En los días de la peste: de conspiraciones y la verdadera pandemia (El sistema neoliberal)

 


Melisa Molina

Los ministros Carla Vizzotti y Wado de Pedro mantuvieron una reunión con todos los gobernadores.

El viernes vence el DNU con las medidas de cuidado y desde el Gobierno apuestan a que se apruebe este jueves en Diputados la ley que establece criterios sanitarios que el Ejecutivo envió al Congreso y que ya cuenta con media sanción en Senadores. "La ley va a ser muy ordenadora, dice lo que hay que hacer en cada caso y esperamos que salga esta semana", aseguran desde Casa Rosada aunque de no conseguirse se emitirá un nuevo decreto.

Durante la jornada en la que hubo 733 fallecidos y 22.195 contagios en 24 horas, el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, y la ministra de Salud, Carla Vizzotti, se reunieron de manera virtual con los 24 gobernadores --solo faltó Gustavo Bordet, de Entre Ríos que fue reemplazo por su vicegobernadora-- y analizaron el ritmo de la campaña de vacunación.

En los últimos siete días se alcanzó un nuevo récord de inoculación con 2.078.867 aplicaciones y desde Balcarce 50 aseguran que "lo importante es que siguen llegando vacunas y que estamos trabajando muchísimo para que puedan vacunarse rápidamente todos los argentinos". Esa es la principal preocupación del presidente, Alberto Fernández, aseguran.

En la reunión --vía Zoom-- con los gobernadores hubo sintonía en cuanto a las gestiones que lleva adelante el Gobierno nacional para garantizar la provisión y distribución de vacunas, que ya supera las 14,5 millones de dosis aplicadas en todo el territorio nacional. Los funcionarios del Ejecutivo, en tanto, aseguraron a los gobernadores que van a acompañar a las provincias que quieran adquirir vacunas, tal como hizo el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. “Es una buena noticia que en el escenario mundial está aumentando la producción de vacunas, así que en la medida que las provincias quieran avanzar, van a tener todo nuestro acompañamiento”, dijo Vizzotti. 

La ministra compartió la experiencia en el proceso de adquisición de las vacunas dentro del marco de la confidencialidad que se tiene con las contrapartes, y subrayó "la importancia de unificar criterios para ayudar a las jurisdicciones en el desafío de adquirir este bien que demanda todo el mundo”. En esa línea, se buscó ajustar detalles sobre las negociaciones que vienen realizando las jurisdicciones en la compra y se ratificó la voluntad de todas las partes de compartir información y experiencias. 

"Axel pudo acceder a un comienzo de acuerdo, y lo ideal sería que traigan todas las vacunas que sean posibles, luego corresponderá que se las den a Nación así las seguimos distribuyendo equitativamente", opinan cerca del Presidente. Desde Jefatura de Gabinete, en tanto, prefieren ser más cautelosos con este tema: aseguran que primero tienen que comenzar las negociaciones, luego que efectivamente lleguen y el último paso será ver cómo es el reparto. 

Otra de las cuestiones que se abordaron en la reunión, según informaron a este diario desde la Jefatura de Gabinete, fue la carga de datos que las provincias hacen de las dosis aplicadas. "Las provincias deben notificar la cantidad que aplican y algunas venían bajas en la notificación, pero eso no quiere decir que no se estén aplicando, sino que quizás no las cargan. Destacamos que necesitamos que lo hagan", indicaron. 

Al finalizar el encuentro, De Pedro puntualizó que “fue una muy buena reunión en la que los gobernadores destacaron el impacto que está teniendo el incremento de vacunas de las últimas semanas”. A la vez resaltó que “el trabajo articulado que se viene desarrollando con las provincias nos está permitiendo cuidar la vida y la salud de todos los argentinos”. 

Desde la Casa Rosada están conformes con los resultados del DNU vigente, "hoy (por el lunes) estamos viendo los efectos del precierre y tuvimos 22 mil casos. Es evidente que cuando baja la circulación se reducen los contagios", señalan. De todas formas, consideran que hay que ser cuidadosos con la circulación porque "por más que se sigan poniendo camas de terapia no hay terapistas para atender a los pacientes". 

