Las disputas del presente

 


Las elites de poder real, en Argentina, en estos tiempos de globalización transnacional, neoliberal y financiarizada de la pospandemia y de guerras tibias (Y no tanto, como las concretas que protagonizan Rusi/Turquía, Israel/Pakistan, etc.), tienen como elementos en disputa, aquellas instituciones o estamentos capaces de influir en las subjetividades y en el conocimiento respecto de la realidad y de aquellos espacios que permiten tomar decisiones como “acciones de gobernanza” que determinan buena parte de los rumbos que los procesos de globalización así entendidos, ven generando.

Ya como continuidad histórica, ya como transformación en el presente, ya como intentos de fundamentar transformaciones o conservaciones futuras, al ejercicio del poder sin más y de la guerra y las violencias como herramientas de disuasión, acumulación y ejercicio de ese poder, hoy necesariamente acompañado de algún “relato” que pueda instalarse como “bueno” para su justificación, las tensiones globales que el poder produce tiñen hoy el escenario mundial y con este los escenarios nacionales y locales. Impregnados de cierto “sentido común” que lo legitima o que a lo menos, lo “normaliza” en cuanto a lo que “es” y que no puede ser modificado, produciendo la anomia, desmotivación, despolitización, vaciamiento de las “ideologías”, el fin de las militancias respecto de causas u organizaciones que definen objetivos generales sustentados en ideas que procuran “ordenes sociales mas justos” equitativos, menos violentos y sometidos al interés general sin que esto signifique una “represión” o “limitación” a las “libertades individuales” o a los “derechos de las minorías”.

Hay un fuerte corrimiento de los espacios privados respecto de lo público que todo lo avasalla. Y un corrimiento de las reglas que limitaban el poder y que ahora solo tienden a alimentarlo y concentrarlo. Los que ya tenían poder acumulan mas poder. Los que desafían el poder generando algún poder propio son perseguidos, encarcelados, asesinados, violentados de múltiples formas, exiliados, expuestos a las mentiras y a la difamación pública.

El fallo judicial contra Cristina no puede ser interpretado sin la lectura de las tremendas limitaciones que el Brasil de Bolsonaro esta alimentando para el gobierno que vendrá a partir del Primero de Enero, encarnado en un “nuevo” Lula … hoy mas “albertizado” que el “Cristinista” de ayer. Sin entender que la misma trama destituyo en estos días al presidente Castillo en Perú. De la misma trama de “lawfare” que se viene aplicando en toda la región, contra la corrupción de “Maduro -Chavez”, “Correa”, “Zelaya”, “Lugo”, “Evo Morales” y las mismas guerras mediáticas contra AMLO en México, Alberto Fernandez en Argentina, y cualquier líder que no adhiera al poder de las elites en la región asociados a los procesos de transnacionalización neoliberal.

Del mismo modo que la “escuela de las Américas” adoctrinaba a las fuerzas armadas y a la Fuerzas de seguridad de la región, bajo el auspicio de la “democracia norteamericana”, del mismo modo hoy la embajada de ese país junto a ONG financiadas por fondos buitres y asociadas a Wall Street, hacen lo propio con empresarios, medios de comunicación y periodistas, servicios de inteligencia y jueces y fiscales, que son invitados y aleccionados para instruir justicia contra el narcotráfico, el narcoterrorismo, el terrorismo islámico y la corrupción de los gobiernos “populistas” contrarios a los intereses de Wall Street, incluso dentro mismo de los EEUU. (Trump es un claro ejemplo de “enemigo interno”, de ese neoliberalismo depredador, buitre e implacable, al que obviamente, se lo muestra como en realidad son “ellos” y convencen al pueblo que los enemigos del pueblo son en realidad los enemigos de “Wall Street” y el financierismo neoliberal). Obviamente que Trump no tiene nada de socialista o socialdemocráta, támpoco es un “Facho” neonacionalista o “neofascista” como muchos de los aliados de Wall Street y de los gobiernos socios de Obama y de Biden alimentan como “imagen” para diezmar el poder electoral del personaje en cuestión. Mas radicalmente y sin demasiadas luces trump encarna las ideas del viejo “sueño americano” y América para los Américanos” en términos de Estados asociados frente a una globalización que los tenía como ganadores, pero que ahora los enfrenta a un mundo fragmentado y multipolar al que no pueden hacer frente sin perecer sino logran nuevamente cohesión interna. 


