La Maldita economía: Crisis permanente y el disenso tan temido ...

Las teorías de las crisis permanentes y el desprecio por el disenso

El tema del día es sin duda el nombramiento de Silvina Batakis como Ministra de economía de la Nación en reemplazo de Martín Guzman quién el sábado renunció a su cargo.

"Silvina Batakis tiene su primer día al frente del Ministerio de Economía. Alrededor de las 8:30 de este lunes llegó a la Quinta de Olivos, en donde fue recibida por el presidente Alberto Fernández, con quien desayunará para delinear los próximos pasos a seguir.

La flamante sucesora de Martín Guzmán fue elegida a última hora del domingo y se trata de una figura ligada al riñón de Daniel Scioli, cuando fue la ministra económica el actual titular del Ministerio de Desarrollo Productivo era gobernador de la provincia de Buenos Aires. En primera instancia, Batakis tendrá la misión de contener una corrida bancaría y una disparada del dólar tras la incertidumbre generada en los mercados por la crisis política del oficialismo.” Dice el diario Perfil en su edición digital.

El Gobierno argentino designó este domingo a Silvina Batakis como nueva ministra de Economía tras la renuncia de Martin Guzmán, confirmó la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, en su cuenta de Twitter. Ayer.

La designación se resolvió tras varias horas de reunión en la residencia presidencial de Olivos y una conversación telefónica entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Batakis, a quien la vocera presidencial calificó de "reconocida economista", hasta este momento se desempeñaba como secretaria de Provincias en el Ministerio del Interior y fue ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires durante el segundo gobierno de Daniel Scioli, entre 2011 y 2015, y desde 2019 secretaria de Provincias del Ministerio del Interior. Es la segunda ministra de Economía mujer (la primera fue Felisa Miceli en 2005) y la primera en ocupar ese cargo en provincia de Buenos Aires.

Las múltiples reuniones para designar al representante de la cartera económica del país se desarrollaron durante una gran parte del día y en ellas participaron Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, Juan Manzur, jefe de Gabinete, y el canciller Santiago Cafiero, entre otros.

El nombramiento se produjo luego de más de 24 horas desde que dimitiera del cargo Guzmán, quien fue la fuerza impulsora para sellar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a principios de este año. Instantes después el secretario de Hacienda, Raúl Enrique Rigo, tomó la misma decisión.

Desde la vicepresidenta, hasta figuras como Estela de Carlotto participaron en las conversaciones que instalaron a Batakis al frente del ministerio.

Inmediatamente conocido su nombre, diversos sectores manifestaron sus “pareceres” en diversos medios y obviamente en las redes sociales. Lo que es interesante percibir son las diferentes formas de abordar o entender, interpretar o producir opinión respecto a situaciones o temas de relevancia para la vida en común, en este caso, de los argentinos en temas nacionales pero que tienen repercusiones dentro y fuera de nuestro territorio.

El nivel de endeudamiento, la dolarización que se traduce en una economía bimonetaria, la falta de “sentido nacional”, el desprecio por lo común y el desprecio al disenso civilizado, racional e inteligente producen escenarios que siempre se perciben en “crisis”.

Los argentinos somos muy buenos ejemplos de las teorías que sostienen aquello de las “crisis permanentes” o las “teorías de Shock”, en tanto susceptibles a las formas y los estruendos de lo que sacude la monotonía, pero al mismo tiempo una imperceptible ausencia de valores y condiciones que deberían, sino permanentes, al menos garantizarse en algún plazo mas pronunciado en el tiempo para que tales crisis sean mas excepcionales en tanto algunas cuestiones que permanecen sin mutar abruptamente o produciendo tanta sensación de inseguridad y aislamiento. Casi como profecía autoinducida en tanto desprecio al disenso y marcado desequilibrio entre aquello que debería sostenerse como acuerdo en el tiempo y el marcado nivel de “individualismo” que lo impide y lo somete a los cambios de ánimo de actores y sensaciones sociales bien manipuladas y trabajadas por los medios de comunicación que hacen de esto su objeto de negocio.

