¿Conspiraciones o Intereses y privilegios?

 



Los Ecos del Acuerdo con el FMI

El presidente Alberto Fernández expresó sus primeras palabras públicas luego del mensaje grabado donde anunció el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pese a llegar a un trato, el jefe de Estado le pidió “autocrítica” al organismo internacional.

En una entrevista para la televisión rusa, (RT) Alberto Fernández expresó: “El FMI tiene que hacer una autocrítica de sus políticas permanentes de las últimas décadas; ha llevado planes a países que terminaron conmoviendo a sociedades enteras. La Argentina lo vivió una y otra vez”.

Estar endeudado con el FMI no es bueno. Por lo tanto, debemos buscar cómo pagar sin que se convierta en un sacrificio desmedido de un pueblo y lo hemos conseguido”, agregó el Presidente.

Por otra parte, Alberto Fernández dijo: “La solución de la inflación está en nuestras manos y no depende del acuerdo. Necesitamos frenar la especulación empresaria y transformar el peso argentino en una moneda de confianza. Es un aprendizaje social”.

En los próximos días el presidente argentino estará visitando a su par ruso, Vladimir Putin. “Argentina y Rusia tienen un vínculo que se profundizó; especialmente con la provisión de vacunas. En el G20 reclamé a líderes y a la OMS por la falta de aprobación de Sputnik V en Europa, es una cuestión geopolítica”, señaló Fernández.

Y cerró criticando a los medios de comunicación: “En la Argentina, muchos medios periodísticos siguen creyendo que el Muro de Berlín existe. Interpretaron que comprar vacunas a Rusia significaba ser parte de un mundo totalitario. Yo no comparto esas lógicas”.

(Fuente: Nexofin)

Las características del acuerdo

Mariano Cuparo Ortiz, periodista económico que integra el staff de Diario BAE, analiza las características del acuerdo alcanzado con el FMI

El nuevo acuerdo de facilidades extendidas con el FMI tiene algunos puntos históricos y que lo diferencian del resto. Por caso, según lo relatado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, el Gobierno logró que se respete, hasta las elecciones del 2023, el ritmo de ajuste fiscal al que venía apuntando en las negociaciones; no habrá un cambio de política que fuerce una devaluación del tipo de cambio; no habrán ajustes estructurales sobre jubilaciones, privatización de empresas públicas ni reforma laboral; se encarará a la inflación desde un ajuste monetario fuerte pero también desde los acuerdos de precios.

Guzmán anunció un programa de facilidades extendidas, que empezará a generar desembolsos desde el FMI, en DEG, por alrededor de USD44.500 millones, la misma cantidad que recibió el país a través del stand by firmado por el gobierno de Cambiemos. Ese dinero se usará para pagar los vencimientos que mes a mes deberá ir enfrentando el Gobierno. Además, el FMI devolverá los DEG que se usaron para pagar los vencimientos ya ocurridos en septiembre, diciembre y el de hoy, enero.

El país empezará a repagar los nuevos envíos del FMI, que durarán dos años y medio, a partir de los cuatro años y medio desde que el acuerdo se haga realidad. Y continuará pagando hasta diez años después. Es decir, habrá un acuerdo de políticas públicas que durará dos años y medio, a cambio de desembolsos trimestrales por USD44.500 millones en total, aproximadamente hasta 2024. Luego, a partir de 2026, aproximadamente, se comenzará a repagar la nueva deuda, hasta alrededor de 2032.

Los detalles de todas las políticas, incluyendo la cambiaria, la energética, la fiscal en general, y la monetaria se terminarán de conocer cuando estén los memorando. Lo que está claro es que las revisiones trimestrales tendrán al país a tiro de default durante la duración del acuerdo.

Nuevo acuerdo sin reformas estructurales

El economista del CESO, Nicolás Pertierra, afirmó: “Faltan los memorando. Ahí van a haber más detalles y habrá que concentrarse en la política cambiaria y energética. Falta mucho. A las revisiones hay que cumplirlas y vas a estar al borde del default, dependiendo de las revisiones para cancelar los pagos porque vas a depender de esos recursos”.

Y agregó: “En términos de lo que es un acuerdo con el Fondo, que no haya reformas estructurales es la primera vez que se ve en un acuerdo de facilidades extendidas. No hay nada de eso. Respecto al tema cambiario, depende de lo que haga el Gobierno. A Macri no le sirvió de nada tener un acuerdo. La situación cambiaria dependerá de lo que haga el Gobierno, independientemente de lo que pase con el FMI”.

Las claves del anuncio

El acuerdo anunciado por Guzmán se dividió en cuatro claves: por un lado, la política fiscal, en segundo término, la monetaria y financiera; en tercer lugar, la inflacionaria; y en cuarto la cambiaria. Sumado a la no existencia de ajustes estructurales en jubilaciones, empresas públicas y reforma laboral, en los cuatro puntos se observaron características extraordinarias.

