Inteligencia, poder y de las formas de tomar decisiones

 


La realidad impacta de modos imprevistos o no tanto, dado que es resultante de las complejas relaciones que establecemos los humanos en las formas que constituímos identidades individuales y colectivas que se traducen en instituciones y formas de decisiones que afectan el orden público y las formas de convivir.

El Mundo se  nos ofrece complejo. Eso no impide ni niega la responsabilidad individual en la construcción social de la realidad.

Panorama Epidemiológico.

En el mundo: 168.040.871 casos confirmados y 3.494.758 muertes. Ayer se confirmaron 539.384 casos nuevos. Ya se administraron 1.545.967.545 vacunas ( OMS ).

En Argentina: 3.663.215 casos confirmados y 76.135 muertes. Ayer se confirmaron 41.080 casos nuevos y 551 fallecimientos. Ya hay 11.633.233 vacunas aplicadas ( Ministerio de Salud de la Nación y Monitor Público de Vacunación ).

Ayer fue el día con más contagios diarios registrados desde que comenzó la pandemia. El domingo vencen las actuales restricciones. El gobierno acordó con Sinopharm la llegada de seis millones más de vacunas (dos millones en junio y cuatro en julio).

Provincia de Buenos Aires comenzará a vacunar a personas de entre 18 y 40 con comorbilidades. CABA habilitará la inscripción a mayores de 45 con factores de riesgo. Santa Fe llegó al 97% de ocupación de camas. Confirman circulación comunitaria de la variante de Manaos en Tucumán. Río Negro tuvo 15 muertos por coronavirus, la cifra más alta desde que empezó la pandemia. Récord de contagios diarios en San Juan con 692. Rosario de la Frontera, Salta, sin camas para COVID. Córdoba mantendrá restricciones horarias y una proporción menor de presencialidad escolar y actividades sociales cuando terminen las restricciones vigentes. La ocupación de camas en La Rioja oscila entre el 90 y el 100% : en un mes, el promedio de edad de los internados cayó 13 años (está en 44 años).

Acá un muy buen artículo sobre “Médicos por la Verdad” la organización negacionista de la pandemia que convocó a manifestaciones la semana pasada en Santa Fe.

Vacunados con las dos dosis de Sputnik, en caso de enfermarse, no emiten un virus viable y por lo tanto no son capaces de contagiar a otros, según el Instituto Gamaleya. Alemania vacunará a personas entre 12 y 16 años a partir de junio. Rusia firmó un acuerdo con UNICEF para proveer vacunas para 110 millones de personas. Dos nuevos estudios científicos aseguran que la inmunidad contra el coronavirus duraría por lo menos un año. Italia empezará a vacunar a todos los adultos mayores de 18 desde el 10 de junio. México recibe más de 2 millones de vacunas de AstraZeneca por el mecanismo COVAX. Varias provincias de Canadá tienen vacunas de AstraZeneca a punto de vencer.

Médicos de Bolivia suspenden el paro por el aumento de contagios. Perú extiende por un mes el estado de emergencia. Colombia extiende emergencia sanitaria por 90 días. Australia confina a Victoria y Melbourne por crecimiento de casos. Suecia comenzará a aliviar restricciones desde la próxima semana. 75% de nuevos casos en Reino Unido son de la variante india, que analiza retrasar las aperturas. Chipre levantará el toque de queda nocturno el próximo 10 de junio. El presidente de Filipinas dijo que mandará a detener a los intendentes en las localidades donde se realicen reuniones sociales.

(Cenital.com)

Reducir todos los análisis de la actualidad a la puja política y judicial entre JxC y el Frente de Todos conlleva a simplificar los conflictos reales que vive el país. La utilización por la derecha mediática de este recurso es para ocultar a los responsables principales de la catástrofe, a los mandantes del grupo de políticos neoliberales. Y en nuestro campo conlleva a un debilitamiento tanto de la capacidad pensar el país como de proponer rumbos para transformarlo a favor de nuestro pueblo.

En ese canon moderno de la política-con-capacidad-de-ser-exitosa, lo importante es la velocidad y el impacto, y todos o casi todos los problemas políticos tanto de oficialismo y como de oposición se transforman en problemas de comunicación, con lo que se elude el conflicto real, propio y ajeno.

En este paradigma de la política moderna se destierran palabras, conceptos. El discurso políticamente correcto trata de  desaparecer la idea de enemigo En todo caso se reserva la designación para frases simpáticas del estilo “…nuestros únicos enemigos son la pobreza, la ignorancia, la desocupación, la pandemia”. Es una forma de ocultamiento porque los responsables de esas calamidades, de esta manera se mantienen impunes o incluso invisibles para una parte de nuestra sociedad..

¿Cómo llamar entonces a las grandes corporaciones que dominan el mundo que  quieren quedarse con el agua, los minerales, el petróleo, las tierras de nuestro país, deforestando y extranjerizando la mayoría del territorio a costa de la soberanía, arrojando a la pobreza a la población, subordinando el país, sus leyes, sus intereses a tantos jueces, políticos y periodistas? ¿Cómo denominar a los que endeudaron al país para lograr que la deuda externa funcione como la forma de sometimiento a los políticas de los centros del poder?

El discurso moderno explicará que es la naturaleza del capitalismo. Y que este es el único sistema existente, que no hay alternativa. Y dirá que quienes sostenemos que el capitalismo es antagónico con la especie humana solo nos emborrachamos de utopías irrealizables.

La voz de mando es ser pragmático que en criollo es someterse a esos intereses trasnacionales porque de esa manera lloverán inversiones. Por lo tanto para este pensamiento colonizado el cuestionamiento y denuncia del imperialismo y sus políticas también son parte de los restos arqueológicos de ideológicas superadas.

El problema que planteo (muy sucintamente en esta columna) con estos pocos ejemplos es que la eliminación de las aristas mas agudas y punzantes del pensamiento emancipador lo que provoca es una reducción de la capacidad de análisis y de proponer una acción política que corresponda con los conflictos y tensiones sociales que cruzan toda nuestra geografía.

El país vive una tragedia. Mas de 75000 muertos por el virus, la mitad de la población en la pobreza, ultra ricos que se niegan a pagar los impuestos, una inflación en alimentos que destruye el sueldo de los trabajadores, capas medias y empobrecidos. Como contracara el 1% mas poderosos sigue fugando divisas, acumulando ganancias a costa del dolor de nuestra sociedad.

Si el Frente de Todos no acierta con el rumbo de transformación con un plan de 5 o 10 años que cree confianza y estabilidad para las y los empresarias/os nacionales, las pymes, las y los trabajadores, donde se ataque el hambre y la desocupación poniendo en el centro la construcción de trabajo ante la tragedia solo crecerá la desesperanza y el desaliento Por el contrario un plan quinquenal y las medidas urgentes a favor de un shock de justicia social apoyados en la movilización y el protagonismo social generaría la energía popular necesaria, construiría la correlación de fuerzas necesaria para los objetivos para los cuales fue creado el FdT.

Ante las políticas dubitativas, zigzagueantes o conciliadores la  derecha y ultraderecha se envalentonan Junto al poder real, le agregan a la situación la utilización del miedo como parte de una estrategia para desorganizar y desesperanzar a nuestro pueblo.

