Guerras explicitas y solapàdas. Deudas coloniales e impuestas.



Mientras continúa la escalada de la violencia en la franja de Gaza, cerrando su cuarto día de bombardeos israelíes y ráfagas de cohetes de Hamas y la amenaza de una ofensiva terrestre que augura más muerte y destrucción en los próximos días, sobre todo en el enclave palestino, nuestro presidente, Alberto Fernandez, en gira europea, resalto que la posición de la ONU es la posición de Argentina en el conflicto.

Antes de reunirse con empresarios en París, Alberto Fernández sostuvo que el Gobierno aguardó "el comunicado de la ONU" para pararse frente al agravamiento del conflicto en Medio Oriente.

"Nosotros leímos el comunicado de la ONU y sobre su posición internacional escribimos la nuestra", señaló Alberto Fernández, acompañado por el canciller, Felipe Solá.
Y agregó: "Nuestra solidaridad a las familias que sufren el conflicto en Medio Oriente".

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto explicó que recibió "la primera información del conflicto" de parte del secretario de Culto, Guillermo Oliveri. "Sobre eso empezamos a trabajar y después llamé a nuestra embajadora en Naciones Unidas (María del Carmen Squeff) que me envió un texto con la posición oficial de las Naciones Unidas", ahondó el jefe del Palacio San Martín.

De esta manera el Gobierno explicó cómo sentó su posición, que quedó expresada en un comunicado de Cancillería, el cual fue cuestionado por la embajadora israelí en Buenos Aires, Galit Ronen. "Están atacando a nuestro país, hay muchos heridos, la situación es grave. Nosotros hicimos todo lo que pudimos para no llegar a esto. Este comunicado lo vemos con preocupación y no expresa la buena relación que existe entre nuestros países", afirmó la diplomática.

En enero de 2020, durante una visita a Jerusalem, Alberto Fernández había llamado a la "convivencia pacífica" entre Israel y Palestina. "Dejo esta hermosa tierra con un sueño: verla vivir en paz con sus vecinos y especialmente con el pueblo palestino. Nuestro país siempre ha reconocido, por convicción y por respeto a las decisiones de Naciones Unidas, la existencia de los dos Estados y siempre propició la convivencia pacífica entre ambos", había publicado en sus redes sociales.


En ese marco, el jefe de Estado había reconocido saber "lo complejo del tema" del conflicto entre Israel y Palestina, "que lleva años sin solución", y resaltó: "Nunca vamos a renunciar a soñar con la paz".

"Si aquellos sobrevivientes del Holocausto pudieron construir este país, ¿por qué no podrían encontrar sus sucesores soluciones a problemas claramente menos complicados? La necesidad de vivir en paz debe impulsarlos", había manifestado el Presidente.

(Página 12)

En Colombia, La pobreza acentuada por la pandemia de coronavirus y el hastío con las políticas neoliberales del gobierno de Iván Duque son algunas de las razones que han sacado a decenas de miles de personas a las calles de Colombia y, muy especialmente, a las de Cali. En la tercera ciudad más poblada del país las ONGs reportan alrededor de 35 muertos durante las movilizaciones, cientos de casos de brutalidad policial y graves disturbios. Más allá de presentar una postura dialoguista que por ahora no está rindiendo muchos frutos, la respuesta del Ejecutivo al conflicto fue la militarización de la capital del Valle del Cauca. El domingo pasado, la violencia pareció llegar al límite cuando un grupo de civiles fuertemente armados disparó contra una manifestación de los pueblos indígenas en el sur de Cali, dejando un saldo de diez heridos.

"Cali es una de las ciudades más violentas del continente y la más violenta del país", resume a PáginaI12 María del Pilar Castillo, economista de la Universidad del Valle. La ciudad no logró extinguir su prolongado conflicto interno, pese a haber firmado la paz con las FARC en 2016 tras décadas de combate a la extinta guerrilla. En el contexto nacional, este jueves se conoció la renuncia de la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Claudia Blum, en vísperas de un viaje que pretendía realizar a Europa para defender al país de una lluvia de denuncias por violaciones a los derechos humanos. Se trata de la segunda dimisión en el gobierno de Duque tras la del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, por el fracaso de la reforma tributaria que motivó las protestas.

