Letras de vida entre los cuerpos que nacen y mueren ...

  

 
Los festejos por la llegada del verano y el fin de las restricciones impuestas a la circulación de la población anticipan en los Estados Unidos la vuelta a la normalidad. El virus, sin embargo, sigue dando pelea y su lucha contribuye a descarnar la esencia del capitalismo global monopólico que domina al mundo. Amenazado de muerte por una crisis sistémica, busca reproducirse concentrando salvajemente más ganancias y más poder.

La normalidad que los Estados Unidos dicen haber alcanzado es distinta a la de antaño. El laberinto que oculta al Minotauro se ha resquebrajado y las relaciones de poder global que lo constituyen han salido a luz del día. La legitimidad de las instituciones democráticas se ha erosionado brutalmente y estas exponen hoy la avaricia y la violencia de un endeudamiento ilimitado que, radicalizando los conflictos globales, lleva a la militarización de la vida cotidiana.

La brutal competencia entre monopolios por acaparar más ganancias y poder, su avance sobre los Estados y la pugna de las potencias por dominar al mundo muestran que la ruptura de pactos de reciprocidad esenciales a la vida social conduce a la destrucción de la vida humana y del planeta. En este contexto, los ciudadanos de a pie, aislados y fragmentados en su individualidad, empiezan a olfatear las causas de los problemas que los aquejan y expresan su descontento frente a la esclerosis y corrupción de las instituciones, a la creciente desigualdad económica y social, y a las discriminaciones de distinto tipo.

El peligro de una explosión social lleva a las elites dominantes a desplegar nuevas formas de autoritarismo para matar a la rebelión en el huevo. En esta guerra de nuevo tipo, los monopolios tecnológicos manipulan la información, las interacciones, las acciones y los deseos para maximizar las ganancias y el control sobre la sociedad. Sustituyendo a la realidad por las fake news, los medios y las redes sociales contribuyen a estimular un “sentido común” basado en la competencia de los unos contra los otros, en el oscurantismo, la confusión, el miedo y el odio hacia un enemigo siempre presente. Este sentido común busca borrar las huellas de empatía y solidaridad, de intereses comunes y colectivos, que desde los orígenes del tiempo han hecho posible la vida social.

En los tiempos que corren, las rebeliones en Bolivia, Chile, Colombia y Perú muestran que el desafío a los poderes establecidos va pariendo en nuestro continente nuevas formas de organización social que, desde abajo hacia arriba y tejiendo horizontalmente, buscan articular consensos y concretar una mayor participación de los ciudadanos de a pie en las decisiones que se toman, tanto en relación a la vida cotidiana como a las políticas de orden nacional y global.

En este contexto, las preguntas sobre el origen de la pandemia y la índole de la nueva normalidad conducen a desentrañar las causas de la militarización de los conflictos geopolíticos. Remiten, además, a cuestionar nuestros orígenes y nuestro futuro, a preguntarnos de dónde venimos y hacia dónde vamos. Esto no es poca cosa. Implica empezar desarticular los límites que nos autorreferencian y nos impiden ver que, sin el otro y sin respeto por la naturaleza, no hay vida humana posible.

Pandemia y tensiones militares

Desde que asumió el gobierno, Joe Biden intensificó las sanciones económicas impuestas por el ex Presidente Donald Trump a China, envió barcos y aviones de guerra a patrullar el Mar del Sur de la China y la región de Taiwán, y endureció la retórica oficial definiendo a China como una “amenaza inminente” para la paz mundial y el orden establecido (zerohedge.com 15 6 2021). Este contexto político contribuye a desinflar la polémica sobre el origen del virus y las implicancias de las investigaciones de científicos norteamericanos que, en colaboración con investigadores chinos, manipularon genéticamente a un virus (gain of function) en un laboratorio vinculado a las Fuerzas Armadas de China y situado en Wuhan, donde se originó la pandemia.

Esta semana, los encuentros de Biden con los representantes del G7 y de la OTAN en Europa agregaron combustible a la definición de China como enemigo del orden mundial. El G7 anunció medidas económicas destinadas a frenar la influencia económica de este país en el mundo y convocó a realizar en territorio chino una exhaustiva investigación sobre el origen de la pandemia. La OTAN, a su vez, advirtió sobre la amenaza militar de China para la paz mundial y para “áreas relevantes a la seguridad de la OTAN” (reuters.com 13 6 2021, zerohedge.com 9,15/ 6 2021).

La respuesta del gobierno chino no se hizo esperar: mientras enviaba 28 aviones de guerra a sobrevolar el espacio aéreo de Taiwán, el Ministerio de Relaciones Exteriores acusó a la OTAN y al G7 de interferir en los asuntos internos chinos y reafirmo la voluntad china de “defender su seguridad y su soberanía nacional hasta sus últimas consecuencias”. Paralelamente, el jefe de enfermedades epidemiológicas del principal centro de investigación médica de China reiteró la demanda del gobierno de investigar a los “múltiples laboratorios norteamericanos que desarrollan armas biológicas” (zerohedge.com 15, 17 /6 2021).

Pandemia, inflación y endeudamiento

Los intentos del gobierno de Trump por desacoplar a la economía norteamericana de la china provocaron cuellos de botella en las cadenas de valor global, afectando gradualmente a los precios de los bienes que se comercian internacionalmente y a los fletes. La parálisis de la economía global como consecuencia de la pandemia agudizó estos problemas.

La política monetaria y cambiaria de China fue muy diferente a la adoptada durante la pandemia por los Estados Unidos y otros países centrales. Esto despertó el interés de grandes fondos de inversión y grandes bancos (BlackRock y JP Morgan, entre otros) en aumentar sus inversiones financieras en China. En consecuencia, durante la pandemia se produjo un flujo masivo de capitales hacia el sector financiero chino (cnbc.com 21 5 2021).

La inflación mundial también golpeó a China: hacia principios del mes en curso el índice de precios al consumidor llegaba al nivel más alto desde la crisis de 2008 y el gobierno chino impuso controles de precios para “garantizar la oferta de bienes y asegurar a su población una vida digna” (zerohedge.com 14 6 2021). Al mismo tiempo, controló la suba del valor del yuan que había llegado a su punto más alto desde 2007 en relación al valor del dólar. La pandemia puso así al desnudo el impacto que pueden tener las políticas financiera y cambiaria de China sobre la política de la Reserva ante la inflación. Como hemos visto en otras notas, la Reserva esta encerrada en una trampa que le impide aumentar las tasas de interés para enfrentar a la inflación y la obliga al endeudamiento ilimitado, erosionando así el valor del dólar y amenazando su status como moneda de reserva internacional.

Si se profundizan las sanciones económicas y políticas hacia China y aumenta la tensión militar es posible que este país desate con éxito una guerra financiera y cambiaria aumentando la presión sobre la Reserva para que suba sus tasas de interés, con el consiguiente impacto sobre el endeudamiento norteamericano. China puede incluso liquidar parte de sus tenencias en Letras del Tesoro norteamericano (más de 1 billón —trillion— de dólares) acelerando el derrumbe del valor del dólar y la presión sobre la Reserva para que suba las tasas de interés. Si esto ocurre, tendrá un enorme impacto sobre el endeudamiento norteamericano, sobre el valor del dólar y sobre el sistema financiero internacional. De este modo, y más allá de las consecuencias que esta liquidación de letras del Tesoro norteamericano pueda tener sobre la economía china, pareciera que este país tiene la capacidad de detonar el endeudamiento norteamericano y provocar la debacle del dólar en el mundo.

La pandemia, al agudizar las contradicciones de esta dinámica, ha contribuido a colocar al endeudamiento norteamericano y al JP Morgan en el centro de la escena financiera internacional. Como ocurriera en 2008, este mega-banco está hoy en el ojo del huracán: por su oculta fragilidad puede ser el eslabón que detone una nueva crisis financiera. De ocurrir, tendrá consecuencias inéditas debido a la magnitud del endeudamiento financiero global.

