LA CONFIANZA PÚBLICA

 

 

A confesión de parte ...

Por si hiciese falta un dato mas respecto a la participación directa de los gobiernos de Estados Unidos en los Golpes duros y blandos que se producen en América Latina, ayer trascendieron las declaraciones de John Bolton, uno de los halcones históricos del Partido Republicano en política exterior. Fue asesor nacional de Seguridad de Donald Trump hasta 2019 y, tras dejar el cargo, criticó al magnate en un libro de 2020 cuya publicación quiso frenar la Casa Blanca. Consultado en una entrevista televisiva sobre la investigación por el copamiento del Capitolio, al antiguo funcionario de Ronald Reagan y Bush padre e hijo le inquirieron que, por lo ocurrido el 6 de enero de 2021, no hace falta ser muy inteligente para hacer un golpe de Estado. Con total naturalidad, respondió: “No concuerdo. Como alguien que ayudó a planear golpes en otros lugares, no aquí, debo decir que lleva mucho trabajo”.

La confesión de Bolton se conoce tras la filtración de los contactos de Trump con grupos de extrema derecha en el periodo previo al ataque del Capitolio. El exasesor de Seguridad Nacional fue entrevistado en CNN para dar más detalles de las revelaciones del Comité que investiga la invasión al Congreso Nacional. Bolton dijo que el asalto al Capitolio no fue "algo debidamente planeado" sino que partió de una improvisación del expresidente para retener el cargo.

Al no estar de acuerdo con lo expresado por el también ex embajador de EE.UU. ante las Naciones Unidas, el periodista Jake Tapper señaló que “uno no tiene que ser brillante para intentar un golpe”. Fue allí donde Bolton se autodefinió como un especialista en derrocar gobiernos extranjeros.

No estoy de acuerdo con eso”, declaró Bolton, tal como se observa en el video. “Como alguien que ha ayudado a planear un golpe de Estado, no aquí, sino en otros lugares, se necesita mucho trabajo. Y eso no es lo que hizo. Simplemente estaba dando tumbos de una idea a otra”, confesó.

Unos minutos más tarde, Tapper volvió a la admisión casual de Bolton sobre su participación en golpes internacionales. “Cuando hablábamos de lo que es capaz, lo que hay que hacer para planear un golpe. Usted citó su experiencia en planear golpes”, deslizó el periodista. “No voy a entrar en detalles", dijo el diplomático republicano, quien luego sí mencionó el intento de golpe en Venezuela contra Nicolás Maduro en 2019. En aquel entonces, Bolton ya no era parte del Ejecutivo nortemericano, aunque dijo que allí vio "lo que se necesitaba para que una oposición tratara de derrocar a un presidente". "La idea de que Donald Trump era la mitad de competente que la oposición venezolana es risible”, comparó.

El cierre de la entrevista dejó aún más expuesta la impunidad de Bolton. “Siento que hay otras cosas que no me estás diciendo”, replicó el cronista de la CNN.

Estoy seguro de que lo hay”, se rió, entre dientes, Bolton.

Evo Morales: Estados Unidos "ya no tiene hegemonía" en la región

Uno de los que padeció la injerencia en asuntos exteriores de la embajada y sus operaciones de desestabilización contra gobiernos que no les eran serviles, es Evo Morales. En visita en nuestro país, fue entrevistado por Página 12

 

Morales se muestra orgulloso del proceso de cambio que lideró durante 14 años y que hoy continúa Luis "Lucho" Arce, su exministro de Economía. Además llama a industrializar el litio y pensar en la creación de una moneda sudamericana única.

Visitar Argentina es para Evo Morales como volver a casa. Así lo describe el expresidente de Bolivia, quien estuvo asilado en Buenos Aires desde diciembre de 2019 hasta noviembre de 2020, luego del golpe de Estado. Su relación con Argentina excede con creces la capital, ya que, en su primera infancia, fue a la escuela en Jujuy.

Viste su chaqueta característica, se acomoda el cabello para la cámara (dice tener alguna cana con 62 años) y se lo ve distendido durante la entrevista con Página/12 en la sede de la CTA en Capital Federal. Se enorgullece del proceso de cambio que lideró durante 14 años y que hoy continúa Luis "Lucho" Arce, su exministro de Economía. Morales dice que por ahora sólo piensa en dirigir el Movimiento al Socialismo (MAS) cuando se le pregunta si piensa volver a ser candidato a ocupar el Palacio Quemado.

En este viaje Evo Morales se reunió con el presidente Alberto Fernández y tuvo sendas presentaciones en el Instituto Patria y en la sede del PJ, en el Día de la Confraternidad Argentino Boliviana en homenaje al nacimiento de Juana Azurduy. Además, dio una charla el lunes en la Universidad Nacional de Rosario. En diálogo con este diario, el líder cocalero disipa las versiones de diferencias con Arce y aprovecha para sugerirle un consejo al mandatario y a la vicepresidenta argentinos: "Hay problemas, pero a puertas cerradas los resolvemos y ante el pueblo siempre juntos".

- ¿Qué significa este regreso a la Argentina?

- Es como volver a casa, tengo tantos recuerdos y tanto cariño del pueblo argentino. En el año 94 o 95 estaba empezando como dirigente sindical y me invitaron a dar una charla sobre coca y soberanía. Cuando entré empezaron a gritar: "Olé, olé, olé, olé, Evo, Evo". ¡Yo me asusté, me puse nervioso! Va pasando el tiempo y ese grito me gusta. Mi primera escuela fue en Calilegua, en Jujuy, y regresé ya como dirigente, diputado, presidente y finalmente como asilado político. Somos una gran familia. Países vecinos, con la misma historia de liberación, de fundación de las repúblicas. Aquí en Argentina es más reconocida Juana Azurduy y en Bolivia poco, lamentablemente, pero es nuestra heroína. Toda esa lucha nos une. Después de que regresé a Bolivia esto es un encuentro con amigos, hermanos y compañeros.

- ¿Cómo está su relación con el presidente Luis Arce?

