Trabajo y pandemia ...
Del trabajo como mercancía a su articulación colectiva como derecho
Desde los oficios medievales hasta la alienación, el trabajo mutó como práctica y concepto. La actual simultaneidad entre tecnología y pandemia impuso una aceleración violenta en las relaciones laborales. Qué implica esa circunstancia y cómo le damos respuesta en Argentina y en el mundo. Cómo se resignifica el trabajo en términos constitutivos del tejido social.
Argentina: Industria y construcción, ejes de la recuperación del empleo en un contexto de pandemia
Las y los trabajadores del mundo celebran su día entre crisis y desafíos por la pandemia
El Brexit, la tecnología y la pandemia dispararon la afiliación sindical en el Reino Unido
Argentina: Industria y construcción, ejes de la recuperación del empleo en un contexto de pandemia
La
industria y la construcción, entre otros sectores, impulsaron la
recuperación de la actividad productiva y laboral en la Argentina en
los últimos meses, y se espera que ante la segunda ola de
coronavirus no se registre una contracción como la registrada en la
primera ola, sino un aplanamiento en la recuperación como ocurrió
en Europa.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(Indec), la actividad económica se ubicó en enero 1,3% por debajo
de febrero de 2020, lo que significó que 95% de lo perdido en los
dos primeros meses de la pandemia (marzo y abril del año pasado) se
había recuperado para principios de 2021.
Asimismo, de acuerdo a datos del Ministerio de Trabajo, el empleo asalariado formal privado -que se había estabilizado en el segundo semestre de 2020- creció 0,3% mensual desestacionalizado en enero (+16 mil puestos de trabajo), una magnitud mensual considerable (la mayor desde 2015).
Casi
la mitad de esos empleos creados lo explicó el repunte de la
construcción, mientras que el empleo industrial anotó su octava
suba consecutiva, superando los niveles prepandemia en 10 mil puestos
de trabajo formales.
En tanto, para el Centro de Estudios de la
Unión Industrial Argentina (UIA), el empleo asalariado registrado en
la industria tuvo en enero una suba del 0,1% mensual (+1.513 puestos)
y, con este desempeño, en enero se registró el tercer mes
consecutivo de expansión del trabajo asalariado registrado
industrial respecto al año previo (+1% interanual; +10.478
puestos).
Además de la recuperación de la actividad, la suba
del empleo industrial se vincula también por el aumento del empleo
temporal en industrias con mayor actividad debido al elevado
porcentaje de trabajadores dispensados de asistir al lugar de
trabajo.En tanto, para la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav),
“el impacto de la emergencia sanitaria sobre el total del trabajo
privado registrado se amortiguó por el paquete de medidas sociales y
económicas aplicadas por la actual administración nacional”.
Por
otra parte, el informe de la cartera laboral advierte que si la
disparada de contagios de Covid-19 no cesa, la industria
manufacturera podría verse afectada por el mayor ausentismo derivado
de los mayores contagios entre sus trabajadores.
No obstante
-aclara-, si se observa lo ocurrido en las industrias de los países
de la Unión Europea que sufrieron la segunda ola en los últimos
meses, resulta poco probable una drástica contracción industrial
como la registrada en la primera ola, sino en todo caso un
aplanamiento en la recuperación industrial.
Los primeros datos de marzo sugieren que, en los albores de la segunda ola de coronavirus, la actividad productiva continuó en la senda de recuperación de los meses previos, según el Informe de Panorama Productivo del Ministerio de Desarrollo Productivo.
De
acuerdo al índice adelantado de actividad industrial (que toma como
insumo el consumo de energía de Cammesa), la industria manufacturera
se expandió 27,4% interanual en marzo (y 7,9% si se compara contra
marzo de 2019).
Según el último informe de Panorama Productivo
elaborado por el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), en
términos desestacionalizados, la industria creció 0,6% mensual en
marzo, tras la contracción de 1,6% en febrero; así, en el primer
trimestre del año la industria se ubicó 4,3% por encima del
promedio de todo 2019.
De
los 14 sectores industriales relevados, 13 consumieron igual o más
energía en marzo que en el promedio de 2019 en la medición
desestacionalizada, con la única excepción de "madera, papel y
edición", que operó 2,8% por debajo.
