno fértil para la propaganda computacional9, el “troleo” y los “ejércitos de trolls”; las “redes de sockpuppets” y “spoofers”. Luego, llega la especulación de las “granjas de “trolls” en la etapa de las elecciones. 

Aunque los tiempos y las tecnologías son diferentes, la historia nos puede dar una idea de las causas y consecuencias del fenómeno contemporáneo del “desorden de la información” que este manual se propone abordar. Para poder ofrecer información sobre los matices de esta crisis, se recomienda a periodistas, formadores en periodismo y educadores (junto con sus estudiantes) el estudio de la desinformación, la propaganda, los engaños y la sátira como características históricas de la ecología de la comunicación.

El desarrollo de estrategias periodísticas para combatir la desinformación, por consiguiente, debe llevarse a cabo a sabiendas de que la manipulación de la información se remonta a milenios, mientras que la evolución del profesionalismo periodístico es relativamente reciente. A medida que el periodismo ha evolucionado, cumpliendo un papel normativo en la sociedad contemporánea, los medios noticiosos han podido operar mayormente fuera del mundo de la fabricación y del ataque encubierto, protegidos por el periodismo que aspira a los estándares profesionales de decir la verdad, las metodologías de verificación y la ética del interés público. El periodismo ha pasado por muchas fases e iteraciones para diferenciarse del montón. Hoy en día, aun con una variedad de ‘periodismos’, todavía es posible identificar la diversidad de narrativas en historias de noticias reales, como miembros de una familia común de prácticas distintivas de comunicación impulsadas por la ética, que también busca ser editorialmente independiente de los intereses políticos y comerciales. Pero, antes de la evolución de tales estándares, había pocas reglas sobre la integridad de la información que se ponía en
circulación a nivel masivo.

La difusión de la imprenta de Gutenberg desde mediados del siglo XV en adelante fue indispensable para el surgimiento del periodismo profesional, pero la tecnología también permitió la amplificación de la propaganda y los engaños, los cuales a veces implicaban a las instituciones de los medios de comunicación como perpetradores. La radiodifusión llevó
las posibilidades de propaganda, engaños y burlas a un nuevo nivel, como demostró, interalia, el ahora tristemente célebre drama radiofónico “La Guerra de los Mundos” en 1938.

El auge de la radiodifusión internacional también vio a menudo la instrumentalización de la información más allá de los parámetros de las noticias profesionales e independientes, aunque historias puramente “inventadas” y falsificaciones directas, en general, han sido más la excepción que la regla en las narraciones de diferentes actores.

Nosotros también podemos aprender algo de la larga historia de personas que fueron engañadas con chistes del “Día de los Inocentes”, incluyendo el periodista ocasional.

Aun hoy, ocurre a menudo que la sátira -que ha jugado un papel importante al servicio del periodismo de rendición de cuentas- es mal entendida por los usuarios de las redes sociales que la difunden como si fueran noticias reales. En algunos casos, haciéndose eco de manifestaciones históricas, hay capas debajo de capas, con sitios supuestamente satíricos que forman parte de una red más amplia diseñada para cosechar ganancias de publicidad en Internet a través de consumidores crédulos que solo hacen clic y comparten.

Esto afecta no solo el contenido “impostor”, sino también la credibilidad de las noticias -que es otra razón por la cual los periodistas deben hacer lo posible por garantizar que, en primer lugar, sus informes sean precisos. También es un argumento sólido en favor de que las sociedades doten al público de una alfabetización mediática e informacional, de manera que las personas tengan una percepción clara y crítica de los géneros y convenciones en evolución dentro de los medios de comunicación, la publicidad, el entretenimiento y las redes sociales.

La historia también nos enseña que las fuerzas detrás de la desinformación no necesariamente aspiran a persuadir a los periodistas o públicos más amplios sobre la verdad de las afirmaciones falsas. Más bien tratan de poner en duda el estado de la información verificable generada por productores profesionales de noticias. Esta confusión implica que muchos consumidores de noticias se sienten cada vez más autorizados a elegir o crear sus propios “hechos”, a veces ayudados por políticos que buscan protegerse de la crítica legítima.