"Cali tiene una de las historias más complejas en materia de orden público en Colombia. Es el centro urbano estratégico del suroccidente colombiano, es la ciudad capital con mayor tasa de homicidios y se conecta con los departamentos más complejos en materia de conflicto armado como son Chocó, Cauca y Nariño", asegura en diálogo con este diario Alberto Sánchez, historiador de la Universidad del Valle y experto en temas de seguridad. 

En el plano social si bien las cifras de pobreza de la ciudad (36,3 por ciento) no son peores que las de otras ciudades del país, los fenómenos de desigualdad y segregación son muy visibles. "La pandemia llevó al gobierno local a centrar sus esfuerzos en prohibir la movilidad sin ofrecer alternativas de ingreso a una población que vive del rebusque", asegura Castillo.

La tasa de desempleo juvenil entre diciembre del 2020 y febrero del 2021 fue del 27,6 por ciento. Ese dato significa "jóvenes sin oportunidades de trabajo ni estudio, incluso recreación o actividades culturales y conlleva muchas veces a que su única opción sea el integrar las bandas de sicariato", plantea por su parte Walter Agredo, dirigente social y miembro del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (CSPP) en el Valle del Cauca. 

Cuando Colombia firmó el Acuerdo de Paz con la guerrilla de las FARC en 2016, las autoridades locales bautizaron a Cali como "la capital del postconflicto". Durante décadas recibió a los desplazados por la violencia y la falta de oportunidades en el Pacífico. Pero el desarme de la que supo ser la guerrilla más poderosa del continente no cerró las heridas de los años más sangrientos que recuerde Colombia.

Los caleños permanecen en medio del fuego cruzado de grupos armados que alimentan una nueva ola de violencia con masacres, asesinatos selectivos y desplazamientos. Y en medio de ese contexto se llegó a las masivas protestas que sacuden al presidente Iván Duque y a su gabinete. 

El gobierno, con una retórica que desde su inicio ha estigmatizado la protesta social, asegura que hay "terroristas infiltrados" en las manifestaciones para gestar un "plan coordinado de vandalismo". "El Estado colombiano también ha señalado que esto ha sucedido por injerencia de Venezuela, y por último que todo es culpa del senador Gustavo Petro", enumera Agredo.

La policía, que en Colombia depende del ministerio de Defensa, se especializó en la lucha contra el narcotráfico y las guerrillas en el marco del conflicto armado. Esa misma policía es la que hoy está respondiendo a las protestas. "La represión de las fuerzas de seguridad ha sido desmedida", sostiene Castillo. "Las lesiones fatales y no fatales del lado de la población civil superan con creces a las de la fuerza policial", argumenta esta economista que investiga procesos de conflicto, seguridad y control de armas. De acuerdo a la ONG Temblores, 35 personas fueron asesinadas solamente en Cali, mientras que las autoridades no han registrado víctimas entre los agentes policiales.

Pero la violencia no viene solo desde las fuerzas de seguridad. En las redes sociales abundan videos de civiles disparando a los manifestantes a mansalva. "La modalidad de agresión a los puntos de concentración son las 'caravanas de la muerte', personas en moto y camionetas disparando hacia los manifestantes, lo que ha dejado un numero bastante alto de personas heridas y asesinadas", explica Agredo, quien viene trabajando en el territorio desde que las protestas estallaron el 28 de abril.

La violencia bajó algunos decibeles en los últimos días, y en buena medida esto se debió a la presencia de la minga indígena, que se caracteriza por manifestarse de manera pacífica. Sin embargo, el domingo varias "chivas" (colectivos típicos de las regiones montañosas de Colombia) cargadas de indígenas fueron atacadas a balazos "por una turba uribista en conjunto con la fuerza pública", denunció el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). Por la agresión en el municipio de Cañasgordas, al sur de la ciudad, al menos diez indígenas resultaron heridos.

Los pueblos originarios del sudoeste colombiano libran una disputa histórica por el control de la tierra contra terratenientes y empresarios. "Contra esos mingueros, contra esos ciudadanos del común, la clase privilegiada del sur de Cali tira la piedra y el gobierno les esconde la mano", graficó el CRIC a través de un comunicado.