En cuanto a lo fiscal, la discusión previa venía siendo la velocidad del sendero a través del cuál se ajustaba para llegar a déficit 0%. El FMI apuntaba a recortes de 1 punto del déficit fiscal por año. El Gobierno a uno de 0,6 punto por año. Así, mientras el Fondo buscaba el déficit 0% en 2024, el Gobierno pretendía que llegara en 2027. El logro en la negociación fue que hasta las elecciones presidenciales de 2023 el camino será el que buscaba el Gobierno. Es decir, con el 3% de rojo primario del 2021 como punto de partida, habrá un ajuste de 0,5 punto en 2022 y se intentará llegar a uno de 2,5%; luego, será de 0,6 punto en 2023 y se intentará quedar en 1,9%; en 2024, pasada la contienda electoral, se apretará el acelerador al ritmo del FMI: en 2024 se achicará la brecha fiscal en 1 punto, para llegar al 0,9%.

Sin devaluación

En cuanto a lo cambiario, habrá que mirar la letra chica. El anuncio es que no habrá devaluación y en los pasillos el equipo económico repite lo mismo en off: no se convalidará una suba del tipo de cambio. Durante el 2018 el discurso apuntaba a lo mismo pero las políticas impuestas por el FMI terminaron forzando una continuidad del salto del precio del dólar. Para el nuevo acuerdo, afirmó Guzmán, no habrá cambios de política cambiaria. Continuará el cepo cambiario tal como hasta ahora.

El investigador de la Fundación para el Desarrollo Urbano Sustentanble (Fundus), Hernán Herrera, señaló: “Aunque no haya pedido politico de salto devaluatorio, el salto te lo puede dar el mercado en cualquier momento si no tenes orden externo. Un acuerdo no se festeja pero era necesario para despejar el horizonte cambiario. Pero con el FMI solo no alcanza. El acuerdo parece políticamente bueno, no hay presiones estructurales. Pero las seguirá habiendo internamente. Lo que hace falta son dólares para crecer y mejorar el salario, con o sin déficit fiscal. Si se cumple el ingreso de 0,9% del PBI por parte de otros organismos internacionales, se trata de una buena noticia”.

Del otro lado del Mostrador

El Fondo Monetario Internacional ( FMI) confirmó este viernes el entendimiento con el gobierno argentino sobre la renegociación de la deuda por 44.000 millones de dólares contraída por el ex presidente Mauricio Macri y anunció que seguirán trabajando en las próximas semanas para alcanzar "un acuerdo final de un programa que estará sujeto a la aprobación del Directorio".

La reducción del déficit fiscal y, por lo tanto, de la emisión monetaria será un punto clave para el organismo multilateral que tiene el foco puesto en la recortar progresiva del subsidio a las tarifas de energía (luz y gas), aunque aclaró que "se protegerán programas sociales específicos". 

El personal técnico del FMI y las autoridades argentinas han llegado a entendimientos sobre políticas clave como parte de sus discusiones en curso sobre un programa respaldado por el FMI", indicaron en un comunicado la Directora Adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, y el jefe de misión para Argentina, Luis Cubeddu, al precisar los entendimientos en el plano fiscal y monetario, entre otros.

(BAE Negocios)

Los puntos del acuerdo

Los 10 puntos principales del acuerdo

 El Programa va a tener una duración de dos años y medio, y aún hay que trabajar en los memorandos de las políticas económicas y financieras entre el Gobierno y el FMI, lo que va a llevar algunas semanas de negociaciones.

 Una reducción del déficit fiscal primario que arrancará con un 2,5% este año, bajará al 1,9% en el 2023 y llegará al 0,9% en el 2024.

➤ Se acordó que el
financiamiento monetario sea del 1% del PBI este año, para luego bajar al 0,6% en el 2023 y se reduzca a cero en el 2024, con el objetivo de converger en una situación en la cual no haya más financiamiento sistemático del Banco Central al Tesoro.

 No habrá salto cambiario, y en consecuencia la política cambiaria se mantendrá con el actual esquema.

 El financiamiento será de US$ 44.500 y se irá desembolsando una vez aprobadas las revisiones de las cuentas públicas que hará el FMI en forma trimestral. Estos desembolsos tendrán vencimientos que oscilarán entre los cuatro años y medio y los diez años de plazo, una vez que el Congreso Nacional apruebe el futuro acuerdo de facilidades extendidas.

 Se plantea un objetivo de acumulación de reservas internacionales, con una meta de incremento de US$ 5.000 millones para este año.

 Se mantendrán todos los derechos de nuestros jubilados y jubiladas, no habrá ninguna reforma laboral y tampoco está prevista privatización alguna de empresas públicas.

 Se fortalecerá la administración tributaria buscando atacar los problemas de evasión y de lavado de dinero.

 Se acordó un marco que tiene por objetivo mantener una estructura de tasas de interés reales que redunden en valores positivos, de modo de favorecer la demanda de activos en pesos, y contribuir a la estabilidad cambiaria y financiera.

 Los acuerdos de precios van a tener un rol y un espacio importante en el esquema inflacionario.

Guzmán, junto al jefe de Gabinete, Juan Manzur, brindaron una conferencia de prensa en el Palacio de Hacienda, luego de que el presidente Alberto Fernández -en un mensaje grabado en la Quinta de Olivos- fuera el encargado de anunciar que "el Gobierno de la Argentina ha llegado a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional".