Según el perfil del riesgo sistémico de los bancos norteamericanos elaborado por el Centro de Información Nacional del FFIEC (Federal Financial Institutions Examination Council) en base a datos de la Reserva Federal, al 31 de diciembre del 2019 el JP Morgan era el banco norteamericano más grande y con mayor cantidad de activos interconectados en el sistema financiero. Esto implica que sus problemas pueden afectar inmediatamente al conjunto del sistema financiero. Al 31 de diciembre de 2020, el JP Morgan tenía 43,5 billones (trillions) de dólares en deuda con derivados (deuda con activos que derivan su valor de otros activos, por ejemplo las “hipotecas basura” que desencadenaron la crisis financiera de 2008). Esta estimación, sin embargo, no refleja la dimensión real del problema. En abierta violación de la reforma financiera Dodd-Frank de 2010, que obliga a los bancos a declarar sus tenencias de derivados, sólo un 35% de la misma es declarada por las instituciones financieras (wallstreetonparade.com 16 6 2021).

Así, la nueva normalidad implica que la Reserva tiene cada vez menor margen para combatir a la inflación. En circunstancias en que arrecia la tensión militar con China, este país tiene capacidad para presionar a la Reserva a subir drásticamente las tasas de interés arriesgando con detonar al endeudamiento norteamericano. La fragilidad de la situación financiera y la exposición de los grandes bancos obligan a la Reserva a buscar una salida. Pareciera que esto la lleva hacia una digitalización del dólar controlada por la propia Reserva. Esto le permitiría hacer una reforma radical de la estructura financiera y concentrar en un puñado de directivos de la Reserva el control total y el seguimiento al instante de todas las transacciones financieras realizadas en dólares, sean locales o globales.

La normalidad argentina

Esta semana la campaña de vacunación continuó con ímpetu mientras Macri y su tribu se peleaban como perros y gatos, para definir no sólo las elecciones de medio término sino lo que ocurrirá en 2023. Macri empieza a preocuparse. Sabe que sobran las pruebas para enviarlo a la cárcel por los múltiples ilícitos cometidos durante su gestión de gobierno. Siguiendo los consejos del periodismo de guerra, ahora conspira para “formatear a la democracia”. No le queda otro camino. Teme que Horacio Rodríguez Larreta concrete un “parricidio” y que “si perdemos tendré que irme del país.” (lpo.com 17 6 2021, pagina12 18 6 2021).

Mientras tanto, sus seguidores se rasgan las vestiduras porque el Papa Francisco “promueve el odio y la envidia que es un pecado capital” y encima le da malas ideas al gobierno. Esto es muy peligroso pues “la mitad de la población es pobre porque hay 20 millones de personas recibiendo planes sociales… un placebo para la pobreza. Dejan allanado el camino para la usurpación de tierras por parte de los pobres o la confiscación por parte del Estado” (infobae.com 18 6 2021). Siguiendo los dichos del ex Presidente Duhalde, todo indica que el país “esta listo para la guerra civil”.

Estos desvaríos intentan construir un sentido común basado en el miedo y el odio a las hordas populistas. A partir del lema “estamos a 7 diputados de ser Venezuela” reinterpretan todos los actos de gobierno. Esta semana CFK propuso aprender de las experiencias dejadas por la pandemia e integrar al sistema de salud para volverlo más eficiente en el futuro. Esto se leyó como incitación a liquidar los pingües negocios de las privadas poniéndolas en pie de guerra contra el gobierno. Mientras tanto un intendente del PRO, internado con Covid en el hospital de su municipio, ejemplificó la osadía de la tribu PRO y la ineficiencia de las privadas: partió con un ventilador de su hospital municipal debajo del brazo y se internó en una clínica privada de otro municipio. Esta era tan buena que carecía de ventiladores.

El mismo espíritu inspira a los grandes empresarios, que esta semana desplegaron sus alas de buitre e hicieron vuelos rasantes en torno al ministro Martín Guzmán, graznando “que nos cuide, que no nos dejen desprotegidos, que no nos sigan estigmatizando… que envíen mensajes de algún reconocimiento al sector empresario” (ámbito.com 16 6 2021). Pocos días antes habían apretado sin piedad a dirigentes de la Unión Industrial Argentina para imponer sus candidatos en las elecciones. Paolo Rocca, el rey de los monopolios locales, quiere asegurarse el control total de la entidad y convertirla en una fuerza de choque para imponer al gobierno políticas que son la antítesis de las que el pueblo votó. En esta ocasión, el ministro confesó que “compartía su preocupación” y no encontró la oportunidad para preguntar a sus interlocutores por qué:

  • no invierten productivamente;

  • no ponen el hombro para paliar la pandemia, siendo que han recibido una ayuda estatal considerable para mantener a sus operarios y seguir operando;

  • no ayudan a terminar con el flagelo del hambre en el país;

  • tanta codicia para formar precios y producir una inflación que hoy es 25 veces superior a la que tienen los países vecinos a pesar de que los empresarios han concertado acuerdos de precios con este gobierno y los sindicatos; el dólar esta pisado; las tarifas y combustibles, que estuvieron congelados por un año, sólo registraron un incremento muy inferior a la inflación registrada durante la pandemia; los salarios y prestaciones sociales continúan arrastrándose penosamente sin superar el deterioro de la capacidad adquisitiva registrada en los últimos años e incluso durante la pandemia.

Estas cuestiones y muchas otras quedaron en el tintero del ministro. Una pena, pues lo que está en juego ahora y en los meses que vienen es mucho más que una elección. Es la credibilidad de las promesas del gobierno de cambiar esta “normalidad” argentina. Es la legitimidad del mandato del gobierno en el período posterior a las elecciones, algo que puede ser muy difícil dado que ya se advierten las turbulencias de un viento norte embravecido.

Mónica Peralta Ramos en el Cohete a la Luna

El Doctor en Ciencias Sociales Daniel Feierstein sostiene en este artículo que el control de ingresos en los aeropuertos internacionales constituye la medida más efectiva para gestionar la pandemia, en tanto genera un daño mínimo a un grupo muy pequeño de población con el beneficio de impedir o retrasar por varios meses el ingreso de un virus o el ingreso o dominio del espectro de contagio de algunas de sus variantes más peligrosas.

Daniel Feierstein, Doctor en Ciencias Sociales, Inv. CONICET, Profesor UNTREF y UBA., escribe en “La Tecla Ñ”

Las formas de confrontar con una pandemia son complejas, mucho más cuando se extienden en el tiempo, debiendo lidiar con el cansancio que genera la continuidad de una situación de incertidumbre y sufrimiento.

Sin embargo, hay una medida que ha resultado claramente costo-efectiva: impedir que el virus ingrese al territorio o demorar su llegada. Gran parte de los países que tuvieron un desempeño exitoso (casi todo Oriente, Oceanía, Israel y muchos otros países) implementaron controles de ingresos tempranos, con resultados dispares pero generalmente buenos.

El virus ingresó a los países a través de los infinitos desplazamientos de personas que son parte de la lógica de la globalización, pero en todos los casos la irradiación se dio fundamentalmente a través de los aeropuertos.

Hay varios motivos que explican esta secuencia: los aeropuertos implican la movilidad de mucha gente en territorios alejados pero, además, involucran a población que tiene un tipo de desplazamiento mucho mayor (justamente por estar habituada al movimiento aéreo) que aquella que se desplaza utilizando las fronteras terrestres.

Nuestro país siguió dicho patrón y tanto la irradiación original del COVID-19 como la de las variantes más contagiosas surgidas meses después (británica, Manaos, andina, californiana, entre otras) irradiaron desde el Área Metropolitana de Buenos Aires al conjunto del territorio nacional y no desde las porosas fronteras terrestres de Misiones, Formosa, Jujuy, Salta, Mendoza, etc., hacia el conjunto del territorio. Es cierto que en algunos casos (Jujuy a comienzos de 2020, Formosa a comienzos de 2021) existieron brotes que pudieron conectarse con las fronteras terrestres pero los mismos fueron locales y no generaron una irradiación equivalente a la que ocurre cuando la circulación comunitaria de un virus ingresa por vía aérea a la mayor urbe nacional, ya que la población que traspasa cotidianamente la frontera en Jujuy o Formosa no circula con asiduidad por todo el territorio ni las propias localidades en las que viven tienen ese nivel de vínculo con toda la geografía nacional.

