Distopia y utopía en los juegos del hambre

 

Los juegos del hambre y la política enjuiciada.

 

Frente a la irremediable decadencia de los valores éticos y humanos, inmolados a los pies del altar de la acumulación primero del Capital y ahora del dinero que esa primera acumulación permitió, hemos entrado como humanidad y como país en una espiral regresiva, donde la humanidad misma corre el riesgo de perder todo rasgo de humanización en el sostenimiento irracional y la defensa de un sistema que favorece a muy pocos, pero que, en el temor de creer haber alcanzado mucho (sin ver las enormes brechas que les separan), ciertos sectores medios de las sociedades del mundo siguen cegados y sosteniendo la idea de las sociedades del bienestar y del desarrollo. De las democracias burguesas y de la propiedad privada y el lucro competitivo.

Los juegos del hambre neoliberal se expresan en múltiples escenarios sin tomar consciencia real que están alimentando su propia destrucción. 

El hambre explota. La guerra no explica todo

Finalizar la especulación con los productos alimenticios y la suspensión de la cotización de los mismos en las bolsas de valores

Movimientos sociales: ¡Dejen de jugar en las bolsas con los precios de la comida!

Sergio Ferrari, Periodista argentino, radicado en Suiza. Acreditado ante el Gobierno suizo en Berna y la ONU en Ginebra. Miembro de la redacción del cotidiano independiente Le Courrier (editado en Ginebra). Colabora regularmente con diversos medios suizos y latinoamericanos. colaborador de UNITE, plataforma ONG de voluntariado solidario Norte-Sur-Norte. [Red Voltaire] escribe desde la ONU, Ginebra, Suiza, para Prensa Ecuménica. 

El lunes 21 de agosto fueron autorizados a partir del puerto ucraniano de Chornomorsk dos buques mercantes con un total de 30.800 toneladas métricas de granos con destino a Grecia y Egipto.

Un primer barco fletado por el Programa Mundial de Alimentos con 23.000 toneladas de trigo había zarpado el 16 de agosto hacia África, desde el puerto ucraniano de Yuzhny, cerca de Odesa.

Según voceros del Programa Mundial de Alimentos (PMA), estos movimientos marítimos marcan una fase inicial de la Iniciativa de Granos del Mar Negro. Un paso importante del cumplimiento del acuerdo que suscribieron Rusia y Ucrania el pasado 22 de julio, validado por Turquía y las Naciones Unidas (ONU). Gracias al mismo se agilizará la salida de granos, bloqueados desde fines de febrero cuando estalló el conflicto bélico en Europa Oriental. El Centro de Coordinación Conjunta (CCC), integrado por las dos partes en conflicto, más la ONU y representantes turcos, es la instancia responsable de coordinar la salida de cereales de puertos en zonas en conflicto.

Estos embarques conllevan un particular valor simbólico. Constituyen el inicio de un proceso de destrabe de uno de los atolladeros de la guerra que más repercusión tiene en varios países que necesitan para alimentarse los suministros tanto de Ucrania como de Rusia.

Rusia y Ucrania se encuentran entre las principales potencias agrícolas del mundo. Su maíz, trigo y girasol, así como otros granos, son esenciales para el abastecimiento de poblaciones que históricamente dependen de los mismos. Se calcula que, a raíz del conflicto, tan solo en Ucrania de 20 a 25 millones de toneladas de granos han quedado bloqueadas.

El hambre, drama inhumano

En 2019, según cifras de Naciones Unidas (ONU), 135 millones de personas sufrieron de “inseguridad alimentaria severa”, forma retórica para denominar el drama humano del hambre. Tres años después, a inicios de 2022, esta cifra se había más que duplicado: 298 millones de personas padecen ese flagelo social. Diferentes organizaciones internacionales calculan que el número de personas con hambre podría superar los 345 millones, en 82 países, a fines de 2022.

Gian Carlo Cirri, Director adjunto del Programa Mundial de Alimentos (PMA), con sede en Ginebra, Suiza, presentó este cuadro dramático hace apenas unas semanas, durante una conferencia-debate en línea organizada por la ONG helvética SWISSAID.

Dicha ONG recuerda que, desde el comienzo de la guerra y la consiguiente interrupción de las cadenas de suministro mundiales, el acceso a los alimentos básicos se ha vuelto extremadamente complicado en varias regiones del mundo, especialmente para numerosas poblaciones del Sur.

