De Españoles, italianos, Judíos, Norteamericanos, Chinos, latinoamericanos y Argentinos en estos días de la peste ...

 


La confusión entre Octavio Paz y Litto Nebbia se presta al cachondeo, pero no es grave, porque palabra más o menos ambos dijeron lo mismo. Lo problemático es el contenido de la frase, que refleja un lugar común cultural de la pampa húmeda. Cuando Octavio Paz dijo que los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos, lo hizo citando la frase que le escuchó a un periodista argentino. A su vez, el comentario del autor de la diatriba anti estatista El ogro filantrópico, fue oral y su transcripción se debe a Carlos Fuentes, quien entendió bien que era una joda, cosa que no puede decirse de todos los escandalizados por la gaffe presidencial.

Es aconsejable no enredarse en una polémica estéril sobre sus palabras y observar mejor sus actos y el contexto general. Hace un siglo, el escritor nacionalista Ramón Doll dijo que “cuando el país era gaucho (él también se olvidó de los indios), la oligarquía para detenerlo le opuso el mito gringo. Ahora que es gringo, la oligarquía para detenerlo le opone el mito gaucho”. Se refería a la inmigración de las últimas tres décadas del siglo XIX y primera del siglo XX, y al movimiento cultural que acompañó a la represión del Ejército y de la Legión Patriótica en torno a la Semana Trágica de 1919, con la creación de los Cursos de Cultura Católica, precursores de la PUCA.

Esta historia tiene raíces profundas, que David Viñas expuso en su obra magna, Indios, Ejército y frontera, que la ubica en el contexto de la expansión del capital, el desplazamiento de masas humanas de la Europa blanca sobre lo que se consideraban espacios vacíos y el exterminio de los pueblos originarios para apoderarse de sus tierras, con pretextos civilizatorios y religiosos, de efectos duraderos.

En 2007 fue beatificado Ceferino Namuncurá, hijo del cacique mapuche Manuel Namuncurá, quien el 5 de mayo de 1884 se sometió a las tropas del general Julio Roca. Fue mediador de su rendición el misionero salesiano Domingo Milanesio, quien bautizó a Ceferino. Sobre la humillación, escarnio: el Ejército vencedor concedió a Manuel Namuncurá ocho hectáreas de tierra y el grado de coronel y la Iglesia Católica elevó a uno de sus hijos a los altares. La beatificación de Ceferino sacraliza el rol de esa institución como sustento dogmático de la represión contra los sectores subordinados de la sociedad. Las campañas de Roca y de la última dictadura consolidaron grupos de poder decisivos y nuevas formas de inserción en el mercado mundial. Viñas atisba en 1982 que los indios fueron los primeros desaparecidos. La jerarquía episcopal bendijo ambas masacres.

En 2008, al año siguiente de la beatificación y en pleno conflicto con la Sociedad Rural por las retenciones, el periodista e historiador Richard Gott publicó un esclarecedor artículo en el diario londinense The Guardian sobre la composición étnica de la Argentina. Gott entrevistó al genetista Daniel Corach (el primo bueno), cuyas investigaciones indican que el 56% de la población actual del país tiene sangre indígena. A una conclusión similar había llegado desde la crítica literaria la ensayista venezolana Susana Rotker, esposa hasta su muerte de Tomás Eloy Martínez. “No somos tan europeos como creemos”, explica Corach, quien durante más de una década examinó el ADN de 12.000 personas en once provincias. Según el investigador de la Universidad de Buenos Aires, 20 millones de argentinos son de origen indígena mientras apenas 16 pueden remontar sus ancestros a Europa.

El abuelo de Ceferino, Juan Calfucurá, mantuvo durante décadas una relación de paz armada con el gobierno bonaerense de Juan Manuel de Rosas, a quien apoyó con hombres de combate en la batalla de Caseros de 1852. Luego de la victoria de Urquiza, Calfucurá le envió a su hijo Manuel Namuncurá, quien fue convertido al catolicismo en Paraná. Calfucurá murió en 1873 y su tumba fue profanada por “la soldadesca” del Ejército, según la calificación del canciller Estanislao Severo Zeballos. Junto a los restos del último soberano de la pampa exhumaron los de su caballo, diversas armas y veinte botellas de anís, caña, ginebra, aguardiente, licor de manzanas, cognac y agua, lo que a su juicio revela que estos indios “conservan una noción oscura de la inmortalidad del alma”. La tropa del general Levalle, dice Zeballos en sus Episodios en tierras del sur, “había trabajado medio día al rayo del solazo de esta época y encontró en las botellas un refrescante que debió parecerle tan delicioso como los helados de la confitería del Águila. En un instante fueron agotadas las botellas de las bebidas del finado, que estaban herméticamente cerradas y cuyos tapones volaban con gollete, bajo el lomo de los puñales”. Zeballos llegó a reunir una colección de 150 cráneos que varios coroneles de Roca le traían como regalo para su museo privado junto con objetos de plata y con las varias cajas del importante archivo del cacicazgo de Salinas Grandes, saqueados a estos “salvajes”, como los llamaba, que tenían una oscura comprensión del espiritualismo católico.Contrastes

El escritor católico Manuel Gálvez, quien llamó a Ceferino El santito de la toldería, se sintió obligado a explicar por qué había decidido escribir la biografía de “un oscuro indiecito que pasó ignorado por este mundo y que nada hizo de importante”. Sus argumentos son notables: “Más que la virtud de Ceferino y que sus formidables antepasados, me ha atraído el contraste entre el ambiente en que nació, la pampa bárbara, y el ambiente en que vivió, la Roma de Pío X. No, no ha habido en el mundo, nunca jamás, una posición igual. En la pampa de Calfucurá y de Namuncurá, sangre, violencias, saqueos, latrocinios, corrupción, ignorancia absoluta, paganismo. En el ambiente que rodeó a Ceferino en sus últimos meses, la Iglesia de Cristo, la bondad del Santo Padre, la cultura latina y cristiana. Con pocos años de diferencia, el hijo de la Pampa, que oyera entre los suyos los relatos de los malones, oirá la palabra del representante de Cristo y las voces maravillosas del órgano en San Pedro del Vaticano. ¿No es un milagro eso de haber pasado desde los ranchos junto al Collon-Curá hasta la capilla Sixtina, decorada por Buonarroti?” En Turín, Ceferino fue recibido por la reina y la princesa de Saboya, y en Roma por el papa Giuseppe Sarto, el implacable Pío X, denunciador de modernistas y católicos sociales, quien le regaló una medalla. Todos los relatos hagiográficos destacan la complacencia del Pontífice al escuchar al humilde aborigen expresarse en italiano.