Es por ello que el control de ingresos en los aeropuertos internacionales constituye la medida más costo-efectiva para gestionar la pandemia, en tanto genera un daño mínimo a un grupo muy pequeño de población (obstaculizar por unos días la movilidad de algunas decenas de miles de personas) con el beneficio de impedir o retrasar por varios meses el ingreso de un virus o el ingreso o dominio del espectro de contagio de algunas de sus variantes más peligrosas.

Por el contrario, en el caso argentino hemos cometido dos veces el mismo error y vamos en camino directo a chocar por tercera vez con la misma piedra.

Al inicio de la pandemia, y luego de una eficaz decisión de la implementación de restricciones tempranas a la circulación (medida que logró la detención de la propagación del contagio en el 85% del territorio nacional) se desplegó una política de “repatrio” de los viajeros que, en lugar de obligarles a cumplir las cuarentenas en hoteles seleccionados al efecto, envió a miles de personas a sus casas, apenas solicitándoles la firma de una declaración jurada en la que se comprometían a respetar un aislamiento domiciliario de 14 días. Más allá de que era totalmente esperable un alto nivel de incumplimiento de dicha medida, las cifras de propagación del contagio en el área del AMBA en aquellos primeros meses iluminan como altamente probable que haya sido éste el mayor error en los primeros meses de gestión de la pandemia, un error que dio por tierra con el enorme sacrificio del conjunto de la población argentina.

Hacia el mes de noviembre, la propia circulación del virus y la inmunización de amplias capas de la población (con el altísimo costo en vidas de dicho contagio generalizado) había generado un descenso significativo de casos, pero la mutación del virus en varios lugares del mundo con alta circulación generó un nuevo escenario de preocupación: el surgimiento de variantes significativamente más contagiosas y, en algunos casos, más letales.

Ya con la experiencia de lo ocurrido en la primera ola, era evidente que la prioridad debía ser la de impedir (o cuanto menos demorar) el ingreso de estas variantes, a modo de avanzar en el proceso de vacunación lidiando con la cepa dominante en el país, que era la variante original de Wuhan. Si el ingreso de las variantes más contagiosas era solo por vía terrestre, su identificación sería más rápida, se encontraría en zonas de frontera y permitiría el establecimiento de barreras sanitarias e incluso una vacunación más acelerada en aquellas zonas con circulación comunitaria de las nuevas variantes.

Pero nada de ello ocurrió, pese al insistente llamado de científicos y organizaciones sociales. Otra vez los viajeros ingresaron sin mayores controles entre diciembre 2020 y marzo 2021, a lo que se sumó una liberalización de actividades durante la semana santa 2021, que aceleró la dispersión de las nuevas variantes (ingresadas a través de Ezeiza) al conjunto del territorio nacional. La dureza de la segunda ola tuvo mucho que ver con esto, al identificarse ya a partir de los meses de marzo y abril las variantes más contagiosas como dominantes en muchísimas jurisdicciones.

El avance del plan de vacunación ha venido de la mano de una nueva mutación, aparecida otra vez en el otro extremo del mundo (ahora en la India, la variante Delta), que está poniendo en jaque a varios de los países con altas tasas de vacunación, como el Reino Unido, ya que esta variante no solo es más contagiosa sino que parece ser capaz de disminuir la efectividad de algunas de las vacunas allí implementadas, cuanto menos si solo ha sido administrada una dosis, lo cual es una situación homologable a la argentina.

Pese a la reiteración del alerta, las autoridades argentinas solo han implementado un control de PCR negativo al ingreso de los viajeros al país, sin obligarlos a ir unos días a hoteles. El problema de esta política es que gran parte de los viajeros pueden haber contraído la nueva variante pocos días antes de volver al país y, por lo tanto, presentar un falso negativo en el control de aeropuerto, terminar la incubación ya en sus casas y propagar e irradiar la nueva variante, que de convertirse en dominante podría poner en jaque el propio proceso de vacunación argentino, además de precipitar una tercera ola.

La decisión de la implementación de restricciones aplicadas al conjunto de población (en muchos casos imprescindibles) tiene un costo social, económico y psíquico muy alto, con lo cual es comprensible el complejo debate sobre sus formas, intensidades, duración y oportunidad.

Por el contrario, el control al ingreso de viajeros resulta la medida más efectiva y menos costosa de todas las posibles, la que puede evitar o demorar la aparición de elementos que agreguen más incertidumbre y sufrimiento al pueblo argentino.

Sería deseable no volver a tropezar por tercera vez con la misma piedra. Se supone que los seres humanos aprenden de sus errores. Ojalá eso también ocurra en el caso del gobierno argentino.

El vuelo que trajo más de un millón de vacunas AstraZeneca contra el coronavirus desarrollada por el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford y producidas por la empresa mAbxience en la provincia de Buenos Aires, llegó esta mañana al país procedente de los Estados Unidos.
La aeronave Boeing 767, de la compañía Latam Cargo Colombia, bajo el número UC1407, aterrizó en el aeropuerto internacional de Ezeiza a las 10 después de haber partido a las 0,32 desde Miami, con 1.139.000 dosis de vacunas en sus bodegas.
Con este envío,
el país recibe un total de 21.806.145 dosis de las distintas vacunas contra la Covid-19 desde diciembre pasado, cuando el Gobierno nacional puso en marcha el Plan Estratégico de Vacunación contra el coronavirus.
Además,
entre hoy y el miércoles llegarán desde China otras dos millones de dosis de la vacuna del laboratorio Sinopharm transportadas en dos vuelos especiales de Aerolíneas Argentinas y en otro vuelo comercial de Qatar Airways, que arribó a Ezeiza esta madrugada a las 3.58.
Según los datos del Monitor Público de Vacunación, el registro online que muestra en tiempo real el operativo de inmunización en todo el territorio argentino, hasta la tarde de ayer fueron distribuidas en todas las jurisdicciones 20.630.190 vacunas, de las cuales fueron aplicadas 18.175.234: 14.483.723 personas recibieron la primera dosis y 3.691.511 ya cuentan con el esquema completo de dos dosis.

El segundo de los dos vuelos de Aerolíneas Argentinas que transportarán desde China las vacunas Sinopharm partió este domingo al mediodía desde el aeropuerto internacional de Ezeiza, mientras el primero, que salió el sábado, ya despegó de regreso desde Beijing y está previsto que arribe a la Argentina este lunes por la tarde.
La aeronave Airbus 330-200, matrícula LV-GHQ, bajo el número AR1066, decoló a las 13.18 y, tras realizar una escala técnica en Madrid para reabastecimiento de combustible, arribará a Beijing a las 0.15 del martes (hora local en China, las 13.15 del lunes en Argentina).
Está previsto que
el avión permanezca en suelo chino hasta las 3.15 (hora local, las 16.15 del domingo en Argentina), y emprenderá el regreso haciendo una escala de reabastecimiento en el aeropuerto de Barajas, para arribar al aeropuerto de Ezeiza a las 19.10 del lunes 21.

"Con estos vuelos, realizamos 26 operaciones y superamos los 15 millones de dosis transportadas", destacó el presidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, quien sostuvo que se trata de "otra excelente noticia que permitirá continuar con la mayor campaña de vacunación y que más argentinos y argentinas puedan vacunarse. Estamos cumpliendo una tarea fundamental cuando el país más lo necesita", agregó.
Según señaló Ceriani a la prensa, "con estos dos vuelos seguimos alimentando la campaña de vacunación y la esperanza de poder salir pronto de esta crisis sanitaria sin precedentes. Estamos orgullosos de poder cumplir un rol tan importante cuando el país más lo necesita".