Cinco países producen el 78% de las exportaciones de cereales. Rusia y Ucrania, controlan el 30% de las exportaciones de trigo. “Desde la guerra, los precios se han disparado, los productos desaparecen de las estanterías [en ciertos países] y las carteras están desesperadamente vacías. Pero la situación ya era tensa antes”, recuerda SWISSAID. Por su parte, el portavoz del PMA, introduce una interpretación más global de la crisis alimentaria actual y recuerda que hay cuatro causas fundamentales, las “4 Cs”, como las denomina Cirri: conflicto, clima, COVID y costos. Según su opinión, se trata de una situación sin precedentes y que no se puede reducir a un solo factor.

Alimentos no faltan, pero con precios especulativos

Durante las últimas semanas se han publicado nuevos datos y análisis que permiten comprender mejor la realidad alimentaria mundial, señala en un documento de julio la ONG Grain (“Grano”, en francés). Esta organización apoya a pequeños y medianos productores rurales y a movimientos sociales campesinos (https://grain.org/es/article/6865-de-crisis-alimentaria-en-crisis-alimentaria).

Desmitificando la lectura casi generalizada y lineal que identifica la hambruna actual únicamente con el conflicto en Europa Oriental, Grain afirma que “enfrentamos una crisis de precios, no una escasez de alimentos”.

 Con los costos en aumento de la energía, y en parte debido a ello, los precios de los alimentos han estado subiendo a nivel mundial, afectando sobre todo a los sectores más pobres y vulnerables. Grain sostiene que, en realidad, no hay escasez de alimentos, y que algunos países, como China o India, disponen de grandes reservas, resultado de sus estrategias de seguridad alimentaria promovidas desde hace años.

 Según Grain, adicionalmente, se verifica una distorsión absoluta de precios y abastecimiento, consecuencia de los sistemas alimentarios cada vez más industrializados y especializados, que generan sobreproducción y enormes desperdicios. Los ejemplos abundan: un 60% de la producción europea de trigo se usa para el ganado, mientras que un 40% del maíz cultivado en Estados Unidos se destina al combustible automotor. El 80% de la cosecha mundial de soya se transforma en alimento para animales, mientras que el 23% del aceite de palma mundial se transforma en gasolina tipo diésel.

Desde una perspectiva global, insiste Grain, no es que falte producción de granos, sino que los precios han aumentado desmedidamente y además existen problemas de mano de obra y distribución. Por otra parte, denuncia, “grupos de presión han instrumentado la crisis y, con el argumento de que es necesario producir más alimentos, buscan dar marcha atrás a determinadas reformas políticas en materia alimentaria y a otros objetivos relacionados con el cambio climático”.

 La nueva estrategia “Farm to Fork” (“De la granja al tenedor”), de la Unión Europea, cuyo objetivo consiste en ajustar las prácticas agrícolas a criterios de sostenibilidad, es hoy blanco de cuestionamientos y presiones. En numerosos países surgen propuestas para eliminar las metas de producción de biocombustibles que se habían impuesto para reducir las emisiones climáticas. Muchos programas europeos tendientes a eliminar definitivamente la energía nuclear o la de origen fósil pasan rápidamente al basurero con el argumento de que la crisis del aprovisionamiento del gas y los combustibles rusos así lo exigen.

La Unión Europea acaba de proponer planes para una reducción del 15% de los combustibles durante el próximo invierno continental (diciembre 2022 a marzo 2023). En este contexto, el combate por la defensa del clima y de reducción de ese tipo de energías queda relegado a un segundo plano debido a la preocupación creciente del ciudadano europeo por los “sacrificios” que podría confrontar en el ámbito de la electricidad.

En cuanto a las causas mismas de la crisis alimentaria, Grain insiste en que son estructurales y que van más allá de la guerra en Ucrania. Y advierte sobre la responsabilidad de las cuatro transnacionales que concentran el negocio de granos a nivel mundial (Archer Daniels Midland, Bunge, Cargill y Louis Dreyfus) en el marcaje de los precios internacionales de los granos.

Si bien es cierto que parte de este sector se ha visto afectado por la guerra, es en países con conflictos internos propios, como Afganistán, Yemen, Siria, Eritrea, Somalia y la República Democrática del Congo, donde se concentra el mayor aumento del hambre. Realidad que no tiene ninguna relación con la situación en Ucrania, señala esta ONG, la cual hace propia las palabras del dirigente campesino Ibrahima Coulibaly de Malí: “Dejen de difundir noticias falsas: África no necesita el trigo de Ucrania”. Dicha reacción de parte de Coulibaly, se debe a la utilización de la guerra como excusa para impulsar lo que él denomina “imperialismo agrícola occidental”, al cual responsabiliza por “la destrucción de bosques, tierras de cultivo y la diversidad alimentaria en todo el Sur global”.

