Los mundos virtuales y reales en las disputas por los Estados Nacionales


Desde mediados de la década de los noventa, al compás de los efectos sociales devastadores de las reformas estructurales neoliberales implementadas en la región, se despliega un crisol de resistencias populares en las que emergen, o bien cobran mayor envergadura, movimientos y organizaciones sociales y políticas que cuestionan estos proyectos de ajustes y privatizaciones, expresando diversos niveles de relaciones de fuerza en cada realidad nacional, pero que en conjunto tienden a formular una impugnación al neoliberalismo como proyecto hegemónico. Empieza así a configurarse el escenario que desemboca en una serie de gobiernos que, en el nuevo siglo, habrían de tomar distancia de la herencia neoliberal y redefinirían el mapa político latinoamericano, especialmente en el Cono Sur.

Todos ellos –con matices y diferentes niveles de radicalidad–, están inscriptos en lo que podemos denominar “Ciclo de impugnación al neoliberalismo en América Latina” (CINAL). Aunque México, Colombia, Perú y Chile (tanto durante la Concertación como con Sebastián Piñera) quedan obviamente excluidos de esta dinámica, también las luchas políticas que se desarrollan en ellos remiten, de uno u otro modo, a la existencia del CINAL como parámetro de confrontación o emulación. Aquellos gobiernos con vocación “posneoliberal” internalizaron, con amplitud y profundidad diversa, las demandas populares que, en la mayoría de los casos, empujaron sus triunfos electorales y abrieron así un abanico de transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales, muy genéricamente definidas como “progresistas” –en comparación con las modalidades neoliberales que las precedieron–, más allá de la discusión sobre si las medidas que se aplicaron en cada país tuvieron o no un carácter genuinamente superador de la lógica neoliberal, sea por límites coyunturales o estructurales.

No obstante, en paralelo a la progresividad de varias de sus políticas, en estos procesos se evidenciaron tendencias a la reprimarización y al extractivismo, comunes a toda la región y en estrecha vinculación con las transformaciones del capitalismo global, en una etapa de alza de los precios de los alimentos, la energía y los minerales –abundantes en nuestros países–, como consecuencia de la irrupción de China como actor central en el mercado mundial. Por cierto, este contexto favorable a la exportación de los commodities regionales, implicó una reversión parcial del tradicional balance negativo en los términos de intercambio y constituyó la base material de la recuperación de ciertos márgenes de acción autónoma de los Estados de la región, aunque con matices diferenciales según cada estatalidad particular, ya que no es idéntica, por caso, la situación de los países escasamente diversificados en su estructura económica y que dependen principalmente de un bien de exportación, que los que cuentan con un mayor entramado industrial.
Los trabajos que integran este volumen son el producto del debate colectivo realizado en los últimos años al interior de los sucesivos Grupos de Trabajo (GT) de CLACSO “El Estado en América Latina: logros y fatigas en los procesos políticos del nuevo siglo” y “Estados latinoamericanos: rupturas y restauraciones”. Más allá de los diversos enfoques y perspectivas que cobijan los GT en su seno, coincidimos en ponderar la “cuestión del Estado” para el estudio y la investigación comprometida, en tanto lo caracterizamos como lugar de concentración de poder, arena privilegiada de disputas y territorio de luchas y construcción de hegemonía y contra-hegemonía, que si bien nunca estuvo ausente ni en retirada absoluta durante los años noventa –como pretendieron ciertas lecturas–, sí volvió, particularmente en los últimos tres lustros, a colocarse en el centro del debate intelectual y político.
Este retorno a “la cuestión estatal” supuso reponer la discusión nodal en torno al poder: hablar del Estado es referirse al poder, no solo en su dimensión restringida a “lo político” como campo específico de disputa, sino con respecto a la amplia significación económica y social que expresa, en tanto núcleo simbólico y material de condensación de relaciones de fuerzas. No es casual, en este sentido, que en los momentos históricos de alza de las luchas populares, pero también en aquellos signados por el impulso desestabilizador y/o restauracionista de las clases y élites dominantes en términos económicos, la “cuestión del Estado” vuelva a aparecer en el primer plano con mayor ímpetu, en la medida en que se plantea la disputa sustantiva por el poder social y político.
Esta centralidad, sin duda, se evidenció más nítidamente en los procesos que intentaron avanzar hacia propuestas alternativas de mayor radicalidad con respecto al neoliberalismo predominante en los años noventa (Venezuela, Bolivia, Ecuador, por mencionar los procesos más emblemáticos), así como en los que, de manera más ambigua o acotada, buscaron quebrantar o tomar distancia de algunos de sus núcleos fundantes (Argentina, Brasil, Uruguay, Nicaragua, El Salvador). Pero también estuvo presente en aquellos países donde la hegemonía neoliberal logró perdurar sin grandes fisuras (Colombia, Chile, Perú, México).
Estados en disputa: auge y fractura del ciclo de impugnación al neoliberalismo en América Latina / Hernán Ouviña; Mabel Cristina Thwaites Rey; compilado por Hernán Ouviña; Mabel Cristina Thwaites Rey.
- 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: El Colectivo, 2018.
332 p. ; 22 x 15 cm.
Bajo esta premisa de "Estados Nacionales" (Sus gobiernos e instituciones) en disputa, se pueden leer de manera diferente las noticias del día.
Hidrovía