La persona

"No hay pobreza digna. Es pobreza y hay que combatirla. Se combate con un Estado que planifica e interviene, y con una sociedad que lo imponga como meta social". Es el tweet fijado que sus hasta ahora 67 mil seguidores ven apenas entran al perfil de Silvina Batakis, la segunda economista mujer en la historia argentina que tendrá a cargo el Ministerio de Economía. 

 

No es la primera vez que rompe el techo de cristal: la frase "primera mujer en ocupar ese cargo" se repite en dos lineas de su currículum vitae. Cuando nombra haber sido ministra de Economía de la Provincia de Buenos Aires y en su actual puesto como Secretaria de Provincias del Ministerio del Interior.

Antes de ingresar a la cartera que conduce Wado de Pedro fue asesora de Andrés Watson al frente del municipio de Florencio Varela. Fue directora provincial de Economía Ambiental y Energías Alternativas, directora de Zonas Francas, jefa de asesores del Gabinete de ministros y subsecretaria de Hacienda. Es además cofundadora del Centro de Estudios Federales (Cefed), que presidió en diferentes períodos. También es profesora en la cátedra Economía Ambiental en la Universidad Arturo Jauretche y ejerció la docencia en varias cátedras de universidades del conurbano bonaerense.

De Tierra del Fuego a La Plata

Nació en Río Grande, Tierra del Fuego y, tras egresar de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata, se diplomó con un máster en Finanzas públicas provinciales y uno en Economía ambiental de la Universidad de York, Inglaterra. Desde 2016 es doctoranda en Desarrollo Económico en la Universidad Nacional de Quilmes. Obtuvo diversos premios y becas en el exterior. Se capacitó en Francia, Inglaterra y Chile.

En términos políticos el apellido de Batakis se asocia de manera directa al de Daniel Scioli, ya que su nombre figuraba para ocupar el Ministerio de Economía en 2015 en el caso que el candidato ganase la elección presidencial. En efecto, el ministro de Desarrollo Productivo la definió como una persona "de gran calidad humana y amplia formación profesional".

Los temas

El periodista especializado en temas económicos Alfredo Zaiat y las razones de la renuncia de Guzman.

Para liderar la gestión del área económica se requiere de respaldo político y Martín Guzmán lo había perdido hace bastante. Se puede indicar que lo tenía del Presidente y que esto era suficiente. Lo hubiera sido en otro Gobierno pero éste nació de una coalición cuyos dos referentes con representación electoral le habían retirado el apoyo al ministro.

Cristina Fernández de Kirchner, quien reúne la mayoría de los votos del Frente de Todos, y Sergio Massa expresaron de diferentes maneras que querían otro ministro y con otra política económica. Alberto Fernández lo sostuvo como parte de esta interna política, como si fuera una demostración de fuerza, cuando en realidad era una pieza que lo estaba debilitando y alejando, además de por otros temas, de CFK.

Desde el primer día, la organización del área económica por parte de Alberto Fernández repitió el error de Cristina Fernández de Kirchner en la primera mitad de su segundo mandato y de Mauricio Macri a lo largo de todo su gobierno: fragmentar la gestión. CFK lo reparó cuando nombró a Axel Kicillof al frente del Palacio de Hacienda, dejando atrás al equipo de cinco: Hernán Lorenzino, Guillermo Moreno, Ricardo Echegaray, Mercedes Marcó del Pont y Kicillof.

Al concentrar la tarea en Kicillof en los dos últimos años de gobierno, abarcando todos los resortes del área económica -incluyendo la energética-, CFK logró terminar su mandato sin crisis económica como alentaban y pronosticaba la entonces oposición política y mediática junto a la secta de economistas del establishment.

Macri reprodujo el error una y otra vez durante los cuatros años de gobierno con Alfonso Prat Gay, Luis Caputo, Federico Sturzenegger, Nicolás Dujovne, Francisco Cabrera, Juan José Aranguren, Guido Sandleris, Hernán Lacunza, fragmentando la gestión económica una y otra vez, culminando, por lo tanto, en un estruendoso fracaso.

Alberto repitió la misma estrategia fallida

Alberto Fernández apostó primero a la coordinación económica, a través de la Jefatura de Gabinete con Santiago Cafiero, con un equipo de economistas que se conocían y con lazos afectivos que los unía. A ese grupo se sumó Martín Guzmán. Ellos piensan que esa forma de trabajar permitió dar respuestas inmediatas a la crisis inédita provocada por la pandemia.