A pesar de que las protestas disminuyeron en intensidad y violencia, Cali permanece sitiada por la policía, y sus distintos barrios siguen en alerta y con el miedo de que llegue la noche, el momento en que se dan los episodios más brutales de vandalismo y violencia policial. "Se vive una tensa calma, en muchos lugares de la ciudad la gente se va a sus casas muy temprano", reconoce Agredo en ese sentido.

Cali, que también es conocida como la "Sucursal del Cielo" por su población cálida y festiva, es una ciudad extremadamente violenta: en el primer trimestre de este año, las autoridades contaron 243 asesinatos, y en 2020 la tasa de homicidios fue de 45,1 cada cien mil habitantes, una de las más altas de Colombia. El general Hugo Casas, excomandante de la Policía de Cali, llegó a decir que "entre más armas incautamos, más armas salen".

Para Sánchez, lo que viene sucediendo en Cali debe poner sobre la mesa tres aspectos que no se han discutido lo suficiente por motivos propios de la contingencia: "el rol amplificador de las redes sociales en la crisis, el alto número de armas de fuego y de fogueo que circulan en la ciudad y las nuevas conflictividades que abren tanto este tipo de incidentes como los bloqueos ilegales" que afectaron a distintas clases sociales.

"Cali lleva demasiado tiempo aplazando la discusión amplia sobre problemas que no dan espera y esta crisis es un ejemplo de que dicho aplazamiento amenaza la estabilidad de una ciudad que ha logrado sobreponerse a estos problemas, pero no puede seguir haciéndolo sola", agrega Sánchez. Para el historiador de la Universidad del Valle, "es tiempo de que el gobierno nacional y el resto del país miren hacia Cali".

(Página 12)

Guillermo Prein, pastor, fundador del Centro Cristiano Nueva Vida (CCNV), advierte “COLOMBIA, CUIDADO”.

Cuidado con los que se infiltran para deslegitimar las protestas de un pueblo cansado de ser saqueado. Maniobras para justificar represiones feroces.
Detrás de todo, están quienes acceden al gobierno por sus discursos de lucha contra el narcotráfico, al que “nunca pueden vencer”.
Apoyados por potencias con armas tan sofisticadas y precisas capaces de atravesar con un misil en el pecho a un General iraní, o mediante sistemas satelitales de control térmico determinar si lo que se desplaza en la espesura de la jungla es un puma, una gallina o una persona, NO PUEDEN DETECTAR LAS PLANTACIONES y LOS CAMPAMENTOS NARCOS.
¿Quiénes manejan la droga en las superpotencias?, “¿chicanos?”
¿Quiénes son los dueños del poder?


Estos verdaderos hijos del diablo necesitan un pueblo cada día más pobre, que acepte cualquier salario y ocupación, para saciar el hambre de sus hijos. Así logran “abaratar” sus costos, para seguir adelante con sus “business”.

Como pastores, debemos despertarnos y comprender el horror al que se enfrenta nuestro pueblo, que es llevado al matadero, y defenderlo recordando que “el buen pastor su vida da por las ovejas”.


“Así ha dicho Jehová mi Dios: Apacienta las ovejas de la matanza, a las cuales matan sus compradores, y no se tienen por culpables; y el que las vende, dice: Bendito sea Jehová, porque he enriquecido; ni sus pastores tienen piedad de ellas.
Por tanto, no tendré ya más piedad de los moradores de la tierra, dice Jehová; porque he aquí, yo entregaré los hombres cada cual en mano de su compañero y en mano de su rey; y asolarán la tierra, y yo no los libraré de sus manos.
Apacenté, pues, las ovejas de la matanza, esto es, a los pobres del rebaño. Y tomé para mí dos cayados: al uno puse por nombre Gracia, y al otro Ataduras; y apacenté las ovejas.”
Zacarías 11.4-7 RV1960


“Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.


Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Mateo 9.35-38 RV1960 (PE)

La pandemia solo ha venido a favorecerlos. Ahí están, como pirañas, los grupos de poder marchando victoriosos hacia la apropiación absoluta y definitiva de los mecanismos creados con el propósito de sostener democracias tan débiles como engañosas. Esos mecanismos –llamémosles “institucionales”- en donde se administran la justicia, los derechos humanos, la riqueza de los pueblos y las oportunidades de desarrollo, han caído uno tras otro en manos de las élites económicas y de los conglomerados industriales ante la complicidad de organismos internacionales, supuestos estos a dar un tinte humanitario a la depredación.