Avancemos rápidamente hasta el 2018 y la proliferación de nuevas y potentes herramientas tecnológicas. Esto, junto a la naturaleza de las redes sociales y las plataformas de mensajería con estándares de control de calidad limitados para determinar qué es noticia, hace que sea fácil falsificar e imitar el género de noticias legítimas para hacer que el fraude parezca real. Además, se hace cada vez más factible ingeniarse audio y videos en formas que van más allá de la edición legítima de noticias, para que parezca que un individuo en particular dijo o hizo algo en algún lugar, y pasar esto como un registro auténtico, enviarlo y hacerlo viral por todo el entorno de las comunicaciones sociales.

Hoy, las redes sociales están alimentadas por una variedad de contenidos, que van desde lo personal hasta lo político. Hay muchas instancias producidas abierta o encubiertamente por los gobiernos y/o una industria de compañías de relaciones públicas bajo contrato con actores políticos o comerciales. Como resultado, un sinnúmero de blogueros, influencers de Instagram y estrellas de YouTube promueven productos y políticos sin revelar que se les paga por hacerlo. Los pagos encubiertos también se realizan a comentaristas (a menudo con una falsa identidad) que buscan afirmar, desacreditar o intimidar en foros en línea. En medio de esto, el periodismo pierde terreno y se convierte en sí mismo en un tema no solo de críticas justas, sino también de ataques existenciales.

Ahora, el peligro está en el desarrollo de una “carrera armamentista” de desinformación nacional e internacional difundida a través de organizaciones partidistas de “noticias” y
canales de redes sociales, que contamina en tal grado el entorno de la información para todas las partes, que podría regresar y perseguir a quienes la iniciaron. Cuando se han
desenmascarado las campañas de desinformación, el resultado ha sido un daño sustancial para los actores involucrados, tanto las agencias que las implementan como sus clientes políticos (véanse los casos recientes de Bell-Pottinger y Cambridge Analytica).

La consecuencia de todo esto es que la desinformación alimentada digitalmente, en contextos de polarización, corre el riesgo de eclipsar el papel del periodismo. Aún más, el periodismo que se basa en información verificable compartida en el interés del público -un logro histórico reciente que de ninguna manera está garantizado-, puede en sí mismo ser desacreditado cuando no se toman precauciones para evitar su manipulación. Cuando el periodismo se convierte en un vector para la desinformación, se reduce aún más la confianza del público y se promueve la visión cínica de que no hay distinción alguna entre las diferentes narrativas dentro del periodismo, por un lado y, por el otro, las narrativas de la desinformación. Es por eso que la historia en torno al uso disputado del contenido y sus diversas formas es instructiva. Apreciar la evolución multifacética del “desorden de la información” del siglo XXI debe ayudar a comprender mejor las causas y consecuencias de una amenaza global sin precedentes, una que cubre desde el hostigamiento a periodistas por parte del “ejército de trolls” sancionados por el Estado hasta la manipulación de elecciones, daños a la salud pública y el hecho de no reconocer el riesgo del cambio climático.

Un manual para ayudar a contrarrestar la crisis de desinformación. Como plan de estudios, este manual se divide en dos partes distintas: los tres primeros módulos enmarcan el problema y le dan contexto; los cuatros siguientes se enfocan en las respuestas al “desorden de la información” y sus consecuencias.

Veracidad, confianza y periodismo: por qué son importantes incentivará el pensamiento sobre el significado más amplio y las consecuencias de la desinformación y la información errónea, y cómo estas alimentan la crisis de confianza en el periodismo.

En el siglo XXI, en la mayor parte del mundo, la frágil confianza en los medios de comunicación estaba disminuyendo antes de que las plataformas de redes sociales ingresaran al campo de las noticias, ofreciendo espacios y herramientas para que cualquiera pudiese compartir información. Las razones son variadas y complejas.

El mundo en línea que existe las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con su demanda insaciable de contenidos noticiosos en un tiempo de recortes en la redacción, cambió el periodismo, como se describe en el Módulo Tres, Transformación de la industria noticiosa: tecnología digital, plataformas sociales y el auge de la información errónea y la desinformación. Ahora, es la magnitud, la empresa y el alcance de las noticias fraudulentas que se comparten en línea lo que ha creado una nueva crisis para el periodismo, con implicaciones para los periodistas, los medios de comunicación y la sociedad.
Entonces, ¿cómo deberían responder quienes promueven el periodismo, incluyendo educadores, profesionales y los formuladores de políticas de los medios de comunicación?
Combatiendo la desinformación y la información errónea a través de la Alfabetización Mediática e Informacional.