- Tenemos buenas relaciones, de vez en cuando nos comunicamos. Cuando la derecha el año pasado nuevamente intentó hacer un nuevo golpe de Estado, por ejemplo, en febrero, Luis Fernando Camacho dijo "Lucho (Arce), cuidado con juntarte con Evo". Entre mayo y abril él dijo desde el comité cívico de Santa Cruz: "Alisten el avión a México". (N.d.la R: en alusión a la salida de Morales a ese país tras el golpe). Pero antes de la toma de posesión de Lucho Arce, el ocho de noviembre de 2020, creímos que sería el último round. Yo organicé la Marcha por la Patria, me junté con la Central Obrera Boliviana, con la Confederación Sindical de Campesinos, una marcha de días para defender a Lucho presidente y a nuestro proceso. Llevamos a casi un millón y medio de personas. Lucho vino a la inauguración con el vicepresidente David Choquehuanca pese a la lluvia. Lamentablemente la prensa de derecha trata de mostrarnos divididos. A Lucho le corresponde la administración del Estado y a mí me corresponde dirigir el movimiento político. Juntos debatimos temas y por supuesto no faltan algunos problemas, es normal eso. El MAS es una gran familia: hemos demostrado que Bolivia tiene mucho futuro.

- A propósito de esto, ¿cómo ve los desencuentros entre Alberto Fernández y su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner?

- No conozco mucho, pero es importante siempre llevarse bien. Con nuestro presidente Lucho nos llevamos bien, con el vicepresidente también estamos en contacto permanente. Obvio que hay problemas, pero a puertas cerradas los resolvemos y ante el pueblo siempre juntos.

- ¿Eso les diría como consejo? Como dijo el lunes, la unidad en la diversidad…

- Claro, esa es nuestra responsabilidad. Unidad en la diversidad para enfrentar la adversidad de manera conjunta. Somos diversos. Nosotros somos originarios. Empezamos a diferenciar a los quechuas y aymaras, que son originarios milenarios, y otros que llegaron después de las dos guerras mundiales, o la Guerra Civil española, se vinieron a América latina, sus hijos y nietos nacieron y les decimos también originarios, a ellos los llamamos originarios contemporáneos. La plurinacionalidad es la unidad de los originarios contemporáneos con los originarios milenarios, pero esa unidad en la diversidad es para reconocernos juntos con una meta de garantizar nuestra soberanía y la dignidad para el pueblo.

- ¿Y cómo está viendo el avance del progresismo en la región? El triunfo de Gustavo Petro en Colombia, antes Gabriel Boric en Chile. ¿Se parece a esa primera oleada de gobiernos de izquierda que lo tuvieron como protagonista?

- Los legados de Kirchner, Chávez y Fidel van cumpliéndose en América latina y el Caribe. Cuando buscábamos la integración de Sudamérica con Celac, Estados Unidos lo que hizo fue crear la Alianza del Pacifico para continuar con las políticas del ALCA. Crearon el Grupo de Lima para atacar permanentemente a Maduro. Argentina, México, Perú, Chile, Colombia.

¿Dónde está ahora el Grupo de Lima? Claro, Estados Unidos lamentablemente es bueno para apuntar sanciones económicas a los países libres o promover golpes de Estado, pero de eso nos estamos liberando. Antes daba miedo ser expulsado de la OEA, ahora es un lujo. Eso está cambiando. Estados Unidos ya no tiene hegemonía en Latinoamérica. Ya no es una potencia económica, a lo sumo puede ser potencia militar. Que yo sepa en la década del 30 o 40, Estados Unidos tenía más del 40 por ciento del PBI mundial. Ahora está rondando el 20 por ciento. China estaba hace 30 o 40 años con el ocho por ciento del PBI mundial y ahora está con más del 30 por ciento. Estados Unidos sólo vive de guerra. Esa doctrina inmoral, la doctrina Monroe de "América para los americanos" va terminándose. Nosotros en cambio hemos propuesto "América Plurinación de los pueblos para los pueblos". Los países antiimperialistas expulsados de la OEA, Cuba, Venezuela y Nicaragua, no fueron invitados a esta Cumbre de las Américas. La OEA era para integrar a los países de toda América, y ahora son ignorados y expulsados. Estados Unidos fue quien organizó el golpe de Estado en Bolivia. Y para mí la mejor intervención fue la del hermano Alberto Fernández, que ha ido allá a decir su verdad. Veintidós países se rebelaron en su casa ante el presidente de los Estados Unidos.

- Usted dice que Washington estuvo detrás del golpe en Bolivia. Pero también está condenado y preso el exministro de Interior del gobierno de facto, Arturo Murillo, en Estados Unidos…


- Por temas de corrupción. Nada que ver con el Golpe. Me ha sorprendido que ya en su primer viaje había ido a hacer la apertura de cuentas bancarias en Los Ángeles, y giraron plata ilegalmente. Está ahí encarcelado por temas de corrupción y lavado. Otro es el tema político, y eso no lo están tocando.

- Por su parte la expresidenta de facto, Jeanine Áñez, fue condenada a diez años de cárcel por el caso "Golpe II".

- Por la ruptura del orden constitucional, por las resoluciones contrarias a las normas jurídicas. Recién después viene el proceso por el genocidio o por delitos de lesa humanidad, que son 30 años de cárcel, y todos quieren que se haga justicia para que nunca más vuelva el golpe de Estado no solamente en Bolivia sino en toda América latina. Ese es el deseo que tenemos.

- ¿Y cuál cree que fue el rol del presidente de Brasil, Jaír Bolsonaro? Teniendo en cuenta que ya en dos oportunidades dijo abiertamente que se encontró con Áñez.

- Aquí en Argentina algunos hermanos militares, cuando yo estaba en 2020, me dijeron que Áñez viajó a Brasil reservadamente. Ahora Bolsonaro lo ha dicho, hubo viajes clandestinos. No está confirmado, pero me dijeron que se llevaron millones de dólares a Brasil para abrir sus cuentas bancarias.

- ¿Quiénes se llevaron esos millones?

- Familiares de Áñez. Información no confirmada, me lo dijeron los mismos militares. Habría que cruzar datos, yo no quisiera hablar pero cuando Bolsonaro habla, Bolsonaro está confirmando. A mí me sorprende eso, y yo comparto el mensaje del expresidente Correa cuando dijo que estábamos viendo un segundo Plan Cóndor. La participación de presidentes de Argentina, Ecuador, Brasil, por el tema del litio con Estados Unidos a la cabeza.

