Antes de que la pelota se lo coma todo ...

 


A Horas de que el mundial de Qatar termine de engullir todo relato y toda información respecto de lo que sucede en el mundo, uno no puede menos que recordar ...


Noticias del coronavirus

En el mundo: Total de casos 637,512,816 Informe de viernes: 627,045 casos nuevos reportados. Muertes: 6,619,803. Informe del viernes : 2,307

En Argentina: 9.721.718. casos confirmados. Sin casos nuevos el viernes y 130.011 muertes. Entre el 5–18 de nov se registraron un total de 2.843 casos y 20 fallecimientos.(https://news.google.com/covid19/map?hl=es-419&mid=%2Fm%2F0jgd&gl=AR&ceid=AR%3Aes-419)

¿Cómo vivimos?

Hace algo mas de 2 años y ocho meses, un ser querido estuvo cerca de morir y para poder acompañarlo mientras se recuperaba, debíamos cubrirnos con guantes, bata estéril y cubrebocas. Comprábamos mascarillas por cajas (eran baratas y fáciles de conseguir) y no se nos ocurría traspasar la puerta de su habitación sin la nariz y la boca cubiertas.

Meses después, pasado el peligro, el mundo empezó a lavarse las manos con obsesión y a vaciar los estantes de cubrebocas.

las mascarillas (cubrebocas, barbijo, nasobuco) se convirtieron al mismo tiempo símbolo del capitalismo y un caso de estudio de las cadenas de suministro global, hoy un mercado mas en franca recesión. Es una señal de cortesía entre vecinos, un objeto fotografiado mil veces —en el rostro abatido de enfermeras, o descartado e inservible en la calle—, sirvió de bandera política para quienes consideraban que no era necesario llevarla, y que no era mas que un “ardid” de los gobiernos de turno para dominar y adormecer las crecientes manifestaciones de muchas de las sociedades del planeta, hartas de situaciones que no acaban de comprender muy bien pero que les resultan insoportables. Fué también, una mercancía falsificada y traficada por mafias y, para algunos, puede significo durante algún tiempo la diferencia entre la vida y la muerte.

A pesar de que a estas alturas vamos rápidamente retornando a su desuso, su recuerdo aún se manifiesta en quienes, todavía temerosos advierten que el virus no ha sido del todo vencido … sin embargo, la vida debe seguir.

En un futuro no muy lejano, tal vez, estos objetos que han ingresado abruptamente a nuestra cotidianidad, sean tan solo objetos de interés arqueológico o antropológico .

Por entonces, con 30 años como médico, Andrew Artenstein nunca se había preocupado por los respiradores N95. Como gerente general médico de Baystate Health, dirigía sus cuatro hospitales en el oeste de Massachusetts con exactitud, y era inconcebible que una cobertura facial esencial se agotara. Sus médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud usaban unos 4000 al mes, generalmente para tratar a pacientes con enfermedades transmitidas por el aire. Siempre había más en el almacén, a las afueras de la ciudad de Springfield, donde está la sede de Baystate. Pero el 6 de abril de 2020, cuando el nuevo coronavirus se propagaba por el noreste de Estados Unidos, Artenstein se levantó en la oscuridad, antes del amanecer, con la misión de conseguir un millón de mascarillas para sus miles de empleados. Baystate Health estaba a pocos días de que se le terminaran.



Durante las cinco horas siguientes, Artenstein fue conducido por autopistas sin tráfico normal, mientras que por encima de él, un avión privado con cuatro especialistas, que iban a comprobar la autenticidad de la entrega, se dirigía al mismo destino: un almacén en el Atlántico Medio donde un intermediario almacenaba las mascarillas. Se había contratado a un conductor por separado para Artenstein, porque sus frecuentes interacciones con pacientes de covid significaban que podría exponer al resto del equipo al virus. Dos semirremolques también se dirigían a transportar la entrega de vuelta a Massachusetts.