Uno de los datos que surgen del acuerdo es que el pago del vencimiento, así como los efectuados en septiembre y en diciembre pasado, van a volver a las reservas del Banco Central.

Esto se debe a que el entendimiento alcanzado con el equipo técnico del FMI comprende el financiamiento por
"todo lo que resta vencer del acuerdo de Stand By- que suscribió Macri- y el monto de las amortizaciones de septiembre y diciembre que se hicieron con los derechos especiales de giro, así como el vencimiento de hoy", detalló Guzmán en la conferencia de prensa que brindó junto con Manzur.

El titular del Palacio de Hacienda precisó también que se negoció con el organismo multilateral "un financiamiento por un equivalente al monto de lo que fue el programa Stand By que había acordado el gobierno anterior; es decir, de alrededor de 44.500 millones de dólares".

Explicó además, que el
Programa de Entendimiento con el FMI tendrá una extensión inicial de "dos años y medio", plazo que se ampliará a diez años cuando se terminen de acordar "los memorandos de las políticas económicas y financieras", que desembocarán en un acuerdo de Facilidades Extendidas, que deberá ser refrendado por el Congreso nacional.

De esta forma, en los próximos dos años y medio el FMI realizará
revisiones trimestrales para ejecutar los desembolsos y a partir de ahí el país comenzará a pagar los vencimientos en el marco de un préstamo de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés).

(Telam)

Voces y relatos

Carlos Maslatón es un antiguo dirigente ultraliberal que, apenas se conoció el acuerdo con el FMI, conmovió a las redes sociales con su opinión publicada en la red social Twitter, que inmediatamente se convirtió en viral. "Como siempre ha sucedido en la Argentina. Los gobiernos no-peronistas contraen deuda pública en el exterior y nos someten a la dependencia. Se van del poder cuando no pueden renovarla y dejan un tendal. Luego los gobiernos peronistas vienen a arreglar el desastre que dejaron", decía el tuit que generó una enorme polémica.

En los últimos tiempos, Maslatón volvió a ser noticia por su entusiasta respaldo a Javier Milei. Tan entusiasta que fue elegido como el orador que abrió el acto con que el candidato autodenominado "libertario" festejó su resultado electoral. Muy seguido en Twitter, el comentario de Maslatón generó sorpresa, y malestar, en buena parte de sus lectores. Pero el analista de mercado respondió sin cambiar su punto de vista: "La verdad financiera ante todo, soy del mercado y no me la contaron. No voy a aceptar ninguna tergiversación de la historia por intereses políticos."

Quién es Carlos Maslatón

"Liberal manchesteriano de derecha, vanguardia del anticomunismo. Abogado. Analista técnico de mercados financieros. Bitcoinero. Soy el capitalismo", se autodefine el economista en su cuenta de Twitter, que tiene 170 mil seguidores.

Fue fundador de UPAU a principios de los 80, la rama estudiantil liberal que puso en jaque por derecha al dominio universitario de la radical Franja Morada. Los Alsogaray lo convocaron a sumarse a la UCeDé, la bandera bajo la cual empezó su carrera política como concejal porteño en 1988.

Los Alsogaray, padre e hija, se sumaron entusiastas al menemismo (hay quienes opinan que Carlos Menem se sumó entusiata al liberalismo), pero el romance de Maslatón con la política llegó a su fin en 1997, cuando Domingo Cavallo, al que seguía, aceptó en sus listas a peronistas como Gustavo Béliz. 

Desde entonces comenzó su carrera de analista financiero con tan buena fortuna que trabajó en Patagon, la primera financiera online de América latina, hasta que el Banco Santander la compró en 760 millones de dólares. Esa suma fue para el fundador del sitio, Wenceslao Casares, pero frente al intento del Banco de despedirlo, Maslatón consiguió una indemnización multimillonaria con la que inició su carrera como financista, donde ahora se lo conoce como "El rey del bitcoin".

Antes de apoyar a Milei, apareció seguido en los medios como una de las caras públicas del negacionismo frente a la pandemia de coronavirus. Llamó a no respetar las medidas de cuidado y bautizó al gobierno de Alberto Fernández de "dictadura maoista".

Su visión del acuerdo con el FMI y el futuro de Argentina

Desde hace unos meses, su respaldo al candidato ultraliberal y ultraconservador no le impidió difundir una visión optimista sobre el futuro de la economía argentina. En diferentes programas de televisión repitió que el país había tocado fondo y que se está viviendo una fuerte recuperación que se transformará en un crecimiento sostenido. 

Critica al gobierno por los controles cambiarios y las retenciones, pero es tan optimista que opina que la recuperación seguirá su curso aunque no se tomen las medidas que él impulsa. Este mismo viernes, después de conmover a los opositores con su análisis "properonista" del acuerdo con el FMI, interpeló en otro tuit al propio Presidente para que cambie sus políticas. "Está usted viendo la voladura de la soja, el trigo, el maíz y el petroleo? Argentina no puede perderse esta fiesta que recién empieza. Libere cambios, baje retenciones, la plata que entrará le permitirá cumplir bien con la deuda, cerrar déficits y bajar la miseria", le dijo a Alberto Fernández.