- Y en relación con este nuevo Plan Cóndor en la región, se acaba de cumplir un año de la denuncia presentada contra el gobierno de Mauricio Macri por presunto contrabando de armas a Bolivia. ¿Está avanzando la causa en su país?

- Es interesante la historia, ¿no? Algunos presidentes nos mandan armamento, pero Alberto Fernández durante la pandemia nos manda medicamentos. Está todo en la justicia y quedará en la justicia acelerar la investigación correspondiente, pero está totalmente confirmada la misma versión por la policía y las fuerzas armadas de que el presidente Macri mandó armamento. Ojalá la justicia pueda acelerar esas investigaciones para el bien de la democracia de América latina.

- ¿Le generan expectativa las elecciones de octubre en Brasil?

- Si, tenemos mucha expectativa y confianza en Lula. Si Lula gana siguen caminando los pueblos de América latina, siguen los procesos de liberación democrática. Y otra vez,  todas las políticas de Estados Unidos vienen fracasando. Ya no hay guerra fría, lucha contra el comunismo. ¿Y cuántos líderes de orientación comunista o socialista ahora son presidentes? Los movimientos sociales somos terroristas para el imperio. ¿Cuántos dirigentes sindicales somos presidentes o hemos sido presidentes? Me acuerdo siempre cuando me llamó la prensa norteamericana preguntándome qué pensaba de Pedro Castillo. Yo dije: un rondero y campesino, un dirigente del magisterio ahora es presidente del Perú. Un ´terrorista´ más que es presidente. Los llamados terroristas somos y fuimos presidentes. Los guerrilleros ahora son presidentes, Daniel Ortega, Dilma Rousseff, Pepe Mujica, Gustavo Petro. Significa que tenían razón en organizar guerrillas frente al dominio de las oligarquías en cada país.

- Usted considera que Estados Unidos está perdiendo la hegemonía que en algún momento supo tener. ¿No es entonces una oportunidad histórica para qué la región plante bandera y se organice para profundizar reclamos como el fin del bloqueo a Cuba?

- A ver, en las votaciones que se hacen en las Naciones Unidas sobre el bloqueo económico Estados Unidos, Israel y alguna isla más rechazan. Todos están en contra del bloqueo, pero sin embargo a estas resoluciones no las respeta Estados Unidos. Entonces, ¿de qué democracia pueden hablar? Estados Unidos no ha ratificado ningún tratado o convenio internacional sobre derechos humanos. ¿De qué derechos humanos puede hablar? Tenemos profundas diferencias, por eso estos cuestionamientos a la política del gobierno estadounidense, no al pueblo norteamericano. Y creo que es nuestra obligación fortalecer organismos como Celac o Unasur. El próximo paso debe ser también pensar cómo nosotros podemos tener nuestra propia moneda sudamericana.

- Lo ha planteado Lula, una moneda del sur…

- Ya antes lo planteamos al momento de constituir la Unasur. Se paralizó pero hay que relanzar este tema. Ese es el deseo que compartimos con Lula. En un momento yo me planteaba, ¿por qué tantos golpes de Estado? Claro, los golpes son para el control de los recursos naturales. Pese al saqueo de más de 500 años en tiempos de colonia, en tiempos de república, siguen apareciendo recursos naturales a flor de tierra. El litio por ejemplo. Entonces las trasnacionales usando a los militares, ahora la OTAN, imponen intervención militar y control político para sacar los recursos naturales. Y en mi experiencia desde arriba planifican para dividir al pueblo. Y dividen para dominarnos. Ellos dicen: cuanto más pobres y más ignorantes, más sencillo dominarlos. Y cuando no pueden quitarnos los recursos naturales, golpe de Estado. Entonces cuando la política viene de los movimientos sociales, la nacionalización no viene del Banco Mundial, los servicios básicos no vienen del FMI, vienen de los movimientos sociales. En mi experiencia tenía el poder comunal, pero con el poder comunal no podíamos hacer la base militar, con el poder sindical no podíamos nacionalizar. Ahí aparece nuestro instrumento político. Esa es la lucha permanente.

- Y la lucha permanente también son los condicionamientos que se tienen con una deuda con el FMI. Argentina logró un acuerdo, ¿qué piensa del mismo?

- Yo en mi gestión me liberé de la deuda del FMI. A Áñez se le prestaron alrededor de 300 millones de dólares. Lucho (Arce) llegó, devolvió toda esa plata y no queda ninguna deuda. Claro, necesitamos créditos y lo entiendo perfectamente. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Japón y España han sido muy solidarios conmigo. El BID me condonó 500 millones de dólares, Japón me condonó otros 300 millones, eran deudas de los gobiernos neoliberales. España me perdonó 300 millones, esa plata que tenía que devolver a España nos dijeron: inviertan en infraestructura educativa. Pero claro, por más que haya un gobierno de facto o de derecha, si hay un compromiso hay que pagarlo.

- En el caso de Argentina se está pagando una deuda que adquirió el gobierno de Macri.

- Para qué se habrá prestado o en qué se habrá pagado, eso es un tema interno de cada país. Pero tanto los bancos como el FMI son usureros, nunca van a dar préstamos para bien, para la gente humilde.

- Usted propuso este lunes que los países de la región con reservas de litio controlen directamente la explotación de este recurso natural. ¿No cree que es un desafío complicado considerando que tal vez algunos países no quieran ir tan a fondo como lo hizo Bolivia?

