De aquí, de allá ... de todo un poco...

 

A propósito de la Trilogía de Isaac Deutscher (El profeta armado, El profeta desarmado y El profeta desterrado), publicado en 1954 por Oxford University Press, Nueva York/Londres y en traducción castellana de José Luis González en 1966, en México, Ediciones Era. En Chile una edición, que retoma la de Era, de 2007 y otra de 2014, por LOM Ediciones. Finalmente en Buenos Aires, en 2020, la misma, por Ediciones IPS.

Arquetipos

Noé Jitrik nacido en Rivera, Provincia de Buenos Aires un 23 de enero de 1928) escritor argentino se desempeña como crítico literario y, autor de numerosos cuentos, novelas y ensayos críticos, literarios e históricos. El presente artículo fué publicado en el día de ayer por la edición digital de Página 12 (https://www.pagina12.com.ar/310335-arquetipos)

Es un hecho harto conocido que la revolución francesa de 1789 constituye un episodio de enorme importancia histórica y que así ha sido considerado desde su estallido hasta el presente; lo mismo podría decirse de la revolución mexicana, que ha producido libros de todo tipo desde que comenzó a producirse hasta sus agónicos finales. En ambos casos, investigaciones fácticas e interpretaciones de todo tipo, apasionantes, películas y novelas, biografías y estudios. Están incorporadas a los fastos nacionales, presidentes y enseñantes se llenan la boca al mencionarlas ya sea para recordar lo que fueron ya para falsearlas. Han dado lugar a verdaderas bibliotecas pero pese a la distancia y a la suerte que corrieron tanto sus protagonistas como sus consecuencias inmediatas y lejanas, institucionales y retóricas, siguen siendo también objeto de nuevas miradas, se regresa a ellas, se diría que constituyen inacabables depósitos de significación. Da la impresión de que comprender algo más de lo que encierran ilumina el presente a condición de que el presente no sea confinado a lo inmediato. Dicho sea de paso, la mentalidad tecnologizante que domina gran parte de los modos de la interpretación contemporánea parece, sólo parece, justificar ese confinamiento y respaldar el desdén por la historia.

No me atrevo a decir que parecida suerte haya corrido la revolución rusa, de la que en la Rusia pos soviética se ha convertido en mala palabra, de desdichada invocación, sorprendentemente porque es la que casi de entrada apareció como triunfante, mientras que las otras se debatieron en encontrar su forma hasta, en cierto modo, apenas vislumbrada, perderla.

Es posible que sí, que tiene una presencia equivalente a las otras, lo probaría la inmensa bibliografía que aparece en la trilogía de Deutscher sobre Trotsky, pero, en una mirada superficial, se diría que su significación histórica, salvo lo que rescata la novela de Leonardo Padura cuyo centro narrativo es no obstante otro, es objeto casi sólo de miradas e indagaciones de irreductibles adeptos o de enemigos jurados, denigratorios y vulgares, sin mayor interés histórico, sobre personajes, Lenin, Trotsky et al., y aun sobre el hecho mismo, la revolución como un error y aun como episodio desgraciado y criminal. Tal vez el estrepitoso final de la Unión Soviética y sus transformaciones chinas o coreanas o aun cubanas, reducen su valor o alejan, es como si se le concediera sólo el valor de un recuerdo y no un espesor que a las otras se concede. Se deja de lado una experiencia única, humana y política, y se la condena a la melancolía cuando en realidad produjo una conmoción sumamente compleja, hizo temblar al sistema, reinterpretó estructuras mentales y modos de vida, prometió utópicas porvenires, en fin, trastornó ese equilibrio al que la burguesía había llegado después de siglos.