(Telam)

Yo no sé”, me dice Gregor, “pero cuando uno debuta en algo lo luce con orgullo. Sabe que quedará marcado, que no se podrá borrar. Y difícil es arruinarlo, pero hay algunos que realizan ese esfuerzo. Lo digo porque esta semana se cumplieron 66 años del bombardeo sobre Plaza de Mayo. Y aunque hay quienes aseguran que el bautismo de fuego de la aviación argentina fue en Malvinas, la realidad indica que esa iniciación fue de cabotaje y contra el pueblo, al que nunca consideraron como propio. Antes de matar al Perón que vivía dentro de Perón, necesitaban hacerlo con aquel que crecía dentro de los compañeros. Qué lejos están de la División Infernal. Por suerte, sale ballena y entra Güemes”, cierra. ¿Qué otra cosa quieren que le diga a mi amiguito cuando se me atravesó un avión de papel en el que escribieron ‘Cristo Vence’ en la garganta, que no sea el ya remanido pero no por eso menos efectivo ‘mejor empezar’?

Para la libertad, sangro, lucho, pervivo

Cristina Kirchner volvió a hablar y no pasó desapercibida, como es costumbre. Participó de un acto en La Plata con Axel Kicillof e hizo un llamado a todo el arco político. “Entre todos los que hacen política, los que no la hacen, podemos llegar a un acuerdo básico mínimo de que hay cosas que no pueden ser objeto de discusión. No podemos discutir por dónde sale el sol y si la Tierra es redonda o plana, porque todos sabemos que es redonda, y no podemos seguir discutiendo si la vacuna tal o cual sirve o no sirve”, aseguró la vicepresidenta, pero no había terminado de hablar que ya su tocaya Cristina Pérez había salido a contestarle. “El problema del kirchnerismo es que no le gusta la libertad. Esa que radica en diferentes miradas. A la libertad no la regula Cristina, aunque quisiera”, escribió la periodista y luego agregó que “si ella quiere creer que Copérnico tiene razón, está en todo su derecho. Pero no puede venir a negar el mío de pensar que Ptolomeo es el que bate la posta y la tierra está fija. Todavía no me convencieron que la vacuna de Sputnik sirve, así que tengo la libertad de pensarlo y decirlo hasta que se demuestre lo contrario”. Le pregunto si dar una noticia falsa con las intenciones de confundir no se parece a un delito y ahí nomás me sale al cruce. “No es delito pensar distinto a un gobierno, tampoco es delito hablar como uno quiera. Delito es la corrupción”. Intento explicarle que hay una diferencia muy grande, que es como dijo CFK, “Libertad para mí y que se joda el resto”… y no me deja terminar la frase que me interrumpe al grito de “¿Ves? ¡Corruptos! ¡Está pidiendo impunidad para ella aunque se jodan sus otros secuaces!”. Le explico que la frase termina afirmando que eso no es libertad. “Otra vez me quieren decir cómo tengo que entender. Acaba de confesar que busca impunidad, como siempre afirma Alfredo Leuco y vos me decís que eso no es libertad”. “Es que Cristina vio los números preocupantes de las últimas encuestas y por eso entró en pánico, sobre todo en la provincia de Buenos Aires donde se juega la vida, la libertad y la suerte de su proyecto de impunidad, venganza y continuidad en el poder”, terció el periodista LN+. Le pregunté cómo sabía que los resultados eran tan adversos y me contestó por lo bajo “es que esas encuestas se las armamos nosotros”. “Pusieron en tensión a la libertad con la idea de igualdad. Una no se puede comer a la otra, hay un manoseo de un valor tan sublime como es el de la libertad”, respondió Andrés Larroque. Voto por que criemos más cuervos como éste para que ellos se vean obligados a usar antiparras.

Ni te debo, ni me debes, ni me curas

Para mdz, la reaparición pública de Cristina habría causado un terremoto dentro del Frente de Todos y que “sólo la sobrecarga de vacuna mejorará sus expectativas”. Nunca se me hubiese ocurrido que aplicarle las dosis necesarias a la mayor parte de la población podía significar un exceso o una saturación que impida su funcionamiento normal. Y hasta ahora no escuché una sola cita de algún integrante del Frente de Todos que indique sea cierto el condicional. Parece que no llegaron a escuchar las palabras de la vicepresidenta quien pidió “dejemos la vacuna y la pandemia fuera de la disputa política”. “Ellos son los que la politizan, le quieren dar las prepagas a La Cámpora, que andan bárbaras. ¿Qué creen que pasará cuando la administren ellos?”, se mostró ofuscado Joaquín Morales Solá, esgrimiendo estas palabras como respuesta a la propuesta de Cristina de “ir a un sistema integrado entre los tres subsistemas: público, obras sociales y privado o prepagas”. Según mdz, las declaraciones del periodista fueron cuestionadas en las redes sociales donde lo acusan de querer confundir a la ciudadanía sin argumentos. “Menos mal que existen ‘las redes sociales’, como si fueran las malas lenguas”, me dice un escriba de ese diario, “a nosotros jamás se nos ocurriría decirle a Joaquín que habla sin fundamentos y menos pedirle que los exhiba ante semejante acusación, si con titular ‘dura denuncia’ nos alcanza”. “Vamos a tener que discutir esto y tantas otras cosas en las que podamos tener diferencias. Hay que buscar soluciones, no divisiones y entorpecer al otro”, continuó Fernández de Kirchner y enseguida le demostraron qué tan dispuestos estaban de acompañar para concretarlo. Según Infobae, “la medicina privada rechazó de manera enfática la posible estatización del sistema de salud” y anunciaron que presentarán una cautelar. Se ve que ellos, cuando integran, sólo lo saben hacer quedándose con todo, porque en ningún momento se pronunció la palabra “estatización”, más allá de si es el camino deseado o no. Parece que Claudio Belocopitt, quien supo decir que no le da culpa ser multimillonario, aseguró que “los rumores de una intervención aumentaron hasta convertirse en confirmaciones en off”. O sea, nunca dejaron de serlo, sólo crecieron un poco. “Es de pura justicia reclamar la actualización de los salarios de los que estuvieron, están y seguirán estando en el frente de esta batalla sin cuartel”, afirmó el presidente de Swiss Medical Group. Le pregunté por qué, entonces, como dueños de esas prepagas, no les aumentaban el sueldo. “No me refería a los médicos, sino a nosotros, los empresarios de la salud”, me contestó. “Nadie va a estatizar las prepagas. Los que tienen miedo al debate son los que tienen miedo a mostrar sus negocios”, salió en defensa del proyecto Oscar Parrilli. “Más vale”, le contestó Belocopitt, “no sea que por culpa de mostrarlo deje de ser millonario”. Para La Nación, tanto en la Confederación General del Trabajo como en las prepagas se “reinstaló la inquietud por conocer el curso de acción que tiene en mente Cristina”. Según ellos, un “hombre fuerte” de la CGT aseguró que “ya existe la integración y hay muchos convenios de cooperación, el problema es que en La Cámpora tienen en la cabeza la idea de crear un gran financiador público”. Oia, más o menos lo que dijo el Joaco. No sé qué tan fuerte será este hombre dentro de la confederación, pero en Clarín un tal Hugo Moyano como que le bajó el precio al dejar ver el apoyo sindical hacia el pedido de CFK. “Siempre que sea para mejorar la situación de la salud que tanto necesita la sociedad y en particular la que tanto representamos nosotros, que somos los trabajadores y las familias, a mí me parce que si se hace es para mejorar todo y está bien”, destacó el sindicalista. Y el gran diario argentino lo destacó a él, queremos creer que para mostrar que el abroquelamiento de la medicina privada no sería tal y no para dejar habilitado el insulto tribunero. El de los que leen su diario, por supuesto. “Hay que detener al chavismo k, las elecciones legislativas son claves, quien quiera oír que oiga, y quien quiera mirar para otro lado, que después no llore cuando sea demasiado tarde para lágrimas”, se le escuchó a un exaltado Leuco. Es bueno verlo metido en la campaña electoral, cuando lo está logra desplegar un compendio de lugares comunes que, generalmente, terminan en la persona de la vicepresidenta. En cambio, cuando no lo está… ¡caramba, qué coincidencia!