Puede ser cierto esto, pero cuando la debacle económica fue contenida con una seria de medidas extraordinarias (ATP, IFE, entre otras) ya era evidente la existencia de un espacio vacío en el debate económico público que debía ser ocupado por un ministro de Economía con poder para coordinador y organizar la cuestión económica. Pero eso no ocurrió porque se mantuvo la decisión política inicial de fragmentar la gestión.

Guzmán lo reconoce ahora en su carta de renuncia, al afirmar que "desde la experiencia que he vivido, considero que será primordial que trabaje en un acuerdo político dentro de la coalición gobernante para que quien me reemplace, que tendrá por delante esta alta responsabilidad, cuente con el manejo centralizado de los instrumentos de política macroeconómica necesarios para consolidar los avances descriptos y hacer frente a los desafíos por delante".

No hubo un ministro de Economía con poder

En general, no aparecen cuestionamientos sobre las cualidades técnicas de Guzmán y no son contundentes las observaciones críticas acerca de su papel como negociador de la deuda con acreedores privados, primero, y con el Fondo Monetario Internacional, después. La clave pasa en la necesidad que tiene la economía argentina (bimonetaria y con un régimen de inflación elevada) de un ministro firme también en términos políticos para ordenar las expectativas de los agentes económicos.

Además, fundamentalmente, para ordenar el manejo de resortes claves de la política económica, como el área energética. Para ello se requiere de un ministro de Economía con poder como parte de un proyecto político cohesionado tras el objetivo de mejorar la calidad de vida de los sectores postergados.

Al comienzo del gobierno, Guzmán estaba convencido de que las diferencias al interior de la coalición se superaban dialogando con los principales referentes para alcanzar una síntesis de gestión. Quedó demostrado que esa estrategia no funcionó por más buena voluntad invertida tras ese objetivo. Las internas a cielo abierto, como la que existe en el área energética, lo fueron debilitando hasta que se volvió insostenible su continuidad en el cargo.

Cuando existe una ruptura de la confianza política entre los actores principales de una alianza gubernamental las decisiones en materia económica quedan contaminadas de esa turbulencia. Quien reemplace a Guzmán tendrá que lidiar con esta limitación, a menos que aparezca un mínimo espacio de convivencia, lo que no parece que vaya a suceder.

Game over: la negociación con el Fondo

El acuerdo con el FMI fue la última estación de las tensiones que venían de arrastre desde casi el comienzo del gobierno del Frente de Todos. Desde entonces ya no hubo marcha atrás y el deterioro de la relación ha sido constante, como así también el debilitamiento de Guzmán.

Las diferencias conceptuales y políticas que generaron la negociación y posterior acuerdo con el Fondo Monetario, el modo de refinanciación de una deuda impagable y las condiciones macroeconómicas definidas en el programa fueron el último eslabón de una cadena de desencuentros en la coalición de gobierno, que recién ahora tuvo el desenlace con la renuncia de Guzmán.

Aquí aparece el núcleo central de la controversia política alrededor de la cuestión económica. CFK está convencida de que la política económica de Guzmán es de ajuste que perjudica las condiciones materiales de su base electoral, y el ahora exministro sostiene lo opuesto. 

Así lo expresó en la carta de renuncia: "Como la única forma de poder refinanciar la deuda con el FMI es con una acuerdo de programa y como Argentina no tiene los dólares para pagar semejante deuda, tuvimos que negociar un programa de políticas económicas para evitar caer en default y desestabilizar a la economía argentina. Si había default, iba a haber menos financiamiento para la Argentina, e iban a escasear más las divisas. Y cuando en la Argentina hay menos divisas, se puede producir menos, hay menos empleo y más inflación. Es decir, hay ajuste. El gran mérito del acuerdo es haber evitado cualquier ajuste, ya sea por quita de derechos a las y los trabajadores y a las y los jubilados…".

Todo mejoró menos los indicadores de inflación y salario real

De todos modos, más allá de las condiciones del acuerdo con el FMI, no es un misterio que las tensiones políticas en los gobiernos quedan al descubierto cuando existen resultados económicos malos en dos indicadores sensibles: inflación e ingresos.