El explosivo en el local de la Cámpora en Bahía Blanca hay que inscribirlo incluso mas allá de los perpetradores materiales- en esa estrategia del miedo. Por esta vía intentan separar a nuestro pueblo de la política como instrumento para mejorar la vida. Buscan crear la sensación de miedo sin esperanza. Miedo a contraer el covid, miedo a las vacunas y miedo a no ser vacunado, miedo a perder el trabajo o si no se tiene a no encontrarlo

El miedo puede instar a las sociedades a paralizarse o a pasar a la acción para poder superarlo. Un miedo sin esperanza solo paraliza.

La estrategia del miedo no es nueva, se extiende a lo largo de toda la historia humana. En las condiciones actuales, con la situación crítica que describíamos, con una tensión social en aumento, la estrategia del miedo es para profundizar y desarmar la organización popular.

¿Cómo se rompe la estrategia del miedo, entonces? Articulando la participación popular, abriendo canales para un protagonismo colectivo. La delegación extrema en las elites del Frente y del gobierno, es un signo de la debilidad del movimiento nacional y popular. Recuperando cada palabra para llamar a las cosas por su nombre. Fortaleciendo la unidad en la diversidad y no trocarla por una moderación en los objetivos que nos discipline e el viejo posibilismo

La derecha y la ultraderecha no tienen nada nuevo que ofrecer a nuestro pueblo, se podrán vestir de seda, cambiar de nombre y poner nuevas caras, pero Larreta, Vidal, Espert, Milei, Macri, juntos o separados expresan la peor del pasado, recetas recicladas que se aplicaron desde la dictadura hasta acá muchas veces y el resultado siempre fue la catástrofe argentina.

Por supuesto que es esencial develar esta situación y sus responsabilidades políticas y penales en el cuadro penoso que vivimos.

Sin embargo, la cuestión está en nuestro campo. ¿Seremos capaces de construir un rumbo que dé respuesta a las necesidades de nuestro pueblo, que supere las tan viejas versiones de la tercera vía de la socialdemocracia europea y generar un camino propio de transformación, de recuperación de soberanía y más igualdad?

¿seremos capaces de transformar el FdT en un instrumento democrático, participativo y organizador de nuestro pueblo desde la base hasta las dirigencias nacionales? ¿podremos construir un liderazgo colectivo para conducir con éxito a nuestro pueblo?

No hay manuales que puedan suplantar las decisiones que debemos construir. Pero si hay memoria histórica. Hay experiencia y organización acumulada.

Siempre esta ahí el discurso de Néstor para incomodar a los dirigentes tímidos o miedosos y construir valores y militancia en nuestro pueblo:

Yo les puedo asegurar de corazón que no vine a dejar mis convicciones en la puerta de la Casa Rosada, que venido a dar lo mejor que tengo, con mis aciertos y errores, para cambiar profundamente el rumbo de nuestro país.”

(La Barraca)

Cory Doctorow ( craphound.com ) es un autor de ciencia ficción , activista y bloguero . Tiene un podcast , un boletín informativo , un feed de Twitter , un feed de Mastodon y un feed de Tumblr . Nació en Canadá, se convirtió en ciudadano británico y ahora vive en Burbank, California. Su último libro de no ficción es Cómo destruir el capitalismo de vigilancia . Su última novela para adultos es Attack Surface . Su última colección de cuentos cortos está Radicalizada . Su último libro ilustrado es Poesy the Monster Slayer . Su última novela juvenil es Pirate Cinema . Su última novela gráfica es En la vida real . Sus próximos libros incluyen The Shakedown (con Rebecca Giblin), un libro sobre el mercado laboral artístico y el poder adquisitivo excesivo; Red Team Blues, un thriller negro sobre criptomonedas, corrupción y blanqueo de dinero; y La causa perdida, una novela utópica post-GND sobre la verdad y la reconciliación con las milicias nacionalistas blancas.

Me preocupan los monopolios exactamente por una razón: la autodeterminación. No me importa la competencia como un fin en sí mismo, ni fetichizo la “elección” por sí misma. Lo que me importa es tu capacidad para vivir tu vida de la manera que crees que te conviene, en la mayor medida posible, y teniendo en cuenta los límites obvios cuando las necesidades y deseos de otras personas entran en conflicto con la realización de tus propios deseos.

Vivimos en un mundo de vasta y creciente monopolización, con una, dos o pocas empresas controlando todo, desde las artes (publicaciones, películas, música, streaming, cómics, venta de libros, cines, agencias de talentos, juegos, lucha libre) hasta las finanzas ( bancos, fondos de inversión, auditores, agencias de calificación de bonos) a la agroindustria (semillas, ganado, tractores, fertilizantes, pesticidas, agricultura de precisión) y todo lo que se encuentre en el medio (estaciones de radio, líneas de cruceros, uniformes de porristas, productos farmacéuticos, botellas de vidrio, aerolíneas, anteojos). , calzado deportivo, comida rápida, comida a domicilio, comida para mascotas).

Cuando solo unas pocas personas tienen la última palabra sobre lo que puedes leer, dónde puedes trabajar, cómo se cultiva nuestra comida, o incluso qué le das a tu gato, ¡es mejor que esperes que ellos valoren las mismas cosas que tú!

Por supuesto, los ejecutivos que dirigen estas corporaciones no asumen que usted quiere las mismas cosas que ellos. Cuando Mark Zuckerberg se propuso comprar Instagram, envió imprudentemente una serie de correos electrónicos al director financiero de Facebook exponiendo el caso de la adquisición, a saber, que a los usuarios más jóvenes ya no les gustaba Facebook, tanto que estaban abandonando el servicio de su empresa y registrándose. para Instagram. Zuckerberg quería comprar Instagram para que los usuarios que tenían el descaro de vivir sus vidas de acuerdo con sus propias prioridades (y no las prioridades de sus accionistas) se vieran frustrados. Quería asegurarse de que dondequiera que los desertores de Facebook encontraran un nuevo hogar en línea, él pudiera controlarlos, espiarlos y ganar dinero con ellos. 

Incluso las empresas cuyas elecciones coinciden con las suyas hoy podrían dejar de satisfacer sus necesidades mañana. Por definición, sabe más sobre sus necesidades que cualquier diseñador de productos. La medida de seguridad de datos que funciona para evitar que terceros accedan a sus copias de seguridad podría bloquear su propia recuperación de archivos si olvida transferir un archivo crítico al cambiar a un nuevo dispositivo; o la decisión de una empresa de descontinuar el soporte del dispositivo podría dejarlo sin forma de sacar sus fotos o notas de una tableta vieja. La asociación paternalista que confía a una empresa para proteger las necesidades de sus clientes anulando sus elecciones funciona muy bien, pero fracasa gravemente.

La razón para querer más opciones no se basa en el consumismo. La autodeterminación no se trata del deseo superficial de un tono diferente de azul, o de mover el ícono del menú del escritorio de la esquina superior derecha a la inferior izquierda; se trata de que usted (y no un ejecutivo corporativo) tenga la última palabra sobre cómo vive tu vida.