A partir de esta evaluación, de no aprobarse la ley en el Congreso, todo indicaría que el nuevo DNU sería similar al actual. Desde Diputados, en tanto, informaron a este diario que aún resta que el proyecto pase por comisiones y que obtenga dictamen. Sin embargo, una opción sería que solo la discuta la Comisión de Asuntos Constitucionales el miércoles y que llegue al recinto el jueves. Algo de eso conversó el Presidente con Massa cuando el domingo lo recibió en Olivos.

La donación de vacunas de Estados Unidos

Aún no se sabe de qué laboratorio serán las vacunas que donará Estados Unidos a nuestro país y que llegarán a la Argentina mediante el mecanismo Covax. En caso de que que sean de Pfizer, Moderna o Johnson y Johnson, desde el Gobierno aseguran que "se autorizarán todas", para ser aplicadas.

El problema residirá en los marcos legales, porque los propios laboratorios, por más que se trate de una donación, exigen tener firmado un marco normativo por si hay algún tipo de problema. En ese sentido si, por ejemplo, las donaciones son de vacunas de Pfizer, se deberá, o bien cambiar la ley de vacunas en el Congreso, o, como sugieren desde el Gobierno, "que Pfizer cambie el contrato, que sería lo más fácil". Desde Casa Rosada, en esa línea, aseguran que siguen en diálogo con ese laboratorio para poder "ablandar sus exigencias". + (PE/Página 12)

Desarrollo Económico, Revista de Ciencias Sociales, publicó un artículo de Martín Becerra y Silvio Waisbord en su número de mayo de 2021 intitulado “La necesidad de repensar la ortodoxia de la libertad de expresión en la comunicación digital”.

El artículo discute las limitaciones de la concepción ortodoxa y maximalista de libertad de expresión a la luz de la controversia sobre la inmunidad de la que gozan las plataformas digitales como Facebook, Google o Twitter, que configuran los espacios hoy masivos de mediación de los flujos de información y comunicación pública. Mediante la exposición de casos notorios de edición problemática de contenidos en el contexto de la pandemia Covid-19 por parte de las compañías dueñas de las redes sociales digitales, y a propósito del decreto del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien en mayo de 2020 ordenó revisar las normas legas que las alcanzan, el texto explora las paradojas y contradicciones propias del sistema emergente de comunicación pública, con la premisa de que “más comunicación” no equivale a “mejor comunicación”.

El argumento del artículo es que la teoría y cuerpo legal sobre libertad de expresión es insuficiente para pensar la comunicación en democracia en tiempos de plataformización digital masiva del debate público. Este planteo conduce a revisar derechos y normas sociales que no son contempladas por la versión dominante de la expresión como derecho individual o empresarial; insuficiencia que queda reflejada, paradójicamente, en situaciones en las que sus principios siguen siendo importantes, especialmente, ante diversos y continuos actos de censura estatal y nuevas formas de censura privado-mercantil, pero son insuficientes para dar cuenta de la complejidad de la situación y de la protección de la ciudadanía con menores recursos y oportunidades de verificar, rectificar y participar en condiciones no desiguales de las conversaciones públicas.

Las regulaciones sobre las plataformas digitales que intermedian en la distribución de expresiones a nivel planetario –sean regulaciones legales estatales o privadas de las propias compañías dueñas de las redes– toman como referencia la noción maximalista de libertad de expresión, muy ponderada por las propias empresas del Silicon Valley. La creciente demanda de transparencia y de normas básicas que reduzcan la discrecionalidad editorial de las plataformas coloca en un lugar central la orfandad de estándares adecuados para su funcionamiento. Este problema, que hace foco en el poder de unos pocos grandes actores de escala global, no es resuelto desde la perspectiva maximalista de la libertad de expresión.