El principio de verificación


Al final, es la disciplina de la verificación la que separa el periodismo profesional del resto, Comprobación de hechos y datos

Verificar los contenidos en Redes Sociales:

evaluación de fuentes y contenido visual es muy práctico, y trata los desafíos de la verificación y del periodismo basado en evidencia que han sido planteados por la tecnología digital y las redes sociales.

En el ánimo de posibilitar que todos sean parte del proceso de noticias, la red social ha resultado en la pérdida de porteros o gatekeepers centralizados. El periodismo está sintiendo las consecuencias pero como ocurre con cualquier disrupción impulsada por la tecnología, toma tiempo evaluar, medir y formular respuestas. Existe un inevitable intervalo antes de que surjan investigaciones y mejores prácticas concretas.

La desinformación es un verdadero problema global, que se extiende -más allá de la esfera política- a todos los aspectos de la información, incluyendo el cambio climático, el entretenimiento, etc. Sin embargo, hasta la fecha, muchos de los estudios de casos documentados, las respuestas iniciales y el financiamiento temprano para la investigación y las herramientas, han surgido de los EE. UU., donde tienen su sede los gigantes tecnológicos globales, y donde las acusaciones hechas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en el sentido de que las instituciones de los medios de comunicación y los periodistas son defensores de las “noticias falsas”, han estimulado la acción y el financiamiento.

La imagen global está evolucionando a diario, particularmente con la respuesta individual de los Estados, muchos de los cuales están considerando la regulación y la legislación para tratar de resolver el problema. Los gigantes tecnológicos también han intensificado los esfuerzos para tratar de desterrar la desinformación y la información errónea de sus plataformas.

Mientras se preparaba esta publicación, la Comisión Europea elaboró un informe basado en una investigación, en medio de inquietudes acerca de que la desinformación y la información errónea son perjudiciales para toda la sociedad. Los políticos y organismos de políticas públicas en países individuales desde Australia hasta Filipinas, Canadá, Francia, el Reino Unido, Brasil, India e Indonesia estaban considerando qué hacer en respuesta.

Con relación a la legislación, Alemania dio el primer paso con una nueva ley que multa con una suma cuantiosa a las plataformas digitales que no eliminen el ‘contenido ilegal’, incluyendo las “noticias falsas” y el discurso de odio, dentro de las 24 horas de haberse reportado. El parlamento de Malasia también aprobó un Proyecto de Ley Contra Noticias Falsas en abril de 2018, pero este fue derogado en agosto. Poynter ha compilado una lista actualizada de respuestas estatales.

Quienes defienden la libertad de expresión temen que la legislación perjudique la democratización de la información y la opinión que las nuevas tecnologías han permitido.
En algunos países, la legislación podría usarse para silenciar a los medios críticos.

Para muchos periodistas, quienes creen firmemente en la libertad de expresión y se han considerado durante mucho tiempo como actores de apoyo esencial en las sociedades democráticas, cómo afrontar el “desorden de la información” resulta un asunto complejo.

También es algo personal: los ataques en línea contra periodistas, en particular las mujeres, son muy comunes y en muchos casos representan un peligro físico y psicológico; además afectan al periodismo, combatiendo el abuso en línea: cuando los periodistas y sus fuentes son objeto de ataque.

La desinformación y la información errónea van más allá de retar la reputación y la seguridad de los periodistas. Cuestionan su propósito y efectividad, y perpetúan la degradación del periodismo en detrimento del discurso cívico. Mejorar los estándares y la relevancia social es de interés para todo futuro periodista y la sociedad en general. Este manual debe retar a investigadores, estudiantes y profesionales a considerar y debatir cómo el periodismo puede servir mejor a las sociedades abiertas y las democracias en el nuevo contexto porque:

““Una prensa y una democracia en funcionamiento requieren críticas, transparencia y consecuencias por los errores periodísticos. También requieren que podamos colectivamente distinguirlos de las mentiras y el engaño. De lo contrario ... la información real se reflejará como falsa, y la fabricación (basura) se presentará como un hecho”. - Craig Silverman( Silverman, C. (2018). I Helped Popularize The Term “Fake News” And Now I Cringe Every Time I Hear It. BuzzFeed. Recuperado de https://www.buzzfeed.com/craigsilverman/i-helped-popularize-the-term-fake-news-and-now-i-cringe [consultado el 03/04/2018])

Una invitación a transformar la realidad

Bajo el título “¡Animarnos a transformar!” el Foro de Comunicación para la Integración de NuestrAmérica (FCINA) dio a conocer un documento conteniendo la lectura de la articulación sobre la coyuntura política actual.