Ahora, todas esas industrias monopolizadas llegaron a su lamentable estado por la misma ruta: compraron a sus pequeños competidores futuros, se fusionaron con sus grandes rivales y usaron su poder de mercado para aplastar a los competidores. La monopolización es la historia de los inversores que dirigen sus fortunas a empresas que utilizan ese capital para comprar otras empresas. Es la historia de éxito que se compra eliminando alternativas, no haciendo lo mejor que la gente más desea.

La epidemia moderna de tolerancia por los monopolios comenzó hace 40 años, en los años de Reagan, y desde entonces todos los gobiernos han saltado con la mano a través de fusiones descaradamente anticompetitivas y han hecho la vista gorda ante actos extremadamente anticompetitivos. La historia de cómo sucedió esto es vulgar y a menudo contada: es la historia de cómo cambiar la aplicación de la ley de competencia para centrarse en el "bienestar del consumidor" (precios bajos) destruyó los mercados laborales, la resiliencia nacional y la credibilidad de las instituciones democráticas. Es la historia de cómo el control sobre las industrias se redujo a un puñado de personas poderosas que capturaron a sus reguladores y se convirtieron en representantes del gobierno.

Esa es la historia de cómo llegamos aquí. Ahora hablemos de adónde vamos.

Si me saliera con la mía, volveríamos a la forma vigorosa y agresiva de aplicación de las leyes antimonopolio de la era anterior a Reagan. Cambiaríamos la carga de la prueba para bloquear las fusiones a menos que las partes que se fusionan pudieran demostrar que el resultado no perjudicaría a la competencia. Demonios, incluso podríamos volver a investigar de manera preventiva a las empresas líderes en cualquier industria en la que las mismas empresas lideren el grupo durante más de un par de años consecutivos, con la presunción de que tal situación generalmente depende de un comportamiento anticompetitivo como su base. estabilizador.

Estamos muy, muy lejos de tal arreglo. El sentimiento público está más atento a los problemas del monopolio que en cualquier otro momento en décadas, pero aún así la mayoría de los votantes no ven el monopolio como un gran mal. Es posible que les preocupe que toda su cerveza provenga de dos empresas o que Internet se haya convertido en cinco sitios web gigantes llenos de capturas de pantalla de texto de las otras cuatro. Es posible que se resientan por el gran esfuerzo que toman los gigantes de la preparación de impuestos para preparar sus declaraciones y se enfurezcan por la conducta arbitraria y letal de su aseguradora médica. Pero la mayoría de la gente no ha reunido (todavía) todo esto ni ha nombrado el hilo conductor que lo atraviesa: el monopolio.

Por una vez, la clase política se adelanta a los votantes. Los políticos astutos entienden que luchar contra el abuso corporativo es una manera fácil de lucir bien frente a la base, y muchos parecen haberse cansado de llevar agua para los cabilderos cada vez más envalentonados que exigen más y más favores especiales que son cada vez más difíciles de vender a la gente. de vuelta a casa.

Es más, los políticos que adoptan la causa antimonopolio pueden servir a un conjunto de intereses corporativos mientras luchan contra otro: por ejemplo, la industria de las telecomunicaciones se complace en financiar una vigorosa destrucción de la confianza de sus archienemigos en Big Tech. A los monopolistas les parece bien quebrar la confianza de otros monopolistas, asumiendo (quizás imprudentemente) que el antimonopolio puede despertar para romper el poder de un monopolista rival odiado dentro de su cadena de suministro, y luego puede regresar a su largo letargo.

Sin un gran movimiento público antimonopolio, los políticos que rompen la confianza están librando una batalla cuesta arriba. Las investigaciones antimonopolio y las propuestas legislativas de hoy son muy audaces según los estándares recientes, pero distan mucho de la línea dura y radical que buscamos la confianza que necesitamos. Esa es una situación que requiere pensamiento táctico, encontrar formas de obtener victorias y aprovecharlas para obtener mayores ganancias.

¿Qué tácticas podríamos utilizar para conseguir esas victorias? Les puedo decir una cosa: no vamos a recibir apoyo del mundo empresarial. Puede parecer que Google y Facebook son rivales acérrimos y que uno puede estar en contra del otro, pero la diferencia entre el "carácter" de las dos empresas es muy fina. Es por eso que los principales ex ejecutivos de Google como Sheryl Sandberg se encuentran perfectamente en casa en los escalones superiores de Facebook, y por qué buscar en LinkedIn a los empleados actuales de Google muestra que muchos de ellos alguna vez trabajaron en Facebook y viceversa.

Lo mismo ocurre con la famosa rivalidad de Google y Apple: por la forma en que los partidarios de las dos empresas hablan de ellos, uno pensaría que la obsesión de Apple con la privacidad del consumidor y los dispositivos bloqueados representaría un serio obstáculo para cualquier tipo de colaboración con la vigilancia. - y Google basado en sistemas abiertos. Pero a ambas empresas les resultó bastante fácil coludirse, junto con Intel, Intuit, eBay y otros, para celebrar acuerdos criminales de "no caza furtiva" que suprimieron los salarios de decenas de miles de trabajadores de la tecnología.

Piense en las “amargas rivalidades” entre las compañías telefónicas de EE. UU., Con el bocazas de T-Mobile, John Legere, declarándose a sí mismo el “no-CEO” y su compañía como “un-carrier”, una empresa totalmente diferente a todos sus competidores. Aparentemente, esas diferencias estaban un poco sobrevendidas . Legere comenzó estas declaraciones de diferencia en 2012, cuando fue nombrado CEO luego del intento bloqueado de fusión de T-Mobile con AT&T. Legere, que había ocupado numerosos puestos ejecutivos senior en AT&T, dejó de usar trajes, se puso una camiseta, se dejó crecer el cabello y declaró que T-Mobile no se parecía en nada a ninguna compañía telefónica del sector ... hasta el momento en que él fusionó su empresa con Sprint (donde también había ocupado numerosos puestos de responsabilidad), se embolsó 137 millones de dólares en bonificaciones y se marchó.

La personalidad corporativa es obviamente una farsa. En su disenso en Citizens United , el juez de la Corte Suprema Stevens escribió que las corporaciones no pueden reclamar los derechos de libertad de expresión porque “las corporaciones no tienen conciencia, creencias, sentimientos, pensamientos ni deseos”. Las empresas pueden proyectar un conjunto de "valores corporativos", pero estos valores son una estrategia de marketing , no un conjunto de convicciones profundamente arraigadas. Eso es especialmente evidente durante las fusiones, cuando las empresas que se han autodenominado como "rivales acérrimos" pueden consolidarse en una sola empresa, como Disney-Fox, cuyas "identidades de marca" estaban en contradicciones significativas entre sí. Por su rivalidad de larga data, uno pensaría que eran los Montesco y los Capuleto, pero si es así, entonces eso significa que Rupert Murdoch y Bob Iger eran Romeo y Julieta, amantes desamparados cuyo deseo mutuo era tan profundo y sincero que ellos trajo la paz entre sus grandes casas en guerra.