Lejos de conmoverse con las respuestas indignadas que le dedicaron desde la oposición, Maslatón insistió con su festejo del acuerdo. "Viva la Confederación Argentina! Vivan las Provincias Unidas del Río de la Plata! Viva la República Argentina! Celebremos, bailemos y cantemos por este nuevo y gran ciclo bullish que nos espera. Triunfa la libertad!", celebró con la imagen del escudo nacional. (En este punto conviene aclarar que "gran ciclo bullish" se traduce como "gran ciclo alcista".)

Enseguida agregó que "Como siempre lo he manifestado, reitero al Foro que estoy y estaré eternamente alineado con los intereses objetivos de la Confederación Argentina, con el triunfo de las armas argentinas y con suceso del deporte argentino sin excepciones, con irrelevancia del gobierno de turno", por si alguien ponía en duda su lejanía de Alberto Fernández.

Y concluyó, para no dejar dudas: "Las tres grandes oleadas de endeudamiento y subsiguiente crash financiero argentino fueron: 1) 1976-1981 el Proceso Militar; 2) 1986-1988 Alfonsín; 3) 2016-2018 Macri. Todos una manga de irresponsables jugadores de mesa de dinero con plata ajena. Chorros y corruptos."

Los que lo conocen, tanto amigos como enemigos, seguramente no se sorprendieron por su optimismo ni por la forma de hacerlo público. Todos saben que, como dijo en una reciente entrevista que Juan Luis González publicó en Anfibia, a Maslatón no le gusta pasar desapercibido:

Es que yo me pongo mal si lo que hago o digo no cae mal, no jode. Necesito tener enemigos, lo vivo como una necesidad. Para que te des una idea, yo necesito que al menos un tercio de mis seguidores me repudie completamente.

Pasado y presente: Similitudes y diferencias

David Cufre, periodista económico en Página 12, recuerda y compara el logrado acuerdo por tres años durante la gestión de Nestor Kirchner y el actual presidente Jefe de Ministros de gobierno. Lavagna era por entonces el Ministro de economía que llevo el peso de aquella difícil negociación.

Tras varios días de tensión, la Argentina esquivó otra vez el fantasma inquietante del default con los organismos internacionales y pagó sobre el filo del vencimiento 3.072 millones de dólares que le debía al FMI. La noticia causó profundo alivio no solo en Buenos Aires, sino también en Washington. Se produjo luego de una serie de negociaciones contra reloj, que concluyeron al mediodía de ayer tras un diálogo telefónico entre el presidente Néstor Kirchner y la titular interina del Fondo Monetario, Anne Krueger”, publicó el diario Clarín el 10 de marzo de 2004, cuando el gobierno del Frente para la Victoria daba batalla para acomodar la deuda que habían dejado el menemismo y la Alianza. 

Cualquier semejanza con la actualidad no es pura coincidencia. La herencia de Domingo Cavallo, quien en los '90 y los 2000 gestó una deuda impagable, con Ricardo López Murphy, Carlos Melconian y Miguel Angel Broda haciendo de hinchada, tampoco fue fácil de arreglar. Alberto Fernández, casi veinte años más tarde, aprovechó aquella experiencia para buscar una solución a la deuda que dejó Mauricio Macri.

"Cuando Krueger discó el número de teléfono de Kirchner, a las 12.50, había gran expectativa en el Gobierno. En el despacho del Presidente estaban, además de Roberto Lavagna, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. La conversación con Krueger duró 20 minutos. Fue en tono diplomático, ameno, pero también muy concreta. Y se acordó lo siguiente", continuaba la nota de Clarín. El primer punto, aunque parezca mentira, era que el gobierno nacional quería limitar la intervención de un comité de bancos en la reestructuración de la deuda con los acreedores privados, para que actuara en carácter de asesor, mientras el FMI exigía que el comité negociara en nombre de Argentina. Finalmente, se impuso la posición de la Casa Rosada. El ejemplo sirve para dimensionar hasta qué punto el Fondo Monetario intentaba digitar las cosas en el país en aquel tiempo.

El acuerdo del gobierno de Kirchner con el FMI se había firmado en septiembre de 2003, en tanto el episodio que desembocó en la charla con Krueger sucedió en marzo de 2004, en la segunda revisión por los técnicos del organismo. El convenio fue un programa stand-by a tres años, que siguió a la reprogramación de la deuda que había pactado el gobierno de Eduardo Duhalde en 2002. El monto a refinanciar fue de 17.922 millones de dólares. Fijó como meta un superávit fiscal de 3 puntos del PIB para 2004, frente a los 4,5 puntos que reclamaba el Fondo en el inicio de la negociación.

En el acuerdo actual, que se anunció este viernes, la meta para el primer año del programa no es de superávit, sino de un déficit fiscal de 2,5 puntos del PIB. Además, el nuevo entendimiento es a diez años, con cuatro y medio de gracia para empezar a devolver el capital del préstamo. El monto involucrado es de 44.500 millones de dólares.