Y si bien el hecho “Revolución rusa” fue el fenómeno central, en su momento más dramático se destacan dos figuras, Trotsky y Stalin, que en su enfrentamiento devienen arquetipos, coagulaciones de conceptos inherentes a la civilización misma. Uno encarna el intelectual, universalista, utópico inclusive, heredero de las grandes tradiciones culturales europeas, constructor genial, ilimitado escritor y orador de inigualable fuerza pero, víctima y perdedor en la contienda, y el otro, un pragmático astuto, inescrupuloso urdidor en la sombra, enemigo implacable, constructor de poder, manipulador de hombres y de discursos, localista y cerrado, pírrico triunfador en la contienda. En el fondo, y sin forzar las analogías, dos tipos que pueden encontrarse en el eterno conflicto entre pensamiento y acción, fines fundamentales y objetivos inmediatos, pero, en este caso, vinculados a un intento de cambio que podía haber sido decisivo en la historia de la humanidad y que en un momento lo pareció.

La biografía elaborada por Isaac Deutscher luego de una cuidadosa investigación, en archivos, en libros, en memorias y testimonios, en periódicos soviéticos y europeos, muestra este conflicto desde su gestación hasta su trágico final. Los hechos que recupera informa lo que se sabe pero también lo que no se sabía y que ilumina enceguecedoramente. Historia desde luego, y como tal basada en conocimiento directo y comprometido tanto como en indagación, pero igualmente literatura, tensión narrativa, diseño de personajes, caracteres y conflictos, en la tradición más clásica del arte de historiar. Hace aparecer un panorama sumamente atractivo del personaje central, sus decisiones, sus esquemas mentales, sus intervenciones insólitas para su tiempo y espacio, así como, con el mismo vigor pictórico, los innumerables procesos políticos de al menos seis décadas, finales de siglo XIX y mediados del XX y la “Revolución” como la criatura que nace del encuentro de ambos aspectos: la compleja crisis del despotismo y las nerviosas y tenaces intuiciones de Lenin y Trotsky, el primero arquitecto de la revolución, el otro ejecutor, constructor de un edificio imponente, nada menos que un nuevo país limitado por el viejo, desmesurada empresa perro que se empezó a realizar.

Trotsky, se trata de él, es el centro y el disparador de ese relato y desde sus avatares brotan múltiples situaciones pero, sobre todo, personajes presentados como si fueran protagonistas de una singular tragedia; de hecho, yendo al futuro, todos entraron en la terrible categoría de una frase acuñada no sé por quién que proclama “La revolución devora a sus propios hijos”, así fue durante la revolución francesa, la mexicana y la rusa que no pudo esquivar ese fatídico destino, todos sus actores ejecutados por el implacable georgiano.

Es muy difícil en pocas líneas evocar la cantidad de temas que los tres volúmenes presentan, considerarlos y comprender sus proyecciones pero se puede apuntar que la trilogía invita al menos a dos objetivos de lectura, información, o sea al pasado, y prospección, hacia el futuro. Si la primera satisface porque nos hace saber, documentos y consideraciones mediante, “lo que realmente había pasado” –creo que ahora, pero desde finales de la guerra que acabó en 1945, sabemos, al menos yo, por qué el nazismo liquidó en la dura década del 30 al comunismo alemán y por qué el lenguaje comunista se estereotipó y anuló lo más valioso que tenía, la utopía-, la segunda es inquietante, muchas lecciones se pueden sacar para comprender lo que ocurrió después y sigue ocurriendo. Incluso en nuestro propio país: ceder o resistir, por ejemplo, opción que acecha nuestra historia hasta la actualidad, y que puede parecer peculiar y exclusivamente nuestra, es el meollo de lo que llevó al cadalso en la época de Stalin a los que forjaron la Revolución y crearon la Unión Soviética. Menos a Trotsky, dicho sea de paso, que entregó su vida a lo que había imaginado y creado pero no cedió.

El primer volumen, El profeta armado muestra un fervor, el de la posibilidad y la construcción, el segundo, El profeta desarmado, la dificultad de comprender, el tercero, El profeta desterrado, el heroísmo de la sobrevivencia. En cada uno de ellos a cada episodio le suceden interpretaciones siempre inteligentes, como de alguien que estuvo cerca pero que al mismo tiempo analizó, juzgó, se debatió entre el acierto y el error y mostró los huecos de lo que se había presentado como un pensamiento compacto, fundado y eficaz, a saber que desde un marxismo bien entendido, correctamente considerado, los fines de la revolución habrían podido cumplirse con fulgurante éxito.