O, ya sabes, tal vez todo fue una mierda. Quizás las grandes empresas tienen todas la misma ideología ("beneficio"). Quizás las distinciones entre su carácter sean tan significativas como los "sabores" de los diferentes malvaviscos en una caja de Lucky Charms. Quizás la razón por la que John Legere trabajó en AT&T y Sprint antes de ir a T-Mobile es que son monopolios intercambiables cuyos altos cargos se reunieron, se conocen, se toman vacaciones juntos y son padrinos de los hijos de los demás. Quizás no sean realmente rivales.

Quizás los monopolistas tengan solidaridad de clase, es lo que estoy diciendo.

Si no podemos contar con las grandes empresas para enfrentarse entre sí, necesitaremos el apoyo popular para promover la causa de la caza de confianza. Para obtener ese apoyo popular, tendremos que avanzar paso a paso, obteniendo pequeñas ganancias que podamos construir y aprovechar.

No te sorprenderá saber que creo que deberíamos empezar con la tecnología.

La tecnología huele muy mal en este momento. La primera prioridad de pocos votantes es hacer algo sobre la tecnología, pero del mismo modo, pocos votantes confían o les gusta la industria de la tecnología. Ya hay una acción antimonopolio pendiente contra varias compañías tecnológicas importantes en varios estados de EE. UU., A nivel federal y en el extranjero. La tecnología fue la primera industria nueva que creció sin una aplicación significativa de las leyes antimonopolio (Apple] [+ llegó al mercado el mismo año en que Reagan inició la campaña) y hay personas vivas en la actualidad que vieron cómo la industria pasaba de este vibrante, dinámico, rápido - mudarse a un club de chicos osificado y amistoso dirigido por media docena de directores ejecutivos que cabían en una sola mesa de sala de juntas en la parte superior de la Torre Trump en 2017. 

Pero no es solo el hecho de que la tecnología esté en la mira de los cazadores de confianza lo que la convierte en el primer paso ideal en el camino hacia la victoria antimonopolio total. Lo más importante de la tecnología, desde la perspectiva de la competencia, es la naturaleza técnica subyacente de las computadoras en red.

Porque si bien es cierto que todas las industrias tomaron el mismo camino hacia la monopolización (fusiones descontroladas seguidas de conductas anticompetitivas), todas las industrias tienen diferentes caminos para salir del monopolio, porque las características técnicas de cada industria nos brindan un conjunto diferente de mangos que podemos usar para cambiar. su curso. Piense en esto como la respuesta antimonopolio a Anna Karenina: “Todas las familias felices son iguales; cada familia infeliz es infeliz a su manera ".

Aquí está lo asombroso que convierte a la tecnología en el modelo de un nuevo movimiento antimonopolio: la interoperabilidad . La interoperabilidad es cuando una cosa funciona con otra: los cordones de los zapatos interactúan con los zapatos, las baterías AAA interactúan con el control remoto de su televisor, su cafetera interactúa con su toma de corriente.

La interoperabilidad es un hecho ineludible de la vida, pero cuando se trata de sistemas digitales, la interoperabilidad se vuelve profunda . Esto se debe a que todas las computadoras digitales son "máquinas Von Neumann completas de Turing", lo que significa que todas las computadoras son capaces de ejecutar todos los programas. La computadora portátil en la que estoy escribiendo esto puede ejecutar los programas que escribí en mi primera Apple de la era Reagan] [+, y los programas que estoy ejecutando en esta computadora portátil también se ejecutarán en esa vieja Apple] [+, donde sea que esté (aunque tan lentamente que podríamos experimentar la muerte por calor del universo antes de que termine de cargar el programa).

Esta flexibilidad fundamental lega un grado intrínseco de interoperabilidad latente a los sistemas digitales que los físicos no pueden esperar igualar. Han pasado 150 años desde que la falta de coordinación entre los nuevos estados australianos creó el "embrollo de vía media": una nación cuyas vías férreas se colocan en diferentes anchos según la parte del país en la que se encuentre. En 150 años, nadie ha descubierto cómo hacer un vagón de ferrocarril que pueda cambiar su distancia entre ejes en la mitad de su viaje y, después de cientos de intentos, Australia está renunciando al material rodante interoperable. En cambio, están destruyendo miles de kilómetros de ferrocarril y derribando otros nuevos.

No es así como funciona en digital. A pesar de todos los lamentos por la inaccesibilidad de los datos digitales antiguos, la realidad es que las computadoras nuevas pueden emular las computadoras viejas y ejecutar los programas que se usaron para crear y leer esos datos en el pasado profundo de la informática (obtener los datos de los medios de almacenamiento antiguos). que se está deteriorando físicamente es otra historia). Si la confusión de vía media de Australia fuera una cuestión de incompatibilidades digitales, algunos programadores podrían crear una "capa de traducción" que mediara entre diferentes pistas y automóviles y unificara el sistema. Si podemos conectar miles de millones de dispositivos que ejecutan millones de versiones de decenas de sistemas operativos entre sí a través de Internet, conseguir que los vagones de seis estados australianos se conecten a las vías (digitales) de los demás es una mierda.

Para comprender qué tiene que ver la interoperabilidad con los monopolios digitales, debemos comprender el papel que juegan los “efectos de red” en el crecimiento de estos servicios monopolísticos. Un sistema tiene "efectos de red" si se vuelve más valioso a medida que agrega más usuarios. Nadie usaría Facebook si fuera el único usuario que tuviera el sistema, pero una vez que todas las personas con las que necesita hablar están en Facebook, no puede darse el lujo de no usarlo. Los efectos de red pueden llevar a una situación de "el ganador se lleva todo", donde una vez que un sistema alcanza la "masa crítica", crece por sí solo, registrando nuevos usuarios que se convierten en cebo para aún más usuarios nuevos.

Esos efectos de red ciertamente contribuyeron al crecimiento de varios tipos de gigantes tecnológicos, y no solo de los servicios de redes sociales. Los iPhones se vuelven más valiosos cuando los proveedores de software crean nuevas aplicaciones para ellos. Cuantas más aplicaciones haya, más razones hay para comprar una, y cuantas más personas posean iPhones, más clientes potenciales habrá para nuevas aplicaciones.

Los “efectos de red” surgen mucho cuando los economistas hablan de competencia en los mercados digitales. Pero un concepto aún más importante recibe mucha menos atención: "costos de cambio".

Los costos de cambio son lo que tenga que renunciar para pasar de una situación a otra. Los costos de cambio de mudanza incluyen mudanzas, cajas, tarifas de agente inmobiliario, una camioneta de mudanza, el tiempo que lleva inscribir a su hijo en una nueva escuela, el costo de encontrar un nuevo trabajo, las pérdidas en las que incurra por las multas por facturas atrasadas que perdió cuando el reenvío de su correo no funciona ... todo el paquete.

Cuando se trata de monopolios digitales, los costos de cambio son más importantes que los efectos de red.

Este es el por qué. Hoy en día, las personas luchan por dejar Facebook porque hacerlo implica dejar atrás a sus amigos. Esos mismos amigos se quedaron en Facebook por la misma razón. Las personas se unen a Facebook debido a los efectos de red (lo que crea un monopolio), pero permanecen en Facebook debido a los altos costos de cambio que enfrentan si se van (lo que preserva el monopolio).