 
 
En sus enunciados más generales, el texto señala que “la pandemia mundial profundizó las condiciones de precariedad de las mayorías generadas por la financiarización capitalista” mostrando además las carencias y desigualdades producidas por el orden neoliberal.

La emergencia sanitaria creó además condiciones” – prosigue la descripción – “para un aumento radical del uso de las tecnologías digitales, lo que multiplicó las ganancias y el poderío de las corporaciones que controlan las principales plataformas que intermedian las relaciones y búsquedas en internet.

De esta manera, indica el comunicado de autoría colectiva, “se acelera la transición a nuevas formas de vida, trabajo, educación, salud, cultura, intermediadas por las tecnologías digitales y caracterizadas por la privatización del espacio público y hasta la vida íntima”.

A continuación se explica cómo las nuevas tecnologías junto a la innovación “verde” son abrazadas por los fondos de inversión y el capital en general como vía de reconversión del capitalismo, teniendo como horizonte programático el plan promovido por el Foro Económico Mundial conocido como “Great Reset”, que contempla, entre otros, un modelo de gobierno mundial tecnocrático dominado por las grandes empresas de la mano con la inteligencia artificial, que supuestamente encontrará soluciones al cambio climático y suplirá a las “deficiencias” del sistema democrático.

Este proceso de reconversión del capital, lejos de traer soluciones ha incrementado la pobreza, la desigualdad y la exclusión de las mayorías, trayendo aparejado un aumento del control y la represión, precisa el análisis. Mientras tanto, aumentan las migraciones resultantes de crisis ambientales, económicas, bélicas o de violencia, incidiendo en los mercados laborales, a la vez que actúan como válvula de escape para las economías deprimidas.

Los comunicadores expresan que en medio de este panorama general “puede observarse una reactivación de la esperanza en las fuerzas populares, con la vocación de generar transformaciones positivas. En el ámbito social y político, emerge el protagonismo de una generación joven y de las mujeres reivindicando espacios y nuevos derechos, a la vez que tiende a generalizarse el reclamo contra la degradación medioambiental, el rechazo a los centralismos y las formas y mandatos verticalistas.”

Por otra parte, consideran que, como reacción a estos avances y a las inestabilidades producidas por las transformaciones vertiginosas, cobran también fuerza las corrientes retrógradas con respaldo confesional, encabezadas por personajes violentos enarbolando proclamas racistas y misóginas.

El contexto geopolítico

En términos geopolíticos, el Foro puntualiza que “el ascenso de China y Rusia como actores en el escenario mundial, ha debilitado la hegemonía unipolar de los Estados Unidos y de Occidente en general, dando lugar a una puja en todos los campos por la conservación de preeminencia o la apertura a un nuevo equilibrio multilateral”, convirtiendo a América Latina y el Caribe en territorio de dicha disputa.

En este contexto, la integración regional de signo soberano, uno de los principales ejes de trabajo del FCINA, “significa no solamente la posibilidad de cooperación en su interior, sino una necesidad de escala para incidir en este nuevo escenario mundial.”

Sobre el contexto político latinoamericano y caribeño

El documento pasa revista a las victorias populares en Bolivia, Perú, Honduras y Chile, antecedidas por las de Argentina y México, las que junto a la resiliencia de los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua y con la excepción de la derrota de la opción progresista en Ecuador, permiten hablar de un entorno sociopolítico más favorable a la justicia social y la integración latinoamericana.

Pero los comunicadores alertan sobre cómo “las tensiones internas derivadas de las relaciones de fuerza entre el bloque oligárquico de poder real y las organizaciones populares”, sumado a los permanentes intentos de injerencia externa vía cooptación de instancias judiciales (lawfare), entre otras maniobras, relativizan el avance y auguran inestabilidad.

En este escenario, adquieren máxima centralidad las próximas elecciones en Colombia y Brasil.

En Colombia, continúa el agravamiento de las situaciones de violencia, el hostigamiento y asesinato de periodistas y defensores de derechos humanos, que por repetida no debe dejar de ser denunciada. Por lo mismo, hacen explícito “el máximo apoyo desde la comunicación a los movimientos populares y al emergente político resultante de la unidad de las fuerzas de izquierda, como posibilidad de superación de los conflictos derivados de la concentración de poder existente.”