Para algunos, tal vez, los interrogantes que puede provocar la lectura son propios de épocas pasadas, una vez que la Unión Soviética cerró sus puertas y transformó lo que era en una pujante empresa capitalista; para mí, un ingreso en una historia y en un destino respecto de los cuales es muy difícil permanecer indiferentes. En cuanto a la historia, lo que podría modestamente decir es que lo que estos libros muestran “significa” mucho del Siglo XX, por momentos es la culminación de un proceso de larga data, marcado por esa dura y feliz expresión, “lucha de clases”. En cuanto al destino el de Trotsky es único: en dos palabras fue “hacer historia”. En parte, al menos como modelo, lo logró, en parte, fue víctima de ese espectacular propósito; el drama es cómo pudo ser derrotado políticamente y la paradoja por quién, pero no en lo que significó.

La obra de Deutscher no es un homenaje, no hay veneración; hay examen, hay evaluación, hay distancia pero respeto intelectual: precisamente lo que Stalin y sus prolongaciones bloquearon, con mentiras, silencios, represión, muerte, en una curiosa –aberrante- interpretación de lo que formuló Marx en su momento y que orientó y orienta a gran parte de la humanidad durante casi dos siglos.

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Si hubiese una forma de amalgamar tribunales, visibilidad mediática y un éxito de taquilla de Netflix, sería el caso del asesinato de María Marta García Belsunce. Tal vez haya que agregar un último capítulo a la serie “Carmel”: la Procuración General con la firma de titular interino Eduardo Casal dictaminó por que sea rechazada la apelación para que la Corte Suprema revise la absolución del viudo Carlos Carrascosa por el homicidio, ocurrido en 2002. La resolución fue firmada el pasado 1 de diciembre, con la conclusión de que no hubo violación al derecho a defensa del fiscal ante la Suprema Corte bonaerense “ni razones para objetar la sentencia” que permita justificar la intervención del máximo Tribunal. El procurador Julio Conte Grand había presentado en 2019 un recurso de queja con el objetivo de que esa desvinculación de Carrascosa no quedara firme, luego de que el recurso extraordinario fuera rechazado también. Un dato que sazona la trama aún más: a fines de diciembre operará la prescripción de la causa.

Casal repasó todas las constancias del caso y las idas y vueltas de la justicia provincial respecto al caso García Belsunce. Pero adelantó que consideraba “inadmisible” el recurso intentado por el Ministerio Público Fiscal y sugirió que sea desestimada por la Corte. En el camino, repasó que prescribió y fue consentida la acusación por el presunto encubrimiento del crimen que también pesaba sobre el viudo. Así, Carrascosa quedó bien perfilado en caso de que la Corte decida dejar pasar el tiempo, o bien aplicarle el consabido “artículo 280” sin siquiera tratar el asunto ni expresar motivos.

Es casi el escenario inverso al que atravesó la semana pasada Amado Boudou, al que la Corte, con el mismo mecanismo evitó pronunciarse sobre el caso Ciccone y dejó firme así su condena a 5 años y 10 meses de prisión. El kirchnerismo elevó su protesta, e incluso lo hicieron algunos referentes del oficialismo vía redes sociales. En el fondo, entendían que la Corte había aprovechado para hacer un desafío al Gobierno. Más cuando el Consejo Consultivo de juristas había elevado algunas modificaciones para mitigar el uso indiscriminado que la Corte puede hacer de ese “planchazo”. Madura –sobre todo en el sector más duro del oficialismo- la idea de que el principal problema de todas las desventuras judiciales deriva de la Corte. Debe decidir si políticamente es conveniente escogerla para desplegar una épica de batalla, en un año en el que múltiples tópicos desembocarán en el cuarto piso del Palacio de Tribunales, en lo que ha sido la exacerbación de la judicialización de la política.