Pero aún no estaba claro cuántos respiradores N95 habría para recoger, la noche anterior, el distribuidor había confesado que solo podría entregar un cuarto de lo prometido, después de haber cancelado otra recogida la semana anterior. (Debido a un acuerdo entre Baystate Health y el distribuidor, el periódico norteamericano que dió cuenta de la historia: el Times, había acordado no identificarlo). Baystate Health se había visto obligada a recurrir a empresarios no probados como éste después de que el distribuidor corporativo del que dependía se quedó sin N95, cuando las cadenas de suministro nacionales e internacionales colapsaron al principio de la pandemia. Su situación no era única. Muchos hospitales, estados e incluso agencias federales también estaban desesperados, transformando el mercado normalmente estable de productos de atención médica en una competencia darwiniana de todos contra todos.

Artenstein y su equipo no tenían otra opción que seguir esta tenue pista. En las últimas dos semanas, el número de casos de covid en todo el país se había multiplicado por siete. Las enfermeras se quejaban de tener que improvisar coberturas para la cara, incluso usando gafas de esquí modificadas. En pocas semanas, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) calcularían que al menos 9282 trabajadores de la salud habían dado positivo para el nuevo coronavirus, y 27 habían muerto, una cifra que pasaría de 1700 fatalidades a mediados de septiembre. Artenstein sabía que su propia seguridad, y la de sus médicos y otros trabajadores de la salud, podría depender del éxito de su misión.

Finalmente llegó al almacén poco después de las 10 a.m. Los especialistas en equipamiento sanitario de Baystate Health eligieron varias cajas al azar y las abrieron para verificar que la carga era auténtica. Artenstein se inundó de alivio; las máscaras se ajustaban de tal forma que quedaban selladas en la cara de una persona. Los respiradores podían ser cargados en los semirremolques. El equipo de Baystate había contratado camiones normalmente usados por la industria de servicios de comida para que su carga pareciera ser nada más que carnes y vegetales refrigerados. Se tomó esta precaución para ayudar a mantener los respiradores seguros; circulaban historias de que algunas agencias federales, que también intentaban conseguir respiradores, se apropiaban de los cargamentos.

Artenstein estaba a punto de ordenar a la sede central de Baystate que hiciera la transferencia de pago cuando el intermediario le tocó el hombro y le dijo que el FBI quería hablar. Artenstein pensó que se trataba de una broma. Pero entonces, dice, fue llevado a una sala de conferencias acristalada más profunda en el almacén, donde un par de agentes se levantaron de sus ordenadores portátiles y le mostraron sus placas. Explicaron que formaban parte de un nuevo esfuerzo nacional para asegurarse de que el equipo médico llegara a los trabajadores de la salud y no fuera acaparado por intermediarios explotadores. Artenstein proporcionó pruebas de que los respiradores estaban destinados a sus hospitales. Se le dejó ir sin una respuesta clara de lo que estaba pasando. Horas pasaron mientras paseaba por el vasto almacén, elaborando planes de contingencia y comunicándose con los agentes hasta que quedó claro que no querían volver a saber de él. Finalmente, se le informó que el gobierno federal estaba considerando reasignar el cargamento a otro lugar.

Artenstein tuvo que preguntarse: ¿Cómo había llegado a esto el sistema médico de Estados Unidos? El equipo de Baystate Health estaba por iniciar una batalla de meses para conseguir equipo de protección personal en un mercado fuera de control que el gobierno de Donald Trump se rehusaría a administrar de cerca, a pesar de que se lo pidieron, desde ambos partidos, los alcaldes, gobernadores, representantes del Congreso y los líderes de algunos de los más grandes sindicatos de trabajadores de la salud y asociaciones de la industria de Estados Unidos. De hecho, durante el brote inicial, el gobierno federal sería a veces el actor más temido en ese mercado, actuando no en calidad de supervisor, sino como el comprador más poderoso y agente perturbador. Aunque el gobierno de Trump tomaría posteriormente medidas para mejorar el suministro de equipo de protección personal , el resultado se convirtió en un experimento característicamente estadounidense sobre la ideología del libre mercado durante una pandemia mortal.