El gobierno nacional tomará el control del servicio de la Hidrovía Paraná-Paraguay durante un año, según informó el secretario de Transporte de la Nación, Alexis Guerrera. El objetivo será preparar una licitación para la vía navegable por los próximos 15 años.
El control de la Hidrovía de 3.500 kilómetros de extensión está hoy en manos de una empresa belga, Jan de Nul, en conjunto con Emepa, el socio local. La concesión terminó este año y fue prorrogada desde abril.
El presidente del Astillero Río Santiago, Pedro Wasiejko, celebró la decisión del gobierno de que la red fluvial troncal del Río Paraná, llamada Hidrovía, sea estatizada por 12 meses tras el vencimiento de la concesión, que fue prorrogada meses atrás.

 “Es un paso importantísimo”, señaló Wasiejko, quien recordó que desde 1995 la Hidrovía estuvo en manos del sector privado de manera absoluta y que "el Estado no tenía participación". 
 


"Los privados decidían desde el peaje que se cobraba hasta las obras que se realizaban", señaló en diálogo con Víctor Hugo Morales por AM750. En este sentido, el titular del Astillero Río Santiago señaló que con la decisión del Poder Ejecutivo la recaudación de la Hidrovía se hará a través de un ente estatal.

"Acá se cobraba 3.06 dólares por tonelada cuando la media internacional es de 2.06 dólares la tonelada", expresó.

Además, Wasiejko señaló que la administración de los privados era más cara para los productores comparado con lo que sucede a nivel internacional. "Está decisión favorecerá a los productores locales y a la industria nacional", sostuvo.

El fin de la concesión

El fin de la prolongación de la concesión en los términos que rigieron en los últimos 25 años y el cobro del peaje o canon a cargo de un organismo del Estado son las reivindicaciones centrales que plantea desde hace tiempo un sector del Frente de Todos por el fin de la concesión.
La actual concesión está en manos del consorcio que conforman la empresa belga Jan de Nul y la local Emepa, de Gabriel Romero.
(Página 12)

Diputados

Está convocada oficialmente la sesión para el jueves y no se desdoblará en dos sesiones, como estaba previsto. La sesión comenzará a las 14 y tendrá como temas salientes el Marco Regulatorio de Biocombustibles y la reforma del Monotributo. 

También se tratará:
    • una modificación del Código Procesal Penal que establece plazos máximos para la resolución de los recursos de Casación;
    • el Programa de Fortalecimiento y Alivio Fiscal para Pequeños Contribuyentes;
    • un proyecto de ley del PEN que amplía las exenciones en Impuestos a las Ganancias y Bienes Personales para activos de inversiones financieras en moneda nacional.
En el Senado empieza hoy en comisión el debate por el proyecto para regular la industria y comercialización de cannabis. Comienza a las 15 y participará el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
(Cenital)

Los alimentos por las nubes… y también en la basura
Aumento de los precios a escala mundial
América Latina debería poder alimentar 10 mil millones de personas en 2050
Por Sergio Ferrari

Impacto mortífero para los bolsillos populares. Los precios de los alimentos básicos se dispararon en todas partes y alcanzan los valores mundiales más altos de la última década.
Los alimentos costaron en mayo del 2021 un 39.7% más que en mayo del año pasado. Así lo señala el índice de precios elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), publicado en la primera quincena de junio (http://www.fao.org/worldfoodsituation/foodpricesindex/es/ ).