La trampa de los relatos de la derecha consiste en tornar “normal” y “bueno” aquello que se muestra como negativo a los intereses populares … y por el contrario, legitimar la concentración y el ejercicio de poder como herramientas “genuinas” y “validas” en democracia para evitar “corrupciones” al sistema, como si el sistema funcionase incorruptible sin las anomalías que imponen las intentonas que supone cualquier aventura “populista”. Así el discurso de las elites se transforma en discurso del pueblo. Los líderes del pueblo se transforman en “corruptos”. La política en sucia y vil. Y los medios de comunicación informan bien porque defienden sus intereses como empresas aunque eso signifique manipular maliciosamente, desinformar, llenar de fakes news y someter a las periodistas a la degradación de su profesión para conservar sus “muy buenos salarios” cuándo sirven a las “patronales corporativas” y son socias de las empresas que publicitan sus productos transnacionales y agreden a los gobiernos que intentan mejorar los ingresos de los trabajadores y las condiciones sociales de aquellos marginados y excluidos de las sociedades.

Estos relatos son alimentados, además, por la centralidad de la figura humana individual. Son las personas y no los sistemas. Son lo que hacen los individuos y no las organizaciones, las instituciones, las instancias de consenso o puesta en común: Gremios y Síndicatos, son reemplazados por gremialistas y dirigentes … el pueblo es el agregado “la gente” … las instituciones son sus lideres o presidentes … la sociedad se transforma así en masa, en la ilusión de una individualidad inexistente en tanto aislada de cualquier relación que la signe o le confiera dirección y sentido.

Al mismo tiempo, se constata la negación de las relaciones personales que sostienen no solo organizaciones e instituciones, que si funcionan democráticamente no constituyen “asociación ilícita” en tanto responde a formas que impiden prebendas, “tráficos de influencias” y demás conductas incompatibles con los roles que deben priorizar el bien común por encima de los afectos e intereses personales e individuales.

Sin embargo asistimos a la “pardójica” realidad que aquellos que se relacionan en la vida, en los negocios y son parte de una estructura que asegura impunidad para sus miembros, poca exposición mediática y privilegios en la medida que atiendan a esos intereses de elites, respecto al interés común y al buen funcionamiento de una democracia representativa que se alimenta en la participación ciudadana y en el bien común, por encima de negocios familiares o grupos de “amigos” en el poder, tildan a estos de “corruptos”, de malversar fondos públicos, de “tráficos de influencia” … ¿Quien es amigo de jueces y fiscales, Macri o CFK? ¿Que gobierno creo una mesa judicial en el ejecutivo, tiene vinculos con los principales medios hegemónicos del país y tiene socios extranjeros que son dueños de bastas propiedades y empresas en estas tierras? ¿A quienes vienen sirviendo los servicios de inteligencia desde la dictadura de Videla hasta hoy?

El análisis, en términos de disputa de poder, es bien sencillo si comenzamos a separar datos y hechos, y comenzamos a analizar quienes ganan y quienes pierden … dentro de la lógica de un sistema corrupto y de una estructura que favorece concentraciones y persigue a quienes se oponen a las elites y las concentraciones, el análisis surge claro.

¿Porque no se analiza entonces tan correctamente y las elites quedan reducida a la minoría que en realidad son? Porque en esos discursos “involucran” deseos, expectativas, ambiciones, egos, temores, que involucran tramas mínimas que, como los hilos invisibles de una telaraña, van tornando fuerte los hilos irrompibles del poder. Es que el poder desparrama su lógica hacia abajo. Y entonces el líder o representante de un grupo en una villa de emergencia de CABA, no solo no vive en esa Villa sino que cualquier intento desde fuera, por mas que intente el bien común de ese grupo, es enemigo en la medida que cuestione el pequeño poder que ese lider ostenta y que, como privilegio, le permite no vivir en la villa y obtener “ganancia” de su posición individual como defensor de ese grupo. El grupo obviamente lo legitima. Se reproduce así la estructura del sistema. Empleador/empleado, Empresario/trabajador, CEO/empresario de “si mismo” , lider/representado, lider político/partido político. Y en la lógica de la lucha por el poder … todo se desvirtúa y pierde el sentido democrático, participativo, de consensos por el bien común.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack

Diciembre 2022


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