El sueño del default propio

Antes y ahora, para sectores del peronismo y del pensamiento heterodoxo, el solo reconocimiento de la deuda es un error imperdonable. Consideran que lo correcto hubiera sido repudiarla de entrada por ilegítima e ilegal. Aseguran, en el caso actual, que las consecuencias de una decisión semejante, de tanto impacto, con repercusión mundial, disruptiva en términos financieros y con efectos de largo alcance, no serían tan distintas a las penurias que habrá que atravesar por tener al FMI en casa durante tantos años. Evalúan que el cimbronazo de patear el tablero y no pagarle al Fondo no sería tan grave, sin aclarar por cuánto tiempo sostendrían esa situación. ¿Algunas semanas, unos meses, hasta las elecciones de 2023, por siempre? Ni tampoco aclaran si extenderían el incumplimiento de pagos a los acreedores privados, que también participaron de la fiesta de la deuda del macrismo. Pero, más allá de todo eso, el repudio al crédito que tomó Juntos por el Cambio con el FMI es reclamado como un acto de justicia frente a tanto despojo y saqueo. A Kirchner, en la misma línea, se le recriminaba no investigar la deuda tomada por la dictadura cívico-militar.

Las metas fiscales con revisiones trimestrales, a su vez, son juzgadas por los mismos sectores como una limitación al crecimiento, y la aceptación de un chantaje permanente, ya que para acceder a los desembolsos del nuevo crédito hay que someterse al torniquete fiscal.

Como la comprobación de esas ideas resulta imposible, en vistas de que Kirchner y Fernández finalmente tomaron el camino de la negociación y el acuerdo con el FMI y no el de la ruptura, queda en el terreno del debate especular si hubieran sido una opción viable, si existían las condiciones políticas y materiales para concretarlas o si hubieran sido un salto al vacío, como las desautorizó Martín Guzmán en la conferencia de prensa tras el anuncio del acuerdo. En lugar de ello, lo que se puede hacer es analizar lo que sí pasó.

El acuerdo de Néstor Kirchner con el FMI

El gobierno de Kirchner tardó cuatro meses en resolver la deuda con el FMI y dos años para reestructurar los bonos en default con acreedores privados. El éxito de esas operaciones y el crecimiento económico a tasas chinas, con políticas heterodoxas, de ampliación de derechos y redistribución del ingreso, sin tarifazos ni privatizaciones, en un contexto favorable de precios internacionales de los productos de exportación, permitieron al gobierno cancelar toda la deuda con el organismo el 3 de enero de 2006. Y lo hizo al mismo tiempo que el Brasil de Lula, en un escenario regional favorable. Salieron de las reservas del Banco Central 9800 millones de dólares y de ese modo se terminó la influencia del Fondo Monetario hasta 2018, cuando Juntos por el Cambio lo volvió a traer al país.

El lapso de dos años y tres meses que efectivamente estuvo vigente el acuerdo con el Fondo, hasta el pago de enero de 2006, no resultó de penurias económicas, sino todo lo contrario. La clave fue negociar desde el interés nacional. Un ejemplo más cercano en el tiempo lo ofrece Portugal. Entre 2010 y 2015, los gobiernos neoliberales en ese país aplicaron a rajatabla las recetas ortodoxas del FMI, con recortes de gastos, baja de salarios y jubilaciones y reformas estructurales, llevando a la economía a una crisis cada vez más severa. Desde 2015, cuando asumió el gobierno socialista de Antonio Costa, la política económica cambió de manera radical, restableciendo derechos, salarios, gastos y empleos, dando lugar a un período de recuperación para las mayorías populares. Y lo hizo también dentro del marco de un programa con el Fondo, por la deuda que tuvo que seguir pagando.

El gobierno del Frente de Todos necesitó nueve meses para reestructurar la deuda con acreedores privados y dos años y un mes para reprogramar la deuda con el FMI. La secuencia fue a la inversa de lo que hizo Kirchner porque en este caso los vencimientos más importantes eran primero con los bonistas, en tanto que en 2003 la Argentina ya estaba en default con esos acreedores. Pero los tiempos de la negociación fueron similares. Para algunos podrán ser demasiado extensos, pero en aquella oportunidad los buenos términos alcanzados fueron la plataforma para la posterior década ganada.

Una realidad diferente

El Frente de Todos soporta tensiones internas entre las distintas visiones que confluyen en el espacio, tanto de dirigentes como de simpatizantes, y le tocó negociar en un escenario totalmente distinto al de hace casi dos décadas, por el estallido de la pandemia. El hecho de haber logrado acercar la nave a la orilla en circunstancias internas y externas tan complicadas, con una oposición salvaje, medios de comunicación y resortes fundamentales del Poder Judicial en contra, es otra diferencia con lo que ocurrió en 2003. Pero tal vez la diferencia fundamental es que en aquel caso Kirchner era el conductor político del Frente para la Victoria, con una aceptación popular rotunda, mientras que Alberto Fernández es el catalizador de una coalición desordenada.