Un ejemplo de ello es la pulseada por la coparticipación entre la Ciudad de Buenos Aires y la Nación. Cuando la política no logra resolver un problema y recurre al arbitraje de la Corte suele llevarse dos problemas. Ya ocurrió con el caso Bruglia-Berrtuzzi. ¿Qué pasaría si el máximo Tribunal ordena que se sancione una nueva ley de Coparticipación para resolver el conflicto? Dos de sus miembros -convencionales constituyentes- hace 26 años lo escribieron. Bastaría sumar una sola voluntad más.

En el cuarto piso de Talcahuano 550 observan la discusión de “los poderes representativos” respecto a la ley que a instancias del Gobierno regula los fondos para el traspaso de la policía a la Ciudad. Así, los tiempos se regularán en torno a esa decisión. Malas noticias para Horacio Rodríguez Larreta que podría ver cómo el tema atraviesa las fiestas y se sumerge en la feria judicial para emerger recién en la agenda desde febrero de 2021. Esta situación tampoco es factible de ser anotada como un triunfo en la cuenta de la Nación: sigue adoleciendo de puentes de contacto y de interlocución válida con las distintas vocalías. No faltaron pedidos de reunión durante noviembre, pero el recelo mutuo guía la (no) relación. Habrá que calibrar el ensayo de tambores de guerra que apunten los cañones, con el 280 y con otras reformas, dirigidas a impactar como un misil en el cuarto piso del Palacio.

 

La trastienda de Boudou ofrece matices que pasaron inadvertidos. De hecho, hubo cierto margen para explorar un análisis en profundidad del fallo condenatorio, algo que no iba en dirección a beneficiar la situación del exvice, al contrario de lo que ahora se reclama. Hubo consenso, entonces, en que el “280” fuese una suerte de fórmula piadosa. Hubo recursos que fueron desestimados por defectos formales también. Obviamente, la lectura fue la opuesta, luego de que trascendiera desde alguna vocalía el sentido de la decisión más de 24 horas antes de que fuese efectivamente firmado. Corrió como reguero de pólvora para los medios periodísticos que solo encontraban confirmaciones. La elección del timing no fue casual pero tampoco sorprendió. A los que les gustan las apuestas hubieran jugado un pleno a que los exfuncionarios iban a sufrir los coletazos de un fallo que -en lo sustancial- beneficiaba al Gobierno por el traslado de los jueces practicado por el macrismo. Parece que hubiese ocurrido un siglo atrás pero esa discusión se presentó como la bisectriz entre República o anomia. Germán Castelli deberá apurarse a ir a la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, con el único fin de ganar tiempo ahora que su amparo fue rechazado en primera instancia. En una analogía con el episodio que atravesó la realidad mundial -como la muerte del astro Diego Maradona-, y el foco que puso la justicia en el rol de su médico Leopoldo Luque, en pasillos judiciales comenzó a hablarse de abogados que “leopoldoluquean” a sus clientes.

El fallo de Boudou se llevó la marca para la política, pero en simultáneo, hubo una decisión de la Corte que sacudió al mundo empresario, especialmente en el campo energético. Con cuatro firmas -Carlos Rosenkrantz no participó del fallo-, la Corte ordenó que se dicte un nuevo fallo para valorar el impacto ambiental de la instalación de las termoeléctricas Matheu I y II en Pilar que son fruto de un reclamo vecinal desde hace más de tres años. El juez federal de Campana Adrián González Charvay había otorgado una medida cautelar que las puso en suspenso. Las obras se habían activado con el macrismo y tenían el aval del exintendente Nicolás Ducoté. Pero la Cámara Federal de San Martín revocó la cautelar con el argumento de que no era una cuestión judicializable, decisión que escaló a la Corte. Las demandas iban dirigidas contra Araucaria Energy SA y contra APR Energy SRL, que se les atribuyen a José Luis Manzano -que acudió en auxilio de Rogelio Nores, el principal accionista- y al fondo Gramercy, entre otros posibles socios. Pero el problema, según el “run run” empresario y político, es que la confianza en un fallo favorable a las termoeléctricas habían sido anunciados días antes tanto al municipio como a la Provincia de Buenos Aires, que se mantienen informados del conflicto. La decisión final fue un cimbronazo inesperado y con final abierto. Hacia ese sector del conurbano se habían desplazado varios operadores judiciales que ya no se ven atraídos por las peripecias de Comodoro Py y trasladaron su margen de acción hacia las afueras. El efecto del revés no pasó desapercibido.