El maíz explota

Para arribar a estos datos, el organismo internacional da seguimiento sistemático a cinco grupos sectores básicos:  los cereales, los aceites vegetales, los productos lácteos, el azúcar y la carne. Un desglose detallado por rubro permite tener una visión general de esta tendencia alcista generalizada.

En mayo, los cereales aumentaron 36.6%, si se compara con los precios del mismo mes del año pasado. Los valores internacionales del maíz fueron los que más subieron, alcanzando un 89.3% por encima del registrado en igual momento del 2020. Estos aumentos representan el nivel más elevado desde enero de 2013. Según la FAO, la posibilidad de disminución de la producción en Brasil acentuó la presión sobre la oferta mundial, de por sí ya muy limitada.
 

Los precios internacionales de la cebada y el sorgo también se incrementaron en mayo. Tras el aumento repentino de los precios del trigo, una mejoría en las condiciones de los cultivos, sobre todo en los Estados Unidos de América y la Unión Europea, provocó un marcado descenso de su precio a finales del último mes. Aun así, en promedio, este grano superó en un 28.5% los valores de un año antes.

Los aceites vegetales –palma, soja, colza– aumentaron 7.8% en lo que representa ya el decimosegundo aumento mensual consecutivo. Las cotizaciones internacionales del aceite de palma mantuvieron una tendencia alcista en mayo y alcanzaron su nivel más elevado desde febrero de 2011. Debido, principalmente, al débil crecimiento de la producción en los países de Asia sudoriental, junto con la extensión de la demanda mundial de las importaciones. También aumentó el aceite de soja, muy demandado por el sector del biodiesel.

En cuanto a los productos lácteos, la FAO registró un salto de un 28% con respecto a mayo de 2020. Sin embargo, las cotizaciones internacionales de la leche desnatada en polvo fueron las que más subieron. La sólida demanda de importaciones en un contexto de escasez de suministros procedentes de la Unión Europea explica dicho aumento.
El índice de precios de la carne experimentó un alza del 10% en relación al mismo mes del año pasado, aunque todavía se mantuvo un 12% por debajo de su precio máximo de agosto de 2014.

En cuanto al azúcar, el estudio de la FAO constató un aumento en mayo de un 6.8% con respecto a abril, el más elevado desde marzo de 2017. La subida de las cotizaciones internacionales de este producto se debió, principalmente, a retrasos en las cosechas y a la preocupación ante un menor rendimiento de los cultivos en el Brasil, el mayor exportador del mundo, a causa de la sequía prolongada. El aumento de los precios del petróleo crudo y el continuo fortalecimiento de la moneda brasilera frente al dólar estadounidense también favorecieron la subida. No obstante, los grandes volúmenes de exportaciones procedentes de la India contribuyeron a moderar los precios e impidieron un mayor incremento mensual.

Interrogándose sobre las causas de esta explosión de precios a nivel mundial, un reciente artículo de la BBC Mundo responde: “Como era de esperar, el aumento está relacionado a la pandemia. Los proveedores se han visto afectados por interrupciones en la producción, la mano de obra y el transporte. Y mientras tanto, la demanda de alimentos está creciendo”.

El medio británico recuerda que “los expertos habían advertido que la alta demanda y la baja producción conducirían a un aumento de la inflación a medida que las economías salieran de las restricciones impuestas por la pandemia”. Y anticipa que, sin embargo, “algunas industrias podrían experimentar una fuerte recuperación”. La FAO prevé una producción mundial récord de cereales este año, lo que puede ayudar a aliviar las presiones alcistas de los precios.

Unos con hambre, otros derrochan

Si la pandemia juega un rol condicionante en los precios de la canasta básica a nivel internacional, intervienen también otros factores estructurales: América Latina pierde el 12% de sus alimentos antes que éstos lleguen a la venta al por menor.