Ahí es donde entra en juego la interoperabilidad. No hay ninguna razón técnica por la que dejar Facebook signifique dejar atrás a tus amigos. Después de todo, puedes cambiarte de T-Mobile a Verizon y seguir en contacto con tus amigos suscriptores de T-Mobile. ¡Ni siquiera necesitas decirles que has cambiado! Su número de teléfono viene con usted de una empresa a otra y, aparte de los acuerdos de facturación, nada cambia.

¿Por qué no puedes cambiar de Facebook a un rival y seguir en contacto con tu amigo en Facebook? No se debe a las limitaciones técnicas de las computadoras en red. Es porque Facebook no te dejará.

La interoperabilidad reduce los costos de conmutación. Los costes de conmutación revierten los efectos de la red. Si puede hablar con personas en Facebook sin usar Facebook, entonces Facebook se convierte en una razón para suscribirse a cualquier servicio, no solo al jardín amurallado de Mark Zuckerberg. Lo mismo ocurre con las tiendas de aplicaciones (si puedes llevar tus aplicaciones contigo, esa es una razón menos para no cambiar de Android a iPhone o viceversa). Lo mismo ocurre con cualquier tecnología que se base en efectos de red.

Las empresas tienen una relación divertida con la interoperabilidad. Cuando las empresas son pequeñas y tratan de construir su base de clientes, les encanta la interoperabilidad, les encanta la idea de vender tinta para la impresora de otra persona o una forma de leer sus mensajes de espera en el gigante de las redes sociales de otra persona. Facebook alguna vez tuvo un conjunto completo de herramientas de interoperabilidad para facilitar la conexión de Facebook a otros servicios, pero los ha ido reduciendo a lo largo de los años y hoy en día amenaza e incluso demanda de forma rutinaria a los rivales que intentan interoperar con él.

Ahí es donde entra en juego el antimonopolio. Las empresas de tecnología no tienen ganas de litigar demandas antimonopolio hasta el final. Estas demandas llevan mucho tiempo (el caso antimonopolio de IBM, también conocido como "Vietnam antimonopolio", duró 12 años), costó mucho dinero (las facturas legales anuales de IBM durante 12 años consecutivos fueron más altas que los salarios de toda la división antimonopolio del Departamento de Justicia combinada) , y son increíblemente dolorosos (la declaración antimonopolio grabada en video de Bill Gates se volvió viral analógica, y son horas de rabia agonizante, apenas controlada y obstruccionismo malhumorado).

Es por eso que los casos antimonopolio generalmente terminan en acuerdos, no en juicios. Normalmente, el enfoque de estos acuerdos son las multas (y cuando la multa es menor que la ganancia por la conducta ilegal, no es una multa, es solo un precio). Pero los acuerdos pueden venir con condiciones, "medidas correctivas", que detallan lo que las empresas deben hacer como condición para continuar operando.

Podríamos convertir la interoperabilidad en una de estas condiciones. Podríamos decir: “Bien, Zuck, no te vamos a obligar a vender Instagram (todavía), pero te pediremos que expongas una interfaz digital a la que se conectan tus competidores para que sus usuarios puedan intercambiar mensajes con tus usuarios. "

Se necesitaría mucha planificación cuidadosa para llegar a un acuerdo de este tipo, para preservar la privacidad, combatir el spam y protegerse contra el acoso, pero esa es la forma básica de la misma.

Ni siquiera necesitamos esperar a un acuerdo: simplemente podríamos aprobar una ley que requiera algún tipo de interoperabilidad. La Ley de ACCESO del senador Mark Warner de 2020 hace precisamente eso, y se contemplan versiones más modestas en la Ley de Mercado Digital pendiente de la UE y las recomendaciones del informe de la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido en 2020.

Hay otras manijas de las que podemos tirar, como la adquisición. El gobierno federal de EE. UU. Compra mucha tecnología y podría promulgar una regla que diga que solo comprará tecnología de empresas que permitan la interoperabilidad que reduzca los costos de cambio.

Pero la interoperabilidad obligatoria no reducirá los costos de cambio por sí sola, no a largo plazo. Estos mandatos son fáciles de sabotear por los gigantes tecnológicos, y los reguladores tardan mucho tiempo en demostrar que el sabotaje ha continuado, e incluso más en hacer algo al respecto. Si todo lo que obtenemos son mandatos de interoperabilidad, las empresas de tecnología darán vueltas alrededor de sus reguladores.

Así es como funciona en el mundo real. En 2012, los votantes de Massachusetts aprobaron una iniciativa de votación que obligaba a los fabricantes de automóviles a proporcionar a los mecánicos independientes los datos que necesitarían para interpretar la información de diagnóstico que circula por las redes de cableado internas de los automóviles modernos. Los fabricantes de automóviles habían pasado años monopolizando sistemáticamente el servicio de automóviles independientes, y Bay Staters ya estaba harta.

Incluso antes de que entrara en vigencia la ley de Massachusetts, los fabricantes de automóviles comenzaron a rediseñar sus automóviles para que todos los datos necesarios para la reparación independiente viajen a través de los automóviles las inalámbricas de redes , que estaban exentos de la ley.

Pasaron ocho años más antes de que se presentara otra iniciativa de votación a los votantes de Massachusetts, a fines de 2020, actualizando la ley para cerrar esta laguna. Mientras tanto, se suprimió ampliamente la reparación independiente y muchos mecánicos independientes se vieron obligados a vender sus negocios e ir a trabajar como empleados para los centros de servicio autorizados de los fabricantes de automóviles.

El desajuste entre el tiempo que lleva subvertir un mandato y el tiempo que lleva enmendarlo es la razón por la que no podemos confiar únicamente en los mandatos.

Para que los mandatos funcionen, necesitan tener un contrapeso, una consecuencia que les sobreviene a las empresas que los subvierten y que duele más que obedecer el mandato en primer lugar. Podemos conseguir ese contrapeso a través de otro tipo de interoperabilidad: interoperabilidad adversaria , o "compatibilidad competitiva" (comcom), la versión ad hoc, de estilo de ingeniería inversa y libre de permisos de interoperabilidad que siempre ha existido junto con las formas más formales y estandarizadas. .

Algunos ejemplos familiares de comcom: tinta de terceros para su impresora; repuestos remanufacturados para su teléfono y programas como las páginas de Apple que leen y escriben archivos de Microsoft Word; Videograbadoras que pueden grabar transmisiones de TV y TiVos que pueden hacerlo digitalmente.

Cada uno de los gigantes tecnológicos se basó en comcom en su ascenso a la cima, y ​​todos ellos han apoyado nuevas leyes y nuevas interpretaciones de las leyes existentes que transformaron comcom en un campo minado legal. Eso no es sorprendente: las empresas quieren asegurarse de que nadie les haga lo que ellos han hecho con los demás, y tienen el dinero y los recursos para asegurarse de que si alguien lo intenta, será un delito.