(https://www.ambito.com/politica/maria-marta-garcia-belsunce/capitulo-final-carrascosa-la-corte-la-trama-boudou-y-el-fallo-que-sacudio-al-mundo-empresarial-n5153957)

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La banalidad del discurso de la derecha

La mentira y la retórica hueca anulan la deliberación política como sustento imprescindible de la vida en democracia. Pero son el rasgo común de la tarea mediática de destrucción de la credibilidad de las políticas del gobierno.

En la Argentina de estos tiempos coléricos, cuando la disputa por el poder económico y político recorre todas las formas de la beligerancia, no hay sucesos, actores ni circunstancias que escapen a esa lógica de confrontación. Así,  la desgraciada muerte de Diego Armando Maradona entró de lleno en ese campo de batalla, condensando todos los antagonismos en curso. 

Figura y símbolo imposible de ser capitalizado por la derecha, los comentaristas de los grandes medios sufrieron un súbito ataque de moralina e intentaron extrapolar su genio deportivo de sus desafiantes identificaciones políticas y de los tumultos de su vida personal.  Gran parte de los editorialistas de ese tristísimo día se abocaron a denigrar la trayectoria vital de Maradona, mientras una multitud, aterida por el dolor y el sentimiento de pérdida, despedía al chico que representó mejor que nadie la belleza del fútbol y, a su modo, la conciencia de la  injusticia social que oprime a los pueblos del mundo. 

Es esa representación popular inequívocamente maradoniana de las relaciones sociales la que redobló el odio de las clases y sectores que la viven como una amenaza a sus privilegios. Y un millón de personas homenajeando a un transgresor de semejante dimensión ecuménica fue vivido por las clases dominantes como lo que fue: la manifestación multitudinaria de un sentimiento de amor por la dignidad, las luces, las oscuridades y, básicamente, la potencia de esos despojados que desprecian y temen quienes detentan la riqueza y el poder. 

A pocas horas del anuncio fatal, el conductor del programa Somos Nosotros que emite el Canal LN, Willy Kohan, sintetizaba la miserable interpretación que, con parecidos contenidos, se repetiría a lo largo del día y después en los grandes medios: “Maradona fue usado por los políticos, aunque él también usó a los políticos”, decía el deslucido columnista, para agregar a continuación: “Maradona hablaba de los pobres pero él usaba un Rolex de oro”.

La imprevisión del gobierno para organizar la multitudinaria despedida del ídolo, que acabaría por habilitar el episodio represivo de la policía porteña, alimentó el balance que la jauría mediática hizo de la jornada, que incluyó la denuncia de que el gobierno peronista le abrió la puerta de la Casa Rosada a las barras bravas. Y, como era previsible, Cristina Fernández de Kirchner fue señalada como la causante del desmadre porque interrumpió momentáneamente el ingreso de la interminable fila de dolientes.

 

Yendo aún más lejos en la banalización de las interpretaciones políticas, el columnista de La Nación Carlos Pagni puso en duda la adhesión de la vicepresidenta al proyecto de ley de IVE, ya que el rosario que ella depositó en el féretro de Maradona habría sido un gesto de disgusto dirigido al presidente Alberto Fernández por la supuesta falta de protagonismo de CFK en la elaboración de la iniciativa.

La banalidad de esta retorcida interpretación es una marca de nacimiento en la comunicación --y la cultura en general-- que emite y genera el neoliberalismo. Es el rasgo común entre la tarea mediática de destrucción sistemática de la credibilidad de las políticas del gobierno, ya sea la campaña de vacunación o el despegue de la economía, y la retórica insustancial de los dirigentes de Juntos por el Cambio, que, como el personaje de Borges y Bioy Casares, no permiten que la realidad les estorbe. 