Dentro de los que se
encuentran con mayor crecimiento comparado con el promedio de 2019,
sobresalen la metalmecánica (16,7%, impulsada por maquinaria
agrícola y electrodomésticos) y el automotriz (19,7%).
La
gradual normalización de la actividad productiva de los últimos
meses ha ido en paralelo a un paulatino (aunque incompleto) retorno a
los hábitos de consumo de la prepandemia.
En el relevamiento de
Expectativas de la industria manufacturera de Indec de febrero
consignó que 38% de las empresas encuestadas espera aumentar las
horas trabajadas por su personal pero sólo 17% espera aumentar la
dotación.
La consolidación de la recuperación del empleo
implica desafíos como la reducción de la informalidad, la reducción
de costos no laborales y la implementación de una agenda centrada en
la productividad y transformaciones de la industria 4.0 en el mundo
del trabajo, completó la UIA.
Las y los trabajadores del mundo celebran su día entre crisis y desafíos por la pandemia
El mundo laboral conmemora el Día del Trabajador en medio de una crisis internacional que combina un proceso de larga data, vinculado a la precarización y reconversión en una economía cada vez más digital, y otro más reciente relacionado a los efectos de la pandemia de coronavirus que incluye una mayor desocupación y los nuevos desafíos por el aumento del teletrabajo.
De acuerdo a la última actualización del informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el impacto de la Covid-19, durante 2020 “se registró una pérdida de horas de trabajo del 8,8% a escala mundial respecto al cuarto trimestre de 2019, equivalente a 255 millones de empleos a tiempo completo”.
Los ingresos provenientes del trabajo cayeron en un 8,3% el año pasado, lo que equivale al 4,4% del PBI mundial, una perdida que es cuatro veces mayor a la producida en la crisis financiera del 2009.
Ninguna
región se salvó del cimbronazo por la pandemia: la economía del
Reino Unido cayó 9,9% (la peor cifra desde el Gran Invierno de
1709), la estadounidense 3,5% (la mayor contracción desde la Segunda
Guerra Mundial) y la japonesa 4,8% (poniendo fin a 12 años de
crecimiento consecutivos).
En este contexto de contracción
global, América Latina y el Caribe es la región más golpeada del
mundo en desarrollo con una caída del PBI de 7,7% en 2020, de
acuerdo a la Cepal, y el efecto en el mundo laboral es directo: se
perdieron 26 millones de empleos, según datos de la OIT.
Esto ocurre por una sumatoria de causas epidemiológicas, como las altas tasas de contagio principalmente por la expansión de la llamada variante brasileña de Manaos, y las relacionadas a las características del trabajo en la región como la alta informalidad, la desigualdad y la escasa cobertura de protección social.
"Muchos de los desafíos que teníamos antes de la pandemia continúan vigentes, aunque ahora son más urgentes”, alertó el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro, quien apostó a que 2021 “sea el año de la vacunación y de la recuperación económica con generación de más y mejores puestos de trabajo”.
Las perspectivas para este año son de una recuperación económica a nivel mundial y regional, en base a previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), y una desaceleración en la pérdida de horas de trabajo que serán de un 3% con respecto al cuarto trimestre de 2019.
Al margen de estas cifras, las restricciones por el coronavirus aceleraron la apuesta por el teletrabajo, lo que conviene a las empresas que por su rubro pueden operar de esta forma ya que reduce costos, y que generó un alerta entre los sindicatos por la necesidad de fijar reglas claras, sobre todo en lo que respecta a horas extras no remuneradas y el denominado derecho a la desconexión digital.
El
crecimiento del trabajo a distancia se reflejó, por ejemplo, en que
la plataforma para videoconferencias Zoom, por muchos desconocida
antes de la pandemia, cuadruplicó su facturación en 2020 respecto
al año anterior, mientras que Meet, la competencia de Google, amplió
el plazo para usar su versión gratuita en dos oportunidades ante su
popularidad.
Este aumento del teletrabajo reforzó aún más el
impacto de la economía digital en el mundo laboral, un camino en
marcha desde hace por lo menos una década por la mayor inserción y
prestaciones de los teléfonos celulares, las mejoras en las
conexiones de banda ancha y la expansión de los servicios de
computación en la llamada nube.