Es cierto que el resto de las variables macroeconómicas exhiben una sostenida recuperación: actividad, inversión privada, empleo, exportaciones, ganancias empresarias, entre otras. De la evolución positiva de estos indicadores se aferra Guzmán para defender su gestión, y también lo hace Alberto Fernández en su enfrentamiento con Cristina.

Pero los aumentos de precios castigando la capacidad de mejorar el poder adquisitivo definen, en última instancia, la suerte de un ministro de Economía, en especial en una fuerza política que llegó al gobierno de la mano de CFK.

La tasa de inflación de junio y la que se perfila para este mes no son muy alentadoras y la meta de precios en sendero descendente, como había prometido Guzmán, no se estaría verificando. La renuncia de este sábado se estaría adelantando a una decisión futura ineludible de Alberto Fernández.

Los ingresos de los sectores populares arrastran una caída promedio del 20 por ciento en términos reales de los cuatro años de la gestión macrista-radical. Durante los dos primeros años de gobierno del Frente de Todos no hubo un mayor retroceso y sólo hubo una leve recuperación en algunas ramas, quedando atrás los trabajadores informales y los empleados públicos. Y en este tercer año todos están corriendo detrás de las subas persistentes de precios.

El riesgo de un nuevo ciclo neoliberal

Poco más de seis años de acumular deterioro en las condiciones de vida de la mayoría de la población, con una tasa de inflación muy elevada y derrota en las elecciones de medio término, constituyen la base de la actual crisis política. Ya sea por los efectos de la pandemia y del conflicto bélico en Ucrania, por las deficiencias en la gestión o por las debilidades en la construcción de una relación política entre AF y CFK, la coalición de gobierno está cruzada por internas furiosas.

Así, con una crisis política del oficialismo de magnitud, donde el Presidente y la Vicepresidenta no se hablan sino a través de cartas, tuits, mensajes vía Telegram, documentos públicos y discursos en actos proselitistas, se le agrega la carencia de una conducción unificada en el área económica.

La incomunicación entre estos dos polos, que por ahora se muestran incapaces de alcanzar una síntesis o puede ser que no sea posible hacerlo, puede derivar en un costo elevado para su propia base electoral, además de un horizonte inquietante para el entramado productivo-laboral, en caso de una eventual reedición de un nuevo ciclo de neoliberalismo a partir del 10 de diciembre de 2023.

Lo que viene ya empezó

El jefe de Gabinete, Juan Manzur, confirmó que la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis asumirá esta tarde para reemplazar a Martín Guzmán. También descartó más cambios en el elenco de gobierno.

"Hoy asume la nueva ministra de Economía, una mujer de una gran experiencia, que ha tenido enormes responsabilidades a lo largo de su vida profesional. En el transcurso de la tarde estaría haciéndose cargo del área de Economía", dijo el funcionario al ser consultado cuando ingresaba a Casa Rosada.

Guzman fue el ministro de Economía durante 30 meses, el sexto de mayor duración desde el regreso de la democracia. En su texto de renuncia dijo que será primordial que su reemplazo trabaje en un acuerdo político dentro de la coalición gobernante. Sergio Chodos seguirá como representante argentino ante el FMI.

La reunión con el Club de París que estaba prevista para el miércoles se pospuso. (Cenital)

Los analistas e informes periodísticos insisten en el hecho de que la llegada de Silvina Batakis se produce después de un intenso domingo y al parecer con consenso de parte de los lideres y sectores mas fuertes que integran el Frente de gobierno.

Los temas que importan

Uno por uno, los temas urgentes que enfrentará Batakis

Además de los problemas de fondo que condenaron a la gestión de Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía —la alta inflación y la pérdida del poder adquisitivo— el nuevo equipo de economía asume con temas urgentes a resolver apenas pise el quinto piso del edificio de Hipólito Yrigoyen.