Esta es la principal conclusión de otro estudio de la misma organización onusiana de fines de abril. Afirma que unos 220 millones de toneladas de alimentos terminan en la basura, luego de la cosecha y antes de la venta minorista.

Esta pérdida representa 150.000 millones de dólares. Cifra de magnitud si se considera que al menos 60 millones de latinoamericanos y caribeños se confrontan con el drama de la inseguridad alimentaria.
El informe más recientes de la Agencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente –publicado en marzo de este año y correspondiente al 2019– señala que casi una quinta parte de toda la comida del mundo acaba en los tachos de basura de los hogares,  los restaurantes y  otros sitios donde se sirven alimentos (https://news.un.org/es/story/2021/03/1489102 ).

Comparativamente, el peso de esos alimentos equivaldría, a 23 millones de camiones de 40 toneladas completamente cargados. Puestos en fila, darían siete vueltas a la Tierra. 

A nivel mundial, cada año se desperdician 121 kilogramos de alimentos per cápita. Una de las conclusiones más significativas del estudio, es que no se observan grandes diferencias entre países ricos y en desarrollo. Nigeria es uno de los países donde más comida se tira a nivel familiar: unos 189 kilos per cápita al año, comparados con los 59 kilos de Estados Unidos de América. En México se desperdician 94 kilos, en España, 77 y en Colombia, 70.

La agricultura, apuesta latinoamericana también de futuro
Según previsiones de las Naciones Unidas (https://news.un.org/es/story/2021/04/1490932) América Latina y el Caribe “en tanto pilares de la seguridad alimentaria” deben jugar un papel esencial de cara al futuro: garantizar la alimentación de 10.000 millones de personas en el 2050. En la actualidad aporta el 14% de la producción mundial de alimentos y el 45% de su comercialización y sus sistemas agroalimentarios suponen casi la mitad del empleo total del sector, el cual representa entre el 30 y el 40% del Producto Interno Bruto regional.

Sin embargo, la ONU reconoce que la pandemia ha provocado un retroceso sin precedentes en la lucha contra el hambre y que, en consecuencia, más de 20 millones de personas en la región podrían engrosar las filas de la pobreza. Esta crisis continental, responsable de casi la mitad de los casos totales de contagios y decesos, en 2020 provocó una contracción del 7.7% del PIB, el cierre de 2.700.000 de empresas y un retroceso sin precedentes en la lucha contra el hambre y la pobreza.
Los organismos internacionales proyectan en diez años el tiempo necesario para que el continente alcance sus niveles pre pandémicos. Paradoja de la historia:  a pesar del creciente desempleo, las exportaciones agrícolas regionales aumentaron durante la pandemia, lo que pone de manifiesto la resistencia del sector en la mayoría de los países.

En la agricultura, sus innovaciones y diversificación, América Latina y el Caribe se juegan gran parte de su futuro. Sin embargo, “la” agricultura no es una, ya que implica una pugna de modelos y conceptos (agronegocio vs. agroecología) y exige cambios profundos de actitudes de la sociedad planetaria, como, por ejemplo, evitar el desperdicio de alimentos.
Todo esto en una coyuntura internacional de interdependencia creciente, en momentos en que los precios de los alimentos básicos se disparan en todo el mundo y los platos rotos, como siempre, los pagan los sectores sociales menos pudientes.  (Prensa Ecuménica)

Las nuevas tecnologías, por encima de los Estados, plantean las cuestiones internacionales y geopolíticas dentro de esas mismas tensiones entre las elites financieras y las capacidades soberanas, productivas y de administración territorial y de los recursos que genera la acción y el trabajo humano, para apropiarse de los beneficios y colocarse en situaciones de privilegio respecto a las demás. El problema del acceso a datos e información, su gestión, producción y administración, se constituyen en el presente en uno de los elementos que entran en juego en esas disputas con los Estados por el control y la administración que designe sentidos populares o sentidos a favor de las elites.
WhatsApp, un mensaje grupal en forma de lección
La intimación a los usuarios del servicio de mensajería de Facebook para que autoricen el cruce de datos personales entre las plataformas de la compañía abrió una discusión mundial sobre el valor de los datos personales y el abuso de posición dominante de las big tech. Mensaje para la política y para las empresas.