Depositar confianza absoluta en las reglas determinadas por empresas privadas, con el beneplácito coyuntural de algunos gobiernos, como piedra fundamental de la regulación de la comunicación pública digital es un despropósito –una apuesta ciega e inconsciente– que soluciona el problema de las corporaciones de preservar su imagen y superar el mal trago de relaciones públicas, pero no enfrenta la cuestión de fondo: ¿qué hacen y deberían hacer las democracias con el discurso antidemocrático radical y con las campañas de desinformación que deliberadamente promueven el odio, la discriminación y que atentan contra la salud y la vida? ¿Cómo regular lo aparentemente imposible de regular? ¿Qué hacer frente al discurso violento destinado a negar la humanidad de otros, eliminar reglas básicas de la comunicación en democracia y socavar las bases de lo público? ¿Cómo proteger al mismo tiempo el derecho a la expresión y los derechos múltiples que las democracias deben garantizar a la ciudadanía?

La función editorial de las plataformas en cuestión

La pandemia covid-19 demostró en un nivel inédito el rol crítico de las plataformas digitales que funcionan como “social media” (Facebook, Instagram, YouTube, TikTok, Twitter) y como servicios de mensajería (WhatsApp, Messenger). Por supuesto, la pandemia no es el único caso que permite situar el análisis a modo de anclaje contextual, pero la emergencia sanitaria, que cobró más de un millón de vidas a nivel mundial en solo ocho meses, desplegó como pocos antecedentes el debate público sobre los modos de producir y circular información y sobre la organización de las conversaciones públicas.

Las plataformas son vehículos de información y debate, como así

también, árbitros de temas sensibles en la esfera pública: verdad y falsedad, tolerancia y odio, respeto y ofensa. En el contexto de la pandemia, que puso en riesgo la vida misma de millones de personas, varias decisiones de las plataformas dominantes generaron enormes controversias sobre su posición

descollante y la atribución de ser las grandes editoras del discurso público, como sugieren la decisión de Twitter de remover “posteos” del presidente Jair Bolsonaro del Brasil en marzo de 2020 (Brant, 2020), y suspender cuentas de funcionarios del Ministerio de Salud Pública en Venezuela, y la Revista Crisis en Ecuador, entre marzo y abril, y la de Facebook de ocultar mensajes de Bolsonaro o silenciar a periodistas y activistas de derechos humanos en

Túnez (Ver: https://www.theguardian.com/global-development/2020/jun/04/facebook-deactivates-accounts-of-tunisian-political-bloggers-and-activists )

o bloquear enlaces a medios de comunicación y videos con expresiones de la periodista Naomi Klein. (Ver: https://twitter.com/NaomiAKlein/status/1240060191531565056

. Facebook incluso reconoció que sus sistemas de filtrado automatizado fallaron al remover contenidos de campañas humanitarias para hacer máscaras a mano como prevención del #covid-19 (https://www.nytimes.com/2020/04/05/technology/coronavirus-facebook-masks.html).

Pero fue el etiquetado y posterior ocultamiento de mensajes de la

cuenta del presidente estadounidense, Donald Trump, entre el 26 y el 29 de mayo, y la reacción de Trump mediante un decreto que ordenaba revisar la inmunidad de la que gozan los sitios y servicios en línea,

(Ver: https://martinbecerra.wordpress.com/2020/05/29/trump-pateo-el-hormiguero-digital/ )

lo que catapultó al nivel más alto de la agenda política la discusión sobre la función editorial de las plataformas digitales. Estos ejemplos se multiplicarían en noviembre, en ocasión de las elecciones presidenciales en las que Trump sería derrotado por Joe Biden, cuando la edición y remoción de mensajes del presidente y candidato republicano que clamaba fraude sin evidencia

alguna se multiplicaron no solo en las grandes plataformas digitales, sino, incluso, en las cadenas de tv abierta de los Estados Unidos.

(Ver: https://www.letrap.com.ar/nota/2020-11-9-18-0-0-trump-el-patotero-censurado. )

Los ejemplos previos –y el posterior bloqueo a Trump en las vísperas del fin de su mandato– dejan a las claras que las compañías actúan de hecho como reguladoras del discurso público según, en principio, lineamientos de conducta corporativos. Son decisiones problemáticas por varias razones. Una de ellas es su discrecionalidad, en tanto que no son aplicadas estandarizada

o sistemáticamente en todos los casos cuando determinados “posteos” van contra sus propias reglas. Los casos mencionados no son los únicos en los que supuestamente gobiernos o medios de información producen contenidos contrarios a los términos y condiciones de cada plataforma.