  • Club de París: Guzmán tenía pasaje para viajar a Francia esta semana para negociar la deuda de poco más de 2.000 millones de dólares con el Club de París. Aunque acordó un puente de tiempo para pagar los vencimientos de capital hasta el año entrante, el ahora exministro de Economía debía encarar el entendimiento al que se había llegado unas semanas antes al acuerdo del FMI, que pateaba el plazo para reestructurar la deuda a cambio de pagos parciales de intereses. Este acuerdo es condicionante sobre todo en la discusión de nuevas líneas de crédito para empresas privadas, porque el organismo otorgo crédito a exportadores.

  • Dolar: Fue una semana difícil para el mercado cambiario, y el cambio de gabinete no brinda tranquilidad. La apertura del mercado de cambios por la mañana será un termómetro de la respuesta de los mercados ante el nuevo gabinete y la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los financieros serán una variable clave a monitorear, que actualmente está en torno al 90 por ciento. No sería novedoso que la incertidumbre política genere una apertura agitada, aunque con la ventaja del feriado por el 4 de julio en Estados Unidos que le dará respiro al dólar CCL por lo menos hasta el martes, aunque no al dólar ilegal.

  • Reservas: Para responder a una posible corrida cambiaria, Guzmán dejó un colchón previo al anuncio de su salida. Con las restricciones para acceder a los dólares para la importación de determinados productos anunciadas el lunes pasado, el Banco Central acumuló compras por 1.500 millones de dólares esta semana, aunque con ventas el viernes. Será clave la coordinación entre Economía y el Banco Central para cuidar las divisas e incrementar las exportaciones en un momento donde no se contará con el grueso de la cosecha.

  • Segmentación de tarifas: Pasaron más de dos semanas desde la publicación del decreto que parecía dar fin a un conflicto que el Estado acarrea hace por lo menos una década, aplicar una segmentación de subsidios para las tarifas de luz y gas. La historia reciente exhibía dos vertientes, aquella que quería aplicar como criterio para la segmentación la zona geográfica, y la otra por nivel socioeconómico. El decreto se definió por la segunda aunque sin una hoja de ruta clara para implementarla, que la nueva gestión deberá acelerar o recalcular. La decisión deberá tener en cuenta que la quita de subsidios fue uno de los puntos que Guzmán cedió y dio como hecho para llevar adelante la negociación con el FMI.

  • Precios Cuidados: la ola de renuncias de segunda línea del Ministerio no incluyó aún la de uno de los hombres de Guillermo Hang, secretario de Comercio Interior y hombre del riñón de Martin Guzmán.  Aún bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Productivo de Daniel Scioli, tiene en sus manos la renovación de precios cuidados que vence el próximo 7 de julio.

  • FMI: La deuda fue el eje sobre el que giró la gestión de Martín Guzmán, el negociador directo y garante de la implementación del acuerdo con el FMI. Fue este acuerdo el que detonó la interna que se venía gestando dentro del Frente de Todos, y la nueva ministra deberá decidir si seguirá con el compromiso asumido con el organismo. En ese caso, si bien el gobierno cumplió con la meta de reservas acordada con el Fondo para el segundo semestre, quedan dudas sobre el déficit fiscal y la sostenibilidad de las mismas para el tercer trimestre del año.

  • Deuda en pesos: La caída del precio de los bonos en pesos ajustables por inflación, camino elegido por Guzmán para financiar al Tesoro y evitar la emisión monetaria, produjo un temblor en el mercado. Finanzas pudo sortear las últimas licitaciones con éxito, pero las incógnitas aparecen ante los próximos vencimientos. Recomponer las finanzas y la confianza del mercado será una tarea clave para la nueva responsable de la cartera económica.

  • Pedidos de Cristina: A los problemas urgentes se les suman los estructurales. Una inflación proyectada en 70 por ciento anual y dos pedidos en los que hizo foco en el último discurso la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner: establecer un salario básico universal para llegar a la economía popular y aumentos salariales de suma fija por decreto para atender la problemática del trabajador pobre.

(Natali Riso escribe en Página 12)

Rápidamente desde todos los sectores, intentan difundir sus opiniones, miradas, interpretaciones, posiciones, frente a las decisiones por venir en el ámbito de mayor preocupación para la actual gestión de gobierno, no solo por las rispidecez internas sino por el sombrío panorama que la pospandemia y el actual escenario de guerra, proponen desde la hegemonía norteamericana.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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