Un gesto político de Joseph Biden solicitado por Alberto Fernández hace un mes destrabó la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en una reunión de directorio fuera de agenda tiene previsto hoy avalar el borrador del programa económico y financiero que Kristalina Georgieva y su staff acordaron con Martín Guzmán y sus asesores, tras una larga batalla que se dirimió cuando faltaban pocas horas para que Argentina cayera en default.

Dos funcionarios de muchísima confianza del Presidente se reunieron -por separado- con Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, para pedir que Biden aplacara las exigencias técnicas de la Secretaría del Tesoro respecto al plan que presentó Guzmán para lograr la refinanciación de los 44.000 millones de dólares que contrajo la administración de Mauricio Macri en épocas de Donald Trump.

El movimiento diplomático fue exitoso y Sullivan logró que Janet Yellen, secretaria del Tesoro, tuviera una mirada más contemplativa sobre la propuesta técnica formulada por la Casa Rosada al FMI para obtener un crédito de Facilidades Extendidas, publicó Infobae.

Yellen abrió la mano y aceptó un plan que, según deslizan en el Gobierno, estaría a la medida de las pretensiones políticas de Alberto Fernández. Ese programa, acorde al último borrador que se manejaba anoche en Balcarce 50, presenta los siguientes aspectos:

1. Déficit Fiscal. El FMI logró que Argentina aceptará la meta de déficit cero en 2025, y admitió que en 2022 sea de 2.5 de Producto Bruto Interno (PBI). De esta manera, el ajuste fiscal es lento y permitiría evitar que frene la reactivación de los últimos meses.

2. Reformas estructurales. No están previstas para los próximos años. Fue una exigencia del jefe de Estado a Georgieva, que finalmente aceptó. En este contexto, la reforma laboral y la reforma tributaria -por citar dos casos obvios- quedaron postergadas en el tiempo.

3. Cronograma de Desembolsos. Son voluminosos en los primeros años y respetan una lógica política vinculada a la campaña electoral de 2023.

4. Marco Macroeconómico. No plantea profundas exigencias respecto a la emisión monetaria, el tipo de cambio y la reservas del Banco Central.

Los movimientos en la Rosada

Antes de llegar a este principio de acuerdo, Alberto Fernández lideró un agenda política que multiplicó las reuniones en la Casa Rosada y sus contactos vía celular con Europa y Estados Unidos.

El Presidente recibió a Sergio Massa, un protagonista silencioso al momento de articular contactos con DC. Georgieva dialogó con Guzmán y con un secretario de Estado que prefiere la sombra de los cortinados, y el embajador Jorge Arguello no dejó llamada sin hacer a la Casa Blanca y al Departamento de Estado.

Mientras el Presidente conversaba con Cristina Fernández de Kirchner, chateaba con líderes internacionales y cambiaba opiniones con Santiago Cafiero, el ministro de Economía y Sergio Chodos -representante de la Argentina en el Fondo- protagonizaban múltiples reuniones con sus asesores y con el staff que responde a las órdenes de Kristalina Georgieva.

Cuando había pasado la hora del almuerzo, y todo se encaminaba a un probable acuerdo, Guzmán pidió una milanesa de pollo al horno -pechuga- con ensalada de repollo para aplacar la ansiedad de las negociaciones. A su lado, con la atención clavada en su celular, Chodos avanzaba sobre una ensalada Cesar que terminó en escasos minutos.

Fue el único recreo que tuvieron en el día. A las dos de la madrugada, Guzmán y Chodos continuaban ajustando la presentación que se haría hoy ante el board del Fondo Monetario Internacional.

La reunión de directorio está prevista para los 8 AM de Washington (10 de la Argentina). Lo logrado hasta ahora no implica que el board actúe con mansedumbre cuando se discuta el principio de acuerdo que habilita la refinanciación del crédito Stand-By concedido al gobierno de Macri.

Los directores de Estados Unidos, Japón, Alemania, Canadá y Australia -por ejemplo- plantearan objeciones y ello pueda implicar que el borrador del acuerdo tenga ciertos modificaciones. Sin embargo, Alberto Fernández tiene la palabra de la Secretaría del Tesoro y del Departamento de Estado, y esos compromisos geopolíticos valen más que los cuestionamientos que se presenten en el board.

(Fuente: Análisis Digital)


Trabajo y desigualdad

Georgina Sticco, periodista y Cofundadora de Grow, género y trabajo , aborda el tema de la desigualdad salarial, y agrava uno de los problemas mas acuciantes en la actualidad, la distribución del ingreso. Ahora con los acuerdos con los acreedores externos, la deuda interna vuelve a colocarse en el lugar prioritario … pobreza y salario en argentina desde una perspectiva de genero.

Las mujeres, de acuerdo al Indec, ganan un 31% menos que los varones. Detrás de esta brecha se encuentran múltiples factores: si las mujeres trabajan en determinadas industrias o en determinados puestos, si la diferencia es por el mismo trabajo o si no. Lo cierto es que la brecha salarial visibiliza una desigualdad existente, y el desafío es desentramar esa desigualdad para poder generar estrategias que la desarticulen.