- Yo comento la experiencia de mi gestión pública. Ser presidente es hacer buenos negocios para el país. Yo tuve reunión dos veces con el presidente de Japón, yo le decía por qué no ensamblamos Toyota japonesa en Bolivia pero con litio boliviano. Nos respondían que no, pero nos pedían litio como materia prima. En 2010 tuve una reunión con Corea del Sur por un acuerdo de inversión y cooperación, me invitaron a ver una industria de baterías de litio, muy linda pero costaba 300 millones de dólares. Cuando yo llegué al gobierno las reservas internacionales eran 1700 millones de dólares. En 2010 estábamos como en diez mil millones de dólares de reservas internacionales. Entonces le digo a los coreanos que 300 millones de dólares no es nada, yo garantizo en Bolivia la inversión, pero los coreanos igual no querían, solo querían el litio. Lo mismo en Alemania y otros países. Me di cuenta que Occidente solo nos quiere para que nosotros garanticemos la materia prima. Y no quieren que demos valor agregado a nuestros recursos naturales. Con el hermano vicepresidente Álvaro García Linera dijimos: empecemos nosotros. Convocamos a expertos internacionales y cuando llegamos a construir la planta de El Alto los nuevos profesionales aprendieron. Cuando vi el laboratorio casi me hace llorar, eso nunca se vio en Bolivia. Están trabajando ahí con baterías de litio, carbonato de litio, hidróxido de litio. Seguimos construyendo nuevas plantas de litio. El plan que teníamos es 42 plantas al 2029. De las 42, 16 solamente de litio y otras plantas iban a ser para insumos, otras para subproductos. Cuando empezamos a desarrollar ese plan vino el golpe de Estado. Ahí lo ven a Elon Musk (CEO de Tesla) confesando que hemos financiado el golpe por el litio. Yo sigo convencido de seguir el camino de la industrialización, no solamente en Bolivia, también en Argentina o Chile. México ya está nacionalizando su litio. Tenemos que juntarnos como América latina, industrializar el litio bajo la administración del Estado. Si trabajan juntos industrializando el litio, Bolivia y Argentina pueden ser potencia.


- ¿Pero no cree que en algunos países hay una cierta debilidad de los Estados para tocar al poder económico?


- Podemos tener diferencias, por supuesto. Algunos son más humanistas, socialistas, izquierdistas, algunos son más antiimperialistas, esas son nuestras diferencias pero finalmente apostamos por la paz con justicia social. Trabajamos por la gente más humilde. Atender las demandas del pueblo significa tener plata, y es tener profundas diferencias con el Banco Mundial y especialmente con el FMI. ¿Qué proclama el Fondo? Un Estado mínimo, un Estado enano. Un Estado que no regule y no invierta. Así otra vez vuelven los conflictos. Yo aprendí, como presidente sin formación académica, que no podemos descuidar el aspecto laboral ni el aspecto social, y tampoco podemos descuidar la inversión pública. Además de eso tenemos que garantizar la felicidad del pueblo. La plata mueve más plata. Algunos países prefieren evitar la inflación con contracción económica, y eso no es bueno para la economía, principalmente para la gente humilde. Nosotros cuidamos la inflación con expansión económica. En 2007 había un grupo de especuladores empresarios que hicieron faltar pan y aceite, lo estaban ocultando. Y cuando empiezan a subir los precios empiezan a echarme la culpa a mí. En trigo es el mismo problema, la llamé a la hermana Cristina cuando era presidenta, me dijo que aquí estaban especulando con la harina, que tenía los cupos asignados para vender al exterior, pasaron dos, tres días y me mandó harina y trigo. Los pueblos vecinos nos complementamos, trabajamos solidariamente.


- El proceso de transformación que usted defiende, ¿ encuentra nuevos límites como consecuencia de los efectos de la pandemia y de la guerra en Ucrania?


- Tenemos problemas en todo el mundo, crisis financiera, crisis alimenticia. Y hubo un golpe en Bolivia. Le pongo un ejemplo, hicimos con las reservas internacionales la planta de urea, fábrica de fertilizantes, una planta que está exportando a Brasil 300 mil toneladas al año y atendiendo al mercado interno. En mi gestión fue construida, el golpe la paraliza y el compañero Arce después de ganar la elección la reactiva, tardó como siete meses pero el hermano Lucho decía en la reinauguración que se habían perdido 470 millones de dólares. Y hablo solo de una planta, puedo hablar del cloruro de potasio, pequeñas y medianas empresas cien por ciento estatales. De paso la pandemia, la mala atención en pandemia, meses encerrados. La gente pobre quedaba más pobre, el comercio internacional seguía parado y la gente se da cuenta cuando el país está mal administrado. Ahora con esta guerra provocada y dirigida por la OTAN y Estados Unidos entre Rusia y Ucrania, el problema que tenemos los países vecinos es el combustible. Gasolina, diesel que nosotros importamos. El problema de la subvención ha crecido. Yo estoy convencido como expresidente que la exagerada subvención a cualquier producto es un cáncer para nuestra economía. En el 2005, antes de que sea presidentel la inversión era apenas de 600 millones de dólares, y el 70 por ciento era con créditos. En los cuatro últimos años de mi gestión programamos más de ocho mil millones de dólares para inversión pública.

¿Cómo pueden creer eso? El año pasado se han aprobado otros cuatro mil millones de inversión, y seguimos subiendo. Esto es resultado de nuestra revolución democrática cultural.

- Hace unos días el diputado del MAS, Rolando Cuéllar, denunció el aporte ilegal al partido en 2014 de parte del narcotraficante argentino José Miguel Farfán. ¿Qué opina de la denuncia? ¿Cree que debe investigarse?