El respirador N95 es emblemático del capitalismo globalizado: está hecho de combustibles fósiles, fabricado a enorme escala, a menudo en los países en desarrollo con mano de obra barata y distribuido en las rutas marítimas que unen los rincones más alejados del mundo; lo utilizan los urbanitas para mantener lejos de sus pulmones la contaminación expulsada por sus propias fábricas, los trabajadores de la construcción que levantan nubes de polvo de hormigón al construir ciudades cada vez más grandes y los médicos que tratan a los pacientes que tosen a causa de las enfermedades que se multiplican entre las poblaciones cada vez más urbanizadas. Se supone que se descarta después de un solo uso.

Estas ligeras medias esferas de plástico respirable —cuya forma se inspiró en la copa de un sostén moldeado de los años 50— son fáciles de usar. Una persona coloca un respirador sobre su nariz y boca, y una cinta tensada lo sella contra las mejillas. Al inhalar, el aire pasa a través de una malla fuertemente tejida y con carga electrostática que atrapa la gran mayoría de las partículas microscópicas en el aire: 95 por ciento, de ahí el nombre. Las mascarillas se fabrican fundiendo enormes cantidades de bolitas de plástico especializado y luego soplando el líquido fundido a través de metal perforado para producir una maraña de filamentos que se enfría y se fusiona en una densa alfombra de fibras: el filtro más importante. Se añade una carga electrostática para ayudar a capturar las partículas microscópicas. Luego el filtro se cose entre dos capas protectoras, y se suelda o se grapa una cinta para la cabeza. Millones de mascarillas salen de las cintas transportadoras de una fábrica en un mes.

No estaba previsto que hubiera escasez en Estados Unidos. En 1998, el presidente Bill Clinton leyó una novela de Richard Preston, Operación Cobra, sobre un arma biológica que causaba estragos en todo el país. Horrorizado, estableció lo que se convertiría en la Reserva Estratégica Nacional (SNS, por su sigla en inglés), que desde entonces ha almacenado enormes cantidades de equipos de protección personal, ventiladores, vacunas y medicinas. Con el tiempo, la Reserva Estratégica Nacional se convirtió en una cadena de almacenes estratégicamente situados cerca de los centros de transporte, preabastecidos con palés de 50 toneladas de suministros que podían ser entregados en cualquier lugar de la nación en 12 horas.



El gobierno de George W. Bush creó un plan para la pandemia que exigía al gobierno federal supervisar la distribución inicial de equipos de protección personal de la Reserva Estratégica Nacional, y posteriormente coordinar los esfuerzos públicos y privados para proporcionar a Estados Unidos más equipos de protección personal En 2009, el gobierno de Barack Obama retiró 85 millones de respiradores de la Reserva Estratégica Nacional durante el combate a la pandemia de H1N1, y luego no los reemplazó, a pesar de que se le advirtió que lo hiciera. El gobierno de Trump tampoco rellenó las reservas, ignorando las advertencias de los funcionarios de salud pública y una prueba de simulación de pandemia que demostró que Estados Unidos se quedaría desastrosamente escaso de equipos de protección personal si la situación se produjera en verdad.