Ya se trate de la fábula montada sobre fuentes anónimas, que ha devenido en sustento de los empobrecidos análisis de Clarín, La Nación e Infobae, o de la defensa de los “valores, la república y la propiedad privada” supuestamente avasallados por el gobierno peronista, mentira y retórica hueca anulan la deliberación política como sustento imprescindible de la vida en democracia. Por eso los diputados y senadores de la derecha no discuten proyectos sino que lanzan denuncias y amenazas judiciales por cuestiones reglamentarias para impedir el debate.

La reciente conferencia de prensa de Horacio Rodríguez Larreta, cuando intentó defender la millonaria donación de Mauricio Macri a la CABA con el traspaso de la policía, fue una pieza ejemplar de un discurso sin anclaje sustancial ni intención deliberativa. Tanto la flaca argumentación como la puesta en escena del jefe de gobierno porteño, cuya gestualidad habitual revela el prolijo asesoramiento de lo que se suele llamar coaching, responden a ese patrón comunicacional que apela a las emociones y representaciones primarias de un público que de antemano se siente amenazado por los políticos populistas, los vagos, los marginales, los que merecen su destino de miseria y despojo.

En cambio, la inevitable muerte de Maradona, sublimada en el sentimiento popular y corporizada en una vasta muchedumbre, amplificó la escena política y produjo ese instante de totalidad en el que la vida, con toda su carga de alegría y dolores, adquiere una inusual intensidad.

(https://www.tiempoar.com.ar/nota/la-banalidad-del-discurso-de-la-derecha)

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Otras 213 personas murieron y 5.303 fueron reportadas con coronavirus en las últimas 24 horas en la Argentina, con lo que suman 40.222 los fallecidos registrados oficialmente a nivel nacional y 1.475.222 los contagiados desde el inicio de la pandemia, informó el Ministerio de Salud.

La cartera sanitaria indicó que son 3.688 los internados en unidades de terapia intensiva, con un porcentaje de ocupación de camas de adultos de 54,4% en el país y del 58,4% en el Área Metropolitana Buenos Aires.

Un 33,82% (1.794 personas) de los infectados de este miércoles (5.303) corresponden a la Ciudad y a la Provincia de Buenos Aires.

De los 1.475.222 contagiados, el 88,9% (1.311.488) recibió el alta y 123.512 son casos confirmados activos
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El reporte vespertino consignó que murieron 109 hombres, 34 residentes en la provincia de Buenos Aires; 7 en la Ciudad de Buenos Aires; 4 en Chaco; 15 en Córdoba; 6 en Corrientes; 5 en Entre Ríos; 10 en Mendoza; 2 en Neuquén; 3 en Río Negro; 1 en Salta; 1 en San Juan; 3 en Santa Cruz; 12 en Santa Fe; 1 en Santiago del Estero; 1 en Tierra del Fuego y 4 en la provincia de Tucumán.

También fallecieron 100 mujeres: 32 en la provincia de Buenos Aires; 7 en la Ciudad de Buenos Aires; 9 en Córdoba; 4 en Corrientes; 2 en Entre Ríos; 7 en Mendoza; 3 en Río Negro; 3 en San Luis; 1 en Santa Cruz; 25 en Santa Fe; 1 en Tierra del Fuego y 6 en Tucumán.

El Ministerio aclaró que 2 personas, residentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 1 en la provincia de Buenos Aires y 1 en Mendoza, fueron registradas sin dato de sexo.

Este miércoles se registraron en la provincia de Buenos Aires 1.460 casos; en la Ciudad de Buenos Aires, 334; en Catamarca, 3; en Chaco, 151; en Chubut, 266; en Corrientes, 61; en Córdoba, 251; en Entre Ríos, 103; en Formosa, 4; Jujuy, 4; en La Pampa, 123; en La Rioja, 28; en Mendoza, 108; en Misiones, 18; en Neuquén, 550; en Río Negro, 128; en Salta, 15; en San Juan, 197; en San Luis, 56; en Santa Cruz, 135; en Santa Fe, 996; en Santiago del Estero, 56; en Tierra del Fuego, 89 y en Tucumán, 167.