El cambio de política de privacidad en WhatsApp, el servicio de mensajería de Facebook que usan más de 2000 millones de personas, levantó polvareda en todo el mundo. Alemania y otros países europeos, Brasil e India reclamaron a la compañía de Mark Zuckerberg que frene la intimación a sus usuarios para que autoricen el cruce de sus datos entre Facebook, Instagram y WhatsApp. El caso canaliza problemas de vieja data impregnados a la genealogía de Facebook y también muestra el errático comportamiento de los poderes públicos a nivel mundial sobre el valor de los datos personales y sobre el maltrato a la competencia en la economía digital. Las plataformas de Internet tienen nuevos mensajes en sus casilleros.

En la Argentina, WhatsApp tiene una penetración que supera el 80% de los teléfonos móviles. De las aplicaciones de mensajería, concentra el 95% del mercado en el país. La adopción y masividad de la app es facilitada por la política de “zero rating” por parte de las operadoras de comunicaciones móviles, que bonifican el uso de WhatsApp (y no de otros servicios de mensajería), lo que motiva que especialmente los sectores con menores recursos utilicen masivamente la aplicación. Otro incentivo para la adopción de WhatsApp es la cantidad de servicios de salud, educación, transporte, comercio y producción que la tienen como vía exclusiva de comunicación. Parte importante de la información sobre cuidado y prevención del coronavirus es tramitado a través de esa plataforma, por ejemplo.
 

Este lunes 17 de mayo, el Boletín Oficial publicó el dictamen de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) con una medida cautelar para que Facebook suspenda durante 180 días la puesta en vigor de las nuevas condiciones del servicio de WhatsApp. El fundamento de la cautelar es que con este giro Facebook podría “lesionar la competencia y el interés económico general”, lo que se tramita en la investigación abierta por la CNDC.

Facebook dice que el cambio habilitará anuncios más efectivos y personalizados en sus plataformas. La publicidad es su principal fuente de ingresos. La compañía promete que todos los cambios preservan el cifrado punto a punto de las conversaciones, por lo que Facebook no puede leer los mensajes de la aplicación.

El cambio de política avivó quejas de usuarios, de gobiernos y campañas de servicios de mensajería con y sin fines de lucro (entre los primeros, Telegram; entre los segundos, Signal). Tras la reacción negativa suscitada por el anuncio que tenía pensado concretar en febrero último, Facebook postergó al 15 de mayo su concreción; días antes de esa fecha, anunció que no habría problemas en el uso de la aplicación para quienes no hayan aceptado los cambios –no dijo durante cuánto tiempo-, postergación que la comunicación de la compañía justifica en la pandemia aunque reconoce una mala campaña de comunicación inicial. En la Argentina, según Facebook, el 75% de los usuarios aceptaron ya los cambios.

La información personal que se autoriza a compartir con la nueva política consta de número de teléfono, nombre, perfil; pagos y transacciones financieras; contactos; actualizaciones de estado; cuándo usa WhatsApp y por cuánto tiempo; información sobre cómo interactúa con sus contactos, grupos y empresas; información sobre el dispositivo móvil: carga de batería, proveedor de servicios de Internet, potencia de la señal, modelo de hardware, sistema operativo; dirección IP, que indica la ubicación de la conexión a Internet.

Todos esos datos ya son recolectados y administrados por Facebook en servidores y redes en las que aloja el servicio de sus plataformas Facebook, Instagram y WhatsApp. Se trata de datos personales que otras compañías con posición dominante en otros servicios, como Google con el motor de búsqueda y con su sistema operativo Android, también recolectan masivamente.

Desde la perspectiva de Facebook, el cambio busca obtener ingresos por la aplicación de mensajería que adquirió en 2014 y que, siendo masiva, sin embargo no cubre sus costos de funcionamiento. Descartada por la compañía la posibilidad de introducir anuncios en WhatsApp directamente, Facebook busca lubricar el acceso a WhatsApp de las empresas para incrementar aún más el aprovechamiento de la segmentación y personalización de avisos publicitarios y ofertas a sus millones de usuarios de las plataformas que posee.