A finales de 2019 y durante los dos primeros meses de 2020, el gobierno de Trump se vio inundado de alertas rojas sobre la pandemia entrante tanto de entidades internas como el Consejo de Seguridad Nacional, como de fuentes externas, entre ellas las mayores corporaciones de suministros médicos de la nación. Algunas de esas advertencias —incluyendo memorandos dirigidos directamente al presidente— resaltaban que el suministro de equipos de protección personal de Estados Unidos se vería desbordado,. Como revelaría más tarde un informe de denuncia, en enero, los funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por su sigla en inglés) rechazaron una oferta de Prestige Ameritech, uno de los pocos fabricantes de N95 que quedaban en Estados Unidos, para ampliar sus líneas de producción. Y cuando el jefe de una agencia del HHS responsable de preparar a Estados Unidos para las pandemias intentó ampliar su presupuesto para aumentar la producción nacional de respiradores, fue desautorizado por un alto funcionario del departamento, Robert Kadlec. (HHS dice que Kadlec se vio obligado a tomar esa decisión debido a las regulaciones de asignación de recursos públicos).


El 3 de marzo de 2020, Kadlec fue cuestionado por el comité de salud del Senado sobre el suministro de N95 de la nación. Reconoció que en una pandemia, Estados Unidos necesitaría 3500 millones de N95 para sus trabajadores de cuidados de salud y trabajadores médicos de emergencia pero, admitió, en las reservas del gobierno sólo había el 10 por ciento de esa cantidad. Poco después, el departamento de Salud y Servicios Humanos aclaró que Kadlec se había expresado mal: la Reserva Estratégica Nacional tenía una décima parte de la cifra que había citado, o una centésima parte de lo que el país necesitaría.

( https://www.nytimes.com/es/2020/11/17/magazine/mascarilla-n95-escasez.html?campaign_id=42&emc=edit_bn_20201120&instance_id=24291&nl=el-times&regi_id=60837825&segment_id=45017&te=1&user_id=4dc85dc9a59f095fe47f10de1504097e )


En otros paises las historias puediéron ser similares o distintas, pero el factor común es el de un sistema diseñado y preparado para pocos y sostenido y producido por muchos que son los que quedan fuera de sus usos y de la posibilidad de accesos. La Pandemia puso de relieve y evidencia la realidad del sistema … Unos pocos con acceso a todo y unos muchos sujetos que les proveen y que carecen de esos “objetos” y “servicios” que producen para esas pequeñas elites.



Relacionado con esto, en Argentina, antes, durante la pandemia y en estos días, los formadores de precio no dejan de tironear, alimentando además el alza de cotización del dólar desde el mercado ilegal y los mercados internacionales de bonos … Así el combo de presiones para someter al Estado nacional a las políticas de “ajuste” y “concentración especulativa financiera”, para sostener la maquinaría que transfiere ingresos de los sectores productivos medios y bajos a los sectores concentrados que dominan los capitales transnacionales y la megaproducción que rige los precios de los comidities internacionales alimentando esta máquina globalizada de concentración en un puñado de empresas transnacionales y “vivos” que direccionan por sobre el poder de los Estados, la economía del planeta.


Mayoristas confirman aceleración de la Inflación


6,3% fué la suba de los precios al consumidor en octubre. 6,9% la tasa de desocupación. Los resultados del primer semestre de 2022 correspondientes al total de aglomerados urbanos registraron que el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 27,7%; en ellos reside el 36,5% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 6,8% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 8,8% de las personas. Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la EPH, por debajo de la LP se encuentran 2.684.779 hogares, que incluyen a 10.643.749 personas; y, dentro de ese conjunto, 660.494 hogares se encuentran por debajo de la LI, lo que representa 2.568.671 personas indigentes.


Al 17 de noviembre de 2022 el valor de 1 (una) Canasta Básica Total tipo 2 según INDEC es de $139.783.

El valor de 3,5 Canastas Básicas Totales tipo 2 es de $489.083.

El valor de 3,5 Canastas Básicas Totales tipo 2 más el 22% de beneficio para las zonas alcanzadas por la Ley 23.272 es de $596.681,26.


A partir de los ingresos de los hogares, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) mide si éstos tienen capacidad de satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales.

Así, la Canasta Básica Total (CBT) se calcula a partir de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) con la inclusión de bienes y servicios no alimentarios como vestimenta, transporte, educación, salud, entre otros.