Comcom es un gran contrapeso para los mandatos de interoperabilidad. Si Facebook resolvió un caso antimonopolio prometiendo hacer posible que sus rivales intercambien mensajes con sus usuarios, y luego da la vuelta y rompe o degrada la interfaz que usaron para eso, comcom podría acudir al rescate. Los servicios que Facebook acababa de congelar podrían cambiar al uso de técnicas de comunicación, como ejecutar bots que rasparan los feeds de Facebook de sus usuarios y enviaran sus respuestas al servicio.

Facebook podría luchar contra estos bots con contramedidas técnicas, por ejemplo, actualizando sus reglas de firewall, pero odian eso. Es por eso que han demandado, en lugar de superar en ingeniería, a todos los que han intentado usar comcom para interoperar con el servicio hasta ahora.

Después de todo, la guerra tecnológica presenta un riesgo impredecible y desordenado para el negocio. Cada regla que bloquea un bot también termina bloqueando a usuarios reales. Incluso cuando los bloques funcionan, los usuarios de Facebook que están acostumbrados a mantenerse en contacto con amigos fuera del servicio se quejarán con Facebook sobre la entrega irregular de sus mensajes. Es exactamente el tipo de factor X feo y no cuantificable que temen las empresas.

En otras palabras, Comcom hace que los mandatos se vean bien en comparación, en otras palabras, y si una empresa no es lo suficientemente inteligente como para sabotear su interoperabilidad obligatoria, comcom ofrece a los usuarios que han llegado a depender de la interoperabilidad con un respaldo que pueden seguir usando hasta que un regulador pueda intervenir. .

Imagínese si los fabricantes de automóviles tuvieran que preocuparse por comcom cuando estaban subvirtiendo su mandato de código de reparación en Massachusetts. Cuando cambiaron sus mensajes de servicio de las redes cableadas de sus automóviles a las inalámbricas, un par de niños inteligentes del MIT podrían haber entrado en el negocio vendiendo un dispositivo de $ 20 que costó $ 1 y que podría obtener esos datos de los servicios inalámbricos de los automóviles.

Cualquier cosa que hicieran los fabricantes de automóviles para congelar estos dispositivos significaría reorganizar todos sus centros de servicio autorizados y lidiar con los inevitables problemas de actualización. Mientras tanto, los mecánicos independientes tendrían un nuevo negocio que les proporcionaría herramientas de diagnóstico - la puesta en marcha de los niños del MIT - y esa empresa podría ofrecerles otros servicios, servicios que harían que los fabricantes de automóviles fueran aún menos importantes para la reparación de automóviles.

Comcom es el endurecedor que convierte los mandatos estructuralmente defectuosos en soluciones sólidas y favorables a la competencia. Pero recuperar comcom es una lucha difícil. Significaría reformar todas las leyes que los gigantes tecnológicos han convertido en una maraña impenetrable en torno a sus productos y modelos comerciales: derechos de autor, patentes, no competencia, arbitraje vinculante, términos de servicio, ciberseguridad, secreto comercial y más.

La gran cantidad de reformas legales necesarias para restaurar la comunicación es abrumadora, un proyecto político-legal de años, si no de décadas. Pero hay otra forma de llegar allí: acuerdos antimonopolio.

Recuerde cómo los asentamientos podrían ser una palanca para imponer mandatos de interoperabilidad a los monopolistas tecnológicos. A diferencia de las leyes, que afectan a todas las empresas y pueden descarrilarse o desviarse en sus largos viajes a través del proceso legislativo, los acuerdos están hechos a medida, redactados por abogados del gobierno en un momento en que las empresas están tratando de evitar batallas legales traumáticas y de varios años que exponen sus los trabajos al escrutinio público y someten cada nueva iniciativa a un análisis legal minucioso para garantizar que no vayan a meter a la empresa en aguas aún más calientes.

Si vamos a utilizar acuerdos para obligar a las empresas a permitir la interoperabilidad, podemos también utilizar acuerdos para quitarles el poder a las empresas de subvertir la interoperabilidad. Podemos hacer eso al nombrar a un "maestro especial", una niñera legal de la que la empresa debe obtener la autorización cuando quieran entablar una acción legal contra un rival. Si el maestro especial está convencido de que la demanda se basa en un agravio legal real (por ejemplo, una empresa rival que está tratando de robar datos del usuario, en lugar de un competidor cuyos usuarios le han dado permiso para obtener sus datos), entonces la demanda sigue adelante. . De lo contrario, el monopolista pierde su derecho legal a bloquear interoperadores.

Un mandato de interoperabilidad significa que los nuevos servicios pueden conectarse a la plataforma de un monopolista y dar a sus usuarios más autodeterminación sobre cómo viven sus vidas digitales. Un maestro especial a cargo de los recursos legales del monopolista significa que si el monopolista sabotea el mandato, el nuevo servicio puede usar comcom para mantener la conexión por otros medios. 

Pero tener que usar comcom es el peor de los casos. Las grandes empresas odian la guerra asimétrica tecnológica, odian verse obligadas a parchear y volver a parchear sus sistemas para bloquear interoperadores adversarios. Y un mandato de interoperabilidad ofrece a las empresas una forma de evitar tener que luchar contra esa acción de guerrilla impredecible y desordenada: todo lo que tienen que hacer es mantener la interfaz obligatoria en buen estado, y todos los servicios de la competencia la utilizarán. ¿Por qué no iban a hacerlo? Prefieren utilizar recursos de ingeniería para mejorar el servicio que brindan a sus usuarios, no tratar de burlar al equipo de seguridad de Facebook.

En última instancia, la respuesta a la concentración del mercado no es la interoperabilidad: es la desconcentración de los mercados. Pero romper con los monopolistas es difícil. Tienen toneladas de dinero, son estructuralmente importantes para la vida de miles de millones de personas y muchas empresas.

Aunque estamos más cerca de que se nos reconozca nuestro monopolio tan atrasado como en décadas, queda un largo camino por recorrer. Para mantener y aumentar el impulso de los últimos años, necesitamos obtener victorias y convertir esas victorias en victorias más grandes, y luego aún más grandes.

La tecnología es el lugar lógico para comenzar, no solo porque todos están hartos de la tecnología, sino porque la tecnología es fundamental para todo lo demás que hacemos: proporciona la capa de comunicación y coordinación que está en el corazón de cada movimiento de masas. Y la flexibilidad de la tecnología, esa capacidad proteica y fundamental de conectar todo en todo lo demás, significa que los cazadores de confianza de la tecnología tienen una herramienta especialmente adecuada para separar los monopolios: la interoperabilidad.

Forzar la interoperabilidad de nuevo a la tecnología no será el final de la lucha antimonopolio, pero será el final del principio: el paso necesario pero insuficiente que daremos antes de pasar a proyectos mucho más ambiciosos.