Ceferino agonizó sin quejarse y murió en 1905, a los 18 años, de tuberculosis, una de las enfermedades contagiadas a los pueblos originarios por soldados y misioneros. El año anterior había concluido la segunda presidencia de Roca, quien ingresó a la política con lo puesto y amasó desde el gobierno una fortuna incalculable. No es casualidad que su biografía novelada por Félix Luna haya coincidido con la primera presidencia de Menem. El tucumano es el prócer preferido de la oligarquía argentina, que lo exalta como artífice de la unidad nacional y el desarrollo económico. Que haya sido un asesino serial no les parece relevante.

Paciencia

Cuando Roca inició su campaña de exterminio le pidió al arzobispo de Buenos Aires Federico Aneiros la designación de capellanes que acompañaran a las tropas. El sacerdote Santiago Costamagna confió sus preocupaciones al creador de la sociedad de San Francisco de Sales, Juan Bosco. Su incomodidad por el uso de medios poco evangélicos no llegaba a poner en duda su participación en la campaña: “¿Qué tienen que ver el ministro de guerra y los militares con una misión de paz? Mi estimado Don Bosco, es necesario adaptarse por amor o por la fuerza. En esta circunstancia la cruz tiene que ir detrás la espada. ¡Paciencia!”

Pocos meses antes se había conocido que uno de los hermanos de Roca (que tuvo siete) había hecho fusilar a más de medio centenar de indígenas. Rudecindo Roca en su parte de campaña los había dado por muertos en un enfrentamiento con sus tropas. Pero el diario La Nación reconstruyó que eran prisioneros que habían sido encerrados sin armas en un corral. Para el diario que Mitre había fundado ocho años antes, se trató de un “crimen de lesa humanidad”. Los partes militares estudiados por la antropóloga Diana Lenton también dan cuenta del secuestro de chicos, la matanza de prisioneros, la violación sistemática como arma de guerra, la prostitución forzada como botín de los soldados.

El vicario general y futuro arzobispo de Buenos Aires Mariano Espinosa y los salesianos Costamagna y Luis Botta llegaron con la vanguardia del Ejército hasta el río Colorado, donde oficiaron misa. En el camino iban convirtiendo a los indígenas que quedaban con vida. Cumplían así con una parte del mandato constitucional (“Proveer a la seguridad de las fronteras; conservar el trato pacífico con los indios, y promover la conversión de ellos al catolicismo”). Según Roca esos desolados campos se convertirían en pueblos florecientes en los que millones de hombres vivirían ricos y felices.

Ricos y felices vivieron menos de dos mil personas, entre ellos altos jefes o proveedores del Ejército, como el propio Roca y sus hermanos Ataliva y Rudecindo, entre quienes se repartieron centenares de miles de hectáreas de tierra. Roca reforzaba la fidelidad militar con la entrega de enormes superficies arrebatadas a los pobladores originarios pero también a los pioneros blancos de la frontera que su Ejército arrasó.

Las memorias de uno de los oficiales de esa campaña, el comandante Manuel Prado, cantan a los “pobres y heroicos milicos”, cuyos restos se blanqueaban confundidos con las osamentas del ganado, a orillas de las lagunas o en el fondo de los médanos, mientras la tierra pública era “marchanteada en concesiones fabulosas de treinta y más leguas” que caían bajo “la garra de favoritos audaces”, que formarían el núcleo de la oligarquía.

Costamagna, uno de los capellanes salesianos que llegaron al Río Negro para catequizar a los vencidos, consignó: “La miseria en que los encontré es algo impresionante”. En 1883, Milanesio y su colega Giuseppe Fagnano denunciaron los “agravios a las garantías de los vencidos”, pero sólo en cartas que enviaban a Italia, mientras en el país actuaban como parte de un “bloque civilizador” unido.

Hasta Zeballos, el propagandista contratado por Roca para exaltar su gesta, consignó que de los 4.032 muertos y prisioneros hechos por el Ejército sólo 911 “son de pelea, los demás de chusma”, es decir, mujeres y niños.

Los salesianos querían convertir a los indígenas y asentar colonias agrícolas en el lugar. La oligarquía y el Ejército tenían otro plan: los hombres debían trabajar en condiciones de esclavitud en los ingenios azucareros de Tucumán (la provincia natal del Presidente Avellaneda y de su ministro y sucesor Roca), las mujeres y sus hijos como sirvientes de las familias prominentes de Buenos Aires, las mismas que se repartieron las tierras arrebatadas a sus pobladores.

Esto condicionó el desenvolvimiento posterior de la sociedad y la economía, porque la tierra también quedó fuera del alcance de los inmigrantes atraídos por el programa de Sarmiento y Alberdi. No hubo colonización agrícola de pequeñas propiedades que producen para el mercado interno como en Estados Unidos, sino gran latifundio de exportación hacia el mercado británico, del que se importaban todas las manufacturas. Hasta Litto Nebbia debe saber que la campaña del desierto puede parangonarse con la guerra civil de Estados Unidos, pero de resultado opuesto.

Para financiar la expedición de Roca, se contrajo un millonario empréstito. El endeudamiento fue ya entonces el gran mecanismo reciclador de las relaciones de poder, porque unos gozaron del crédito y otros lo pagaron. Sarmiento lo resumió el año del nacimiento de Ceferino con una paráfrasis despiadada del Himno Nacional:

Calle Esparta su virtud,
sus hazañas calle Roma.
¡Silencio! que al mundo asoma
la gran deudora del sur”.

Avellaneda fue el Presidente que dispuso economizar sobre el hambre y la sed de los argentinos para cumplir con los acreedores externos. “Hemos pagado hasta este momento todo, sin investigaciones prolijas y hasta casi sin examen, porque este es uno de los rasgos de nuestro carácter nacional”. Durante los años de la última dictadura, hasta 1983, el 70% de los préstamos fueron recibidos por 30 grupos económicos nacionales y 106 empresas transnacionales y absorbidos por el Estado, que los descargó sobre la sociedad. El ser nacional existe, y parece inmutable.