El nuevo esquema de subsidios a la luz y el gas de red tiene como principal objetivo alcanzar tarifas razonables y justas para el valor de la energía. Para ello se establecieron tres segmentos según los ingresos mensuales totales de cada hogar, que se calculan tomando como referencia el valor actual de la canasta básica para un hogar tipo 2 de INDEC:

  • En el segmento de ingresos altos, los ingresos mensuales totales del hogar son superiores al valor de 3,5 canastas básicas totales tipo 2 ($489.083).

    • Excepción: para aquellos hogares ubicados en el partido de Patagones (Buenos Aires), Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz o Tierra del Fuego, A. e IAS, los ingresos mensuales totales para pertenecer al segmento de mayores ingresos deberán ser equivalentes o superiores a $596.681,26.

  • En el segmento de ingresos medios, los ingresos mensuales totales del hogar varían entre un valor equivalente a 1 y 3,5 canastas básicas totales tipo 2 (entre $139.783 y $489.083).

  • En el segmento de menores ingresos, los ingresos mensuales totales del hogar no superan el valor de 1 canasta básica total tipo 2 ($139.783).

La línea de la pobreza para una familia de cuatro personas se ubicó en los $ 128.214, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), a partir de la variación de la canasta básica total. Además, se necesita $ 56.732 para no caer en la indigencia.

Así lo indica el valor compuesto de la canasta básica total (CBT), que determina el nivel de pobreza por ingresos, que tuvo una variación en septiembre respecto a agosto de 7,1%.

La secretaría de Finanzas llamó a licitación realizable en la jornada del viernes por LELITES al 16 de diciembre, una nueva LEDE al 31 de marzo y un nuevo bono a tasa fija al 23 de noviembre de 2027. El BONTE pagará interés a una TNA equivalente a BADLAR privada, multiplicada por un escalar de 0,70 todos los días 23 de febrero, mayo, agosto y noviembre, mientras que amortizará un 25% cada 23 de noviembre a partir de 2024. Los montos a colocar serán de $20.000 M para las LELITES, a un precio de $958,33, de $5.000 M para la LEDE y $80.000 M para el BONTE 27.

El BCRA pudo nuevamente cerrar la jornada con saldo favorable, comprando $3 M. A pesar de esto, el resultado cambiario de noviembre acumula una pérdida de $920 M que junto con las erogaciones hacia organismos internacionales hacen que las reservas brutas hayan caído en más de USD 1.000 M desde el 31 de octubre. Puntualmente en la rueda de ayer, la caída fue de USD 172 M, ubicando a las reservas en USD 37.616 M.

El dólar oficial cerró en $162,8 luego de subir $0,34, representando un ritmo de devaluación del 6,5% m/m. Los dólares MEP y CCL mantienen su tendencia alcista, aumentando un 1,1% y 1,4%,


respectivamente. La brecha entre el MEP y el oficial ya superó el 90%, mientras que la del CCL, el 100%. El CCL no superaba el 100% desde hace casi un mes.

Luego de conocer el martes el dato de inflación minorista de octubre del 6,3% m/m, se completó el mapa de precios con la publicación de los demás índices. La Canasta Básica Total (CBT) marcó un incremento del 9% m/m y un 93% i.a. en tanto que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) subió 9,5% m/m y superó el 100% i.a. El Índice de Precios Mayoristas (IPIM) varió un 4,8% m/m y 81,8% i.a., en tanto que el Índice de Costo de la Construcción (ICC) subió 6,8% m/m y 77% i.a.

Luego de una semana de subas, los bonos soberanos en moneda extranjera volvieron a operar a la baja con caídas del 1,5% promedio en los Bonares y del 0,8% en los de legislación extranjera. El GD35 sufrió la mayor caída (-3,2%), seguido del AL30 (-2,8%). El GD46 fue el único positivo de la rueda, subiendo un 2,4%, sin embargo, es el único en tener una ganancia acumulada en el mes menor al 20%. El riesgo país por su parte subió 2,4%, y cerró en 2385 bps.