En este contexto, desde Grow realizamos un estudio junto al portal de empleos Bumeran, para contar con mayor información sobre el tema. A partir de un análisis de los datos registrados en la plataforma desde junio de 2019 hasta octubre de 2021, encontramos dos fenómenos: por un lado, que la brecha salarial se replica en las expectativas que tienen las mujeres con respecto a sus sueldos; y por el otro, que esta brecha aumenta con el tiempo.

Las expectativas de las mujeres, en promedio, están un 7% por debajo de la media del salario requerido para un puesto senior. En cambio, las pretensiones de los varones son un 9% mayores para el mismo puesto. Esto significa que mientras las mujeres piden una remuneración menor a un puesto senior, los hombres solicitan una mayor.

Esta diferencia la podemos explicar en función de distintos escenarios: 1) que las mujeres dentro de la plataforma estén solicitando puestos en categorías entre junior y senior, y los varones aspiren a categorías más altas, de senior a superior o jefe; 2) que mujeres y varones estén aplicando a las mismas categorías, pero las mujeres tengan una percepción o una valoración del puesto menor a la de los varones.

Para entender cuál de estas teorías tiene más peso, analizamos estos datos por áreas y jerarquías. Encontramos que tanto en las áreas masculinizadas, como Sistemas, y las feminizadas, como Comunicación, la brecha es de un 21% en los puestos senior; mientras que en los puestos junior la diferencia es del 5%. Esto significa que la variación porcentual entre expectativas salariales aumenta conforme se crece en la escala jerárquica. Podríamos decir que la brecha salarial también puede explicarse por la diferencia en la percepción de cuánto es el valor de un determinado puesto.

Desde Grow consideramos que las organizaciones empleadoras cumplen un rol fundamental para evitar que esta brecha de percepción se convierta en una brecha real. En primer lugar, podrían definir rango de salarios, cuyas variaciones no dependan de lo pretendido por cada persona, sino por los objetivos concretos alcanzados. En segundo lugar, deberían medir continuamente estas brechas para detectar desviaciones involuntarias. Empresas como Reddit, ya en el 2015 implementaron políticas de no negociación de salario al momento de la selección: por un lado para ser transparentes (publican los salarios en las búsquedas), y por otro, para reducir la brecha salarial.

(Ámbito Financiero)

Los trabajadores contra el orden de sus jefes

Celeste del Bianco, Redactora de Política de la cooperativa Tiempo Argentino, Además de su trabajo en Tiempo Argentino, es cronista de la Revista Anfibia y colaboradora en otros medios. Es integrante del Área de Géneros de Radio Nacional y productora de radio y televisión. En el 2020 ganó el Primer Concurso de Nuevas Narrativas del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), escribe sobre la convocatoria del próximo 1F en los palacios de tribunales …

Los y las trabajadoras del Poder Judicial también se suman a la movilización del 1F hacia el Palacio de Tribunales para reclamarle a la Corte Suprema de Justicia de la Nación el “fin del lawfare” y una reforma que contemple sus derechos laborales. El Sindicato de Trabajadores de la Justicia confirmó su participación en la marcha del próximo martes para pedir “una justicia para el pueblo”. 

Cada vez son más las organizaciones gremiales que adhieren y convocan a la protesta del martes 1 de febrero, cuando se reinicia la actividad judicial tras la feria. Además, confirmaron organizaciones sociales, de Derechos Humanos y políticas. Desde el interior del Poder Judicial, los empleados y empleadas piden que el máximo tribunal respete las leyes que exige cumplir. La secretaria general de SITRAJU de la República Argentina, Marieta Urueña Russo, indicó que “es un poder que está por fuera de la ley muchas veces”.

En diálogo con Tiempo, la dirigente afirmó: “Es necesario transformar el Poder Judicial al servicio del pueblo.  Cuando decimos eso no lo decimos solamente hacia afuera, hacia la sociedad, sino también hacia adentro, a quiénes integramos el Poder Judicial. Venimos con una exigencia fuerte hacia la Corte principalmente, como una de las cabezas, que es la que principalmente se niega a transformar y a adaptarse a los tiempos que corren”. 

Nosotros no tenemos convenio colectivo de trabajo a nivel federal. En el único lugar donde existe es la Ciudad de Buenos Aires, pero eso no existe en la justicia nacional. Eso tiene muchas implicancias: desde no tener un espacio dónde discutir el salario hasta otras cuestiones de la carrera judicial. Tenemos una normativa que es de la década del 50, absolutamente obsoleta. No tenemos licencia por violencia de género y un montón de situaciones que muestran lo alejados que están de la realidad y que se traduce en el trato hacia nosotros como trabajadores, como así también en las sentencias que se dictan. Al ser la máxima autoridad, si no le da importancia a estos temas, menos lo van a hacer los jueces hacia adentro”, dijo Urueña Russo.

Se mantiene en la postura de ‘la ley rige para todos, menos para mí que soy la Corte’. Es una simbología de lo que es la Corte, falla diciendo que se aplica el convenio colectivo de trabajo y se niega a sí misma a tener uno para sus trabajadores”, agregó. Por el momento, la Unión de Empleados Judiciales de la Nación, el otro gremio liderado por Julio Piumato no dio a conocer su postura ante la movilización. 