Un sistema que juega con la comida de los necesitados

Los datos disponibles muestran que la actual crisis de precios de alimentos no comenzó con la guerra en Ucrania y que es resultado de un conjunto más amplio de factores. Entre ellos, la pandemia del Covid-19 (con su consecuente y aún persistente interrupción en las cadenas de suministro a nivel internacional), la crisis climática y la especulación en los mercados financieros.

Estudios convincentes de la misma FAO muestran que el alza de los precios de los alimentos está desvinculada tanto de su producción como del abastecimiento. ¿Entonces, por qué suben los precios? En parte, porque los grandes inversionistas --sean bancos, fondos de pensiones o simplemente particulares--, están comprando obligaciones y acciones ligados a materias primas. Apuestan a precios futuros de determinadas materias primas, pero con efectos reales sobre su precio mundial actual. Los cereales, por supuesto, se encuentran en el centro mismo de la especulación bursátil.


En un reciente artículo publicado por Greenpeace México con el título de “¿Quién se beneficia con el hambre?”, su autor responde que “estas empresas, que afirman ser ángeles de la seguridad alimentaria y energética, siembran las semillas de la pobreza, el hambre, las enfermedades, el colapso climático, la destrucción de la biodiversidad y el sufrimiento de los pueblos indígenas y las comunidades locales”.

Y concluye que los comerciantes de cereales están obteniendo enormes ganancias debido al aumento de los precios de las materias primas. Al igual que las empresas de combustibles fósiles, con ganancias récord a medida que se dispara el costo de vida. Estas son las empresas que se benefician de la hambruna al especular con los precios de los productos básicos. Las grandes corporaciones del petróleo, así como sus primas, las grandes empresas agrícolas, cuentan con fuertes grupos de presión para oponerse a cualquier forma de regulación ya que no están realmente interesadas ​​en arreglar un sistema que no funciona. De hecho, hacen justo lo contrario, y no sólo a través de sus poderosos grupos de presión, sino también de la captura corporativa del Estado y otras instituciones multilaterales. (https://www.greenpeace.org/mexico/blog/51212/se-aprovechan-del-hambre-vs-alimentos-sostenibles/).

Movimientos sociales por el fin de la guerra y la especulación


La Vía Campesina, principal organización de los movimientos rurales a nivel internacional, no subestima el impacto de la guerra Rusia-Ucrania (ni de otros conflictos mundiales actuales) en la crisis alimentaria actual. Sin embargo, en uno de sus últimos pronunciamientos coincide también en que “actualmente, la crisis no está ligada a la escasez de alimentos a nivel mundial, sino a la especulación con los precios” (https://viacampesina.org/es/la-via-campesina-alto-a-la-crisis-alimentaria-soberania-alimentaria-ya/)

Los países que ahora dependen de la importación de alimentos, ya no pueden pagar los precios altísimos de los cereales en los mercados internacionales.

La Vía Campesina reitera que la agricultura en el mundo produce lo suficiente como para soportar un periodo más largo de crisis. El problema, según esta organización, no es la falta de alimentos, sino el hecho de que las grandes empresas capitalistas que dominan el mercado financiero y de distribución mundial han transformado el comercio de alimentos y productos agrícolas en un mercado altamente especulativo.

La mayoría de los productos básicos negociados internacionalmente, ahora están sujetos a contratos a futuro, los cuales pueden comprarse y venderse en el mercado de valores varios cientos de veces al día. De ahí, que el precio final de estos productos para los países que los necesitan desesperadamente no tenga ninguna relación con los verdaderos costos de producción ni con la capacidad de compra e importación de dichos países.

Con esta lectura de la realidad, la organización campesina más representativa del planeta --con 200.000.000 de miembros en más de 80 países-- llama a “la defensa intransigente de la vida y la paz”. Convoca a la “defensa de la soberanía de los pueblos o naciones contra la guerra y contra la destrucción de sus estructuras sociales”. Y al mismo tiempo, propone que se ponga “fin a la especulación con los productos alimenticios y la suspensión de la cotización de los mismos en las bolsas de valores”. Deben prohibirse los contratos futuros sobre productos agrícolas, agrega.