Los Tornquist y los Bullrich

Los restos de Ceferino fueron repatriados en 1924 por gestión del salesiano Adolfo Tornquist, heredero de una familia de íntima vinculación con la guerra al indio. Era hijo del ingeniero belga Ernesto Tornquist, cuya empresa de transporte Villalonga condujo de ida las provisiones para los soldados expedicionarios que conquistaron esas tierras y llevó de vuelta a los indígenas capturados como mano de obra esclava a Tucumán. También construyó el ferrocarril de Tucumán a Rosario y financió la construcción del puerto de Rosario, para exportar el azúcar producido en esas condiciones. Cuando Roca fue Presidente le brindó tres ministros de Hacienda que eran gerentes de sus empresas, tal como haría Acíndar en 1976 con su presidente José Alfredo Martínez de Hoz. El propio Roca asistió a la bendición de una capilla construida por Ernesto Tornquist. Su hijo Adolfo ingresó a la orden de Don Bosco y fue donante para la construcción de algunos de “los más suntuosos edificios modernos de Roma”, entre ellos el Instituto Pío XI, según el admirativo comentario del embajador argentino Carlos de Estrada. En 1932, el rector de la Universidad Pontificia Gregoriana rindió homenaje de gratitud a “los hijos de la noble Nación Argentina” que “ocupan el primer lugar sobre todos los demás benefactores”. Cuando llegaron al puerto de Buenos Aires, los despojos de Namuncurá fueron conducidos de regreso a la Patagonia por la empresa familiar de los Tornquist, el Expreso Villalonga. Modelo de sumisión, el beato es recordado por la Iglesia como “el lirio de las pampas”, pero nada dice sobre las relaciones de la Santa Sede con la oligarquía argentina ni el proceso social y económico que llevó al indiecito bueno de las tolderías de la Patagonia hasta Roma y luego de su muerte, a la puerta del santoral.

También se llamaba Adolfo el fundador de la casa de remates Bullrich, creada para lotear los despojos de la campaña, una vez que las mejores tierras fueron entregadas en forma graciosa o vendidas a a un décimo de su valor entre amigos y favorecedores del Presidente Roca, por medio de su hermano Ataliva, nombre que Faustino Sarmiento convertirá en verbo como sinónimo de coimear. Dos de sus descendientes fueron ministros del Presidente Maurizio Macrì, aquel que le dijo a Juan Carlos de Borbón un 9 de julio que los patriotas sintieron angustia al separarse de España. Como ministro de Educación, Esteban Bullrich dijo al inaugurar un hospital escuela en Choele-Choel que era parte de la segunda campaña del desierto, esta vez sin armas. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue menos contemplativa: ella justificó la irrupción violenta de la Gendarmería y de la Prefectura en territorio mapuche, lo que culminó con las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Sus argumentos civilizatorios atrasan un siglo y medio.

Corrección política

La Iglesia católica argentina no suscribiría en el siglo XXI las despectivas palabras de Manuel Gálvez de 1947. Por el contrario, los obispos de la región Patagonia-Comahue sostuvieron que Ceferino era, como Cristo, un signo de contradicción: “En una sociedad donde se proclama la supremacía de la raza blanca él afirma la igualdad de todas las razas; en una sociedad donde se aprecia el valor de la violencia y de la fuerza física, él manifiesta el valor del amor y del perdón”. Agregaron que, siguiendo a Jesús, Ceferino “presenta una alternativa a nuestra sociedad consumista y que excluye a muchos. En una sociedad que despreciaba a los aborígenes, que había hecho de la Campaña del desierto una epopeya de la civilización contra la barbarie, se presenta este joven sin poder, sin dinero, sin títulos, sin odio. Es un indio que ha perdido todo, pero que mantiene su cultura, sus valores, su espíritu de comunión con los demás y su férrea voluntad. Es pobre de medios materiales, pero es rico de virtudes y de actitudes que hacen de él un modelo nuevo y distinto, ejemplo para todos”. Su cultura y sus valores son, precisamente, aquello a cuyo despojo contribuyó la Iglesia Católica. La trabajosa construcción del Episcopado fue que Ceferino transmitía un mensaje de reconciliación, la palabra en código por impunidad.

La reforma constitucional de 1994, los gobiernos kirchneristas, desde Néstor hasta Alberto Fernández, han adoptado medidas que tienden al reconocimiento de los derechos avasallados de esa población invisible: el reconocimiento de la propiedad comunitaria, la declaración de emergencia territorial de las comunidades indígenas (que suspendió la ejecución de sentencias, actos procesales o administrativos cuyo objeto sea el desalojo o desocupación de las tierras que ocupan y la realización de un relevamiento técnico, jurídico y catastral de las Comunidades Indígenas y las tierras que ocupan). Basta con ver la indignación de medios como Infoemba ante cada reivindicación que los pueblos originarios fuerzan, nunca sin lucha, y las críticas que dirigen a los funcionarios del gobierno nacional, como la ministra de Seguridad Sabina Frederic, que se niegan a aplicar el esquema represivo y violento que caracterizó a su predecesora, Patricia Bullrich, durante la presidencia de Maurizio Macrì.

Nada de esto debería ser invisibilizado por el traspié verbal de un Presidente cuyos actos no tienen una pizca de racismo.

Horacio Verbitsky El cohete a la Luna


La polémica por los dichos de Alberto Fernández

Por Jorge Alemán

Desde Página 12

Imagen Alberto Fernández junto a Pedro Sánchez.

Cada Nación se constituye en su identidad siempre híbrida y mestiza a partir de una poética consumada en una obra fundacional.

Lo griego no se entiende sin la Ilíada y la Odisea.

España ha sido mora y judía pero en su unificación siempre inestable fue determinante el Quijote.

En la Argentina el libro que organiza la trama identitaria es el Martín Fierro. Como el propio Borges lo indica en su eterno poema Los Gauchos, ellos habían olvidado de qué mares lejanos procedían sus antepasados y de quiénes fueron aquellos barcos. Pero sabían que no eran indios aunque la sangre india inflamara sus venas. Fierro mismo va a la frontera para encontrarse con ellos y para salvar a la cautiva blanca mata al indio que había antes destrozado con un cuchillo a su bebé.

Por otra parte nunca hubo una cultura prehispánica en Argentina, tal como se dio en los países latinoamericanos que recorrí de joven, hubiera sido imposible que tuvieran lugar Sor Juana o el Inca Garcilaso. El sincretismo entre España y las civilizaciones Inca o Azteca estuvo ausente.

El mismo Borges apunta que la denominada poesía gauchesca es un constructo literario, una ficción nunca hablada de esa forma en nuestros campos. Los Gauchos incluso en sus nombres Zoilo, Eusebio, y en los apellidos no digamos: Flores, Maidana, etc. revelan aquella procedencia ignota. Mestizos de un origen olvidado que procedía de los barcos y que no hablaban como deseaba Hernández en su obra magna.

Pero supongamos que se hizo una mala elección con Hernández y sea el Facundo el libro crucial (tesis de Borges), Facundo, mezcla de Tigre y mujer, Quiroga era muchas cosas pero no precisamente indio.

Siendo nieto de una India guaraní (mi padre formoseño hablaba correctamente el guaraní) no necesito que se me enrostre ahora la campaña del Desierto y el cruel genocidio realizado por los argentinos con los pueblos originarios. Pueblos infinitamente más vulnerables que el mundo Inca o Azteca.