Un fiel reflejo de esto es el aumento de las plataformas que distribuyen trabajo, como Uber, Rappi y Cabify, para nombrar algunas, que pasaron de ser 142 en 2010 a 777 en 2020, de acuerdo a otro informe reciente de la OIT que destacó que estas aplicaciones “están transformando los procesos laborales”
Todos los trabajadores, independientemente de su situación laboral, deben poder ejercer sus derechos fundamentales
Guy Ryder-director General de la OIT
La entidad hizo hincapié, además, en que estas empresas “ofrecen oportunidades” para los colectivos más excluidos, entre ellos mujeres, personas con discapacidad, jóvenes y migrantes, aunque no dejó de subrayar los riesgos, ya que la relación es de una gran precarización laboral, sin ofrecer protección social, libertad sindical ni instancias de negociación colectiva, todos derechos básicos del trabajo reconocidos internacionalmente.
“Los nuevos desafíos que presentan pueden afrontarse mediante un diálogo social global para que los trabajadores, los empleadores y los Gobiernos puedan beneficiarse plena e igualmente de estos avances. Todos los trabajadores, independientemente de su situación laboral, deben poder ejercer sus derechos fundamentales”, dijo el director General de la OIT, Guy Ryder, en la presentación del informe.
Pero por ahora la instancia en la que se dirime esta situación es la judicial y en febrero de este año hubo un fallo en Reino Unido que puede cambiarlo todo: el Tribunal Supremo obligó a Uber a clasificar a sus conductores como trabajadores propios y no como autónomos, lo que les garantiza un salario mínimo, vacaciones pagadas y otros beneficios.
El Brexit, la tecnología y la pandemia dispararon la afiliación sindical en el Reino Unido
Por
Gabriela Albernaz
La
tecnología y la automatización, combinadas con el crecimiento de
una economía de servicios y el trabajo precario, sumado al contexto
del Brexit y la pandemia de coronavirus, parecen haber impulsado en
el Reino Unido, un número récord de afiliados a los sindicatos, que
lograron revertir el declive de las últimas décadas.
Según
el sociólogo británico de la Universidad de Middlesex en Londres,
Daniel Ozarow, a pesar de las amenazas que enfrentan los sindicatos
para defender a los trabajadores, el Reino Unido cuenta con casi 7
millones de trabajadores sindicalizados, una de las mayores
densidades sindicales del mundo.
De acuerdo a cifras de la
Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS), la afiliación a
los sindicatos aumentó en 2020 por tercer año consecutivo a 6,44
millones de miembros tanto en el sector público como en el privado.
Esto se debió en parte también a una gran afluencia de mujeres trabajadoras que se están afiliando a los sindicatos durante la pandemia.
Hoy hay más mujeres que portan un carnet
sindical que en cualquier otro momento desde 1995.
Para el
sociólogo, en un contexto muchas veces adverso, los sindicatos están
desarrollando nuevas formas de organización y dan la bienvenida a
los desempleados y los trabajadores procedentes de la economía
colaborativa, algo que destacó ya existe hace mucho tiempo en
Argentina.
"La pandemia y el aumento de las presiones
sobre los trabajadores por parte de los jefes, como el nuevo énfasis
en la salud y la seguridad, también llevaron a un resurgimiento de
la afiliación sindical en los últimos meses", dijo el
académico e investigador en diálogo con Télam.
No
obstante, alertó que en el contexto del Brexit hay factores como la
firma de numerosos acuerdos bilaterales de libre comercio que
pretende cerrar el Reino Unido que debilitan la capacidad de los
sindicatos para defender a los trabajadores colectivamente.
Una
amenaza habitual es que las empresas se trasladarán al extranjero si
los trabajadores se organizan para defender los empleos y los
salarios.
Para
Ozarow, el crecimiento de la llamada economía "gig"
-basada en el trabajo freelance y de colaboradores externos- y el
impacto de la pandemia ejercen también una mayor presión sobre los
sindicatos y la capacidad de los trabajadores para organizarse
colectivamente debido a que la experiencia del trabajo se ha vuelto
cada vez más solitaria y atomizada.
Pero, por otra parte,
explicó que "la transición a la red digital facilita a los
trabajadores la asistencia a reuniones sindicales o políticas a
través de Zoom u otras plataformas."