No vemos el bosque porque los árboles ya se yerguen imponentes para ocultar la verdadera naturaleza de la devastación y la miseria a la cual han condenado a los territorios y los pueblos. La persecución de líderes, la violencia represiva contra las protestas populares, las tácticas de amedrentamiento contra todo aquel que se levante para denunciar los abusos; y los inconcebibles actos de traición de los políticos en las asambleas representativas de la voz popular, se multiplican a lo ancho y lo largo de este planeta en proceso de destrucción.

¿En qué momento perdimos de vista la trascendencia del ejercicio ciudadano? ¿Cómo permitimos el ascenso de seres tan nefastos y corruptos como quienes gobiernan aquí, en nuestro continente, y en países aparentemente mucho más desarrollados? Esos vacíos, permitidos por pura negligencia, se han ido rellenando gracias a sobornos producto del robo de nuestro patrimonio. El inmenso poder de los más acaudalados de la lista de Forbes no se reduce a la acumulación de capital; ellos también deciden nuestro destino. La muestra más palpable, en estos tiempos, es la negativa a liberar las patentes de las vacunas contra el Covid para hacerlas llegar a todos los rincones del planeta a precios accesibles y al más corto plazo, porque es una veta comercial que multiplica sus ingresos a un ritmo vertiginoso.

Los indicios del no tan nuevo orden de cosas venían dados desde el siglo pasado, cuando los tratados de libre comercio y los términos de las relaciones comerciales bilaterales pasaban primero por los despachos de los grandes consorcios. Ahí se cocinaban las vidas humanas y el destino de los pueblos, ahí se escogía a los dictadores obedientes al poder económico y ahí también se decidía quién vivía y quién no; cuándo invadir y cómo justificarlo, sin que pareciera otra cosa que una acción inevitable en defensa de los valores democráticos. Y ahí, también, se elaboraban los discursos para justificar las masacres de civiles –como “efecto colateral”- en esa carrera frenética para apoderarse de las materias primas necesarias para seguir dominando al mundo.

Hoy el proceso es casi irreversible y la perspectiva no es otra que más hambre para quienes ya lo han perdido todo, pero también para las capas medias a las que aún les sostiene la esperanza de mejores días. Esta guerra solapada y cruel avanza gracias a la fuerza de las armas esgrimidas sin el menor reparo en contra de pueblos indefensos, en contra de ciudadanos indignados pero incapaces de defender lo suyo sin caer en el intento. La farsa de las dictaduras del nuevo orden mundial: esas que aparentan ser lo que no es, pero actúan como lo que son, y no tienen ni siquiera la decencia de fingir un carácter humanitario. Ante ellas, y sin ninguna protección desde los organismos internacionales creados para defender los derechos de la Humanidad, terminamos por ceder todos los espacios. Para recuperarlos, no bastará con el acto simbólico pero inefectivo de enarbolar banderas.

El poder económico mundial no tiene rostro, pero sí garras afiladas.

Carolina Vazquez Araya en Iberoamerica Social

La mirada insomne: como se construye el espacio desde donde se piensa.

La crisis financiera de 2008 no solo erosionó el edificio conceptual y normativo de la síntesis neoliberal devenida soporte ideológico de la globalización, sino que, en un único movimiento, propició la apertura de un espacio para posicionar nuevamente los problemas del desarrollo y el subdesarrollo, incluso, pese a la reinterpretación de aquella crisis como una crisis fiscal. En general, ello aconteció porque las expectativas de convergencia de ingresos entre las naciones (catching up) experimentan un abrupto final por la evidencia del deterioro en el desempeño macroeconómico mundial, acaecido precisamente durante el período de liderazgo intelectual neoliberal, identificado entusiastamente por Andrei Shleifer hace casi una década como la «era de Milton Friedman» (Shleifer, 2009).