Tu corazón es un iceberg, una manera de soportar

Mientras tanto, se mueven las fichas en el tablero opositor y hay que estar atento a quién va a ir por adentro o por afuera de Juntos por el Cambio que estaría cambiando los juntos y, tras cartón, el nombre. Que Larreta arrima a José Luis Espert y Margarita Stolbizer, que Patricia le dio el ok a Ricardo López Murphy. Como verán, toda gente que trae consigno carretilladas de votantes con sangre joven. “Tuvimos fuertes discrepancias con la gestión anterior, pero hay un núcleo de ideas y valores donde coincidimos”,aseveró López Murphy . ¿Y cuáles serían?, le preguntó alguien al pasar. “Que somos un núcleo que le tiene fuerte idea a esta gestión y por eso tenemos que encontrar el valor para coincidir”, contestó el candidato a diputado. Algunos medios ven fuertes tensiones entre Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Elisa Carrió y María Eugenia Vidal, y que cada uno va sumando soldados para prevalecer en los cargos. Pero esto fue desmentido rotundamente por Alfonso Prat Gay. “No creo que haya una pelea por el liderazgo, es una pelea natural por los lugares de la lista”, afirmó para luego agregar “sólo da la casualidad de que todos quieren el puesto más alto”. “Juntos por el Cambio tiene que vender futuro”, aseguró el exministro de Hacienda y ese sí que es un verdadero notición: parece que todavía queda, cuando creíamos que en 4 años ya lo habían vendido todo y a precio dólar. “El ministro Guzmán no está haciendo ningún esfuerzo, el esfuerzo lo hace el privado y el estado se lleva la plata", atacó Prat Gay, para luego cerrar diciendo “y a mí me enseñaron que el esfuerzo lo hace el Estado y la plata se la lleva el privado. Si no lo entienden, se lo explico con pizzas”. Para demostrar que hay futuro como dice el exministro, los popes de este frente salieron a vacunar. Elisa Carrió aseguró que "prefiero un chico con covid, pero que socialice". Y... prioridades son prioridades. "Como esos de Walking Dead, que están moridos, pero se siguen juntando ¡Que no se corte, que no se corte!", dicen que agregó fuera de cámara, luego de que se interrumpió la conexión. Mauricio Macri declaró "nunca creí que esta gripe un poco más grave es algo por lo que uno debe estar sin dormir". Claro, a las 7 corta para ver Netflix y luego nos metemos en la cama; total, que puede pasar de extraño en un país tan predecible como el nuestro. Después, reculó en chancletas y cuando se dio cuenta de que estaba tirando un pasito que no le salía ni a Michael Jackson, se encontró con Patricia Bullrich que estaba haciendo exactamente lo mismo. "Yo nunca dije que se le pidió un retorno a Pfizer" se defendió la exministra y es cierto, ella sólo dijo que le pidieron una coima. El mejor equipo de los últimos 50 años ¿se lo imaginan teniendo que enfrentar una pandemia como ésta? Pero claro, la culpa de todas las muertes la tiene Cristina por no contratar una vacuna que, hasta mayo, a COVAX solo le entregó un millón de las 40 millones de dosis prometidas. Mientras tanto, Clarín nos avisa que el “gran cuco neoliberal que formaban los libertarios se desarmó" y se pregunta a "dónde irán esos votos". La verdad que llamarlo cuco es como un poquito exagerado, a mi me asustó más verlo a Lavagna en medias y ojotas que gente como Espert o Milei gritando en la tele todo el tiempo que van a hacer explotar el sistema desde adentro cuando todos nos dábamos cuenta que no eran más que un manojo de cañitas voladoras. Por suerte "son superiores estéticamente".Una pregunta, Milei: ponerse colorado de la furia ¿es ser recontrazurdo?.El que sí lanzó su candidatura es Emilio Monzó aunque no creo que sea para “meme” del año, como parecen indicar sus afiches pegados unos al lado del otro. Si esto es rectificado, sería una lástima, porque es un serio candidato a ganarlo.

Dirán que la gente es mala y no merece

Uno de los jóvenes que fue atropellado por el marido de la diputada Carolina Píparo la denunció por haber intentado sobornarla con un celular y un par de zapatillas, en un encuentro clandestino y a escondidas, al que fue llevado por sus propios abogados y sin saber el motivo de la reunión. Reconfiables, los caranchos. El joven sostuvo que la funcionaria le dio $2000 en efectivo, un celular y un par de zapatillas. “Si hubiese agregado una docena de caramelos media hora, capaz que no la hubiese denunciado”, agregó irónicamente el joven. Píparo se defendió aclarando que el encuentro se realizó en la casa de uno de los abogados del menor de edad, con la presencia de la madre, y que el ofrecimiento lo realizó cuando supo que el adolescente tenía “problemas de índole personal”. Y la legisladora debe pensar que esos problemas se arreglan con poco, o su bolsillo tiene una condición natural que, visto desde acá, se parece mucho a un cocodrilo. “Si fuera Carolina, a este pibe lo mandaría al campo a laburar, le haría un favor”, se sumó el diputado provincial Luciano Bugallo. “Para los vagos que nunca laburaron, todo trabajo es explotación. En mi familia desde chicos todos mis hermanos trabajamos en el campo, esperábamos los fines de semana para ir al campo desde la madrugada junto a mi viejo, abuelo y el personal. ¡Era lo mejor que nos podía pasar!”, tuiteó. Increíble. “Y aclaro antes que salten los marmotas de la corrección y buscadores de excepciones, diferente es cuando los chicos no van al colegio, hacen tareas de adultos y se les exige como tal, no se les paga sueldo y son tratados prácticamente como esclavos”. Ufffff, menos mal que aclaró, yo ya estaba mal recordando que en marzo rescataron a más de 100 trabajadores rurales que los tenían como esclavos y entre los cuales había 11 niños, pero debo estar equivocado, si trabajar en el campo es lo mejor que nos puede pasar. En todo caso habrá sido en otros campos. “Estos tipos hablan de vagos y nadie me puede decir de qué vive María Eugenia Vidal”, se quejó Aníbal Fernández. "Según su última declaración jurada, al terminar la gobernación tenía un patrimonio de $ 3.3 millones. ¿Nadie se pregunta cómo hizo para comprarse un piso en recoleta? ¿Nadie se pregunta cómo hace para viajar por el mundo?” posteó el exjefe de gabinete. “¿De ser María Eugenia Vidal, no?”, me pregunta AM, mi diler de noticias falopa, para luego completar “Qué se yo, a Juliana Awada le va muy bien haciendo de Juliana Awada, por lo menos La Nación no deja de mostrarnos qué haría si estuviera en nuestro lugar la primera dama”.

Entre citas de Borges, Evita bailaba con Freud

Pasó el día de los escribidores y así como, según Pablo Gianera, “hay terraplanistas de la literatura” porque “no se explica que algunos sigan escribiendo como si Borges no hubiera escrito”, hay quienes leyeron el Quijote como si nunca lo hubiesen leído. Eso quedó claro en el ida y vuelta entre Federico Jeanmarie y Baby Etchecopar. El escritor intentó hacerle entender que leer y comprender no es lo mismo, sino un acto complejo que implica por lo menos la comprensión” y el periodista le contestó “no es mi culpa si mi padre me invitó a leerlo a los 9 años”. “Si tiene en cuenta lo que le dije antes, leer el Quijote a los 9 es casi un milagro”, contestó Jeanmarie. “Eso no es todo, me leí los 9 tomos de Historia Argentina de Editorial Kapeluz”, replicó Baby. Se nota que con ese conocimiento adquirido ya se sintió satisfecho. “El Quijote fue un libro político, y lo fue con respecto de la lengua castellana y sus vacilaciones”, continuó el escritor. “Qué bueno que reconozca que esta discusión es sólo una vulgar cuestión política”, se defendió el periodista. “Haría falta que el señor revise el prólogo de la primera parte, ahora que tiene más de nueve años y ya puede comprender aquello que lee”, sugirió el autor de Wërra. “Prestale atención al título de mi nota, vas a ver qué bien lo leí”, respondió el autor de frases como "quizá quieran silenciarme con una bala, como a Nisman, o quemar los teatros a los que voy" Y sí, como era de esperarse, el precoz lector de Cervantes llamó a su respuesta “Ladran, Sancho”. Capaz que su papá compró el ejemplar de las aventuras del Hidalgo en la misma librería donde Menem supo conseguir la novela de Borges. Y así como el autor de El Aleph le debe sus primeros pasos en la oralidad a su mucama, Fanny; el chamamé le estaría debiendo una vindicación a Sergio Berni. Desde el Chango Spasiuk que no era tapa en los diarios. ¡Amoité, güivé!