La curva de pesos tuvo una buena jornada por el lado de instrumentos de corto plazo, con las ledes subiendo al 0,6% (el doble del promedio diario de la última semana) y las lecer al 0,5%. Los boncer se movieron de manera homogénea, como no lo hacían hace tiempo, y subieron un 0,9% promedio, con el DICP y el PARP destacando al variar +1,6% y +3,3%, respectivamente, mientras que el TX26 cayó 0,6%. Los bonos DLK ganaron 1,0% mientras que los duales subieron 0,7%.

El Merval subió 0,7% y acumula un mes de subas de casi el 12%. Entre los ganadores de la jornada estuvieron BBVA con un 2,6%, Cresud con un 2,5% y Transener con un 2,4%. Supervielle tuvo la peor performance y cayó 3,3%. CVH cayó un 1,2% y acumula una baja de casi el 4% mensual. 

Por el lado de los CEDEARS argentinos, nuevamente CAAP fue la única en ver un resultado diario positivo. El resto de las empresas cayeron al ritmo del 2,3%, con MELI en un 4,7%, Globant un 3,6% y Despegar un 3,4%.

 

El dólar ilegal (blue) volvió a caer, pero alcanzó otro avance semanal
 
La cotización registró otra baja este viernes, aunque la brecha respecto al tipo de cambio oficial mayorista sigue cerca del 90%

El cumplimiento del 81% del pago del Impuesto a las grandes fortunas implementado como impuesto extraordinario por el Estado Nacional en 2021, fue resistido judicialmente y varias causas se encuentran aún pendientes de resolución.

Sin el empuje del Impuesto a las Grandes Fortunas, cayó la recaudación de agosto

Según un informe realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), los ingresos del estado cayeron en un 2,7% respecto al mismo mes en 2021. Si se extraen los ingresos por impuestos a las grandes fortunas en el año pasado y por rentas a la propiedad, la recaudación sólo cayó un 0,7.

En el análisis de la evolución de la recaudación tributaria, se registra que todos los impuestos asociados a la actividad económica y al trabajo crecieron en relación al mismo período de 2021, aunque se observa una caída respecto a las retenciones a las exportaciones.

Por el contrario, se destaca el buen rendimiento de los ingresos asociados a la actividad económica como el IVA (+4%), el impuesto a los débitos y créditos (+2%), los ingresos por aranceles a la importación (+15%) y los internos (+2%). Al mismo tiempo los ingresos asociados al mercado laboral también tienen un buen rendimiento, como son el impuesto a las ganancias (+8%) y las contribuciones a la seguridad social (2%).

Según se indicó, en el análisis de la variación real acumulada de los primeros 8 meses, se puede destacar el crecimiento real de los ingresos totales, con los principales tributos creciendo al 4,3%.

La puja de poder seguirá alimentando los próximos capítulos de una saga que ha venido produciéndose desde los orígenes mismos del Capitalismo, allá en la Londres de los primeros telares automatizados … La de los trabajadores contra los dueños (hoy dueños de Bancos y capital financiero) los problemas de acumulación y concentración que genera el sistema y la creación de capas intermedias de especuladores y “agentes financieros” que distorsionan cadenas de valor y viven parasitariamente, depredando y concentrando riquezas en forma de dinero o instrumentos financieros que se han alejado de toda lógica de producción y servicios que produzcan trabajo y riqueza real … Está historia continuará...



Daniel Roberto Távora Mac Cormack



Fuentes:


Economia datos oficiales del poder Ejecutivo Nacional


El Cronista Comercial


El Destape Web


Google Noticias


Indec


Federación Argentina de Comercios y Servicios


Funds Society


Página 12


Perspectivas Cohen


The New York Times


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