Por otra parte en Brasil, fundamental por su peso específico para el balance político y la posibilidad de integración regional, la necropolítica del gobierno actual frente a la pandemia, el aumento de la miseria y el hambre, el desempleo galopante, el aumento de los precios de insumos básicos en la canasta básica alimentaria o el combustible, han generado en las mayorías una nostalgia de la época de gobierno de Lula. Este escenario, junto al empeño y destreza del precandidato del PT para reconstruir un proyecto de país en base a la unidad amplia de fuerzas, lo han convertido en posible ganador en primera vuelta.

No obstante el panorama alentador, continúa el análisis “las fuerzas transformadoras alertan sobre la necesidad de guardar la calma y no caer en la ingenuidad. Hay un pacto de élites y lo que hoy está en el gobierno es un partido militar, cuyos personeros son sus piezas claves, lo que anuncia un duro camino. La batalla de ideas y la necesidad de neutralizar la mentira y el discurso de odio institucionalizado será crucial.”, afirman.

Los espacios de integración regional

En este escenario internacional y regional, el documento asevera que “las iniciativas oficiales de integración soberana continúan con una dinámica atenuada y en todos los casos, sin recuperar o abrir espacios para la participación popular.”

Se menciona el caso de la CELAC, la que pese a su relativa revitalización por la gestión mexicana, adopta crecientemente un estilo de compromisos pragmáticos, como así también la parálisis de la Unasur y la reapropiación neoliberal del Mercosur, fruto de la presencia de gobiernos derechistas en la región.

El ALBA-TCP conserva el carácter de trinchera antiimperialista, siendo sin embargo atravesada por las dificultades objetivas de sus componentes.

El escrito rescata en este campo el surgimiento de iniciativas de integración popular como la Asamblea Internacional de los Pueblos o RUNASUR, “que promueven la participación directa, inclusiva y paritaria de los pueblos en procesos de integración y refundación institucional de carácter soberano.”

La esfera comunicacional y el ámbito digital

La articulación de 40 redes de comunicación, medios y coordinaciones sociales regionales nucleadas en el FCINA, subraya “la fundamental importancia de la disputa de relatos, por lo que la democratización del espectro comunicacional, incluyendo los espacios digitales, continúa siendo prioritaria para el avance de las aspiraciones de los pueblos.”

En el campo de los medios, precisa, “el irrespeto o cancelación de normas legales logradas en ardua lucha por la comunicación popular, la desfinanciación o eliminación neoliberal de medios públicos, la inequitativa distribución de pauta estatal a favor de los medios hiperconcentrados, su progresiva transnacionalización junto a la monolítica cartelización de discursos estigmatizantes contra las alternativas revolucionarias o progresistas afectan la posibilidad de imprescindibles transformaciones que garanticen diversidad informativa y un balance equilibrado en la opinión pública.”

Frente a ello, afirma el texto difundido, los gobiernos populares tienden aún en este campo a la inacción o a la instrumentalización propagandística de la comunicación. En ambos casos, en desmedro de la comunicación popular, comunitaria y plural.”

Por último, se enfatiza en la incidencia de la tecnología digital en casi todos los aspectos de la actividad social y la apropiación monopólica de las lógicas y entornos digitales por parte del capital, lo que hace imprescindible la disputa del campo popular por su re-democratización.

El documento original puede consultarse aquí

(Pressenza)

El Foro

Con la mira en el Foro Social Mundial de México, en mayo próximo

Foro Social de las Resistencias reducido al formato virtual
Por Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza    

La pandemia volvió a jugarle una mala pasada al movimiento altermundialista. El Foro Social de las Resistencias,  entre el 26 y el 30 de enero en Porto Alegre, Brasil, solo podrá realizarse virtualmente.

A última hora, los organizadores debieron posponer para abril próximo la parte presencial de la convocatoria con la que se intenta conmemorar los 20 años de la creación del Foro Social Mundial (FSM). El país sudamericano contabilizó a mitad de esta semana en torno de 200.000 nuevos casos diarios de Covid, lo que constituye un récord desde el inicio de la crisis sanitaria.

El impacto del Ómicron en Brasil conspiró contra el Foro Social de las Resistencias, al cual habían confirmado su presencia representantes de numerosas organizaciones y movimientos sociales brasileros y latinoamericanos, así como delegada-os de diversos países.