Nadie sabe que cosa es el comunismo y eso puede ser pasto de la censura

Se juega la Eurocopa 2021 y podríamos arriesgar que no sólo en el rectángulo deportivo ya que Cristiano Ronaldo, quien asistía a la conferencia de prensa previa al partido que enfrentaba a la selección de Portugal con el combinado de Hungría, detectó dos botellas de Coca Cola y las corrió de las cámaras. Inmediatamente agarró una botella de agua y la exhibió diciendo “Agua”, como invitando a beberla en lugar del refresco carbonatado. El gesto del luso, quien es un esteta de la alimentación sana, le produjo a la compañía una inmediata pérdida de 4 mil millones de dólares. Y la cosa no termina ahí: Paul Pogba, tras la victoria del seleccionado francés sobre el elenco alemán y al tener que asistir ante los medios de la misma forma que CR7, corrió unas botellas de cervezas Heineken, otro de los auspiciantes del torneo, lo que produjo otra respuesta inmediata: el jugador perdió millones de seguidores en sus redes sociales. Todo bien con el islamismo, querido Paul, y estamos con ganas de cambiar el mundo, pero un paso a la vez, empecemos con la Coca y después vemos. Mucho después. Mientras tanto, en Abya Yala, hay un fantasma que recorre Lima y es el fantasma de la estatura de Mario Vargas Llosa. El escritor que supo denunciar a Alberto Fujimori, hoy día fue uno de los que más apoyó la candidatura su hija, Keiko, por temor al “avance del comunismo”. Tras la confirmación por parte de la Oficina Nacional de Procesos Electorales del Perú de que Pedro Castillo había superado a Keiko Fujimori por 44.058 votos, el autor de Pantaleón y las visitadoras salió a agitar la posibilidad de un fraude. Es que la candidata de la derecha pidió “una auditoría informática del proceso de digitalización de las actas electorales porque se ha detectado por redes sociales una serie de cuestionamientos”. Y si bien denunció un “fraude sistemático” sin presentar pruebas, Vargas Llosa piensa que “debe intervenir el Jurado Nacional de Elecciones a determinar si lo hubo o no”. Aunque, por las dudas, medio que acusó de fraudulenta a dicha entidad al afirmar "no acabo de entender con qué criterio a las pocas horas anula lo que había determinado por la mañana y luego no da una explicación al respecto". Por supuesto, nada dijo de los nuevos avances en el caso Odebrecht que tiene a Keiko como sospechosa de soborno y se negó a reconocer la victoria del maestro izquierdista ya que “si este candidato sube a la presidencia, la catástrofe que van a soportar todos los peruanos será inconmensurable y tendrá mucho que ver con la que vive Venezuela", vaticinó. Ah, la buena de Venezuela. Ya no son épocas en que “la vinotinto” quedaba cola de perro en las eliminatorias de fútbol, pero Marito parece haberse quedado en esa época y ya está, lo aplica para todo. Y esto tiene su réplica en todo el continente. Lo dice Bolsonaro en Brasil. O Waldo Wolff en Argentina, asegurando que estamos a 7 diputados de ser Venezuela. Yo creo que estamos a 7 declaraciones de que Juan Guaidó salga a decir que su país está en camino de convertirse en Venezuela. Lo cierto es que algunos parientes de Gregor han visto pasar al bardo peruano canturreando una reversión del viejo clásico de la Antimurga BCG: “Venezuela, Venezuela, te queremos de rival, por los siglos de los siglos, con vos me quiero comparar”. Y está bien, cantando se ahogan las penas.

Mai onli frends, di end

No sé si esto se convertirá en costumbre, pero ¡volvemos a tener podio de la noticia destacada de la semana! En el tercer lugar, la que nos cuenta que “La Chabona, el Joker y toda su pandilla fueron detenidos en Carlos Paz”. Es que Córdoba, últimamente, da para cualquier cosa. Lástima que la reunión de estos youtubers no fue en el Uritorco, capaz que aparecía un OVNI y matábamos dos pájaros de un tiro. El segundo puesto nos cuenta que en Rosario, “un restaurante escondió a sus comensales en el baño para evitar la clausura”. Los inspectores encontraron en ese lugar del bar a clientes que, por las restricciones sanitarias vigentes, no debían haber estado en el comercio. Al ser descubierto, uno de los habitúes habría intentado zafar diciendo “ya me habían dicho que venir a comer acá era una cagada, pero nunca pensé que fuera tan literal”. Y la que se lleva la atención mayor, el lugar más alto en el podio, es la que nos asegura que “El gobierno reabrirá las exportaciones de penes de toro y otros cortes vacunos: Te lo contarán como ‘plan ganadero’ para que no duela tanto”. Plop. Y vos seguro estabas pensando que me había zarpado con el remate del puesto número dos.

Groncho Mars Intérprete de medios. Desarmando el delirio que nos hacen pasar como realidad. Los domingos, en el suple cultural de la (Agencia Paco Urondo)

Su muerte es una pérdida inestimable para la literatura argentina

Juan Forn, el autor que escribía y siempre invitaba a leer

En su condición de narrador de ficción, de editor y de autor de las deliciosas contratapas de los viernes en Página 12, Forn desarrolló un estilo único, que sus lectores extrañaremos.

La pena es indescriptible; no hay palabras balsámicas que se puedan pronunciar ni escribir en estas circunstancias. Juan Forn, el escritor, editor, traductor y fundador del suplemento Radar, murió a los 61 años, por un infarto. No hay consuelo posible para los lectores de este diario que esperaban los viernes, cada quince días, las contratapas que escribía para Página/12, ese mosaico heterogéneo y fascinante, que al mismo tiempo era una bitácora de lecturas personales y un panorama de la literatura y las artes recientes como solo Juan podía hacerlo, con una belleza extrema, una sensibilidad inaudita y una inteligencia delicada y asombrosa.

Hacía tiempo que el autor de Nadar de noche había dejado la escritura de ficción “pura”, las novelas y cuentos, para hacer literatura o un periodismo literario forniano, que sólo él podía cultivar con ese afán y curiosidad por indagar en las historias extraviadas, en la periferia de las lecturas canonizadas, en los pliegues de literaturas y culturas ignoradas o desconocidas, desde las contratapas de Página/12. Por la magia que practicaba en el arte de contar historias podían convivir el Nabokov entomólogo, el hermano manco de Wittgenstein, el Kawabata bohemio de Asakusa, el peluquero de Picasso en Arlés, un Federico Fellini en un estado de intensa felicidad, el personaje desesperado de Fatty Arbuckle y toda la potencia de la disidencia soviética, desde Ajmátova y Pasternak hasta Vasili Grossman y Josef Brodsky, por mencionar apenas un puñado de estrellas de esta inmensa galaxia que ponía en funcionamiento Juan.

Hay en la historia de vida de Forn una especie de constante que se reitera, con variaciones, en distintos momentos: la necesidad de romper mandatos prefigurados para construir otros caminos. Él mismo se burlaba del primer molde del que escapó, el del niño de familia patricia formateado en el colegio Cardenal Newman. La rebeldía, para Juan, empezó cuando a los 11 o 12 años, pasó de ser el niño perfecto a molestar. No es lo mismo ser adolescente cuando alrededor los pelos se vuelven cada vez más largos, se habla de revolución, libertades sexuales y están el Instituto Di Tella y el rock. Él recordaba el 73 y 74 como “años gloriosos”; pero llegó la dictadura y toda esa efervescencia se diluyó. A los veinte años se fue de mochilero a Europa con un amigo rosarino y alguna vez contó que había publicado una plaqueta en Rosario con poemas. El joven de familia patricia publicando sus primeros poemas ahora quizá no parezca tan revulsivo. Pero lo fue.