Pero hay que entender la reacción negativa a esta novedad de Facebook en el marco del crecimiento de la preocupación pública sobre la recolección masiva de datos personales de las grandes plataformas, el tipo de tratamiento que hacen de esa información, su transporte y comercialización. La sensibilidad sobre estas cuestiones, reducida a ámbitos especializados hace un lustro, hoy es parte de la agenda pública al calor de escándalos que tuvieron a estas compañías como protagonistas, con el caso Cambridge Analytica como estandarte.

En este sentido, puede verse en la reacción de algunos actores políticos y sociales a este cambio que ensaya Facebook con el cruce de datos que ya están almacenados en sus servidores -en teoría, en forma no integrada-, cierta sobreactuación que procura lavar la falta de atención a abusos pasados en el manejo de un tema sensible como la información personal de miles de millones de personas por parte de las big tech.

De hecho, este caso echa luz sobre una paradoja extendida en todo Occidente por parte de la política profesional (gobiernos, poderes judiciales y legislativos) y de las organizaciones de defensa de los datos personales: mientras buscan minimizar o revertir la extracción sistemática (muchas veces sin consentimiento) de la información de usuarios de servicios que, como los de Facebook y Google, se presumen gratuitos porque, precisamente, procesan esos datos con fines publicitarios, a la vez exigen a las mismas compañías medidas draconianas para identificar cuentas y para evitar las operaciones de desinformación, la manipulación electoral, el grooming, el trolleo o los discursos de odio.

Ahora bien, dada la posición dominante de Facebook en el sector de las plataformas de redes sociales digitales y en particular en las aplicaciones de mensajería, y los efectos de red propios de la economía digital, los usuarios no pueden elegir libremente las condiciones de servicio.

Además, la política de “zero rating” disuade a usuarios –en especial, los de bajos recursos- de emplear otras aplicaciones que consumen crédito telefónico. El resto de servicios de mensajería, en tanto, no cuentan con el acceso a los datos de Facebook, por lo que la aceptación de estos cambios generará todavía más distorsión del poder de mercado de esta compañía dominante en detrimento del resto.

La bonificación de WhatsApp contradice el principio de “neutralidad de la red”. Si se aprovechara este caso para incluir en el “zero rating” a otras aplicaciones de mensajería, tanto la competencia y la libertad de elección, así como la neutralidad de la red, serían beneficiadas.
 

Según el dictamen de la CNDC “las demás aplicaciones de mensajería todavía tienen baja penetración, por ello el usuario no puede sustituirla sin perder este medio de comunicación con muchos de sus contactos. Esto genera una fuerte asimetría en el poder de negociación entre el usuario y WhatsApp, por lo que se verán obligados mayoritariamente a aceptar las nuevas Condiciones del Servicio, habilitando de ese modo a WhatsApp a que recopile datos personales excesivos y comparta la información personal de manera indebida con otras aplicaciones del grupo, tales como Facebook e Instagram.”

Así como Facebook amortiguó las críticas recibidas por su controvertida política de edición y moderación de contenidos a través de la reciente creación de una Junta de Supervisión creada como mecanismo de autorregulación, tal vez podría avanzar en el mismo sentido con su (des)manejo de datos personales, que le aporta tantas satisfacciones monetarias como cuestionamientos políticos y sociales.

El texto fué escrito por Martín Becerra bajo el Título "Datos personales y competencia en la plataforma dominante de mensajería" , Publicado en elDiarioAR el 19/5/2021. Yo le he tomado desde el sitio del autor: (https://martinbecerra.wordpress.com/ )

Digital Future Society, impulsada por la Vicepresidencia Segunda del Gobierno de España y Mobile World Capital Barcelona, ha celebrado en el MWC Barcelona 2021 un encuentro entre ponentes de máximo nivel sobre el humanismo en la era digital.