 

 En esa misma dirección opera la crisis económica y política de la Unión Europea (UE) expresada en una doble faz; de un lado, por las dificultades para crecer sostenidamente por parte de España, Grecia, Irlanda y Portugal; y por el otro, la irrupción de propuestas de demagogia autoritaria en la banda oriental (Polonia, República Checa y Hungría), con la amenaza de extenderse a otros países miembros, en algunos casos con tonos racistas y xenófobos. Ambas situaciones revelan, con matices, diferencias insostenibles de bienestar y la dificultad para converger con los centros referentes dinámicos de la UE.En el contexto descrito resulta pertinente interrogarse desde el subdesarrollo acerca de la viabilidad contemporánea de una ventana de políticas para el desarrollo; más la evidencia no abunda en esa dirección. El último espacio para ello se abrió en el contexto del conflicto Este-Oeste, en medio de una crisis económica y de hegemonía que afectó a la potencia dominante en el sistema mundial. Y en los días que corren, no se divisa una coyuntura similar dada la dinámica de la globalización (que implica instituciones y políticas homogéneas), junto a los matices del conflicto hegemónico. Sin embargo, la reciente irrupción del llamado «nacionalismo económico» en los EEUU, como expresión última del quiebre de los consensos que favorecieron una política de restauración hegemónica sobre los hombros del déficit comercial, pareciera conducir a una confrontación con la institucionalidad de la globalización, entre cuyos meandros podrían crearse nuevas oportunidades para la formulación y ejecución de políticas activas para el desarrollo. En la misma dirección actúan las tendencias europeas del llamado «populismo conservador» (demagogia autoritaria), centrado en la defensa de determinantes nacionales como el crecimiento de la industria nacional y el empleo doméstico. Veamos. El moderno sistema mundial (capitalista), basado en la interacción de unidades estatales con autonomía sobre la cobertura territorial, se organiza en torno a:

(...) Una división internacional del trabajo que atraviesa los estados nacionales a través de las cadenas de productos básicos y de capital. Los Estados no pueden someterlos al ejercicio de la fuerza, ya que este es territorialmente limitado. Esto garantiza el dominio de la economía sobre la política. Pero para que el sistema funcione es necesario evitar el riesgo de anarquía que se presenta en una búsqueda hipotética de cada Estado de su interés particular. Para limitar esta posibilidad, que desmantelaría la división internacional del trabajo, es fundamental la existencia de un Estado hegemónico, que condicione los diversos intereses particulares al interés general y sistémico. A partir de ahí se definen las reglas del comercio internacional, la circulación del capital, la moneda internacional, los límites entre la paz y la diplomacia, por un lado, y la guerra, por otro. (Martins, 2011: 53) .”

Ahora bien, ¿de dónde surge la capacidad de un Estado (hegemónico) para condicionar el desenvolvimiento del interés general en el seno de la economía-mundo? ¿Qué es la hegemonía? ¿Cómo se expresa? La preocupación sobre el tema de la hegemonía y la capacidad de un país para conducir el concierto interestatal surge con Charles Kindleberger, a partir de su obra The World in Depression 1929-1939, publicada originalmente en 1973. Ampliada posteriormente por autores como Robert Keohane, Stephen Krasner, Joshep Nye y Robert Gilpin, se desarrolla como teoría de la estabilidad hegemónica, centrada en las condiciones para la permanencia del orden económico liberal.(La teoría de la estabilidad hegemónica asume que el poder hegemónico ejercido por un solo país puede conceder viabilidad al sistema económico internacional en tanto promueva y sostenga el libre mercado como bien público. Así, la estabilidad económica internacional provendrá de relaciones transfronterizas de intercambio, exentas de discriminación y basadas en la reciprocidad.) Más tarde, Immanuel Wallerstein, elabora en una dirección alternativa a la mera estabilidad funcional del sistema y favorece la comprensión de las condiciones para la perpetuación del subdesarrollo en la economía mundo capitalista.