Juan sintió que la poesía no le sentaba del todo bien y entonces descubrió que podía hacer lo que hizo Danilo Kis y también Vladimir Nabokov: hacer poesía enmascaradamente en la narrativa. “Yo aspiro a lo lírico de una manera evidente; en las Contratapas aspiro a llegar a cierta musicalidad, pero eso es todo lo que me puedo arrimar a hacer poesía. Así como leyendo prosa soy capaz de leer toneladas y toneladas, con la poesía, salvo cuando leo a poetas como Nicanor Parra o Idea Vilariño, que son fáciles de leer. Me doy cuenta de que soy nada más que un fan de la poesía, un adicto a lo poético”, reconocía el escritor. Entonces abandonó el intento de escribir poesía y se volcó hacia la narrativa con su primera novela, que originalmente tenía un título más largo, Corazones cautivos más arriba (1987), que después reeditaría con el título acortado y definitivo, Corazones.

Su primera novela, en la que contaba en segunda persona la relación entre un nieto rebelde y su abuelo, fue el libro más íntimo que escribió, una historia que él consideraba chiquita y que tenía un encanto especial, protagonizada por un chico de 13 años enviado por su madre a vivir junto a su abuelo paterno en La Cumbre después de la muerte de su padre. Los materiales íntimos estaban levemente modificados o desplazados en el tiempo; Juan no tenía 13 años cuando murió su padre, sino 24. “Tenía una relación muy intensa con mi abuelo y cuando yo estaba en Europa vinieron mis viejos, con un pasaje de vuelta y con la noticia de que había muerto mi abuelo –comentaba Juan-. Y volví y empecé a escribir la novela de mi abuelo. Y al año se murió mi viejo y entonces la novela se recargó de sentido, porque ahí me adjudico que se muere cuando yo tenía trece años. Yo puse todo en ese libro”.

Entonces ya trabajaba en la editorial Emecé, adonde entró como cadete y luego llegó a ser editor. Empezó a quemarle la cabeza a la gente de la editorial con un leitmotiv: “publiquen libros argentinos”. Durante los nueve años que estuvo en Emecé logró que se incorporaran obras de autores como Rodolfo Rabanal, Vlady Kociancich, Abelardo Castillo, Alberto Laiseca, Isidoro Blaisten y Miguel Briante. Entre los escritores comenzó a circular la voz sobre “el pibe nuevo” que editaba y empezaron a enviarle material. Juan los recibía en una oficina, con la complicidad de las empleadas de Emecé, como si él fuera el jefe y ellas sus secretarias. En 1990 pasó a trabajar como editor en Planeta, donde creó la colección Biblioteca Sur, de gran importancia para la literatura argentina porque fue donde se publicaron los primeros libros de Rodrigo Fresán, Marcelo Figueras y Mariana Enriquez, entre otros. Pero también publicó a autores como Antonio Dal Masetto, Martín Caparrós, Matilde Sánchez, Guillermo Saccomanno y Rodolfo Fogwill. De pronto Juan logró lo que parecía imposible en la argentina frívola de los años 90: lograr que los libros se pusieran de moda. Que se hablara de los libros y de los escritores. “Y mañana serán Borges”, era el título de una nota en la revista Gente, una producción con escritores entre 28 y 40 años en que la única mujer era Esther Cross, una nota a doble página en la que aparecían Alan Pauls, Sergio Bizzio, Martín Rejtman, Daniel Guebel, Marcelo Figueras, Charlie Feiling y Luis Chitarroni. Fueron cinco años intensos, que incluso, vistos a la distancia, parece que fueron más.

El libro de Forn que más repercusión tuvo fue Nadar de noche (1991). Juan disfrutaba de la cantidad de fans que le decían: “Se me murió mi viejo y ese cuento, esa visita...” Ese cuento lograba que todo aquel que perdió un ser querido, tarde o temprano, recibiera una visita espectral, en forma de sueño. Ese relato magnífico, que pone la piel de gallina, tocó una fibra muy especial que a muchos les sirvió para procesar las muertes de sus propios padres. Después publicó las novelas Frivolidad (1995), Puras mentiras (2001), las crónicas La tierra elegida (2005) y Ningún hombre es una isla (2010) y la que sería su última novela, María Domecq (2007), donde a partir de Madame Butterfly, la ópera de Puccini, descubre un secreto familiar, en el que está involucrado su abuelo, el almirante Forn.

Así como se comió la cancha y en poco tiempo sacó del sopor a la edición de la literatura argentina, lo mismo hizo con el periodismo cuando creó el suplemento Radar, que marcó un antes y un después en la forma de considerar el periodismo cultural en Argentina. Como si tuviera una capacidad ilimitada, Juan le pedía al cuerpo más de lo que podía dar. Abusó de las pastillas y el alcohol y el cuerpo se plantó a los 40 años y le pasó una factura: una pancreatitis y un coma hepático que estuvo a punto de matarlo. Entonces dejó la parafernalia porteña y huyó a salvarse a Villa Gesell, la ciudad donde nació de nuevo como persona y escritor. En un momento el propio Juan reconoció que en los años 90 se saturó de la literatura norteamericana, que había sido una columna vertebral fundamental en su educación sentimental. “Hace diez años que no pasa nada interesante en Estados Unidos, estoy comiendo basura. Me entumecí. Fue la época en que tuve menos relación hedónica con la literatura, con la lectura, porque tenía que leer profesionalmente un montón. Y yo era un workaholic y no hay nada más deprimente que leer un libro para explicarle al autor por qué no lo vas a publicar. Leer a un yanqui o un british en los 90 era como ver Netflix hoy; entonces me planteé que tenía que cambiar. Y me agarró una avidez por entender el mapa europeo y me empezaron a interesar los márgenes, tanto geográficos como de géneros”, recordaba el escritor, que tradujo a Yasunari Kawabata, John Cheever y Hunter S. Thompson, entre otros.

El Juan que volvió a la vida de otra manera empezó a leer lo que no había leído en su biblioteca. Si se tuvo que “jubilar” involuntariamente por una pancreatitis, lo capitalizaría a través de la lectura y la escritura. Empezó a devorar escritores rusos, japoneses y esos que se podrían aglutinar como “mittleeuropeos” y cambió el foco y la perspectiva. El concepto de ficción dejó de interesarle porque optó por el relato de las Contratapas –que se publicaron en cuatro tomos titulados Los viernes-, donde lograba condensar lo histórico, político, biográfico y literario con un tono elegíaco. Desde 2017 dirigía la colección “Rara avis” en la editorial Tusquets, donde publicó textos como Crónica de mi familia, de Vasco Pratolini; las Anticonferencias, de Isidoro Blaisten; Moscú feliz, de Andréi Platónov, y lo que sería su último gran descubrimiento: la escritora cordobesa Camila Sosa Villada con Las malas.

Juan fue un intenso curso de agua que con su obra se distinguió en el mar de la literatura argentina. No escribía para entendidos; no era lo que le gustaba y siempre decía que le parecía esnob cerrar el círculo de la manera en que había llegado a la literatura. ¿Cuántos corrimos, después de leer alguna contratapa, a buscar el o los libros mencionados? ¿Cuántos nos levantábamos y lo primero que leíamos, el viernes que correspondía, cada quince días, eran los textos de Juan? No se podía empezar el viernes sin leerlo; había logrado que sus historias se convirtieran en necesarias, únicas, irrepetibles. Él era un lector divulgativo, evangélico. Juan apostaba a inyectar bacilos que después producirían efectos perdurables en sus lectores; celebraba cualquier lectura, cualquier canción o película que expandiera el horizonte en la manera de interpretar y entender el arte. El agujero negro de las contratapas hará que tu ausencia sea más dolorosa, más inexplicable aún. Vamos a extrañar mucho esos fueguitos con que iluminabas nuestras vidas.