( On Zero en Medium)

En un día caluroso de 2008, los titanes en ciernes de Silicon Valley se encontraron apiñados alrededor de una voluminosa mesa de sala de conferencias de madera clara. Aunque son grandes nombres en la actualidad, el éxito de sus negocios apenas estaba asegurado en ese momento. Amazon de Jeff Bezos operaba con márgenes extremadamente ajustados y no era rentable. Acababan de lanzar el negocio secundario de la computación en la nube que se convertiría en la fuente de ingresos de Amazon, pero aún no lo sabían. Sean Parker había sido expulsado de Facebook, retirándose a un papel como socio gerente del Founders Fund de Peter Thiel. Estaba a unos años de realizar una inversión crítica en Spotify. A su derecha estaba Elon Musk, cuya compañía de automóviles eléctricos Tesla estaba en crisis financiera y cuya compañía de cohetes SpaceX había gastado millones de dólares en producir un cohete que ya no se había lanzado tres veces. Frente a ellos, Larry Page estaba en lo alto de una ola de adquisiciones en Google, pero Viacom lo demandaba por mil millones de dólares. También en la sala estaba uno de los ex empleados de Google, un joven ingeniero de software llamado Evan Williams, quien acababa de cofundar una nueva empresa llamada Twitter.

Dedicaron nueve horas de su valioso tiempo apretujados alrededor de la mesa de la sala de conferencias para escuchar a los científicos ganadores del Premio Nobel enseñarles sobre cómo los seres humanos toman decisiones. Aplicarían este conocimiento para dar a sus empresas de tecnología una ventaja sobre la competencia utilizando lo que eventualmente se llamaría inteligencia artificial.

No se dedicó tiempo en la agenda a la cuestión de la calidad de los datos. Los científicos en la sala eran economistas del comportamiento, para quienes la fantasía de que un agente, ya sea humano o mecánico, sea capaz de tomar decisiones completamente racionales era algo para criticar y desacreditar. No hablaron sobre los problemas de obtener datos perfectos para construir máquinas perfectas de toma de decisiones porque no creían que ninguna de las dos cosas fuera posible. En lugar de eliminar los prejuicios humanos, querían organizar la tecnología en torno a esos prejuicios.

Cada vez más datos

Mientras el Departamento de Defensa (DOD) ha recopilado datos, ha gastado miles de millones de dólares intentando "limpiarlos". El sueño de un cerebro maestro en el que fluyan flujos de datos limpios y precisos y produzcan información y una mayor conciencia de la situación para los gobiernos y los ejércitos es tan antiguo como las propias computadoras: Francia lo intentó , Chile lo intentó , la Unión Soviética lo intentó tres veces , Sin duda, China lo está intentando en este momento, pero no importa cuántos datos recopilemos, qué tan rápidas o potentes sean las máquinas, siempre parece estar fuera de su alcance.

Los expertos señalarán que los científicos de datos dedican aproximadamente el 80% de su tiempo a limpiar datos , y la clave para lograr estos centros de comando centralizados impulsados ​​por IA es romper los silos entre los servicios y crear flujos interoperables para los modelos de IA. El DOD gasta un estimado de $ 11 a $ 15 mil millones por año en el personal que administra sus datos en alguna forma de limpieza. Después de décadas de inversión, supervisión y desarrollo de estándares, no estamos más cerca de la conciencia situacional total a través de un cerebro computarizado de lo que estábamos en la década de 1970. A medida que las computadoras se han vuelto más avanzadas, la cantidad de datos en la que se ahogan también ha aumentado. 

En lugar de eliminar los prejuicios humanos, querían organizar la tecnología en torno a esos prejuicios.

Y no es solo el dinero del DOD lo que no ha podido resolver el problema. A pesar de $ 16 mil millones en la inversión de los pesos pesados de Silicon Valley, nos encontramos décadas de distancia de los coches auto-conducción. A pesar de los miles de millones invertidos en la moderación de la inteligencia artificial, las empresas de redes sociales más grandes todavía dependen en gran medida de ejércitos de seres humanos para eliminar el contenido más horrible de sus plataformas.

Puede que no sea una sorpresa que el gran gobierno no pueda obtener un buen retorno de la inversión de la inteligencia artificial, pero parece que las grandes tecnologías tampoco pueden.

Quizás estemos resolviendo el problema equivocado

Al intentar diseñar una solución a un problema difícil, vale la pena reducir las cosas a los primeros principios: ¿Qué suposiciones estamos haciendo y cómo esas suposiciones enmarcan los problemas que creemos que debemos resolver? Si esos supuestos fueran diferentes, ¿estaríamos resolviendo problemas diferentes? ¿Cómo se relacionan los problemas que queremos resolver con los resultados que valoramos?

El resultado que todos esperamos de la IA es una mejor toma de decisiones. La conciencia total de la situación es atractiva porque asumimos que dar a los líderes acceso a más datos es la clave para tomar mejores decisiones, y tomar mejores decisiones significa menos impactos negativos. No hay ningún misterio en cuanto a por qué el Departamento de Defensa querría priorizar la tecnología que le permitirá prevenir conflictos o minimizar los daños colaterales. No hay confusión sobre por qué Facebook quiere controlar el discurso de odio en su plataforma.

Pero la investigación que han realizado científicos como los que asesoraron a los líderes tecnológicos en esa sala de conferencias en 2008 pone en duda el valor de saber más. En la vida real, los responsables de la toma de decisiones optimizan para ahorrar esfuerzo . La conciencia de la situación total es menos deseable que las herramientas que facilitan el esfuerzo del equipo que conduce a una decisión. Después de todo, las decisiones a menudo se juzgan por los resultados, lo que incluye un poco de suerte y un análisis correcto. Antes de que se obtengan esos resultados, incluso la estrategia más cuidadosa y minuciosamente construida respaldada por los mejores datos absolutos no puede ofrecer una garantía, y todos los involucrados lo saben. Por esa razón, el proceso de tomar una decisión se trata menos de un análisis objetivo de datos y más de una negociación activa entre las partes interesadas con diferentes tolerancias de riesgo y prioridades. Los datos no se utilizan para la información que pueden ofrecer, sino como un escudo para proteger a las partes interesadas de las consecuencias . La información perfecta, si es que es posible, tiene no ningún beneficio o, de hecho, reduce la calidad de las decisiones al aumentar el nivel de ruido.

Eso parece increíble: la información perfecta debería mejorar automáticamente el proceso de toma de decisiones. Pero no es así porque más información rara vez cambia la política organizacional detrás de una decisión. La IA puede identificar correctamente el contenido, pero las decisiones tomadas en base a ese contenido están fuertemente informadas por las normas y expectativas tanto de los usuarios como de la organización. Las políticas de moderación de Facebook, por ejemplo, permiten retocar imágenes de anos en celebridades, pero no una foto del ano real de la celebridad. Es fácil para los seres humanos entender cómo las relaciones entre las partes interesadas hacen que esa distinción sea sensata: uno viola las normas en torno a la libertad de expresión y los comentarios públicos; el otro no.

Esto plantea la pregunta: ¿Necesitamos invertir miles de millones de dólares en limpiar datos y afinar nuestros sensores para ver los beneficios de la IA?

La IA mal diseñada es un riesgo de seguridad (nacional)

La forma en que hablamos sobre la calidad de los datos es engañosa. Hablamos de datos "limpios" como si hubiera un estado en el que los datos sean precisos (y libres de sesgos) y reutilizables. Limpio no es lo mismo que preciso, y exacto no es lo mismo que procesable. Los problemas en cualquiera de estos vectores podrían impedir el desarrollo de un modelo de IA o interferir con la calidad de sus resultados. Hay muchas razones por las que los datos que ingresan a un modelo pueden ser problemáticos. Algunas son obvias: los datos son incorrectos, están corruptos o tienen un formato inesperado. Otros problemas tienen más matices: los datos se capturaron en un contexto particular y se están reutilizando de manera inapropiada; los datos tienen un nivel de granularidad incorrecto para el propósito del modelo; o los datos no están estandarizados y los mismos hechos se representan o describen de diferentes maneras.