En las últimas 24 horas fueron realizados 20.785 testeos y desde el inicio del brote se realizaron 4.145.226 pruebas diagnósticas para esta enfermedad, lo que equivale a 91.351 muestras por millón de habitantes.

El total de acumulados por distrito indica que la provincia de Buenos Aires suma 631.466 casos; la Ciudad de Buenos Aires, 161.330; Catamarca, 2.030; Chaco, 21.036; Chubut, 25.036; Corrientes, 9.050; Córdoba 118.099; Entre Ríos, 24.815; Formosa, 197; Jujuy, 18.429; La Pampa, 6.523; La Rioja, 8.893; Mendoza, 57.740; Misiones, 608; Neuquén, 36.139; Río Negro, 33.236; Salta, 21.453; San Juan, 8.803; San Luis, 15.287; Santa Cruz, 17.789; Santa Fe, 156.350; Santiago del Estero, 16.295; Tierra del Fuego, 17.008 y Tucumán, 67.610.

Además, se incluyen, en Tierra del Fuego, 13 casos en las Islas Malvinas, según información de prensa debido a que por la ocupación ilegal del Reino Unido, Gran Bretaña e Irlanda del Norte no es posible contar con información propia sobre el impacto de la Covid-19 en esa parte del territorio argentino.

En este contexto, la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Carla Vizzotti, recomendó a las personas que hayan contraído coronavirus que se vacunen cuando estén las dosis disponibles.

De visita en Mendoza, donde ayudó a la organización para la campaña de vacunación, Vizzotti aseguró que "las vacunas que se apliquen en Argentina serán las que cumplan todos los requisitos y estarán avaladas por la Anmat, que tiene reconocimiento internacional".

"La recomendación es que las personas se vacunen aunque hayan tenido Covid-19, ya que no se recopilará ese antecedente y tampoco está clara la duración de los anticuerpos protectores. El objetivo es proteger a la mayor cantidad de población posible, por lo que se vacunará a todos" afirmó Vizzotti.

Por su parte, la organización de medición de datos a nivel internacional 'Our World in Data', vinculada a la Universidad de Oxford, reincorporó desde este miércoles los datos aportados por Argentina sobre los casos de coronavirus en el país.

Edouard Mathieu, administrador de Datos de la base Our World in Data, explicó a través de un tuiteo del pasado 20 de octubre que según informaciones periodísticas aparecidas en medios locales, "muchas pruebas negativas no estaban siendo registrados en varias provincias, como Santa Fe y Córdoba. Esto sesga la tasa positiva hacia arriba, hasta un asombroso 75% en la actualidad".


 

Y en otro, sin embargo, advirtió que "el gobierno de Argentina anunció que implementaría un nuevo sistema para asegurarse de que todas las pruebas se registran correctamente en todas las provincias. Sin embargo, no está claro si esto también corregirá los datos históricos retrospectivamente".


Esta tarde, el sitio dio a conocer que reincorpora los datos provenientes de Argentina, y que ya pueden visualizarse en https://ourworldindata.org/coronavirus.

Panorama mundial


En el plano global, una organización civil alertó sobre el nivel de desigualdad que existe para que algunas naciones tengan la vacuna, y otros no.

Según People's Vaccine Alliance, mientras que los países más ricos compraron vacunas como para inmunizar tres veces a sus poblaciones, los países en desarrollo están siendo marginados en el esfuerzo global para poner fin a la pandemia.

En 67 países pobres, solo una de cada diez personas puede tener esperanza en recibir una vacuna contra el coronavirus antes de fin del año próximo.

En el mundo desarrollado, enfrascado en una carrera para asegurarse las vacunas, el excedente es la regla, y naciones que representan apenas el 14% de la población mundial poseen más de la mitad de las vacunas de uso potencial, agregó la nota.