Así, tanto desde la perspectiva de la teoría de la estabilidad hegemónica como del moderno sistema mundial, la hegemonía se presenta ante nosotros en primera instancia como una construcción económica: la capacidad para penetrar los mercados basada en competencias generadas al interior del proceso productivo. Sin embargo, en la forma expuesta por Wallerstein –y en inesperada coincidencia con Gilpin–, la hegemonía pareciera ser el resultado de la volición de un país: de otro modo, cómo entender que el Estado hegemónico deba «ser lo bastante fuerte como para impedir o reducir al mínimo las barreras políticas internas y externas que se oponen al libre flujo de los factores de producción». Ello no explica como hace el Estado hegemónico para abrir los mercados externos mediante la remoción de las barreras. Tampoco explica cómo se logra establecer la relación funcional que hace viable la gestión hegemónica. Volviendo con Arthur Stein, habría que preguntarse cómo ocurre tal situación, es decir, como hace el hegemón para forzar la apertura de los mercados y colocar así su producción más eficiente. Además, ya Carlos Eduardo Martins observó que el uso de la fuerza está territorialmente localizado, por lo cual en el orden liberal contemporáneo –salvo situaciones excepcionales y convenidas–7no procede su empleo para imponer la apertura externa. De hecho, la experiencia de Inglaterra durante el siglo XIX, luego de finalizadas las guerras napoleónicas y concretada la independencia latinoamericana respecto de España, muestra que la suscripción de los tratados de libre comercio con los países recién constituidos no creó de suyo un orden comercial global liberal sino, tan solo, dio origen a nuevos mercados para la industria nglesa.8 La incidencia global fue pequeña dado el bajo nivel de ingreso en estos países, sin mercados internos estructurados y ayunos de plena inserción en una división internacional del trabajo en construcción.9 Puede decirse entonces que no basta con que un país negocie ventajas en un determinado ordenamiento internacional en sintonía con sus peculiares intereses –basado tan solo en su mayor eficiencia económica relativa–, para que este cristalice; se requiere que se incorporen los actores de relevancia, aquellos que determinan la geo-economía de la división internacional del trabajo.

En tal sentido, Arthur Stein argumenta lo siguiente:«(...) los regímenes liberales de comercio internacional no surgieron y no surgirán de las políticas formuladas por un solo Estado. Un hegemón no puede edificar en solitario un orden comercial abierto. Puede reducir unilateralmente sus propios aranceles, pero ello no crea un orden comercial internacional de aranceles más bajos. Puede imponer a países débiles un régimen comercial abierto, pero esto tampoco crea un régimen global. La liberalización comercial entre los principales países es, más bien, el resultado de negociaciones arancelarias. 

El hegemón debe lograr que otros acepten bajar con él sus aranceles. Sin acuerdos no puede haber un nuevo régimen internacional». (Stein, 1984: 358). Por muy superior que sea la capacidad productiva de una nación, bien sea en términos del tamaño relativo de su producto interno bruto (PIB), de sus exportaciones o inversiones en ultramar, la sola eficiencia económica no le concede sustento para propagar e imponer en solitario un orden económico mundial.

Crisis económica, crisis hegemónica: ¿hay oportunidad para el desarrollo?* Vladimir López Ríos, sociólogo; Magister Scientiarum en Economía Internacional, Universidad Central de Venezuela. Especialista en Políticas Públicas y Desarrollo Económico por Ilpes-Cepal (Santiago de Chile) y en Política Monetaria y Programación Financiera por Cemla (Ciudad de México). Doctorando en Estudios del Desarrollo por el Cendes / UCV, en CUADERNOS DEL CENDES - AÑO 37. N° 104 TERCERA ÉPOCAMAYO-AGOSTO 2020CARACAS-VENEZUELA

Las urgencias y la coyuntura muchas veces nos impiden las miradas mas reflexivas y comprensivas de las cuestiones que producen esas urgencias y cuya raíz debe ser explorada para no repetir errores y vivencias negativas ya vividas en el pasado en mas de una ocasión.

La Deuda Externa y las negociaciones con el FMI son un claro ejemplo de esto.

El presidente Alberto Fernández y la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, compartieron este viernes una reunión "constructiva y franca" de una hora y media en la ciudad de Roma, en la que acordaron llegar a un acuerdo "lo más rápido posible" sobre la renegociación de la deuda, sin que se le "exija mayores esfuerzos al pueblo argentino", según le planteó el mandatario en el encuentro.

"La vocación es encontrar un acuerdo lo más rápido posible, pero no cualquier acuerdo", dijo Fernández en diálogo con la prensa argentina que cubre la gira presidencial por Europa, tras el encuentro con Georgieva, y se manifestó "optimista" sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo en el corto plazo para la renegociación de la deuda, pero "no a cualquier precio".

El primer encuentro presencial entre Fernández y Georgieva se prolongó durante una hora y media en el hotel Sofitel de la capital romana, donde se hospeda el mandatario, en el marco de la cuarta y última escala de su gira europea, que lo llevó esta semana a Portugal, España, Francia e Italia.