- Quiero que se investigue pero ya hablé con el vicepresidente del MAS, Gerardo García, y él nunca ha firmado ninguna carta. A esos como Cuéllar les digo traidores, oportunistas. Tratar de vincularnos al narcotráfico ha sido siempre el mensaje de la derecha. En el 2002 a mí me expulsaron de la Cámara de Diputados acusándome de narcotraficante y de asesino, de terrorista. Querían procesarme, sentenciarme e inhabilitarme como candidato a presidente por instrucción de Estados Unidos. Cuando estaba acá en el 2020, algunos funcionarios del Palacio Quemado me decían que el ministro Murillo daba instrucciones de implicarme en corrupción y narcotráfico. ¿Qué podían montar? Y Murillo les decía: si no es a él, por lo menos impliquen a sus amiguitos. No podían imputarnos nada. La DEA nos investiga. Si yo estuviera implicado, ¿creen que la DEA me va a perdonar? ¿Estados Unidos me va perdonar? Algunos hermanos se prestan a ese juego. Cuéllar es un agente del imperio con sus difamaciones. Y la derecha acusa y pide que se anule la sigla del MAS. En cualquier partido esa clase de infiltrados es expulsado. Ahora estamos empezando con el registro de nuevos militantes. El MAS-IPSP tiene registrados legalmente a más de un millón, y el segundo partido, los demócratas, 260 mil militantes. Otros partidos tienen menos de cien mil. El MAS-IPSP es el movimiento político más grande en la historia de Bolivia. Y es algo único en el mundo: este movimiento viene de quechuas, de aymaras, de guaraníes. Los amenazados con el exterminio, los más despreciados y discriminados. Desde la década del 80, un grupo de dirigentes campesinos nos preguntamos por qué nosotros mismos no nos gobernamos. Nosotros también tenemos derechos políticos. Y en 500 años pasamos de la resistencia a la toma de poder. En 1995 fundamos nuestro instrumento político. Los primeros años quechuas y aymaras no querían que entren profesionales a este movimiento político, menos si eran abogados. Los dirigentes indígenas somos expertos para hacer votos resolutivos de protesta, somos expertos para hacer pliegos únicos de reivindicación, pero no sabemos hacer decretos. No sabemos hacer leyes. Así incorporé a los profesionales, con dolor porque algunos profesionales nos hicieron mucho daño. A mí me acusaban permanentemente de narcotraficante, terrorista, asesino, en mi primera candidatura en 2002 el embajador de Estados Unidos, Manuel Rocha, dijo que Evo era "el Bin Laden andino". Decía que si Evo es presidente no va a haber inversión ni cooperación. Yo en vez de molestarme dije que mi mejor jefe de campaña era el embajador de Estados Unidos. Al escuchar ese mensaje dirigentes sindicales, militantes comunistas y socialistas estaban convencidos de votar por Evo. Entonces esa acusación no es ninguna novedad, permanentemente nos han acusado. Estas denuncias son para tratar de desprestigiar, quitarle imagen pero el pueblo se da cuenta.

- ¿No descarta volver a ser candidato a presidente?

- Si, voy a ser presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (risas). Yo creo que ser la autoridad principal del país requiere mucha fuerza, mucha energía y mucha valentía. Cuando yo decidí nacionalizar había ministros que no querían nacionalizar, tenían mucho miedo. Me decían que si nacionalizaba empresas, nos iban a mandar al Ciadi, al Banco Mundial. Les dije: si quieren demandar que nos demanden en nuestro territorio. Redactamos una carta retirándonos del Ciadi. Para eso necesitas valentía. No solamente tienes que garantizar la liberación política, también la liberación económica. Eso hice, por eso aguantamos tanto tiempo. Por eso también recuperamos la democracia. Por ahora mi responsabilidad está en cómo fortalecer al MAS, cuidar la revolución democrática cultural, defender a Lucho presidente. Ya dijimos, la dirección nacional del MAS-IPSP faltando un año hará un ampliado nacional. Ahí vamos a sentar las bases con las que se va a elegir a diputados, senadores, candidatos a presidente y vicepresidente. Así, democráticamente, elegimos.

Lock out

Las entidades del agro comienzan hoy un cese de comercialización de productos, convocado por la Mesa de Enlace. Habrá un acto central con los dirigentes ruralistas en Entre Ríos. El cese de comercialización no incluye cortes de ruta.

 

La Mesa de Enlace reclama por el abastecimiento de gasoil. El gobierno considera que la cuestión está siendo resuelta. Actualmente hay solo dos provincias en rojo, según el relevamiento de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas.

Al reclamo por el gasoil se sumaron otros como “la presión tributaria, el desdoblamiento cambiario, la intervención en el mercado y la política hacia el sector”.

El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, dijo que a las razones del lock out hay que buscarlas en “elementos ajenos al sector”.

Ingresamos en un régimen de alta inflación

Juan Manuel Telechea analiza lo que sucede en la economía nacional en su newsletter “ROLLOVER” en la plataforma Cenital

La renuncia de Guzmán fue el más reciente de una concatenación de sucesos políticos que comenzó con la carta de CFK hacia fines de 2020, donde sostuvo que había “funcionarios que no funcionan”, que tomó velocidad tras la dura derrota en las PASO y que aceleró a toda máquina en las últimas semanas con el debate público que se dio entre la vicepresidenta y el Presidente, culminando con las renuncias de los ministros de Desarrollo Productivo y de Economía.

Lo que sucedió el lunes pasado con los precios confirma que la economía ingresó en lo que se conoce como un “régimen de alta inflación”. Como explica Joaquín Waldman, si bien no hay una manera taxativa y unívoca de clasificarlo, la economía argentina cumpliría con todos los indicadores que se encuentran en la literatura sobre el tema: i) Inflación anual por encima del 50%; ii) Inflación mensual superior al 5%; iii) Tener dos o más años de inflación por encima del 40%; iv) Tener el doble de la inflación promedio de los últimos 10 años. En nuestro caso, eso requiere una inflación anual en torno al 64%. Los últimos datos oficiales son de mayo y la ubican en el 60%, pero con los aumentos de estos días casi con seguridad superamos ese nivel.

Más allá de la definición, lo importante es que, al ingresar en un régimen de alta inflación, lo que sucede es que cambia el comportamiento de este fenómeno. Los aumentos de precios se vuelven sumamente sensibles, ya sea al incremento de los precios internacionales, al tipo de cambio o bien a algún evento que genere incertidumbre en la economía. Básicamente, los aumentos de precios se vuelven sensibles a todo.

Como muestra un relevamiento de precios realizado por la consultora Ecolatina, tras la renuncia de Guzmán se observaron aumentos en casi todos los rubros (solo 5 de más de 60 no mostraron subas de precios). Al desagregar entre los tipos de productos, los bienes durables (electrodomésticos, indumentaria, artículos vinculados con la construcción, electrónicos, muebles, entre otros) fueron los que mostraron incrementos más elevados, con promedio por encima del 10%, mientras que en los de consumo masivo (alimentos, bebidas, limpieza, higiene, etc.) las subas fueron más moderadas, en torno al 5% o menos.