El grupo internacional de organizaciones y activistas que defiende el acceso igualitario a las vacunas urgió a la industria farmacéutica a compartir su tecnología y derechos de propiedad intelectual con la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó CNN, y, a fin de reducir desigualdades económicas, llamó a los Gobiernos de los países ricos a comprometerse a enviar vacunas a aquellos en desarrollo.

En tanto, en las últimas 24 horas se contagiaron de coronavirus más de 634.000 personas en el planeta y hubo 12.300 decesos, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins (JHU).

Desde que se detectó el primer caso de la Covid-19 en la ciudad china de Wuhan en diciembre pasado, el mundo rozaba los 68,5 millones de personas contagiadas, de las cuales más de 1,56 millones fallecieron y cerca de 44,2 millones se recuperaron.

En el Reino Unido, un día después de que comenzara la inoculación masiva dos personas sufrieron efectos adversos, por lo que las autoridades recomendaron a quienes tuvieran antecedentes de alergia no aplicarse la dosis de Pfizer-BioNTech, mientras se investigaba si las reacciones estuvieron vinculadas a ella.

El profesor Stephen Powis, director médico nacional del sistema de salud pública británico informó que "ambos se están recuperando bien".

Otro país que está cerca de iniciar la vacunación es Canadá, que autorizó la utilización de la vacuna de Pfizer-BioNtech y espera tener unas 250.000 dosis disponibles para aplicar a su población antes de fin de año, informaron las autoridades.

Las autoridades estiman que durante los primeros meses de 2021 se podrían inmunizar a alrededor de tres millones de canadienses.

El país vecino, Estados Unidos, que lidera el ranking de los más afectados por la enfermedad, sumó más de 215.000 casos en la víspera y marcó nuevamente un récord de pacientes internados por séptimo día consecutivo, con más de 104.000, según la plataforma especializada Covid Tracking Project.

Además contabilizó en las últimas 24 horas 2.543 decesos, y alcanzó un promedio diario de 2.200, el mismo que en su primer pico en abril pasado, y de 200.000 casos por día por primera vez desde el inicio de su brote.

https://www.telam.com.ar/notas/202012/537996-reporte-coronavirus-argentina.html

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Una muerte mas de otras tantas en el mundo del Fútbol. Una figura emblemática, con menos grises políticos: Alejandro Sabella, quien fuera técnico de la Selección Argentina y uno de los Estandartes del Estudiantes de La Plata de Bilardo

Pachorra Sabella tenía 66 años. El exentreandor fue valorado en el ambiente no sólo por sus virtudes de jugador y DT sino por su calidad humana, había sido internado en el Instituto Cardiovascular el mismo día de la muerte de Diego Maradona, una noticia que, según su entorno, influyó en su descompensación.


“El ICBA Instituto Cardiovascular lamenta informar que el paciente Alejandro Sabella (…) falleció a las 15.30 del día de la fecha como consecuencia de su diagnóstico de cardiopatía dilatada secundaria a enfermedad coronaria y cardiotoxicidad de larga data”, comunicó la clínica.
“Las autoridades y el personal del ICBA acompañan a sus familiares y amigos en este doloroso momento”, finalizó el comunicado de la clínica.
Sabella venía evolucionando favorablemente desde el viernes al tratamiento por su dolencia cardíaca, pero en las últimas horas su situación clínica había vuelto a complicarse.
Desde ese 13 de julio 2014, Pachorra no dirigió más. La Final de la Copa del Mundo de 2014 fue su última experiencia como entrenador.


Cristian Fernández despidió a Sabella.
“Todavía lo recuerdo pidiéndome perdón por no haber podido traer la Copa del Mundo a la Argentina en 2014. Alejandro Sabella: gran director técnico de fútbol y muy buena persona con un alto compromiso social. Mis condolencias a su familia y seres queridos”, afirmó.

(https://elsolnoticias.com.ar/murio-alejandro-sabella/)

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Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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