Además, las determinaciones editoriales de las compañías dueñas

de las grandes plataformas de redes sociales son opacas, toda vez que no suelen abundar en detalles sobre las razones de sus decisiones o intentan involucrar a varios actores públicos en la definición de áreas problemáticas de discurso y respuestas necesarias.

En tanto que operan con enorme autonomía frente a otros actores, como el Estado, la sociedad civil y otros actores mercantiles, estas compañías ejercen un poder sin precedentes en la regulación global de la expresión pública dado su vasto, inusitado alcance y audiencia, como reconoce la orden ejecutiva de Trump del 28 de mayo.

Un manojo de actores corporativos ejerce poder supranacional a partir de lineamientos propios, vagamente asentados en ideas convencionales sobre la libertad de expresión de la legislación estadounidense, que, además, son erráticamente aplicados y crecientemente cuestionados por poderes públicos y por la sociedad civil de ese país. Como señala García Canclini, se trata de una alteración cardinal de “los vínculos entre comunicación y

política, sometiendo ambos campos a fuerzas tecnológicas y empresariales que desbordan el ámbito estatal y societal modernos” (2019, p. 19).

Esas tensiones refieren, en el fondo, a las concepciones mismas sobre libertad de expresión y a sus contornos respecto de la convivencia armónica con otros derechos humanos que, en el contexto de auge de las plataformas digitales, producen nuevas situaciones y confusiones (Waisbord, 2019).

La libertad de expresión asentada en principios del liberalismo moderno, especialmente la noción del “mercado de ideas” como principio rector, es insuficiente para definir lo que entendemos como “comunicación democrática” de acuerdo al paradigma universalista sobre el derecho a la expresión cristalizado por la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y los estándares que, desde entonces, fueron instituidos en el mundo. La maximización de la expresión de una voz más poderosa –ya sea el

Estado o el mercado– que limita la intervención de cualquier actor produce fenómenos contrademocráticos que atentan contra derechos humanos fundamentales para la vida pública, como el derecho a la vida, la no discriminación, la privacidad, y la protección de datos. La versión maximalista, que rechaza cualquier tipo de regulación o cortapisa a la presunta absoluta libertad individual de expresión en su dimensión individual, entra en cortocircuito con otros derechos fundamentales para la democracia desde las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Si bien esta tensión existió a lo largo del siglo XX, como queda expuesto por los debates sobre la regulación del discurso del odio en varios países europeos, la revolución digital desnudó y profundizó las contradicciones (Napoli, 2018). Contra lo que marca cierta ortodoxia, en contextos de sobreabundancia de información y de las

oportunidades para la expresión, los problemas para pensar comunicación pública en democracia no disminuyen. Como señaló Fiss (1986), no se trata solamente de un problema de libertad de quien emite, sino de quien escucha, quien conversa, quien informa/entiende.

El argumento que aquí planteamos es que la teoría y cuerpo legal sobre libertad de expresión es insuficiente (Wu, 2018) para pensar la comunicación en democracia en tiempos de plataformización digital (Srnicek, 2018) masiva del debate público. Este planteo conduce a revisar derechos y normas sociales que no son contempladas por la versión dominante de la expresión como derecho individual o empresarial; insuficiencia que queda reflejada, paradójicamente, en situaciones en las que sus principios siguen siendo importantes, especialmente, ante diversos y continuos actos de censura estatal y nuevas formas de censura privado-mercantil, pero son insuficientes para dar cuenta de la complejidad de la situación y de la protección de la ciudadanía con menores recursos y oportunidades de verificar, rectificar y participar en condiciones no desiguales de las conversaciones públicas.