Todas la naciones son hijas de las masacres y la sangre, solo discuto una encrucijada cultural. Nuestros líderes nacionales y populares no construyeron las identidades populares sobre las tradiciones indias, el propio General Perón firmaba con el seudónimo de Descartes, sus sentencias a veces se asemejaban al Martín Fierro y sus citas en la Comunidad Organizada desembocan en Spinoza.

Y el acento de Belgrano y San Martín (formados en la Academia española) ¿cuál era?

¿Y las piezas oratorias de la gran Eva no era un ejemplo meridiano de una gran retórica en castellano?

El mestizaje argentino híbrido y diverso es impensable sin los barcos.

Racismo sería anular esto escamoteando la historia. Nuestro amor por los pueblos originarios no es amar lo idéntico sino lo heterogéneo y el legado de una nación se realiza con eso.

Pero esto no cancela la lejanía, la excentricidad, la amalgama, el cruce y la mezcla constitutiva que llegó con los Barcos.  + (PE/Página 12)

Los líderes del Grupo de los 7 concluyen hoy una cumbre, habiendo abordado la pandemia del coronavirus, el cambio climático y China.

El presidente Biden, fotografiado con el presidente Emmanuel Macron de Francia, presionó por un enfoque más unificado para combatir la pandemia. Se espera que los líderes firmen una declaración sobre la salud mundial destinada a garantizar que nunca se repita el número de víctimas de la pandemia.

Para contrarrestar la influencia de China, Biden instó a las naciones europeas y a Japón a ofrecer cientos de miles de millones en préstamos a las naciones en desarrollo . Si bien los países están de acuerdo en que la influencia de China es preocupante, no cómo se unirán en los próximos pasos está claro .

Biden se dirigirá a Bruselas para una reunión de la OTAN mañana antes de sentarse con el presidente Vladimir Putin de Rusia en Ginebra el miércoles. Pero los dos líderes no celebrarán una conferencia de prensa conjunta , una medida diseñada para negarle al líder ruso una plataforma internacional.

Remy Tumin y Marcus Payadue The Morning The New York Times

El pasado 5 de junio se firmó entre los ministros de Finanzas del G7 un acuerdo en materia de cooperación económica multilateral que involucró entre otros aspectos una reforma tributaria global. La propuesta fue convenida solamente por estos siete países, sin el consenso del resto del mundo. Las organizaciones de la sociedad civil activas en materia de justicia fiscal han sido muy críticas del acuerdo.

Para poner en contexto esta reforma, cabe mencionar que desde hace años se viene impulsando en el ámbito de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) una serie de acciones en pos de combatir la evasión fiscal de las empresas multinacionales a través del Plan de Acción BEPS (sigla en inglés de Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Ganancias). Dentro de ese Plan, desde 2015 se trabajan los desafíos de la digitalización de la economía, y se adoptó un  “Marco Inclusivo” de la OCDE/G20 sobre BEPS, que permite la colaboración de países que no son miembros de la OCDE, con el objetivo de diseñar normas tributarias internacionales. El “Marco Inclusivo” sobre BEPS agrupa a 139 países y jurisdicciones, entre los que se encuentra la Argentina.

En otros artículos de El Cohete he comentado mi visión sobre el diseño de las políticas tributarias internacionales en el ámbito de la OCDE, a pesar de no ser el órgano más adecuado para ello dado que posee un sesgo intrínseco por representar los intereses de sus países miembros, que son principalmente los países centrales. Cuesta creer que los beneficiarios de las medidas que vayan a ser adoptadas en el ámbito de la OCDE sean los países periféricos, que son los primordiales perjudicados por la opacidad financiera y tributaria. La ONU representaría un espacio mucho más representativo de la voluntad de las diversas naciones del mundo, ya que sus Estados miembros son los 193 países del mundo reconocidos internacionalmente como soberanos, y cada miembro posee un voto.

Sin embargo, actualmente el ámbito de regulación del sistema impositivo internacional es la OCDE. El “Marco Inclusivo” sobre BEPS viene trabajando desde 2019 en un lineamiento basado en dos pilares que establecen normas en materia de tributación internacional.

  • El “pilar uno” tiene el objetivo de establecer nuevas reglas para determinar dónde se deben pagar los impuestos de la economía digital (reglas de “nexo”) y busca fijar criterios para distribuir esos recursos. Se centra principalmente en las empresas multinacionales con un uso intensivo de la tecnología digital, como Facebook y Google, y en compañías orientadas al consumidor cuando realizan negocios sostenidos y significativos a pesar de no tener presencia física en la jurisdicción, como Amazon.

  • El “pilar dos” tiene el objetivo de introducir un impuesto mínimo global para las empresas multinacionales. Busca abordar los problemas pendientes relacionados con la erosión de la base y la transferencia de beneficios por parte de las empresas multinacionales, garantizando que paguen un nivel mínimo de impuestos.

El acuerdo firmado la semana pasada entre los miembros del G7 hace referencia, en materia impositiva, a estos dos pilares del Marco Inclusivo BEPS de la OCDE. Las definiciones tomadas por el G7 en materia tributaria en torno al «pilar uno» fueron:

  • Establecer un impuesto adicional que se aplicaría solamente sobre las empresas multinacionales más grandes, que posean al menos un margen de beneficio del 10%.

  • Consiste en una tasa del 20% sobre cualquier beneficio por encima de ese margen, el cual será reasignado y gravado en los países donde operan, según un determinado criterio de distribución.

  • En el comunicado del G7 se detalla que será proporcionada “la coordinación adecuada entre la aplicación de las nuevas normas fiscales internacionales y la eliminación de todos los Impuestos a los Servicios Digitales”.

En relación con el «pilar dos”, el G7 definió:

  • Establecer un impuesto mínimo global del 15% que sería aplicable solamente a las empresas más grandes del mundo.

  • Comprometer a los Estados a adoptar esta tasa impositiva corporativa mínima global del 15%.

  • La renta residual, es decir la diferencia entre la tasa del 15% y la tasa efectiva, cuando sea menor al 15%, se dirigirá al país sede de la casa matriz.

 Críticas al acuerdo del G7 en materia impositiva

Algunos aspectos críticos de la reforma impositiva que plantea el G7 son los siguientes.

En relación con el “pilar uno”:

  • El impuesto especial adicional sería aplicable solamente a las empresas más grandes del mundo. Probablemente esté destinado a aplicarse a los grupos multinacionales con ingresos anuales totales consolidados a nivel global superiores al umbral de 750 millones de euros.