"Le conté mi charla con los líderes europeos y vamos a ver cómo seguimos. Le planteé nuestra mirada sobre los cargos extras y sobre los plazos", señaló el mandatario, tras lo cual expresó que la titular del FMI "se ve muy comprensiva de lo que le pasa a la Argentina".


Para el mandatario, la charla fue "muy productiva" y contó que se hablaron con "mucha franqueza" durante el encuentro.

"Expresamos nuestras voluntades de resolver el problema de la deuda argentina pero encontrar un camino de solución que no signifique postergar al pueblo argentino que la está pasando muy mal entre la pandemia y la economía que heredamos, que le cuesta ordenarse", completó.


Fernández aclaró que la deuda con el Club de París, que tiene un vencimiento de 2.400 millones de dólares el 31 de este mes, "está atado al tema del Fondo" y por eso "es un tema subsidiario".

En tanto, el mandatario contó que Georgieva "es muy consciente de la situación que vive el mundo, de la que vive América Latina y de la situación argentina en América Latina".

"Ahora esto es una negociación; todo finalmente queda reducido a eso", completó el mandatario.

En el encuentro,
Alberto Fernández le expresó a Georgieva la necesidad de que los Derechos Especiales de Giro (DEG) que otorga el FMI sean ampliados y así "lleguen a los países de renta media", como la Argentina, un planteo con el que -según indicó el Presidene- la titular del Fondo Monetario Internacional le expresó que "está de acuerdo"

Al referirse al tema de la renegociación de la deuda y el contenido de su conversación con Georgieva, Fernández dijo que se debe "entender la singularidad del mundo" y comprender que no se puede pensar en un acuerdo "que exija mayores esfuerzos al pueblo argentino", que -indicó- "la está pasando todavía muy mal entre la pandemia, y una economía que heredamos y que le cuesta ordenarse".

Asimismo,
calificó toda la gira por Europa como "muy productiva" por el apoyo cosechado de Europa en el planteo en pos de la eliminación de las sobretasas que cobra el Fondo Monetario Internacional, como así también por el compromiso expresado por el primer ministro italiano, Mario Draghi, para que el G20 aborde este aspecto, vinculado con el organismo multilateral de crédito.

"Me parece que eso ya de por sí es mucho, que (el presidente francés Emmanuel) Macron atienda nuestras necesidades en el Club de París, que (el primer ministro portugués) António Costa nos esté acompañando", al igual que el presidente español Pedro Sánchez, subrayó el Presidente, quien, a su vez, adelantó que la semana que viene hablará con la canciller alemana Angela Merkel y, así, "ya el escenario europeo quedará cubierto".

Por su parte, Georgieva -al retirarse de hotel- dijo que fue "gratificante conocer al Presidente finalmente en persona".

"Fue una reunión muy constructiva. Discutimos la situación en la Argentina y lo que pasa en la región. Nuestros equipos continuarán trabajando para arribar a un programa", dijo la titular del FMI en un breve diálogo con la prensa al retirarse del encuentro.

"Por fin nos vemos", fueron las primeras palabras que Georgieva dirigió al mandatario argentino al comenzar la reunión, que tuvo como principal objetivo abordar temas relacionados con la renegociación de los plazos para el pago de la deuda que la Argentina mantiene con ese organismo y que fueron tomados por la anterior gestión, de Mauricio Macri.

Paralelamente, en otro salón, se reunieron el ministro de Economía,
Martín Guzmán, con la subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Julie Kozack.

Apenas iniciada la reunión, Presidencia difundió una foto oficial de ambos, con tapabocas, parados delante de una bandera argentina.

Los objetivos


El Gobierno argentino busca postergar los vencimientos de deuda con el FMI de este año, que debe pagar entre septiembre y octubre, en el marco de la dificultad que plantea la pandemia a la Argentina y al mundo, cuando los recursos son escasos y se requieren para obtener vacunas y fortalecer el sistema sanitario y asistir a los sectores más afectados.

Así incluso lo entendieron los líderes de los países que el Presidente y su comitiva visitaron en esta gira de casi una semana por distintos países europeos; Portugal, España, Francia e Italia.