En su opinión,
la posibilidad de que los trabajadores retiren su mano de obra a
través de la huelga "online" sigue existiendo, aunque
dependiendo de la industria esto puede ser menos perturbador que los
paros tradicionales.
Aunque pueda ser cómodo en algunas
circunstancias, si el trabajo desde las casas se convierte en un
fenómeno a largo plazo, también puede tener efectos perjudiciales
para la salud mental y aumentar realmente las horas de trabajo, a
pesar de que se reduzcan los tiempos de desplazamiento.
En
otras palabras, los límites entre la vida laboral y la doméstica se
borran cada vez más. "Esto podría convertirse en uno de los
principales retos a los que los sindicatos deberán enfrentarse en la
era post-Covid", advirtió el sociólogo.
En
ese sentido, desde el sindicato Community Union, que en sus inicios
representó a confederaciones de las industrias del hierro y el acero
y ahora sumó a trabajadores de todos los sectores de la economía
del Reino Unido, señalaron que la tecnología puede mejorar los
salarios y las condiciones de los trabajadores, hacer el trabajo más
interesante y menos peligroso, si se aplican correctamente.
"Creemos
que es fundamental que los trabajadores sólo se beneficien de los
cambios tecnológicos si tienen voz y un lugar en la mesa cuando se
hacen las conversaciones y se implementan los cambios", explicó
a Télam Anna Mowbray, vocera del sindicato.
"También
queremos que se haga un esfuerzo concertado y se tomen decisiones
discutidas para dar a los trabajadores la parte que les corresponde
del aumento de la productividad. Se trata de decisiones que deben
tomarse mediante la colaboración entre los trabajadores, los
Gobiernos y los sindicatos", agregó.
Para Mowbray,
la flexibilidad en las modalidades de trabajo que forzó o profundizó
la pandemia puede aportar muchos beneficios a diferentes grupos de
trabajadores y a las empresas, si se hace de manera concertada y
respetando los derechos adquiridos.
"Apoyamos a los
trabajadores que quieren trabajar de forma flexible y en casa.
También es importante que trabajemos para garantizar que la
flexibilidad no signifique inseguridad. Hay que hacer lo necesario
para garantizar que los sindicatos puedan hablar con las personas que
trabajan a distancia, mediante un mayor derecho de acceso digital.
Nada de esto debe significar una reducción de los derechos básicos
de los trabajadores", aseguró.
Este punto es central para la vocera sindical en el contexto actual creado por el Brexit y el desacoplamiento de la economía de la Unión Europea (UE) y, principalmente, de su marco regulatorio laboral.
De entrada, su sindicato no apoyó el acuerdo posBrexit aprobado con la UE porque no proporcionará más protección a los trabajadores.
"Ambas partes acordaron seguir aumentando sus normas laborales y sociales, pero el acuerdo no es más fuerte que en la mayoría de las negociaciones de libre comercio; el movimiento sindical estaba presionando para obtener protecciones mucho mayores", reconoció.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ya no tendrá competencia en el Reino Unido y para los sindicatos estos sin duda supone una pérdida para los trabajadores británicos ya que ésta había sido una vía para defender sus derechos.
Gildo Onorato: "Ahora, la economía popular se discute en el Ministerio de Trabajo"
El secretario gremial de la UTEP brindó detalles de la asamblea constitutiva en la que el nuevo sindicato conformó oficialmente a sus autoridades, para luego presentar su estatuto ante la cartera laboral. Campaña de afiliación e integración en la CGT, dos de los objetivos centrales en el horizonte.
En un paso clave hacia su reconocimiento legal total, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) llevó a cabo el jueves, en el barrio porteño de Constitución, su asamblea constitutiva, en la cual designó formalmente a las autoridades de su Consejo Directivo y su Secretariado Nacional, encabezados por su secretario general Esteban “Gringo” Castro, con la novedad de implementar la paridad de género en sus estamentos.
Además, este viernes llevaron a cabo ante el Ministerio de Trabajo la presentación de su Estatuto, su acta constitutiva y sus primeras afiliaciones. En este contexto, Tiempo dialogó con Gildo Onorato, flamante secretario gremial de la UTEP, quien, además, preside la Federación de Cooperativas de Trabajo Evita.