Lamentablemente hoy ya estamos muy acostumbrados a hablar en términos de estas magnitudes, pero el hecho de que se observen subas generalizadas del 10% en un solo día es algo sumamente atípico. Basta con observar que dichos incrementos son similares o incluso superiores a la inflación observada a lo largo de todo el último año en el resto de los países de la región (Chile 13%; Brasil 12%; Uruguay 9%; Colombia 9%; por poner algunos ejemplos)

Fíjense que, entonces, el principal motivo que explica estas remarcaciones en los precios es la propia inflación. Como dijimos, esto lleva a conductas típicas para cubrirse de la elevada incertidumbre que provoca el proceso inflacionario. Y estas conductas abarcan no solo a las empresas, sino también a los consumidores (que vimos cómo salieron rápidamente durante el fin de semana a comprar bienes) o a los ahorristas (que hicieron lo propio con el cupo de los USD 200 para ahorro).

El otro rasgo distintivo de los regímenes de alta inflación es que este problema ya no se mide por su magnitud (qué tan elevada es la inflación) sino por su velocidad (qué tan rápido ajustan los precios). Esto significa que deja de tener relevancia la inflación en términos anuales, porque la información contenida (lo que sucedió con los precios en los últimos 12 meses) queda obsoleta, y los actores relevantes (empresas y sindicatos) pasan a mirar lo que pasó en los meses más recientes para hacer sus actualizaciones.

A modo de ejemplo, (…) las consultoras privadas fueron ajustando al alza la inflación estimada para fines de este año. En tan solo cinco meses, dicha proyección se incrementó más de 20 puntos porcentuales. Si bien el aumento de los precios internacionales provocados por el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania influyeron, no alcanzan para explicar un ajuste de este tamaño (asimismo, estas proyecciones fueron realizadas antes de la renuncia de Guzmán, con lo cual casi con seguridad sean nuevamente revisadas al alza el mes que viene).

Por detrás de esto, lo que se observa es que las consultoras están suponiendo que la inflación mensual se va a ubicar en torno al 4,5% mensual de acá a fin de año. Esto significa que la inflación no va a volver a los niveles previos al estallido de la guerra, es decir que sería un shock permanente en el nivel inflacionario (y no transitorio, a pesar de que los precios del petróleo, el trigo o la soja se viene reduciendo de manera significativa).

En consecuencia, esto significa que la inflación argentina ya se encuentra en un escalón superior. Como pueden ver en el gráfico a continuación, los niveles de inflación se incrementaron tras la fuerte devaluación y la crisis de deuda durante la gestión de Cambiemos, luego tras la salida de la pandemia y ahora con el estallido de la guerra. La gran diferencia entre las últimas dos y la primera es que se dieron sin que haya un salto en el tipo de cambio (oficial).

¿Por qué sucede esto? Como ya explicamos en otra edición, esto se debe al elevado componente inercial que tiene la inflación argentina. Cuando un shock eleva el nivel de la inflación, este luego persiste en el tiempo porque, atrás de eso, se actualizan rápidamente los salarios, los alquileres, las tasas de interés, etc. Y, como dijimos anteriormente, este mecanismo se va perfeccionando a medida que la inflación se incrementa.

 



Volvemos, entonces, a dónde empezamos. Hoy no hay dudas de que la economía argentina ingresó en un régimen de alta inflación, lo cual se traduce en un desafío mayúsculo para la nueva gestión. En ese sentido, el elemento crucial en lo inmediato es contener las expectativas, atravesadas por la fuerte incertidumbre que percibe toda la sociedad argentina. Un punto importante para destacar acá es que dicha incertidumbre no solo obedece a la situación económica sino también a la política, en particular las tensiones que se observan hacia adentro de la coalición gobernante.

La salida de Kulfas y de Guzmán, ambos apuntados desde hacía meses por Cristina Fernández de Kirchner, debería apaciguar las aguas. Lo que resulta un poco más difícil de descifrar es si pasará lo mismo con Batakis, dado que las medidas anunciadas confirman que mantendrá prácticamente inalterado el programa económico trazado por Guzmán, incluso algunas van todavía un poco más lejos en lo que respecta a la prudencia fiscal. Por ende, resulta difícil que esto alcance para confirmar, de cara a la sociedad y los mercados, que el gobierno finalmente ha conseguido resolver la crisis política interna que implosionó la semana pasada. Comienza a sonar, otra vez, el blues de la credibilidad.

El blues de la credibilidad

Héctor Rubini Instituto de Investigación en Ciencias Económicas de la USAL, lo explicar

Si empieza a atrasarse el tipo de cambio real, y en el sector privado se percibe que el proceso político torna imposible cerrar la brecha fiscal, se vuelve inevitable la pérdida de credibilidad y el blues empieza a sonar...

En 1999, los economistas Pablo Guidotti y Carlos Vegh publicaron una investigación que bien se aplica a casos de estabilización dificultosa como el de nuestro país en la actualidad [Guidotti, P. y C. Végh (1999): “Losing Credibility: The Stabilization Blues”. International Economic Review 40 (1) 23-51. Una versión previa de año 1997, fue publicada por la Universidad del CEMA (Doc. de Trabajo N° 122). ]. Se trata de “Losing Credibility: The Stabilization Blues”. Una versión previa fue publicada por la Universidad del CEMA en 1997 (Doc. de Trabajo N° 122). Allí se modeliza una secuencia de evolución de la credibilidad en las políticas macroeconómicas luego de cierta estabilización cambiaria.

Esta suele ser acompañada por un aumento de la credibilidad en las políticas de las autoridades. Si luego empieza a atrasarse el tipo de cambio real, y en el sector privado se percibe que el proceso político convierte imposible cerrar la brecha fiscal, se torna inevitable la pérdida de credibilidad (el “blues” empieza a sonar?): a medida que se pierde credibilidad comienza la especulación sobre una devaluación futura, que pondría fin al programa en curso. La pregunta que empieza a inquietar no es, entonces si el programa llegará a su fin, sino, cuándo.

El punto discutido es pertinente para nuestra realidad. Las reformas fiscales requieren años de negociaciones para alcanzar consensos mínimos que permitan concretarlas. La credibilidad en las políticas en curso depende de la probabilidad de que se alcance un acuerdo fiscal antes de una eventual crisis de balance de pagos. El riesgo que se asume al postergar las reformas requeridas para un sendero fiscal y monetario sostenible es que se pierda prematuramente la credibilidad no sólo en las políticas en marcha sino también en los anuncios de las autoridades. (…) < 15-05-2017 “El Economista”>

Hasta ahora, la expectativa de una reforma tributaria y algún ajuste fiscal, mas allá de los anuncios de la flamante ministra, Guste o no, ¿El blues de la credibilidad empieza a sonar, y cada vez más fuerte?