  • Tampoco será aplicable a todas ellas, solamente a las que posean un margen de ganancia superior al 10%. Por ejemplo, Amazon no quedaría sujeto ya que sus márgenes están por de debajo del 10%.

  • El mecanismo de distribución aplicado operará en beneficio de los países centrales.

  • Esto supondría la eliminación de los impuestos nacionales a los servicios digitales, que serían reemplazados por un nuevo acuerdo, lo que representa una pérdida de soberanía en materia impositiva.

Con respecto al “pilar dos”:

  • La tasa mínima del 15% es extremadamente baja, por lo cual continuaría operando la competencia fiscal desleal entre países. Tax Justice Network, por ejemplo, propone una tasa del 25%. Thomas Piketty, entre otros especialistas, también ha criticado la tasa excesivamente baja. Lo mismo hizo OXFAM.

  • Una alícuota mínima tan baja podría generar el efecto contrario al buscado e impulsar una reducción en países con tasas superiores al 15%.

  • Dependerá de cómo se diseñen las reglas si la tasa mínima del 15% será realmente la tasa efectiva mínima.

  • La distribución de los impuestos recuperados favorecerá a los países del G7. Por ejemplo, Tax Justice Network realizó un cálculo de los ingresos fiscales que supone este acuerdo para los países del G7, que son justamente quienes albergan las sedes de las empresas multinacionales, y los beneficios serán muy superiores a los que recibirán los países en desarrollo. ICRICT señaló que “es imperativo que los ingresos adicionales generados por un impuesto mínimo global se compartan equitativamente entre los países de origen de las empresas multinacionales y los países en desarrollo”.

Además, como se ha señalado anteriormente, el ámbito de negociación no es democrático. Dicho acuerdo refleja únicamente los intereses de los países más grandes y ricos del mundo. El G7 está compuesto por Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos. EURODAD, por ejemplo, sugirió que la negociación debería realizarse en el ámbito de la ONU donde los países tienen una participación democrática.

Adicionalmente, esto formaba parte de los estándares de la OCDE (pilar 1 y pilar 2), que se estaban discutiendo en el “Marco Inclusivo” del Plan de Acción BEPS, los cuales fueron muy criticados por las organizaciones de la sociedad civil que estudian estos temas (ver BEPS Monitoring Group). El G20, el Marco Inclusivo BEPS y la ONU deberían reclamar su participación en estos temas, solicitando una tasa mínima global más alta e insistiendo en una distribución equilibrada de los impuestos recuperados.

Las principales críticas

El “pilar uno” que se estaba debatiendo en el ámbito de la OCDE establece parámetros para distribuir ingresos para las empresas que terminan beneficiando a los países centrales. Este pilar divide el criterio de distribución de ganancias para las actividades rutinarias y las no rutinarias, que son las que generan intangibles. Las primeras se basarían en el criterio de distribución de la ganancia residual (residual profit split), que es un método de precios de transferencia, y mantiene el principio de arm’s length (de plena competencia) que termina favoreciendo a las guaridas fiscales corporativas. Las segundas (las actividades no rutinarias) serán distribuidas de acuerdo a una fórmula basada en un nexo definido a partir de la presencia económica significativa. Este mecanismo de distribución le agrega mayor complejidad de la que ya tiene el sistema tributario internacional. Además, la OCDE incluyó un marco de resolución de las disputas que terminan quitando soberanía a los tribunales locales. De esta forma, el primer pilar cubre solamente un pequeño número de empresas multinacionales, al tiempo que consolidaría aún más el actual concepto ineficaz de entidad separada y las reglas de precios de transferencia para asignar la gran mayoría de los beneficios de las empresas multinacionales.

El “pilar dos” de BEPS/OCDE fue ampliamente criticado por organizaciones activas en justicia fiscal, debido a que además de ser una propuesta compleja es extremadamente inequitativa, dado que asigna el derecho a los países de “origen” de las empresas multinacionales a aplicar una tasa impositiva sobre las ganancias desviadas de multinacionales, lo que podría representar una transferencia directa de ingresos fiscales desde los países donde operan las empresas hacia los países centrales, que albergan sus casas matrices, afectando principalmente a los países en desarrollo. En efecto, esto solo podría solucionarse si los países que actúan como guaridas fiscales y como “conductos” para el desvío de ganancias aceptaran cambios en los convenios tributarios para permitir la aplicación de retenciones impositivas (ver BEPS Monitoring Group).

Por ejemplo, Tax Justice Network y BEPS Monitoring Group proponen enfoques alternativos para una tasa impositiva mínima efectiva (METR), que proporcionaría una asignación justa y equilibrada de derechos para aplicar un impuesto complementario basado en las actividades reales de las empresas multinacionales en cada país. Esto podría ser introducido por los Estados sin la necesidad de cambios en los tratados impositivos, y también sería compatible con las reglas de no discriminación en el comercio y la inversión internacional.

Si bien estas reglas impositivas representaron una ventana de oportunidad para frenar la competencia fiscal desleal entre Estados y la elusión fiscal de las empresas multinacionales –y entre ellas las de la economía digital–, la chance parecería quedar frustrada en tanto los países por fuera del G7 no alcen su voz en reclamo de la soberanía fiscal y la potestad tributaria que les corresponde. Esta oportunidad histórica en el contexto de la pandemia para fortalecer las normas contra la elusión fiscal internacional en pos de garantizar justicia tributaria a los países en desarrollo, parece escaparse como agua entre los dedos. La reforma impositiva que acordó el G7 no hace más que reforzar el sesgo injusto del sistema tributario internacional en favor de los países más ricos.

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José Steinsleger, Periodista y escritor. Escribe en La Jornada. México

¿Qué fue de la ética y el progresismo judío?

  1. La hija del general Mattiyahu Peled, quien después de la guerra de los seis días (1967) protestó contra la política de asentamientos y colonización de Tel Aviv en Palestina, la filóloga, traductora y pacifista israelí Nurit Peled Elhanan (Jerusalén, 1949) perdió a su propia hija de 14 años en un atentado suicida palestino (1997).

Invitada por el Parlamento Europeo con motivo del Día de la Mujer, Nurit manifestó: “El llamado mundo libre tiene miedo del útero musulmán […]. La verdadera amenaza son el imperialismo estadounidense, la indiferencia y la complicidad europeas, y el régimen israelí racista y cruel” (8/3/05).

Añadió: “La violencia local infligida a las mujeres palestinas por el gobierno de Israel y el ejército israelí se ha extendido a todo el planeta […]. Es una violencia que casi nunca se aborda y que la mayoría de la gente en Europa y en EEUU excusan con la boca pequeña”. Los temas de estudio de Nurit versan sobre el racismo en el sistema educativo israelí, con libros de texto dirigidos principalmente contra los palestinos.