Destacados pensadores, líderes institucionales, activistas y personalidades del sector privado han debatido sobre las múltiples oportunidades que ofrece la tecnología, así como las disrupciones que conlleva y que deben abordarse, desde una perspectiva ética y humanista, para solucionar los desafíos de la emergencia digital.
El Primer Teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, ha dado la bienvenida al evento y ha destacado que Barcelona se ha convertido en la capital digital y en uno de los polos de atracción tecnológica de Europa. Asimismo, ha destacado la creación de Digital Future Society hace tres años como foro de los derechos cívicos, sociales, democráticos en la nueva era de la tecnología.

La Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, ha sido la encargada de moderar la primera mesa redonda sobre la evolución humana y el futuro de un mundo conectado, quien ha destacado que este tipo de debates sirve para plantearse grandes preguntas cuya solución nos la puede ofrecer la propia tecnología.
Artigas ha señalado que “la crisis actual a la que nos enfrentamos, que tiene su vertiente sanitaria, climática y digital, ha puesto en duda el futuro de la humanidad en la era digital con una serie de disrupciones revolucionarias”.

El historiador Yuval Noah Harari ha destacado en su intervención que la Inteligencia Artificial y el Big Data ya están cambiando el mundo y que la gran revolución y el mayor peligro será la capacidad de hackear a los seres humanos, meterse en nuestra piel y saber lo que estamos sintiendo y pensando, porque nuestros sentimientos son patrones biológicos y eso es exactamente lo que la IA analiza bien. No obstante, el escritor israelí ha querido aportar una visión optimista enfatizando que la tecnología, usada de forma inteligente, puede llegar a crear el mejor sistema de salud del mundo, pero no debemos esperar que la tecnología nos de la solución, solo nos da herramientas y respuestas, la solución está en manos de los humanos.

En la segunda parte del evento, el CEO de GSMA, Mats Granryd, también ha puesto de manifiesto la importancia del debate ético en el mayor evento de comunicación móvil del mundo. “Las tecnologías móviles ha sido más importantes que nunca en este último año, la industria ha dado un paso al frente para debatir sobre el futuro de forma pionera, también fuimos la primera industria en comprometerse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

Una segunda mesa redonda, moderada por Cristina Colom, directora de Digital Future Society, ha contado con representantes del sector privado y de la sociedad civil, quienes han conversado sobre las tecnologías responsables en la sociedad digital. “La crisis por el COVID-19 ha puesto de manifiesto desigualdades y ha acrecentado las brechas digitales y el sector privado puede jugar un papel preponderante en esta lucha contra la emergencia digital”.

La tercera parte del evento ha puesto el foco en Europa y cómo debe ser el liderazgo europeo en un panorama digital global. La Vicepresidenta de la Comisión Europea y Comisaria de la Competencia, Margrethe Vestager, ha participado en la sesión, destacando la importancia de que este tipo de debates tecnológicos se aborden desde la perspectiva ética y humanista.

“Las tecnologías siempre tienen que servir a un desarrollo humano, es esencial que todas las personas de nuestro continente puedan formar parte de la tecnología. Europa es pionera en establecer un marco de referencia con el que se marcarán las normas de una sociedad digital justa. Europa tiene que liderar y alinearse con otros países que piensen de la misma manera para encabezar un espacio digital”, expresó la Vicepresidenta de la Comisión Europea.

La Vicepresidenta segunda y Ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha cerrado el evento subrayando cómo desde Europa y, concretamente, desde España se está liderando una digitalización desde un punto de vista humanista.
La ministra ha apuntado la necesidad de tener un marco regulatorio adecuado “los gobiernos debemos garantizar que la digitalización va en la buena dirección, con normativa adecuada que se ponga en práctica, en este sentido, destaca el proceso participativo con un grupo multidisciplinario para la redacción de la Carta de Derechos Digitales”.
(T&N Magazine)
 
El mundo virtual y el real convergen en estas disputas por los sentidos sociales y comunitarios de las gestiones respecto de la formulación de políticas publicas y sentidos colectivos de las acciones humanas que definen la realidad en tanto formas de producir y distribuir esfuerzos, ideas, pensamientos, creaciones y producciones en aras de comunidades humanas mas concientes y mejor organizadas, para alcanzar desarrollos mas equitativos, inclusivos, solidarios y menos concentrados en pocas manos que se benefician con el esfuerzo de muchos.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

 

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