Y concluye que el precio de los alimentos comercializados internacionalmente debe guardar relación con los costos de producción y seguir el camino del comercio justo, tanto para los productores como para los consumidores. (PE)

Opción por los menos favorecidos

Rodolfo Viano, cura en opción por los pobres de Bahía Blanca, 23 de agosto de 2022, En Prensa Ecuménica.

Con lo sucedido y difundido en estas horas, en que seguimos viendo la escalada antidemocrática de jueces y fiscales y de medios hegemónicos que nos hacen la cabeza, todo al servicio de la profundización de la injusticia y de la dependencia de nuestro país y pueblo, quiero recordar a la opinión pública tres expresiones de nuestro papa Francisco, que pueden corroborar en sus respectivos discursos (donde incluso explica más amplia y anticipatoriamente la grave situación por la que atraviesa nuestra América y nuestro país).

"En la vida política, cuando se quiere dar un golpe de estado, los medios empiezan a mal hablar ... de los dirigentes y con la calumnia y la difamación, les manchan. Después entra la justicia, les condena y, finalmente se da el golpe de estado." (homilía, 17/05/2018)

"[Me preocupa] una nueva forma de intervención exógena en los escenarios políticos de los países a través del uso indebido de procedimientos legales y tipificaciones judiciales. El lawfare, además de poner en serio riesgo la democracia de los países, generalmente es utilizado para minar los procesos políticos emergentes y propender a la violación sistemática de los Derechos sociales." (discurso, 04/06/2019)

*"Periódicamente se verifica que se recurra a acusaciones falsas contra líderes políticos, concertadas con los medios de comunicación, los opositores y los órganos judiciales colonizados. De esta manera, con los instrumentos propios del lawfare, se instrumentaliza la lucha contra la corrupción, con el fin de combatir a los gobiernos no deseados, reducir los derechos sociales y promover un sentimiento de antipolítica del que se benefician aquellos que aspiran a ejercer un poder autoritario."* (discurso, 15/11/2019)

La guerra judicial o lawfare, campea, y hace estragos en nuestro sistema democrático, de cada vez más baja intensidad, y la posverdad, que no es otra cosa que la flagrante mentira, hecha fakenews o falsas noticias, campea y hace estragos en nuestra colonizada opinión pública. +(PE)

El Derecho Político

Por Guido Leonardo Croxatto, Director Nacional de la Escuela del cuerpo de abogados del Estado.

El Derecho Moderno ha sido durante mucho tiempo enseñado como Derecho Político. Este curso o categoría ha empezado a desaparecer sin embargo de los programas de estudio de abogacía de casi todas las universidades del mundo, también en Argentina, reemplazado por la Teoría del Estado o la Teoría Pura del Derecho, o nombres aun más tecnocráticos y formales, como el análisis económico, enfoque hoy predominante y de moda. Estas disciplinas “técnicas” (cuyo auge no es accidental, paralelo al auge de la “gobernanza“ que deja de lado la noción propiamente politica de gobierno tras la caida del Muro de Berlin y el supuesto fin de la historia, que traslada al Estado el lenguaje corporativo –eficaz- de la Administracion de Empresas) suelen perder de vista aspectos medulares del derecho y sus instituciones: su historia política y la filosofía moderna que la movilizó como parte de conflictos y confrontaciones y luchas. El Derecho tiene y tuvo una fuerte historia política, es parte dinámica y vital de conflictos que no están terminados, que no están cerrados, que no conforman una película agotada. Esa historia sigue vigente. Sigue viva.


 

Los cursos de Carlos Fayt, como los de Ricardo Levenne, eran cursos de "derecho politico", misma expresión que usa Max Weber en la introducción de sus escritos sobre Parlamento y gobierno en una Alemania reorganizada. Pero esta expresión ha entrado lentamente (en tiempos en que avanza el lenguaje técnico de la "gobernanza") en la penumbra: ya no se habla (ni se escucha la expresión, ni existe la disciplina en la carrera de abogacía) de "Derecho Politico". A lo sumo se sigue dando Teoria del Estado, que da una idea más neutral y mucho menos comprometida (menos "politica") de lo que hace (y es) el Derecho. La desaparición de esta expresión no es un accidente (político ni académico), como no lo fue la desaparicion de la "economia politica" de la facultad de ciencias economicas de la UBA durante el Proceso. Se busca combatir todo intento de "politizacion" (o “ideologización“) de los estudiantes. Se busca desalentar toda participación, toda discusión "politica" activa, máxime cuando la misma se entremezcla con el Derecho. Por eso se rehuye este término. Por eso no se habla ya de Derecho Politico. Se buscan estudiantes apolitizados, técnicos frios. Buenos (eficientes) funcionarios que pongan sellos, pero que no se mezclen con la "politica" (“sucia“, frente al Derecho que es “limpio“). La desaparición de este campo, del que Fayt fue exponente, no es una casualidad. Obedece a una lógica de tecnificación de los abogados, ciegos autómatas que creen ser así, como los que retrata Kafka, buenos “profesionales“.