Nurit responsabilizó a la opresión israelí sobre los palestinos, como causante indirecta de la muerte de su hija. Y en agosto de 2014, en entrevista con el periódico español Público, citó las palabras de Haneen Asharawi, miembro del Consejo Legislativo Palestino: Somos el único pueblo del planeta al que se le exige garantizar la seguridad de su ocupante, mientras Israel es el único país que llama a defenderse de sus víctimas.

En sintonía, la profesora de lingüística Tanya Reinhardt (Haifa 1943-Nueva York 2007), de quien Noam Chomsky expresó que su activismo no se limitaba a las palabras, sino también a la defensa de la integridad moral de la propia sociedad israelí.

Para controlar Cisjordania –escribió Tanya– Israel debe controlar totalmente la franja de Gaza, convertida en una cárcel hermética, aislada del mundo […]. Para muchos palestinos, los primitivos [en aquel entonces] cohetes Qassam son una respuesta a la guerra que Israel les ha declarado […]. La respuesta más lógica que Hamas propone desde hace tiempo es el alto al fuego total.”

Sin embargo, la opinión más elocuente de una ocupación que ha cumplido 73 años, sólo podía venir de sus propias entrañas. Me refiero a Shulamit Aloni (Tel Aviv, 1928), militante del movimiento sionista-socialista Hashomer Hatzair en su juventud, comando del Palmaj (unidad de élite del ejército sionista en la guerra de 1948) y ministro de Cultura durante el gobierno de Isaac Rabin (1974-77) hasta que renunció por disentir con la unión Estado-religión.

En una extensa entrevista concedida en abril de 2004 al periódico Yediot Aharonot (literal: Últimas Noticias, publicado en hebreo), y el de mayor circulación en Israel desde 1970, Shulami expresó:

En este país hay gente que dice ‘no quiero saber, no leo los periódicos’ […]. Nosotros no aceptamos que los alemanes dijeran ‘no sabíamos’. Eso nos enfureció. Ellos sencillamente no querían saber. Estaban detrás de su führer y admiraban a su ejército. Entre nosotros pasa lo mismo. La gente no sabe y no quiere saber”.

Sigue: “Sí, saben que han de ser patriotas. ¿Y hay algo más patriótico que una guerra? Dicen: ‘Dios vendrá en nuestra ayuda’. Pero en el cinturón de los soldados nazis estaba escrito: ‘Dios está con nosotros’. Reina aquí una histeria patriótica y la gente ya no dice nada”.

Otro pasaje: «Me horroriza nuestro desplome moral. Me horroriza nuestra arrogancia y la facilidad con la que matamos y asesinamos a palestinos. No puedo hallar descanso cuando veo el muro que estamos levantando. Robamos la tierra a gentes que viven en este lugar desde hace siglos y nos persuadimos de que somos nosotros las víctimas».

Más: “Somos violentos, nos mentimos a nosotros mismos, nuestra exaltación de la fuerza nos está minando. Nos consideramos una democracia cuando se domina a 3 millones de personas que no tienen voz […]. Somos responsables de la sangre judía derramada […]. Ellos ejercen el terror [ante nuestro terrorismo anterior] y nosotros se lo devolvemos ­centuplicado”.

Shulamit remata: “En este país, el Estado no tiene su ejército, sino que es el ejército el que tiene su Estado […]. La guerra actual no es una guerra de supervivencia, sino una guerra colonial […]. Yo me considero patriota, y ser patriota significa protestar contra la depravación moral que nos invade”. Shulami fue condecorada en 2000 con el Premio Israel por sus contribuciones a la sociedad y a su funeral, en 2014, acudieron miles de israelíes.

Nurid, Tanya, Shulami. Apenas tres de las muchas mujeres que en el supuesto Estado judío empiezan a preguntarse si deben sentir orgullo frente al cadáver de sus hijos. O si en algún libro sagrado, la ética judía perdona que vuelvan a casa con la frente en alto, luego del litúrgico asesinato de niños, ancianos y mujeres palestinas. + (PE/Gracus)

Peru “A ellos les duele haber perdido con un campesino”

Grupos indígenas y movimientos sociales renuevan su apoyo a Pedro Castillo en Perú

A estos pueblos históricamente despojados el fujimorismo, derrotado en estas elecciones, busca despojarlos también de sus votos, no contarlos. Éstas son su voces.

Por Carlos Noriega

En un país marcado por profundas inequidades, esta elección presidencial ha expuesto la división entre las élites y los sectores populares, los olvidados, entre la capital y el interior, entre el Perú oficial y el Perú profundo. Una división y exclusión que el país oficial se ha empeñado en ocultar, pasar por alto. Ahora, en la desesperación de las élites por su derrota y la pérdida del poder, esa discriminación emerge mostrando su peor rostro racista y clasista. Son dos países. Entre los más excluidos, los más pobres, están los pueblos indígenas, andinos y amazónicos.


 
En esta elección, un hombre de origen campesino, andino, el profesor
 Pedro Castillo, virtual presidente electo, sorprendió a todos y ahora las élites excluyentes maniobran para sacarle votos en mesa y tratar de bloquear su llegada a la presidencia. Los sectores campesinos, indígenas, votaron masivamente por el profesor de escuela rural. Y es a estos pueblos históricamente despojados a los que el fujimorismo, derrotado en estas elecciones, busca despojarlos también de sus votos, no contarlos. Invisibilizados como ciudadanos, ahora también se les quiere invisibilizar como electores.

El 25 por ciento de la población peruana es indígena, unos ocho millones. De ellos, la gran mayoría son comunidades andinas, quechuas principalmente y aymaras en menor proporción. Y unos 300 mil pertenecen a diversos pueblos originarios de la Amazonia.

Están indignados”

En estas elecciones estamos viendo el racismo en todo su esplendor. A ellos les duele haber perdido con un campesino, un profesor, por eso están indignados y quieren sacarnos nuestros votos. Qué casualidad que cuando piden anular votos lo hacen con los de las comunidades indígenas. Las acusaciones que nos hacen de haber rellenado las ánforas y las actas de votación son falsas, no tienen ningún sustento. Nuestros hermanos están molestos”, le señaló a Página/12 Melania Canales, campesina quechua, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú.

Lizardo Cauper es dirigente de un pueblo originario amazónico y presidente de la Asociación Interétnica de la Selva Peruana – Aidesep. “Primero niegan que existimos, ahora nos quieren robar nuestros votos” dice, con indignación. “La mafia -agrega- se resiste a aceptar su derrota e inventa un fraude. Es indignante su racismo que pretende ignorar el voto indígena con su poder económico. Estamos defendiendo nuestros derechos. Nos declaramos en estado de emergencia para defender nuestro voto”.