El programa original contemplaba catorce asambleas de convergencia e incluía, en paralelo, un Foro Social Justicia y Democracia. El nuevo programa del Foro Social de las Resistencias, rediseñado para su formato digital, será anunciado este domingo en el sitio oficial del mismo (https://www.forumsocialdasresistencias.org.br/).

Se confirma el FSM para mayo en México

Ya está confirmado en el programa virtual, para el sábado 29 de enero, el Encuentro Transnacional de Redes en Camino hacia el Foro Social Mundial de México. “Lo proponemos como un espacio de encuentro que reúna a actores sociales de todo el mundo”, precisa Carminda Mac Lorin, directora general de la organización canadiense Katalizo (https://www.katalizo.org/ ) y una de las promotoras de esa convocatoria virtual. El objetivo es reflexionar sobre los contenidos que deberían integrar el programa del próximo Foro Social Mundial que se realizará entre el 1 y el 7 de mayo próximo en México, señala Mac Lorin vía telefónica a este corresponsal.
“Tenemos el convencimiento de que los foros sociales son llamas de esperanzas para la sociedad civil planetaria, especialmente en esta etapa tan compleja de la humanidad, explica la directora de 
Katalizo. Y agrega: “Nos proponemos, especialmente, crear espacios para que los jóvenes y los movimientos sociales que siguen promoviendo centenas de luchas locales y regionales en todo el mundo, puedan compartirlas, promoviendo agendas y confluencias.

Mac Lorin, quien además integra el Consejo Internacional del FSM, jugó un importante papel en la organización del FSM de Montreal, Canadá, en 2016.

Aunque reconoce “las dificultades y los obstáculos que la pandemia también le ha impuesto a la movilización social a nivel planetario”, ve señales de optimismo en amplios sectores de la juventud que quieren participar y reforzar los procesos de transición, especialmente en lo social y lo climático.

 “Teníamos previsto estar presentes en el Foro de las Resistencias de Porto Alegre con un grupo de jóvenes canadienses. A pesar de que no fue posible concretar el viaje por el cambio de programación debido a la pandemia, ya estamos preparando una delegación de un Colectivo de la juventud de nuestra provincia, Quebec, para participar en la convocatoria de México”, completa.

La activista altermundialista anticipa que el próximo FSM en la capital azteca contará con una fórmula híbrida, es decir, con actividades presenciales y otras virtuales. Será esencial integrar, subraya Mac Lorin, las experiencias del último Foro Social Mundial, que se realizó en enero de 2021 de forma totalmente virtual. Dicha convocatoria reunió a casi 10 mil participantes de 1.300 organizaciones de 144 países, quienes organizaron 800 actividades en línea.

Movimientos globales, confiados

El 27 de noviembre último, representantes de Movimientos Globales de África, Asia, Europa y América se reunieron con el Grupo Facilitador (grupo local de organización) del FSM de México y con miembros del Consejo Internacional del FSM. En esa cita digital se ratificó la convocatoria de mayo y se adoptaron mecanismos para que los muy diversos movimientos y organizaciones sociales se involucren activamente en los preparativos de la misma.

Además, se actualizó la agenda de las actividades que dichos movimientos sociales planean impulsar en los cuatro continentes hasta la cita en México. Por otra parte, se aprobó la constitución de cinco comisiones para asegurar el éxito del evento: programación; comunicación y difusión; movilización; sistematización, así como la que debe asegurar la implementación del método híbrido — presencial y virtual– del evento alter mundialista.

Varios de los participantes en esa reunión preparatoria compartieron su preocupación con respecto a la posibilidad de que, al llegar a las fronteras mexicanas, periodistas y miembros de los movimientos sociales sean discriminados mediante restricciones migratorias y exploraron maneras de evitarlo.

A veinte años de su nacimiento en Brasil, el FSM, sin duda el principal espacio del movimiento altermundialista, se confronta no solo con la pandemia sino también con los retos de su propia sobrevivencia. No faltan las voces críticas: algunas señalan que el proceso que nació en Porto Alegre en 2001 ya está agotado; otras, proponen revisar la Carta de Principios (https://transformadora.org/es/sobre/principios ) que desde hace dos décadas enmarca conceptualmente al FSM, con la idea de que un cambio de la misma podría generarle una nueva dinámica a este espacio internacional.