Silvina Friera en Página 12 de Hoy

La última contratapa de Juan Forn, el hombre que fue viernes

Homero en los Balcanes

Ni siquiera el descubrimiento de Troya por Schliemann ayudó a los helenistas a resolver La Cuestión Homérica, a saber: ¿existió alguien llamado Homero? ¿Fue el único autor de la Ilíada y la Odisea? ¿Las compuso por escrito o las confió a la memoria de sus discípulos? Las referencias más antiguas a Homero dicen que fue un poeta ciego, nacido en la isla de Chios o en Esmirna, y poco más. Platón lo llamaba “el más excelso”. La primera frase que aprendían a escribir los futuros copistas en la Grecia clásica decía: “Homero no fue un hombre sino un dios”. Sin embargo, según Cicerón, recién en tiempos de Pisístrato se acomodó la obra de Homero en el orden que conocemos.

Pisístrato era un tirano, pero admiraba la poesía, y ofrecía recompensa a quienes pudieran recitarle los fragmentos más largos de la Ilíada o la Odisea: pagaba por línea, consideró canónicos los versos más repetidos y mandó transcribir esa versión a un copista. Zenodoto, el primer bibliotecario de Alejandría, dedicó su vida a desentrañar los versos originales de Homero de las rémoras que se le habían adherido en aquel relevamiento de Pisístrato. Fue el primero de una larga tradición de fieles insomnes, aunque ya eran cada vez menos los que creían que Homero había compuesto por escrito su magna obra (el historiador Josefo ya decía que Homero no sabía escribir ni su propio nombre).

Los helenistas habían hecho carne la imagen del viejo poeta ciego recitando esos versos pulidos por él mismo en incontables recitados a lo largo de los años, hasta que un fraile del 1700, el Abad d’Aubignac, se preguntó hasta cuándo íbamos a creer que el individuo llamado Homero había existido, en lugar de ver que la Ilíada y la Odisea eran un conjunto de rapsodias acopladas y alargadas por sus sucesivos intérpretes, esos rapsodas que el propio Ulises llama “zurcidores de canciones” en la Odisea. Cien años después, un alemán llamado Wolf apoyó la tesis del origen oral de los poemas homéricos, y opinó que quiza fuera un exceso de romanticismo creer que eran obra de un autor único solo porque eran geniales (y el genio es único, ¿no?). Pero por entonces ya se asociaba la palabra escrita con el avance de la civilización, y sólo se veía repetición y estereotipos en la poesía oral, relegada al terreno del folklore. La Ilíada y la Odisea podían ser de origen oral sólo si eran obra de un solo poeta irrepetible.

Hacia 1930, el viejo juego lógico de descubrir inconsistencias en Homero había virado progresivamente a un entretenimiento estético: justificar cada una de esas oscuridades, con los argumentos más bizantinos. Y entonces entró en escena un jovencito californiano llamado Milman Parry, que acababa de doctorarse en la Sorbona con una tesis sobre “epítetos tradicionales en Homero”, en la que sostenía que la estructura interna de los poemas homéricos se basaba en esas innumerables frases hechas, tan características, que en realidad funcionaban como reglas mnemotécnicas para el rapsoda en su recitado. La cuestión homérica no era la pregunta: los rapsodas eran la verdadera cadena de producción de la épica, según Parry.

Su tutor en la Sorbona, el lingüista Meillet, le hizo conocer la poesía oral de los guslari de Yugoslavia, rapsodas iletrados e itinerantes que recitaban gestas históricas de pueblo en pueblo por la península balcánica desde tiempos inmemoriales. El joven Parry enloqueció: logró que Harvard le financiara un fonógrafo especial que permitía grabar en cilindros de aluminio y se podía conectar a la batería de un auto, y partió a Yugoslavia en busca de esos Homeros vivientes, con su flamante esposa, su Ford T y su fiel asistente Albert Lord.

Instaló a su esposa en una villa frente al mar en Dubrovnik y se pasó los tres años siguientes de pueblo en pueblo en el Ford T, con el fonógrafo, los cilindros de aluminio y el fiel Lord. Pagaba, como Pisístrato, cuanto más extensa era la oda. Había guslari capaces de recitar odas de doce horas: como bebían vasos y vasos de café, interrumpían de pronto para mear. Esas interrupciones le sirvieron a Parry para explicar los cortes inexplicables y abruptos que hay en la obra de Homero. Otro truco habitual que usaba era pedir al guslari, ya avanzado en el recitado, si podía empezar de vuelta porque no había podido grabar. Era mentira; hacía eso para comparar versiones.

Volvió de Yugoslavia con tres mil discos de aluminio que contenían más de setecientas mil líneas de odas balcánicas. Bela Bartok colaboraría decisivamente en la transcripción, y el descubrimiento cambiaría los estudios homéricos para siempre, pero Parry no llegó a enterarse: de Yugoslavia había vuelto a su país, la madre de su esposa los había convocado a California. El día que llegaron al hotel en Los Angeles, Parry se puso a vaciar su valija mientras su esposa pasaba al baño y oía desde allí un disparo. Al salir, encontró a Parry en el piso, muerto de un balazo en el pecho. Tenía treinta y dos años.

Según el informe policial, el arma pertenecía al propio Parry, era la misma que llevaba en Yugoslavia (por consejo de sus admirados guslari) y se le había disparado accidentalmente cuando removió la ropa de su valija. Parry fue cremado sin autopsia, el caso se dio por cerrado y casi enseguida comenzaron los rumores. Mientras el fiel Albert Lord daba a conocer al mundo académico los formidables hallazgos de su maestro y la reputación de Parry crecía, su muerte se hacía más desesperante y enigmática, y comenzaron a correr los relatos orales: Parry había pasado por Harvard antes de ir a Los Angeles y estaba deprimido porque le habían negado una cátedra allí; Parry estaba en Los Angeles porque su acaudalada suegra estaba en un aprieto de gigolós; Parry tenía un matrimonio miserable y quería divorciarse; Parry se había suicidado por depresión; Parry había forcejeado con su esposa y el arma se disparó; Parry había sido fríamente asesinado por ella; la hija de Parry le retiró el saludo para siempre a su madre después del hecho. El informe policial (“clásica fatalidad de científico distraído”) sonaba tan absurdo que había que encontrar algo fatídico, algo trágico en esa muerte, que estuviera a la épica altura de la vida de Parry.

Hasta el día de hoy, en los pasillos de la academia se habla en voz baja de su muerte. Se lo considera el Darwin de los estudios homéricos, el Alejandro Magno del helenismo, el hombre que revalorizó para el mundo la épica oral, pero se termina siempre hablando de su muerte. A tal punto que uno de sus discípulos llamado Steve Reece se tomó el trabajo antropológico de relevar y someter a escrutinio, línea por línea, la suma de esos rumores, no como un “caso” sino como si fuese una pieza oral colectiva, uno de esos zurcidos de canciones a los que su maestro había dedicado su breve vida. Lo tituló “El mito de la muerte de Milman Parry”. Deberían pedirle a algún guslari, si queda, que lo grabe en un cilindro de aluminio y sumarlo al formidable Archivo Parry, que está en la Biblioteca Widener de Harvard y es de libre acceso en la web.

Aunque los cuerpos pasen la experiencia de la muerte, las palabras y los textos perduran en la vida durante mucho tiempo, trascendiendo la vida que ese cuerpo habitó. Todo escritor resucita y es eterno en el legado que supo dejar instalado en algún tiempo para el eterno devenir de aquel que lo sobrepasará cuándo la vida ya no habite mas su cuerpo … Las palabra que han atravesado al escritos en su andar sobreviven a la muerte.

En este lunes feriado de principios de invierno. En este sur del sur que nos toca habitar en estos días de la peste. Las letras de la vida van y vienen mientras la muerte juega su rol. Lo que define el humano sentido de este tiempo es lo que ocurre entre el nacimiento y el futuro común de todo cuerpo. Nadie se salva a si mismo. Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack


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