Confianza

Según “Forbes” Un informe elaborado por la firma de investigación de mercado Taquión analiza el índice de confianza de los argentinos en las instituciones y actores sociales. 

 

La Argentina, así como la mayoría de los países de América Latina, está atravesando una crisis generalizada de confianza con los medios de comunicación, sindicatos, políticos, empresarios, poder judicial, entre otros. Quizás a raíz de la pandemia, la crisis económica, o a causa de un simple hartazgo de la política tradicional, los argentinos desconfían de las principales instituciones y actores sociales.

En el marco del lanzamiento del Foro para el Desarrollo en América Latina (DAL), y para conmemorar los 38 años del retorno a la democracia en la Argentina, la firma de investigación de mercado Taquión elaboró un informe en el que analiza la confianza de los argentinos en las instituciones y actores sociales. La encuesta, de alcance nacional, se hizo online entre el 16 y el 19 de noviembre de 2021 sobre 2520 casos efectivos.

Privado versus público

Seis de cada diez argentinos confía en el sistema de educación y de salud del país. En torno a la educación, los argentinos depositan mayor confianza en el sistema privado. La oposición, los liberales y Vamos con Vos, son los espacios que más apoyan la educación privada. Por su parte, en la salud, lo estatal se impone por sobre lo privado, con un apoyo marcado entre los millennials y el oficialismo. Cabe remarcar que el sector privado posee un considerable porcentaje de NS/NC, proveniente principalmente de aquellos que no tienen acceso ni a la salud ni educación privados.

Rechazo no oficialista

Ocho de cada diez argentinos no confían en los políticos. El desencanto hacia la política es un aspecto compartido entre los argentinos. El hartazgo se combina con un año electoral, en el que la población critica las promesas de campaña, aludiendo a su lejanía con la realidad. En este marco, aumenta 15 puntos desde septiembre la desconfianza en los políticos, profundizándose en los jóvenes, captados por el discurso rupturista de los liberales quienes, junto a los demás partidos no oficialistas, componen al menos un 90% de desconfianza hacia estos actores sociales.

Unidos por la desconfianza

El 83,3% no confía en el Poder Judicial de la Nación. En el marco de las instituciones, el Poder Judicial se ubica como aquella percibida como mayor desconfianza. La cifra se acentúa en los mayores, cuya experiencia con la justicia podría ser el factor explicativo. Por su parte, los jóvenes poseen un menor grado, aunque la cifra supera el 74%. Es pertinente remarcar que el descreimiento hacia la justicia es un común denominador entre los partidos políticos, dado que la cifra de desconfianza supera el 70% en todos los espacios.

El conflicto de la (des)información

El 50% de los argentinos no confía en los medios de comunicación. El mayor grado de descreimiento se halla entre los millennials y votantes del Frente de Todos, mientras que la confianza reside en los mayores de 56 años, en particular en los votantes de Juntos por el Cambio. No obstante, la cifra de confianza escaló casi 10 puntos respecto a septiembre. Cabe remarcar que la pandemia ha perdido su rol protagónico como eje temático y, además, los medios se perciben como una herramienta informativa en las elecciones, ambos aspectos que podrían aminorar la desconfianza.

Está mal, pero no tan mal...

Seis de cada diez argentinos no confía en los empresarios. En comparación con el sector público, el privado posee cifras más alentadoras. No obstante, la tendencia continúa siendo negativa, aunque ha aumentado 10 puntos desde septiembre marcando el valor más alto de confianza en el transcurso del último año. Esta tendencia incremental podría atribuirse al resultado electoral. El triunfo de Juntos por el Cambio y su cercanía con el empresariado explicaría la creciente esperanza y optimismo en este sector.

Una luz al final del túnel

El 58% confía en los argentinos. Por primera vez en el último año, el valor de confianza es superior al negativo, con un aumento de 24,3 puntos respecto al mes de septiembre. La cifra supera el 60% entre la Gen X y los Baby Boomers. Por su parte, la mayor desconfianza se halla entre los jóvenes (Gen Z) entre quienes el sentimiento nacionalista se torna cuestionado y sus aspiraciones se proyectan cada vez más lejos del país. La relativa “normalización” pospandemia, así como -para un sector- el resultado electoral, despierta una tendencia esperanzadora entre los argentinos. ( https://www.forbesargentina.com/today/ocho-cada-diez-argentinos-confian-politicos-relevamiento-privado-n10876)

Mas allá de las subjetividades e interpretaciones de un medio como “Forbes Argentina”, que no precisamente sitúa sus intereses de mercado y consumo de sus producciones en los sectores menos favorecidos por las dinámicas del sistema actual, y de que obviamente, forma parte de ese sector cuestionado por un 50% de la población (El de los medios de comunicación), el tema no deja de cobrar importancia, mas allá de que solo se trata de un relevamiento que no explica la metodología utilizada ni el volumen de encuestados como para precisar mejor el alcance respecto de la representación y la imparcialidad de su construcción, por lo tanto, como datos, relativos y parciales, sin embargo, ejemplifican una realidad palpable … La desconfianza respecto del sistema. El asunto es que al no plantearse de este modo, aparece sectorizado, fragmentado, de modo de no cuestionar el orden como tal, y solo permitirse el cuestionamiento a sus actores dentro de un ideal que no pone en tela de juicio las formas sistémica con las que estos actores encuadran sus acciones y relaciones.

Políticos, empresarios, medios de comunicación, Jueces, ciudadanía, son parte de una totalidad que funciona bajo un sistema legal, que limita sus acciones geográficas de acuerdo a leyes e imperativos mas generales que tienen que ver con las relaciones internacionales y además, con las cuestiones de como se participa y se sostiene el flujo de información y la construcción de conocimiento y subjetividad respecto al orden del que formamos parte.

La confianza esta directamente relacionada con el conocimiento y la información (Que no son la misma cosa), la desconfianza mas bien con sus antónimos: desconocimiento e ignorancia y falta de información verificada y verificable, lo que produce dudas y alimenta temores, en lugar de seguridades y certezas.