En distintas provincias se están organizando movilizaciones hacia los tribunales locales para sumar los reclamos particulares de cada jurisdicción al pedido general de una Corte Suprema de la Nación que termine con el lawfare. Están confirmadas las movilizaciones en Córdoba, Chaco, Santiago del Estero, Santa Fe, Jujuy, Mendoza y Tucumán, entre otras jurisdicciones. 

Por otra parte, también la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas confirmó su participación. “Es un tribunal que está al servicio del poder económico y no de las mayorías populares. Que rompe la inmediatez y el acceso a la tutela judicial efectiva. Neutraliza, fallo tras fallo, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, que fueron reconocidos por centenares de jueces idóneos en materia laboral y con tan solo tres de sus miembros, sin específica versación de la disciplina, destruyen la doctrina jurisprudencial de jueces especializados”, indicó el presidente de la organización Matías Cremonte. “Es una Corte que demora años en resolver las causas laborales y días en las que son relevantes para el poder económico”, agregó.

No todo cambia.

Una de las formas que, en un análisis de interpretación de datos y sucesos, puede seguirse como método, es la de articular esos datos y sucesos en un relato que “complete” lo que falta con posibilidades ciertas o no tanto. De esta forma datos y sucesos ciertos y veraces se entremezclan en textos y relatos que no condicen con causas, voluntades, intenciones de los actores que participaron de esos sucesos y que puedan inferirse sin lugar a otras interpretaciones de los datos en cuestión. Esta forma es la que eligen en general la gran mayoría de las Teorías de la conspiración, que atribuyen “negatividades” “errores” “malas intenciones” y “perversidades” a ciertas entidades u organizaciones secretas, cultos que sostienen secretos, extraterrestres camuflados, magía y poderes extrahumanos, iluminatis, masones y organizaciones con oscuros intereses y deseos de dominarnos a todos y dominar el mundo.

El problema adicional para quién pretende no caer en la trampa de mezclar datos y sucesos con interpretaciones y narrativas que la sitúen en contextos que difícilmente pueden ser probados o que “encubren” otras razones mas humanas y posibles, menos misteriosas pero emparentadas con una realidad que si puede ser verificada, los beneficios de disfrutar de situaciones de privilegio, de decidir sobre la vida de otros y tomar para uno esos beneficios negando el reparto equitativo del esfuerzo y de la riqueza generada, o directamente que esos privilegios y poder estén directamente asociados con el ejercicio de actividades como la venta de armas, “drogas ilegales” “tráfico de personas, de órganos,” y demás actividades ilícitas que forman parte de un “entramado” de negocios que se usa para otra guerra de intereses mas emparentada con los datos ciertos y la información y el conocimiento de sucesos y decisiones de actores que tienen la capacidad de influir y determinar muchos de los aspectos de la vida en comunidad. 

Existen muchos espacios de confusión. Desde algunas categorías ideológicas y sociológicas que, útiles en algún momento, dejan de representar voluntades comunes o intereses de grupos o instituciones, hasta las funciones específicas y ciertas de grupos e instituciones que no ofrecen la suficiente claridad ni la intención de que sus voluntades se conozcan, como el caso de las agencias de inteligencias, de las operaciones de espionaje y contra-espionaje, siempre mezcladas con el negocio de la guerra y los intereses económicos de minorías o de Estados que han logrado transferir a otros, sus problemas internos y se aseguran de estos modos que el ejercicio de las soberanías territoriales no impidan tales transferencias. Es una forma sencilla de explicar, sin tanta teoría de conspiración y avalada por hechos y datos, lo que en verdad sucede y que responde, casi siempre, a voluntad de humanos que conservan para si poderes que en ocasiones, siquiera resultan conscientes, sino que sencillamente no se piensan a la hora de privilegiar los privilegios propios. Si “Mi interés” es el único criterio de decisión que “me” importa, ¿para que pensar o buscar relatos que me permitan entender las consecuencias para otros y para las relaciones y el ordenamiento social, de esas “mis decisiones”?.

Así, Más complejo pero igualmente mas sencillo a la comprensión y el entendimiento sin necesidad de buscar elementos poco probables o cuya observancia, percepción y comprensión esta reservada a minorías que se constituyen así mismas en poseedoras de verdades que el común de los mortales ignora, la realidad surge atravesada por la complejidad de que somos muchos tomando decisiones en distintos lugares o en los mismos territorios, al mismo tiempo o en distintos tiempos y que producen las tramas de relaciones que dibujan la realidad. La percepción y entendimiento de tal realidad resulta mas simple si la comprendemos de estos modos complejos, que, con mayores facilidades para encontrar relatos y narrativas que expresen racionalmente explicaciones a los sucesos y conecte datos con estos, y atribuir a conspiraciones de pocos, aquello que en realidad es el resultado de todos y alli radica la gran dificultad. Poder distinguir cual es mi parte en todo este asunto.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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