Formas y contenidos de las reflexiones en torno a la compleja realidad

 

Modelos para pensar

Forzar los hechos, ideas e intentos por explicar y comprender la realidad a modelos existentes, como metodología de análisis o práctica reflexiva, propone pensar las dinámicas sociales, los juegos de poder, las intencionalidades interesadas y las transformaciones que se suceden en los acuerdos, alianzas, concesiones y equilibrios consensuados que van produciendo la realidad en su movimiento, ritmos y tensiones que se resuelven de manera lenta y con pocos movimientos respecto de los tiempos en los cuales esos modelos existentes, fueron innovadores o inventados o surgieron como explicación cierta o mas cercana a la verdad, respecto de la situación histórica que se reflexionaba y observaba en aquel momento. Me refiero a que hoy, a algo mas de 20 años de habernos adentrado en el siglo XXI, no hay demasiadas modificaciones respecto a los conceptos y categorías que nutren nuestras formas de entender, pensar y describir las realidades actuales aún y cuando apelamos de forma recurrente a “incertidumbres” “realidades líquidas” “crisis”, que no son sino formas de expresar nuestra capacidad de conceptualizar los cambios y transformaciones de los que fuimos y somos protagonistas y que fueron modificando la realidad conceptualizada en los modelos del siglo XIX, especialmente resignificados a mediados del siglo XX, en período de posguerra y con el advenimiento de la “guerra fría” y la división polarizada de las tendencias que habría de enfrentar la globalización resultante en el reparto del mundo entre los vencedores de conflicto armado.

La magnitud, velocidad y complejidad de los fenómenos que han venido acaeciendo desde entonces y que han marcado los ritmos de las transformaciones globales y locales y sus manifestaciones tanto en lo local como en lo global, que con diversos grados de injerencias y potencias, se vienen influenciando desde entonces en un inédito proceso de mundialización de las experiencias locales y “balcanización” (Por no encontrar un término mejor que explique la explosión de diversidad que supuso la contracara de la interpretación del mundo unipolar que emergía de EEUU, después de la caída de la URSS), que son espejo del exacerbado proceso de hiper individualismo que en especial afecta a las grandes urbes occidentales, y su contraparte vista como mas “masificada” y “robotizada” que emerge de las grandes urbes que explotan en las emergentes de las ciudades del sudeste asiático y de los principales centros urbanos del mundo árabe, y que arrastran a ciudades en todas otras partes del globo a esos mismos procesos de perdida de identidad colectiva y/o masificación despersonalizada, como dos fenómenos que responden a un proceso de urbanización y mega urbanización que no encuentra sus equilibrios.

Otro de los elementos que modifican sustancialmente relaciones de poder y posturas hegemónicas, lo constituye una nueva dimensión que afecta transversalmente todo proceso social y todo proceso individual en esta globalización que no deja espacio para “afueras” sino “resistencias” en ciertos márgenes que aún intentan conservar sus pequeñas identidades locales y tribales. Me refiero a la dimensión impulsada por los procesos de convergencia/divergencia, generados por la tecnología y las técnicas de la digitalización, automatización e Inteligencia Artificial aplicada que corre los limites entre lo publico y lo privado y vehículiza transformaciones locales que impactan en lo global y transformaciones globales que globalizan las experiencias locales, del mismo modo que construye subjetividad y transforma las percepciones del mundo y de su propia experiencia situada, de la mayor parte de la humanidad, aún de aquella que queda fuera de la posibilidad de acceso a equipos e insumos digitales, que sin embargo, no quedan fuera de sus producidos sociales y de sus interacciones y generaciones.

Las categorías sociológicas y reflexivas respecto de la realidad aún no conciben en su magnitud los cambios de los cuales estamos siendo protagonistas. Las subjetividades invadidas por el discurso neoliberal, pierden criticidad respecto a los fenómenos que los trascienden. Aunque se insisten en los viejos modelos polares, binarios, que interpretan el mundo como fuerzas antagónicas (Bien vs mal; Nosotros vs ellos; Dios vs Diablo; Desarrollo científico/tecnológico vs Naturaleza, etc.), insuficientes a la hora de abarcar todos los relatos posibles y las interpretaciones que participan en las decisiones del diseño del mundo, se manifiestan en “realidades” que, en tanto pensadas e interpretadas bajo modelos diferentes, producen realidades incoherentes entre si, diferentes y caóticas … eso que escapa a nuestras comprensiones y que, fruto de las diferentes formas de interpretar y nombrar los cambios y de percibir las velocidades y potencias de sus transformaciones, permiten hablar de “realidad liquida” “adaptación a la incertidumbre” o cualquier otro término que en el mismo sentido, expresa la imposibilidad de pensar críticamente mas allá de los modelos impuestos por la linealidad de los esquemas Causa/consecuencia o de los modelos binarios y polares con extremos excluyentes y medios equidistantes que, aspiracionales, dejan de ser descriptivos, críticos o expresar alguna certeza respecto de lo que en verdad ocurre en el mundo.

Esto explicaría de buen modo, tanta confusión dialéctica y conceptual, tanta falta de criticidad en los sentidos de cuestionar para comprender porque la realidad se manifiesta de estos modos y no de otros posibles, como método para entender. Y de como, lo unipolar, produce en realidad multipolaridad … lo hegemónico termina reducido a fascismo o a formas que conservan sus cáscaras pero que en su interior han sido modificado sus contenidos, en las pretendidas “democracias”. Izquierdas y derechas moderadas o extremas se parecen mas de lo que desearían, y los centros fallecen en las incertidumbres e incapacidades por intentar equilibrar aquello que ya no comprenden del todo, y que indefectiblemente en esa incomprensión, surgen incoherencias visibles y palpables y notorias excepciones que las desvelan como erróneas.

¿Como nombrar de modos mas asertivos la realidad y sus transformaciones actuales y en proceso? ¿Como interpretar los cambios, ya no solo de lo que efectivamente ocurre sino de como esos procesos sociales, políticos, económicos, culturales, humanos, individuales y colectivos, transforman sentidos comunes, subjetividades y formas de comprender y comprendernos en el mundo y en las experiencias diarias?

La automatización y tecnodigitalización que están direccionando estas nuevas tendencias y formas de nuestro “sistema mundo” actual, no es mas disruptivo en tanto permanece en su lógica polar y en sus modelos lineales de interpretación (De hecho la matriz de los hardwares actualmente existentes se sostienen en base a lógica binaria.

Lo disruptivo real se genera a partir de las teconologías criptográficas complejas y la implementación de modelos cuánticos que reemplazan a los binarios. El problema aquí es que tales experiencias están reservadas a minúsculos grupos que responden a los intereses corporativos y de mercado global que, en la medida que no comprendan que deberán aceptar cambios de direcciones y sentidos a los intereses y poderes a los que actualmente sirven (Aún sin conciencia de ello en tanto la dependencia financiera y la percepción de sus “niveles de vida” asociados a sus “ingresos” en formas monetizadas y monetizables, bastan para que tales conciencias no trasciendan la propia interpretación de las actividades que realizan en la mera transacción mediatizada por el fetiche del dinero). Sin embargo, tal estado no podrá sostenerse demasiado tiempo … ¿Estaremos listos, como humanidad, para producir las respuestas adecuadas a esas preguntas formuladas antes, en el momento en que tales conciencias se alcancen?

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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