Los líderes de esos países expresaron su respaldo públicamente a la posición de la Argentina frente al FMI en cuanto a la sensibilidad que se requiere de ese organismo en el actual contexto de pandemia y de crisis que genera.

Además, la Argentina plantea la cancelación de la sobretasa del 2% que se le cobra a los países que recibieron un monto superior a la cuota que aporta a ese organismo multilateral de crédito, tal como lo expresó públicamente Fernández durante la declaración conjunta que realizó en Portugal junto a su par Antonio Costa, que también respaldó esta iniciativa, siendo también una nación afectada por esta sobretasa.

(TELAM)

Cambian los nombres propios, cambian las posiciones del Estado y del Organismo financiero internacional en cuestión, pero a pesar de las reformulaciones retóricas, lo que no se modifica es la trama perversa de los mecanismos de la deuda que solo financian las deudas de otros por medio de la dependencia colonial a las posturas de la Reserva Federal de los EEUU respecto de su moneda. Mecanismo por el cual la hegemonía imperial transfiere sus deudas a los países como el nuestro, mientras la alienación de pensamiento nos invita a pensar que la única forma de que “el ahorro argentino” se pueda sostener en su valor en el tiempo, es corriendo al dólar o fugando o no pagando impuestos.

Guzmán y la titular del FMI compartirán panel en un seminario en el Vaticano

El ministro de Economía y Kristalina Georgieva participarán hoy de un seminario en el Vaticano sobre la nueva arquitectura financiera mundial, en el que disertarán sobre el "alivio de la deuda de los países en desarrollo".

Guzmán y Georgieva son dos de los participantes confirmados para el evento que se hará en la Academia Pontificia de Ciencias del Vaticano con el título 
"Soñando con un mejor reinicio", en el cierre de la gira en la que el ministro acompaña al presidente Alberto Fernández por Europa y que ayer incluyó un encuentro del mandatario con el papa Francisco.

La participación de Guzmán y Georgieva en este seminario organizado por el Vaticano se dará en el marco de un panel dedicado al "alivio de la deuda de los países en desarrollo y arquitectura internacional y fiscal".


En el evento del Vaticano también intervendrán el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y, con un discurso también en el lugar sobre energía sostenible y limpia, el enviado especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, que llegó este jueves a la capital italiana.

Según la lista de participantes a la que accedió Télam, también formarán parte los ministros de Economía de Alemania, Francia, España e Italia, y el secretario de Asuntos Estratégicos de la Nación, Gustavo Beliz, quien ayer integró también la delegación que acompañó a Fernández a la reunión con el Papa.

Por el momento, la presencia del Papa no está prevista en el seminario, según precisaron las fuentes.

El evento será abierto por el canciller de la Academia, el argentino Marcelo Sánchez Sorondo, a las 14.30 de Roma (9.30 de la Argentina) y finalizará a las 17 de la capital italiana (mediodía de la Argentina).

"La crisis actual y el estado de confusión global no es otra que el fin del globalismo del egoísmo, exclusión y cultura del descarte. La desigualdad y el hambre están aumentando, lo que plantea importantes problemas éticos y económicos y desafíos políticos a los que deben reaccionar tanto los responsables políticos como la sociedad civil", sostiene la convocatoria al evento.

"El papa Francisco, como muchos otros líderes, ha subrayado que esta situación exige un nuevo comienzo de solidaridad y fraternidad en la configuración económica y política global desde la perspectiva del ser humano desarrollo", agrega el texto con el programa tentativo que se envió a los participantes.

Guzmán y Georgieva ya habían participado, en el mismo escenario, de un encuentro en febrero de 2020 dedicado al tema de la deuda del que formó parte el papa Francisco. A su vez, el ministro se había reunido con Francisco en el Vaticano a mediados de abril.

(TELAM)

Uno de los problemas es que la posición argentina siempre estuvo en tensión entre quienes tienen sus negocios e intereses en la exportación, importación y el comercio en dólares que pugnan por mas y mejores ganancias en detrimento del resto de los Argentinos que operamos en moneda Nacional como debería ser en cualquier Nación soberana que se precie como tal y sostenga su identidad frente al concierto pluripotencial de otras naciones con otras monedas y otras identidades.

Como se nota mucho y queda claro, Guerra explicitas y solapadas tienen que ver esencialmente en como pensamos y tomamos decisiones colectivas. Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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