Onorato adelantó a Tiempo que proyectan “una gran campaña de afiliación” hasta fines de este año y, mientras avanzan con los trámites formales ante la cartera laboral nacional, los asambleístas de la UTEP votaron y ratificaron su voluntad de incorporarse a la Confederación General del Trabajo. Los desafíos para “un sindicato de nuevo tipo” en un marco de una batalla no sólo por derechos, sino también cultural, son algunas de las cuestiones con final abierto.
-Dieron un paso más hacia el reconocimiento legal total de la UTEP.
-Sí, ayer fue la asamblea constitutiva, donde se firmó el acta pertinente, y hemos iniciado los trámites ante el Ministerio de Trabajo para, de esa forma, constituirnos formalmente en un sindicato. Falta la aprobación de los estatutos, eso es incumbencia del Ministerio de Trabajo. Hemos dado un paso muy relevante e importante para un sector eternamente olvidado. En el conjunto de las autoridades, y por Estatuto, la paridad es un elemento central, y eso para nosotros es la demostración de que el feminismo popular está incidiendo saludablemente en las organizaciones populares. También pensamos en una campaña de afiliación, principio para los próximos meses y hasta fin de año. Partimos con un piso de 200.000 afiliados. Entendemos que, de acá a fin de año vamos a llegar a casi un millón.
-¿Qué tipo de personería gestionan?
-Lo que habilitó el Ministerio de Trabajo es un reconocimiento hacia una personería social con representación sobre trabajadores y trabajadoras de la economía popular, sin patrón. Lo cual nos pone en el marco de las leyes laborales de Argentina, y eso para nosotros es un paso fundamental, porque ya no somos más ‘planeros, piqueteros, subsidiados, buscas, vendedores ambulantes’, sino que, hay un sector de la economía, que es el 30% de la población económicamente activa, reconocida como trabajador, como trabajadora.
Eso no significa que tenga todos los derechos. Por eso es necesario ganar derechos, fortalecer las actividades de la economía popular y, por sobre todas las cosas, ganar la perspectiva productiva para, de esa manera, empujar hacia un cambio en la matriz económica de nuestro país.
-¿De qué hablamos cuando se refieren a un sindicato “de nuevo tipo”?
-Ahora, la economía popular se discute en el Ministerio de Trabajo. Se discute con las leyes laborales, en función de un sujeto novedoso de la clase trabajadora. Ya no estamos hablando de asalariados y patrones. Estamos hablando de una nueva relación social de trabajadores y trabajadoras, quienes se inventan su propio trabajo. Eso significa que empleo y trabajo no son sinónimos, y ése es uno de los datos relevantes que impuso la economía popular como un factor de nuevo tipo en el desarrollo productivo de nuestro país. Nosotros entendemos que en esta etapa es fundamental construir una alianza social y económica con el cooperativismo tradicional, con el mutualismo. Porque ese sector produce el diez por ciento del Producto Bruto, y nosotros estamos organizando al 30 por ciento de la población económicamente activa. Tenemos que generar una sinergia entre esos dos sectores, para empujar el crecimiento económico de nuestro país de abajo hacia arriba, con producción y trabajo, y no esperar el derrame ni el boom de consumo.
-¿En qué dirección articulan hoy en relación a las centrales obreras?
En la asamblea constitutiva se votó la adhesión a la CGT. Por lo tanto, hemos facultado a nuestro secretario general, Esteban “Gringo” Castro, a que inicie todas las negociaciones y los trámites pertinentes para que la UTEP sea considerada un gremio confederado. Y eso, para nosotros, es un paso fundamental para fortalecer la unidad de clase. Es decir, los trabajadores con convenio y los trabajadores que se inventan su propio trabajo, unidos en la Confederación General del Trabajo.
El trabajo es uno de los elementos de cohesión social de cualquier orden común que se intente. Sin el esfuerzo individual en pos de objetivos comunes, la anarquía y el caos harían imposible la convivencia y el desarrollo de las comunidades humanas. De como históricamente y en el presente, las sociedades y los Estados comienzan a re-pensar las relaciones laborales en función de la organización social a la que aspiran para el futuro, las transformaciones al presente tendrán un sentido reparador, de justicia y mayor equidad entre las personas que trabajan, sufren y disfrutan los avatares de sus vidas en la construcción común de la realidad. Nadie se salva solo. Cada quién debe hacer su parte.
Daniel Roberto Távora Mac Cormack
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