Expresiones racistas”

Ellos (los fujimoristas) tienen expresiones racistas contra los pueblos indígenas. Han dicho ‘en las serranías han llenado las actas electorales a su antojo’. Eso es una falsedad y es indignante para nosotros. Se nos sigue tratando como personas de segunda categoría en pleno siglo XXI. Se debe entender que no hay razas ni culturas superiores. Hay un desprecio hacia los pueblos indígenas y ahora nos quieren robar nuestros votos”, señala Víctor Maita, campesino quechua, presidente de la Confederación Nacional Agraria. Sobre la negativa de la derecha a admitir su derrota electoral, sus ataques con tono de desprecio y racismo contra Castillo y sus votantes, Maita advierte que “lo que están generando es polarizar al pueblo peruano, ya estamos cansados de esa polarización”.

Hugo Jilaja, presidente de la Unión Nacional de Comunidades Aymaras, asegura que “la población aymara está indignada” por las afirmaciones del fujimorismo de que en las zonas rurales e indígenas se hizo fraude en las mesas para favorecer a Castillo. Acusaciones sin fundamento que buscan anular esos votos masivamente favorables al candidato de la izquierda.

Keiko Fujimori ha acusado a las poblaciones rurales de suplantar a los miembros de mesa para coparlas, conclusión a la que la derrotada candidata llega porque las firmas de algunos miembros de mesa no le parecen iguales a las de sus documentos de identidad o porque tienen el mismo apellido y eso la hace suponer que son familiares enviados para manipular votos a favor de Castillo. Denuncias sin evidencias serias.

Fuijmori agrede”

El dirigente aymara Hugo Jilaja le responde: “Keiko Fujimori no conoce la realidad de los pueblos indígenas. Las personas mayores de las comunidades indígenas tienen dificultades de hacer su firma, no están acostumbrados a firmar, por eso cundo firman no es igual a su documento de identidad. En las comunidades hay muchas personas con el mismo apellido que no son familia. Y todos sabemos que en las mesas electorales se agrupa por orden alfabético de los apellidos. Los pueblos originarios han sido agredidos por Keiko Fujimori. Rechazamos la discriminación étnica ejercida por ella”.

Maita anuncia acciones de protesta si se consuma la pretensión de Keiko Fujimori, y la derecha en pleno, de anular unos 200 mil votos rurales e indígena para cambiar el resultado electoral. “Los pueblos originarios tenemos claro que los grupos de poder económico se han juntado para defender sus privilegios. Si no se respeta el voto rural, primero iniciaremos acciones legales y luego medidas de lucha, de fuerza. Haremos respetar nuestro voto”.

Los indígenas defendemos la democracia que hemos ganado en los últimos 20 años. Estamos vigilantes y atentos. Esta incertidumbre está generando zozobra en los pueblos indígenas”, dice, por su parte, Jilaja.

Melania Canales le comenta a este diario las razones por las cuales las comunidades campesinas han votado masivamente por Castillo. “Nos identificamos con Castillo porque representa a las personas que somos víctimas del racismo y de las brechas de desigualdad e injusticia. Yo soy indígena, él es de un pueblo descendiente de indígenas, soy campesina y de la clase baja como él. En estos 200 años de República nos han gobernado las oligarquías, los burgueses, ya era hora que nos gobierne alguien del pueblo”.

Sobre sus expectativas con un gobierno del profesor rural, Canales dice: “Esperamos cumpla con su palabra. Le hemos dicho que no nos traicione. Somos conscientes que su gobierno va a ser difícil, acosado para tratar de hacerlo inestable, no lo van a dejar gobernar fácilmente, el pueblo tendremos que estar en las calles permanentemente para defender y sostener su gobierno. Lo primero que esperamos es que haga una nueva Constitución. Queremos que empiece a limpiar la casa, porque no es posible que en el aparato estatal haya gente totalmente racista. Ha prometido apoyar a la agricultura familiar, esperamos que haga eso. Ningún proyecto extractivo debe ir adelante sin el consentimiento social de las comunidades”.

Votamos por el cambio”

Por su parte, Lizardo Cauper señala que su apoyo es por el cambio. “Los pueblos indígenas votamos por el cambio, en contra del modelo económico neoliberal, que es insostenible, insistir en lo mismo sería suicida. Hemos elegido un cambio y del nuevo gobierno esperamos ese cambio. Los pueblos indígenas somos discriminados, queremos una sociedad democrática, sin racismo ni opresión. Esperamos eso. Es fundamental que el nuevo gobierno nos escuche”.

El dirigente aymara Hugo Jilaja también opina sobre lo que demandan del próximo gobierno del profesor Castillo. “Exigimos que las autoridades tengan diálogo con los pueblos originarios. Exigimos el cese de la discriminación étnica que ha dividido a la población peruana. Demandamos librarnos de la mentalidad colonial”.

Los pueblos originarios de los Andes y la Amazonia están a la expectativa de lo que vaya a ocurrir con sus votos que la derecha pretende anular. Se han declarado en estado de emergencia. Convocarán acciones de protesta si les roban sus votos.

Esperamos se respeten nuestros votos. Si hay respuesta negativa, la intervención de los pueblos indígenas será contundente para defender nuestros votos y nuestra dignidad”, anuncia, con voz firme, Lourdes Huaca, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú. (PE/Página 12)

Con los Reyes Católicos se inicia la unidad de España, que culminará con la llegada al trono de los Borbones, inaugurando un Estado moderno al hacer retroceder el poder de los nobles. La unidad territorial se logra gracias al enlace matrimonial entre Isabel (heredera al trono de Castilla) y Fernando (heredero al trono de Aragón), a la conquista del reino Musulman de Granada y a la anexión de Navarra al reino de Castilla en 1512. El matrimonio entre Isabel y Fernando significó una unión dinástica, no política, ya que cada reino siguió conservando sus características (instituciones, leyes, fueros, costumbres y tradiciones). Para conseguir la unidad religiosa y reinar así sobre súbditos ideológicamente homogéneos se creó la Inquisición, se expulsó a los judíos y a los musulmanes y se conquistó el reino musulmán de Granada. Junto a estas medidas, la selección de los obispos y la reforma del clero convirtió a la iglesia en fiel aliada de la monarquía.