Unos años antes, un estudio del OCDE llegó a la conclusión de que “La confianza política se ha convertido en un bien escaso en las sociedades actuales. La ciencia política busca responder qué factores afectan la confianza política y cómo es posible crearla.” Según ese trabajo, basado en estimaciones que surgen de un modelo de regresión lineal múltiple contemplando información del año 2015 para 62 países, “Los resultados muestran que la confianza social y el crecimiento económico tienen efectos positivos y significativos sobre la confianza política. Contrario a lo esperado, no se encontraron efectos significativos de la calidad de los servicios públicos ni de la imparcialidad del gobierno sobre la confianza política. Como desafío futuro está el diseño de políticas concretas que contribuyan a un aumento del crecimiento económico y de la confianza social.”

Conclusiones y reflexiones finales

Los resultados de esta investigación muestran el efecto que tienen las variables seleccionadas sobre la confianza política aproximada a través de la confianza en el gobierno. La confianza generalizada resultó ser el determinante más relevante, ya que da cuenta de cómo los habitantes son capaces de generar un clima favorable a la realización de transacciones justas sin la necesidad de “contratos”. Al tratarse de sociedades con altos niveles de confianza generalizada, tal como lo indican investigaciones previas (Férnandez, 2017; Newton y Norris, 1999; Putnam, 1994; Rothstein y Uslaner, 2005), estos ciudadanos poseerán una mayor confianza en sus gobernantes y en las instituciones políticas tales como el gobierno. Es así que no se rechaza la hipótesis: La confianza generalizada promueve la existencia de confianza política.

En cuanto al factor de desempeño macroeconómico no se rechaza la hipótesis: Un mayor desarrollo económico contribuye positivamente a la confianza política. Hallazgos similares son reportados por Mikucka ...[et al] (2017), quienes afirman que el crecimiento económico incrementa la confianza generalizada y disminuye la desigualdad, lo cual generaría también un efecto positivo en la confianza política.

No obstante, otra de las hipótesis asociadas a resultados y desempeño del gobierno resultó rechazada, H6: Una mayor esperanza de vida incrementa la confianza política. De las otras tres hipótesis planteadas al inicio no se puede concluir, debido a que las relaciones no resultaron estadísticamente significativas.


Dados estos resultados, si se asume que la confianza política puede servir de insumo para las reformas al sector público pero, al mismo tiempo, es un resultado de las reformas que influye en las actitudes y decisiones de personas y organizaciones que son relevantes para el bienestar social y económico (OCDE, 2013), el mantener o recuperar una situación en la cual exista confianza política se vuelve de vital importancia para el buen gobierno y, por tanto, las iniciativas que apunten a fortalecer la confianza generalizada deben ser promovidas desde los gobiernos. En efecto Holmberg y Rohtstein (2017) afirman que lo ideal es que el nivel de confianza generalizada entre los diferentes grupos político-económicos de la sociedad tenga un mínimo grado de diferencia. El desafío entonces es diseñar políticas concretas que contribuyan al aumento en las variables asociadas a crecimiento económico y confianza generalizada, lo cual se plantea como una tarea futura para los investigadores y analistas de políticas públicas.” concluye el informe del OCDE (Determinantes de la confianza política. Un estudio transversal Revista del CLAD Reforma y Democracia, núm. 71, pp. 5-26, 2018 - Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo – Producido por: Marjorie Morales Casetti, Universidad de La Frontera, Chile

Marco Bustos Gutiérrez, Universidad Católica de Temuco, Chile y Javiera Silva Sánchez, Universidad de La Frontera, Chile )

Algunas otras “cositas”

Es claro, además, que no toda confianza o desconfianza tiene el mismo efecto sobre la realidad o los resultados políticos o económicos en tanto la naturaleza de sus marcos no esta definida por el mismo grado de impacto en las decisiones de todos los actores que componen el universo de las investigaciones que aquí se comentan. Esto es, no tiene la misma relevancia la confianza ciudadana común en tanto, ama de casa, comerciante, profesional, o gerente de empresa, dueño de empresa, dueños de cadenas de supermercados o quienes toman decisiones financieras de relevancia respecto del pequeño ahorrista, o los que deciden las políticas de instituciones bancarias privadas respecto a las políticas económicas que implementa un Banco Central o público o un gobierno.

Es claro, además, como venimos desarrollando en este texto, las injerencias externas y las presiones de los “mercados internacionales” suponen variables de peso a la hora de definir políticas de gobierno y medidas económicas, que además, son fuertemente presionadas por esos intereses ajenos a los propios y que precisamente, sin la confianza ciudadana es mucho mas difícil de sostener, aún y cuándo supone el bien común de los Argentino que, sin embargo, “fakes News” y “campañas varias”, adscritas al “lawfare”, las presentan, por el contrario, como medidas negativas o contrarias al desarrollo o actos de “corrupción” y “mala práxis política o económica”.

Por tratarse de cuestiones colectivas, sociales, de instituciones y agrupaciones humanas, es muy fácil transformar las malas conductas individuales en un “estigma” para la función, de modo de unir, por ejemplo, Inflación, corrupción, emisión monetaria y gasto social en una misma percepción de negatividades conducente a impedir a los gobiernos favorecer las condiciones concretas de vida de sus ciudadanos y de ese modo seguir diezmando su confianza en aquellos en quienes ha depositado su voto de representación, cuándo se cuenta con medios de comunicación de alcance masivo, mucho dinero y logística para producir los hechos que destruyan esa confianza.

La batalla es hoy por la conciencia. Entender, analizar, comprender, verificar y sostener con datos e información las posiciones y argumentaciones respecto al funcionamiento de lo común, a la política y a la economía, no es una cuestión simple en tiempo donde precisamente las batallas se libran en los pensamientos y la subjetividad, en la construcción de la conciencia común y en la necesidad de articular acciones comunes para sostener caminos de desarrollos comunes y no que unos pocos sostengan sus privilegios a costa de la ignorancia y de la “manipulación” de la confianza ciudadana, para ser usada contra sí mismos, y favorezca concentraciones y privilegios de poder y riqueza.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack








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