Queda una rica historia de 20 años con decenas de encuentros multitudinarios — Porto Alegre, Mumbai, Nairobi, Belém de Pará, Dakar, Túnez, Montreal, entre otros. El de Salvador de Bahía, en marzo de 2018, fue el último con formato presencial y reunió a más de 80 mil participantes. Historia que reúne, también, centenas de encuentros temáticos, regionales y continentales, así como trascendentes movilizaciones ciudadanas en los más diversos rincones del planeta.

Dado por muerto – en muchas ocasiones –, por sus detractores, el FSM, concebido en 2001 como el “Anti Davos del Sur” (en contraposición al Foro Económico Mundial de Davos) y siempre convencido de que Otro Mundo es Posible, se resiste a claudicar.

Aunque diezmado, continúa luchando por su existencia e intenta seguir dinamizando diversos actores sociales planetarios para encontrar alternativas viables a un sistema hegemónico ciego climáticamente y sordo ante la injusticia predominante. (Prensa Ecuménica (PE))

Sentido de Vida y Sentido de realidad

En estos tiempos es común encontrar referencias a “las incetidumbres del tiempo actual”, “la falta de certezas” “la relatividad de la verdad” que “las cosas no son lo que parecen” y frases similares que advierten, o bien de “confusiones” y “dudas” que producen malestar en las relaciones que como individuos producimos con otros individuos y se trasladan a las formas grupales e institucionales y de comprendernos en nuestras humanas relaciones, o bien en la idea mas filosófica y sustancial, de que les seguridades pasadas han dejado de ser “seguras” y hoy debemos aprender a convivir en escenarios donde hay pocas certezas, verdades, percepciones que se sugieren verdaderas respecto a la realidad y al porque, para que y como se genera y produce.

Las “incertidumbres” sociales, grupales e institucionales, suponen una caida en la confianza de todo aquello que nos excede o que depositamos socialmente en las decisiones y capacidades de otros, en un orden que antes nos confería alguna seguridad y que hoy nos produce mayores dudas y desconfianza. Dudas y desconfianza en los otros que se traduce en pérdida del sentido propio y bien o en el reconocimiento de la debilidad individual, produciendo trastornos de ansiedad, depresión, culpa; o bien en el temor al otro que provoca aislamiento, soledad, egocentrismo, violencia y adversión al otro y un exagerado sentido de valor (Positivo o negativo) respecto del “si mismo” o “uno mismo”.

Como sea que lo vivamos e interpretemos, el asunto es que “las cosas cambiaron” y lo que antes eran certezas (La confianza en los diarios y telenoticieros por ejemplo, entendido como “poder popular” o un “canal” de defensa, posibilidad y comunicación para que la voz de los menos favorecidos se haga oir, y los sentidos de justicia social y equilibrio en las relaciones interpersonales y familiares prime por encima de toda violencia y minimice los conflictos en lugar de alimentarlos y escalarlos y favorecer decididamente a quienes arman el negocio de Diarios y tele noticieros que son las grandes empresas y los grupos concentrados financieros, que además aportan Capital y constituyen parte de los grupos que manejan y administran esos mismos diarios y tele noticieros).

El ejemplo es bastante ilustrativo. Hubo un movimiento que produjo que los diarios tradicionales y los espacios de noticia se “mercantilizaran”. En tanto “mercancía” pierden el sentido original. La noticia ya no es mas la actividad de personas y organizaciones que transmiten e informan al ciudadano acerca de aquellas cuestiones delegadas publicas y comunes, para que cada quién pueda abocarse con mas dedicación a la actividad que ha elegido o para la cual se ha preparado o ha sido elegido en un orden social que busca el equilibrio y el menor conflicto y sufrimiento posible de sus integrantes. Tales ideales, nunca concretados del todo, sin embargo, sostenía formas perceptibles y razonadas que daban ciertas seguridades en estas intenciones y que las “claudicaciones” o “desvíos” no solo eran excepcionales sino que ademas eran penalizadas y castigadas, ya con el descrédito del medio o los periodistas, que reducía su posibilidad de impactar en la realidad y hasta extinguía su existencia, Ya aislándolo y reduciéndolo a ciertos espacios de “retroalimentación” de sectores amarillistas y propensos a sostener medidas en aras de confirmar sus pre-juicios y/o intereses de élite.