Del mismo modo que desapareció el Derecho Politico como materia de las facultades de abogacia, (con la excepcion de la Universidad de Córdoba) las “ideas“ han desaparecido de la arena politica e institucional, dejando su lugar, y el lugar de la filosofia jurídica, al marketing politico vacío. Hoy ya no se hace –tampoco- filosofia del Derecho ni tampoco filosofía política, se hace “historia“ de las ideas, como si las mismas (la filosofia política, la filosofia jurídica) fueran parte del pasado (“político“) y no del presente. Es lo que Lyotard llama posmodernidad: la caida de los grandes “relatos“. La era del pensamiento débil. La falta de imperativos fuertes impacta de lleno en la vida política.

La desaparición del Derecho Político como materia termina generando la falsa idea de que el derecho es producto de una "teoría pura" (Kelsen, circulo de Viena); así surge la lógica formal como modelo. El derecho ya no se asienta sobre un trasfondo histórico y filosófico concreto (una ontología, una idea, un principio, una filosofía política). Se asienta sobre formas jurídicas. El avance de la formalización –la filosofía analítica del lenguaje (Frege)- ha dejado de lado la base política del Derecho. No es casual que materias como filosofía del derecho, filosofía política, antropología, ética, derecho romano o historia del derecho, sean borradas poco a poco de todos los programas de estudio, como si fueran superabundantes, (mientras se orienta todo a la economía) buscando generar una formación mas acotada y mas “eficiente”. Menos “humanista”. Menos “política”. Más “técnica”. Se busca horadar cualquier compromiso.

El derecho se presenta así como un producto "puro" y neutral de la mente (jurídica). No está ya "contaminado" por la política "corrupta". La política poco a poco se convierte, como actividad (mujer, de paso, “irracional”) en sinónimo, ella misma, de "corrupción". Por eso la justicia se presume ciega e imparcial (pura y abstracta, sin cuerpo, sin emoción: el lado masculino del derecho, que desaparece la corporalidad que “molesta”, hay una larga historia de cuerpos desaparecidos, cuerpos que “contaminan” el pensamiento “abstracto”, pero la corporalidad es sobretodo la Mujer que hace Política, como menciona Perlongher del Terrorismo de Estado, la mujer como paradigma de la tentación y del Mal). Sin mácula. Sin origen. Sin historia. La política es –como mujer- corrupta. Esa es la “corrupción” que ataca históricamente el patriarcado de fiscales y jueces. (Basta ver lo que se hizo con el cadáver de Evita) La corrupción de una mujer que hace política “baja”. Que no acepta las “formas” de los varones, dueños de los pasillos y de los tribunales. Dueños de la “justicia”.

Frances Olsen, en El Sexo del Derecho retrata estos binomios jurídicos. De un lado lo que representan los varones (racionalidad, frialdad, abstracción, espíritu universal, orden “objetivo”), del otro, el polo bajo, que representan las mujeres (emociones, cuerpo, concreto, pasión, desorden local, impulsividad, palabra “subjetiva”). El juicio a CFK es un juicio al peronismo, pero también es un juicio a las mujeres que dan un paso que no pueden dar. Que se atreven a confrontar un sistema patriarcal (“ciego”, “puro”, “objetivo”, “justo”) que, como en el infame fallo a Romina Tejerina, las condena antes que nada por ser mujeres.

San Martin fue acusado de “corrupto” por Rivadavia, por haberse robado el ejército del Norte. Cuando le envió su sable corvo a Rosas, por la batalla de Obligado, la historiografía actual no tuvo problema en decir que San Martin en realidad ya “estaba viejo” y que en definitiva, tampoco él representa –San Martin!- ningún “aval historiográfico”.