El artículo completo se puede leer aquí: https://ojs.ides.org.ar/index.php/desarrollo-economico/article/view/105/30  

El presidente de EcoHealth Alliance, Peter Daszak, que colaboró ​​con el Instituto de Virología de Wuhan en una investigación financiada por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas del Dr. Anthony Fauci, parece presumir de la manipulación de coronavirus "asesinos" similares al SARS realizada por sus "colegas". en China ”en un clip desenterrado por The National Pulse.

Daszak hizo la admisión en un foro de 2016 en el que se debatió sobre "enfermedades infecciosas emergentes y la próxima pandemia ", lo que parece estar en desacuerdo con la repetida de Fauci negativa de financiar la investigación de ganancia de función en el Instituto de Virología de Wuhan.

Mientras describe cómo su organización secuencia los virus mortales, Daszak describe el proceso de "insertar proteínas de punta" en los virus para ver si pueden "unirse a las células humanas" como lo llevan a cabo sus "colegas en China":

Luego, cuando obtienes una secuencia de un virus, y parece un pariente de un patógeno desagradable conocido, al igual que hicimos con el SARS. Encontramos otros coronavirus en murciélagos, una gran cantidad de ellos, algunos de ellos se parecían mucho al SARS. Así que secuenciamos la proteína pico: la proteína que se adhiere a las células. Entonces nosotros…
Bueno, yo no hice este trabajo, pero mis colegas en China hicieron el trabajo. Creas pseudopartículas, insertas las proteínas de punta de esos virus, ves si se unen a las células humanas. A cada paso de esto, te acercas más y más a este virus que realmente podría volverse patógeno en las personas.
" Terminas con una pequeña cantidad de virus que realmente parecen asesinos ", agrega.

Los comentarios siguen la creciente evidencia de que el NIAID de Fauci tiene profundos vínculos financieros y de personal con el Instituto de Virología de Wuhan, y que la alianza EcoHealth de Daszak fue uno de los principales representantes que canalizaron el dinero al laboratorio del Partido Comunista Chino. 

Más de una docena de artículos de investigación realizados bajo una subvención del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de $ 3.7 millones enumeran al director del Centro de Enfermedades Infecciosas Emergentes del Laboratorio de Wuhan, Shi Zhengli, como coautor junto con Daszak. Shi ha incluido estas subvenciones respaldadas por Fauci en su currículum.

El laboratorio de Wuhan también incluyó a los Institutos Nacionales de Salud (NIH) como uno de sus "socios", secretamente borrando la mención en marzo de 2021.

https://www.zerohedge.com/covid-19/watch-fauci-pal-daszak-describes-chinese-colleagues-developing-killer-coronaviruses

Uno que vivió de cerca conspiraciones ciertas en tiempos de dictadura, con los Servicios de inteligencias nacionales y extranjeros, armando operaciones mediáticas para justificar las dictaduras enmarcadas en el Plan Cóndor diseñado por el Departamento de Estado norteamericano, a través de la Secretaria para Asuntos en Latinoamerica y el Caribe, que dirigía por entonces Henry Kissinger, que además, curso 3 años de la carrera de Medicina y terminó el estudio por entonces terciario hoy universitario, antes incluidas en las llamadas paramedicas hoy Ciencias de la salud, de “técnico en hemoterapia e inmunohematología” entiende un poco de que se trata todo esto y porque, las teorías conspiratorias tienen cada día mas adeptos en detrimento de una explicación menos “secreta” y mas “racional” que obedece a la lógica del sistema y el negocio farmacéutico, en la loca carrera por el negocio de los médicamentos globales que puedan anticiparse a pandemias o nuevas enfermedades no contagiosas.

Las pandemias de gripe (brotes que afectan a gran parte del mundo debido a la aparición de un nuevo virus) son acontecimientos impredecibles pero recurrentes que pueden tener consecuencias sanitarias, económicas y sociales en el mundo entero. Las pandemias de gripe se producen por la convergencia de dos factores clave: la aparición de un virus de la gripe aviar o de la gripe de origen zoonótico capaz de causar una transmisión sostenida de persona a persona, y la escasa o nula inmunidad de la población frente a ese virus. Con el aumento del comercio mundial y los viajes, una epidemia localizada puede convertirse rápidamente en una pandemia, que deja poco tiempo para preparar una respuesta de salud pública.