Resolver uno de estos problemas con una sola fuente de datos ya es bastante difícil. Resolverlos todos en una gran organización en un entorno donde los adversarios intentarán inyectar estos sistemas con datos incorrectos para sabotear los modelos que alimentan es prácticamente imposible. En nuestra visión de la IA, no podemos permitirnos ignorar que, si bien la innovación crea oportunidades, también crea vulnerabilidad. La IA inventará nuevas formas de atacar los problemas, pero también nuevas formas de ser atacados. Así como la digitalización de las centrales eléctricas, el transporte público y los sistemas de comunicación han creado ejércitos cibernéticos y delitos cibernéticos, la IA creará una nueva generación de adversarios que encontrarán oportunidades para competir por ventajas atacando las herramientas en lugar de construir una fuerza competidora. Desde ataques de sensores hasta falsificaciones profundas y "falsificación de ubicación" de datos satelitales , las técnicas para cegar o desviar al enemigo corrompiendo los datos se están desarrollando junto con las tecnologías centrales que sabotearán.

Los sistemas de IA actuales dependen completamente de la calidad de sus datos, no porque la tecnología sea inmadura o rota, sino porque los hemos diseñado para que sean vulnerables de esta manera. Los sistemas de IA de producción deben diseñarse para ser resistentes a los datos incorrectos. Si cambiamos el problema que estamos intentando resolver, podemos cambiar el diseño para mitigar el riesgo de ataques a la IA. Necesitamos hacer que la IA sea antifrágil.

¿Qué es la IA antifrágil?

En el pensamiento sistémico, “antifrágil” es un diseño que no solo se recupera de fallas, sino que en realidad es más fuerte y efectivo cuando se expone a fallas. Cuando construimos IA basándonos en lo que realmente mejora la toma de decisiones, creamos una oportunidad para la IA antifrágil Sabemos por investigaciones existentes en ciencia cognitiva que las buenas decisiones son el producto de articular supuestos proactivamente, estructurar pruebas de hipótesis para verificar esos supuestos y establecer claros canales de comunicación entre las partes interesadas. 

Muchos de los sesgos cognitivos que desencadenan el llamado error humano son el resultado de un bloqueador en una de esas tres condiciones. Cuando las personas no articulan claramente sus suposiciones, aplican soluciones que son inapropiadas dadas las condiciones del terreno. Cuando las personas no ponen a prueba sus suposiciones, no logran ajustar las buenas decisiones a las condiciones cambiantes. Cuando los operadores de primera línea no pueden compartir información de manera eficiente en la cadena de mando y entre ellos, se pierden oportunidades para detectar condiciones cambiantes y cuestionar suposiciones en detrimento de todos.

La IA es tan vulnerable a los datos erróneos porque exageramos sus aplicaciones para clasificar y reconocer y subenfatizamos sus aplicaciones para sugerir y contextualizar. En pocas palabras, la IA que toma decisiones por las personas es una IA que se puede sabotear de forma fácil y económica.

Diseñar una IA antifrágil es difícil porque la línea entre aceptar el resultado del análisis de un algoritmo como una conclusión y tratarlo como una sugerencia o aviso es un desafío de diseño. Recuerde que los tomadores de decisiones optimizan para conservar el esfuerzo, lo que significa que cualquier oportunidad que tengan para aceptar una salida de IA como conclusión, la aprovecharán a menos que la experiencia del usuario esté diseñada para hacerlo difícil. Esta tendencia está en el corazón de los errores catastróficos que ya hemos visto al aplicar la inteligencia artificial a la justicia penal y la policía . El modelo se creó para contextualizar, pero la interfaz de usuario se creó para informar una conclusión; esto hizo que el producto en sí fuera extremadamente vulnerable a datos incorrectos.

Mientras tanto, la inteligencia artificial de la ciencia médica ha podido mejorar la calidad de la toma de decisiones precisamente porque muchos desafíos de diagnóstico no tienen una única respuesta correcta. En el diagnóstico, cualquier conjunto de síntomas tiene una variedad de causas posibles con diferentes probabilidades. Un clínico construye un árbol de decisiones en su cabeza de todas las posibilidades que se le ocurren y las pruebas que descartarán ciertas posibilidades. El proceso de diagnóstico de un paciente consiste en crear un ciclo de definición de supuestos, ordenar pruebas y reducir el conjunto de posibles respuestas cada vez más hasta que se encuentre una solución.

Los productos que están diseñados para ayudar a los médicos con otras posibilidades para agregar a sus modelos mentales e identificar pruebas que podrían acelerar el tiempo para un diagnóstico exitoso han demostrado mejoras en los resultados de los pacientes a pesar de los datos incorrectos . En estos casos, la IA se ha utilizado para mejorar la comunicación y el intercambio de conocimientos entre los profesionales médicos o para obtener información nueva y relevante del paciente en momentos críticos.

Los productos que intentan superar a los médicos, por ejemplo, clasificando un tumor como canceroso o no canceroso o determinando si las manchas pulmonares son Covid-19 , han estado plagados de problemas de datos incorrectos.

IA fuerte en un mundo de datos erróneos

Al determinar cómo aprovechar mejor tecnologías prometedoras como la inteligencia artificial, los líderes técnicos deben considerar primero cómo están definiendo el problema que debe resolverse. Si el objetivo de la IA es mejorar la toma de decisiones, entonces la IA debería dirigir a los tomadores de decisiones a las pruebas de hipótesis, no tratar de superar a los expertos. Cuando la IA intenta superar a los expertos, se vuelve totalmente dependiente de la calidad de los datos que recibe, creando un conjunto de vulnerabilidades que los adversarios pueden explotar de forma económica y sencilla.

Cuando el objetivo de la IA no es superar a los mejores expertos, sino reforzar y apoyar las buenas prácticas de toma de decisiones, esa tecnología es resistente a los datos incorrectos y capaz de volverse antifrágil. Pero esa IA no toma determinaciones. En cambio, ayuda a las personas a articular las suposiciones detrás de la decisión, comunicar esas suposiciones a otras partes interesadas y alertar a los tomadores de decisiones cuando hay cambios significativos en las condiciones del terreno relevantes para esas suposiciones. La IA puede ayudar a los responsables de la toma de decisiones a determinar qué estados son posibles o en qué condiciones son posibles. Esta solución puede fortalecer el desempeño general de un equipo al abordar las debilidades existentes en lugar de inventar otras nuevas para que los adversarios las aprovechen.

(Onzero- Medium)


 

Lamentablemente, los humanos acostumbramos a trasladar a objetos o “entidades” cuestiones resultantes de nuestras formas de relacionarnos y de imponer mecanismos de decisión, de modos de quitarnos “responsabilidad” sobre los impactos de esas acciones y decisiones. Nadie se salva solo. Que cada quien haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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