El objetivo del diario y los canales de noticia, ya no son el del periodismo como actividad profesional o el de los periodistas como función social, sino el de “la empresa” que define su linea editorial de acuerdo a sus publicistas y al negocio en el que han fundado su grupo económico, transformando así una actividad de servicios público en otra de acción lucrativa privada.

Hoy los medios de comunicación son solo una fuente mas de empleo y recurso económico, de salario “supuestamente” digno, que en la realidad pierde tal sentido de dignidad al perder el sentido del para que, porque y como, en el mero “ganarse el sueldo”, y que precisamente en términos de ingresos, no ocupan los lugares mas bajos de las escalas salariales en la actualidad, lo que les confiere privilegios y les coloca en la disyuntiva ética de priorizar el “bien vivir” atado a la posibilidad del ingreso, respecto de un “mal pasar” o “pasar necesidades” (que implica perder privilegios en una sociedad que ha perdido “relaciones” de valor y prioriza el “individualismo”). El dilema ético “Buen sueldo” o “buen periodista” parece definir en última instancia la calidad de los servicios de información, en tanto reducido a decisiones individuales, cuándo menos, corporativamente eligen la renta y por tanto para sostener los valores, tenés que estar dispuesto a perder tu “empleo” bien pago.

El asunto ha llegado a degradarse de tal manera que tales cuestiones aparecen impregnando la formación misma de periodistas, locutores, informadores e investigadores en comunicaciones en general.

Si el sentido de la vida es el buen ingreso para una vida “digna” en termino de accesos a bienes materiales y ha estándares de consumo y clase social, lo que hagamos para obtener eso, no reviste mas valor que el de ser un medio posible y accesible para el individuo, que acomoda lo que hace al objetivo de su hacer. Es decir el servicio publico de informar al ciudadano se transforma en una herramienta privada e individual para asegurar los ingresos necesarios para sostener “mi estilo de vida” “mi nivel de consumo” “mis ingresos que generan privilegios”, extendido esto, en tiempos de degradaciones de toda forma institucional, a una idea de familia que ya no existe, degradada por los mismos factores de poder.

Alimentado esto por corporaciones mediáticas que imponen lineas editoriales acorde a sus “programas de negocio” y al perfil de anunciantes y accionistas.

El sentido individual de la vida se ve así reducido al tener, y a un tener mediado por recursos financieros (Dinero, crédito, acceso a prestigio y privilegio o construcción de imágenes públicas que los otorgan). La información como derecho público se reduce así a una ilusión utópica, desdibujada en una trama de intereses, que solo favorece las concentraciones oligopólicas de las élites y el egoísmo individual de los actores en la cadena de producción de los servicios en cuestión.

Tal análisis, en tanto ejemplificado en una actividad, puede ser interpretado en sus particularidades en cualquier otra actividad, especialmente la que refiere a roles sociales o a actividades que afectan a lo público mas que a lo privado.

Tales cuestiones, en tanto realidad, modifican las formas, los porque y los para que de casi toda actividad humana, sumida así en una confusión de conceptos que se entremezclan y producen esos escenarios inciertos, y nublan la posibilidad de comprender la realidad como algo resultado de las decisiones que las personas individuales producen constituyendo formas de relacionarnos y organizando la vida común. En especial porque el reconocimiento de que la realidad es un resultado de las decisiones que tomamos, nos confronta a esa pérdida de valores éticos y de prioridades que antes estaban colocadas en hacer bien nuestra parte y nuestro trabajo y hoy ha sido desplazada al “hacer como sea para ganar mas y/o sostener los niveles de ingresos y gastos”.

Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack


Comentarios

  1. Todo lindo, China, no tiene ninguno de esos " problemas", que tanto dañan al bienestar, alimentación, salud, crecimiento humano. El pensamiento marxista, se disfraza de muchas maneras, muta, se desarrolla, pero es eso. Tratar de descapacitados al resto, salvo su minoria ilustrada.

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    1. ¿¿¿??? ¿China no es Capitalista? La única diferencia es que el "capitalismo chino" es un Capitalismo centralizado y planificado por el Estado. Ninguna sociedad del planeta soluciona sus problemas imitando a otra ... Nadie en los textos que compartí trato de discapacitado a nadie. De lo que se trata es de lo que prioriza cada quién en su vida y como sus decisiones producen la realidad común en la que vivimos todos. Gracias por comentar.

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