La circulación continua de algunos subtipos del virus de la gripe aviar en las aves de corral, como los A(H5) o A(H7N9), son de importancia para la salud pública, ya que esos virus suelen causar enfermedades graves en las personas y pueden sufrir mutaciones que faciliten la transmisión entre las personas. Hasta la fecha, aunque se considera que la transmisión de esos virus entre las personas solo se ha producido en algunos casos en que había habido un contacto estrecho y prolongado entre un paciente muy enfermo y las personas que los atendían, como sus familiares, no se ha registrado una transmisión sostenida de una persona a otra. Si esos virus se adaptan o adquieren determinados genes de los virus humanos podrían desencadenar una pandemia.

No se sabe si los virus de la gripe aviar y los otros virus de la gripe de origen zoonótico que circulan actualmente darán lugar a una pandemia en el futuro. Sin embargo, ante la diversidad de los virus de la gripe aviar y de los otros virus gripales de origen zoonótico que han causado infecciones humanas es necesario mantener una vigilancia constante tanto en las poblaciones animales como humanas, llevar a cabo una investigación exhaustiva de los casos de infección humana y una planificación de la pandemia basada en el riesgo.

Respuesta de la OMS

La OMS, como organización líder en el ámbito de la salud mundial, está siguiendo de cerca la evolución de los virus de la gripe aviar y los otros virus de la gripe de origen zoonótico mediante su Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe (SMVRG). En colaboración con la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la OMS lleva a cabo una vigilancia en la interfaz entre los animales y los humanos, evalúa los riesgos y coordina la respuesta a los brotes de gripe zoonótica y de otras amenazas para la salud pública.

En función de los resultados de la evaluación de riesgos, la OMS concibe y adapta sus intervenciones en colaboración con sus asociados, en particular los organismos de sanidad animal y las autoridades veterinarias nacionales competentes en materia de control y prevención de las enfermedades animales, incluida la gripe. Los resultados actualizados de la evaluación de riesgos y las recomendaciones sobre las intervenciones se comunican oportunamente a los Estados Miembros, con objeto de mejorar el nivel de preparación y respuesta.

Se suele decir con racionalidad que una de las razones donde se asienta la ignorancia se encuentra en la voluntaria decisión de prescindir de los recursos de la memoria. En este caso la historia lo ratifica con creces.

El virus de la influenza aviar A(H5N1) altamente patógeno (HPAI) de origen asiático se da principalmente en aves y es sumamente contagioso. El virus H5N1 de la forma altamente patógena de la influenza aviar de origen asiático es particularmente mortal entre las aves de corral. El virus se detectó por primera vez en 1996 en gansos en China. El virus H5N1 de origen asiático se detectó por primera en seres humanos en 1997 en medio de un brote originado en aves de corral en Hong Kong y, desde entonces, se ha detectado en aves de corral y aves silvestres en más de 50 países de África, Asia, Europa y Oriente Medio. Seis países se consideran endémicos por el virus H5N1 de la forma altamente patógena de la influenza aviar de origen asiático detectado en las aves de corral (Bangladesh, China, Egipto, India, Indonesia y Vietnam).

Desde su reaparición generalizada en 2003, las infecciones esporádicas y poco comunes por este virus en seres humanos comenzaron a informarse en Asia y más adelante en África, Europa y Oriente Medio. Las infecciones en seres humanos por los virus H5N1 de origen asiático han sido asociadas a enfermedades graves y la muerte. La mayoría de las infecciones en los seres humanos por los virus de la influenza aviar, incluidos los virus H5N1 de la forma altamente patógena de la influenza aviar de origen asiático, se han producido tras el contacto prolongado y cercano con aves infectadas. Si bien se han detectado casos de infección poco comunes por este virus entre las personas, el contagio no ha sido sostenido y no se ha identificado la diseminación de este virus en la comunidad.