El primer objetivo de los Reyes Católicos fue conseguir la unidad territorial peninsular; para ello necesitaban la incorporación de Portugal, Granada y Navarra. El reino musulmán de Granada fue objeto de una guerra larga (1483-1492) que culminó con la toma de la capital en 1492. Previamente, en las Capitulaciones de Santa Fe, el monarca se había comprometido a respetar la fe islámica, autorizar el uso de la lengua árabe y permitir las vestimentas tradicionales. La incorporación de Portugal se confió a la política matrimonial, que daría sus frutos en el siglo XVI. Para la incorporación de Navarra al reino, los Reyes Católicos tuvieron quee nfrentarse a los intereses de Francia, llevando a cabo una hábil política que mezclaba las negociaciones diplomáticas con las demostraciones de fuerza. En 1512, Navarra pasó a formar parte de la monarquía hispánica, manteniendo su propio ordenamiento jurídico, instituciones y costumbres.

Fundamental en el proceso de unificación y creación de un Estado, resultó la búsqueda de la unidad religiosa. Se creó la Inquisición (1479), elemento importante de control ideológico y político, instrumento para perseguir a los judíos conversos, en un primer momento, y más tarde para castigar cualquier tipo de disidencia. Ésta institución llegó a imponer un férreo control sobre el pensamiento, con una vigilancia permanente sobre todo tipo de publicaciones y actividades, condenando duramente a los acusados, y convirtiendo a la Iglesia en un fiel aliado de la monarquía. Las comunidades judías, grupos con gran relevancia económica y cultural, eran sin embargo considerados fuente de falsedad y pecado, enemigos del pueblo cristiano. Finalmente, tras las persecuciones sufridas por parte de la Inquisición, fueron obligados a convertirse o emigrar en el plazo de cuatro meses mediante el decreto de expulsión de los judíos (1492) Tras la expulsión de los judíos, las únicas comunidades no cristianas en los reinos hispánicos eran los musulmanes del reino de Granada. Después de unos años de política conciliadora, se les castigó con mano dura y, en 1502, a los musulmanes que vivían en la Corona de Castilla se les obligó a elegir entre la conversión o la expulsión.

Ese es el legado con el que llegaron a estas tierras los “colonos” desde que el Genóves Cristobal piso tierras “indias”.

En época medieval, Génova, se consolidó como el centro comercial más importante de la región norte de Italia. Se formó como República Marítima y disputó con otras regiones supremacía naval de Italia, lo que provocó sangrientas batallas con Pisa y Venecia. En el 1522 las tropas españolas de Carlos I tomaron Génova, posteriormente fue invadida por austriacos y franceses, formando parte del Imperio Francés hasta 1815.

En toda una serie de sucesos, que se encuentran escondidos en los recovecos de la historia, Génova fue la gran protagonista. Por lo menos así opina el historiador Germán Arciniegas, por cierto, gran admirador de esta ciudad. En su opinión mucho antes del nacimiento de Colón, Génova era una república independiente con una importancia enorme en el comercio mundial. En Constantinopla tenía una colonia propia, Gálata, que era el lugar en donde se reunían todas las mercancías de Oriente. De allí se enviaba a Génova, desde donde se distribuían a toda Europa.

Génova era una ciudad eminentemente comercial, por lo que no es de extrañar la mentalidad mercantilista de Colón. Además, una ciudad que vive en función del mar, implica que sus habitantes desarrollen sus actividades en torno a él.

Colón se formó en el puerto, y posiblemente, debió ser una especie de pirata. En efecto, cuando Antonio Vespucci fue embajador ante el Rey de Francia, llevaba instrucciones para castigar a un corsario de apellido Colón. Este asaltó un barco que provenía de Burdeos con dirección a Florencia, lleno de mercancías para los Médicis, tal como pudo comprobarlo Germán Arciniegas en sus investigaciones.

Siempre existió una gran rivalidad entre Génova y Venecia. Cuando los turcos cerraron la puerta hacia Oriente, Génova tuvo que buscar un camino alterno. Ese camino tenía que ser por Occidente. De todas formas, el terreno ya estaba abonado porque Génova tenía excelentes relaciones comerciales con ciudades como Barcelona y Lisboa, que se encontraban en el extremo occidental del mundo. Era el eslabón que unía a la Península Ibérica con Europa. Este es otro de los argumentos fuertes que sostienen los historiadores para defender a Génova como cuna de Colón.

Los que dudan de que Génova sea la verdadera ciudad natal de Colón se aferran a que muy pocas veces la reconoció como su lugar de origen. Para Arciniegas, hay que tener en cuenta que Colón era judío; y en una época en la que existía una persecución tan intensa, sobre todo, en España, ese secreto no era recomendable revelarlo. Adicionalmente, Colón era un personaje muy vanidoso y no quería que se supiera que su familia era humilde.

La sociedad genovesa era tremendamente rica, poderosa y culta, y Colón no tenía acceso a ese mundo. Es decir, al mundo de los nobles, de los banqueros, al que sí perteneció la bellísima Simonetta Vespucci, modelo de Botticelli y Leonardo Da Vinci, amiga de Lorenzo de Médicis, el Símbolo del Renacimiento , según Germán Arciniegas.

Ella pertenecía a una acaudalada familia de banqueros genoveses, de los mismos que ayudaron a Colón. Aparte de esto, Simonetta fue la esposa de Marco Vespucci, primo de Américo, con quien vivían en la misma casa solariega en Florencia.

Pero la importancia de la ciudad a la hora del Descubrimiento de América no se limita a haber sido la cuna del Almirante. Cuando nació Colón, Génova estaba buscando la salida por el Occidente.

No hay que olvidar que el Papa Inocencio VIII era genovés; y fue él el que realmente tramó el Descubrimiento de América en su oficina. El Papa encargó a un geógrafo alemán para que hiciera un mapamundi.

Extrañamente, en ese mapamundi ya aparecía Suramérica y Bartolomé Colón tuvo acceso a él en 1490. El mapamundi original se encuentra hoy día en el Museo Británico. Por otro lado, el dinero que le dio la Reina Isabel a Colón fue sacado de una caja de ahorros genovesa manejada por la familia del propio Inocencio VIII. GENOVA RECLAMA PROTAGONISMO El gobierno italiano viendo que la Comisión Española para el V Centenario les había ofrecido una participación muy secundaria, decidió hacer sus propias conmemoraciones.

Según Angela Trezza, directora del Instituto Italiano de Cultura en Bogotá, allí hay gran efervescencia.

La afinidad con Italianos y Españoles queda en clara evidencia y las violencias y contradicciones inscriptas en estas historias nos definen de múltiples maneras, en especial a los Argentinos que tanto nos preocupamos por nuestros orígenes … esos que realmente desconocemos y que sin embargo, son excusas para exacerbar las disputas de la oposición con el gobierno de Alberto Fernándes en esto días de la peste global que nos aqueja.

 

Daniel Roberto Távora Mac Cormack









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