Nuestros países viven enfrentados con un contubernio de empresas, medios y bancos extranjeros que se llevan todo y acusan de corruptos, desde el albor de la patria, a los que defienden nuestra soberanía. Siempre fue así. Por algo desapareció la materia derecho político de nuestras facultades. Es lo que no tuvieron ni Lula ni CFK ni Correa ni Evo: derechos políticos.

Hacer política es, en sí mismo (desde la dictadura en adelante) sinónimo de “corrupción“. Produce lo que los economistas llaman una “externalidad negativa“. Un “costo“ de transacción. El mayor delito del que se los acusa –a Lula, Correa, Evo, o Cristina- es el de hacer sencillamente política frente a un mercado que ya no quiere políticos.

Sin política no hay derechos humanos

Organismos de Derechos Humanos se sumaron este miércoles a la ola de repudios contra el proceso judicial que se sigue contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner por la causa de la obra pública de Santa Cruz y llamaron a "ganar pacíficamente las calles" mediante "la unidad" de organizaciones sociales, políticas y sindicales y de la ciudadanía "que aspira consolidar la Democracia y el estado de Derecho".

A través de un comunicado publicado este miércoles, señalaron que los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola la acusan a la vicepresidenta "de ser jefa de una asociación ilícita sin prueba alguna" mientras "le niegan el derecho a ser oída antes de los alegatos de su propia defensa".

Esas irregularidades se dan en un marco de "notorias relaciones entre los jueces y fiscales, evidenciando la falta de imparcialidad en la toma de decisiones, lo que nos alerta acerca del posible resultado de la causa", agregaron en el documento, que está firmado por Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S. Capital, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza, Asociación Buena Memoria y el Centro de Estudios Legales y Sociales, entre otros.

"Los Organismos de Derechos Humanos hemos denunciado en reiteradas oportunidades que la figura de la 'asociación ilícita' ha sido arbitrariamente utilizada por este poder judicial para perseguir, criminalizar y encarcelar a referentes sociales y sindicales", recordaron en el documento, donde aseguraron que "esta vez la usan con el fin de inhabilitar a perpetuidad a la máxima dirigente política de nuestro país".

"Somos conscientes de que la guerra judicial en curso es parte del proyecto de las derechas, que tienen como primer objetivo la condena y proscripción de Cristina, para poder imponer un proyecto neoliberal cuyas funestas consecuencias las volverá a pagar nuestro pueblo", y en ese marco "tenemos la certeza de que la movilización tan propia de la historia de nuestra patria es la herramienta fundamental para frenar la ofensiva en ejecución", añadieron.

Es por eso, concluyeron, que "llamamos a ganar pacíficamente las calles mediante la unidad de las organizaciones sociales, políticas y sindicales y de toda la ciudadanía que aspira consolidar la Democracia y el estado de Derecho". (Pagina 12)

En la ficción como en la realidad

 


Como en la serie The Hunger Games (Los juegos del hambre), compuesta por películas de aventuras distópicas de ciencia ficción, basadas en la trilogía de novelas de la autora estadounidense Suzanne Collins. Y llevadas a la pantalla bajo la producción de Nina Jacobson y Jon Kilik, la competencia, que permitía ciertos beneficios, pero al mismo tiempo, reafirmaba el sometimiento a las formas del orden establecido por el poder Imperial, se ven cuestionadas cuándo precisamente, los jugadores deciden dejar de jugar al juego impuesto y cambiar el orden competitivo por uno mas humano y solidario. Del mismo modo, las actuales condiciones globales y nacionales, sometidas a esas formas neoliberales establecidas por el imperio norteamericano, comienzan a verse cuestionadas en sus propios cimientos, toda vez que muchos son los que están tomando conciencia respecto de esto.

La perversión Imperialista ha llevado a que las mismas instituciones nacionales generen “juegos” a su favor, lejos de los intereses de los pueblos y comunidades a quienes sirven y para quienes deberían propiciar la justa interpretación de las normas y leyes, de modo de reducir los conflictos y minimizarlos y garantizar el derecho y el cumplimiento de las obligaciones de todos los ciudadanos que habitan los ámbitos soberanos, en el ejercicio de su rol. Por el contrario, permiten ser usados para aleccionar a quienes desde la política, intentan poner un freno a la avaricia de Capitalistas e Imperio, y generar condiciones mas dignas de vida para sus ciudadanos.

Hambres, guerras y pestilencias, luego de una lógica etapa de zozobra, duda, temor y desazón, deberán producir, paulatinamente, la salida solidaria y ética de la decidía y comenzar a transitar los caminos de las transformaciones urgentes y necesarias.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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