En enero del 2014, Canadá informó acerca de la primera infección en seres humanos por el virus H5N1 de origen asiático de la forma altamente patógena de la influenza en América. Se trataba de un caso "importado" que ocurrió en un viajero que había regresado de China hacía muy poco. Hasta la fecha, no existen informes de infecciones por el virus H5N1 HPAI de origen asiático entre la población estadounidense; y el virus H5N1 de origen asiático nunca se ha detectado en aves ni aves de corral de los EE. UU. (El virus H5N1 detectado hace poco en aves silvestres de los EE. UU. es un nuevo virus mixto [realineado] genéticamente diferente de los virus H5N1 de la influenza aviar de origen asiático).

Los virus de la influenza cambian constantemente y los virus de la influenza animal pueden mutar de tal manera que adquieren la capacidad de infectar a las personas fácilmente y diseminarse entre ellas hasta desencadenar una pandemia. Las infecciones en seres humanos por el nuevo virus de la influenza aviar, como el virus H5N1 de origen asiático, causan preocupación debido al potencial pandémico que este tiene. Los CDC toman medidas rutinarias de preparación de salud pública cada vez que se identifica un virus con potencial pandémico. Como el virus H5N1 de origen asiático continúa circulando y ha sido el causante de una cantidad de infecciones en seres humanos, las medidas de preparación ante el virus H5 de origen asiático tienen un mayor alcance. El gobierno de Estados Unidos está almacenando la vacuna contra el virus H5N1 de origen asiático como parte de la preparación para una pandemia. Esta vacuna podría ser utilizada si el virus HPAI H5N1 empieza a diseminarse con facilidad y eficacia de una persona a otra.

La gripe porcina es una infección causada por un virus. Se llama así por un virus que los cerdos contraen. La gente, generalmente, no contrae esta gripe pero pueden darse infecciones. En 2009, una cepa de gripe porcina llamada H1N1 infectó a varias personas alrededor del mundo.

El virus es contagioso y puede diseminarse de persona a persona. Los síntomas de la gripe porcina son similares a los síntomas de la gripe común e incluyen fiebre, tos, picazón de garganta, dolor muscular, dolor de cabeza, escalofríos y fatiga.

El virus influenza AH1N1 es uno de los descendientes de la gripe española que causó una pandemia devastadora en la humanidad durante el periodo 1918–1919.​ Tras la finalización de la pandemia el virus persistió en cerdos, y con ello, los descendientes del virus de 1918 han circulado en seres humanos durante todo el transcurso del siglo XX, contribuyendo a la aparición normal de gripe estacional anualmente.12​ Sin embargo, la transmisión directa de cerdos a humanos es bastante rara, pues sólo 12 casos se han demostrado en los Estados Unidos desde el 2005 hasta la reaparición en el 2009.​

El virus de la gripe ha sido considerado uno de los más esquivos conocidos hasta ahora por la ciencia médica, debido a sus transformaciones constantes para eludir los anticuerpos protectores que se han desarrollado tras exposiciones previas a gripes o vacunas. Cada dos o tres años, el virus sufre algunos cambios menores. Sin embargo, aproximadamente cada decenio, luego de que una gran parte de la población mundial ha logrado algún nivel de resistencia a estos cambios menores, el virus evoluciona drásticamente, lo que le permite infectar fácilmente a grandes grupos poblacionales a través del mundo y a menudo afectando a cientos de millones de personas cuyas defensas inmunológicas no están adecuadas para resistir su embate. El virus de la gripe también es conocido por realizar pequeñas variaciones de forma en periodos muy cortos de tiempo. Por ejemplo, durante la pandemia de gripe española, la oleada inicial de la enfermedad fue relativamente leve y controlada, mientras que la segunda oleada un año después fue altamente letal.​

A mediados de siglo, en 1957, una pandemia de gripe asiática infectó a más de 45 millones de personas en Norteamérica, ocasionando la muerte de 70.000 personas. En total causó casi 2 millones de muertes a nivel mundial.15​ Once años más tarde, desde 1968 a 1969, la pandemia de gripe de Hong Kong afectó a más de 50 millones de personas causando unas 33.000 muertes y ocasionando unos $3.900 millones de dólares en gastos. Según un artículo del diario estadounidense Newsday, citado por Grover Furr, profesor de la Universidad de Montclair (Nueva Jersey, EE. UU.), la CIA habría oraganizado la introducción del virus de la gripe porcina en Cuba en 1970, como parte de una estrategia terrorista llevada adelante contra ese país, siendo este en aquel entonces el único ejemplo comprobado de la utilización de un arma biológica por parte de una superpotencia.​ En 1976, unos 500 soldados se infectaron con gripe porcina en un periodo de pocas semanas. Sin embargo, al final de ese mes, los investigadores encontraron que el virus había "desaparecido misteriosamente", literalmente.​ Durante el transcurso de un año promedio en un país como los Estados Unidos, hay aproximadamente unos 50 millones de casos de gripe "normal", que provocan la muerte de unas 36.000 personas. La mayoría de los pacientes afectados forman parte de grupos en riesgo como personas extremadamente jóvenes o ancianas, enfermos y mujeres embarazadas, siendo un gran porcentaje de las muertes producto de complicaciones derivadas como neumonías.

Investigadores médicos de todo el planeta han admitido que los virus de gripe porcina podrían mutar en algo tan letal como la pandemia de gripe de 1918 y están vigilando cuidadosamente el último brote de gripe porcina de 2009 en aras de crear un plan de contingencia ante una posible e inminente pandemia global. Muchos países han tomado medidas de precaución y educación para reducir las posibilidades de que esto ocurra, pero a la luz de lo que ocurrió en 2019, han sido claramente insuficientes.

El laboratorio de Wuhan es una de las instituciones científicas más prestigiosas del gigante asiático. A partir de estas experiencias con las pandemias virales del 2003 y 2009 obviamente los estudios sobre corona virus y virus zoonóticos con capacidad de producir mutaciones que afecten la salud de los humanos se ha incrementado y ha crecido la colaboración con otros centros de investigación tanto de Asia, como de Europa y la misma EEUU como se desprende de los e-mails que trascendieron a la difusión pública y del artículo que precede a estas reflexiones.

La posibilidad de “crear virus” aún no existe. Lo que si se hace como bien explica el artículo anterior, es “investigar experimentalmente” como los virus zoonóticos pueden producir mutaciones capaces de sobrevivir en células humanas precisamente para intentar anticipar las pandemias y producir tratamientos y fármacos capaces de generar inmunidad, evitando brotes como el actual y los padecidos antes.

El problema central es la guerra económica por las patentes o los derechos que se desprenden de las investigaciones. Es decir que los problemas surgen por la economía neoliberal que ha diezmado la capacidad de raciocinio y la ha sometido a las lógicas económicos de esta etapa de globalización, la financiarización. Es entonces el capital el que determina que y como investigar. El objetivo casi único es el de la ganancia económica, aún cuándo se trata de prevenir pandemias o proveer soluciones farmacológicas o médicas. Esto sin mencionar que las formas de megaproducción actual y la exacerbada movilidad de personas a lo largo y ancho del planeta generan una vulnerabilidad única de estos tiempos que no tiene comparación con etapas anteriores en la vida humana sobre el planeta.

En estos días de la peste, la otra peste instalada por quienes aún viendo la terrible decadencia que estos modos de globalización conllevan arrastrando desgracias, injusticias y muerte a buena parte de la población del planeta solo para sostener a una pequeña élite en la cresta del poder mundial y en la preservación de sus privilegios, se alimenta de las “conspiraciones” que desvirtúan estos sentidos mas lógicos y racionales que las inventadas por quienes, lejos de la racionalidad, colaboran con las confusiones y las sombras para que los poderes de las conspiraciones reales, se mezclen en las “afiebradas” mentes de quienes gustan de lo “oculto” y encuentran allí las mejores explicaciones para no ver que parte le es propia a su propia forma de pensar y vivir. Nadie se salva solo. Que cada quien haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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